Capitulo 4
Como prometí, aquí esta la continuación!!!! XD
$Después de una eternidad 😪
Lo se e.e pero esta vez no es mi culpa u.u
$el mundo conspiró en nuestra contra
este capitulo lo termine hace 2 días, pero la señal desapareció y recién ahora puedo publicar T.T espero que lo disfruten
Pensamiento o recuerdo: hola (cursiva)
Llamadas o audios: hola (negrita)
Carta o nota: hola (subrayada)
~Comienza~
Erwin de nuevo se encontraba examinando papeles, pistas, no sabia si eso ayudaría en algo solo era un montón de palabras, todo podía llegar a ser interesante si se lo proponía, o para su amiga.
Suspiro, los compañeros de Eren repetían la misma historia.
-Eran muy buenos amigos- le dijo uno de ellos -pero se pelearon y desde entonces no la volví a ver- una muchacha solitaria, aunque bella e inteligente, destacándose en todo.
Para todos sus amigos una completa desconocida.
-Otra vez muy pensativo- se burlo su amiga llamando su atención -¿y ahora que?- se sentó frente a su escritorio dejando caer carpetas de diversos colores.
-Nada importante- aun no era momento de decirle a su compañera -¿encontraste algo interesante?- sabia como despitarla.
-¡Si!- coloco ambas manos sobre la superficie solida de la mesa, noto un brillo en sus ojos algo que le gusto, o tal vez no -al parecer también hubieron un par del asesinatos conocidos por estas áreas desde que ambos tenían 15 años- el hombre presta toda su atención.
-En esa época ambos ya estarían capacitados para matar- para Zoe solo existía crimines, el que los dos fuesen o no asesinos ya era otro tema -sin embargo aquellos que fueron registrados hechos por un mismo asesino son casos cerrados- el mayor la observo con sorpresa.
-¿Qué?… ¿entonces?- la mujer le paso unos papeles.
-Quiero que loa revises y compares- tomo otra carpeta, esta era azul marina en su tapa sobresalía el nombre de Armin Arlert -él fue enjuiciado por los asesinatos, confeso ser el causante y ocultar la evidencia…- suspiro un poco cansada -es un niño inteligente, el mejor en todas las clases con las más altas notas, pero resulta que tiene varios problemas mentales… y termino así- miro el inicio del informe, notando lo más triste de su historial, un final en el psiquiátrico, para un joven también muy bello, hermosos zafiros en un par de ojos opacos, el cabello rubio, la piel pálida, se imagino que una persona así tendría un gran futuro.
-Tiene la misma edad de Eren- vio un poco mas los detalle, notando sin querer ese pequeño tema.
-Si… iba al mismo grado- eso lo sorprendió -ambos eran muy buenos amigos… bueno ¿quien no lo era?- empezó a soltar carcajadas -ese chico se llevaba bien con casi todo el mundo, pero Arlert entraba en los que él "daría la vida"- camino lejos de su superior.
-¿A que te refieres?- no la comprendía, ella siempre con laberintos confusos.
-Cuando Eren Jaeger estaba en primaria había tenido un grupo de amigos que lo seguían a donde fuera… siempre peleaba si alguien los molestaba, en especial…- señalo la foto del rubio -pero cuando empezó secundaria conoció a Hatsumi, nadie sabe como- las verdaderas siempre eran ajenas cuando venían de boca en boca -ambos se hicieron cercanos y fue cuando los asesinatos comenzaron ¿coincidencia, no?- cada detalle era crucial en un crimen, ellos lo sabían.
-En la preparatoria todos los casos quedaron abiertos hasta…- se quedo callado analizando mejor la situación, notando la sonrisa de zorro que traía su colega.
-La noche de la pelea, Eren lo echaron de casa por ser gay… al mismo tiempo se peleo con Hatsumi Yuri quien se fue del país, a los días Armin Arlert confeso ser el asesino y dando muy buenos detalles de los homicidios- todo resultaba ser demasiado perfecto.
-Puede que sea el causante, así como estaba intentando proteger a Eren- recordó un pequeño detalle, demasiado pequeño para matar tantas personas solo.
