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🌸Cap 01.


🌸 Capítulo 01

¿Qué sucedería si, sin querer, te enamoras de la única persona a la que tienes prohibido amar?

¿Será que, tal vez, solo tal vez, el gusto de lo prohibido sabe mejor?

~El dilema

Jeon Jungkook es un universitario de veintidós años. Su familia, adinerada y una de las más temidas de Corea del Sur, ha acumulado numerosos enemigos a lo largo de los años. Sin embargo, ningún clan es más odiado por los Jeon que los Kim. La rivalidad y disputa entre ambos clanes se ha perpetuado durante generaciones, y los Jeon han jurado vengarse. Pero, ¿qué culpa tienen sus descendientes de las decisiones de sus antepasados?

La respuesta es simple: ninguna. Aun así, la lógica no tiene cabida cuando la sed de venganza corre por las venas. Para mantener la paz entre los clanes, los Kim tienen prohibido cruzar a los territorios de los Jeon, y bajo ninguna circunstancia pueden acercarse a los miembros de su clan. Las mismas reglas aplican para los Jeon.

Algo que Jeon Jungkook, no podrá cumplir por mucho más tiempo.

~Los clanes

Jeon Jungkook, hijo del líder de su clan, está destinado a ser el sucesor de su padre. Como Alfa puro de veintidós años, con su cabello azabache y sus ojos negros como una noche sin luna, inspira respeto y temor. Sus labios, finos y rojos como rubíes, agregan un toque de sensualidad a su apariencia imponente. Para su padre, su destino está marcado: Jungkook debe casarse con alguien de su propio clan y luego asumir el liderazgo. Sin embargo, Jungkook guarda deseos ocultos, planes que distan mucho de los de su familia, planes que podrían poner en riesgo su propia vida.

~El clan Kim

Kim Taehyung, con sus diecinueve años, es un Omega puro, de cabello dorado y rostro angelical. Sus labios gruesos, tan rosados y tentadores como una fresa madura, contrastan con la inocencia que su apariencia parece proyectar. Taehyung es el hijo menor del líder del clan Kim, y para su padre, debe ser el ejemplo de lo que un Omega sumiso debería ser.

Pero Taehyung no tiene ni un solo rastro de sumisión. Su espíritu es rebelde, su carácter fuerte, aunque con su rostro de osito de felpa y su encantadora sonrisa podría engañar a cualquiera. Bajo esa tierna apariencia, se esconde alguien que se niega a seguir las reglas, alguien que está dispuesto a desafiar el destino que su familia ha trazado para él. Kim Taehyung no es lo que aparenta ser, y ese misterio lo hace aún más irresistible.

~

Desde hace poco más de un año, Kim Taehyung llegó a la misma universidad donde estudia Jeon Jungkook, un territorio neutral para ambos clanes. Para el rubio, la historia de la rivalidad entre los clanes parecía ser inexistente, pero Jungkook sabía muy bien de aquella enemistad, y eso despertaba en él una intensa curiosidad hacia Taehyung.

Cuando lo vio por primera vez, hace un año, lo atrajo de inmediato. Sin embargo, al descubrir quién era, trató de mantenerse alejado y de no seguir mirándolo desde la distancia. Aun así, cada día que pasaba se le hacía más difícil ignorar esa atracción creciente.

Cuando llegaron las vacaciones de verano, comenzó a sentir la necesidad de verlo, aunque fuera solo a través de sus redes sociales.

—Deja de mirarlo, Jungkook —se reprendió a sí mismo, chasqueando la lengua con frustración—. Es el hijo del líder de los Kim, tus males no podrían ser peores —gruñó al aire, sin despegar la vista de la pantalla de su computadora.

Cerró la laptop de un golpe seco y se dejó caer en su cama, mirando el techo con los brazos extendidos.

—Y si nadie se entera... —murmuró en un suspiro, con una media sonrisa—. Solo tendría que pensar en un buen plan.

Después de varios minutos de lucha interna, con pensamientos cruzados e inquietos, Jeon Jungkook llegó a una conclusión. Su mente bullía con la idea perfecta. Ya tenía su plan ideal.

Por otro lado, Taehyung no era ajeno a las miradas del azabache. Le parecía atractivo, al menos a la distancia. Sin embargo, cada vez que sus ojos se encontraban, el Alfa le lanzaba miradas de asco y desprecio, lo que confundía profundamente al Omega. Jungkook lo observaba para luego hacerle desplantes. Taehyung, cansado de la actitud cambiante del Alfa, asumió que él era uno de esos típicos Alfas que detestaban a los Omegas, y por esa razón, jamás intentó acercarse a hablarle.

—Lindo pero idiota —pensaba Taehyung cada vez que sus caminos se cruzaban.

Para él, Jungkook no era más que otro de los tantos que lo miraban: algunos babeando por él y otros con celos o desprecio. Nada extraordinario para un Omega, la casta más pequeña y frecuentemente despreciada.

Aun así, Taehyung no se afligía por ello. Era feliz a su manera, y había hecho una lista negra de todos aquellos que alguna vez lo habían tratado mal... aunque esa es una historia para otro momento.

Las clases habían comenzado, y Taehyung, junto a su mejor amigo Jimin, no podían estar más emocionados. El segundo año de universidad ya estaba en marcha. Ambos compartían el mismo objetivo: encontrar pareja por primera vez.

—¿Crees que este año al fin encontraremos a alguien hecho a nuestro antojo? —preguntó Jimin mientras retocaba sus labios con un poco de bálsamo, su rostro mostrando una ligera expectativa.

—Eso espero, Jimin. Estoy cansado de lo mismo de siempre. Unos solo quieren una noche de pasión, y otros son demasiado empalagosos. Quiero a alguien que me ofrezca algo diferente —respondió Taehyung, recorriendo con la mirada los largos pasillos de la universidad, su expresión un tanto aburrida.

Fue entonces cuando Jungkook apareció al frente, acompañado por su amigo Yoongi. Taehyung lo miró fijo, su semblante endurecido.

—¿Acaso este año serás un poco más amable, Alfa de cuarta? —pensó el Omega, frunciendo ligeramente los labios.

Jungkook, por su parte, no pudo evitar observarlo detenidamente. —Se ve tan hermoso,— pensó mientras su corazón aceleraba. —Solo aguanta unas horas, Jungkook, y será tuyo. —Mordió sus labios, esforzándose por no sonreír como un tonto.

—Buen día —saludó fuerte y firme el rubio, cuando los dos Alfas estuvieron a escasos centímetros de ellos.

Jungkook lo miró por encima del hombro, y con una expresión despectiva, viró los ojos y bufó por la nariz. Luego giró el rostro sin responderle, fingiendo desinterés.

—Idiota —murmuró molesto el Omega, apretando los labios.

Una sonrisa ladina apareció en el rostro de Jungkook mientras se alejaba. Sus planes estaban en marcha.

~

La hora de salida había llegado. Taehyung tomó su móvil para revisarlo y se encontró con la sorpresa de un mensaje de un número desconocido.

Desconocido: Hola, Tae. Sé que te preguntarás quién soy. Te ofrezco un juego. Si quieres conocerme, ven ahora al gimnasio, solo.

Taehyung entrecerró los ojos, mirando la pantalla. La palabra "juego" despertó su curiosidad, haciéndole sonreír con cierta entusiasmo.

—¿Sucede algo? —preguntó Jimin, al notar que su amigo estaba inmerso en su móvil, mientras recogía sus útiles.

—Sí, alguien me ofreció un juego —respondió Taehyung, sonriendo con diversión, sus ojos brillando con anticipación.

—¿Qué? ¿Quién? ¿Cómo un juego? —preguntó Jimin, frunciendo el ceño, visiblemente confundido.

—Ese es el juego, Jiminshi. Tengo que descubrir quién es —respondió Taehyung, con una sonrisa traviesa en sus labios. Se levantó de golpe y tomó su bolso, colgándoselo en un hombro—. Iré a averiguarlo ahora mismo, no me esperes.

—Estás loco si piensas ir a ver a un extraño —dijo Jimin, preocupado, mirándolo con escepticismo.

—No me da miedo. Además, es pleno día. ¿Quién se atrevería a hacerme algo? —respondió Taehyung, restándole importancia con un gesto de la mano.

—No me preocupas tú, sino el idiota que se atreva a intentar engañarte —replicó Jimin, con los brazos cruzados, suspirando con frustración.

Taehyung le guiñó un ojo con una sonrisa pícara—. Luego te cuento —añadió antes de salir del salón de clases, dejando a Jimin todavía confundido.

—Yo quería acompañarte, ¡mal amigo! —gritó Jimin, pero ya era tarde; Taehyung estaba lejos—. Al menos tendré el chisme más tarde —dijo al aire, resignado.

Mientras caminaba apresurado, Taehyung sentía una emoción creciente en su pecho, un cosquilleo de adrenalina que lo empujaba a avanzar más rápido. La idea de romper su rutina aburrida con algo tan misterioso le fascinaba. Al llegar al gimnasio, se encontró con un ambiente extraño; el lugar estaba vacío y algo oscuro, las luces apenas iluminaban el espacio.

—Hola —dijo en voz alta, pero solo escuchó su eco rebotar contra las paredes. Frunció el ceño y suspiró con fastidio—. Carajos, solo fue una broma de mal gusto —murmuró, haciendo un puchero con sus labios, mientras cruzaba los brazos.

Justo cuando estaba a punto de girarse para marcharse, sintió un repentino golpe de aire en la nuca. Alguien colocó un paño en su rostro. El olor fuerte y penetrante lo invadió, nublando sus sentidos, y en cuestión de segundos, todo se volvió oscuro.

Cuando despertó, estaba completamente desorientado. No podía ver nada; sus ojos estaban vendados. Intentó moverse, pero sus manos estaban atadas a la espalda de la silla en la que se encontraba sentado. Su boca también estaba amordazada, y sus pies, atados juntos, le impedían cualquier intento de levantarse. Se removió desesperadamente, tratando de desatarse con movimientos bruscos, pero no lo logró. El miedo comenzó a apoderarse de su pecho, acelerando el ritmo de su respiración.

—Hola, mi hermoso ángel. — La voz profunda y ronca resonó en la oscuridad, provocando que Taehyung se detuviera de inmediato. El tono, a la vez grave y seductor, lo desarmó. — No temas, no voy a hacerte daño. — La calma en esas palabras hizo que el Omega inhalara profundamente, soltando el aire que había estado conteniendo. —Sé que tendrás muchas preguntas. — continuó, notando cómo el rubio asentía en silencio, aún inmovilizado.

—Quiero proponerte un juego. — La voz, suave y calculada, llegó acompañada de un ligero roce en su hombro. Una mano, firme pero cuidadosa, trazaba el contorno de su piel, provocándole un leve escalofrío. Taehyung inclinó la cabeza hacia un lado, abriendo la puerta a más contacto, fascinado por lo que escuchaba. — Me gustas, desde hace mucho, pero tu vida corre peligro a mi lado. — La cercanía del aliento cálido rozando su oreja lo hizo estremecerse. Podía sentir la diferencia de temperatura entre su piel y la de aquel Alfa desconocido. Taehyung movió los labios, intentando liberar la mordaza, dejando claro que quería hablar. — Escucha antes de que te quite la mordaza de esa hermosa boca. Sé que lo que te propongo es una locura, pero sería divertido... salir sin que sepas quién soy. De esa forma, tu vida estará a salvo.

El Omega asintió lentamente, y sintió las manos del Alfa acercarse a su rostro con una suavidad sorprendente para alguien con ese tono de voz tan firme.

—Voy a quitarte la mordaza. ¿Me prometes que no gritarás? — preguntó el Alfa en un murmullo bajo, casi como si disfrutara del juego tanto como él.

Taehyung afirmó con la cabeza, y en cuestión de segundos sintió cómo sus labios se liberaban. Tragó saliva, acomodando su mandíbula, y una sonrisa divertida se dibujó en sus labios.

—Tu manera de atraerme es... diferente y divertida. — respondió, sin mostrar miedo. Al contrario, se regodeaba en la adrenalina del momento, disfrutando el aire de misterio.

Jungkook, quedó sorprendido por la actitud del Omega. Esperaba encontrar a alguien asustado, pero en su lugar, había un ser lleno de confianza. —Tu juego suena interesante, Alfa. — continuó Taehyung, mordiendo con picardía su labio inferior, una señal clara de que estaba listo para lo que viniera.

El aroma que flotaba en el aire era inconfundible. Un toque masculino, levemente amaderado, se mezclaba con el dulzor natural del Omega. Jungkook había soltado su aroma a propósito, una señal de confianza que el Omega captó al instante.

—Entonces, si no veo tu rostro... mi vida estará a salvo, ¿no? — Taehyung giró levemente la cabeza, tratando de ubicar al Alfa por el sonido de su voz, la curiosidad inundaba sus palabras.

—Así es. — respondió Jungkook, con cierto nerviosismo, temiendo que esto asustara al Omega. Pero, para su sorpresa, Taehyung no parecía tener intención de dar marcha atrás.

—Tu juego es macabro... — reflexionó Taehyung, entrecerrando los ojos como si analizara cada palabra. — Quieres salir conmigo, pero nunca sabré quién eres, y mi vida dependerá de ese secreto. — Su voz se llenó de una mezcla de curiosidad y desafío. El silencio que siguió fue pesado, pero cargado de tensión.

De pronto, un suave roce en sus labios lo interrumpió. El contacto fue apenas perceptible, pero su corazón se aceleró. —Será divertido, lo prometo. — susurró el Alfa, su aliento chocando contra la piel del Omega, erizándole hasta el último vello de su cuerpo.

—De... de acuerdo. Solo tengo una condición. — La voz de Taehyung tembló ligeramente, aunque mantenía su compostura.

—¿Cuál es, mi ángel? — preguntó Jungkook, sin dejar de rozar sus labios contra los de Taehyung, bajando lentamente hasta su cuello. El aroma del Omega era aún más intoxicante de cerca.

Taehyung mordió su labio inferior, intentando controlar su respiración acelerada. Tragó saliva antes de hablar. — Que me dejes tocar tu rostro. Al menos quiero sentir con mis manos cómo eres.

El silencio que siguió fue interrumpido por una risa baja y complacida. Jungkook volvió a acercarse, susurrando en un tono ronco que lo envolvía. —Entonces tenemos un trato... Eres mío, Kim Taehyung. — Su voz estaba cargada de posesión, una promesa velada en cada palabra.

El rubio sonrió con cierta picardía, aún saboreando el peligroso juego. — Ahora cumple con tu parte. — Movió sus manos, ahora libres, hacia el frente, en busca del contacto. — Desata mis pies para poder ponerme de pie... y tocar tu rostro.

Jungkook parpadeó, atónito al ver que las manos de Taehyung ya estaban desatadas. —¿Cómo...

Intentó preguntar, pero el Omega le interrumpió con una sonrisa divertida. — Tengo unas manos muy hábiles, Alfa. — bromeó, disfrutando del desconcierto en su voz.

El Alfa negó con la cabeza, todavía sorprendido, pero sin dejar de sonreír. Taehyung era mucho más de lo que aparentaba. Lentamente, desató las piernas del Omega y lo ayudó a levantarse. Cuando ambos estuvieron frente a frente, Jungkook llevó la mano de Taehyung a su rostro.

Las manos del Omega, suaves pero firmes, se posaron en las mejillas de Jungkook. Poco a poco, comenzó a deslizar sus dedos por su piel, tomando nota de cada detalle. — Mejillas suaves... pómulos marcados... — susurró, sus palabras cargadas de curiosidad. — Labios finos, suaves... y una nariz pequeña. — Continuaba describiendo con precisión cada parte que tocaba, bajando lentamente al cuello del Alfa. — Hombros anchos... y, oh, brazos fuertes y bien definidos.

Jungkook sonreía embelesado, observando cómo las manos de Taehyung exploraban su cuerpo con tanta familiaridad. Pero cuando las manos del rubio comenzaron a bajar hacia su pecho, Jungkook soltó una carcajada. — Creí que solo tocarías mi rostro. — bromeó.

—Debo saber qué mercancía me llevo, ya que no puedo verla. — Taehyung sonrió, sus dedos recorriendo con descaro el torso del Alfa. — ¡Uy! Qué pectorales más grandes y firmes. — comentó mientras sus manos presionaban suavemente los músculos del pecho de Jungkook. Sin aviso, deslizó una mano bajo la camiseta del Alfa, encontrándose con sus abdominales. — Aquí podría lavar mi ropa. — susurró sexy, mordiendo su labio inferior.

Jungkook cerró los ojos, intentando mantener el control frente a las caricias del Omega. Cada toque le provocaba un cosquilleo que subía por su espina dorsal.

Taehyung, en su exploración, dejó que sus manos se deslizaran hacia abajo, hasta posarse en la cintura del Alfa. Con un movimiento rápido, las apoyó en su trasero, pegando sus cuerpos aún más.

—¿Qué... qué haces? — preguntó Jungkook, abriendo los ojos de golpe, sorprendido por la audacia del Omega.

Taehyung apretó firme con ambas manos los cachetes, haciendo que Jungkook de un pequeño salto.—Tienes un redondo, pomposo y fibroso trasero... Me gusta. Tenemos un trato, Alfa. — mordió el labio con una sonrisa traviesa, satisfecho de haber cumplido su parte del juego.

Alejó sus manos y dio unos pasos hacia atrás, una sonrisa amplia y traviesa se dibujó en su rostro, de pronto se veía tan inocente, como si no hubiera sido el mismo que hacía un momento provocaba a Jungkook. Sus labios formaban una curva juguetona, pero sus ojos, aún cubiertos por la venda, transmitían una seducción peligrosa, como si supiera exactamente lo que estaba haciendo.

" Si que tiene manos hábiles". penso Jungkook, que por su parte, intentaba regular su respiración, sintiendo cómo su corazón latía a mil por hora. Los juegos de Taehyung eran mucho más intensos de lo que alguna vez había imaginado. La forma en la que el Omega lo desafiaba, tanto con sus palabras como con sus caricias, le hacía perder el control. Kim Taehyung era un maestro en el arte de sorprenderlo, y cada segundo que pasaba a su lado se volvía más y más adictivo.

—Ahora... —La voz del Alfa sonó grave, intentando mantener la compostura mientras daba un paso atrás, alejándose. —Uno de mis hombres te llevará hasta la puerta de la universidad. —explicó, tratando de mantener la distancia. Sabía que si se quedaba más tiempo cerca de Taehyung, perdería el control por completo. —Espera mi mensaje y pronto nos volveremos a encontrar, mi hermoso ángel. —Las palabras salieron con esfuerzo, su tono intentando mantener el control que poco a poco se le escapaba entre los dedos

Pero Taehyung, lejos de retroceder, volvió a avanzar con lentitud. Cada paso que daba hacia el Alfa parecía calculado, como si disfrutara del efecto que causaba en él. El aire entre ambos se llenó del aroma dulce y embriagador del Omega, mezclándose con el amaderado de Jungkook, que, a pesar de la situación, luchaba por no perder el control.

—¿Cómo quieres que te llame? — preguntó Taehyung con suavidad, extendiendo una mano en busca del rostro del Alfa, sus dedos moviéndose con cautela en la oscuridad que lo envolvía. La ceguera forzada lo obligaba a afinar sus otros sentidos, y el sonido de la respiración pesada de Jungkook le indicaba lo cerca que estaba.

Jungkook permaneció en silencio por un instante, observando cómo el Omega se acercaba más. El conflicto interno era evidente en su expresión. Sabía que si revelaba su nombre, pondría todo en riesgo, pero no podía evitar sentir la tentación de que Taehyung lo conociera de verdad.

—No puedo decirte mi nombre... —respondió con un toque de tristeza en su voz, alejando el rostro apenas lo suficiente para evitar el tacto del Omega. — Si alguien nos descubre, entonces yo habré sido nuestro propio verdugo. —Sus palabras cargadas de gravedad resonaron en el silencio de la habitación, y por primera vez, un atisbo de vulnerabilidad apareció en su voz.

Taehyung esbozó una sonrisa ligera, casi como si disfrutara de ese peligro. Con una calma que desarmaba a Jungkook, apoyó su mano sobre el pecho del Alfa, sintiendo el ritmo acelerado de su corazón bajo la tela de su camisa. El tacto firme pero delicado de Taehyung hizo que el Alfa contuviera el aliento por un segundo.

—Entonces, eres el demonio que me llevará a la locura. — susurró el rubio, su tono suave y seductor, mientras inclinaba levemente su cabeza hacia el lado, esperando más contacto. — No nos descubrirán, no me quitaré la venda de mis ojos cada vez que estemos juntos, lo prometo. — Sus palabras fueron un murmuro suave, pero cargadas de determinación.

Los dedos de Jungkook, temblorosos por la tensión acumulada, acariciaron la mejilla del rubio con una suavidad que contrastaba con el fuego que quemaba dentro de él. No podía evitarlo, Taehyung lo atraía como ningún otro ser lo había hecho jamás.

—¿Qué es lo que somos, Alfa? —La voz de Taehyung era un susurro apenas audible, cargada de una mezcla de curiosidad y anhelo. Sus labios se separaron ligeramente, mientras su rostro buscaba más de esas caricias que lo enloquecían.

Jungkook no pudo contenerse más. Inclinándose hacia él, sus labios rozaron la piel expuesta del Omega, su aliento caliente chocando contra su cuello. —Eres mío, Kim Taehyung. —repitió, esta vez con una firmeza que no dejaba lugar a dudas. Cada palabra era una promesa oscura, una declaración que sellaba el destino de ambos.

Taehyung sonrió, ladeando la cabeza con diversión. —Entonces no eres mi novio... —comentó con picardía, sus labios formando una mueca burlona. —Eso quiere decir que puedo salir con otras personas... —agregó, sabiendo perfectamente el efecto que esas palabras tendrían en el Alfa.

La reacción de Jungkook fue inmediata. Se inclinó más hacia el Omega, su mano libre bajando hasta la cintura del rubio, tomándolo con una fuerza posesiva, apretándolo contra su cuerpo. El calor que emanaba de ambos cuerpos era palpable, casi sofocante.

—Solo inténtalo, mi hermoso ángel, y verás de lo que soy capaz. —le susurró al oído, su voz ronca y amenazante. El aliento caliente del Alfa hizo que Taehyung se estremeciera, un escalofrío recorriendo su espalda al escuchar esas palabras llenas de deseo y advertencia.

Taehyung tragó saliva, su sonrisa más pronunciada que antes. Su corazón latía con fuerza, emocionado por el peligroso juego que acababa de comenzar.

"Prometí no quitarme la venda, Alfa, pero jamás prometí que no
te tentaría a mostrarte frente a mí..." pensó para sí, con la adrenalina recorriendo cada parte de su cuerpo.

El aroma de Jungkook lo envolvía por completo, y aunque no podía verlo, sus sentidos estaban más alertas que nunca, atrapado en esa red de sensaciones que solo el Alfa podía provocarle.

🌸 Hola dulces obsesionadas por el Taekook/KookV.

🌸 Bienvenidas a mi nueva historia... La idea es que sea corta🤣Ay dios ya perdí la cuenta de las veces que dije esto... La historia será un Smutt, recorriendo lo sensorial, ya que Tae siempre tendrá los ojos vendados🤭

🌸Espero que les haya gustado el capítulo 🥰

🌸 Con mi hermosa alma gemela hemos hecho un trato 🤭 ambas subíamos la nueva historia que teníamos guardados así que se las recomiendo — susurra : es Smutt. Para las golosas 🤣. Thv8595
Aquí les comparto la portada.


🌸 Gracias por el apoyo.

🌸Nikki 🌸





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