A veces las personas más inocentes deben pasar por los problemas más crueles para tener una "buena vida", eso podría parecer injusto y cruel, pero la vida, la realidad y la suerte es otra. Poco se sabe de como Sousuke Mitsuba termino en un orfanato, probablemente sus padres lo dejaron e incluso se podía pensar que solo fue su madre, sin embargo, eso no era la gran relevancia para aquel chico de cabellos rosas.
Creció en aquel lugar rodeado de muchos niños de su edad, pero desencajando en su totalidad, no le gustaba relacionarse con ninguno de los niños, los consideraba torpes y feos, nada dignos de su compañía, eso provoco que se formara en él un carácter algo rebelde, caprichoso, grosero y narcisista. Cuando cumplió la edad para descubrir su identidad, no fue la gran emoción para él, no era tan estúpido para no darse cuenta que él era un total omega, a pesar de que los omegas no eran muy bien recibidos, le daba igual lo que pensaran de él.
Obviamente no estaría toda su vida en aquel orfanato, pues al tener trece años, fue expulsado, ya que ninguna familia lo quería y no podían seguir manteniéndolo, siendo este, el empuje a sus desgracias. Al ser un omega solitario e indefenso, las miradas de los alfas en él no pasaban desapercibidas, era carne fresca en una sociedad peligrosa. Pero fue una persona la que lo salvó y condenó.
—¿Trabajar para usted?
—¿Y por qué no?
Había conocido a un hombre adinerado, al parecer era una persona reconocida e importante, pues se hablaba mucho de él y ni hablar de sus hijos, quienes al parecer también eran muy bien reconocidos a pesar de ser menores de edad.
—con tu apariencia, sería fácil engañar a mis adversarios de las industrias
Mencionó con un tono de total malicia, esto no paso por alto el omega, pero entre morir haya afuera y trabajar con alfas, prefería trabajar e ideárselas para sobrevivir, que el mundo de haya afuera.
[ ..... ]
Quien diría que aquel trato fue lo peor que pudo haber hecho, estar siempre de un lado a otro entre alfas que lo miraban con lujuria, tal vez ya había perdido la cuenta de todas las manos que en alguna ocasión le tocaban de una forma insinuante, nunca llegaba a más, pues siempre iba con él un beta o alfa que impidiera que se sobrepasaran con él, pero no todo iba a durar para siempre.
—¿Quiere que conozca a una mujer alfa?
—no es cualquier mujer, esa pequeña arpía es dueña de hospitales e industrias muy populares del país, ella quiere avanzar, pero no puedo dejar que eso pase... Te reunirás con ella y sacaras toda la información que puedas...
....
Una joven de cabellos verdes veía inexpresiva a aquel chico de cabellera rosa, el menor se encontraba nervioso por la mirada de la mujer, sin embargo, al ver la mano de contraria estar extendida a él, olvido su nerviosismo.
—creo que el dulce puede calmarte...
El chico vio los dulces del plato y tomo uno con algo de inseguridad. La peliverde recobro su compostura y comenzó a hablar de forma segura.
—quien diría que ese hombre Minamoto, usara omegas para sacar información
El omega escupió el dulce asustado, un chico beta que estaba ahí cuidando a la alfa le acerco una botella de agua y hasta dio palmaditas en su espalda para ayudarlo.
—¡alza los bracitos!—dijo mientas le alzaba los brazos—.
—viendo seria la escena— y creí que Tsukasa era el problemático....
—bien, en lo que te recuperas... Quiero hacerte una propuesta...
Ni el mismo omega llegó a creer que se volvería tan importante para aquella alfa, pues ese día no solo tuvo un mejor lugar para sobrevivir, sino lo que en el fondo de su corazón siempre deseo, amigos que le cuidaran.
[ ..... ]
Un alfa despertaba por el sonido de su celular que se encontraba en la mesita de noche, con cuidado se levantó de no despertar a su bebé, aun que lo dudo mucho que ella estuviera dormida, pues con el ruido fácilmente pudo haberse despertado, sumando que su pequeña tenía los sentidos muy alerta, no le sorprendería que fuera muy atenta en el futuro.
Contestó la llamada sin fijarse el número proveniente y al escuchar la voz...
...
Soltó el celular, dejando que este se estrellara contra el piso. Rápidamente se puso los zapatos, tomó un sueter que tenía en la orilla de la cama y olvidando a su pequeña que estaba acostada, salió corriendo del lugar.
Aquella noticia que había recibido le había alterado de gran forma, ¿Cómo es que su hermano menor había tenido un accidente? Suficiente había tenido con su omega, pero que su hermano también estuviera en peligro, el destino le estaba jugando una muy mala broma y lo único que deseaba, era despertar de aquella pesadilla.
Salió corriendo de su hogar y se subió a su auto con rápidez, encendiendo el vehículo dispuesto a ir lo más pronto al hospital del cual le habían llamado, solo necesitaba llegar y ver a su pequeño hermano, él, Tiara y su hija eran lo más preciado que tenía en su vida.
[ .... ]
Llegó al hospital en menos tiempo de lo esperado pero antes de ingresar a aquel edificio, su columna vertebral sintió un escalofrío, nuevamente se estaba repitiendo la historia, entrar a un lugar donde en cualquier momento podrías salir perdiendo todo, sus ojos se cristalizaron de solo recordar aquel día que salió con su bebé en brazos, la pequeña niña se aferraba a él buscando el olor de su padre omega, al no tenerlo cerca se ponía demasíado inquieta, como si él esperara eso, ese día había llevado un sueter que le pertenecía al pelirrojo, la noche anterior antes de ir a recoger a la niña, había dormido con prendas de su pareja, era tanto su dolor, que necesitaba el olor contrario para al menos así poder descansar un poco y recoger a su bebé. Al momento que la pequeña olfateo el aroma de la prenda de ropa, se había calmado, era como si tuviera a su papá con ella, pero sin saber que ahora los cuidaba desde el más haya.
No supo en que momento ingreso al edificio, probablemente debió avanzar como un muerto viviente hasta la recepción, las miradas curiosas al verlo no se hicieron de esperar y cuando estuvo frente a una enfermera, trató de hablar lo más claro y fluído posible.
—¿Se encuentra bien señor?
—Minamoto Kou.... ¿Cuál... Es... Su habitación?
La enfermera notó el deplorable estado del contrario y rápidamente buscó en la computadora el registro de aquella madrugada, también hizo señas a una compañera para que le ayudara en caso que hubiera un accidente con el rubio.
—Habitación 105, segundo piso, los pacientes se encuentran fuera de peligro...
Esas palabras fueron un "click" para el rubio, quien tomó más fuerza para salir corriendo a la habitación indicada.
...
Cuando llegó a la habitación, antes de tomar el picaporte, la puerta fue abierta por un beta pelirrojo, quien se le veía agotado, el alfa no quizó pensar ni mucho menos preguntar que hacía él ahí, ahora mismo le importaba su hermano. Ingresó al cuarto, donde estaba el rubio sentado en la cama siendo atendido por el doctor, quien realizaba unos ultimos analisis, por el contrario, un omega pelirrosa estaba dormido en otra cama y a su lado estaba una chica de cabellos verdes, ese momento pudo haber sido un desastre por el enojo que tenía el alfa, pero no estaba para hacer corajes, se acercó con cuidado a donde estaba su hermano y el doctor.
—¿Es su familiar?
—asiente—.
—bueno joven Minamoto, es todo... No tiene heridas de gravedad, solo algunos cortes, pero ya hemos realizado puntadas... Sin embargo, el omega debe quedarse la noche de hoy para vigilarlo
—¿Qué ocurrió con él?
—un ataque de pánico, se desmayó y es necesario vigilarlo en caso que agrave la situación...
Dicho esto, el hombre de ropa blanca salió de la habitación, dejando a los jóvenes en un ambiente algo incómodo.
—Kou-...
—le interrumpe— antes que digas algo... Debes saber sobre una cosa...
—...
—...nuestro padre... Él fue quien lo hizo... Sin embargo, sus intenciones eran advertirte... Que debes casarte con la señorita Nanamine, de lo contrario... Terminaría conmigo y Tiara...
....
El lugar se sembro de un silencio muy pesado, los demás trataban de evitar miradas, pues era muy claro que el alfa reventaría de enojo y podría irse contra la chica de cabellos verdes, cosa que sería muy malo para todos en el lugar. El beta que entendía lo que podía llegar a ocurrir, habló cambiando de tema y rompiendo todo.
—¿Y su hija Teruko, Minamoto-san?
....
[ .... ]
En una habitación, una persona cargaba a una pequeña bebé en brazos, la estaba arrullando con mucho cuidado, incluso la pequeña se aferraba y se dormía, pues desde que había salido su padre, se encontraba llorando.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
#Un capítulo más y cada vez más cerca del final.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro