Muerte y tortura
Capítulo 41
— ¡Alto! — grita Nathan antes de que clave el cuchillo en el ojo de Soren
— ¿Qué demonios te sucede? — reniego
— Si lo piensas mejor él solo lo hizo por ti y la persona a la cual debes de matar es a Samuel.
— Pero no podemos movernos de aquí y a menos que tú quieras un ojo menos voy a vengarme de este sujeto, Blond lo curará y luego nos vamos a ir.
— ¿Sabes qué él es el único qué puede conducir un avión verdad? — Nathan cruza los brazos
— ¿Y piensas que después de todo va a salir intacto?
— ¡Cassian, ayuda en algo! — reniega Nathan
— ¿crees qué yo voy a intervenir entre Fanett y su sed de venganza la cual olvidó por cinco meses? — Cass levanta la ceja
— ¡Exacto! — reniego — ya está.
Me doy la vuelta y le doy un golpe tras otro en el rostro y en el abdomen, por último, le doy un puñetazo haciendo que se caiga de la silla.
— Listo — ruedo los ojos — ¿tienen comida?
— A menos que te gusten las manías es lo único que tenemos y ya me las
comí — anuncia Cassian
— Genial estamos atrapados, sin comida y sin agua — ruedo los ojos y me siento en el suelo
— Todos son tan pesimistas — reniega Blond — ¿dónde está tu Jet?
— En el otro hangar y con esta tormenta es mejor no arriesgarnos a salir — dice Soren mientras limpia la sangre de su rostro
— ¿Tú me enviaste al psiquiátrico?
— Fanett, ya te dije que...
Interrumpo a Soren y le doy una cachetada. — no me interesa, si lo hiciste significa que no estoy loca, pero si no es así ¿por qué vi a dos personas que no existen?
— Todo el tiempo te dieron tranquilizantes y alucinógenos, alteraba tu subconsciente así que puede haber sido eso.
— Cass — señaló la entrada del lugar y comienzo a caminar
Me recuesto en la pared para ver la nieve, no era difícil estar en este lugar, después de todo estuve encerrada mucho tiempo, la diferencia es que no estaba consiente.
— ¿Qué sucede, quieres jugar en la nieve? — esboza una sonrisa
— Me drogaron todo este tiempo Cass...
— Pero ya no lo harán, lo prometo.
— Lo sé, eso no me preocupa, voy a sufrir de abstinencia cuando todo eso desvanezca de mi cuerpo y voy a necesitar tu ayuda.
— Siempre... — me da un abrazo — ven tenemos algo pendiente.
Toma mi mano y comienza a caminar en dirección a la nieve, la tormenta había disminuido levemente, pero no por completo, Cass toma un poco de nieve y me la lanza, yo hago lo mismo haciendo que se convierta en una guerra a pesar del frío.
Esperar siempre es lo más difícil, esperar lo inevitable, la nieve ya no impide nuestro paso desde de unas horas por lo que podemos irnos, mi corazón duele y ya no me sorprende, desde el día en que salí de casa todo lo que soy quedó en duda.
No había algo que doliera más que la traición, más si viene de una persona en la cual confías ciegamente, más que un amigo o un empleado, era como un padre y como era de esperarse él también fallo.
Todos están dormidos, incluido Cassian, es tarde y aún nos falta una hora para llegar, es curioso como la vida te lleva hasta lugares inesperados. Yo tuve que cruzar miles de kilómetros para darme cuenta que nadie es tan fuerte, nadie es tan bondadoso, nadie es tan malo y sobre todo nadie está cuerdo en este mundo.
Todos escapamos de algo, yo escapó de la penumbra, aunque estuviera dentro de mí, sin darme cuenta nos volvimos una sola cosa, persona o lo que sea que termine siendo después de tanto y no era tan malo, después de todo yo era la penumbra en mi vida y en la de los demás.
El avión aterriza y al bajar siento el cálido clima chocar contra mi rostro, aunque ya lluvia impidió que pueda disfrutar por completo esto, Blond se había ido con Nathan mientras Cass, Soren y yo nos encargamos de Samuel.
— yo conduzco — anuncia Soren
— yo lo voy a hacer, si tomamos el camino principal van a estar esperándonos.
Subimos al auto y comenzamos nuestro camino hasta llegar a aquella colina en donde todo comenzó, donde para muchos murió Fanett Ryker junto a sus amados padres.
— toma — le doy el cuchillo sin desviar la vista del camino — estuviste buscado todo este tiempo al culpable y tú vas a ser quien acabe con esto.
— no puedo hacerlo, es algo que debes hacer.
— no tendré su sangre en mis manos Cass así que tendrás que hacerlo tú.
Él asiente y guarda el cuchillo en su pantalón, me estacionó entre los árboles y caminamos por el bosque hasta llegar a la entrada trasera, el gran patio en donde entrene día y noche, el viejo color de la casa junto a las ventanas completamente negras, nada había cambiado en este lugar.
Mi corazón late con fuerza mi respiración se vuelve pesada con cada paso que damos más cerca de la casa, disparamos a los primeros guardias que nos encontramos haciendo que los demás se alerten y nos disparen.
Somos tres asesinos contra un grupo mediocre de guardias con los cuales acabamos sin hacer mayor esfuerzo, entramos por la casa, pasamos el gran salón, nos dividimos para buscar a Samuel quien debe estar completamente aterrado, bajo al sótano en donde está la habitación de seguridad la cual solo se puede abrir con las huellas de algún Ryker o de Samuel.
— ¡Fanett! — da un pequeño salto al verme — no sabía que eras tú, por poco muero del susto.
— Sentado — apunto a su cabeza con la pistola — eres un maldito Samuel.
— No sé de que hablas... yo nunca he hecho nada para lastimarte a ti o a tu familia.
— No, obviamente no, porque no tienes la suficiente valentía para hacerlo por tu cuenta, eres un cobarde Samuel — sonrío — y todo ¿para qué, un poco de dinero, poder?
— Tú lo has tenido todo Fanett, ¡nunca lo entenderías! — da un paso para acercase y le disparo a la pierna
— Vete al demonio Samuel, lo único que he tenido de esta familia es miseria y torturas, ¿eso es lo qué quieres? Eso te voy a dar.
Coloco mi mano en un puño y le doy un golpe haciendo que caiga al suelo, con un cuchillo rasgo sus tobillos y tomó una cuerda que hay en el lugar ya que también es el cuarto de armas, ató sus manos y lo arrastro hasta el salón principal.
— ¡Pernelle! — grito y ambos bajan a donde me encuentro
Los gritos de Samuel son desesperantes, pero eso no me importa, su dolor es la mayor satisfacción que tengo en estos momentos.
— termina lo que un día comenzamos.
Busco entre los cajones alguna botella y me siento en el sillón a beber mientras Cassian rasga cada centímetro de la piel de Samuel, su sangre se extiende por todo el suelo del lugar y en las manos de Cassian, sus gritos cada vez se vuelven más débiles hasta acabarse en el momento que dejó de respirar.
Colocamos del techo a Samuel dejando que lo que queda de sangre en su cuerpo se derrame en todo el lugar, llamamos a la policía para que aprecien aquella escena la cual tiene nuestra marca una F y una C.
Volvemos a casa en donde Nathan y Merle se encuentran, al llegar notamos miles de noticias hablando del macabro suceso haciendo que todos se pregunten, ¿quiénes son los verdaderos responsables?
Una vez Cassian me preguntó si éramos los malos de la historia y ahora puedo responder con certeza que en esta vida no hay buenos ni malos, solo son humanos.
Y después estamos nosotros, los corrompidos un dúo de la peor clase que existe, dos personas consumidas por la completa oscuridad.
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Creo que voy a llorar amigos, no sé que voy a hacer sin ellos en mi vida.
¿Cómo se sienten?
¿Listos para el final?
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