🌸 Cap 05.
🌸 Capítulo 05.
Jin, por su parte, fingía que todo estaba bien, sonriendo y riendo como siempre, aunque sus pensamientos estaban muy lejos de la calma. No iba a quedarse de brazos cruzados; iba a descubrir quién era ese Alfa desconocido que había capturado la atención de su pequeño Omega.
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Ya en casa, Taehyung notó que el Alfa no le había escrito, y eso le pareció extraño. No era habitual. Mientras tanto, Jungkook lidiaba con sus propias batallas internas. Yoongi no dejaba de advertirle sobre el peligro de aquel juego, insistiendo en que ambos estaban poniendo en riesgo sus vidas. Jungkook intentaba ignorarlo, pero cada palabra de Yoongi parecía pesarle más de lo que él mismo admitía. Al llegar a la casa de Hoseok, estacionaron el auto y, finalmente, Yoongi se calmó, dándole un respiro al azabache.
Los tres se saludaron con un cálido abrazo, y Hoseok los invitó a cenar. Aceptaron, sabiendo que aquella cena les brindaría un momento de distracción.
Sentados alrededor de la mesa, disfrutaban de una deliciosa pasta con pollo, riendo y charlando con la naturalidad de viejos amigos.
—¿Cuándo vamos a conocer a tu pareja? —preguntó Min, notando una marca morada en el cuello de Hoseok, quien la lucía con algo de orgullo.
Hoseok bajó la mirada, sus dedos jugueteando con el borde de su copa. —Es complicado. Creo que jamás podré presentarlo como mi pareja oficial. —Su tono se llenó de una tristeza que Jungkook pudo identificar de inmediato.
—¿Por qué? —preguntó Jungkook, conectando en silencio con el dolor de su amigo.
Hoseok suspiró, dejando que sus hombros cayeran. —Es que sus padres no me aceptarían. Solo me queda aceptar el papel de amante... o tal vez, algún día, él decida tomar el valor y decirles la verdad.
—¿Para ellos no eres un Alfa digno o qué? —preguntó Yoongi, frunciendo el ceño. Sabía que el clan Jung solía llevarse bien con los demás clanes y no entendía el rechazo.
Hoseok soltó una risa amarga. —Ese es el problema. Soy un Alfa, igual que él. Su familia quiere que se case con alguien que pueda darle un hijo... Y...
Yoongi asintió, comprendiendo la situación. —Ya entendí, tú eres el Alfa dominante, y él el sumiso.
Hoseok asintió, su mirada fija en el vacío. Jungkook apretó los puños, sintiendo que la rabia se acumulaba en su interior.
—Malditas reglas. —murmuró, levantándose bruscamente de la silla. —¿Por qué todos quieren decirnos cómo vivir? Clanes, sangre, descendencia... ¡a la mierda todo! —Su voz temblaba con una mezcla de frustración y dolor. —Debo irme. Nos vemos mañana. —dijo rápidamente antes de salir, dejando a sus amigos sorprendidos por la intensidad de su reacción.
Subió a su auto y condujo sin rumbo durante varios minutos, intentando calmarse. Finalmente, estacionó al costado de una calle oscura, sacó su móvil y escribió un mensaje que había estado conteniendo.
Mi dulce demonio:
Quisiera verte, mi hermoso ángel.
Mi ángel:
Creí que ya no me escribirías. ¿Quieres que nos encontremos?
Mi dulce demonio:
Es muy tarde, solo necesitaba que supieras que pienso en ti cada hora, cada minuto y cada segundo del día.
Mi ángel:
No sé quién eres ni por qué haces esto, pero... te has metido en mi mente, y no sales de ella.
Mi dulce demonio:
¿Quieres conocerme un poco más? Te invito a cenar el sábado.
Taehyung sonrió a la pantalla, sintiendo cómo su corazón latía con fuerza.
Mi ángel:
Sí, quiero cenar contigo, mi Alfa. Contaré las horas.
Mi dulce demonio:
Yo también. Que descanses.
