Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

10._Retorno


Una chica muy bonita se acercó a Whiss, apenas él entró en el lugar, para darle la bienvenida y preguntar que se le ofrecía.

-Este cabello es un desastre- le contestó el ángel- ¿Sabe cómo puedo arreglarlo?

La forma en que la "mujer" dijo aquello extraño un poco a la estilista, pero de inmediato le ofreció sus servicios y tratamientos al respecto.

Esteban entró un poco después señalando que acompañaba a la chica del cabello rojizo. La dependiente le señaló una banca donde sentarse y ahí acabo el muchacho como cualquier novio que acompaña a su chica al salón de belleza. Claro que él no tenía precisamente esa expresión resignada y la ansiedad fastidiosa por dejar rápido ese lugar. En lugar de eso, Esteban lucía muy curioso por todo lo que Whiss hacia, decía y hasta por como se movía. Es que de no saber quién era, de no conocer a Mary, la combinación resultante de estos dos le hubiera parecido bastante atractiva. Pensaba en eso cuando escuchó que ofrecían al ángel un corte de cabello.

-¡No!- gritó haciendo que todos voltearan a verlo- Es que...

Whiss le quedó viendo esperando que el muchacho dijese algo. Como Esteban se quedó callado volvió su atención a la revista que le enseñaba la mujer. Los peinados allí no le generaron mucho interés.

-¿No puede hacer algo más elaborado?- le preguntó a la estilista regresandole la revista con cierto desdén.

-Es que con el color que tiene su cabello y la forma de su rostro...- murmuró la chica- Quizá le gustaría cambiar su color. Un tono más claro la haría ver más joven.

-¿Insinúa que soy vieja?

-No, solo...

-Porque tú no estás precisamente en la flor de la vida, linda- le dijo Whiss de forma bastante despectiva.

La chica seguramente se repitió eso de: "el cliente siempre tiene la razón" unas diez veces. Fue capaz de seguir sonriendo pese a lo insultada que se sintió y fue por otra revista mientras Esteban se acercó a Whiss, para advertirle que a Mary no le gustaba que le tocaran el cabello y que podía enfadarse bastante de ver los cambios que él haría.

-Deberia darme las gracias por mejorar su insípido aspecto- le contestó Whiss.

-Ella podría hacer exactamente lo mismo contigo- le señaló Esteban.

-No está en la misma posición. De cambiar algo de mi persona se estaría delatando...

-Podria cortar tu cabello justo antes de regresar. La conozco. Ella haría algo así.

Whiss levantó una ceja. Era una posibilidad.

-Quizá tiene razón, pero no veo porque haría algo así...

-Porque podría estar imaginando que tú le harías un cambio a su aspecto- le indico Esteban.

Whiss se quedó pensando respecto a eso último. Hizo un cuatro con los brazos y se llevo la mano a la barbilla. Parecía estar imaginando cosas, pero cuando la estilista llegó para enseñarle un peinado bonito en un color agradable, Whiss se olvidó del asunto y se entusiasmo con la revista, ignorando por completo a Esteban que resignado volvió a la banca sentándose junto a un chico que acaba de llegar.

-Esa mujer te va a salir muy cara- le dijo el tipo que había estado mirándolos.

-No imaginas cuánto- le contestó Esteban y ahí se quedó viendo como el ángel terminaría por mandarlo a la banca rota, pero qué otra cosa podía hacer. En cierta forma le parecía divertido que un ser tan poderoso se entusiasmará con algo tan sencillo.

Si le cambió el color al cabello de Mary, pero no lo cortó. Al menos tuvo clemencia en ese aspecto. Con lo demás arrasó. Es que más que actuar por desquite o porque no toleraba la simpleza del aspecto de la mujer, Whiss acabo dejándose llevar por lo agradable que le resultaba todo. Esteban pensó que posiblemente nunca lo habían atendido tanto en toda su vida como si lo hicieron en esas horas.

¿Cómo sería estar al servicio de alguien más toda la vida? Se preguntó Esteban mientras miraba al ángel hacer todas esas caras repletas de emociones, a ratos un tanto exageradas. Sin duda Whiss era un ser sensible que debía estar en desacuerdo con mucho de lo que le tocaba ver. Pero quería seguir viviendo y no iba a morir por involucrarse más de la cuenta en asuntos que la verdad nada tenían que ver con él.

-Su novio tiene mucha paciencia- comentó la estilista mientras terminaba de hacerle las uñas.

-Yo no soy su novio- exclamó Esteban que se había levantado para ir por un café a la máquina que había en un rincón del salón- Soy solo quien paga los gustos del... de la dama. Hoy es un día especial y puede pedir lo que quiera- agregó sonriendo muy gentil.

Esas últimas palabras hicieron que Whiss lo mirase. Tuvo varias ideas respecto al significado de esos vocablos y a la actitud de Esteban, pero decidió ignorarlas. Una hora después ambos iban por la acera. El ángel parecía muy conforme con los resultados obtenidos en el salón de belleza. Se veía bastante feliz. A Esteban se le hacia extraño ver a Mary con su melena de ese tono, aunque si era honesto la estampa de esa mujer se estaba desvaneciendo de su memoria.

-Casi es medio día- le dijo el muchacho- ¿Vamos almorzar? Tanta espera me dió hambre.

Whiss no contestó inmediatamente. Recordó lo que pasó en el restaurante y que no podía comer chocolates así que preguntó a Esteban si sabía que otro alimento debía evitar.

-El alcohol- contestó el muchacho- La resistencia de Mary al alcohol es muy baja.

-Que problema- suspiró Whiss y pareció un tanto cabizbajo.

-¿No me digas que te gusta beber?- le cuestinó y recordó que alguna vez miró un manga donde se mostraba que si lo hacía.

-No es eso...

-Entonces ¿Por qué pones esa cara?

-Porque es una lastima lucir tan bien y vestir tan mal- le dijo viéndolo de reojo con cierta travesura en la mirada.

-Pues el vestido granate que siempre llevas no es que se pueda considerar una demostración de buen gusto.

-Oiga, para que lo sepa ese atuendo es un uniforme y no es un vestido.

-Pero eso parece- comentó Esteban sin ninguna mala intención.

-Es una túnica.

-Ah. Claro eso debe ser... Bueno entonces vamos a buscar algún vestido o lo que sea que te guste.

-¿Lo dice en serio?- exclamó Whiss y casi pareció dar un brinco antes de pararse delante de él- No cabe duda de que es una persona muy gentil y considerada- agregó tomándolo del brazo.

-Sí, pero eso no quiere decir que puedas aprovecharte de mí, Whiss.

-Pero que cosas dice. Yo solo le estoy tomando la palabra. Fue usted quien dijo que pagaría por mis gustos y que hoy era un día especial.

-Sí, pero no exageres. Yo no soy multimillonario como Bulma- le dijo Esteban mientras veía como Whiss buscaba, con la vista, algún lugar donde ir.

Daishinkan no sorprendió a Mary, pues ella considero la posibilidad que él hubiera detectado el cambio y que la estuviera vigilando. Desde luego eso no hacia la situación más cómoda para ella. Fuera por voluntad o no, Mary usurpo el cuerpo de uno de los hijos de uno de los seres más poderosos de la existencia y su reacción ante eso, no era del todo predecible. Después de todo ella era una intrusa en ese universo y él podía estar facultado para darle un severo escarmiento o para terminar con su existencia. Sin embargo, Mary no se sentía precisamente inquieta por esa posibilidad.

-Lo siento- exclamó después de un rato y cerró los ojos para terminar de recuperar la compostura.

Mary separó sus párpados lentamente y al ver otra vez a Daishinkan lo miró fijamente, no pudiendo evitar comparar su reacción ante él con la que tuvo ante Bills. En esa oportunidad, pese a estar con alguien muy por encima del dios no se sentía nerviosa o insegura. Por supuesto había una pequeña ansiedad, pero respondía a otra cosa.

-Usted logró emplear el cetro, consiguió volar e incluso imitar a Whiss de forma convincente- comentó Daishinkan que en ningún momento le quitó los ojos de encima a la mujer- Admito me da curiosidad saber que tanto puede lograr si permanece en ese cuerpo por más tiempo, sin embargo, no puedo permitir que eso suceda- manifestó con calma, pero su mirada era un poco amenazante.

-Ni es mi intención quedarme- le dijo Mary de forma dócil- Solo quiero volver a casa- agregó y se escuchó cansada.

-¿Sabe cómo hacerlo? Eso quiere decir que su llegada aquí no fue un evento fortuito...

-No exactamente- murmuró Mary y dirigió sus ojos al cielo- Tenía pensado ir con Zuno y preguntarle por las super esferas del dragón. Confiaba en poder reunirlas rápidamente. Claro que para ello necesitaría la colaboración de alguien más.

-Del Supremo Kamisama, supongo- exclamó Daishinkan para sorpresa de Mary- Un plan muy bien pensado. Si conseguía que él la ayudase no solo reuniria las super esferas del dragón en poco tiempo, también tendría un traductor. Y solo tenía que saber seleccionar las palabras adecuadas para no despertar sospechas. Y estoy seguro hubiera sido muy capaz de algo así.

La mirada de Mary le reveló, al Gran Sacerdote, que estaba en lo correcto.

-Todo esto y lo que tuve oportunidad de presenciar sugiere que usted tiene un amplio conocimiento respecto a los dioses, al ángel, al universo siete y a mí. Mi presencia no la sorprendió, ni me ha preguntado quién soy- continúo Daishinkan y dió un par de pasos hacia ella- Estoy seguro que la historia de como acabo en el cuerpo de uno de mis ángeles debe ser muy interesante. Estoy ansioso por oírla...con lujo de detalles.

Daishinkan quedó a un metro de distancia de ella. Mary siempre se preguntó que sentiría de ver a ese individuo. La respuesta la dejo un tanto confundida, sin embargo, no podía detenerse a indagar en esa calma fría que experimentaba ante un ser como ese. De manera lacónica, como era su costumbre, con ausencia de emocionalidad y dando solo los detalles relevantes, Mary contó a Daishinkan como y porqué terminó en el cuerpo de Whiss. La expresión que ese individuo sostuvo durante casi todo el relato, no le permitió saber si creía o no en lo que ella estaba diciendo. Cuando le tocó decirle como es que ella sabía tanto de ese lugar, fue el único instante en que el semblante de Daishinkan mostró un ligero cambio, sin embargo, no indagó demasiado en el asunto. Apenas si le hizo un par de preguntas cuyas respuestas parecieron serle insólitas e irrelevantes al mismo tiempo.

Justo cuando Mary acabó su historia, un fuerte dolor abdominal la hizo caer sobre una de sus rodillas. El malestar fue tan poderoso, que la muchacha casi sintió que se iba a desmayar. Le recordó mucho lo que pasó durante el almuerzo con Bills. La vista se le nublo y oyó un zumbido en su oído.
Daishinkan no se inmutó por lo que estaba presenciando. Se limitó a inclinar un poco la cabeza para buscar el rostro de Whiss y hablarle.

-Estos malestares se han estado intensificando ¿no es así?

Mary levantó la mirada y asintió con la cabeza. No era capaz de hablar.

-Me declaró ignorante en lo que a su lugar de origen se refiere- le dijo Daishinkan- Por el mismo motivo me alegra saber que usted tenía un plan de emergencia, sin embargo, creo que no era necesario. Por lo que puedo apreciar la conección que usted sostiene con su cuerpo no se ha sido rota. Usted está a punto de volver a casa.

-¿Cómo?- exclamó la muchacha.

-Todo lo que deseaba a sido cumplido. Usted quería estar cerca del dios de la destrucción... y eso a sucedido- le explicó Daishinkan- Ahora solo debe dejarse ir.

-Vaya...eso suena bastante sencillo- comentó Mary poniéndose de pie con la mano en el abdomen. Todavía sentía bastante dolor- Y es un alivio saberlo, porque mi plan de emergencia no eran las super esferas, sino llamarlo a usted.

Aquello tomó por sorpresa al Gran Sacerdote que acabó medio encogiéndose de hombros ante la declaración. Mary no pudo evitar reír un poco. No tenía el cetro consigo y le hubiera gustado tenerlo para poder sostenerse en algo. Como él se le quedó viendo, por escapar de esos grandes ojos que parecían estar estudiando cada movimiento que ella hacía, Mary preguntó:

-¿No va ha castigarme?

-Todo esto fue un infortunado accidente- contestó Daishinkan- Y usted no hizo ni pretendia hacer algo malo estando en el cuerpo de Whiss ¿Me equivoco?

Mary negó con la cabeza.

-Entonces no hay razón para una represalia de mi parte- señaló con un tono más gentil de lo usual.

Mary apenas pudo dibujar una sonrisa. Sentía ese cuerpo un tanto entumecido. No siendo capaz de sostenerse terminó por sentarse, sobre las flores, como un jefe indio. Echo la espalda hacia delante y relajo los hombros preguntándose qué podía estar sintiendo el Gran Sacerdote al ver a su hijo así. Casi se se le pinta la cara de rojo cuando recordó todo lo que había estado haciendo y que él tuvo que haber visto. Que espectáculo embarazoso, pensó Mary cubriéndose la cara con una mano, pero terminó riendo y dejándose caer de espaldas con los brazos extendidos. También estiró las piernas y sonrió.

-Hace bien al relajarse- le dijo el Gran Sacerdote- Tiene que retornar a su cuerpo pronto. Antes que él despierte- agregó Daishinkan viendo hacia al palacio con la expresión de un gato que descubre un ratón- Cuando estaba ensayando volar, la primera vez que salto, lo logró porque recordó que estaba en el cuerpo de Whiss y sabía no sufriría daño. La última vez se convenció de que este cuerpo es suyo para poder estimularlo.
Ahora debe hacerlo a la inversa.

Mary lo miró un instante.

-Esto que dice es solo una hipótesis ¿No?- le señaló y él se sonrió.

-Tenemos su plan...si es que mi hipótesis no es correcta- le dijo Daishinkan-Y si todo fracasa, usted podría seguir siendo Whiss. No lo hace mal.

-Eso fue cruel- exclamó Mary y viendo el árbol que era el palacio donde moraba el dios de la destrucción, cerró los ojos lenta y suavemente.



Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro