Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Dolor y pena

Capítulo 29

Merle

Mi cabeza choca contra el vidrio de la ventana y se mueve al ritmo del autobús, no tengo ánimos de abrir los ojos, pero si no lo hago lo más posible es que pierda mi parada.

— ¿Ya llegamos? — digo soñolienta

— Ya casi, faltan aproximadamente cinco minutos — indica Carson — ¿Quieres?

— Sí, gracias — tomo la galleta que me ofrece — ¿Hoy te vas a quedar en ese hotel?

— Sí, tomaré un taxi, aunque solo me quedaré una noche.

— ¿Podrías darme la dirección por favor?

— Se llama luciérnaga, no conozco la dirección, pero solo diciendo el nombre pueden llevarte al lugar ¿quisieras compartir el taxi? Para serte sincero no tengo mucho dinero.

— Sí está bien — esbozo una sonrisa — Les enviare un mensaje a mis amigos para que me encuentren en el lugar.

Tomo el celular el cual estaba apagado ya que no tenía batería, pero simuló escribir algo sin que él pueda observar el teléfono.

Carson tiene razón, no faltaba mucho para llegar, me pongo de pie y comienzo a caminar para poder bajar del autobús junto a él, no era la mejor decisión de mi vida, si me pasaba algo nadie me buscaría, pero era lo único que me quedaba.

Tomamos un taxi el cual nos lleva al lugar, es un típico hotel de carretera con un gran letrero neón el cual dice luciérnaga.

— Pide las habitaciones, tengo que hacer una llamada.

— Está bien — asiento y entro a la recepción.

— ¿Cuantas habitaciones? — pregunta la señora con un tono apático

— Dos por favor.

— Serían cien — extiende las dos llaves y le doy el dinero

Salgo de la recepción y encontrarme con Carson quien corta la llamada y toma nuevamente su mochila.

— Toma, me debes cincuenta — le doy la llave

— Gracias, toma — me da el dinero — Nos vemos.

Me despido de él con la mano y subo al segundo piso mientras él se queda en el primero, me dejo caer sobre la cama dejando salir un gran suspiro de alivio, tenía un techo y una cama alejada de todo lo que un día me causó dolor y pena.

Me acomodo para poder dormir hasta que el sonido de la puerta hace que me levante a ver quién es, antes de abrir la puerta tomo el cuchillo y lo pongo detrás de mi espalda.

— ¿Qué haces aquí? — pregunto al ver a Carson

— Quería ver tu habitación.

Entra sin previo aviso y se lanza a la cama con toda tranquilidad.

— Este hotel se llama luciérnaga porque es la única luz de noche en una carretera desolada.

Se pone de pie y me acorrala contra la puerta.

— Aléjate.

— No, fue muy fácil, lastimosamente es hora de terminar con esto — susurra contra mi piel lo cual me resulta asqueroso

La simple situación hace que quiera llorar, gritar, pero solo me quedo congelada al ver que saca una pistola y apunta a mi cabeza, no espero nada ya que clavo el cuchillo en su abdomen haciendo que él se aleje y pueda salir corriendo por la puerta, observo la patrulla de policía estacionado en la parte del parqueo lo cual me hace sentir alivio.

— Ayúdeme, por favor hay un sujeto en mi habitación — le digo con histeria al oficial

— Tranquila, vamos a ver.

Yo asiento y lo sigo hasta la habitación en donde Carson estaba curando la herida que había dejado el cuchillo en su abdomen.

— Realmente no puedes hacer nada bien — gruñe el policía

Saca el arma y me da un golpe en la cabeza haciendo que caiga, siento frío y dolor, todo se mueve a mi alrededor, no podía escapar de eso tal vez de eso se trataba mi vida de un tropiezo tras otro hasta caer.

Al despertar estoy atada a una silla, el oficial se retira del lugar informándole a Carson que debe encargarse de mi, por lo que tenía entendido tenía que llevarme a otro lugar en donde le pagarían muy buen dinero por mi.

— ¿Lo escuchaste? Cree que puede darme órdenes — esboza una sonrisa y camina por la habitación — A mí nadie me da órdenes.

Rompe la tela de mi ropa con el mismo cuchillo con el que lo apuñale, me da un golpe en el rostro haciendo que mi nariz y boca sangren, clava el cuchillo en medio de mis piernas y sonríe al ver como esta clavado en la madera de la silla.

Las lagrimas y los gritos comienzan a salir de mi al igual que las inmensas ganas de vomitar, no dejo de llorar, duele de manera desgarradora.

Las semanas pasaron, aquel sabor metálico de la sangre en mi boca era algo normal, mi cuerpo estaba lastimado gracias a sus golpes y tenía algunos cortes de los brazos.

Ya no podía más, no sé si puedo estar de pie o poder seguir respirando, todo se convierte en un vago recuerdo. Escucho la puerta abrirse, gritos y disparos, pero ya no quiero saber nada más de este mundo.

— Levántate — abro los ojos al escuchar la voz — ¡Que te pongas de pie! — grita el policía

No había sentido en que momento me habían desatado, intento ponerme de pie, pero caigo así que él me ayuda a ponerme de pie, caminamos a la salida en donde está el cuerpo de Carson, sabía que significaba esto, si iba con ellos esta tortura seguiría.

Levanto la vista fijando mi vista en dos personas que estaban viendo todo, se me hacían familiares y puedo apostar todo a que eran la pareja del restaurante.

Él se asoma por la puerta justo a tiempo para toparnos cuando iba pasando, mi voz no sale para poder gritar, pero en un débil susurro logro pedir ayuda sin desviar mi vista de él.

— ¡Alto! — grita el castaño haciendo que los oficiales se detengan

— ¿Qué quiere? Necesitamos llevarla a un hospital.

Por favor que no le crea.

— Ella es mi hermana, así que yo la llevare — dice el castaño con firmeza

Esbozo un intento de sonrisa e intento correr, pero mi cuerpo y los oficiales no me lo permiten, estoy débil y esta es mi única oportunidad de cambiar mi destino.

— No podemos permitir eso.

— Vamos a hacer esto a mi manera — dice la pelinegra apuntando con un arma a la cabeza del oficial de policía — Déjenla ir o les vuelo la cabeza a los cinco.

No se si pedirles ayuda sea la mejor decisión de mi vida, ¿por qué razón llevan armas?

— Somos cinco contra una, no te conviene — exalta en forma de burla

Él castaño toma una pistola y le da otra a ella haciendo que apunten sin ningún temor.

— ¿Quieres retarme? — ella esboza una sonrisa

Los oficiales me sueltan y él me ayuda a caminar hasta que estoy a la par de la pelinegra quien estaba apuntando aún.

— Váyanse — dice de manera firme sin bajar la pistola

Uno de los oficiales levanta la pistola y sin dudarlo ambos disparan a la cabeza de todos los presentes dejando a todos sin vida

El estruendoso sonido de los disparos hacen que mi cabeza duele y presiones mis dientes con fuerza en espera de que terminen.

— Nien, tendremos que irnos — entramos a la habitación — ¿Cuantas veces te he dicho que nosotros no salvamos personas?

— Gracias — digo en un susurró — Esos hombres solo me liberaron para tenerme ellos.

— ¿Entonces no eran policías? — cuestiona el castaño

— Sí lo son, sí lo eran — corrijo al recordar que están muertos

— ¿Y por qué te querían? — ella cruza los brazos

— El sujeto que me secuestro tenía el trabajo de hacerlo y llevarme a otro lugar, pero decidió torturarme antes de venderme, los policías trabajan con él y al ver que no cumplió su parte del trato vinieron por mí, por favor no me dejen aquí.

— Toma puedes cambiarte en el baño — el castaño me da ropa y la tomo, me pongo de pie y voy a cambiarme

Decido entrar a la ducha para finalmente limpiar mi cuerpo, aunque sea un poco, cada parte de mi abdomen y mis piernas duele, cierro el paso de agua y me coloco la ropa. Salgo del baño dejando mi ropa vieja en la basura, al salir ella se encuentra metiendo cosas a las grandes maletas negras.

— Gracias por ayudarme — murmuro

— ¿Eres de aquí?

— No, soy de un pueblo a unos kilómetros de aquí escapé cuando tuve la oportunidad.

— ¿Cuál es tu nombre? — dice mientras guarda cuchillos en su traje que parece especial para eso

— Merle Tenne, tengo veinte años.

— ¿Tienes hambre?

Asiento sin dudarlo, no había comido nada más que unas sobras y eso fue hace una semana.

— Toma, es lo que tenemos pasaremos por algo en el camino ¿tienes a dónde ir? — me da una barra de cereal

— No, a ningún lado.

— Bien — toma la mochila y la maleta — ¡Cassian trae tu trasero aquí tenemos que irnos!

El castaño se llama Cassian.

— ¿Tú nombre es Merle? — pregunta Cassian quien estaba en el teléfono

— Sí — ella responde por mi

— Gracias Nat — corta la llamada — Sí es quien dice ser.

Cassian toma una maleta y me ayuda a bajar hasta donde se encuentra su auto el cual es una camioneta completamente negra

— ¿Piensan matarme? — pregunto con temor

— Solo no la hagas enojar y estarás bien, queremos ayudarte estas a
salvo — dice Cassian

— ¿De qué escapabas? Dijiste que escapaste de tu casa — exclama ella en un tono frío

— Mi madre era una alcohólica que me golpeaba y en varias ocasiones me hizo robar para poder tener dinero, de eso escape.

Ella no parecía confiar en mi, pero por alguna razón yo si confiaba en ellos, me compran algo de comida la cual no dudo dos veces en devorar hasta quedar satisfecha.

— ¿Tienes a dónde ir? — pregunta Cassian

— No, pero pueden dejarme en cualquier lugar ya hicieron mucho por mí y estoy muy agradecida.

— Conozco un lugar en donde estarás segura — indica él

Decido dormir un poco, aunque mi cabeza me atormenta y no me deja hacerlo hasta escuchar la conversión que ambos tenían.

— Sé que no te da confianza, todo lo que ha dicho es verdad, Nathan me lo confirmó — afirma Cassian

— Pero también puedo apostar a que te dijo que no ignores mi instinto.

— Algo parecido me dijo, recuerda que Fanett sabe lo que hace y nosotros no, ¿qué opinas?

— Creo que tenemos que darle tiempo con eso las cosas salen a la luz.

Cassian y Fanett...

No sabía si tenía que temer o no, pero nuevamente la vida no me daba muchas opciones.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro