
Capítulo 58
Alek Schneider.
Abrí los ojos al estirar la mano y sentir el vacío en el otro lado de la cama.
Miré alrededor de la habitación, viendo por las ventanas que aún era de noche, me senté en la cama con un poco menos de dificultad, ha pasado casi una semana desde que recuperamos a Airón, una semana, soportando las insinuaciones de ese tal Yoan, las miradas esporádicas y analíticas de Airón y las preguntas constantes de mis hermanos.
Mis heridas ya no dueles, los cicatrices están sanando de forma correcta y si los Dioses están de mi lado, quedará solo una sombra de ellas, no como...como las de Airón, han sido pocas las veces que coincidimos, pero sus manos, es piel sobre piel, tiene cicatrices a lo largo de sus dos brazos, al menos esas son las más visibles, las de su clavícula, cuello, algunas en el rostro, cejas, y nariz, sobre todo, no logro creer que tiene la misma edad de Adam y son tan jodidamente diferentes.
Salí de la cama presionando mi cintura y con algo de malestar camine hacía el ventanal deteniéndome en la luna. No es novedad despertar sin Hela en la cama, Yoan me tiene tan medicado que ni siquiera la siento salir de ella, no es hasta que me muevo en busca de su cuerpo y noto su ausencia, por los murmuros de los demás, sé que se escabulle con Airón, quien como ella, no puede dormir.
Apoye mi mano en el ventanal mirando la parte trasera de la casa, uno diría que el comportamiento normal de una hermana mayor seria consolar el mal sueño de su hermano, quizás tranquilizarlo o acompañarlo en su dormir, pero nunca ocuparía el "Normal" para definir a Hela, no, claro que no, ella controla a sus demonios peleando contra ellos.
Los vi a ambos, con lo que parecen ser varas de entrenamiento, peleando bajo la luna, sudando y sonriendo de vez en cuando, Airón estaba peor que yo, en todos los sentidos, más herido, con heridas más graves y aun así se encuentra mejor que yo, me debato si es porque mi estado físico es un asco, o porque ese niño lleva cinco años en ese estado que ya se acostumbró.
Hela giro alrededor de su hermano dando un golpe seco con la varilla en su espalda baja y otro en sus pantorrillas. Airón se giró con la varilla en alto lanzando un golpe a la cabeza de Hela, quien se inclinó con rapidez y ambos se pusieron a pelear de forma cautelosa y alejada, solo se atacaban con la varilla, y se movían como dos plumas, daba la sensación de que estuvieran flotando.
Hela sostuvo la varilla de la mitad y de dos rápidos movimiento le atesto un golpe en las costillas se giró golpeando sus pies mandándolo al suelo, sonrió victoriosa enterrando la punta del bastón en el cuello de Airón, él cerró los ojos soltando la varilla para de forma distraída, enredar el pie en la varilla de Hela, tirarla a su cuerpo para girar en el piso mandando a Hela al piso.
No la oí, pero vi su mueca y sus labios abriéndose, soltando una maldición, Airón sonrió perdiendo su vista en el cielo estrellado, soltó un suspiro y hablo provocando que Hela dejara de hablar y lo mirara unos segundos para después dirigir su mirada al ventanal donde estaba.
Me sorprendió, debo confesarlo, ella me miro un par de segundos y antes de que pudiera responderle a Airón, este se sentó se giró hacía mí y me hizo un seña, que vaya.
Joder, se me tensaron las manos, sinceramente ni siquiera sé porque me he sentido tan aliviado de haberlo evitado hasta el momento, no lo hacía apropósito, es más ni siquiera era yo quien lo evitaba, era él, pero...pero si debo confesar me descoloca, Airón es...es como su hermana, tiene el mismo mirar, al menos lo veo y recuerdo los inicios de Hela, como nos analizaba de forma desconfiada, como calculaba y preveía nuestros movimientos, Airón hace eso, y ni siquiera sé si lo haga de forma consciente.
Hela le dio una mirada de advertencia a Airón y eso me irrito, ¿Qué tanto le advierte a su hermano?, ¿Por qué actúa así cada que estamos cerca?, es ella la que más ha evitado que entablemos conversación, y eso no mentiré, está irritándome, ¿Tanto le avergüenzo? O es que no soy suficiente para conocer a su hermano.
Chasquee la lengua con desagrado y me gire saliendo de la habitación, duerme conmigo todas las jodidas noches y me tiene escondido, como si fuera un secreto que me la follo cada cinco minutos.
Baje por la sala ganando un jodido infarto al pisarle la cola al gato y que este se engrifara, me vi acelerando los pasos alejándome de ese demonio peludo, detesto los jodidos gatos, y ese en especial tiene una puta atracción hacía mí, cada que me ve se acerca para rodearme los pies en busca de cariño, me he visto apartándolo con el pie controlándome para no patearlo ni demostrar el asco que me dan, mire la sala, donde Aitor, Yoan, y Adam estaban acostados en los sofás, las habitaciones no son suficiente y por consecuencia, algunos han tenido que buscar otra manera de acomodarse.
Salí de la casa con el gato siguiéndome le cerre la puerta ganándome un maullido en reclamo, estoy a nada de darle un tiro para que deje de joderme, me voltee caminando por el costado de la casa, hasta llegar a la zona donde Airón y Hela seguían recostados en el césped, Hela hizo una flexión para mirarme y forzó lo que vi fue una sonrisa, soltando un suspiro volvió a recostarse murmurándole al hermano.
—¿Te quedarás ahí parado o qué? ——Airón la ignoro hablando de forma tosca, no me logró acostumbrar al tono tan bajo y grueso de su voz
—Depende, es una orden o una pregunta. —Me crucé de brazos y vi como el enarco una ceja y Hela cerro sus ojos.
—Depende—respondió y con desconfianza camine hacía ellos pasando por al lado de Airón para recostarme en el piso a un lado de Hela, quien inconscientemente aguanto la respiración. Bien, esto me está irritando.
—¿Acostumbras a espiar o es solo a nosotros? —me preguntó Airón de forma pausada, pero acusadora.
—Si con espiar te refieres a observar, no. Normalmente no veo gente peleando con varillas en la madrugada.
—Entonces sentiste el vacío en la cama y te levantaste por mí hermana, ¿no? —Trague grueso, al sentir la tensión en el cuerpo de Hela.
—Si fuera así, ¿Qué? —Airón soltó una risa baja, provocando que Hela inconscientemente comenzara a juguetear con sus dedos.
—Hela...
—No—Hela giro el rostro negándole a Airón con decisión a lo que él la miro enarcándole una ceja.
—Basura o Gladiador. —le debatió y algo crispo en sus ojos al ver la ira en el rostro de Hela.
—No me provoques Airón.
—Basura o Gladiador—insistió ganando un gruñido bajo por parte de su hermana.
—Gladiador. —bufo sentándose en el pasto para posterior ponerse de pie, hice el intento de seguirla, pero me miro y negó, indicándome que no la siguiera.
Le dio una mirada a Airón, hablándose con ella, para iniciar su caminar tranquilo a la casa, la vi hasta que desapareció de mi campo visual y aun así quedé mirando en aquella dirección.
—Cree que te mataré o algo por el estilo. —Rompió el silencio obligándome a mirar el cielo para despejarme o tranquilizar los latidos que se aceleraron con agresividad al no sentir la presencia de Hela en medio de los dos.
—¿Debería preocuparme?
—Depende—respondió al instante— es primera vez que responde gladiador. —murmuro pasando sus brazos por la cabeza centrándose en el cielo, hice lo mismo, aunque no aguante la pregunte.
—¿Qué significa?, Basura o gladiador.
—Hela fue peleadora callejera supongo lo sabes. —Asentí, sonrió en respuesta—de pequeño me escabullía para seguirla y ver como peleaba, mis padres no lo sabían, si no, se hubiesen opuesto a su participación, debíamos mantener un bajo perfil, vivir en las sombras, pero ella liberaba tensiones de esa forma y yo me volví su admirador. Claro está que no pase desapercibido, noto mi presencia y en vez de retarme o contarles a nuestros padres que me escapaba, decidió llevarme con ella, todas las noches, se volvió rutina, me enseñó a leer a sus oponentes, y yo me dedique a clasificarlos, Basura o gladiador, débil o fuerte, se lo preguntaba cada que se enfrentaba a alguien que para mí representaba un rival, ella lo miraba, curvaba una sonrisa y repetía siempre las mismas palabras, "Es basura, mocoso"
—Basura o gladiador. —repetí entendiendo el significado para ellos.
—Le hice la misma pregunta al verla con Aitor, no lo dudo y respondió, "Basura", supongo que a ti si te ve como un rival digno, "Gladiador" —chasqueo su lengua y se giró para mirarme— ¿Por qué no le preguntaste? —lo mire sin entender.
—¿Qué?
—Porque se negó a aceptar que eras tú.
—No es asunto mío. —eleve los hombros ganando una mirada irónica de su parte, hace los mismos gestos que Hela, qué irritante.
—Le mientes a la persona equivocada, Hela no es la única observador y pasar cinco años encerrado te enseña a entender más que las palabras. Te molesto y preferiste callarlo, quiero saber el porqué.
—Si le avergüenza admitir que se acuesta conmigo, no es cosa mía...
