ꕥ Prólogo ꕥ
En un mundo desgarrado por la guerra, donde la muerte no significa el final y la traición es moneda corriente, Sylvanas Windrunner, quien alguna vez comandó a los altos elfos en la defensa de Quel'Thalas, vio su vida truncada cuando fue asesinada por Arthas Menethil, el príncipe de Lordaeron. Corrompido por la Espada Maldita, Frostmourne, Arthas renunció a su humanidad y se convirtió en un fiel servidor del Rey Exánime, liderando la Plaga de los muertos vivientes en su conquista de Azeroth. Sylvanas fue una de sus tantas víctimas; tras ser asesinada, su alma no encontró descanso, pues Arthas la resucitó en contra de su voluntad como una banshee, esclavizada a su servicio. Despojada de su humanidad y obligada a luchar contra su propio pueblo, Sylvanas se convirtió en una comandante de la Plaga, un cruel destino para quien una vez fue una orgullosa general de los elfos nobles.
Sin embargo, la voluntad de Sylvanas no se quebró por completo. Aunque su mente estuvo bajo el control del Rey Exánime, poco a poco recuperó su conciencia y con ello, su deseo de venganza. Cuando el control del Rey Exánime sobre la Plaga comenzó a debilitarse, ella vio la oportunidad de liberarse y se rebeló contra su creador. Intentó asesinar a Arthas, pero falló y se vio obligada a huir, refugiándose en las ruinas de Lordaeron. Con su libertad recién recuperada y consumida por su odio, Sylvanas juró reunir un ejército para desafiar al Rey Exánime y reclamar su propia identidad.
Al mismo tiempo, los tres señores del terror Nathrezim, que habían servido a la Legión Ardiente bajo el mando de Kil'jaeden, se vieron atrapados en la guerra entre los muertos vivientes y los humanos. Con la muerte de dos de ellos a manos de Arthas, el último de los señores del terror, Varimathras, quedó en una posición desventajosa.
Varimathras, un demonio Nathrezim, es una de las criaturas más astutas y manipuladoras de Azeroth. Originario de la Legión Ardiente, su naturaleza y ambición lo han llevado a traicionar a sus propios aliados en busca de poder. Como uno de los tres señores del terror, Varimathras fue encargado de sembrar caos en las filas de sus enemigos. Cuando los planes de la Legión comenzaron a desmoronarse, y tras la caída de dos de los tres señores a manos de Arthas, Varimathras se vio forzado a tomar una decisión: enfrentarse a la Sylvanas y morir o someterse a su voluntad.
Así, con su vida en juego, Varimathras juró lealtad a Sylvanas. Sin embargo, esta alianza no se basaba en la confianza, sino en la necesidad. Mientras Sylvanas reunía a los renegados bajo su mando, Varimathras se convirtió en su mano derecha, un aliado cuya verdadera lealtad siempre estaba en duda.
Dos almas atrapadas en la oscuridad, dos criaturas sin corazón que solo conocían el engaño y la venganza. Sylvanas y Varimathras, unidos por la conveniencia y separados por la desconfianza, estaban destinados a caminar juntos en un mundo donde la traición no era una posibilidad, sino una certeza.
Nota para los lectores:
Si conoces la historia de Warcraft III, este prólogo puede parecerte familiar. Pero lo escribí pensando en quienes no lo han jugado o no están familiarizados con su historia. Mi intención es darles el contexto necesario para entender la trama y los personajes sin necesidad de conocer el juego.
Aun así, si eres fan de la saga, espero que disfrutes esta historia :)
Sin nada más que decir...
See ya.
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