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El final para una historia de amor

Jungkook de repente se soltó el cuello cuando escuchó una pequeña voz que decía: "Mami.". 

Al leer, tenía la costumbre de tocar sin darse cuenta un collar de oro opaco que le había regalado su esposo cuando se casaron. Allí, había una clara marca de mordedura que, aunque no quería ocultar, no se notaba tanto debido a los adornos.

Al mismo tiempo que colocaba el libro sobre la mesa, su hijito, que caminaba a toda prisa por la puerta principal, se precipitó contra él extendiendo sus bracitos en su dirección y gritando:

"¡Mami!"

—¿Qué te pasa, mi hermoso Yuyu?

Se parecía a Taehyung, como lo presintió el día en que quedó embarazado. El pequeñito, llamado Yunho, había sido criado por sus propias manos en lugar de tener una niñera. Lo alimentó y lo educó hasta ser esa pequeña cosita encantadora que ahora tenía contra su pecho. Con sus pequeñas manitas extendidas, pidió un abrazo. Y cuando lo hizo, las lágrimas se derramaron de sus grandes ojos hasta mancharle la ropa.

—Oye, no. No llores, mi amor. ¿Qué pasó? —Le golpeó la espaldita y le besó la cabeza un montón de veces. Yunho se aferró con fuerza a él.

—Youjin

—¿Youjin?

—Dijo...  Dijo algo malo.

—¿Qué cosa mala, bebé?

—Dijo que papá es feo y tonto y que su papá es mil millones de veces mejor.

—Ah... Mil millones es mucho.

—Y dice que me parezco a papá y que por eso también soy muy feo.

—Hmm...

Yunho estaba llorando, pero Jungkook se rió. Yuojin era su primo e hijo de Namjoon, que era el hermano mayor de Taehyung. Y ya que había nacido como hijo del jefe del clan, cuando esté había perdido las esperanzas de tener un cachorro, pues no era de extrañar que él pequeño tuviera la idea de que su padre era el lobo más guapo de todos. Mejor que un lobo que tenía una cicatriz horrible en la cara.

Además, Namjoon era un papá maravilloso, respetado y amado. Y al mismo tiempo, Jungkook sabía bien que el pequeño Yuojin no tenía malas intenciones con el niño. Ambos solo tenían 4 añitos para empezar.

—Yuojin también dijo que quería que tú fueras su mami porque él sería un mejor hijo. —Dijo Yunho, llorando más fuerte.

—Oh, mi hermoso niño...

—Y dijo, dijo que... Que soy un cenutrio.

Cenutrio era una forma elegante y complicada de decir "estúpido".

—Vaya. Yuojin es tan chiquito, pero ya sabe un montón de palabras difíciles. Es muy inteligente.

—¡Mamá! —Yunho se enojó cuando, sin darse cuenta, su mamá comenzó a alabar a Yuojin. Acariciando su cabeza tiernamente para acomodarle el pelito, Jungkook juntó su frente con la suya.

—Mira, mi amor. Yuojin quiere muchísimo al tío Namjoon porque es su padre. Es igual que como Yuyu nos quiere a mí y a papá.

...

—Mi hermoso Yuyu es el niño más lindo del mundo entero. Y estoy muy feliz de que nos ame tanto como para pelearse con otros cuando escucha cosas que no le gustan. Pero, escucha, no puedes pelear con Yuojin todo el tiempo. Así como tú nos aprecias, tu primito hace lo mismo con su familia.

—Yuojin es popó.

—Jajaja. Mi amor ¿No se te ocurrió que tal vez él quiere competir por culpa tuya? no dejas de decir que tu papá es increíble y que tu mamá es increíble también. Si Yuyu está alardeando de su familia, él va a sentirse mal y querrá hacer lo mismo. Taehyung es muy alto pero tío Namjoon incluso lo es mas. Papá es amoroso contigo, pero tío Namjoon es el mejor papá para su hijo.

Era su forma de pedir una reconciliación.

Jungkook miró hacia la puerta y bajó suavemente a su hijo. No podía verlo, pero había notado una sombra  moviéndose atrás de la puerta.