Ambos no pudieron evitar sonreír, cada uno en la soledad de su noche, sabiendo que aquel juego de misterios, adrenalina y romance los mantenía cautivos.
Aunque estaba emocionado por la cena que tendría con el Alfa, Taehyung mantenía firme su segundo plan. Esta vez, estaba decidido a hacer que el Alfa se mostrara en público.
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Al día siguiente, Taehyung ya tenía su plan armado; solo quedaba ser paciente y esperar a que el Alfa mordiera el anzuelo.
Llegó a la universidad temprano, con pasos firmes y el corazón latiendo con una mezcla de nervios y emoción. Se dirigió a la biblioteca, donde tomó varios libros para la clase de ese día, y, tras respirar hondo, caminó tranquilamente hacia el salón.
Mientras tanto, Jungkook se había quedado dormido. La noche anterior había sido complicada; no lograba descansar bien, y toda la situación lo estaba estresando cada vez más. Despertó sobresaltado y se apresuró por los pasillos sin prestar mucha atención a su alrededor, con los pensamientos nublados y la mente dispersa. En un giro rápido, no vio a la persona que venía de frente y chocó de lleno con alguien, haciendo que los libros cayeran al suelo en todas direcciones.
Taehyung bufó, molesto, mientras se levantaba y sacudía el polvo de su ropa. Alzó la vista, listo para reprochar al distraído que lo había derribado, pero sus ojos se abrieron de par en par al reconocer a su atacante.
—Jungkook… —murmuró sin pensarlo, el nombre escapando de sus labios en un susurro incrédulo.
El Alfa se quedó petrificado, los ojos muy abiertos y la respiración suspendida. "¿Sabe mi nombre?" pensó, atónito, mientras sus latidos se aceleraban. Sabía que debía disculparse, pero el shock lo paralizaba, incapaz de articular palabra alguna.
Taehyung observó con atención las manos del Alfa, que temblaban ligeramente, y una chispa de picardía iluminó sus ojos. Cambió su semblante, dejando que sus ojos se humedecieran hasta llenarse de lágrimas.
—Al menos… merezco una disculpa. —dijo haciendo un puchero, con una voz suave y lastimera.
Jungkook sintió un nudo en la garganta. Quería desaparecer, huir de la escena, pero sus pies parecían pegados al suelo, y la mirada llorosa de Taehyung no ayudaba. En un intento desesperado, llevó un dedo a su garganta e hizo una señal de que no podía hablar, esperando que eso funcionara. Luego, rápidamente, se agachó para recoger los libros, tratando de ocultar sus nervios y controlar sus pensamientos caóticos.
Taehyung sonrió para sí mismo, sabiendo que tenía al Alfa exactamente donde lo quería. Sin pensarlo dos veces, también se agachó, y, en un movimiento calculado, quedó en cuatro, acercando su rostro al de Jungkook, hasta que sus miradas se encontraron de nuevo. El Alfa tragó saliva con dificultad, sintiendo que su autocontrol se tambaleaba. Tenerlo tan cerca, tan vulnerable, era algo que había deseado en silencio.
Taehyung le sonrió con ternura, y en un tono seductor, susurró:
—Merezco una disculpa.
Jungkook negó con la cabeza, sin apartar sus ojos de los de Taehyung, pero el deseo latente era difícil de controlar.
—Podría disculparte… sin hablar. —murmuró Taehyung, mordiendo ligeramente su labio inferior.
Jungkook parpadeó, sacudiendo su cabeza en un intento de aclararse. ¿Acaso el Omega le estaba insinuando… un beso? La idea era tentadora, pero debía controlarse. Se puso de pie y le extendió la mano para ayudarlo a levantarse, tratando de recuperar algo de distancia y cordura.
La sonrisa del Omega desapareció al instante. Por mucho que quisiera creer que Jungkook era el Alfa desconocido que lo atormentaba en sus pensamientos, la frialdad y distancia de su actitud hacía que dudara de esa posibilidad.
