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Capítulo 60


Adam Schneider.

Me deje caer en el sofá recargando mi cabeza sobre el brazo, perdí mi vista en el ventanal dejando que la noche absorbiera la sala.

Solté la respiración maldiciéndome, perdí mi habitación, y la extraño, como extraño dormir en una cama de forma decente, tengo que compartir sala con Yoan y Aitor, son realmente desagradables, no se callan nunca, son jodidamente irritantes.

Alek y Hela están en una habitación, ni siquiera duermen los malnacidos, Akim y Ainhoa en otra entre que discuten y follan, Axel y Noemí en otra siendo melosos y asquerosos, mamá se quedó con mi habitación y al pareces la comparte con Iker y esta Airón, que Airón ni siquiera duerme y...

Fruncí mi ceño sentándome recto en el sofá, ¿Todos tienen pareja?, ¿Cómo es que...?, Alek con Hela, Akim y Ainhoa, Axel y Noemí, Mamá e Iker, ¿Qué mierda pasa en esta casa?, hace un par de meses éramos solo los cuatro y ahora todos tienen con quien follar y ser asquerosos...Es repulsivo.

—¿Quieres un trago? ——gire el rostro malhumorado para ver como Aitor me estiraba un vaso con bourbon, lo mire mal.

—Te das cuenta de que es la noche del viernes y estamos solos mientras todos los demás follan.

—Bueno...eso podría solucionarse si te pones divertido. —me hizo un baile con sus cejas y termine rodándole los ojos.

—Es increíble que diga esto, pero extraño las noches donde veía a mis hermanos pelear a muerte por un trozo de pizza. —murmure cruzándome de brazos.

O jugar play con Hela y que me enseñará nuevas técnicas, ahora ni siquiera recuerdo la ultima vez que comimos pizza decentemente.

—Yo no tengo hermanos, pero si he peleado a muerte por comida, si es que eso te sirve de consuelo.

—Espero que no sea literalmente hablando—lo mire y me sonrió forzadamente mientras comenzaba a asentir. —Empiezo a creer que nunca volveré a tener una vida normal.

—No mientras tengas a Hela de cuñada.

—Y con Hela, vienes incluido tú, su hermano, las mafias, clanes y líos...

—Yo soy un amor, los demás si serán un problema como el mini boxeador.

—¿El mini...mejor ni pregunto, no me interesa. —Volví a recostarme en el sofá para que a los minutos Aitor se tirara encima de mis pies felizmente para mirarme y beber con tranquilidad.

—El mini boxeador es Airón, ¿no lo has visto pelear aun?

—Aitor salte de encima.

—¿Por qué eres tan amargado?, conversemos un rato. —Maldije en alemán a lo que él me respondió en mi idioma, claro que él sabe alemán, jodida molestia.

—Vamos conversemos un rato hasta que me de sueño y me vaya a dormir...

—Duérmete y cállate, es más de medianoche deja de joderme.

—Auch—toco su pecho con un puchero— lastimas mi corazón Adancito.

—Irritierend.

<<Irritante>>

—Bien hablaré de todos modos, ¿Quieres que te cuente como fue mi infancia?

—Iré por el ácido...

Hice el intento de pararme pero lo único que logré fue liberar mis pies para que se acomodará mejor, me gire para ver la cocina, pero en ir, Aitor me seguiría y terminaría asesinándolo, así que opte por adormecer mis sentidos quitándole la botella para beber directo de ella.

—Soy ruso, por si no lo sabías —me miro, lo ignore para ver si dejaba de hablar, claro que no lo hizo— bueno en realidad no se si soy ruso, solo sé que crecí en rusia, en un orfanato de Zima, no viví tanto tiempo en ese orfanato, no era...no era muy bueno que digamos, hui a los ocho, sobreviví por las mías...

—Aitor ya cállate. —reclame y él me miro ofendido, con una ofensa marcada en el rostro, solté un suspiro pesado recargando mi cabeza en el respaldo del sofá para cerrar mis ojos y aceptar que no me lo sacaría de encima— así que sobreviviste por las tuyas...

—Sí...Fue bastante difícil, pero sobreviví, comencé a robar ya sea dinero o comida, para ya sabes sobrevivir el día a día, cuando cumplí los once me metí en una pelea callejera y mate por primera vez, fue un accidente, pero...luego vino el siguiente y siguiente, hasta que empecé a cobrar por asesinar, fue cuando conocí a Inha, la madre de Hela, hice un par de trabajos para ella, después de los años me di cuenta que ella nunca necesito realmente mis servicios, solo quería ver de que era capaz, estuve un par de años trabajando para ella sin saber quien era realmente, no fue hasta cuando le pedí un favor que supe...supe que ella era Inha Petrov...

—¿Qué favor le pediste? —pregunte analizando su rostro, a lo que él bajo la mirada mirando su vaso.

—Le pedí que me ayudará a encontrar a mi madre. —murmuro dando un trago en su vaso para hacer una mueca y seguir hablando— me ayudo a encontrarla, vivía en un mal barrio de la zona baja de rusia, era drogadicta y alcohólica, ni siquiera se acordaba de haber tenido un hijo, así que no me sorprendería tener hermanos y ni siquiera saberlo...

—Dijiste era... ¿Qué paso con ella?

—Está muerta—me elevo los hombros forzando una sonrisa— resulta que lucida era incluso peor que con los efectos, ella...intento matarme y por primera vez no di pelea, ¿para qué?, la oía gritar que el tenerme le arruino la vida, que no debí de haber nacido y me dije, si me propia madre no me quiere, ¿Quién más lo haría?, así que la deje, los golpes, gritos, el primer corte, no me resistí y deje que hiciera conmigo lo que quisiese, creí que me mataría, estábamos solos en una casa rodante en medio de la nada, nadie me extrañaría ni se daría cuenta de mi ausencia, al menos eso pensaba. —sonrió de forma triste.

<<No contaba con que Inha estuviera siguiéndome, con el pasar de los años me enteré que nunca me deje solo, esos años que hacía trabajos para ella donde recibía instrucciones por teléfono o cartas, ella siempre estuvo allí, vigilándome de lejos, asegurándose que nada me pasara y cuando vio lo que mi madre me estaba haciendo y que yo no me defendía, intervino, irrumpió en la casa, inmovilizo a mi madre, se aseguró que estaba bien, tampono mis heridas y me dijo "Es tu decisión, la dejo vivir sabiendo que seguirá absorta en su miseria o terminamos con esto matando a tus demonios"

Se tomo todo el contenido de su vaso para perder su mirada en el ventanal soltando el aire de forma pesada, no hable, espere que él estuviera listo para hacerlo, incluso cuando tenía la intención de preguntar y saber que más había pasado.

—Decidí matar a mis demonios—murmuro bajando su mirada a sus manos— me hizo salir de la casa, me dejo sentado dentro de su auto y no tardo ni cinco minutos, entró la mató y salió de la casa, se subió al auto para decirme "Avisaré a las autoridades de su desaparición, no tardaran en encontrarla" recuerdo que no lloré, no lo hice incluso cuando deseaba hacerlo, lo único que pregunte fue el "¿Por qué?", esa fue la primera vez que recibí un acto de cariño en mi vida, ella me miro, analizo mi rostro y me acaricio la mejilla, diciéndome "Ya no estarás nunca más solo Aitor"

—¿Te adoptó? —pregunte en murmullos.

—Algo parecido, me contó quien era, te confieso que lo primero que pensé fue en "Estoy muerto", llegó mi fin, a donde llegue a parar, pero la verdad es que los rumores de la familia Petrov son ciertos, realmente ciertos, pero Inha era...era buena, ella me saco de Rusia, me llevo a ucrania, me presentó frente a Andriy, él no me toleraba mucho y dejo de tolerarme cuando Inha me presentó a sus hijos, Airón era un crío, pero Hela tenía tres años menos que yo y quede loco al primer instante en que la vi entrenando con Andriy, era una cría y peleaba como una grande, quede embobado y...bueno a su padre no le gustó mucho—me sonrió—Andriy protegía mucho a Hela, ella no debe haberlo notado, pero si fue un padre celoso, no dejaba que nadie se le acercara con dobles intenciones, casi me mata cuando ella fue y dijo, "Me lo estoy follando, ¿y qué?", después de ese momento me encomendó los peores trabajos, pero sé que muy en el fondo si apreciaba mi eficiencia, al menos era útil, no pedía mucho, ni le llevaba la contra, así que, en fin... Esa fue mi infancia...

Me miro tomando la botella que estaba en mis manos con una sonrisa sincera, como si todo lo que me hubiese contado no fuera una mierda, y yo reclamando por los hermanos irritantes que tengo.

—¿Por qué quisiste buscarla? —pregunte sin dejar de mirarlo, algo me dice que yo no la hubiese buscado, si me abandono no merece ni el intento.

—No lo sé—elevo sus hombros—No tengo muchos recuerdos de mi infancia, crecí en ese orfanato, pero si recuerdo lo que sentía al ver como todos los niños eran adoptados menos yo, esa necesidad de encajar, de encontrar mi lugar en el mundo, veía como día tras día todos se iban y yo me estancaba, era un niño introvertido, delgaducho y de mala apariencia, nadie quiere un hijo así—soltó la respiración de forma pesada para perderse en el ventanal— nadie excepto Inha, ella me quiso desde el primer día, nunca lo dijo pero me lo demostró cada día, cuando me ayudo a superarme, a quererme, fue la que me alimento, me dio educación, un techo...Fue...fue como una madre.

—Y tú te follaste a su hija, vaya agradecimiento. —Le rodé los ojos y soltó una risotada que hizo gruñir a Yoan, quien roncaba plácidamente a unos metros de nosotros envuelto en una manta peluda con el gato de bufanda.

—Para justificarme, me enamore de su hija, antes de follarmela—volvió a sonreír— y lo hable con Inha, aunque ella siempre supo sobre mi interés por Hela, ella era muy observadora, podía ver a través de ti sin problema, así que no fue sorpresa para ella saber que yo y Hela, bueno estábamos juntos.

—Tú te enamoraste de ella—lo mire a lo que me asintió—pero ella no de ti.

—No—suspiro—no lo hizo.

—¿Por qué sigues diciéndolo si sabes que tu amor no fue correspondido? —le enarque una ceja a lo que me miro un par de segundos y me negó en silencio.

—¿Por qué no hacerlo?, la ame, fue mi primer amor, obsesión, mi primera amiga y admiración, Hela en su momento lo fue todo para mí, ella no me amo, siempre me lo dijo y se esmera en recalcarlo, pero negar que lo hice no borra el pasado. Uno no debe renegar nunca de su pasado porque este se encargará de darte una bofetada. Soy consciente de que nunca me amo y que me uso por capricho, lo sé, me costo aceptarlo y duele hablarlo, pero joder ser usado por ella fue un puto privilegio, aprendí mucho con ella, todo lo que sé, lo aprendí de ella, mirándola, admirándola, así que no me avergüenzo, porque no fui el primero en caer ante ella.

—¿Te refieres a mi hermano? —le enarque una ceja para que él me mirara y negará con una sonrisa forzada.

—No creí que viviría para verlo pero, la Diosa cayó, se estrelló. —se estiro para tomar la botella y ponerse de pie haciendo sonar su espalda— al final, los Petrov arden una sola vez en la vida desatando el caos.

Me miro forzando una sonrisa y se giro para irse, estuve echándolo desde un principio y ahora se larga dejándome con preguntas, nunca me he interesado por nadie, cuando lo hice por alguien...él...murió. Pero...pero mi interés por Hela es diferente, es su energía, su aura lo que me llama, lo que me hace querer saber más de ella y joder, ahora que conocí a su hermano mis dudas aumentaron de forma insana, ¿todos en su familia eran igual?, he oído que los hijos son los reflejos de los padres, pero nosotros no somos iguales a nuestros padres, quizás Alek es similar a papá, pero Akim, Axel, son jodidamente diferentes... ni siquiera nos parecemos entre nosotros, quizás si tenemos similitudes físicas, algunos rasgos, pero Hela y Airón son idénticos, Airón es la versión masculina de Hela, su cabello, sus ojos, sus gestos, la forma de analizar, su aura, me intriga, saber más de ellos, saber más de su familia, de sus padres, ¿Todos tenían el mismo aura?

Me quede recostado en el sofá, escuchando el fuego consumiendo el tronco seco en la chimenea, las ramas de los arboles rasgando el techo, el viento soplando y la noche transcurriendo en silencio, esta casa en el día es un caos, gritos, amenazas de muertes, generalmente esas son de Hela destinadas a Akim, él imbécil provoca a una sicaria con un temperamento de mierda y lo hace sin miedo a morir, ni siquiera entiendo como Hela no lo asesina aun, diría que es por Alek, pero hasta yo sé que no seria impedimento para ella hacerlo sufrir un poco. Se siente raro, estar en tanto silencio, me cuesta admitirlo, pero las noches se han vuelto mi momento favorito del día, el silencio, la tranquilidad, la soledad, es perfecto.

No me es indiferente que muchos en esta casa tienen problemas para dormir, Aitor es uno de ellos, después de la cuarta botella es capaz de dormir unas cuatro horas y se despierta a saltos, debe salir a correr o a tomar aire, siempre es lo mismo, Hela y Airón son los otros, no los escucho, al menos no como a Aitor que aunque se esfuerce en no hacer ruido capta mi atención, Airón y Hela son como dos sombras, no se escuchan ni ven al menos que lo deseen, noto que están despiertos cuando voy al baño y los veo fuera de la casa entrenando.

La primera vez que los vi quede fascinado, y ahora que lo dijo Aitor, lo entiendo, uno tiene a embobarse con ellos, su silencio, frialdad, manipulación y control, verlos entrenar, pelear, incluso desafiarse con la mirada es...es increíble, tienen tanto control con su cuerpo que son como unas máquinas.

Airón le saca más de cabeza y media a Hela, es más musculoso y fuerte, lo he viste levantar a Hela con una mano como si pesará dos kilos, pero pese a su fuerza bruta, Hela es más ágil, más rápida y letal, pienso y ahora entiendo el porque de quererlos muertes y las palabras de Noemí en Ibiza cobran sentido, "Hela por sí ya es una amenaza potencial, pero Hela, Erlick, Calu y Airón juntos eran catastróficos", los veo pelear, y sé que ni con una docena de hombres podría someterlos, no a ellos.

El reloj dio las dos de la mañana y cerrando con frustración mis ojos empecé a oír la orquesta de gemidos, jodidos inconscientes, de todos lados, ¿es que estos no duermen?, me gire para ver los pasillos maldiciéndolos, sentía golpeteos en las paredes y chillidos exagerados, es como si intentaran matarlas, me estremecí imaginando que una de esas podría ser mamá, que puto asco, no entiendo como Iker sigue vivo y porque demonios no se larga, verlo se me hace incomodo, incluso cuando él intenta evitarnos a todos, Alek debió obligarlo a irse.

