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Capítulo 6

Después de aquel día, en el que casi beso a Mark, no lo volví a ver; nuevamente se marchó con aquel chico misterioso en el auto de la vez pasada, todo quedo en una pequeña nube de humo que dejo como rastro. No quiero que mi mente me juegue malas pasadas, pero, eso no me parece normal... En fin, después de tanto pensarlo, me decido a mandarle mensaje para saber cómo se encuentra.

Hola, Mark.

¿Cómo estas hoy?

No he sabido nada de ti desde la última vez.

MARKIE: ¡Hey!, Jack, lo siento, hubo unos inconvenientes qué me mantuvieron ocupado, pero todo está en orden.

El ver su respuesta inmediata me hizo estar en paz un momento, hasta que recordé que tengo algo que decirle.

Aparte de querer saber cómo te encuentras, quería invitarte nuevamente a un lugar...

MARKIE: ¡Claro!, Sabes que me encanta ir contigo a donde sea que me invites.

Entonces... ¿te gustaría ir a una boda conmigo?

MARKIE: ¡Wow!, Esa no me la esperaba, pero, claro que voy contigo.

Bueno, entonces... ¿nos vemos el sábado en el bar a las 4:30?

MARKIE: Perfecto, nos vemos ahí, buenas noches, Jack.

Buenas noches, Markie.

Bloquee mi celular y un suspiro estúpido salió de mi boca. No sé qué es lo que me pasa con él, pero... es un riesgo que estoy totalmente dispuesto a correr.

[...]

El sábado llegó pronto, cuando menos lo pensé ya me encontraba vistiendo aquel traje azul que había reservado para un momento importante; en mis manos cargaba con el saco, que, para ser sinceros, no me gusta portarlo, pero era un evento de gran relevancia, así que decidí ponérmelo hasta el momento que tengamos que entrar en el jardín en el que será el evento.

No quiero imaginar lo lindo y extraño que se verá Mark: él no suele utilizar ese tipo de ropa e imaginarlo portando aquel traje gris, que no sé de dónde saco Lay, es lo más tierno que puedo soñar; no obstante, aun cuando no he terminado de ponerme aquella loción que me regalaron mis chicos favoritos, Tzuyu entra a mi habitación y me apresura a bajar, ya que el jefe tiene un anuncio importante para todos.

Bajo lo más rápido posible a la sala, llevo conmigo la guitarra, mi celular y más cosas personales y eso absorbe mi atención hasta que me encuentro con la gran mayoría de mis compañeros de trabajo. Saludo, no me había percatado que a lado de Lay se encuentra otra persona: era como de mi estatura, castaño y, a juzgar por sus rasgos, es coreano... su piel era blanca cual nieve. Ambos estaban demasiado sonrientes, tanto que no me di cuenta en qué momento se tomaron las manos y Lay comenzó a hablar.

—Bueno chicos, como bien saben, los mande llamar para darles una noticia, o, mejor dicho, para presentarles a alguien —hizo una pausa, ya que el sonrojo en sus mejillas pudo más—... bu...bueno pues él es Junmyeon, es mi pareja desde hace 2 años, solo que no se los había contado, ya que aún no estábamos listos. Espero puedan entender nuestras razones, ustedes son más que mis empleados, ustedes son mi familia, es por ello que decidí hacerlo de esta manera.

Todos los que estamos dentro del salón, nos quedamos perplejos, ¿Cómo es posible? ¿2 años?, nadie tenía una idea y por ello la sorpresa era palpable para todos. El silencio predomino por un largo momento, hasta que decidí romperlo con un gran suspiro.

—¡Bueno!, ¡Hasta que por fin el solterón del jefe tiene pareja! —intento dispersar el momento incómodo que estamos pasando—. Mucho gusto, me llamo Jackson, pero todos aquí me dicen Jack. Cualquier cosa que gustes saber del jefe o de alguno de los empleados, puedes preguntármelo, con gusto te ayudare.

El castaño me ve con ojos de agradecimiento y asiente como respuesta, Lay no tarda también en sonreírme y toma la cintura de su pareja para apegarlo a él, en símbolo de que todo estará bien.

—Bueno, una vez terminada con esta reunión, vámonos rápido a las camionetas, ya que la ceremonia no tarda en dar inicio y Jackson es muy importante en ella.

—Sí, aparte, cierta personita especial para él debe de estar esperándolo para entrar al jardín —menciona Bamie moviendo las cejas en símbolo de burla.

Todos ríen y yo solo atino a ocultar el sonrojo que se pinta en mis mejillas, alejándome, rápidamente, rumbo a la camioneta, provocando que los demás salgan corriendo hacia ellas.

