Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

18. El principio del fin.

Tema: No/ By Shakira



Dos. Eran dos líneas, rosas y bien marcadas. Se distinguían a la perfección.
¿Qué pensará Camilo de todo esto?¿Se asustará? ¿Le gustará la idea?

En realidad ya no hay marcha atrás y sinceramente, aunque estoy muerta de miedo y tengo mil interrogantes girando en mi mente, me siento feliz, muy feliz. Saber que tengo dentro de mi una personita que está creciendo me hace sentir única, especial,poderosa. Rio, lloro, salto, abazo la caja, toco mi vientre y vuelvo llorar, un combo de felicidad. Voy a ser mamá. Voy a ser la mamá del hijo de Camilo. Voy a tener un bebé con el hombre de mi vida.

Luego de un buen rato de emoción y alegría, decido darme una ducha para calmarme, ya que he decidido esperar a que lleguemos a nuestro destino para contarle del bebé.

Recorreremos varias ciudades en el interior del país, el quería ir al Machu Pichu, Las Cataratas o alguna parte de Brasil, pero yo le dije que antes de conocer esos sitios quería recorrer mi propio país. El terminó aceptando y eso haríamos. En una de ciudades que visitaremos hay un puerto en donde cenaremos en un yate mientras navegamos, dice Camilo que es una experiencia mágica e inolvidable, allí se lo contaré.

Un par de horas pasaron hasta que llegó a casa con cara de pocos amigos. Se deja caer en el sofá y me siento a su lado acariciando su cabello.

—Volví a discutir con mi madre —dijo— pero esta vez fue peor que todas las peleas anteriores. Nos gritamos, nos insultamos y hasta me abofeteó. Ella pretende que estudie para contador, lleve las cuentas de los negocios de la familia y...

—¿Y qué? — Me miró a los ojos por primera vez.

—Ella pretende que vuelva con Denise. Es más, ella estaba allí y les contó a mis padres de cuando nos encontró y toda la historia.

—¿Y qué piensas hacer? — le pregunté con un nudo en la garganta producido por el llanto que estaba conteniendo y el miedo a perderlo.

—Adela, creo que te he dejado bien en claro que te amo más que a mi vida y no voy a dejarte princesa— tomó mi rostro entre sus manos—eres mi vida— nos dimos un dulce beso.

—¿Y tu padre qué dice de todo esto?

—El quiere que sea feliz y dice que si soy así contigo, que nos apoyará en todo. Intentó que mi madre recapacitara pero fue imposible, está cegada. Solo le importa lo que pensará la gente y toda esa basura. ¿Sabes lo que hizo? Fue a contarle lo nuestro a la abuela y la trajo hasta aquí con la esperanza de que ella la ayudara a que me aleje de ti.

—¿Y ella? ¿Cómo reaccionó la abuela? —le pregunté preocupada. Margot se había pasado de la raya.

—Le dijo que nos dejara vivir en paz, que no podía separarnos y básicamente dijo lo mismo que tú, ese maldito secreto que nadie quiere decirme. Odio las mentiras Adela, las odio.

—Tranquilo mi amor.

—No puedo estar tranquilo. Dime que es eso tan importante por favor —me rogó.
—No me corresponde a mi decírtelo Camilo. Habla con tu padre.

—El tampoco quiere decírselo.

—Yo...

—Déjalo. Me voy a dormir —se levantó del sofá.

—No, no puedes irte a dormir dejándome aquí como si yo fuera la peor persona por ocultarte algo cuando tú haces lo mismo conmigo.

—¿De qué hablas?

—De que no has querido decirme de donde conoces a Benjamín, de eso hablo.

—Ya te lo dije, al volver de nuestro viaje te contaré.

—Y yo te lo contaré el día que sea necesario para salvar nuestra relación.

—¡Seguro! Sabes, no quiero seguir discutiendo mi día fue una mierda.

Fue hacia el dormitorio y yo fui tras él. Tomé mi pijama, mi cepillo de pelo y mi almohada.

—¿Qué haces Adela?

—Voy a dormir en la habitación de mi madre.

—Como quieras.



Casi no pude dormir, pelear con Camilo me deprime mucho. ¿Y si lo pierdo? Sólo pensarlo hace que un frío me invada y me siento morir. De la nada recuerdo al bebé y acaricio mi vientre sonriendo. Me dispongo a levantarme y al salir de la habitación me encuentro Camilo viendo una película en la sala, me observa sonriendome débilmente y yo le hago un leve puchero. Abre sus brazos y me refujio en ellos.

