Capítulo 28: TORMENTA
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~ Sin ti ~
Las lágrimas corrían por mis mejillas.
El dolor que sentía en mi cuerpo era insoportable.
Mi vista comenzó a nublarse.
A lo lejos podía escuchar el sonido de las ambulancias y voces de personas.
Lo último que vi fue a Josh sosteniendo el collar que le había regalado.
Todo se puso negro y ya no supe más...
[.....]
Abri mis ojos.
Estaba en ¿un hospital?
¿Cómo llegué hasta aquí? Lo último que recuerdo fue haber salido de mi casa en el auto de Josh.
Logre divisar el bolso de mi madre en el sillón.
Mire mi condición, estaba conectada a varios aparatos.
La puerta se abrió y por ella entraron mis padres.
— ¡Denisse! ¡Despertaste! — papá corrió a abrazarme
— tenía tanto miedo de perderte — me dijo mamá.
— ¿qué fue lo que me ocurrió? — pregunté
— ¿no lo recuerdas? Tuviste un accidente con Josh — respondió mi padre.
— ¿cómo...cómo esta Josh? — pregunté.
Mis padres intercambiaron miradas. Pude ver como sus semblantes decayeron.
Pasaron varios segundos en silencio hasta que mamá pronunció unas palabras que traspasaron mi corazón.
— Él....Él murió...
Quede en Shock al escuchar aquellas palabras.
— ¡no eso no puede ser cierto! — exclame alterada.
— Lo siento mucho, se lo mucho que lo querías
— ¡Mamá dime que es mentira! ¡Dime que Josh no murió! — dije entre sollozos.
— Lo siento cariño, pero es la verdad, El impacto fue muy fuerte, más del lado en él que iba. Cuando los sacaron el ya no tenía señales de vida...
La noticia de su muerte me cayo como balde de agua fría.
No podía ser posible.
Él no podía estar muerto.
Y entonces recordé todo.
Recordé lo que él me había confesado.
Lloré amargamente...
¿Por qué él tenía que morir justo cuando me dijo que me amaba?
¿por qué no podíamos estar juntos?
Mi corazón estaba destrozado.
Aún no aceptaba el hecho de que Josh hubiera muerto.
Deseaba que todo fuera un sueño solamente, y que al despertar lo vería...
Pero tristemente no era así, era la realidad que tenía que enfrentar.
— ¿puedo verlo? — susurre
— ¿estás segura de que eso quieres? — preguntó papá
— si
Me condujeron hasta otra habitación.
Y ahí estaba él...
Corri hasta su lado y me aferre a su cuerpo.
— ¡¡Josh vuelve!! — grite con la intención de que el pudiera escucharme
Me separé de él y lo mire...
Su rostro estaba como la primera vez que lo vi.
Parecía que solo estuviera dormido...
Toque sus manos frías.
Sobre su cuello colgaba el collar de ancla...
Dolía, dolía mucho verlo ahí sin vida.
Mi respiración comenzó a fallarme, mis piernas comenzaron a flaquear.
Estaba a punto de caerme al suelo cuando unas manos me sostuvieron.
[.....]
Al abrir mis ojos me encontré nuevamente en la habitación donde estaba.
— Deni ¿cómo te sientes? — preguntó mi mamá quien estaba sentada a un lado de la camilla donde me encontraba.
No le respondí. Las palabras no salían de mi boca.
Estaba completamente destruida por dentro.
El dolor se hacia presente cada vez más y más fuerte.
— Hija, tienes que ser fuerte, él no querría verte en este estado.
No fui capaz de decir algo, solo baje la mirada.
— saldremos adelante, Dios nos dará las fuerzas — pronunció ella.
Y en ese momento las dudas invadieron mi mente.
¿Dios? ¿Donde estuvo cuando sucedió todo? ¿Acaso no pudo evitarlo?
¿Por qué se lo llevó? ¿Por qué no le dio una segunda oportunidad?
Las lágrimas volvieron a brotar de mis ojos.
Senti como si estuviera cayendo a un precipicio muy profundo.
Me sentía sin salida, atrapada en el dolor y la tristeza.
Entonces comprendí que estaba atravesando otra tormenta, pero esta vez era una tormenta mil veces más fuerte.
Las nubes estaban totalmente negras, no había ni un Rayo de esperanza.
Esta tormenta hiba a durar por un largo tiempo...
Por la tarde mis amigos y demás familiares vinieron a verme.
Al parecer el accidente había pasado en las noticias, por lo que ya todos lo sabían.
Todos los que venían me decían lo mismo:
— Lo siento
¿Pero? ¿Qué sienten ellos? Ellos no comprenden el dolor que estoy sintiendo.
Ellos no sintieron lo que yo sentí al escuchar a Josh decirme lo que fueron sus últimas palabras.
Solo los escuchaba hablar mientras yo guardaba silencio.
Cuando la noche llegó yo no podía conciliar el sueño.
Cada vez que cerraba los ojos una y otra vez la escena del accidente aparecía en mi mente.
Quería gritar, sacar todo...pero no podía...
Mi llanto ahogaba mis gritos....encerrando me más y más en el sufrimiento...
Era una noche fría, no había luna, el cielo estaba totalmente negro.
Esa noche una fuerte tempestad se desató en aquel lugar.
Los relámpagos surcaban el cielo alumbrando.
A lo lejos se podían escuchar los truenos.
No estaba cerca del mar, pero me imaginé que las olas estaban golpeando violentamente la arena.
Así como el dolor golpeaba fuertemente mi corazón hasta dejarlo en pedazos.
Me levanté de la camilla donde estaba acostada.
A ciegas camine hasta la ventana.
Mire hacia abajo, ya que estaba en una de las habitaciones del segundo piso de aquel hospital.
Mi vista se posó en la lluvia que caía, formando gotas que rodaban lentamente por el cristal de la ventana.
— No se que será mi vida sin ti — dije en un susurró.
Mi corazón se negaba a aceptar lo que mi mente ya sabía "Josh se había ido"
Al día siguiente se llevaría a cabo el funeral.
A pesar de que mis padres dijeron que no era buena idea que fuera insistí.
Físicamente yo solo tenía unos pequeños golpes que curaron con antibióticos.
Emocionalmente estaba a punto de morir. El dolor me estaba consumiendo.
Cuando llegó la hora de ir al Panteón, mis padres me llevaron en el auto.
Al llegar aya varias personas ya estaban presentes.
Amigos, familiares, y algunos profesores de la escuela.
El colegio había decretado un día en memoria de Josh, así que ese día prácticamente no tuvimos clases.
El pastor David comenzó a hablar, primeramente leyó un pasaje biblico en el libro de salmos en su capítulo 48 versículo 14:
— Porque este Dios es Dios nuestro eternamente y para siempre;
El nos guiará aun más allá de la muerte.
Muchos dicen que cuando el ser humano muere hay termina todo, pero no es así.
Si confiamos en Dios y le entregamos nuestro corazón a Jesucristo podemos tener la certeza de que hay vida más allá de la muerte.
Que más allá podemos ver a Dios cara a cara y entrar en su presencia.
Hoy estamos aquí por que Josh ha partido con él señor, no debemos estar tristes por que sabemos que él le entregó su vida a Jesús y él ahora está gozando de la vida eterna que Dios ofrece a todos aquellos que acepten.
Si seguimos firmes y fieles a Dios podemos tener la seguridad de que algún día cundo Cristo venga o cuando Dios nos llame; lo veremos y estaremos junto al creador de todo el universo.
Luego de que David terminó de hablar era momento de llevar a cabo la sepultura.
Pero antes de eso dejaron un espacio de despedida.
Me acerqué al ataúd, contemplé su rostro imaginado su dulce sonrisa.
Deje el ramo de flores que traía entre mis manos sobre la caja.
Las lágrimas empezaron a rodar por mis mejillas.
Con el corazón roto logre decir unas cuantas palabras a él.
Sabia que ya no podía escucharme pero aún así le dije:
— me dijiste que querías que fuera feliz, pero créeme, no lo seré si no es a tu lado...
Va a ser difícil continuar sin ti, va a ser difícil olvidarte...
Tenia tantos sueños, tantos anhelos, que no cumpliré si no estas aquí...
Solo quiero tenerte a mi lado...
Te amo Josh, y te amaré por siempre...
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