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Capitulo 3

$nos hemos vuelto seres irresponsables u.u
Sip T.T pero tengo escusa!
$mentira e.e
Si tengo e.e los lunes estoy muy cansada jeje por eso me niego completamente a escribir 😬 asi que desde hoy subiré los cap los martes :D
Espero que el lemon les haya gustado, cuando lo escribí me pareció demasiado explicito… pero cuando lo leí no fue la gran cosa XD

Pensamiento o recuerdo: hola (cursiva)
Llamadas o audios: hola (negrita)
Carta o nota: hola (subrayada)

~Comienza~

Solo unas estocada más para separarse del menor, ambos comenzaron a arreglar sus ropas, lo observo con cuidado, profanaría ese cuerpo cuando y donde sea, pero no todo era como él quería.

-Debo irme ahora- tomo un arma sin mirar al castaño -tardare en volver- este le miro al oírle.

Le regalo una sonrisa coqueta -con esto no te extrañare- tomo un poco del semen del mayor mezclado con su sangre para lamerlo.

Levi sabia muchas cosas, como historia, idioma, calculo, etcétera, todo lo que se necesita saber en la vida y más como su trabajo exigía, como donde debía cortar para hacerle desangrar más rápidos, ocultar la evidencia después de un crimen, emboscar a las víctimas y torturarlas hasta sacarle la verdad. Desde su nacimiento cada detalle era importante de aprender.

Pero Yaeger, dueño de esas preciosas esmeraldas, sin duda era algo que le costaba comprender, su mente aparentaba un pantano escalofriante que no él mismo se aventuraba a entrar, y aun así exigía conocer cada detalle, se enamoro pérdidamente de ese niño y ahora pagaba por ello.

-Eren- pronuncio con suavidad, casi miedo -¿Qué planeas?- todo aquello le intrigaba.

-Por ahora solo averiguar lo que ellos saben… nuestra seguridad- sonrió, pero el sentimiento no llego a sus opacos ojos.

-¿Qué harás si son un peligro?- todo era parte de la supervivencia.

-Lo que se debe hacer- se acomodo el cabello dirigiéndose a la puerta, ya era tarde -hay que destruir las amenazas- para ellos es así de simple.

-¿Qué hay de Hatsumi?- la odiaba más que a nadie en el mundo.

Al oírlo no pudo evitar detenerse en el umbral, eso era muy interesante -todos los problemas…- lo observo de manera fría, aunque no lograra intimidarlo -matare a cualquier que presente una amenaza -estaba más que decidido -Yuri no es la excepción- y se marcho.

Ackerman no pudo evitar sonreír, ahora la mujer representaba eso y él tranquilamente se desharía de ella sin dudarlo.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

E

rwin observo su reloj, ya pasaron mas de 30 minutos de retraso en el que el castaño no llegaba, le preocupaba, pero tampoco le conocía lo suficiente como para poder dudar, aun con ese pensamiento debía admitir que le gustaba, demasiada belleza como para ignorar, tanto que incluso creía que su actual "pareja" no lo merecía.

-¡Detective!- pero su gentil voz lo trajo de nuevo a la tierra -disculpe la tardanza- sonrió con pena.

-No te preocupes- él también sonrió, le indico que se sentara con la mano -dime ¿en que puedo ayudarte?- ya lo sabia, pero era mejor preguntar.

-Bueno…- murmuro bajando la cabeza, su inocencia bien fingida le convenía en esos momentos -yo… quiero saber lo que hizo Yuri- levanto la mirada decidido.

-Es confidencial- el mundo estaba lleno de secretos y él no tenia que saberlos todo.

-Por favor- usando sus mejores tácticas, comenzó con la manipulación, lo tomo de la mano, haciendo que el rubio se estremeciera de inmediato -quiero saber lo que esta pasando, ella es… fue mi mejor amiga- coloco su mirada mas tierna afirmando el engaño.

-Yo…- sudo frío, su corazón estaba muy acelerado, el mocoso era demasiado bueno en lo que hacia -solo puedo decirte sobre El Juguetero- cayo muy bien en su trampa.

-¿Juguetero?- repitió crédulo, observando al mayor mientras se reía por dentro, lo tenia perfecto.

-Es un asesino serial, salio en las noticia en los últimos meses- lo miro serio, era extraño que ni siquiera haya escuchado sobre eso.

-No miro mucho la noticias, pero… ¿que tiene que ver con Yuri?- su inocencia era mas de lo que podía ceder.

-Sospecho que ella es ese asesino- el menor fingió sorpresa.

Llevo una mano a la boca -¿qué?- primero lo susurro abriendo mas los ojos -¡imposible!- exclamo parándose con brusquedad, luego de la escénica que hizo se volvió a sentar ahora con el ceño fruncido -Yuri no es… una asesina- quería ser mas de lo que sus ojos mostraban.

-Tenemos evidencia que lo demuestra- el oji verde desvío la mirada, apretando los puños sobre la mesa -Eren…- lo tomo con suavidad de las manos, intentando calmar sus nervios, el menor hizo un sobre esfuerzo para mirarlo -si sabes algo que puede ayudarnos…- silencio, no había necesidad de terminar la frase.

-Yo…- era demasiado pronto para hablar -no lo sé- soltó el agarre, lo ultimo que necesitaba era que las cosas se compliquen.

