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Sí señor

Capítulo 7

— Bienvenido señor — dice uno de los guardianes a lo que Cassian solo asiente

Llevamos las bolsas en las manos mientras entramos a la gran casa, tiene un estilo moderno con una escala de grises y algunos tonos amarillos con verde.

Los grandes candelabros colgando del techo y seguridad en cada esquina, subimos las escaleras hasta llegar a la sala de la planta alta.

— ¡Querido sobrino! — dice regocijante

Se pone de pie un pelinegro de mediana edad tal vez alrededor de los treinta, físico atlético y aproximadamente un metro ochenta y seis de altura, podía acabar con él fácilmente si sería necesario.

Coloco mi mano dentro de la maleta sujetando el arma dispuesta a disparar.

— Kohen — se limita a decir — Quiero un informe sobre las ganancias ahora si me disculpas tenemos que pasar a la habitación.

— Por supuesto Cassian, después de todo tú eres el dueño — esboza una sonrisa — ¿No vas a presentarme a tú amiga?

— Ella no es nadie relevante y quiero los papeles en una hora me iré nuevamente.

Calmada Fanett no le vueles la cabeza en pedazos a Cassian.

— Así que nuevamente huyendo — esboza una sonrisa

Llévate las cosas a la habitación — ordena de manera demandante

— Sí señor — me limito a decir, aunque eso queme en mi interior.

Tomó las maletas y sigo mi camino por el pasillo hasta llegar a la habitación, aprieto mis dientes evitando hablar o renegar algo de la situación, cierro la puerta y busco uno de los mejores cuchillos que hay en las maletas y vigilo desde la puerta a Cassian y a su tío.

Si algo sucedía iba ayudarlo porque él no iba a poder.

Cassian esboza una sonrisa y camina hacia donde estoy haciendo que rápidamente me siente en la cama.

— Vamos aclarar esto niño bonito porque no reprimí mis ganas de cortarte la cabeza por nada — lo apunto con el cuchillo

— Fanett ¿qué parte de qué no me gusta cuando me amenazas con cuchillos más grandes qué mi cabeza no entiendes?

Dice en un tono bajo, había vuelto el Cassian que conocía, él está atemorizado y yo me divierto con su temor.

— Por cierto, gracias por lo de señor logramos convencerlos de que alguien me tiene respeto.

— ¿Quién es el sujeto? — bajo el cuchillo

— Kohen, el hermano de mi padre trabaja para mi aunque siempre ha querido quedarse con todo como sueles decir tú es una rata traicionera.

— Me puedo encargar de él si quieres.

— No harás eso porque yo tengo que hacerlo, toma lo que quieras de ropa y hay toallas en el baño voy a vigilar la puerta.

Cassian toma una pistola en su mano intentando ver cómo funciona.

— Así la recargas — tomo el arma — Y así le quitas el seguro.

— Gracias — esboza una sonrisa y sale de la habitación

No estamos seguros en ningún lado y Cassian lo sabía él tampoco confía en nadie, al menos ya no lo hace.

Me ducho dejando que el agua se lleve todo rastro de sangre en mi cuerpo, limpio la herida y cambio el vendaje por uno mejor con unas gasas y vendas que tenía en su baño, la sangre no me incómoda y menos el ardor el cual llega a ser satisfactorio.

— Ya puedes entrar — elevo un poco la voz, pero él no entra — ¿Qué te sucede?

Abro la puerta encontrándome a Cassian en el suelo y a su tío con un arma en la mano.

— Estúpido Cass — murmuro mientras saco el cuchillo y esquivo la bala que iba dirigida a mi cabeza

Corto los tobillos de Kohen haciendo que caiga y se quede retorciendo del dolor en el suelo, busco una cuerda la cual paso por una de las vigas de madera que adornan el techo.

— ¡Suéltame!, podemos dividir el negocio en partes iguales.

Grita mientras lo arrastro de las piernas con dificultad gracias a que es alguien muy pesado, deja un camino de sangre por todo el suelo el cual Cassian limpiará de inmediato al despertar.

— Aunque te cueste creerlo no estoy interesada en el narcotráfico.

Amarro sus piernas junto a sus manos con la cuerda y el otro extremo lo paso por el pasamanos para poder atarlo y después de elevarlo.

— Estas muy pesado — murmuro mientras jalo la cuerda

— No hagas esto — dice en un lloriqueo — ¿Qué quieres? dinero tengo mucho, ¿poder? también te lo puedo dar.

— Dinero tengo más del que podría contar y tengo más poder que tu solo mírate llorando e implorando piedad.

Sujeto la cuerda en el pasamanos dejando a Kohen suspendido en el aire mientras sus lágrimas caen.

— Cassian despierta — intento moverlo, pero no despierta — Cass...

Me muerdo la lengua al ver que estoy siendo amable con el sujeto lo cual me causa una incomodidad inexplicable en mi interior, no soy mala con él a propósito, en realidad me sale natural.

— ¿Cómo me llamaste? — dice con una sonrisa en el rostro a lo que yo le doy un golpe en la cabeza — No creo que recibir tantos golpes seguidos en la cabeza sea bueno.

— Vamos tienes que terminar el trabajo.

— ¿Qué trabajo? Ya no estoy en el colegio para hacer trabajos — reniega

Me dirijo a la habitación y abro la maleta en donde están las armas y los cuchillos.

— Escoge, vas a matar a Kohen.

— ¿Puedo escoger lo que yo quiera? — dice con emoción y yo asiento, sus ojos grises se iluminan junto a su sonrisa

Escoge mi típico cuchillo solo que es más pequeño tal vez del tamaño de su antebrazo y sale dando pequeños saltos.

— No saltes ni corras cuando tienes un cuchillo en la mano, solo se hace cuando ya sabes usarlo — lo regaño

— ¿Cómo hiciste para subirlo hasta ahí?

— Con una cuerda, ¿tienes tequila, vodka algo? — busco entre los cajones

— ¿Ustedes son una pareja de psicópatas o algo así? — dice temeroso y exaltado — Sobrino vamos liberarme y prometo ayudarte en el negocio.

— No dijiste lo mismo cuando querías matarme hace unos minutos — se encoje de hombros — En el cajón abajo de la mesa están las botellas y vasos.

Finalmente encuentro la botella, sirvo un poco en el vaso y me siento en el sillón mientras bebo ligeros sorbos, lo normal para no embriagarme.

— ¿Cómo se hace esto? — dice con timidez

— Rasga su cuello o usa tu imaginación yo ya hice mi parte — me pongo de pie y me acerco a él — Pero primero ¿qué sabes de los Jesfer?

— Estas muy mal si crees que voy a decirles algo.

— Bueno — me encojo de hombros
— Cassian tu primera lección va a ser como torturar a alguien.

Esbozo una sonrisa mientras bebo otro sorbo y juego con la botella.

— No sé si sea buen momento para decir que no me gusta ver sangre.

— Pues vas aprender a controlarte, desgarra ligeramente a lo largo la piel de su frente.

Él hace lo que ordeno haciendo que los gritos de Kohen sean más fuertes aun haciendo que sus hombres suban con armas en las manos.

— Ya se habían tardado — murmuro

Era divertido el escenario, aunque muchos lo encontrarían como algo macabro para mí era una escena espectacular, ver como Cassian forma parte de mi oscuridad.

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