Me senté molesto en el sofá tapando mis oídos, es como si a cada segundo los gemidos aumentaran, la casa no es tan jodidamente grande, y encima las bestias no están solos, los hombres de Iker siguen rondando, esta el viejo, Yoan, mamá. Animales.

Me puse de pie con la intención de ir por una botella y largarme al patio, pero cuando me gire creí ver una sombra moverse entre la oscuridad, me puse a la defensiva al no sentir ruidos de pasos o algo, me gire en aquella dirección, y en cuanto escuche el sonido del filo chocando me alarme, mire a Yoan, al gato, las salidas, pensando en qué demonios haría Alek si resulta que alguien intentará matarme, pero evoque el pensamiento al ver como de las sombras aparecían ese par de esmeraldas, por un segundo creí que era Hela, pero la altura me grito que estaba en lo erróneo.

Airón salió de las sombras guardando cuchillas dentro de sus ropas, lo mire detalladamente notando que aun no se daba cuenta de mi presencia, no me moví, con la intención de que no me viera, pero para que me engaño, apuesto que sabe la ubicación de todos sin tener la puta necesidad de mirarnos.

Se encamino a pasos tranquilo a un estante en un costado de la sala, metiéndose un par de cosas más al bolsillo para mirar por sobre sus hombros e ignorando mi mirada curiosa caminar hacía la puerta, vi su ropa, como terminaba de guardar sus armas y una parte de mí me grito que lo ignorara como lo hacía con todos, pero pensé en Hela, y mis pies se movieron en su dirección.

—¿Dónde vas? —pregunte regulando el tono de mi voz, para no despertar al resto. Me ignoró saliendo de la casa— Airón pregunte que a donde ibas. —detuvo sus pasos al final del cobertizo para mirar por sobre sus hombros con el ceño fruncido.

—¿Y tú eres? —joder, me estremecí. Es difícil acostumbrarse al sonido tan bajo de su voz.

—¿Saldrás?, ¿Para qué las armas? —rodó los ojos para seguir caminando, ignorándome, debí dar media vuelta e ignorar lo que hiciera, pero demonios me vi caminando a su siga. —¿Hela sabe que saldrás? —bien, llame su atención, aunque no se si sea bueno o malo.

—Hela no es mi madre, y si eres inteligente no interferirás en mis asuntos.

—¿Estas amenazándome?

—Vuelve a dormir. —hablo en gruñidos direccionando sus pasos a la parte trasera de la casa, lo seguí.

—Airón si Hela despierta y no te ve se va a cabrear.

—Ya me encargué de eso.

—¿Dónde irás?

—Y a ti que demonios te interesa.

—Mira—aguante la respiración— me interesa e importa una mierda lo que hagas y a donde vayas, lo que me importa es que no nos afecte a nosotros, perdimos y arriesgamos mucho por ir a buscarte, Hela arriesgo mucho para ir por ti, no una sino cuatro veces así deberías tener al menos la consideración de avisarle que saldrás para que cuando despierte y no te vea no piense que...

—Joder que irritante—se molestó girándose hacía mí para mirarme mal, me habían dicho de todo menos irritante, suelo ser yo quien encuentre irritante al resto, no al revés. — Hela no sabe que saldré, porque no tiene para que saberlo en cambio ya hable con Alek, ya me dio las mismas estúpidas advertencia y que crees niñito—metió su mano en la chaqueta poniéndome a la defensiva— me dio un rastreador y localizador—me mostro los aparatos—así que ve e irrita a alguien más, que no estoy para niñerías.

Se giro reiniciando su caminar, dejándome con la boca entreabierta y sorprendido, ¿me dijo niñito?, si tenemos la misma edad, ¿Quién demonios se cree el mocoso?, con mi ceño fruncido camine a su siga.

—No soy un jodido niñito—reclame.

—¿No dije que fueras a dormirte?

—No recibo ordenes tuyas. —acelere mis pasos para intentar alcanzarlo, pero el idiota daba zancadas rápidas, es solo un poco más alto que yo y parece que caminará como si midiera cinco metros.

—Deberías, si eres consciente que puedo matarte sin llegar a sudar.

—Me harías un puto favor si lo hicieras. —tensó los hombros pero no dejo de caminar en dirección a la caseta donde se cortaba la leña, clara fachada, en ella está la entrada a su bodega, es donde llegamos con el avión.

—Deja de seguirme. —se molestó.

—Es un país libre, camino por donde se me dé la jodida gana—le reclame, sintiéndome como un crío.

—El acoso es ilegal.

—Asesinar por dinero también. —no lo vi, pero por cómo se relajaron sus hombros puedo apostar a que sonrió.

—Como entres a esa caseta conmigo te daré un hachazo en el cuello. —amenazo entrando a la caseta, me quede de pie fuera de ella, debatiéndome el sí entrar o no, algo me decía que hablaba en serio, pero la curiosidad podía más que yo.

Maldita sea porque no me devuelvo, no debería estar aquí, ¿Qué hago siguiéndolo?, ya dijo que Alek sabía, puede que sea mentira, en realidad, si puede que mienta, Alek no dejaría que Airón saliera, no conociendo las consecuencias, si Hela se entera que Airón salió y Alek sabía, es hombre muerto.

Mordí el interior de mi mejilla y arriesgándome, entre siendo recibido por un tirón de brazo y el filo de un hacha clavándose en mi cuello, mis manos se fueron directo al brazo que hacía presión en el mango del hacha y como un idiota calibré mi mirada calculando su altura topándome con la escasa visualización a sus ojos esmeralda, los cuales estaban extasiados por la necesidad de matar.

—Te lo advertí.

—A...Alek no te dejaría salir, no sin decirle a Hela. — Me defendí hablando con mi voz rasposa, Airón hizo el doble de presión acercando su cuerpo al mío.

—No necesito su autorización.

—L...la de él no—lo mire a los ojos—pe...pero si la de Hela.

—¿En serio crees que ella podría detenerme?

—Sa...sabes la respuesta a ello. —deje caer mis manos por sus brazos rindiéndome, se que no me hará nada, lo note en su mirada, al igual que todos no es temor lo que siente por Hela, es respeto, si ella dice no, para él es un no, y dudo que quiera meterse en problemas con su hermana, por asesinar a quien no debía.

—Te equivocas— murmuro alejando el hacha de mi cuello— Alek si sabe que saldré esta noche, ¿Quién crees que la distraerá cuando despierte y vaya por mí?, no tengo tiempo para perder contigo, da media vuelta, vuelve a dormir y mantén la boca cerrada.

—¿Lo amenazaste? —pregunte apenas se giró para correr una repisa llena de leña y llegar al digitalizador de huella.

—No.

—Mientes, Alek no te ayudaría sabiendo el daño que le haría a Hela si te pasará algo por salir sin protección...

—Niño, soy un Petrov, yo soy mi jodida protección.

—Deja de llamarme niño, tenemos la misma edad. —el piso frente a él se abrió dejando ver las escaleras, la cual no espero y comenzó a bajar.

—Deja de comportarte como un crío y tal vez lo considere.

—¿Comportarme como un crio?, tu deja de comportarte como una máquina.

—Tal vez lo sea.