-Se que tienes miedo- sus pensamientos eran penosos, quería creer que lo único que ataba al menor era su temor.

-Yo…- era el momento perfecto para preguntar -¿cuantas personas?- solo hasta ahí.

-30- respondido seco, el castaño expandió los ojos sorprendido.

-¿Solo eso?- quiso reír, burlarse de ese detective, pues la cantidad de víctimas no era nada, aun faltaba una larga lista que desconocían, pues si querían condenarla estaban muy lejos hacerle pagar por todos los pecados cometidos y mas los de él. Estaba por abrir la boca con algún comentario "inocente", pero una tercera voz lo detuvo.

-Eren- ambos se voltearon mirando una muchacha asiática, hermoso cabello largo oscuro azabache corto y fríos ojos inexpresivos, algo que aterraba a cualquiera.

-¿Mikasa?- el muchacho se tenso al verla, eso era un problema -¿que haces aquí?- se levanto sin acercarse, la miro con enojo.

-Acabo de volver al país, fui a tu casa, pero…- cerro la boca sin querer terminar la oración -solo quería verte y pase por aquí- resumió un poco confusa, sabia que estaba nerviosa.

-Me alegra verte también- sonrió, pues el que ella estuviera calmada no significaba nada malo, la chica era inteligente.

La mujer sonrió -¿terminaste con el enano?- pero al parecer la rivalidad seguía siendo latente.

-No lo hice- la miro fijo, ella comprendió que no debía decir nada innecesario.

-¿Podemos hablar?- le interrogo observando al oji celeste, su porte masculino podía inspirar miedo en quien lo viera, pero la morena ya se había enfrentado a suficientes monstruos como para asustarse por una simple pose.

-Claro- miro al mayor -disculpe que tenga que irme- Erwin asintió bebiendo un poco de su café -espero que nos veamos pronto- sonrió con amabilidad ganándose un gesto igual de su parte.

Eren se fue junto a la muchacha, esta solo le dedico una expresión fría, vacía de sentimientos, pero hasta él pudo ver que esa desconocida, la cual ni se molesto en presentarse, estaba rota por dentro, dejo la taza frustrado, no sabia en lo que se estaba metiendo. Ambos caminaron por la calle, dirigiéndose a algún lugar desierto, el crepúsculo no se hizo esperar, tiñendo las calles de esa ciudad, la penumbra de la opaca luz le permitió a los demonios salir.

El castaño aprovecho el que no hubiera nadie para tomar a Mikasa del cuello y sostenerla contra la pared de un callejón, amenazándola con un cuchillo. Ella sintió un dolor en el pecho, pero eso no se debía a nada físico, sino que el que él siguiera aparentara ser un ángel cuando en realidad no lo era, le dolía hasta el alma.

-Eren…- quiso acariciarle la mejilla, pero el oji verde la aparto con una expresión de asco.

-¿Que haces aquí?- sabia que su amiga de la infancia, hermana adoptiva y actual proclamada prima no estaba allí para hacerle daño, ya que su fuerza era superior, fácilmente podía sacarle el arma e inmovilizarlo en menos de 5 segundos, pero nunca lo hacia, para evitar lastimarlo.

-Escuche que descubrieron a Hatsumi- murmuro suave, sin querer alterarlo mas de lo que ya estaba.

-¿Y?- no esperaba que le mintiera, pero no podía confiar en ella.

-Estaba preocupada por ti- confeso mirándolo a los ojos, no importaba cuanto sus iris se oscurecieran ella jamas los ignoraría, o si sus dedos estaban completamente cubiertos de viscosa sangre, se negaba a soltarlo, aunque su corazón allá sido tomada por alguien mas.

-Yo estoy bien- se separo despacio, desviando la mirada de la que siempre considero su hermana -no tenias porque venir- pocos significaban mucho para él, la azabacha entraba en ese pequeño grupo.

-De todas formas- se acerco mirándolo de frente -si Hatsumi es atrapada, ella puede delatarte- su mas grande temor.

-No tienes de que preocuparte- le respondió curvando sus labios en una sonrisa.

-Se en lo que piensas- lo conocía demasiado bien -no puedes matarla así nada mas- lo tomo de lo hombros con seriedad, se veía preocupada, pero Eren no lograba entenderla -debes huir… vámonos juntos- eso era lo único que deseaba, que sus corazones estuvieran juntos a pesar de que no fuese como ella lo anhelaba.

-Lo siento, Mikasa- la separo con suavidad, dibujo una sonrisa gentil, las escasas que aun mostraba -lo ultima vez todo salio muy mal para ti- le acaricio la mejilla descendiendo por el cuello, donde una cicatriz era escondida por la bufanda que se enrollaba igual que una serpiente.

-Lo se- se sonrojo, tan cerca pero a la vez tan lejos, ni ella misma lo entendía y aunque lo obligara nada cambiaría -me quedare aquí, sin importar lo que ella quiera- el muchacho soltó una carcajada.

-Por ahora eso no me preocupa, Yuri no se encuentra aquí- empezó a caminar lejos de ella, ya era momento de una nueva despedida -pero aun así ten cuidado- y se marcharon, cada quien por su lado.

Ellos no estaban destinados a dar un mismo paso, desde niños intento seguir como su mas leal sombra, pero incluso eso salio herido aunque no lo quisieran, no quería separarse nunca del castaño, pero aquello no era una opción.

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