Con una mueca de disgusto, Taehyung se levantó sin aceptar su ayuda. —Puedo solo, gracias. —murmuró sin mirarlo, volviendo su atención a los libros esparcidos en el suelo.
Jungkook apretó los labios en frustración, deseando poder decir algo, acercarse más, tal vez ayudarlo tomándolo de la cintura, o, lo que más deseaba, besarlo. Pero debía mantener su papel en silencio. Incapaz de hacer más, dio media vuelta y se alejó con pasos rápidos, sintiendo el peso de la oportunidad perdida.
Taehyung, aún arrodillado, dejó escapar un suspiro amargo, susurrando para sí mismo: —Definitivamente eres un idiota, Taehyung. —Pensó enojado, mientras recogía sus libros y seguía su camino, cada paso más pesado que el anterior.
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Ese día, Taehyung se sentía distraído, con la mente dividida en dos direcciones. La primera, su Alfa desconocido, y la segunda… ¿por qué le molestaba tanto el rechazo de Jungkook? Claro, Jungkook le parecía lindo, bueno, algo más que lindo, pero el Alfa jamás había mostrado interés por él. Entonces, ¿por qué ese sentimiento de incomodidad lo atormentaba? Se lo preguntaba una y otra vez, sin hallar respuesta.
La hora del almuerzo llegó, y Taehyung se sentó junto a Jimin como siempre, permaneciendo en silencio mientras sus ojos vagaban por el comedor, intentando descubrir alguna pista sobre la identidad del Alfa. La incertidumbre lo carcomía por dentro, haciéndolo removerse inquieto en su asiento.
A la distancia, Jungkook estaba sentado solo, dándole la espalda. Quería evitar mirarlo, convencido de que así lograría controlar su impulso y evitar levantar sospechas. Aún sentía el peso de la revelación de hacia unas horas atras y estaba decidido a actuar con cautela. Su amigo Min le había dicho que no tenía hambre y prefería dormir una pequeña siesta en su vehículo.
En ese momento, Jimin recibió un mensaje, y tras apoyar los cubiertos en la mesa, se levantó de prisa. —Voy al baño —dijo en un tono urgente, y se fue sin darle tiempo a Taehyung de responderle.
Taehyung tomó su celular con la esperanza de recibir algún mensaje, pero al ver que no tenía notificaciones del Alfa, hizo un puchero y se levantó, decepcionado. Mientras se retiraba, Jungkook también buscó su teléfono para escribirle al Omega, solo para recordar que lo había dejado en el salón. Chasqueó la lengua y, tras un suspiro, se dirigió de vuelta al aula.
En el camino, algo llamó su atención. Vio a su amigo Min entrar a un salón vacío, siguiendo a otra persona que apenas pudo distinguir. Jungkook alcanzó a ver la mano de la figura desconocida y, con curiosidad, decidió acercarse en silencio. Se colocó junto a la puerta, que estaba ligeramente entreabierta, y trató de escuchar, aunque no lograba captar nada claro. Lentamente asomó la cabeza, y lo que vio lo dejó sin palabras: su amigo estaba besándose con alguien de manera intensa.
—¡¿Yoongi?! —dijo sin pensar, entrando al salón con una expresión de absoluto asombro. La pareja se separó de un salto. —¿Qué haces?... —Los ojos de Jungkook se abrieron aún más al darse cuenta de quién era la otra persona.
Jimin, visiblemente nervioso, carraspeó. —Lo siento, nos vemos más tarde, gatito. —murmuró apresurado, antes de salir casi corriendo, dejando a ambos solos en el salón.
Yoongi pasó una mano por su rostro, intentando calmarse mientras se despeinaba en un gesto nervioso. Jungkook, con la mandíbula tensa, cerró la puerta de golpe, sus ojos tornándose de un rojo carmesí. —Y a mí me decías que estaba traicionando al clan… —le espetó con furia contenida—. Ese Omega es del clan Kim, su madre es una Kim. —Cada palabra de Jungkook destilaba rabia, sus manos temblaban mientras apretaba los puños.