—Tal vez yo vaya y le diga a Hela que saliste...—detuve en seco mis pisadas en medio de la escalera cuando se giró y de tres zancadas lo tenía frente a mí, me apoye contra el muro intentando alejarme del calor de su cuerpo, fue inútil, su calor me envolvió dificultándome el respirar con normalidad.

—Tal vez yo te corte la lengua antes de que alcances a subir un peldaño. —amenazo estremeciéndome por la cercanía en su voz.

—Tal vez no me interese.

—Así no tendrás como ir de chismoso.

—Podría escribir, "El imbécil de tu hermano se fue"

—Podría cortarte los dedos.

—Puedo insistir y hacer señas con mi cabeza.

—Podría cortarte la cabeza.

—Podrías dejar de descuartizarme, comienza a perturbarme. —me irrite, notando la misma mierda que hace Hela, controlarse, regular su respiración manteniéndose en calma, para no demostrar emociones, pero por muy entrenados que estén, no pueden controlarlo todo, vi en sus ojos lo mismo que vi en Hela cada que intentaba no sonreír en nuestra presencia, ese brillo, como sus ojos se entrecierran con debilidad como si estuviera sonriendo por ellos.

—A mí me parece bastante divertida la idea.

—Esta claro que tenemos una muy diferente percepción de diversión.

—Su percepción de la vida es patética —bufo mirándome de forma despectivas.

—¿Por no agradarme el hecho de que quieras descuartizarme?

—Por intentar fingir quien eres realmente, puedes engañar a los demás, pero engañarte a ti mismo es patético y un acto cobarde.

—¿Disculpa? —pregunte ofendido.

—Vuelve a la casa Adam. —se alejó de mí dejándome pasmado, es primera vez que dice mi nombre, ni siquiera estaba seguro si se lo sabía de verdad, pero esas sensaciones las saque de mi cuerpo para seguir en mi estado de irritación y girarme para seguirlo, baje rápidamente por las escaleras, estaba todo totalmente alumbrado, con cada paso que Airón daba los focos se encendían.

—Tú no sabes lo que dices, yo no finjo ser algo que no soy...

—¿No lo haces?, ¿Quieres seguir engañándote?

—Tú ni siquiera me conoces, no tienes derecho a...

—Ni te conozco ni me interesa conocerte, no vale la pena conocer a quien no tiene los cojones para pelear y protegerse, quien no tiene los cojones para admitir su verdadera naturaleza no vale la pena ser conocido.

—¿Me estas llamando cobarde? —lo tire del brazo, por primera vez fui yo quien lo toco, sentí la aspereza de su piel bajo mi tacto estremeciéndome, incluso cuando no duro más de dos segundos antes de que tirara su brazo al final de la escalera y se volteara hacía mí enfrentándome.

—¿Acaso no lo eres?

—¿Lo soy por no querer matar?, quitar una vida no te vuelve más hombre o valiente, es cobardía encubierta, asesinas por el miedo a morir, que más cobarde que eso. —lo encare caminando hacía él, levantando la cabeza para quedar a su altura.

—Lo eres por no querer enfrentarte a tus demonios. Te ocultas tras tus hermanos por el miedo a enfrentarte a tus demonios y que estos puedan más que tú. Sí, bien, te lo cedo, asesinar no te vuelve más hombre, sobrevivir no te hace más valiente, cualquiera toma un arma y se vuelve asesino, pero no todos se enfrentan a sus miedos, no todos tienen la valentía para enfrentarse a sus peores demonios, y lo veo en ti y estoy jodidamente seguro de que Hela siente lastima por ti, porque ve exactamente lo mismo que yo, un niño asustadillo que busca que lo protejan.

—No tienes una jodida idea de lo que estás hablando.

—¿No? —dio un paso hacía mí— ¿Por qué no duermes por las noches?, ¿Por qué si dices no soportar a nadie nunca estas solo?, siempre detrás de alguno de tus hermanos, buscando protección incluso cuando dices no tolerarlos, ¿sabes porque no duermes?, porque temes que tus demonios te alcancen y entres en un agujero del que no puedas salir.

—¿No es la misma razón por la que tú no duermes?, ¿O por la que Hela no duerme?

—No—negó alejándose de mí—no te confundas Adam, con Hela hace tiempo nos complementamos con nuestros demonios, si tienes miedo de caer en ese agujero, míranos, llevamos años en él y en vez de intentar huir, comenzamos a gobernar, lamentablemente para ti, estas en una situación donde no tienes derecho a elegir, o matas o te asesinan, gobiernas o sirves, solo esas opciones tienes. No dejaras de tener miedo hasta que toques fondo y te des cuenta de que incluso en la oscuridad hay un poco de luz.

—Tú...tú no me conoces, no sabes nada de lo que he vivido...

—No tengo para que conocerte, para saber que tu miedo no es al morir, le temes a la vida y con eso ya estas totalmente jodido.

—No le temo a la vida. —me justifique incluso cuando no tenía con que defenderme, Airón me rodo los ojos entre irritado e irónico, se giro y las luces de la bodega terminaron de encender, ignore el mirar mi alrededor, solo veía su espalda, alejándose de mí y sabía que no podía quedarme así.

—Comienza a demostrarlo, y puede que te crea.

—No tengo nada que demostrarte.

—No, a mí no. —me miro por sobre sus hombros con el "Pero si a ti" clavado en los ojos.

Tomo las llaves del Aston Martin encaminándose al deportivo gris opaco, lo mire, mire las escaleras y sentí el retumbar de sus palabras en mi mente, no soy un cobarde, no me escondo tras de nadie, y no le temo a mis demonios, no duermo...no porque no pueda si no porque... porque no quiero y listo, no necesito demostrarle nada, no le temo a la vida, no le...a la mierda.

—Voy contigo. —sentencie caminando hacía el coche con mis pasos firmes, Airón quedo a medio subir cuando me vio entrar por el lado del copiloto y montarme al coche con decisión.

—Sal del coche y vuelve a la casa.

—No recibo tus ordenes, y haré lo que me dé la puta gana.

—Bájate. Del. Coche.

—Oblígame—lo miré en advertencia arrepintiéndome al segundo en que recordé cual demonios era su apellido. —aunque no creo que lo logres, y mientras más te demores en salir, más rápido se dará cuenta Hela que no estas...

—¿Estas chantajeando?

—Tómalo como quieras, iré contigo.

No se subió, al menos no por lo que fueron unos minutos mientras se desplegaba la rampa, me observo desde afuera, con claro gesto de molestia e irritación, evite mirarlo, al menos no lo hice tan fijamente como él, Hela me da intriga y curiosidad, porque se que en cierto modo no me haría daño, no por...mierda, Alek dijo que yo le recordaba a su hermano por eso me miraba así, ¿Yo le recuerdo a él?, lo mire y capte el momento justo en el que se subió con una media sonrisa plasmada en el rostro.

—¿Qué? —me asuste al ver la maldad en aquella sonrisa.

—Nada, solo recordé que Alek no estará muy contento cuando despierte y sepa que su hermanito menor salió sin su permiso. —si sentí miedo no lo demostré, Alek no es mi padre, no puede negarme las cosas, pero lo respeto, gracias a él seguimos con vida y verlo irritado jode a cualquiera, más cuando tiene la puta sensación de que debe terminar de criarnos en remplazo de mi padre.

—No necesito el permiso de Alek.

—Sí, ajá, manten la boca cerrada o te saco de una patada con el coche en movimiento. —me amenazo y encendió el auto, no alcance a reclamar cuando paso cambio y apreto el acelerador, sentí el motor chirriar y mi cabeza irse para atrás cuando subió la rampa a toda velocidad.

—Dime al menos que tienes licencia.

—Niño es primera vez que manejo, después de cinco años. —lo vi sonreír con verdadera euforia y algo me dijo que debía darle ese momento, dejarlo ser feliz, manejando como un demente con ganas suicidas, que disfrutará de su libertad como quisiera.

Me vi con la clara intención de persignarme y entregarme al señor en caso de que nos estrelláramos contra un árbol y muriera empalado, pero no lo hice, actúe con madurez cerrando los ojos agarrándome de la puerta, dimos un volantazo y entreabriendo los ojos vi que el auto se elevó centímetros del piso, mi trasero levito en el asintió y no pude evitar mirarlo con espanto, manubrio girando el volante por completo a la derecha y la parte frontal del coche toco primero el piso, ahora pavimentado, llegamos a la carretera, mi trasero toco el asiento y mi cuerpo se sacudió como en una licuadora.

—Voy a vomitar—presione mi abdomen concentrándome en otras cosas.

—Vomitas y haré que te lo comas.

—Conduce como alguien normal si no quieres que vomite—le reclame dándole una mala mirada, a lo que me la devolvió y me desespero —¡Mirada al frente! —le grite me rodo los ojos y no dejo de mirarme por algunos segundos que se me hicieron interminables, pero al final desvió la mirada, bajo un cambio y comenzó a disminuir la velocidad algo malhumorado.

—La última vez que maneje fue a los catorce—murmuro en gruñidos—debes perderle el miedo a vivir. —doblo en una curva haciéndome perder la cuenta de cuantas veces le he dado malas miradas, pero esta vez fue diferente, quizás algo en sus palabras me cayeron directo, "Perderle el miedo a vivir", he escuchado cientos de veces esas mismas palabras salir de Akim, las veces que me negaba a hacer algo arriesgado con ellos y me ponía de parte de Alek, incluso cuando sabía que él deseaba hacerlo pero temía por nosotros, no le temo a vivir es solo que...no lo encuentro justo, seguir disfrutando después de...de la gente que perdimos.

Deje de mirarlo cuando vi como giraba su rostro hacía mí, me voltee en mi asiento mirando el frente, viendo la luna en su cúspide y las calles vacías, mire la hora en el panel y son casi las cuatro de la mañana.

—Hela ya debe de haber despertado—murmuro al ver que veía la hora, eleve los hombros manteniéndome en silencio, mirando las calles vacías, viendo que las señaléticas indicaban que en un par de kilómetros llegaríamos a un pueblo. —Ahora no hablas, que puta molestia. —reclamo pasando cambio para acelerar de nuevo.

—Dijiste que me quedará en silencio.

—Dije que te devolvieras a la casa y me seguiste, que te salieras del coche y sigues aquí, creí que lo tuyo no era seguir órdenes.

—Ahora me dio la jodida gana de seguirlas.

—Bien, entonces bájate del coche.

—Jodete. —me cruce de brazos ajustando de paso más el cinturón viendo por un costado de mi ojo como sonreía.

—Todos son tan irritantes—bufo malhumorado entrando al pueblo.

—Quizás los irritantes no somos nosotros, si no ustedes.

—Irritantes y estúpidos.

—Quizás los estúpidos no...

—Atrévete a decirme estúpido y lo ultimo que veras será mi puño destrozándote la nariz.

—¡Deje de amenazarme con golpearme!, ya me lo estoy tomando personal. —me gire para mirarlo y él ya lo hacía incluso cuando estábamos en zona rural, un poco más transitada.

—No sé cómo Hela los soporta.

—Sinceramente nosotros la soportamos a ella. —respondí malhumorado recibiendo una mirada de advertencia por su parte.

—Pudo matarlos en cuanto los capturo, que desperdicio de tiempo tolerarlos.

—Se encariño de Alek—le eleve los hombros en respuesta. — eso la hizo posponerlo.

—Siguen sin conocerla del todo—me chasqueo la lengua en negatividad— apuesto que Alek la ama, de eso estoy seguro, pero te puedo jurar que Hela ni siquiera es capaz de admitir aun que tiene sentimientos por él. Se que me ama, lo tengo claro, lo hace a su manera, pero, ¿Crees que alguna vez me lo ha dicho?

—Puedo que ya lo haya hecho, no has estado aquí con...

—Niño crecimos juntos, tenemos la misma educación, "El sentir te vuelve propenso a la traición", "El sentir es la muerte del débil", nos educaron para ser maquinas, sin sentimientos ni escrúpulos, ella no sabe lo que verdaderamente es sentir, lo va descubriendo con Alek, y los sentimientos nuevos no siempre son buenos.

—¿Y tú? —pregunte sin poder evitarlo—¿Crees que el sentir es debilidad? —desvió la mirada al camino introduciéndose por las calles del pueblo dejándonos en silencio.

—No lo creó, sé que lo es. —respondió al cabo de los minutos rompiendo el silencio.

—No creó que tener sentimientos sea sinónimo de debilidad...

—Entonces no has visto como torturan a la persona que amas con la intención de someterte, viendo eso te das cuenta de que el sentir en nuestro mundo es darle el arma a tu enemigo para acabar contigo.

—Temer a la debilidad, también es cobardía. —balbucee analizando su rostro para después mirar donde se había estacionado, se estaciono mal, arriba de la vereda, pero al menos no morimos.

—Quédate en el auto. —saco las llaves dándome una orden clara.

—¿Dónde vas?

—Quédate. En. El. Coche. —me miro recalcando cada una de sus palabras, analizo mi rostro en una clara advertencia y termino por bajarse del auto, me dejo sin las llaves y antes de que lo cerrara por fuera abrí mi puerta, no por completo, al menos no para que la notara, lo seguí con la mirada y lo vi entrar a un club nocturno ignorando a los borrachos inconscientes a la salida.

Mire a mi alrededor y parecía una zona muerta, incluso el club parecía estarlo, no se oía música y daba la sensación de que el lugar estaba a punto de venirse abajo por lo tétrico de las paredes, armándome de valor me baje del coche y fui a su siga, ¿Quién demonios se cree para darme ordenes?, solo las tolero de Alek, y aun así consideró si debería seguirlas o ignorarlo, casi siempre es la segunda.

Un borracho se me vino encima y esquivándolo lo vi caer como un saco de papas, lo ignore dándole miradas de reojo y entre al club, mire a mi alrededor buscando a un tipo alto de hombros anchos con chaqueta de cuero y cabello mal peinado, lo encuentre a un lado de la barra, recibiendo un vaso del barman que lo miro un par de segundos para luego desviarse a atender a otro cliente, pase caminando por entremedio de las mesas y me detuvo al ver a uno de los hombres de la mesa a mi costado, jugando póker, no fueron sus cartas, ni el mal juego que tenía, fue la marca en su muñeca, joder, es un bar de desertores, mire a mi alrededor al instante, marcas en el cuello, muñecas, clavículas, de todas las mafias, ucraniana, alemana, italiana, mierda, acelere mis pasos quedando a centímetros de Airón.

—Te dije que te quedaras en el coche. —no me miro, siguió con su mirada perdida en el vaso.

—¿Por qué estamos en un bar de desertores? —murmure acercándome a él—Hela te...

—Cállate—me dio una mala mirada mirando de forma rápida su entorno—no digas ese nombre aquí, aún no.

—¿Qué hacemos aquí Airón?

—Joder cierra la boca— me tiro del brazo dejándome sentado a su lado— aunque no lo creas las paredes tienen oído, si no quieres morir cierra...

—Dices "Si no quieres morir", estar aquí es suicidio, toda esta gente me quiere muerto, ¿Sabes que...

—Cuando sepan quien soy, serás al último que intentaran matar, así que relájate que no eres el primero en su lista.

—No es chistoso—reclame al ver como sus ojos se encendían como dos faroles por el éxtasis.

—Claro que lo es, tu cara de pánico me gusta más que la de disgusto. —abrí mi boca en protesta, pero sentí como si estuviera a punto de vomitar torbellinos por la repentina sensación en mi estómago, me gire señalando con mi dedo el vaso de Airón a lo que él me negó y me estiro el suyo. —ya desconfían de nosotros, no bebas nada. —susurro jugando con unos manís en la barra.

—Me explicas que hacemos aquí.

—¿No te asustaras?

—No soy un crío. —me moleste.

—Vine de cacería —se giró para mirarme. —Hela esta de cumpleaños hoy, así que vengo por su regalo.

—Le... ¿Qué se supone que le vas a regalar? —entrecerré mis ojos a lo que él miro por sobre mis hombros con total calma, analizando su entorno.

—Un momento de diversión, que libere a la Diosa, torturando a un objetivo.

—¿Le regalaras una persona? —murmure en chillido recibiendo una mala mirada de él.

—No lo clasificaría como persona.

—¿Y donde esta?

—No te muevas— se acercó a mí con su silla rozando mi rodilla, se inclinó a mi altura alterándome, se me aceleró el pulso de forma repentina, más cuando sentí su respiración chocándome en la mejilla, no supe que demonios hacía solo, que miraba por encima de mi hombro y su cercanía me esta matando. —lo encontré. —murmuro sobre mi mejilla y vi cómo se giró para mirarme, sus ojos tan cerca los míos, los veo incluso más intenso, con un color más...más envolvente—tienes dos opciones, vuelves al auto o te quedas y te diviertes un poco.

—Sigo creyendo que nuestra definición de diversión es diferente. —miré su rostro detallando las pequeñas cicatrices en sus cejas, nariz, llegando a la de sus labios, sentí la tentación de pasar mis yemas por ellas.

—Decide luego Adam—su voz, fue un choque de electricidad a mi sistema, lo vi tensarse ante mi reacción y me obligué a desviar la mirada al sentir que mi corazón no daba más.

—Me quedó—murmure encontrando por fin mi voz, soltó un suspiro pesado bajando la mirada, su cabello rozo mi mejilla erizándome cada centímetro de mi piel.

—Bien, en caso de que sea necesario úsalo. —sentí una presión en mi abdomen que me hizo bajar la mirada, un arma, lo mire dándole una negativa a lo que él curvo una sonrisa— no dejaré que la uses, a menos que sea estrictamente necesario. —susurro mirándome a los ojos a lo que tarde en asentir, pero lo hice aceptando el arma, me asintió relajando sus hombros para alejarse de mí deslizando su mano por el respaldo de mi silla— que empiece la diversión.

—¿Ya?, ¿Ahora...donde...Ai...

Airón se alejo de mí, irguiendo su espalda, llamando la atención de algunos, más cuando saco una daga de su chaqueta y comenzó a silbar una melodía tranquila, y pausada, me gire para mirar donde se dirigía y note que en el otro extremo del club un grupo de hombres que jugaban a las cartas de forma silenciosa y tranquila...

Seergiy —Airón hablo alargando la "E" con sátira, disfrutando el decirlo en voz alta, muchos se voltearon, incluso vi rostros pasar de confusión a pánico, el que estaba en la cabecera de aquella mesa elevo el rostro y lo vi, vi como dejo caer las cartas y su silla se arrastró retrocediendo, en negación—amigo mío, donde te vine a encontrar.

Airón hablo con su voz rasgada en un ucraniano tan profundo que incluso a mí me estremeció.

—T...tú

—Que mal recibimiento, ¿no me extrañaste? —el tal Sergiy se puso de pie retrocediendo, en negación, los de su mesa lo miraban confundidos, todos lo hacían, y Airón parecía fascinado al no ser reconocido.

—Y...yo creí...que tú...tú estabas muerto...

—Oh por favor, dime que no creíste que sería tan fácil acabar conmigo, después de que huyo mi hermana, no creí que serías tan imbécil para desertar...

—Ell...ella... ¿Esta...

—Venga, por favor, di su nombre, quiero oírlo salir de tu boca...

—No tenía opción, lo sabes. —las palabras no agradaron al oído de Airón que borro la sonrisa juguetona, tensando sus hombros, borrando toda expresión de su rostro.

—¿Eso te decías al abusar de una mujer débil? —chasqueo la lengua en negación—cierto, no era que no tuvieras opción, es que te gustaba tener la sensación de estar rompiéndola, incluso cuando drogada era más fuerte que tú...

—Tú no deberías estar aquí, no...no puedes...

—Yo puedo estar donde se me dé la jodida gana Sergiy, no por algo soy un Petrov. —ahora sí, inicio el caos, hablo con tal calma y seguridad que todos se pusieron a la defensiva, algunos se pusieron de pie tan torpemente que arrastraron sus sillas dejándolas caer—No por algo soy el hermano de la Diosa de la muerte.

—No...no queremos problemas—oí gritar en el otro extremo del club a lo que Airón sonrió.

—Lamentablemente ya saben quién soy, y no puedo dejar que se vayan...

Al instante en que lo dijo, vi como dos sujetos corrían en dirección a la puerta con la necesidad punzante de huir, Airón se giro hacía ellos tomando del filo dos cuchillas lanzándolas en su dirección, al instante cayeron muertos al piso, las cuchillas le atravesaron el cráneo con precisión y fuerza en un golpe seco y directo.

—Nadie se va—sentencio caminando a la barra— no hasta que yo lo diga, ¿Se entendió? —pregunto irritándose, perdió un poco más de paciencia al ver que nadie le respondía, no pude evitarlo, me recargue en la barra, bebiendo un poco de su trago y hable.

—Deberían responderle, odia los silencios. —vi cómo me miro por sobre sus hombros, curvando una sonrisa, escuchando el "Se entendió", a su alrededor, Airón respiro profundamente y camino hasta el centro de la sala.

—No—negó al ver como intentaban irse—no se muevan. —paso por alrededor de ellos arrojando su juego al piso y los tragos para sentarse en la mesa direccionando su mirada al ucraniano que estaba a punto de cagarse. —Así que Sergiy, supongo que sabes a lo que vine...

—Si vas a matarme hazlo luego, no tengo miedo de morir...

—Oh yo no tendré el placer, pero no te preocupes pronto le temerás más a la antesala que a la muerte. —palideció y Airón sonrió— supongo que sabes que tu Diosa esta de cumpleaños hoy día, creí que serías un buen regalo para ella, ya sabes por los buenos tiempos...

—¿Extraña mi atención?, siempre fue un gusto jugar con...—cayó al suelo en cuanto Airón lanzo una cuchilla en su dirección atravesándole el hombro.

—Cuidado Sergiy, no quieres que pierda la paciencia.

—Es...es zona blanca—se tambaleo poniéndose nuevamente de pie—no...no puedes hacernos daño...eso es una violación a...

—Mi familia creo esas normas, es casi poético que nos la pasemos por el culo, ¿no crees?, aparte no he dañado a nadie, bueno excepto a ti y a los dos muertos a mi espalda, me impresiona que aún no se levanten y me enfrenten, son ¿Cuántos?, unos treinta y yo uno, ¿tanto me temen?

—¿Dónde está Hela? ...ella...

—Deberían temernos en la misma medida—los miro de mala manera, mientras que los demás se estremecían al oír el nombre de Hela— puede que sea más sádico que ella.

—¿Estás solo? —el hombre que estaba alrededor de la mesa donde Airón estaba sentado se puso de pie dirigiendo su mano al arma, Airón le enarco una ceja y se quedó allí, inmóvil, tranquilo.

—Me lastima, que le teman más a mi hermana que a mí.

—No pareces un Petrov. —murmuraron a su espalda y los comentarios se avivaron, "Ni siquiera debe ser uno", "Chavdar los mato a todos", "Es un estafador", Airón suspiro de forma pesada y negó.

—Entiendo—comenzó a sacarse su chaqueta—el que no corran tanto rumores de mí, les hace creer que no corre la muerte por mis venas, quizás debí presentarme como corresponde— hizo sonar su cuello y en cuanto el tipo elevo el arma, Airón se giró lo agarro del cuello y con una facilidad increíble se lo rompió— soy Airón Petrov, el menor en una línea de sanguinarios es un placer. —dio una reverencia corta soltando el cuello de aquel sujeto que cayó muerto al piso.

Fueron segundos, solo segundos que el silencio calo en la espera de un caos que destrozo todo, oí los gritos, el sonido de armas siendo desactivadas y no podía entender como Airón seguía tan tranquilo, los de su mesa se pusieron de pie sacaron armas y cuchillas y con una parsimonia irritante, los miro uno a uno.

—No creo que quieran hacerlo—advirtió mirando sus armas.

—Te superamos en número. —Airón negó en fastidio acomodando de forma despreocupada su cabello.

—Una lástima nunca hayan oído hablar de mí, Sergiy, ¿no le has contado nuestras vivencias juntos? —lo miro molesto, irritado y furioso, esto no terminará bien...

—No, quizás debería contarles como te hicieron suplicar como una perra, o como la perra de tu...

—Cuidado—advirtió Airón señalándolo, su voz sonó incluso más bajo y amenazante—de mí di lo que quieras, a mi hermana no la nombres.

—He oído rumores sobre ella, como que era la puta del señor ucraniano, ¿Es eso cierto Sergiy?

—No solo era la puta de él, ¿Cierto Airón? —Lo miro curvando una sonrisa cabrona y vi los hombros de Airón tensarse, incluso su respiración se entrecorto, hizo sonar su cuello respirando con profundidad.

—Supongo que no haremos esto por las buenas, ¿cierto?

—Será un placer matar a un Dios. —gritaron y el primero que intento atacar a Airón no tardo ni cinco segundos en morir, Airón lo tomo de la corbata tirándolo con fuerza contra la mesa rompiéndole la nariz y parte de la cabeza, lo hizo erguirse, dándole dos puñetazos directos en la nariz mandándolo al piso, me lo quede mirando, no respiraba, así de fácil lo mato.

Se sacudió las manos en cuanto los demás se pusieron a la defensiva, se bajo de la mesa, los miro uno a uno y en cuanto levantaron las armas hacía él, pateó la mesa, volteándola para arrojarla en aquella dirección, se defendió a punta de puñetazos y botellas, no saco armas ni hice el intento de apoderarse de ellas, lo atacaron de todos lados, con todo tipo de armas, oí disparos pero las balas no llegaron a tocarlo si quiera, oí sonidos de huesos quebrandose, y de golpes secos que mataban al instante, la sangre inundo las parades y los cuerpos comenzaron a amontonarse.

Se le lanzaron encima y más que observar no pude hacer, no necesitaba mi ayuda, el solo acabo con la mitad de los hombres en minutos, el hombre que se le trepo en la espalda con un cuchillo apuntando a su cuello voló por encima de su cabeza, Airón lo agarro de las solapas tirándolo encima de la cabeza dejando su cuerpo encima de la mesa y su cabeza expuesta de un solo puñetazo hacía abajo su cuello se partió, le quito la cuchilla lanzándola en dirección apuesta a quien le apuntaba con un arma.

Se giro dirigiendo su mirada a Sergiy y note que este intentaba huir por la ventana.

—¡Mierda! —gruño intentando llegar a él, se le cruzaron en el camino y destrozando sus caras peleo por llegar a él. Sergiy salió por la ventana y Airón giro su mirada hacía mí, no tuvo que decirme nada, tome el arma y corrí fuera del club, ver toda esa sangre y oír como quebraba huesos comenzaba a perturbarme, mire a mi alrededor notando al ucraniano corriendo calle arriba, lo maldije corriendo tras de él.

Giro por una intersección y cuando gire siguiéndolo vi un palo direccionándose con fuerza a mi cabeza tuve que inclinarme casi lanzándome al piso, me sorprendió, no espero a que el golpe llegará para lanzar otro junto a una patada, el palo lo esquive, la patada en el estomago me hizo retroceder, saque el arma elevándola a su cabeza y con la punta del palo me dio en las muñecas provocando que soltara el arma, la pateo quebrándome el palo en los hombros con un sonido sordo, tropecé pero no caí, me lanzo un puñetazo el cual esquive alejándome de él, lo tome de la mano jalándolo para atestar un puñetazo en el puente de su nariz.

Recuerdo que mamá nos enseño hacer eso, a bloquear los sentidos a nuestro oponente, puñetazo en la nariz entorpece la vista, en la garganta corta la respiración, los vuelve lentos y nos da más posibilidades de ganar, así que di un segundo puñetazo directo en su garganta y en cuanto se inclino le propine un gancho que lo hizo retroceder a punta de tropiezos, le di una patada en la rodilla derecha hundiéndosela y cuando estaba por derribarlo se me lanzo encima, vi el brillo del metal dirigiéndose a mi garganta entorpeciendo mis movimientos.

Me hizo un gancho con los pies y ambos caímos al piso, se me subió encima y cuando presiono en mi garganta su cuerpo salió disparado hacía atrás, la cuchilla se cayó a un costado de mi cuerpo y respirando con dificultad vi como Airón lo tiraba con brutalidad contra la pared, su cabeza retumbo en el muro y su cuerpo cayó sin fuerza.

Airón lo miro caer al piso y luego se giro hacía mí, su pecho subía y bajaba, sus manos, rostro y ropa estaban cubiertas de sangre, pero no era de él, dudo que pudieran haber llegado a tocarlo siquiera.

—¿Bien? —pregunto estirando su mano hacía mí, lo mire soltando la respiración de forma pesada y le asentí, aceptando su mano para que dé un tirón me pusiera de pie, como si no pesara absolutamente nada—Deberías entrenar más, tus golpes dan pena.

—Ya lo tenía—reclame sacudiendo mi ropa.

—Sí como no. —camino hacía Sergiy que torpemente intentaba ponerse en pie— No seas patético Sergiy y párate, resiste más que unos pocos golpes.

—Jo...jodete.

—Tu Diosa nos espera. —lo tiro de la chaqueta obligándolo a ponerse de pie, a lo que él negó afirmándose a los brazos de Airón.

—No—susurro—¡Esa perra va a matarme! —forcejeo con Airón mientras él lo tiraba sin siquiera forcejear.