—Yuojin. Ven aquí, cariño.

Cuando Yuojin apareció, Yunho infló sus mejillas en un puchero.

—¡Ah! ¿¡Por qué me seguiste!?

El niñito llego junto a Jungkook y miró hacia arriba con una cara bastante ansiosa.

—¿Estás enojado, tío?

—No estoy enojado, pero ya no puedes decir malas palabras en el futuro ¿Está bien? No me gusta que se estén enojando todo el tiempo

—Ujum... —Yuojin asintió obedientemente. El bebé, que Namjoon tuvo con el Omega Park Jimin, no tenía permitido conocer la cara de su madre así que cuando nació, Jimin recibió una suma de dinero por el cachorro y fue obligado a dejar la mansión dejando allí a su bebé recién nacido, es por esto que aunque tenía a una niñera que lo cuidaba día y noche, era normal que sintiera envidia de Yunho, que contaba con la presencia de su madre y su padre junto a él todo el tiempo y fue criado como un bebé bastante querido. Además, quizá por eso, Yuojin a menudo corría a refugiarse en los brazos de Jungkook y le contaba todo lo que le estaba pasando o cómo se sentía.

—Si hacen las paces, les daré esas galletitas con miel que tanto les gustan ¿Qué tal?

Yunho y Yuojin de repente iluminaron sus caritas y se miraron.

—Lo siento. Tu papá no es taaaaan feo.

—Lo siento. También quiero mucho al tío Namjoon.

Cuando se abrazaron, Jungkook se rió y le dio un besito a cada uno en la cabeza. Luego, tocó la pequeña campanita que le habían colocado en el buró y casi se rió cuando vio que Norn aparecía corriendo.

—Norn, ¿Puedes traernos leche y galletas para estos niños tan obedientes?

—Por supuesto, señor.

Los vasos con leche y las galletas de miel, que les llevó en una enorme charola de plata, olían tan rico y eran tan grandes, que los dos comenzaron a comer, a reírse y a hacer mucho, mucho ruido. Corriendo por la habitación mientras fingían ser monstruos que deseaban robarse todas las galletas del reino. Pero tan pronto como comenzaron a escucharse sus gritos y risas, la niñera de Yuojin llegó a la habitación y se disculpó por la manera en la que el cachorro siempre estaba entrando en la habitación de Jungkook hasta romperlo todo.

—Lamento las molestias.

—No me importa. Más que eso, ¿Puedes mantener en secreto que el niño estuvo aquí conmigo?

Jungkook se tocó el cuello y utilizó las yemas de los dedos para sentir las marcas de la mordida de Taehyung, que lo calmaba cada vez que tenía problemas así. Había vuelto a la mansión principal porque su esposo tenía trabajo y su niño tenía que recibir educación pero, algunos hombres en el clan, más que nada Baekhyun, pensaban que era inapropiado que Yuojin, quien al nacer desplazo a Taehyung y ocupó el lugar de futuro líder del clan en el momento en que Namjoon se retirara del puesto, estuviera tanto tiempo con Jungkook y sus ideas de enlaces, bodas y un amor único que encontraría cuando fuera mayor. Más aún porque el niño no dejaba de decir que deseaba una familia como la que tenía Yunho.

Era un escándalo horrible. Y ese escándalo le estaba ocasionando muchos problemas a su familia. Él podía con eso, pero era lamentable que siempre culparan al bebé.

—Tuvo una pelea con Yunho hoy, así que vino a disculparse. Solo fue eso.

—El señor Jungkook es muy bueno. —La niñera pareció preocupada. —Pero siempre te llevas la peor parte por estas cosas, cuando el señor Baekhyun comienza con los rumores de que usted es una mala influencia para Yuojin.

—No me importa lo que digan sobre mi, así que no te preocupes.

Con Taehyung y Yunho, podía ser lo suficientemente fuerte como para proteger esta felicidad con todo lo que tenía. No le gustaba lo que Baekhyun decía de él en los consejos pero, en estos días no pensaba pelear con él. No iba a rebajarse por tan poco.

—No me va a quitar lo que tengo.

—También mantendré en secreto la pelea de los niños.

Yuojin pareció un poco triste cuando se le pidió que regresara al otro pabellón para seguir con sus estudios. Pero cuando Jungkook le acarició la cabeza, le dio un besito en la nariz y le dijo —Vuelve mañana, —se consoló y acercó su pequeña manita en dirección a la niñera. Yunho, que se despidió diciendo "Bye, bye" extendió sus bracitos y se quedó recargado en el pecho de Jungkook, mirando hacia la ventana y sosteniendo una taza de leche con ambas manos.

—¿Yuyu puede ir con papi y mami al pueblo?

—Claro, mi amor. Yuyu aún no ha visto las ovejas. Voy a llevarte a un lugar en el que vas a poder ver muchísimas.

—¿El tío Hobi puede venir?

Jungkook se rió un poco al ver su cara llena de expectativas. Yunho quería mucho a Hoseok, quien por cierto se casó con un Omega llamado Seokjin, quien le fue dado por la señora Jeon como retribución por la perdida de Jungkook.

—Hoseok no está aquí ahora, corazón. Pero volverá a fin de mes así que tal vez podamos organizar otro viaje.

—¿Puede ir Yuojin? Siempre se queda solito.

Jungkook abrazó a Yunho con un cálido sentimiento de gratitud porque era un bebito enteramente amable y al mismo tiempo agradecía que su pequeño hijo no tuviera que soportar la soledad en la que vivía Yuojin, solo por tener la carga de ser el hijo del líder.

—No creo que pueda ir, pero seguramente verá muchas ovejas en otra ocasión.

—¿Ya va a venir papá?

—Tal vez llegue un poco más noche.

A Yunho le encantaba su padre. Le gustaba su cabello brillante, su cuerpo duro e incluso las cicatrices en su cara. Estaba deseando verlo pronto porque solía volver después de que se quedara dormido.

—Sé que quieres verlo pronto, pero tienes que irte a la cama cuando sea la hora.

Pero el niño negó con la cabeza. —Quiero ver a papá. Yuyu de verdad ama muchísimo a papá. —Yunho sacudió la nariz, con una sonrisa hermosa en el rostro. —Amo tanto a papá como a mamá ¡Muchísimo!

—Oh, mi amor. —Jungkook abrazó al niño muy fuerte. —Por supuesto, yo también te amo. Mami y papi te aman muchísimo también.

Cuando besó su cabecita, entonces escuchó que alguien se aclaraba la garganta desde la puerta.

—Por supuesto, eso significa que Jungkook ama mucho a su esposo, ¿Verdad?

—¡Taehyung! —Jungkook se dio la vuelta, con un brillo impresionante en un rostro que antes se había vuelto un poco triste. Taehyung, que estaba apoyado contra la madera, se acercó y extendió los brazos.

—Regresé temprano porque me deshice de mi hermano a tiempo. Sabía que mi querido hijo y mi querido esposo iban a estar muy, muy felices de verme.

—¡Por supuesto que sí!

—¡Bienvenido de nuevo, papi! —El niño corrió hacia Taehyung, pero Jungkook se acercó lentamente a él mientras observaba al hombre levantar al bebé en el aire.

—Mi amor.

—Bienvenido de nuevo.

—Estoy en casa. —Taehyung se inclinó, saludando a su familia. Jungkook levantó la barbilla, cerró los ojos y aceptó el beso que le estaba dando y que corrió desde su frente hasta su boca. Le gustaba mucho este momento. Cuando se daba cuenta de que Taehyung lo seguía amando con la misma intensidad a través del paso de los años.

Cuando sentía que Taehyung y su bebé estaban cerca de él y cuando sus voces provocaban que las alas en su corazón se extendieran. Debido a instantes como estos, podía mantenerse fuerte, sin importar lo que dijeran los demás, sin perder de vista quién era o lo que quería.

Un beso suave y dulce estaba floreciendo entre los dos.

—Te amo tanto.

—También te amo.

Jungkook miró a Yunho, que estaba durmiendo profundamente entre sus brazos.

Hoy, era el séptimo cumpleaños del niño, así que estaba más cansado que de costumbre porque tuvo un día bastante lleno de emociones.

Lo celebraron en su pequeña casa, también en la mansión y con todos los miembros del clan y ahora estaba allí, completamente dormidito incluso antes de llegar a su cama.

—Buenas noches, mi hermoso Yuyu.

Ya era mucho más grande, pero su rostro seguía siendo increíblemente inocente. Cuando entró al cuarto del niño y dejó un besito en un mechoncito de su cabello, escuchó la voz de Taehyung desde el arco de la puerta:

—Estaba muy cansado.

—Sí. Mi bebito. Tuvo un día bastante feliz. —Caminó entonces hasta la habitación que compartía con su esposo, sintiéndose extrañamente satisfecho con la manera en la que había ocurrido todo.

—Es demasiado pronto para que ya tenga siete años, ¿No es así? Todavía me parece tan pequeñito.

Incluso con la ayuda de una niñera, estaba preocupado y dudoso acerca de cómo criar a su primer hijo correctamente. Al principio, todos los días eran ocupados y se sintieron terriblemente largos, pero ahora pensaba que eran muy cortos y que no duraban lo suficiente.

—Es una prueba de que el tiempo no perdona a nadie.

Taehyung abrió la puerta del dormitorio y dejó que Jungkook entrara primero. Las luces ya se habían convertido en algo tenue, y a la distancia, los árboles del jardín, iluminados por la luna, ocasionaban sombras negras que se veían a la perfección a través de las ventanas. Era una noche muy tranquila. Tanto que Jungkook solo se acercó al cristal para poder respirar.

Los días pasados llegaban a su mente en ocasiones, eran esos en los que había conocido a Taehyung.

Recordaba el color amarillo de las flores pegándose en su cabello, y la calidez de Yoyo entre sus brazos. También el paisaje que tenía desde la habitación que le habían asignado en la mansión Kim y el olor de la brisa que le llegaba hasta la cara. Aún podía sentir el aire frío de todas las noches en que estuvieron juntos, cuando lo llevo a ver el cielo estrellado y el cosquilleo que sintió el día en que Taehyung le dió su primer beso. El sabor del vino que había probado en una tierra lejana, el sonido de la lluvia torrencial y el aire bochornoso del día de su primer celo. Recordaba el calor de sus cuerpos juntos, una Portulaca colorida y la inmensa cantidad de flores que recibía de Taehyung todos los dias. El brillo resplandeciente del día en que compartieron sus sentimientos y la sensación de ser amado en una cama luminosa por primera vez. Y también, estar en la casa oscura de Hoseok, con un dolor que pareció desgarrar su pecho con tristeza. La alegría de saber que Yunho estaba creciendo dentro de su vientre de forma saludable. La tibieza que sentía bajo su piel, cada vez que las manos de Taehyung recorrían su cuerpo, el día que decidieron el nombre de su hijo y la noche en que nació. Todas esas veces en que arrulló al bebé y todas esas mañanas en que Yunho y Yuojin corrían por su habitación como locos. El dulce aroma peculiar de los niños...

Incluso si estaba sintiendo que todo pasó muy rápido, como si hubiese ocurrido en un abrir y cerrar de ojos, siete años no era poco tiempo. Por supuesto, también su forma de ser había cambiado. A menudo se enorgullecía de ser más fuerte de lo que solía ser, y en los últimos años, se sentía bien de estar tan envuelto en una pesada felicidad (aunque tenía muchos envidiosos a la espalda). Por supuesto, hubo días en que estuvo deprimido como cuando perdió a su primer bebé y días en los que estuvo impaciente como cuando no llegaba su celo, pero en todo momento, Taehyung siempre estuvo allí con él.

De repente, una gran mano envolvió la suya hasta hacer que sonriera.

—Taehyung... Es raro hablar de esto ahora pero, gracias.

—¿Gracias?

—Tenía ganas de decírtelo.

