Lo peor
Capítulo 9
Cassian P.
Era normal sentir dolor de todas las maneras posibles, desde niño me han enseñado que está bien llorar, está bien gritar cuando nos sentimos mal, al parecer a Fanett nunca la enseñaron eso.
Era alguien fría que a la mínima provocación sabía actuar. Supongo que después de que tantas personas intenten hacerte de menos por el hecho de ser mujer ha hecho que ella sea así.
No era mala su desconfianza y falta de temor, era lo que nos ayudaba a estar vivos si dependiera de mi hubiéramos muerto hace mucho.
Verla me hace sentir afortunado y débil por dejarme derrumbar por pequeñas cosas como una pelea con mi padre o sus amenazas.
— ¿Qué piensas? — pregunto al ver que su nariz se mueve, había notado que lo hacía cuando pensaba mucho algo
— En como mataría a los miserables de mis padres si estuvieran vivos — dice entre dientes y con molestia
— Pero son tus padres.
— Como lo dije antes nunca lo fueron de la manera en que debían, no sé que es tenerle cariño a alguien y no pienso cambiar eso, son unos miserables que cayeron en lo más bajo de este mundo.
— Bien, entonces cambiamos de rumbo.
— ¿A dónde? — levanta la ceja y frunce el ceño
— Hay unas personas de las que tengo que encargarme y al parecer hacer sufrir a las personas es algo que te ayuda a relajarte.
— ¿A dónde vamos? — esboza una gran sonrisa
— Antes que nada ¿crees ser capaz de acabar con diez sujetos tu sola?
— Me enviaron un mes a Rodmir cuando estaba en guerra para ver si podía sobrevivir, créeme, puedo hacerlo.
— Arelang es nuestro lugar — digo con seguridad
Ella sigue el camino sin dificultad hasta llegar aquella casa en donde se ocultaban los Bland.
No solían tener muchas personas a su cuidado, pero debe de saber que Kohen murió entonces deben estar atemorizados ya que eran socios.
Es una gran casa rodeada de árboles y una gran entrada custodiada por dos sujetos que vemos de lejos.
Fanett toma una pistola y la guarda entre su pantalón junto a una cuerda negra la cual sujeta como si fuera un bolso, toma la katana alistando todo, yo guardo la pistola por si acaso y bajamos del auto el cual queda estacionado entre los árboles para que no lo miren.
Fanett no les da tiempo a los sujetos de reaccionar ya que a uno corta su cuello con el cuchillo y al otro lo atraviesa con la katana, subimos el muro de piedra logrando visualizar a dos sujetos que están en la puerta y otros tres dentro de la casa.
— Vas a tener que ayudarme mientras yo me encargo de los sujetos de arriba tú los de abajo.
— Pero no se disparar — digo alarmado
— Tendrás que aprender — se encoje de hombros
Saltamos el muro y nos escondemos entre los arbustos Fanett me hace una señal la cual creo que indica que tengo que disparar ya para que ella salga corriendo. Mi corazón late con fuerza y tengo la sensación de que mis piernas van a fallar en cualquier momento gracias a la presión.
Salimos de nuestro escondite y disparo al primer sujeto, pero la primera bala impacta en la pared hasta que la segunda da en el abdomen, con más seguridad tomo el arma y disparo al otro en la rodilla haciendo que caiga mientras Fanett atraviesa su cabeza con la katana.
Estaba apuntando a la cabeza.
Por el ruido de los disparos los tres sujetos se percatan comenzando a disparar sin que ninguna bala impacte en nosotros gracias a que nos cubrimos con la puerta y no alcanzan a vernos.
Ella dispara a los dos sujetos mientras yo logro darle al otro en el brazo haciendo que se distraiga y Fanett le dispare en la cabeza.
— Odio disparar hace demasiado
ruido — reniega entre dientes
Recarga el arma mientras entramos a la casa la cual está vacía, pero ella sigue teniendo cuidando e intentando cubrirse siempre con algo.
— Pernelle, tardaste más de lo esperado.
— Bland veo que sigues igual de impaciente — esbozo una sonrisa intentando disfrazar el temor que siento
Un disparo se escucha haciendo que yo apriete el gatillo, pero le doy a la pared que está detrás de Bland, pero mi disparo no fue el único que se escuchó.
Volteo a ver y Fanett quien había disparado a la cabeza de un sujeto, pero su blusa se encuentra llena de sangre, antes de que corra para sostenerla se da la vuelta y le dispara en la pierna a Bland quien estaba por salir corriendo.
— Amarra al sujeto en lo que yo hago presión en la herida — dice mientras se sienta en el sillón y se quita la blusa la cual sujeta contra la herida para impedir que siga sangrando.
Rápidamente sujeto a Bland con la cuerda que Fanett llevaba aún en el brazo y lo ato a la silla.
— Déjame ver — me acerco a ella — ¿Dónde demonios tienes las cosas que usas?
— El botiquín está en la habitación — murmura Bland
Todos nosotros teníamos prácticamente un hospital en nuestras casas gracias a que no podíamos ir a uno y las posibilidades de necesitarlo eran altas.
— La buena noticia es que la bala salió — murmuró al inspeccionar
— ¿Y la mala? — enarca la ceja
— Si no logro detener el sangrando y suturar puedes morir.
— Que sorpresa, adelante, si no lo haces tú, lo haré yo misma.
Ella no muestra dolor alguno a lo que hago incluso cuando desinfecto la zona y comienzo a suturar, coloco gasa y vendo la herida dejando completamente segura a Fanett.
— Eres mejor veterinario de lo que pensaba — murmura entre dientes
— No creí que pudieran lastimarte comenzaba a pensar que eras una especie de máquina.
— Aunque me gustaría, sigo siendo humana, ahora hay que encargarnos de este sujeto.
Se pone de pie y toma una silla para sentarse enfrente de Bland.
— Me voy a divertir contigo — dice con una sonrisa en el rostro
— No pienso rogar piedad a la zorra de Cassian — dice con una gran sonrisa
— ¿Cómo me llamaste? — levanta la ceja mientras saca el cuchillo de su pantalón
— Zorra de...
Él ya no pudo decir nada más ya que Fanett toma su rostro desgarrando la piel de su boca a lo largo haciendo que grite de manera desgarradora.
Rompe el pantalón dejando descubiertas sus rodillas y rasga la piel al bursitis del bicep femoral y como si se tratara de un muñeco ella comienza a rasgar el músculo dejando pedazos de el en el suelo seguido de los ligamentos.
Sus manos están llenas de sangre y los gritos de Bland eran cada vez más intensos hasta caer inconsciente a los poco minutos.
— Lastima no aguanto nada — se pone de pie.
Desata sus muñecas dejándolas a la vista mientras rasga la piel a todo lo largo de su antebrazo dejando fluir la sangre.
— Me siento mejor, gracias Cass — me da un golpe suave en el hombro y esboza una sonrisa
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