05
Miraba hacia el pueblo desde mi balcón donde me encontraba sentado. Mi mano acariciaba el suave pelaje del gato que momentos antes me esperaba en este mismo lugar, me relajaba hacerlo, me ayudaba a despejar mi mente. A mí lado estaba Ayo, me hablaba sobre algunos asuntos, yo no le prestaba mucha atención, pero trataba hacerlo. Estaba concentrado en la vista hasta que sentí que tocó mi hombro llamando mi atención.
—Femme, ¿me estás escuchando?
—Si, obvio—voltee a mirarla, me daba una mirada que significaba que le diera un resumen de lo que había estado hablando—, era sobre...que...umm...—se pegó en la frente en respuesta a lo que le trate de decir, para después volver su vista hacia las hojas que tenía en mano, en la otra tenía una caja no tan grande, pero creo saber que contenía.
—Te comentaba sobre el asunto de las zeth que me avisaste la semana pasada al regresar del reino de Iakad, las respuestas siguen siendo las mismas, hasta ahora no hay avistamiento de las zeth en el reino. También llegó una carta de la princesa Aiyana sobre eso, respondió que aún no es temporada de las zeth, pero quizá crecieron antes de tiempo.
—Ya veo…—di unas últimas caricias al gato para ver qué se convertía en una flama y se iba.—, ¿Otra cosa más?
—El rey de Iuaj, su tío, envió una carta dando su respuesta ante su rechazo en la última carta que le escribió—baje del balcón y entre a mi habitación siendo seguida por ella—, ¿quieres que la lea?
—No, ya me imagino que es lo que escribió, mejor será ya no responderle, ya lleva cinco meses intentando convencerme de casarme con él.—Me acerqué al espejo y tome un peine empezando a cepillar mi cabello, no me interesaba lo que él decía a no ser que sea un asunto sobre el reino, sería mejor ignorarlo hasta que se rinda. Ella abrió un sobre y sacó una carta para acto seguido leerla.
—Por último, el príncipe Dylan mandó otros chocolates junto con una nota que dice que pide tu presencia en dos días cerca de...—la miré de reojo para que continuara, pero ella solo continuaba observando la carta seriamente.
—Será mejor que no vayas, es cerca del...bosque Goishla, ese lugar es peligroso
—Ahora que recuerdo, hay un lindo lago cerca de ahí, quizá quiere que pase el rato con él.—Dejé el cepillo a lado,y agarré la caja que tenía para ponerla en el tocador. Fui a la cama sentándome y ella a mi lado.
—Aun así, estar cerca de ese lugar no es para nada seguro,¿que si te pide ir a ese bosque? ¿Y si es una trampa para hacerte algo malo?—la mire, se que le preocupaba mucho, pero no debía de exagerar tanto.
—Ayo, se que te preocupo, y que no te agrada mucho Dylan.
—Corrección, no me agrada.—Yo solo dije un "claro", alargando la "a", no entendía el desagrado que tiene ella hacia él, casi no se habían visto.
—Pero, él no sería capaz de hacerme algo, somos muy buenos amigos, él al igual que tú se preocupan por mi.—Ayo solo suspiro con algo de enojo, parece que no cambiaré su punto de vista. Di ligeros golpes a mi regazo, ella infló sus mejillas y se acostó en este, yo solo acaricie su cabeza para que se calmara un poco.
—Yo...solo me estoy preocupando por ti, me contaste sobre lo que viste en su baúl, eso no es algo que alguien normal tendría—la escuchaba con atención a todo lo que decía mientras seguía con las caricias. Creo será mejor no contarle cómo me miró y tocó cuando me puso frente al espejo.
— Desde que murieron tus padres debiste hacerte gobernante a una corta edad, y aunque ya cumpliste tu edad para casarte yo...a mi me sigue preocupando que quizá él pueda aprovecharse de ti.
Sonreí enternecido por sus palabras, ella había estado junto a mi desde hace mucho y la consideraba como mi hermana mayor, me cuidaba, protegía y estaba ahí en los momentos que necesitaba de alguien, comprendía su preocupación, pero quería demostrarle que podía cuidarme por mi mismo.
—Te aseguro que estaré bien y si ocurre algo ¡Yo voy a protegerme!—ella giro para verme y sonrió ligeramente.
—Prefiero que escapes tan rápido como puedas, prométeme que si ocurre algo no te quedarás a pelear y regresaras directamente aquí, además que no entraras al bosque Goishla, aún cuando el te lo pide.
—Si, lo prometo.
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