La cara de Taehyung, mirando hacia abajo, todavía tenía unas marcas de garras bastante evidentes. Había unos hermosos ojos que lo observaban de arriba para abajo y un cabello tan lindo como el de la primera vez. Luego habló, mientras su nariz se acercaba lentamente a la suya.

—¿Puedo besarte, amor?

Jungkook rió en voz alta, colocando las dos manos alrededor de su cuello.

—Ya sabes la respuesta.

—Siempre que me das permiso, me siento feliz, —le dijo Taehyung con una voz dulce que golpeaba su aliento a centímetros de su boca.

—Me encanta dejarte elegir si hacerlo o no... Y que siempre me des permiso.

—Sí... Lo sé.

Cuando respiró hondo, logró oler el leve aroma de Taehyung. Tenía algo encantador que provocaba que vibrara el fondo de su pecho. Algo que, lo excitaba...

El aroma favorito de Jungkook, era inevitablemente el de su Taehyung.

—Jungkook, ¿Entonces puedo besarte?

—Por supuesto que sí.

Después de mirarlo y recibir un breve beso de Taehyung, cerró los ojos y mordió sus propios labios por un momento. Incluso había sentido ganas de ponerse a llorar, lo miró  otra vez y preguntó:

—¿Puedo besarte?

—... PERO CLARO.

Taehyung, con una mirada de sorpresa, rápidamente perdió los estribos y estaba a segundos de ponerse a brincar.

Jungkook se estiró, sonrió, y juntó los labios con los suyos. Como hizo Taehyung, fue un gesto mordaz que incluso incluyó su lengua.

—Hmm...

Fue un beso familiar y cómodo. Una dulce sensación que crecía en su pecho con cada repetición y que le hizo presionar su cuerpo más y más y más contra el de Taehyung.

—¿Qué debo hacer? Quiero... Quiero más que solo besos.

—Has cambiado, cariño. Te has vuelto mucho más atrevido que de costumbre. —Tomó la cintura de Jungkook entre sus brazos y continuó —¿Qué tal ir a la cama y besar mucho más que nuestros labios?

—Sería perfecto...

—¿Amas besarme?

—¿Es muy sorprendente?

Entre risas, presionó el cuerpo de su esposo contra su pecho y lo llevó suavemente hasta la cama. Allí, desató la cuerda que sujetaba la cortina del dosel y dejó todo completamente a oscuras, creando un espacio secreto y romántico solo para ellos dos.

Taehyung le quitó la ropa con manos educadas y lo besó en el cuello como si no pudiera esperar para comérselo, lo lamió muchas veces e hizo lo mismo en esa gran marca de mordedura que tenía en el cuello y cada vez que comenzaba a lamer la prueba de su enlace, se producía en Jungkook un pequeño temblor y una sensación de placer que parecía derretirlo y hacerlo desaparecer en un segundo. Era un sentimiento que había experimentado innumerables veces, pero que igual seguía pareciéndole una sensación gloriosa cada vez.

Era feliz cuando pensaba en lo mucho que lo amaba y lo infinitamente demasiado que él era amado por el lobo.

—Oye, amor... —se aferró fuertemente al cuerpo de Taehyung.

—En cinco años, déjame preguntar si puedo besarte y pregúntame si puedes besarme también. Seguramente seguiré amandote en el futuro pero, quiero poder elegirte siempre.

Colocando ese pensamiento en palabras, Taehyung lo miró a la cara hasta que le brillaron los ojos.

—Hagamos una promesa.

Besó la frente de Jungkook y susurró:

—Lo haré mañana, pasado mañana, la próxima semana y el mes que viene, pero definitivamente haremos esto también en cinco años. Y cinco años después de eso y cinco años después de esos cinco años y justo cinco segundos antes de que uno de los dos muera.

—Gracias otra vez —Aliviado, Jungkook cerró los ojos ante su beso y la delicadeza de la mano de Taehyung acariciando su pecho.

—Te amo mucho. Gracias por dejarme caer en las garras de un lobo tan bueno como tú.


FIN


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