-A él o a Hatsumi- murmuro un poco sospechosa, quizás a la vista esos tres no eran muy amigos, pero nadie podía negar que se conociera aun más entre las sombras.
-¿Y Mikasa?- la mujer le observo con duda -cuando me reuní con Eren apareció una mujer asiática de nombre Mikasa- no quería dar descripciones de la muchacha, ya que cuando la conoció no le presto ninguna pizca de atención.
-Creo que hablas de Mikasa Ackerman- le respondió con simpleza, de ella no traía ninguna foto, ya que esa chica se escondía de las cámaras como si estas fueran a comerla.
-¿Ackerman?… ¿como Levi Ackerman?- otro extraño, en ambos casos lo mucho que se puede averiguar es su nombre, la partida de nacimiento era de otro país, sus padres ya estaban muertos, ni siquiera podían averiguar el motivo.
-Puede que sean parientes- la castaña levanto los hombros con desinterés, pues en realidad eso no le llamaba la atención -bueno, Mikasa Ackerman es la amiga de infancia de Eren- agarro una botella que se encontraba alado de la puerta, era agua fresca -pero fue atacada un mes antes de la graduación, fue muy mal herida lo cual lo hizo volver a su país natal- todo era detalle.
-¿Herida?- la interrogo intrigado.
-Fue un ataque por bandidos, o por lo menos eso decía el informe policial- volvió a suspirar.
-Ya veo- guardo silencio, todo ocurrió en un mismo año, los asesinatos, confesiones, amores, desapariciones, todo aquello podría desquiciar a cualquiera, pero sus ojos no lo decían así.
-¡Bueno, eso es todo!- dio media vuelta y se marcho.
La coincidencia era más de lo que cualquiera pudiera pensar, pero bien sabia que cualquier cosa podría significar lo opuesto.
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-
Eren- la fría voz del oji gris le llamo.
El menor observo esa pose intimidante -¿qué pasa Levi?- pregunto curioso, ese no era un momento dulce de pareja, pues como siempre en una historia tétrica, no existen escenas color rosas.
El castaño llevaba un delantal de carnicero, el cuerpo cubierto de sangre, mientras que sostenía unas pinzas en alto, la oscuridad del cuarto apenas permitía visualizar a un hombre, quien sabe quien, atado de manos y pie, apenas con un pantalón y siento de heridas frescas cubriéndole la piel, un juego para cualquier mente desquiciada.
-Tienes una llamada- respondió con el ceño fruncido, levanto el celular para que viera su pantalla iluminada -ese bastardo- sonó irritado.
-Oh, amor- susurro mientras se quitaba el barbijo y los guantes -veré lo que quiere, mientras tú te encargas de esta mierda- le dio un corto beso sobre los labios para luego tomar el aparato -después podemos jugar- el mayor gruño.
-Apresurate- ordeno antes de que el oji verde saliera, mientras él tomaba uno de los bisturí de entre los juguetes.
Eren limpio el sudor de su frente, apenas cerro la enorme puerta todo sonido ceso, miro con inquietud el móvil, toco el botón aceptando la incesante llamada.
-¿Hola?- respondió con total calma, ya pasaban las 8 p.m. la oscuridad dominaba el cielo, siendo el ambiente perfecto para un asesino.
-Eren, soy el detective Erwin- respondió una voz masculina, la reconoció desde el principio, ya que su numero desde el principio.
-¡Hola!- saco toda la emoción mejor fingida que podía -¿Como esta?- su voz era serena y amigable.
-Bien, escucha… necesito hablar contigo- fue mas serio de lo que alguna vez le mostró al menor.
-Claro- al oír eso se intimido, bajo los ánimos tratando de sonar relajado.
-Esta noche, en la misma cafetería- le respondió sorprendiéndolo, no esperaba que fuese así de directo -es importante que sea en una hora, lo antes posible- y corto.
Eren jamás se sintió mas tenso que en ese momento, sabia que algo estaba mal, demasiado mal, debía actuar ahora o Dios sabe lo que llegaría a pasar. Empezó a temblar inquieto, todo aquello solo significaban malas situaciones, ya nada lo estaba emocionando.
-¿Eren?- Levi salio del cuarto de tortura, notando a su novio extraño.
-Ese sujeto… algo sabe- estaba demasiado nervioso como para ocultarlo, el moreno comprendía que si algo podía alterarlo debía ser de temer -quiero verme en una hora- lo miro, sus ojos eran oscuros, la luz nunca existieron en esas esmeraldas.
-Solo te quiere a ti- no le agrado como se veía eso.
-Quizás, pero si me esta llamando es por algo- entonces sonrió, sus ojos reflejaban demencia pura -¡No lo creo! puede que se enamoro- empezó a reírse a carcajadas.
-Eren- gruño molesto -no quiero que este tipo te toque- sujeto su brazo con fuerza.
El menor solo reía -¡Lo se!- se colgó de su cuello apenas se soltó -usaré eso en su contra, quiero saber lo que tiene… y si es necesario lo matare- era todo lo que necesitaba.
Eso dibujo una sonrisa en el pálido rostro del francés -esta bien- desvío una mirada, le desagradaba que alguien tocara lo que le pertenecía, Eren era completamente suyo.
-Te prometo que no dejare que se me acerque tanto- empezó a sacarse la ropa ensangrentada, debía verse como si nada para evitar mas sospechas de la que seguro tenia.
-Un solo toque…- lo sujeto del cuello cortando su respiración -y lo pagaras- el castaño tembló, sabia que debía obedecer.
Levi se aparto de él, dejándolo un poco lastimado, se amaban, pero aun así se herían, no conocían otro mundo.
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Otra vez Eren se estaba tardando, quizás el chico no era tan puntual, sin olvidar que le llamo sin preguntar las condiciones en las que se encontraba. Suspiro, ni que fuese algo de que preocuparse, solo quería verlo para terminar de aclarar sus dudas. Y lo vio, no un ángel entrando por la puerta como la primera vez, había corrido hasta la cafetería, cubierto de sudor y la ropa desaliñada, con el tiempo apenas tuvo tiempo de ponerse algo decente.
-¡Disculpe la tardanza!- respiraba agitado, dibujo una sonrisa para no hacerlo ver muy interesado.
-No te preocupes- lo examino con calma, tan lindo como siempre -¿Como has estado?- le interrogo, vigilando cada detalle, solo quería asegurarse de la verdad que se negaba a ser parte de él.
-Muy bien- le regalo una sonrisa mas relajada, el ejercicio ayudo a disminuir sus nervios -¿Para que me llamo?- ladeó la cabeza fingiendo credulidad, sabia que debía tener cuidado con lo que decía.
-Es sobre Hatsumi Yuri- noto un toque de sorpresa, pero supo al instante que no era real -tú la conocías mejor que nadie- agarro su taza de café para empezar a beber.
El menor pidió un batido -eso creo… ya no sé- desvío la mirada fingiendo completa pena, debía actuar en todo momento si quería que le creyera.
-Eren, debes pensar…- quiso sujetar su mano como la vez anterior, pero lo pensó mejor, no era buena idea comprometerse demasiado -si sabes algo, hasta que pueda ayudar a tu amigo Armin Arlert- le confeso con sinceridad, con un buen corazón cualquiera caería.
Pero Eren solo se veía sorprendido -¿Armin?- no esperaba que hasta él fuese incluido en todo aquello, solo pudo expandir los ojos, intentando aguantar la presión -pero él…- se mordió la lengua, no debía decir nada indecente.
-Sospecho que Arlert se declaro culpable para proteger a Hatsumi, si ella fue responsable debemos saberlo- para él no existía mayor verdad, siempre hay un inocente en todo.
-¿Por qué Armin haría eso?- le interrogo sabiendo de ante mano que al detective le costaría responder -la verdad no lo creo- confeso incapaz de decirlo todo, ese hombre no conoció en persona a su amigo, no tendría escusas a la primera.
-Solo es una teoría- menos ahora que las cosas resultaban interesante, confiaba, pero tenia cuidado.
-Por favor… yo la verdad no creo que mis dos amigos sean unos asesinos- expreso inocencia, esperando que lo tragara, todos caían ante la inocencia de esas esmeraldas.
-Lo entiendo- nadie desea considerar que aquel que conoció durante años sea alguien de temer -pero nunca se conoce del todo a una persona- murmuro.
Ese hubiera sido el momento perfecto para reír, pero el castaño tuvo que aguantar las ganas -lo sé- bajo el rostro triste, aun no era el momento, el peligro estaba a unos sentí metros -a veces es mejor no conocer al 100% a una persona- levanto el rostro con una sonrisa forzada.
Aunque eso debía aparentar, mucho no lo tuvo que fingir, después de todo él no tenia un historial como para negar sus crueldad.
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A
sí estuvieron por mas de una hora, Erwin y Eren se hablando de cosas triviales, mas el mayor intentando sacarle algo de información al joven, pero este no resultaba tan torpe como todos lo hacían ver. Al final lo termino acompañando hasta el departamento donde vivía con su novio, según su opinión ya era tarde para que un chico andará solo por las calles. El castaño solo asintió y le permitió seguirle, claro que durante el camino siguieron con sus conversaciones, dándole a entender al menor que era momento de acabar con ese juego.
-¿Tu pareja te espera?- le pregunto ya perdiendo el antiguo hilo de la conversación.
-No, hoy tiene mucho trabajo- resoplo disgustado por el tema, odiaba las noches en velas.
-Ya veo- quiso reprimir la sonrisa, nada era mas perfecto que tenerlo a su merced sin que el dueño estuviera en casa.
-Bueno…- se giro observándolo, no era un buen momento para jugar pero ya no había tiempo -es hora que nos despidamos- agacho la mirada haciendose el distraído -¿cuando nos volveremos a ver?-
-Espero que pronto- se inclino besándole en la mejilla, un acto inocente que logro sacarle un sonrojo al menor.
-Si… yo cambien- dijo apenado, aunque estaba ignorando pequeños detalles muy importantes.
-Eren…- esa imagen era mas de lo que se esperaba, se había enamorado con solo la superficie de su vida, negándose a creer que tenia algo que ver con los homicidios.
-¿Si, detective?- utilizo su mejor voz inocente, mirándolo directo al rostro.
Sin embargo lo siguiente no se lo espero, sus planes fueron por el caño cuando lo inesperado decidió hacer acto de presencia, Smith lo besaba, lo hacia con una pasión y cariño que ni el mismo Levi lo había hecho, ya que este hombre lo disfrutaba por un amor no correspondido. El rubio lo sujeto su cintura a pegándolo a su cuerpo, mucho no le importaba que estuviera con alguien mas, el oji verde es tan perfecto, tanto que fácilmente lo podrían confundir con una alucinación. El castaño jadeo, la lengua del mayor se escabulló dentro de su boca buscando jugar con la suya, eso sobrepasaba el limite, no pudo seguir con aquello farsa, por mas tentado que se sintiera, le asustaba lo que llegara a pasar.
Erwin quiso aprovechar el que Levi no estuviera, quizás hasta se ganaría un lugar en su corazón, pero algo frío lo detuvo, algo que paro su pulso sin ninguna herida física, o tal vez si.
Un pinchazo en la nuca lo hizo retroceder, se aparto mirándolo con sorpresa -¿Eren?- no comprendía, la veía sostener una jeringa con la mano derecha, un rostro sonrojado y muy serio.
-Lo siento, detective- se limpio los labios con la mano que sostenía dicho objeto. Instintivamente busco su arma -¿quieres esto?- entre sus dedos posaba la pistola que necesitaba en esa ocasión.
-¿Por… que?- sentía el pecho oprimido, un cruel engaño que bien no sabia la razón.
-Los juguetes solo hacen lo que sus dueños les ordenan- no pudo reprimir mas la risa .
Lo bueno apenas comenzaba, viendo como aquel que representaba una amenaza caía inconsciente a sus pies.
Un problema menos, aun faltaba otro. Se inclino tomando el celular del hombre, tenia un bloqueo de patrón que fácilmente pudo descifrar, fue directo a los mensajes, buscando a la ultima persona con quien hablo, su amiga Hanjie Zoe, solo pudo sonreír emocionado.
-Hanjie, ven de inmediato a la residencia Arler, encontré algo que puede interesarte- solo seria suficiente, ya nadie vivía allí, ni un familiar esperaba a que el rubio volviera.
Las trampas estaban colocadas.
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