—¡Hay piscina! —gritaron Jungkook y Taehyung, corriendo por todo el patio mientras los demás dejaban las bolas de las compras, junto a la parrillera donde harían las hamburguesas y las brochetas de cordero.

—¡Pero no entrarán allí! —les gritó Seokjin, riendo a carcajadas luego de ver sus pucheros de súplica.

Era fin de semana y cumpleaños del mayor de todos, así que habían decidido pasar esos dos días en aquella casa de campo que le pertenecía a la abuela materna de éste. Claro que Seokjin prácticamente los había amenazado con cortar sus pelotas si rompían o arruinaban algo. Sobre todo, la piscina de su abuela donde todos los días nadaba un poco para mantener una buena circulación de la sangre. Por lo que sus seis menores prometieron comportarse e incluso limpiar todo el domingo por la tarde, antes de regresar a sus casas.

Pero ¿creen que es posible que 7 adolescentes no hagan destrozos cuando su amiga, la cerveza, los controla? Gracias al cielo que al señor Kim se le ocurrió sacar a la abuelita de allí, porque sino, la pobre ya se habría muerto de un triple infarto.

Y aunque era de esperarse que Jin protestara cuando vio a Namjoon sacar tres packs de cervezas de las bolsas, no pudo negarse a acompañarlos cuando el moreno meneó una lata frente a su rostro. Ver esa fría bebida que sudaba al igual que él por los treinta y cinco grados bajo el sol, simplemente le había secado la garganta. Negarse, fue imposible.

Así fue como los siete terminaron en el jardín, riendo de todo insecto que volara, de toda hoja que cayera de su árbol e incluso del cielo completamente nublado, que cambiaba de forma cada vez que las nubes seguían su rumbo.

Y lo peor de todo, borrachos, hasta la coronilla.

—Ya, ya —hipó el menor de todos, acomodándose en la reposera —. Ahoraaa... Shoongi-ssi —todos rieron escandalosamente por el arrastre de sus palabras —. ¡Ya! —se quejó y volvió a hipar —¿Hobi hyung o Shimin-ssi?

—O-Oye... ¿A que va eso... esa pregunta? —se quejó el segundo nombrado, sin borrar la tranquila sonrisa de sus labios.

—¿Como para qué o qué? —susurró el mayor, con una de sus mejillas aplastada contra el borde de la piscina. Porque sí, Yoongi estaba dentro junto con Jimin, quien lo abrazaba por la cintura y mantenía su mentón recargado en sus suaves hebras rosadas.

—Uhm... —el menor pareció pensarlo, pero terminó por olvidarse de ellos en el proceso —. Ya, Jinion —llamó al mayor de todos, mezclando su nombre con el honorífico —¿Mon hyung, la tiene grande?

Más risas resonaron y las mejillas del castaño estuvieron tentadas a explotar.

—¡Yo qué sé! —gritó avergonzado, mas no se privó de lanzarle una lata vacía a Namjoon cuando éste le susurró una obscenidad al oído, solo para burlarse un poco más de él.

—Oh, vamos —murmuró el pelirrosa, ahora apoyando su mentón en sus brazos cruzados sobre el borde —. Todos sabemos que te va el negro.

Namjoon solo reía divertido al igual que Taehyung y Hoseok, mientras el resto esperaba entretenido por un contraataque del mayor.

—Jaaa, ja, jaaa —soltó Seokjin, intentando sonar sarcástico —, miren tú quien habla de quién. La pasiva de m'hijo nalgón.

Ja. Ja — Yoongi estaba listo para defenderse—. Te ardererá, amigo —lo miró serio, parpadeando sus ojos de forma extraña, cerrando primero uno y luego el otro —. Pro aquí entre nos, el hombre soy el de la relación.

El pelirrosa sonrió cínicamente, saboreando su victoria. Al menos hasta el mismísimo instante en que su piel se erizó por completo cuando sintió tensarse aquel brazo que rodeaba su pequeña cintura. Sin duda, podría jurar que la borrachera que tenía, repentinamente, se le había quitado por completo.

Tragó grueso cuando oyó a Jimin reír dulcemente, como si no pudiera objetar lo dicho por su pareja. Sin embargo, sabía que aquello que se presionaba contra su trasero, sí lo iba a hacer.

«Ay, por mi madre» pensó, hundiendo su rostro entre sus brazos, queriendo morir allí mismo.

—¿No dirás nada, Jiminnie mío? —pidió Seokjin, secándose una lágrima falsa ante las estruendosas carcajadas de los demás.

