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Cementerio de Aoyama; Aoyama, Minato. Tokio, Japón. 6:00 pm

Era una tarde nublada, el cielo estaba de gris oscuro y las nubes cargadas para soltar en cualquier momento una lluvia, en el lugar estaban familiares y amigos cercanos del omega. Una chica de cabellos bicolor sostenía un paraguas con ella en caso de que comenzara a llover, se mantenía al lado de su amigo de forma que sintiera que tenía su apoyo y no era la única, pues el beta de cabello color lima también estaba con él, incluso, la familia Minamoto estaba ahí dando el pésame a la familia Aoi. 
Más tarde en la residencia Aoi, el abogado de la familia comenzaba el papeleo y lectura de la herencia hacía el omega, quien no prestaba mucha atención a lo que decía, pero más tarde lo resolvería. En la casa también estaban los amigos del omega, quienes esperaban a su amigo para poder acompañarlo en su luto, aun que entre ellos también estaban los dos hermanos Minamoto, uno de ellos se encontraba platicando con la chica omega y un alfa de cabello negro, mantenían una conversación muy amena para tratar de aligerar el ambiente pero sin faltar respeto al duelo, pero el alfa rubio desde que salió del hospital con el omega y la beta se encontraba en un estado de nervios o tal vez de ansias, sus hermanos ya lo habían notado, pero no sabían que pasaba y tampoco se atrevían a preguntar, por miedo a que lo exaltaran o les contestara de mala forma, que eso jamás pasaría, pero era mejor prevenir.
Unos minutos después el omega salió acompañado del abogado hasta la puerta para despedirlo, cuando regreso, vio a sus amigos ahí listos para acompañarlo en la siguiente fase de su duelo, la depresión.

—Akane-kun...—buscando las palabras adecuadas—.

—Oye lentes, pues...—suspira—.

—les sonrie— estoy bien, les agradezco que se preocupen por mi, pero no puedo permitirme caer en un estado de depresión por esto, mi madre siempre decía que había una solución para los problemas, la muerte no es un problema, ya que es algo que tarde o temprano debe pasar, pero tampoco significa que no tenga solución, ahora que las empresas caen sobre mi, debo seguir firme y no dejar que se aprovechen de eso

—sabia que dirías eso, bien señor Aoi, ¿Qué planea?

—no empieces Yamabuki...—suspira— primero que nada, el compromiso

—al mismo tiempo— ¡¿Te casaras con Ao-chan?!

—ve a su hermano Teru—.

—ve a Teru— ...si, lo haré

Tras lo dicho los dos alfas se sorprendieron, mientras la chica omega con un poco de confusión trataba de sonreír, que al final le dedico una gran sonrisa de apoyo y alegría por la noticia. El alfa rubio se levanto de su lugar y se acerco al pelirrojo, su hermano se puso a su lado aun confundido.

—hace reverencia— mis más grandes felicitaciones a la pareja, que su relación dure mucho tiempo

—corresponde la reverencia— muchas gracias

—hace una reverencia— Felicidades Akane-san

—gracias Kou-kun

—por cierto, también yo voy a comprometerme muy pronto

—¡¿Qué?!

Todos los presentes voltearon a ver a la chica y hermano del más alto con sorpresa por su extraña reacción.

—p-p-p-perdón

—rascándose la nuca con nervios— lamento ese grito

—les sonrie— descuiden, debí decir esto en un momento más oportuno

—negando— para nada Minamoto, siempre es buen momento para declarar cosas

El chico de cabello amarillo limón veía confundido a su amigo y al crush de su amigo, así lo había llamado, pues sospechaba que esos dos se atraían sin duda alguna, pero verlos declarar que iban a casarse con alguien más enserio que le sorprendió, en fin, cosas de alfas y omegas que a un beta desinteresado como él no le importaba.

[ .... ]

E la residencia Akane una chica veía por su ventana la residencia de su mejor amigo de la infancia, desde que el omega pelirrojo se mudo al frente, la chica siempre se ponía en la ventana a observa hacía el otro lado, sus cuartos quedaban frente a frente, por lo tanto eso le agradaba más. Nunca lo admitió pero adoraba pasar ahí en su ventana un buen rato, antes el omega también se quedaba en su ventana observándola con amor, siempre ha sido así, ambos observándose a la distancia y el día en que decidieron su compromiso....

Flash Back...

Un día de verano, cuando las hojas de los árboles danzaban por el viento, las chicharras cantaban y el sol estaba en su máximo resplandor, a la residencia desocupada enfrente de la residencia de la familia Akane, llegaban varios autos y camiones de mudanza, de ellos bajaban varias personas adultas y empleados que ayudaban con la mudanza, nada que interesara a la pequeña de cabellos índigo que estaba en su ventana observando, solo era un montón de gente que no querría conocer a una niña como ella, así que no le interesaba. Bajó a la cocina de su casa y una empleada del lugar al verla le regalo una paleta doble de hielo, su mamá que recién llegaba llamó a su hija para que fuera con ella a saludar a los nuevos vecinos del lugar. La niña que ya había visto todo con pesar de infante, tuvo que ir y más que nada por que no quería salir castigada.
Al llegar frente a la casa, una mujer alfa imponente salió a recibirlos, ambas mujeres hablaban muy animadas, mientras la pequeña se mantenía tras su madre impaciente por ir a comer esa paleta que su madre le obligo a dejar. La niña se llevó una gran sorpresa al ver a un pequeño pelirrojo salir atrás de su mamá, el niño tenía también una paleta de hielo con él, despertando el antojo de comer su paleta que le esperaba en su casa a la niña.

—Él es Akane Aoi, es mi único hijo, apenas tiene 6 años...Akane, no seas grosero y saluda a nuestras vecinas

—sale de su escondite y hace una pequeña reverencia—.

—pero que hermoso niño tienes—ve a su hija— ya viste, ya tienes un nuevo amigo para jugar...vamos Aoi no seas tímida

—saliendo de su escondite—.

—es algo tímida, se llama Aoi Akane

El pequeño al ver a la niña, se alegro mucho, sonrió con tanta seguridad y confianza, de una forma que a la contraria le sorprendió, pues jamás había visto a alguien sonreír de esa forma tan amena, como si la conociera desde hace mucho tiempo. El pequeño pelirrojo que tenía su paleta de hielo, se la dio a la contraria, esta volteo a ver a su mamá buscando una respuesta de como debía corresponder, la cual solo le dio un asentimiento. La pequeña tomo con algo de timidez el dulce y el contrario solo sonrió de la misma forma que al inicio.

Y al igual que el cambio de las estaciones, ambos chicos fueron creciendo y haciéndose más cercanos, quienes los conocían, sabia que esos dos había prácticamente crecido juntos, no había peleas, no había disgustos, ambos crecieron juntos, formando una gran amistad.
El día en que se hicieron su prueba de clase, fue también el día en que sus familias decidieron comprometerlos a futuro. La familia Aoi cuando se entero que Akane era un omega, no se molestaron, pero si tomaron muchas precauciones y al saber que su mejor amiga Aoi era una beta se alegraron aun más, pues esta podría cuidarlo sin problema alguno y como si fuera poco, ya sabían del amor secreto que tenía el pelirrojo por esta, aun que no muy secreto, pues cuando estaban por terminar la primaria el pelirrojo se le declaro, fue rechazado, si, pero no derrotado.

—¿estas de acuerdo Aoi?

—asiente—.

—Akane es un chico muy comprometido Ao-chan, él podrá ser un omega, pero ten siempre seguro que no dejará que te hagan algo, va a cuidar de ti tan bien que jamás experimentaras tristeza o inconformidad a su lado

—asiente—.

—Akane, te estamos dando a nuestra única hija...¿prometes que cuidaras bien de ella?

—soy capaz de dar mi vida por ella

Ambas mujeres sonreían por la actitud del omega, sabían que este compromiso no solo era de confianza sino también, traería grandes beneficios a ambas familias. La Familia Akane era una prestigiosa y muy popular familia entre las empresas y la Familia Aoi era destacada en el comercio internacional y nacional.

Pero nadie esperaría que en un desafortunado encuentro el omega cambiara por completo su opinión por la beta. 
Una noche, un joven omega se dirigía al cuarto de su prometida para entregarle un regalo más de los muchos que le entregaba, pero al llegar notó que la puerta estaba entre abierta, jamás había sido curioso o chismoso, pero un instinto le hizo querer curiosear por primera vez, con sutileza se apego a la puerta sin ser visto o escuchado para poder escuchar algo, de lo que decía la joven beta mientras veía por su ventana.

—¿Porqué Akane-kun? Yo jamás me he sentido atraída por ti, solo te veo como un amigo, siempre te he rechazado, incluso te he tratado mal para que me dejes en paz, pero jamás te rindes, enserio que te odio tanto por eso, ¿De qué forma te debo tratar o hablar para que te saques la idea de que no podemos ser pareja? Solo eres mi amigo y nada más, ¿Debería dejarte solo?  Soy cruel contigo para que  te des cuenta de como soy en realidad...pero no, aun así insistes en ser mi pareja, incluso forzándonos a ser esposos sin que yo sienta algo de verdad por ti, lo aceptaste, ¿No te das cuenta que yo no quiero a un omega?

La chica salió se sus pensamientos al escuchar como se abría la puerta, se sobresalto tanto que pensó que el omega se daría cuenta de lo que había dicho y con nervios trato de buscar una forma de hablar, pero más fue su sorpresa al sentir como el omega la abrazaba con tanta fuerza, de una forma que jamás lo había hecho que la preocupo mucho y lo que la hizo asustarse aun más fue el sentir húmedo su hombro, unos pequeños gimoteos de llanto del omega le hizo temblar, era claro el chico la había escuchado.

—Akane-kun yo...

—se separa aun llorando— ¡Te amo! ¿Entiendes? No sabes lo feliz que me hace saber que tu y yo pronto nos casaremos, jamás te lo dije, pero...¡Te Amo Ao-chan! ¡Te amo más que a mi vida!

La chica estaba confundida, entonces no la escucho, eso era bueno, solo estaba preocupándose de más, era obvio, el omega jamás escucharía una conversación privada, esa no era la clase de chico que hiciera eso. 

Despues de un rato el chico se fue a su casa despidiéndose como de costumbre, con palabras lindas, deseándole dulces sueños y ya en su casa enviando mensajes de que le deseaba todo lo bueno.

Al día siguiente el omega no visito a la beta, ni el siguiente, ni los demás días, empezando a preocupar tanto a la beta como a la familia, haciéndoles creer que algo había pasado entre ellos. Y así como se había desaparecido el omega, volvió a aparecerse, diciendo que su ausencia se debía su ciclo de celo, una respuesta muy real y verídica, era cierto, el pelirrojo no se apareció en toda una semana, tiempo del celo de un omega, así que siguieron co normalidad, a excepción del omega que había cambiado.

Fin del Flash Back.

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#Pido perdón si empiezó a publicar más lento, es que los primeros 8 capítulos ya los tenía escritos, solo debía revisar, corregir y públicar. Pero ahora debo escribirlos, revisar, corregir y públicar.
Pero ya esta, espero traer muy pronto el siguiente capítulo.

Gracias. Hasta pronto.

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Psd.
¿Les esta gustando? :'3

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