Me encontraba sentado en la silla meciendome de atrás para adelante mirando hacia la ventana que daba a el exterior. Mis manos acariciaba mi estómago como si hubiera algo ahí y quisiera que sintiera el suave tacto que proporcionaba. Las malditas cuerdas que se encontraban en mis muñecas y tobillos hacían una sensación de incomodidad que no me agradaba, añadiendo una en mi cuello haciendo que respirar fuera una tarea difícil.

Podía escuchar pasos que daban entender que alguien había entrado, cajones abriéndose, y luego como esos pasos se volvían más lejanos hasta el punto de no escucharlos más.
Ya no me importaba si estaba ahí o no, de todos modos no parecía que le importase tanto si yo me encontrase ahí.

Me levanté débilmente como si no tuviera las suficientes fuerzas para moverme, aun asi, camine con las fuerzas que me quedaban para salir de la habitación. Mis pasos resonaban dando la idea que todo el lugar estaba abandonado, aunque obvio no era así. Mientras caminaba observaba el jardín lleno de hermosas flores de diversos colores las cuales venían de Suuz; recuerdos empezaron a invadadir mi mente de aquel agradable lugar donde solía pasar el tiempo junto a los demas. De repente me detuve, ese sentimiento de nostalgia había vuelto a mi, ¿Cómo es que todo cambio? Esos días donde podía reir sin que me callasen, sonreír sin tener que fingir, llorar sin temor a ser golpeado.

Cada vez me sentía sin energía; mi cuerpo fue a la pared apoyándose para así no caer; los recuerdos venían aun a mi, y algunos eran de no hace mucho. La cuerda en mi cuello apretaba más impidendo que pudiera respirar volviéndose mi respiración más acelerada desesperandome por no obtener oxígeno. En mis muñecas y tobillos estaba ocurriendo lo mismo sintiendo que se desprenderian en cualquiero momento.

Me deslizaba hacia abajo llegando finalmente al suelo. Lágrimas caían por mis mejillas que se estaban calentando, por alguna razon otros dolores en mi cuerpo empezaron a aparecer, era insoportable; se sentía como si me estuvieran clavando agujas o me estuvieran golpeando, no se, era indescriptible. Mis ojos que ya estaban llenos de lagrimas trataban de mantenerse abiertos, no se por que si lo mejor sería rendirme a este punto. Lo último que paso por mi cabeza antes de estar en la total oscuridad fue... ¿Cuál error cometí para terminar así?