Yoongi sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo, consciente de que cuando los ojos de Jungkook se teñían de ese tono rojo, era de temer. —Lo sé, Jungkook… —respondió en un tono desesperado, levantando la voz como si intentara justificarse.
—Dime que no sabe lo mío con Taehyung. —La respiración de Jungkook se volvió errática, y su pecho subía y bajaba al ritmo de su creciente enojo.
—No, jamás te traicionaría de esa forma —negó Yoongi, con arrepentimiento en cada palabra, bajando la mirada avergonzado.
—Todos tus malditos sermones eran para salvar tu miserable pellejo, para que pudieras estar con él sin que yo fuera un estorbo —dijo Jungkook, apretando la mandíbula con tanto ímpetu que parecía que podría romperse.
—No… no es así, Jungkook. —Yoongi soltó un suspiro profundo, como si el peso de la verdad le quemara la garganta—. Sí, estoy saliendo con él desde el verano, y tu juego con Taehyung ponía en riesgo que descubrieran mi relación con Jimin. —Finalmente, confesó, la voz temblándole.
—Eres una maldita rata traidora… o mejor dicho, un maldito gato traidor. —Jungkook lo miró con desprecio, usando el apodo con el que Jimin había llamado a Yoongi, impregnando sus palabras de ironía venenosa.
—No es así, Jungkook… —Yoongi tragó saliva, nervioso—. Conozco a Taehyung gracias a Jimin, él me ha hablado de su amigo… de cómo es un Omega rebelde y…
—Cierra la puta boca. —La furia en la voz de Jungkook cortó en seco las palabras de Yoongi.
—Está bien, Jungkook. Lo siento… debí decirte la verdad. —dijo Yoongi, su voz teñida de un arrepentimiento que no se atrevía a reflejar en sus ojos, conscientes del riesgo que ambos corrían al estar involucrados con Omegas del clan Kim.
Al igual que Jungkook, Yoongi estaba enamorado de Jimin. Pero al pertenecer al clan Jeon, ponía en peligro tanto su vida como la de Jimin. Sin embargo, Yoongi había jugado con astucia, mintiéndole a Jimin sobre su afiliación y diciéndole que era parte del clan Jung, usando el apellido de su madre para ocultar su verdadera identidad como Jeon.
—Solo hay una forma en que te perdone. —dijo Jungkook con frialdad, mirándolo con ojos que destilaban ira—. A partir de ahora, tu noviecito nos va a proporcionar la información que necesitemos sobre Taehyung. Va a ser mi aliado… sin que lo sepa.
—¿Cómo se supone que haré eso? Jimin no me cuenta secretos de Taehyung… —respondió Yoongi, con un temblor de pánico en la voz.
—No lo sé, "gatito", ese es tu problema. —Jungkook se dio media vuelta y apoyó la mano en el picaporte, lanzándole una última advertencia—. Y otra cosa, no quiero volver a escucharte hablar de Taehyung. Si lo haces, te voy a golpear tan fuerte que olvidarás hasta tu nombre. —dijo, con el enojo claramente reflejado en cada palabra.
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Jimin llegó de inmediato a la mesa, con el pulso aún acelerado y el rostro algo tenso después de lo que había ocurrido, aunque Taehyung parecía demasiado inmerso en sus pensamientos para notarlo. Él había ido a la cafetería por una chocolatada, y su mente seguía dividida entre ideas confusas y una creciente frustración.
Para Jimin, mantener su relación oculta era la única opción sensata. Sabía que sus padres esperarían que se casara con alguien del clan, siguiendo la tradición. Como hijo mayor, la responsabilidad de continuar el linaje recaía sobre él, especialmente por no llevar el apellido Kim. No había tenido intención de ocultarle nada a Taehyung, pero Yoongi había insistido en que lo mejor era mantener el secreto, al menos por un tiempo.
En el fondo, todos estaban atrapados en sus propias mentiras, todos jugaban un juego de riesgo en el que sus vidas dependían de mantener ciertos secretos. Pero la diferencia era que los Omegas no sabían a lo que realmente estaban jugando.
—¿Te sucede algo? —preguntó Taehyung, alzando la mirada al notar que su amigo comía con inusitada ansiedad.
—No, no —respondió Jimin rápidamente, negando con la cabeza y tragando apresurado.
Taehyung prefirió no insistir y, tras una pausa, cambió de tema—: Ya tengo la confirmación de Bogum. Esta noche iremos a la discoteca Eclipse, y tú vendrás con nosotros.
Jimin asintió sin protestar—. Bueno.
Mientras las horas transcurrían, Taehyung sentía una creciente impaciencia: El Alfa no le había escrito en todo el día. Jungkook estaba demasiado enfadado con Yoongi como para pensar en otra cosa. Aunque su amigo había intentado disculparse repetidamente, Jungkook no estaba dispuesto a escucharle. La traición de Min lo afectaba en varios niveles: no solo había ocultado su relación, sino que había tratado de manipularlo para que se alejara de Taehyung, valiéndose de una hipocresía amarga.
Horas más tarde, en su casa, Taehyung se preparaba para la noche. Ya bañado y vestido, eligió un par de jeans negros ajustados y una camisa roja que dejaba a la vista un hombro al desabrochar un par de botones. Se acercó al espejo, aplicándose un poco de bálsamo en los labios y evaluando su apariencia. Con una sonrisa satisfecha, tomó una foto y la subió a sus redes, etiquetando a Jimin, Bogum y la discoteca, con la descripción: “Noche de diversión con ellos”.
Por otro lado, Jungkook se dirigía hacia la casa de los Jung junto a Yoongi, en medio de un denso silencio que se sentía tan afilado como un cuchillo. Aunque su excusa de llevar un bolso con ropa era la falta de ganas de regresar a su casa, la realidad era que Hoseok lo había invitado a pasar la noche, como en los viejos tiempos.
Al llegar, Hoseok los recibió y los hizo pasar. No mucho después, Min, que aún seguía la cuenta de su "novio" en redes sociales, recibió una notificación y casi se atragantó al ver la publicación.
—¿Qué sucede? —preguntó Jungkook, con un tono que aún cargaba cierto enojo.
—Mira las redes sociales de tu Omega.
Jungkook sacó su móvil con rapidez—. ¡Ay, carajo! —exclamó al ver la foto, mientras su mandíbula se tensaba al darse cuenta de un detalle en la imagen ."Tapó la marca..." Pensó.
—Tienen que acompañarme —dijo sin perder un segundo más.
—¿A dónde? —preguntó Hoseok, aún desconcertado.
—No, Jungkook, es una locura... —empezó Min, pero una mirada fulminante de su amigo lo hizo callar de inmediato.
—Vas a ayudarme —le ordenó Jungkook con una firmeza que no dejaba lugar a discusión, y luego se volvió hacia Hoseok—. Vamos a la discoteca Eclipse. Tengo ropa en el auto; nos cambiamos y salimos.
—Pero esa discoteca está aquí en mi territorio —comentó Hoseok, cada vez más confundido por la urgencia de su amigo.
Jungkook miró de reojo a Min—. ¿Acaso él sabe que debería ser un territorio neutral?
—¿O tal vez solo está probando para ver si lo buscas? —aventuró Min, inseguro.
—¿De qué están hablando? —preguntó Hoseok, mirando a ambos sin entender.
—Entonces, su plan funcionó —murmuró Jungkook antes de salir en busca de su ropa.
—¿Alguien me puede explicar qué está pasando? —insistió Hoseok.
—Te lo explicamos luego —le dijo Min, suspirando mientras se levantaba—. Ahora necesito que me prestes ropa.
—Bueno... —dijo Hoseok, alzando las cejas, resignado.
Mientras los tres se preparaban con rapidez, Min rompió el silencio—: Jungkook, ¿qué piensas hacer? ¿Cuál es el plan?
Jungkook apretó los labios, sin dejar de abotonarse la camisa—. No lo sé. Por el momento, solo quiero sacarlos de ahí.
—Pero está con Jimin y alguien más —observó Min, con una sombra de preocupación en el rostro.
—Cuando lleguemos allá, pensaré en algo —replicó Jungkook, terminando de ajustarse la ropa y con el rostro decidido, sabiendo que esa noche no permitiría que nada se le escapara de las manos.
Por su parte, Taehyung se encontraba en la discoteca junto a Jimin y Bogum. Aunque aquel Alfa le desagradaba, intentaba fingir su mejor sonrisa mientras sorbía su bebida y disimulaba la incomodidad.
—¿Crees que vendrá? —preguntó Jimin, susurrándole al oído y observando su expresión expectante.
—Si en una hora no llega, nos regresamos —respondió Taehyung, dándole un sorbo a su refresco. Sabía que el alcohol no le sentaba bien, así que prefería mantenerse sobrio.
Los minutos pasaban, y Taehyung seguía observando a su alrededor, esperando ver algún rostro conocido, mientras ignoraba los intentos de Bogum por entablar una conversación.
Afuera, los tres Alfas aguardaban en un auto frente a la discoteca. Jungkook, inquieto y pensativo, olía el aire saturado con el aroma de su Omega, una mezcla embriagadora de fresas y cerezas que parecía burlarse de él.
—Esto huele demasiado a frutas —se quejó Hoseok, frunciendo el ceño.
—Es el aroma de su Omega —respondió Min, señalando a Jungkook, quien intentaba idear un plan apresurado.
—¡Lo tengo! Nos metemos en los baños, espero a que mi Omega entre, y ahí... lo duermo como la primera vez para llevármelo. —La determinación de Jungkook era clara, y su mirada se endureció al decirlo.
—¿Qué? —gritaron sus amigos al unísono, incrédulos.
—Sí. Yoongi, tú vas a mandarle un mensaje desde el celular de Tae a Jimin, diciéndole que se fue a casa. Y tú, Hoseok, serás nuestro chófer —respondió sin dudar.
—Jungkook, este plan es una locura —protestó Yoongi, negando con la cabeza, pero viendo la firmeza en su amigo, suspiró.
Al llegar a la entrada, el guardia los dejó pasar sin cuestionarlos. Caminaron pegados a las paredes, evitando las miradas. Jungkook se detuvo por un segundo cuando, finalmente, lo vio entre la multitud. Gruñó enojado al ver cómo Bogum le sonreía con descaro a su Omega. Sacudiendo la cabeza, se dirigió al baño junto a Yoongi, y ambos se escondieron en cubículos separados.
Unos minutos después, Taehyung suspiró frustrado, sin ninguna señal de aquel Alfa.
—Voy al baño —le dijo a Jimin, quien se levantó de inmediato para seguirlo.
—No me dejes solo con el denso de mi primo —bromeó, riendo junto a su amigo mientras se dirigían al baño.
Dentro, Taehyung se apoyó contra la pared, abatido.
—Creo que no va a venir —dijo con un suspiro.
Jungkook abrió los ojos al escucharlo; su plan había funcionado, pero ahora el corazón le latía con nerviosismo.
—Tal vez no vio tus redes sociales —dijo Jimin, mientras se acercaba a un cubículo.
"¿Y ahora qué carajo hago?", pensó Jungkook, al escuchar la voz de Jimin, sus manos tensas por la indecisión.
—Es el segundo plan que no me funciona —se cruzó de brazos Taehyung, haciendo un puchero de frustración.
Mientras Jimin entraba al cubículo, Taehyung se giró hacia los lavamanos, abrió la canilla y metió las manos bajo el agua fresca.
—Creo que sería más fácil decirle que quieres verlo y ya. Si tanto quieres ver su rostro, díselo —sugirió, con un tono de complicidad y una pequeña sonrisa desde el otro lado de la puerta.
—Prometí ser paciente —murmuró, esbozando una pequeña sonrisa—, aunque eso no evite que haga trampa —dijo antes de lavarse el rostro.
Jungkook aprovechó el momento y, acercándose por detras, le colocó un paño húmedo en la boca y nariz. Apenas Taehyung abrió los ojos, el aroma del sedante lo envolvió, y en pocos segundos quedó inconsciente en sus brazos. Con rapidez, Jungkook lo llevó al cubículo.
—¿Y si te está vigilando desde las sombras? ¿Por qué no vas a la pista a bailar y así veremos si aparece? —Jimin se quedó en silencio, esperando la respuesta de su amigo—. ¿Tae?... ¿Tae, estás ahí?
Desde su escondite, Jungkook pensaba rápidamente en qué hacer con Jimin. Sin perder tiempo, deslizó el paño que había usado para dormir a Taehyung por debajo de la separación de los cubículos, con un gesto decidido pero silencioso. Al ver la mano de su amigo extendida con el paño, Yoongi comprendió el inesperado giro en el plan y tragó saliva, asimilando el cambio. Habían ido solo por un Omega, pero ahora… se llevarían dos.
Jimin salió del cubículo, y al no ver a Taehyung, se dirigió al lavabo para secarse las manos.
—¿Tae? ¿Sigues aquí? —preguntó, desconcertado, mientras inspeccionaba los cubículos.
Justo entonces, Yoongi salió de su escondite y, antes de que Jimin pudiera reaccionar, lo durmió del mismo modo.
—Listo —dijo Min, respirando agitado mientras observaba al Omega en sus brazos. No podía creer que acababa de dormir a su propio novio—. Pero... ¿cómo vamos a salir de aquí con dos Omegas inconscientes?
Jungkook salió del cubículo, sin poder contener una sonrisa al tener a Taehyung entre sus brazos. Su mirada era cálida, y sus dedos acariciaron suavemente la mejilla de su Omega.
—Jungkook, carajo, presta atención —se quejó Yoongi en un susurro.
—Di que es tu novio y está ebrio —sugirió Jungkook, sujetando a Taehyung en sus brazos en forma nupcial, y avanzando con cautela hacia la salida. A lo lejos, vio que Bogum seguía en la mesa, distraído, lo que les dio vía libre.
Ambos Alfas salieron y se dirigieron rápidamente al vehículo, cargando a los Omegas.
—¿Qué mierda hicieron? —preguntó Hoseok al ver a los Omegas inconscientes en sus brazos.
—Vamos a uno de tus departamentos, luego te explico —respondió Jungkook con firmeza.
Hoseok se subió al auto y murmuró para sí, imitando sus voces—: “Luego te explico, luego te explico” —se quejó, mirando por el espejo retrovisor—. Y al final, nunca me explican un carajo.
Jungkook lo ignoró, estaba demasiado feliz acariciando el rostro de Taehyung mientras Yoongi, en cambio, no lograba calmar sus nervios.
Al llegar, Hoseok corrió a abrir el departamento y encendió las luces, mientras Jungkook y Yoongi llevaban a los Omegas a la habitación y los acomodaban en la cama. Hoseok entró tomando un sorbo de agua, pero al ver quiénes eran, escupió el líquido en una mezcla de sorpresa y horror.
—¡Ay, carajo! ¡Acabo de secuestrar a mi cuñado!
—¿Qué? —exclamaron Jungkook y Yoongi al unísono.
—Kim Taehyung es mi cuñado —respondió Hoseok, señalando al rubio con los ojos muy abiertos de par en par.
🌸Hola dulces obsesionadas por el Taekook/KookV.
🌸 Saben que amo sus teorías 🤭
Así que me gustaría leerlas.
🌸Espero que les haya gustado el capítulo, el próximo se pondrá algo enredando, y candente😁.
🌸 Gracias por el apoyo, los quiero.
🌸Nikki🌸
🌸
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