El pelinegro de dulces mejillas y labios rellenos solo sonrió y negó, al mismo tiempo que Yoongi tembló cuando éste comenzó a acariciar su pecho, por debajo de la camiseta mojada. Rápidamente el mayor lo encaró con una mirada filosa que no logró mover ni un solo cabello de su novio. Jimin besó su nariz y continuó sonriéndole como si nada pasara, mientras que, por debajo del agua, se ayudaba de sus piernas para bajarle el traje de baño.

—Jimin-en-la-piscina-no —murmuró las palabras, casi sin dejar espacio entre ellas por apretar tanto sus dientes.

Quería llorar porque, joder, le encantaba como lo estaba tocando ese niño. Lento y tortuoso. Digno del castigo que se merecía por haber herido el orgullo de su hombre. Pero... sus amigos estaban allí y si los descubrían, juraría que iba a llorar.

Si bien en su relación nunca hubo un hombre y una mujer, decirlo de la forma en que Yoongi lo soltó, hacía tocado la fibra sensible del pelinegro y el alcohol en su sistema solo había insistido en jugar un poco con su bello pelirrosa.

Las risas y bromas continuaron entre Jimin y los demás, mientras que repentinamente, Yoongi había dejado de participar.

¿Y cómo no hacerlo? ¡Tenía tres dedos en su trasero!

—J-Ji-min... No... —susurró en un pequeño lloriqueo que solo fue escuchado por el otro.

—¿Uh? ¿Hyung está cansado? —preguntó cariñoso, ayudando al mayor a voltearse para que se sujetara de sus hombros.

En un momento así solo se podía decir una cosa.

Que todos los dioses se apiaden de ti, Min Yoongi~.

Sus ojos se cerraron con fuerza y un potente gemido se ahogó en su garganta cuando Jimin lo penetró sin aviso. El agua, abrazando sus cuerpos, estaba provocando mil y un sensaciones que, en sus dieciocho años, todavía no había llegado a conocer. Y dudaba que el otro sí, por como ocultó su rostro en la curvatura de su cuello, aspirando con fuerza antes de comenzar con un lento, placentero y tortuoso vaivén.

—¡GUERRA EN EL AGUA! —escuchó gritar a los dos menores de la nada, a la par que tiraban sus playeras lejos, para lanzarse a la piscina.

Cuando vio a sus amigos saltar dentro, nadando y chapoteando a su alrededor, incluso teniendo a Hoseok a unos centímetros, sacudiendo su mano para pedirle que se les unieran; lo único que pudo atinar a hacer fue aferrarse de los hombros del pelinegro, como si de un felino asustado se tratara.

Asustado, pero aún más excitado.

Sus mejillas pronto ardieron como brasas en el fuego cuando Hoseok se le quedó viendo. Sus uñas se enterraron en la espalda del menor cuando Taehyung también lo hizo. Y la primera lágrima cayó cuando el menor de todos pegó un grito al cielo.

—¡LO ESTÁN HACIENDO EN LA PISCINA!

Un ataque de carcajadas bombardeó a la pareja, junto con una lluvia de «¡Iugh!» soltado por todos, mientras nadaban por sus vidas para salir del agua y correr dentro de la casa.

—¡Ya, malditos bastardos! ¡¿Qué miran?! —lloriqueó Yoongi, para luego ver a Seokjin cerrar las puertas de vidrio con molestia, acompañado del lloriqueo «Les pedí que en el agua nooo».

Jimin soltó una suave risa y miró al mayor, encontrándolo mordiendo su labio inferior con fuerza. Besó ambos ojos y continuó moviéndose, sacándole más gemidos a su pareja.

—¿Te gusta, gatito? Porque a mí sí —sonrió, dejando que su mirada oscura apareciera por primera vez en aquella tarde de verano —. Lo siento, pero tuve que castigar al gatito por portarse mal—puchereó, besando ahora sus mejillas, hasta caer sobre sus labios.

—Te odio con el alma, Park Jimin —murmuró el pelirrosa, tirando de los labios del otro, aún con las mejillas sonrojadas.

—Y yo te amo con el alma, a ti y a tu lindo trasero, Min Yoongi~ —soltó Jimin, juguetón, empujando más profundo, hasta lograr deshacer al otro en gemidos.

Quizás, solo quizás, Yoongi ya no quería que alguien se apiadara de él. Ni deseaba fingir ser el "hombre" de aquella relación. 

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Es cortito, lo sé. Espero les guste, me divertí mucho escribiéndolo xD Lo tenía hace tiempo desde el concurso de minxenilaa aunque al final terminé participando con otro 😂

Nina Glastor  ❣