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El pequeño Jesfer

Capítulo 18

Mi cuerpo había sanado, pero no querían dejarme ir del hospital hasta que la policía llegara por el estado en el que llegue.

— Pero tú querías llevarme al
hospital — ruedo los ojos mientras le reniego a Cassian

— Perdón por querer que vivieras — murmura del otro lado de la puerta

Me estoy poniendo el traje para salir por la ventana del hospital y finalmente torturar a Finlay, veo mi abdomen el cual solo tiene leves tonos morados y algunos rasguños, pero nada más fuera de lo normal, las mismas cicatrices de siempre, abro la puerta haciendo que Cassian caiga al suelo gracias a que estaba recostado en la puerta.

— ¿Tienes todo? — pregunta mientras se levanta del suelo

Verifico que mis cuchillos estén en su lugar en el traje y asiento.

Salimos por ventana por suerte era un segundo nivel y había escaleras fuera del edificio, Nathan nos esperaba en el auto para facilitar nuestra salida.

— Se tardaron — murmura Nathan mientras comienza a conducir

— Cassian quería asegurarse de que estuviera bien — digo sin importancia

— ¿Y cómo está seguro? — cuestiona Nathan

— Me atacó con un cuchillo y casi me quedo sin el dedo índice — dice ofendido

Me quedo callada en el trascurso del camino hasta llegar a una casa con diseños en color negro y un estilo antiguo, no pueden tener una casa normal, los Pernelle deben de tener todo en excesos y lujos.

— ¿Aquí se han estado quedando? — cuestiono al bajar

— Sí, el sótano es insonorizado por lo cual es mejor — Cassian esboza una sonrisa — Muchas ventajas y muy poco tiempo para poder disfrutarlo.

Entro a la casa y de inmediato voy al sótano en donde Finlay está colgado de brazos haciendo que sus pies no toquen el suelo, parece que lleva tiempo en esa posición ya que se nota cansado.

— Querida Fanett — dice con una sonrisa — Me sorprende que tu perro guardián te dejara venir, ya te extrañaba.

— Parece que te gusta mucho hablar, debo de arreglar eso — tomo el cuchillo y me acerco a él — No me llames querida.

— ¿No vas a concederme mis últimas palabras? — hace una mueca — Nunca pensé que fueras ese tipo de asesinas.

— No con basuras como tú — digo entre dientes

Tomo su lengua con las pinzas de metal y la saco de su boca a pesar de sus fallidos intento de alejarse corto la lengua dejándola en suelo mientras él escupe sangre.

— Creo que en estos momentos agradezco no haber seguido provocándote — murmura Nathan mientras aprecia la escena

Él comienza a escupir la sangre para evitar ahogarse.

— Te dije que estaba loca — susurra Cassian

— ¿Consiguieron lo que pedí? — volteo a verlos

— En la mesa — señala Cassian

— El pequeño de los Jesfer — vuelvo a caminar hacia él — ¿Qué mejor manera de practicar?

Compongo la ballesta y apunto a su rodilla haciendo que se queje al sentir la flecha traspasar su piel, lanzó otra a su hombro y la última da justo en su entrepierna. Intento desahogarme de todo el daño que me hizo y no me refiero a lo físico.

— ¿Quién quiere jugar tiro al blanco con cuchillos? — esbozo una sonrisa y ambos toman los cuchillos que están en la mesa

Lanzan a puntos estratégicos en donde no lo mataran, pero si lastimara, su sangre comienza a caer mientras él se retuerce de dolor, no puede hablar lo cual es una lastima ya que me gustaría escuchar sus súplicas

— Trata de no sangrar mucho, voy a necesitar tu sangre.

Me acerco a él, me coloco de rodillas y comienzo a quitar la fina capa de piel que cubre sus pies dejando que su sangre cubra mis manos.

Salgo de la habitación y traslado los pedazos de botella rotos con ayuda de Cassian para hacer un camino en todo el suelo.

— Bien, ahora de caminar, si pasas por aquí y sobrevives puedes irte.

Suelto las cuerdas que lo sostenían haciendo que caiga al suelo, me observa con temor mientras camina por los vidrios haciendo que se incrusten en su piel esparciendo toda su sangre.

Sus lágrimas y sollozos llenaban la habitación hasta que llega el final del camino.

— ¿No creíste que iba a ser tan sencillo o sí? — digo con una sonrisa en el rostro

Clavo dos cuchillos en sus rodillas haciendo que caiga de espaldas contra los vidrios rotos, me lanzo sobre él y clavo el cuchillo en su ojo derecho mientras sus quejidos se intensifican hasta que se desmaya, unos trozos de las botellas se incrustan en mi piel, pero no me impide terminar mi trabajo.

— Ya perdió mucha sangre hay que guardar el resto en los botes.

Me pongo de pie, mi mano esta lastimada gracias a los vidrios, pero no me importaba, solo intento alejar los trozos de vidrio.

Tomamos de cuerpo de Finlay y comenzamos a descuartizarlo mientras dejamos que su sangre caiga dentro de un bote de los que normalmente se utilizan para llenar con gasolina.

— Voy a limpiar la herida de tu mano — indica Cassian

— Yo me encargo de limpiar esta basura — murmura Nathan — Comienzo a creer que este es mi trabajo.

Salimos de la habitación y Cassian me lleva hasta la sala, me quedo sentada en el sillón mientras él desinfecta mi herida y pone un vendaje.

— ¿Qué te hizo? — pregunta finalmente

— No te interesa saber Cassian.

— No Fanett, tal vez tú no me quieras y nunca vayas a querer a nadie, pero yo a ti sí y quiero saber que te hizo ese sujeto — baja la mirada

— Bo vas a obtener respuestas de mí.

— Lo supuse pero nada perdía con intentarlo — suelta un suspiro
— Debemos de irnos hemos perdido mucho tiempo.

— ¿Qué va a pasar con Nathan?

— Se quedará aquí y vigilará los negocios así tendremos un lugar seguro para cuando regresemos.

— Bien — me pongo de pie — Pero la sangre va conmigo.

— No tengo ni la menor idea de cómo transportar sangre en un avión.

— Eres un Pernelle, tu puedes hacerlo.

Salgo de la habitación guardando mis cosas en una maleta para poder irnos, empaco todo lo necesario, aunque seguía sin saber como Cassian y Nathan planeaban transportar las armas.

Salgo de la habitación en donde Cass esta con un pantalón negro con varios bolsillos a los lados y una camisa del mismo color. Su cabello está despeinado y sus manos estaban cubiertas por unos guantes que ayudan a no salir lastimado en los combates.

— Nathan dijo que el arreglaba lo de la sangre, se adelantó en otro auto.

— Es hora de irnos — tomo la maleta negra

— No tenemos un rumbo previsto despues de esto y eso me causa temor.

— Cass tú vives con miedo.

— Siempre que no estoy contigo.

Se encoje de hombros y comenzamos a salir, sin rumbo previsto arriesgando todo y lo poco que nos queda, solamente un plan lleno de incógnitas.



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