[...]

El camino a la locación fue demasiado rápido, todo se basó en risas y comentarios de burla hacia la nueva pareja y a mí.

—Bueno, pues hemos llegado —menciono para que todos salgan de su burbuja y comiencen a bajar.

—Jackson —me intercepta Yugyeom, para evitar que encienda, nuevamente, el auto y lo estacione en el lugar designado para nosotros.

—Dime, gigantón, ¿En qué puedo ayudarte?

—Quería decirte que yo puedo estacionar la camioneta. Lo que pasa es que en la entrada hay cierto pelirrojo preguntando por su acompañante.

Otra vez, el sonrojo se esparce por todo mi rostro, pero trato de que para Yugs pase desapercibido.

—Oh, no, por supuesto que no dejare que conduzcas. Por muy pequeña que sea la distancia, no te soltare el volante, aun no olvido que no pasaste la prueba de manejo junto a Bam —le respondo tratando de que se dé por vencido—... así que, por favor, mueve tus largas y lindas piernas hacia tu amado amigo y, díganle a Mark, que en un momento estaré con él.

Tan pronto como Yugs se aleja del auto pude lograr estacionar lo más cerca posible, llevando conmigo la guitarra y otras de mis pertenencias.

—Listo, chicos, ya podemos entrar —llego algo apurado y busco con la mirada a mi pelirrojo favorito—. Hola, Mark, ¿Cómo has estado? t..te ves muy bi... bien en ese traje —menciono con las palabras tropezadas; porque sí, cuando menos quiero hacerlo, comienzo a tartamudear con el simple hecho de ver al dueño de mis suspiros en aquellas sencillas, pero elegantiosas prendas.

—Gracias, Jackson —me responde con cierta timidez.

El ambiente se torna algo tenso y al instante Suho trata de dispersar todo.

—Bueno, chicos, creo que es mejor que vayamos entrando al lugar, en pocos minutos comenzará la ceremonia —aclara, el castaño, de manera sutil.

Y así es como todos dejamos de hablar y comenzamos a entrar en el bello jardín donde unirán sus vidas, para siempre, los futuros señores Lim.

El lugar es muy grande, desde la entrada puedo ver un conjunto de árboles de distintos tipos y colores, los cuales son el fondo de un arco adornado con telas color marfil y flores de diferentes colores en el centro. Este último está situado sobre una plataforma de madera, en la cual irán los novios. Frente a esto, están ordenados los asientos destinados para los invitados del evento.

Estoy a punto de hablar cuando a mi lado se sitúa la organizadora del evento, que como puedo ver en su gafete, se llama Shen Yue.

—Hola, buenas tardes, soy la organizadora de este evento —menciona con una chispa de emoción en sus palabras—, el señor Jaebeom me dijo que tú serás quien cante al inicio de la ceremonia y al momento del baile principal, ¿Cierto?

—Sí, así es —le afirmo de manera tranquila y, a la vez, muy emocionado por la responsabilidad que tengo.

—Grandioso, por favor, acompáñame para indicarte donde es que será tu lugar durante la ceremonia.

Cuando estoy a punto de avanzar, logro sentir un ligero jalón en mi mano, el cual proviene de la delicada mano de Mark.

—¿Pasa algo? —pregunto con voz baja para que solo me escuche él.

—Quería desearte suerte. Todo saldrá muy bien, como solo tú sabes hacerlo.

Ahí estaba de nuevo esa linda sonrisa, esa que cada vez hacía que cayera más y más a sus pies. Sin embargo, hay algo que me detiene, no sé qué es, pero espero, sinceramente, que pronto se aclare, porque ya no tengo la edad de un chiquillo para estar pensando en mis sentimientos tan sutilmente.

—Gracias —tomo su mano de manera cariñosa, dándole un ligero apretón—... ahora que lo dices tú, todo saldrá bien.

Y como por arte de magia y gracias a Dios, puedo volver a ver ese sonrojo en sus mejillas, el cual trata de esconder agachando la cabeza.

—¡Jackson! —escucho a lo lejos la voz de Lay—, disculpa que te saque de tu burbuja de amor, pero ya casi comienza la ceremonia y la organizadora esta que avienta humo de las orejas, porque tú no estás en tu lugar.

—Oh, lo siento, ya voy para allá —le doy un último vistazo a Mark y este me regala una mirada, la cual me dice que me espera cuando termine.

—Rápido, Jackson, deja al pobre Mark, nadie se lo llevará. Yo lo cuido.

Y sin más, salgo corriendo a sentarme en aquel banco frente al micrófono para iniciar con laceremonia.

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