—Perdóname princesa. Llegué alterado y tú no tenías culpa alguna. No soporto esto, te amo demasiado y no soporto verte mal. Siento que estoy faltando a mi promesa de hacerte feliz.

—No digas tonterías, es normal que las parejas discutan a veces, sólo me da miedo perderte.

—Eso no sucederá. Ahora dime ¿qué es eso que no me estás diciendo? .—frunso el ceño—¿crees que no me di cuenta anoche? Desde que entre por esa puerta noté que algo cambió en ti, tienes una expresión diferente, tu mirada es distinta.

Mi ansiedad comienza a ganar terreno, una parte de mi quiere hablar y la otra desea esperar a un momento especial.

—Deja de pelear contigo misma y dime que ocurre, por favor.

—Ay mi amor es que, ¿por qué me haces esto? Yo quería esperar a estar en nuestro viaje. ¡Lo estás arruinando!

—Ya, ya —dijo riendo— esperaré entonces.

—Gracias por la consideración —me guiñó un ojo— desayunemos ya que muero de hambre y luego voy a ver a mis amigos.

—Vale, yo iré a verificar que tu padre haya firmado los últimos papeles.






Hacía mucho tiempo que no venía a casa de Luna. Me sentía muy nerviosa y no sé el motivo pues se que estoy haciendo lo correcto. Desde el mi coche puedo verlos sentados en el jardín mirando algo en una tablet y riendo, ella tiene sus piernas sobre las de Pablo y el apoya su cabeza el en hombro de Luna, se ve un tanto incómoda la posición pero se nota están felices. Niego sonriendo pensando en lo lindos que se ven juntos y dándome cuenta que la forma en que él le sonríe es la misma con que alguna vez me sonrió a mí y el resplandor en los ojos de mi amiga era intenso, jamás la vi así, y en ese momento confirmo que estos dos están locamente enamorados.

Bajo del auto y voy hacia ellos, al entrar Luna deja lo que hacían y corre a mi, nos fundimos en un gran abrazo.

—Perdoname —dice a mi oído.

—No, perdóname tú a mi —le ruego.

Comenzamos a llorar inmediatamente y así permanecimos un buen rato. Al separarnos Pablo también me abrazó.

—Vine a verlos porque necesito hablar con ustedes.

—Ven Adelí — dijo mi amiga— siéntate

—Bien. Yo quiero pedirles disculpas por no haber venido antes, sé que suena egoísta pero esta situación me parecía demasiado...rara. No es muy común que tu mejor amiga venga a contarte que está saliendo con tu ex novio y no es por celos, sino porque no me lo esperaba y me costó mucho formarme una idea de ustedes dos juntos. Pero eso ya pasó y hoy solo puedo decirles que me encanta que estén juntos, puedo ver que se aman y lo felices que son, y es lo mínimo que se merecen por ser así como son, buenas personas y buenos amigos. Es más que obvio que no necesitan mi aprobación para estar juntos, sólo quiero que sepan que no me molesta ni me enoja. Ustedes merecen ser felices.

—Amiga, yo si necesitaba tu aprobación. No podía sentirme completamente feliz hasta oír de tu boca que nos dabas tu visto bueno. No sabes lo importante que es esto para mí.

Nos abrazamos. El teléfono de su casa comenzó a sonar.

—Enseguida vuelvo —nos dijo.

—¿Cómo te sientes? —me preguntó Pablo cuando Luna ya no estaba.

—Bien, la extraño mucho pero lo manejo. Ahora me iré unos días de vacaciones y al regresar retomaré la facultad.

—Eso es genial. ¿A dónde irás?

—Recorreremos varias ciudades en el interior.

—¿Recorreremos? —me preguntó confundido

—Sí... —seré tonta— recorreremos. Iré con mi primo.

—Camilo, ¿verdad? —asentí— ¿tienes algo con él? —volví a asentir— wow, ¡que fuerte!

—Sí, es una situación complicada pero nos queremos mucho.

—Lo noté el día que estábamos en el hospital. Vi como lo miras, conozco esa mirada.

—Pablo, yo...perdóname por favor. Sé que lo arruiné todo pero créeme que era lo mejor para los dos en ese momento. Se que debí darte una explicación, se que te hice daño pero fue por protegerte de mi misma porque no quería hacerte un daño peor ilusionándote.

—Tranquila, ya paso mucho tiempo. Sí, sufrí pero también aprendí porque siento que me rendí muy fácil contigo y no volveré a cometer ese error. Mi relación con Luna es diferente porque maduré y si ella en algún momento quisiera dejarme no me rendiría así como así, lucharía hasta el final.

—La amas mucho ¿cierto?

—Muchísimo.

—Deseo de todo corazón que sean muy felices.

—Lo sé... Hay algo más. Cuando terminamos me preguntaste si podíamos ser amigos y te dije que no y por más que creo que no podremos serlo con ese grado de confianza como ser confidentes o ir al cine solos si creo que podemos llevarnos bien, por lo que vivimos, por Luna y porque siempre podrás contar conmigo.

—Gracias.

Nos tomamos de la mano al tiempo que Luna volvía.

—Era mi mamá, cuando le dije que ambos están aquí organizó yn almuerzo en menos de cinco minutos— rió—Veo que han hecho las pases, me pone muy feliz.

—A mi también —respondí con sinceridad.

—Y a mi —agregó Pablo.

Ya luego les conté todo. Lo de Camilo y nuestra relación, las cartas, la charla con mi padre. Y antes irme le di a Luna la noticia del bebé, no podía no decírselo a ella. Lloramos y reímos juntas, tantas veces de niñas imaginado esto y hoy era una realidad.

—Cuidate amiga. Que tengan un hermoso viaje y cuando vuelvas llámame para salir y contarme todo.

—Claro que si. Te amo.

—Yo más.







El día del viaje llegó. Camilo pasó la noche en casa de sus padres porque Margot lo llamó llorando diciendo que Fernando se sentía mal y le dolía el pecho. Yo sospechaba que solo pretendia arruinarnos el viaje pero no le echaría más leña al fuego así que no dije nada y él se fue preocupado. Más tarde me llamo diciendo que no fue nada grave pero se quedaría haciendo compañía a su papá. Quedamos en encontrarnos directamente en la estación para tomar el bus que nos dejaría en nuestro primer destino.
Tomé un taxi hasta allí y me surtí de golosinas a esperar que llegara.

Cada vez faltaba menos para la hora de partir, Camilo no llegaba y su celular me mandaba directo al buzón. Mi nerviosismo comenzó a transformarse en preocupación. ¿Qué habría pasado? Le escribí el milésimo mensaje y cuando levanto la vista de mi celular la veo con su aire de suficiencia mirándome fijamente. Se sentó a mi lado.

—¿Dónde está Camilo?

—No vendrá. Mi hijo recapacitó y bueno, se dio cuenta que no puede vivir de caprichos.

—No te creo. ¿Qué le hiciste? ¿Dónde está?

—Chiquita, ¡eres tan ilusa! No lo conoces, no conoces nada de su vida. A ver, por ejemplo, sé que se conocieron por medio de Benjamín y no demoré mucho en saber que trabajabas en ese club. ¿Sabías que Camilo y ese muchacho son socios? Ambos son dueños del club pero pocos lo sabemos. Ese fue otro motivo de pelea entre nosotros porque mi hijo solo buscaba molestarme con eso. En fin...eso no es lo importante. Lo que sí es importante es el que esa noche el fue a probar la <<nueva adquisición>>, o sea a ti, como lo hizo con todas. Sólo que a diferencia de las demás se ve que eres lo suficientemente buena como para querer seguir acostándose contigo. Pero el cuento de hadas se terminó ayer cuando encontró tu prueba de embarazo —me dijo sacándola de su bolso —hasta aquí llego su amor por ti. ¿Sabes que Denise está en casa? Pues durmieron en la misma habitación. ¡Ojalá se reconcilien! Esa muchacha es perfecta para él.

—Todo esto es mentira. ¡No te creo nada! —esto era inaudito.

—No es mi problema. Yo vine para que no te pases la vida esperando. Haz el favor de desaparecer niña. Vete a hacer tu vida a otra parte, aquí ya no tienes a nadie — mis lágrimas comenzaron a escaparse por más que intenté evitarlo— En materia de hombres, eres igual de tonta que tu madre.

Me levanté de mi asiento y le di la bofetada más fuerte que jamás pegué.

—De mi madre no hablas. Vete de aquí bruja, vacía. Te deseo lo peor de la vida, te odio.

—Eres una vagabunda — levantó su mano.

—Anda, ¡pégame! — la reté.

—No ensuciaré mis manos contigo, eres muy poca cosa. Desaparece.

Tomó sus cosas y se fue dejándome sumergida en un mar de lágrimas.

Esperé por más de dos horas con la esperanza de que Camilo llegara. Eso nunca sucedió.

Todo fue mentira, nunca me amó, me usó, jugó conmigo, me rompió el corazón.

He salido de peores situaciones, no me dejaría vencer ahora, antes,mi motivo de lucha era mi madre, ahora lo es mi hijo. Fui al baño, lavé mi rostro y saqué un boleto para un nuevo destino.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro