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Two

AURORA - A Different Kind Of Human

Abre los ojos lentamente y pestañea varias veces al sentir un ardor en los párpados. Es el sol quemándole el rostro y el sonido de las olas al galopar. Su cuerpo se siente extremadamente suave. Algo blando debajo de él hay. Arena blanca por ambos lados.

Da un movimiento tosco y se levanta agitado. Mira a su alrededor sorprendido, preguntándose cómo llegó hasta ahí, si él estaba en el barco en medio de la nada. Su bote está en la orilla del mar flotando, y dirige sus pies hacia este. Pensando que está delirando y se despertará pronto o solo tal vez, él esté muerto ¿de algún modo lo podría estar?

Merodea el lugar lleno de incertidumbre. Torpemente es su caminata, sus piernas escuálidas y débiles que le cuesta dar cada paso.

Desesperado busca rastro de alguien que lo ayude, pero se percata que es un lugar deshabitado, sólo los animales reinando por completo. Oyendo el cantar de pájaros y chillidos de monos.

Una isla donde se hallaba varado. Una pequeña colina, palmeras, frutas exóticas de forma poco peculiar, y plantas que no recuerda haberlas visto en algún libro de botánica. Entra en la fauna silvestre y escucha una cascada, quiere acercarse y saciar su sed. Toma agua de la gran laguna desmesuradamente con sus manos esqueléticas. Una leve satisfacción llega a su pecho de saber que aún vive y aliviado al encontrarse en este lugar del paraíso. Coge unos arándanos en unos arbustos y los come sin cesar. Realmente estaba hambriento.

La noche oscura llega a los cielos. Hace una pequeña chozita con las hojas cerca del mar por si un barco pasa. Va por un poco de ramas secas para la fogata.

Escucha a la distancia a alguien cantando una dulce melodía que le acaricia con ternura a sus oídos cual rollo al susurrar. Ese canto hipnotiza cada milímetro de su cuerpo, siente cómo su alma es cobijada por las olas causadas de esas dulces cuerdas vocales. Presiente que esa canción la ha oído en algún lado o en un sueño lejano olvidado en su inconsciencia. Y sus piernas comienzan a moverse en dirección de la voz que desconoce pero a las vez no.

La voz quiebra en sufrimiento, da pequeñas pausas al sollozar y continúa cantando. Un corazón roto recitando la soledad y el silencio abrumador.

Hoseok no se detiene en ningún momento, quiere estar más cerca de aquel cantar. Un atadura que firmemente lo amara para llegar hacia él. Deja los palos secos a un lado y va en la búsqueda de lo desconocido.

Una cueva en las orillas escuchaba esa voz de ángel más cerca. Se adentra en esa cueva rocosa, lastimándose los pies por lo puntiagudas que son. El lugar brilla al reflejo del agua, las rocas parecen pequeños diamantes brillando en las paredes de piedra.

La criatura antes vista, deslumbrando por la luz de la luna que sale de aquel orificio en la altura de la cueva, siendo su presencia tan bellamente inefable y antinatural que lo hunden de un terror placentero.

— ¿Tu fuiste quien me llevo aquí, porque? —No recibe respuesta y aun la criatura sigue cantando.

Hasta que voltea a verlo. Sus ojos inflamados y con lágrimas secas en sus mejillas.

La criatura lo mira con ojos esperanzados mostrando una sonrisa cálida, alzando un poco su mano separando sus dedos lentamente dirigiéndose al castaño. Hoseok por inercia y sin entender sus propias acciones. Extiende su mano juntándose con la otra, con el temor palpitando.

Al tacto de la piel mojada, siente un recuerdo de tristeza resonando dentro en su interior. Los recuerdos ajenos a él queman en su pecho. Una melancolía eviterna que le aleja de la propia vida sumergiéndose a un laberinto de sentimientos ahogados. Transmitiendo todo lo que la criatura prevalece en lo profundo de su corazón ahuecado a la espera a quien ama con desespero.

La criatura se le acerca lentamente hacia su rostro para luego besarlo con intensidad.

. . .

— ¿Qué eres? Eres de esos que a los marineros le aterran —pregunta Hoseok.

—Algo parecido . . . soy algo más grande que la inmensidad. Soy el comienzo y el fin de toda creación —responde la criatura calmada y mirando fijamente al humano.

—Si eres de esa forma como te describes ¿como puedo verte?

—Porque de esta forma puedes tocarme y sentirme.

—¿Cuál es tu nombre?

—Me puedes llamar Jimin.

—Jimin es un nombre tan simple comparando a tu índole belleza.

Jimin ríe despacio ¿Le estaba coqueteando? Él sabía que eso hace a los humanos cuando siente una atracción hacia otro. En vez de una danza de apareamiento, los humanos lo hacían a su modo. Simplemente le parecía raro ¿porque los humanos no son más directos?

Hoseok se puso nervioso tal vez fue algo precipitado o incómodo al tritón. Tal vez Jimin solo se estaba burlando de su incapacidad de coqueteo.

El tritón muestra una cara de preocupación al ver la mano del castaño ensangrentada.

—Me muestras tu mano —dice Jimin con un tono muy suave.

—Esto no es nada. —Sacó una sonrisa, dándole poca importancia. Jimin le sujeta la muñeca, y saca las vendas que cubre su mano.- Ves te dije, que no es nada.

—¡¿Cómo que no es nada?!—dice enfadado y preocupado a la vez.

«Sigues siendo él mismo, no has cambiado para nada» piensa Jimin recordando algunas escenas del pasado.

Remoja la mano tosca del castaño en la laguna, y cierra los ojos con fuerza tratando de concentrarse.

Hoseok nota que en el pecho de Jimin detrás de todas esas perlas y algas, escondía una leve cicatriz, en el lado izquierdo cruzando un poco sus clavículas donde se ubica su corazón.

Sacó su brazo, quedando perplejo. Sus dedos estaban completos, no le faltaba ni uno ¡Es un milagro!

—No se si sorprenderme. —Sonríe nervioso y estupefacto—. Con solo tu presencia me sorprendo ¿Cómo lo hicist—

—No lo hagas es mejor ... no saber la respuesta. —Lo calla con sus dedos y besa la mano con cariño.

Una pequeña corriente percibe en su cuerpo, al ver esos ojos verdosos chocar con sus orbes chocolatosas.

—Mi nombre es Hoseok.

Una conexión especial que se forja sin que él se de cuenta.

Las charlas se vuelven habituales entre ellos al trascurrir los días. Ambos conectando el corazón y apaciguando el llanto dolorido. Hoseok siente que conociera al tritón de toda la vida.

Jimin sabía todas de las maravillas que el mundo escondía y los acertijos de la frágil humanidad. Él es la interrogativa de aquella pregunta sin respuesta. Porque Hoseok sabe que Jimin no solo es una simple criatura, este iba más allá de lo imaginable.

Cada día descubre algo nuevo en esa pequeña isla. Iba con Jimin a lugares en el fondo del océano, cosas increíbles dentro de las olas hallaba. Otro mundo distinto al suyo.

—Sabes, yo de niño siempre quise ser un pájaro —dice el castaño. Señalando algunas gaviotas en el cielo.

Jimin ríe ante el comentario. Los dos están recostados en unas rocas cerca de la playa.

—Yo también, quiero saber que se siente volar—responde el tritón. Comprende perfectamente a Hoseok, porque aveces la vida del mar suele aburrirse. Aveces necesitas nuevas experiencias- Ir de un lugar a otro, suena sorprendente.

Hacían sus pequeños juegos tontos como niños pequeños en los días soleados; perseguirse, carreras de nado hasta las escondidas pero el castaño no aguantaba tanto tiempo sin respirar en el mar, así que siempre perdía.