—¿Y te crees que si no me sirvieras te dejaría vivir? Y si te sirve de consuelo, Hela no va a matarte, al menos no sin torturarte antes, y joder—se extasió—mi hermana puede ser muy creativa si se lo propone.

—¡No fui el único Joder!, ¡Tú lo sabes!, ¡Las torturas no eran mi idea! —grito poniendo resistencia dejando que Airón lo arrastrara con fuerza.

—¿Qué eras lo que decías? "Dan asco, ¿Y así presumían de su grandeza?, un moribundo y una zorra", ¿Qué tan moribundo me vez ahora Sergiy? —lo empujo haciéndolo caminar delante de nosotros sin soltarlo. —Te advertí que rezaras para que muriera en esa fosa, como tú iré tras cada uno de los hijos de puta que se atrevieron a tocarla.

—No...no tenía otra...—Airón gruño haciéndolo callar tiro de sus brazos tomando su cabeza para estamparla contra la pared, Sergiy cayó inconsciente al piso al instante, Airón lo miraba con su respiración acelerada, podía ver la irá en sus ojos y no pude no preguntar.

—¿Qué le hacían a Hela? —Me miro un par de segundos viendo como su ira aumentaba corriéndole por los ojos, se inclinó para tomar la pierna de Sergiy y comenzar a arrastrarlo al auto.

—Ya amaneció, tenemos que irnos.

—Airón—lo detuve deteniéndome frente a él. —¿Qué le hacían a Hela?

—No son mis batallas, no es mi deber decirte.

—¿Qué te hacían a ti? —freno sus pasos y yo lo hice al quedar a su costado para mirarlo, no se giró a verme, pero vi como tenso sus manos y rostro.

—No es de tu incumbencia.

—Tus manos...—miré sus manos y él apretó los puños—el día que te rescatamos yo...yo vi tu espalda...ellos...ellos te...

—¿Para que quieres saberlo?, ¿En qué te afecta?

—Quizás quiera saber un poco más de lo que vivieron en...

—Simple curiosidad—me miro asqueado— guarda tus preguntas para quien le guste andar de lastimero, a mí eso de que me tengan lastima me repugna.

—No es lastima Airón, solo quería...

—Camina y cállate.

Paso caminando por mi costado golpeando mi hombro con el suyo, el cuerpo de Sergiy paso por encima de mis pies dejando una línea de sangre que venía de su cabeza, no me importo, me centre en el caminar desgarbado de Airón en sus pasos firmes y sin esfuerzo, camino directo hasta el coche, fui a su siga guardando mi distancia, el sol ya había salido y ahora las calles se veían con más claridad, note los cuerpos inmóviles a la salida del club, muertos, ya no oía los murmullos ni la débil risa, evite mirar dentro de los ventanales, incluso de aquí, veo como todo esta salpicado de sangre.

Airón abrió el maletero e inclinándose para tomar a Sergiy lo metió sin cuidado dentro de la maleta del auto, cerro para dirigirse a su asiento, encendió el coche al instante y cuando pensé que partiría dejándome allí parado mirando todo a mi alrededor, puso en reversa el auto parando a mi costado, se estiro abriendo mi puerta indicando de forma silenciosa que subiera.

Lo hice, después de unos minutos entre, cerré la puerta y Airón tardo en partir, tenía sus manos apretadas contra el volante, en silencio, un silencio tenso, tosco, pensé en prender la radio para sentirme menos incomodo pero cuando estire mi mano a esta él hablo;

—Las cicatrices en mi espalda, son por látigos, cada vez que Hela hacía algo que irritaba a Chavdar él se desquitaba conmigo para torturarla y someterla, lo hacía casi todo el tiempo, hasta que Hela comenzó a ser más sumisa para protegerme...

—Airón yo no...

—Cállate—sacudió su cabeza— como digas esa mierda de "Cuanto siento lo que viviste" o alguna mierda lastimera te sacaré del coche, no necesito tu lastima ni la de nadie, si te cuento es para que no vayas de curioso con Hela, ella se culpa por todo lo que me hicieron y no necesita que tu curiosidad la haga sentirse culpable.

—No es curiosidad Airón, solo quería saber más de...

—¿Para qué?, ¿De que te sirve saber lo que vivimos?

—Hela intento matarme, ¿Sabías? —me miro ahora si algo sorprendido— antes de que supiéramos quien era realmente, a ella la apuñalaron afuera de un club en salamanca, nos dijo que intentaron asaltarla, nunca supe la verdad tras esa mentira, pero fue cuando Alek comenzó a desconfiar de ella y cuando descubrimos su temor a las agujas, yo...yo las use contra ella, le clave el brazo pasándole medicamentos incluso cuando Alek había accedido a no ocupar las agujas con ella por su miedo.

<<Hela se estaba lastimando y estaba muy débil al negarse a los calmantes, así que hice lo que creí era lo correcto, tome una jeringa y la pinche, Alek se volvió loco, fue primera vez que sentí miedo de él, y en su distracción atacándome Noemí pincho a Hela sedándola—baje la mirada soltando la respiración en un suspiro pesado— Hela perdió la consciencia, fue primera vez que la vi vulnerable, con la guardia baja y aterrada, cuando se durmió Alek termino por enloquecerse, nos saco a todos de la habitación y si no hubiese sido por Axel probablemente Noemí hubiese recibido más que un par de gritos y amenazas.

<<Me sentía culpable sabes, no note el miedo que Hela le tenía a las agujas, reaccione creyendo que hacía lo mejor para ella, pensé que era terquedad, así que me quede vigilándola, estando atento por si necesitaba algo y la escuche llorar, comenzó a balbucear suplicas a forcejear con sus manos y cuando me acerque a ella para despertarla me ataco, estaba inconsciente Airón, soñaba despierta, la oí murmurar en ucraniano, pensé que estaba alucinando, pero lo hizo, nunca dije nada porque sentía que se lo debía, incluso sabiendo que ella nunca menciono que hablaba el idioma, incluso cuando ucranianos nos perseguían. Aun cierro los ojos y siento como perdía la respiración mientras ella me ahorcaba, si no hubiese sido porque Noemí fue a verla y grito, Alek no hubiese llegado y probablemente yo estaría muerto. No es curiosidad, quiero saber que decir, que hacer o como ayudar sin dañarlos, no sabía de las pesadillas vividas de Hela y casi muero por ignorarlo, la lastime a ella y me lastime a mí, no quiero cometer ese error nuevamente ni contigo ni con ella.

—¿Por qué no le dijiste a Alek que la oíste hablar en ucraniano? —me miro y yo eleve los hombros en respuesta.

—Porque de habernos querido matar, lo hubiese hecho en un principio, siempre supe que ella no era una chica común, no desconfié de ella, pero sabía que no era quien decía, y si no nos mató cuando todos dormíamos, ¿Por qué lo haría después?

—La lealtad a la familia es más importante que una simple suposición.

—Supongo que Hela se volvió parte de mi familia mucho antes de su relación con mi hermano—sonreí de forma forzada en respuesta y Airón analizo mi rostro para mirar hacía el frente.

—Me...me cuesta hablar Adam...No sé cómo...

—Llevo meses conociendo a Hela, no te obligaré a hablar conmigo Airón, solo quiero que sepas que si quieres hablar con alguien puedes hacerlo conmigo, no sentiré lastima por ti, no tenga esa habilidad.

Tardo, lo pensó casi pude ver los engranes moviéndose en su cabeza, hasta que asintió, solo eso, asintió para hacer andar el auto y dejar atrás el club y los muertos. 

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