Hoseok camina por la playa, recolectando caracolas mientras que Jimin está nadando por ahí. En la arena encontró un caparazon rosa partida en dos. Y lo guarda en uno de los bolsillos de su pantalón. Quería darle la otra mitad a Jimin.

El tritón nadaba en la cumbre del atardecer dando algunas piruetas y siendo admirado por el castaño. El cielo un poco despejado con una pincelada de luz tenue y en tonos rosados. Lo que contempla es un cuadro artístico y el joven tritón es la magnificencia de la pintura.

Nunca ha sentido esa tranquilidad atravesando su alma. Ni siquiera cuando hacía su trabajo laboral de componer canciones, es lo que le apasionaba. Pero aquí se sentía libre. Esa libertad que pocos llegan a encontrarla.

Las estrellas alumbran la fría noche y los dos están recostados, mirándose el uno al otro, en la pequeña laguna encima de unas rocas.

Una pequeña mariposa se posa en su nariz respingada, la atrapa con sus manos. Uso demasiada fuerza haciendo lastimar la ala del insecto. Preocupado, acaricia la mariposa malherida.

—De igual modo su vida iba a tener un final ¿Está bien morir, no? Después de la muerte dejas de existir, no eres útil para nadie—dice con la voz apagada y distante, y los ojos perdidos.

¿Alguna vez te aterraba la muerte? Hoseok le temía sin dudarlo, es humano. Y Jimin lo comprende.

—Ven, te mostraré algo. —sujeta el antebrazo de Hoseok atrayendo al centro de la laguna. Y le pide que le entreguen el insecto.

Hoseok le da la mariposa y Jimin lo sopla. El insecto se hace polvo escarchado cayendo hacia las aguas. Todas las plantas florecen sorpresivamente, dentro de sus capullos hay un brillo fosforescente de aguamarina. Luciérnagas se juntan a su alrededor iluminando el lugar. La canción que Jimin canta todas las noches para él, ahora es tocada por arpas y violines, no sabe de donde viene todo eso, la orquesta musical y los animales viéndole con fervor, pero le resta importancia, como siempre. Porque al lado de Jimin no debe preocuparse, se siente bien estar con él.

—Todo es uno y uno es todo. Yo vivo con ellos y ellos me permiten vivir.

Hoseok de lo dicho por Jimin voltea por todas las direcciones posibles. Dándose cuenta que todos somos como hormigas en esta infinita galaxia. Que su irrelevante existencia no es importante pero con el tritón cambia todo. Le hacía saber que valdría como miles de soles de varios universos consumiéndose por su gravedad.

—Tienes toda la razón, Jimin. La humanidad es como granos de arena un conjunto dentro del todo.

—La muerte y la vida tienen el mismo valor, das y recibes del mundo. En polvo te convertirás, y tú cenizas servirán de alimento para las plantas, y las plantas los animales, formando una cadena imparable. Todo ser viviente es vital para el coexistir del otro. Los humanos son también importantes en la tierra pero . . . —Muestra un mueca de tristeza agachando la cabeza.

—Ellos la destruyen —agrego Hoseok.

Las innumerables guerras que causan hambruna y desgracias, seres matándose de su misma especie por querer un poco de poder. Jimin reconoció que todo lo malo tiene también lo bueno. Y esa pequeña esperanza es Hoseok.

—Lamentablemente eso es un hecho, pero tu no eres como los demás, Hoseok. —Acaricia la mejilla con suavidad de Hoseok, y este en respuesta suelta un leve ronroneo—. Hay algo en ti que es diferente.

Giran sus cuerpos en un vaivén. Un pequeño baile perdidos entre ellos, solo siendo ellos dos. Expresando sin miedo alguno el rechazo, aceptándose.

Hoseok ve dentro del agua algo brillante sobresaliendo entre las rocas, la recoge sin dudarlo. Limpiando y sacando la tierra.

Pensaba que había perdido aquel collar de bronce, que le pertenecía a Yoongi. 

Hoseok reacciona, por momentos pierde el equilibrio y siente unos mareos intensos. Su familia, sus amigos y su carrera, su futuro, sus sueños y los logros que prometió algún día cumplir. Si no fuera por aquel objeto tal vez Hoseok se hubiera olvidado y no tendría el valor suficiente de alguna vez pensar en retomar el camino a casa.

—¿Qué sucede, Hobi? —Se percata que su amado está pálido.

—Zarpare por la mañana.

—No-o—dice con la voz quebrada.

—No llores, mi amor. —Limpia las lágrimas de su Jimin— .Sabíamos que eso algún día llegaría.

Hoseok sujeta con delicadez la nuca de Jimin acercándose de a poco a sus labios. Jimin enrolla con sus brazos el cuello de su amante. Al separarse de aquel beso sus alientos chocaban. Sus miradas tienen una tonalidad del fuego del placer y sus cuerpos al percibirlo se calientan. El castaño lo vuelve a besar con pasión y amor. Unen el pequeño caparazón rosa. Juntan sus frentes y sonríen.

Esa noche fue única para ambos, bajo la luna quien los observaba en silencio, llevando ese dulce secreto de dos seres que se entregan y se unen al fondo del océano.

Hoseok se levanta cuidadosamente dejando a Jimin dormido en las rocas, lo besa en la frente y acaricia su melena semi mojada. ¿Realmente quiero irse de su lado? No, no lo quiere pero extraña a sus seres queridos, pero también extrañara esas noches que estaba en los dulces brazos de Jimin y sus mañanas al verlo despertar consumiéndose en un pecado mortal ¿Pero qué hay de malo en quedarse ahí para siempre? Niega una vez más y continúa avanzando con el alma destrozada. Tal vez se arrepienta de esto después.

Coge el costal de frutas que preparó para su partida. Y embarca una vez, antes que el sol comience a salir.

Jimin se despierta, tocando el lugar donde Hoseok se hallase durmiendo hace poco. Tenía fe de que su amor se quedará a su lado pero por su condición de humano que Hoseok es, no lo permitirían, es su naturaleza ser así.

El castaño da un último vistazo a la isla que tal vez le llamo ''hogar''con el poco periodo que estuvo. Unos chapoteos empiezan a acercarse y oye una voz de ruego llamando entre las orillas.

— P-por favor, no te vayas —murmura el joven tritón con dolor, sus labios tiemblan y sus ojos apunto de estallar en lágrimas— Hoseok, regresa ... aunque sea para despedirte.

Hoseok no miro atrás y sigo en curso. Las lágrimas se convierten en llovizna.

. . .

Cuenta una leyenda muy antigua que el mar se enamoró de un pesquero en las surestes costeñas. Desdichado era el jovencito tocando una armónica sin parar. Capturando la mirada del mar. Compartiendo un vínculo hacia la música y los seres que los rodean. Un mortal y una deidad cayendo ante al amor. El mar le ofreció su corazón y el marinero su alma. El mar le propuso a su amado dejar todo atrás para poder amarse por la eternidad. El joven aceptó, pedía como último deseo despedirse de sus seres queridos prometiendo al mar que volverá y lo espere. Pero el marinero nunca vino. Al poco tiempo el mar se enteró por las gaviotas, que su amante fue asesinado por los residentes. El mar desató su ira contra el pueblo pesquero, sin mostrar piedad alguna. Lloraba en las noches por la muerte de su amado. Un bello deseo que anhela, encontrarse con su joven amante. Decidido el mar hizo un trato con la luna. El mar deberá recolectar almas durante más mil años para traer devuelta a su amado en otra vida.

«¿Regresaras a mi algún día?»


Gracias por comentar y votar, brillitos del sol❤💜
Solo nos falta el ultimo capítulo y terminamos con este🌷.
Nos leemos luego 🥺😭

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