—Así que es eso—asintió dando una negativa con su cabeza— Hela no es alguien que se avergüence con facilidad, más no lo negó, solo evito hablarlo.
—¿No es lo mismo?
—¿Tú que crees?
—Creó que estuvo escapando una semana, evitando el que nos topáramos y el que habláramos, me suena a negación, me molesta sí, pero no es mi asunto que quiera vivir engañada, cuando está claro con quien duerme.
—No fue por ella Alek—se tensó al decir mi nombre— el que te evito fui yo. La última vez que vi a Hela en las fosas, le dije que tenía un motivo para salir, y era conocer a quien la conocía realmente. Al verlos llegar fue solo teatro no saber quién eras, no tarde ni medio segundo en saber que eras tú. Sí, quería que saliera de su boca tú nombre, no lo hizo y eso no es negación o vergüenza, no conociéndola. Al liarse con Aitor, le dio igual decirlo, porque no le importaba lo que pasara, ni lo que pensáramos, contigo dudo, porque le importó mi reacción, porque le importas. Decidí evitarte para ver que hacía, intento que coincidiéramos en varias oportunidades, era yo el que se iba.
—Jugaste con su mente.
—Ella juega con la mente de todos—rodó los ojos— y no es difícil meterse en la de ella cuando un lado flaquea, así que no es vergüenza o negación, lo tomaría como "Temor", a que nos llevemos mal y se vea en la posición de elegir.
—Te elegiría a ti.
—Comienzo a dudarlo—murmuro cerrando brevemente los ojos— es primera vez que me siento como un hermano normal, interrogando al novio—río de forma baja.
—¿Y Aitor?
—Esa era una relación de una sola persona. Aitor la amaba y Hela lo toleraba por costumbre, vivió años con nosotros y él nunca la conoció realmente, ¿sabes?, nunca tuvo el interés de conocerla, solo se guiaba por lo que mis padres, hermanos y la gente decía de ella, que era cruel, sin escrúpulos, cuando la verdad es que...
—Es un personaje—termine por él—los rumores siempre se distorsionan con el tiempo.
—Los de ella no, no pueden cambiar a peor.
—Eso no significa que la definan, no sabiendo que todas las muertes que carga son escorias que merecían morir. —Airón giró el rostro para mirarme y lo deje hacerlo, que viera la sinceridad en mis ojos y palabras.
—El miedo de Hela es irracional—murmuro sonriendo con debilidad— nos llevaremos bien. —sinceramente eso me reconfortó un poco— a menos que le hagas daño obviamente, porque —suspiro— creó que si disfrutaría matándote, si ese es el caso, no digo que lo sea, pero se me ocurren unas cuantas formas en que lo haría...
—Eres bueno—le asentí pasando mis brazos por debajo de mi cabeza— en esto de interrogar al novio y amenazarlo, lástima que no lo soy...
—Dime, cuando te enamoraste de ella, antes o después de conocerla realmente—me miro y me irrito en cierto punto creer que él ya sabía la respuesta, incluso sin decirla.
—Cuando aún era Helena.
—Lo suponía, te traicionó, linda manera de enamorarte.
—Me drogo—rodé los ojos.
—Bueno, teniendo en consideración de que a su antiguo ex lo mando a matar, que te drogara no es tanto.
—Creó que aún tiene ganas de asesinarlo.
—Me sorprende que aún no lo haya hecho, le toco a un fichado, eso es mucho para el pobre orgullo de mi hermana.
Sonreí para negar con la cabeza y quedar nuevamente en un silencio para nada incomodo, estuvimos así por minutos, mirando como el cielo comenzaba a iluminarse por la llegada del sol, hasta que Airón suspiro y hablo.
—¿Puedo pedirte un favor? —hice el intento de mirarlo pero me detuvo— sigue con la vista arriba, Hela nos mira y no quiero que vea tus labios. —Por reacción miré de reojo y la vi en una esquina del ventanal con sus ojos entrecerrados, chismosa.
—¿Qué favor?
—Hela estará de cumpleaños esté sábado — balbuceo entre suspiros y yo le asentí, ya lo sabía, este sábado es veintisiete de octubre.
—¿Quieres regalarle algo? —asintió—¿Necesitas dinero? — reprimió una sonrisa para mirarme de reojo de forma irónica.
—¿Piensas ganarme de esa forma?
—Creí que ya te caía bien.
—Te tolero solamente por Hela, sin ofender pero tus hermanos y el resto me parecen totalmente irritantes. —joder como se parecen.
—No me ofende, soy consciente de que lo son, ¿Qué favor necesitas entonces?
—Quiero salir.
—No—negué al instante tensando mis puños.
—No te estoy pidiendo permiso Alek.
—Entonces no entiendo para que me lo dices.
—Te lo digo porque necesito que distraigas a Hela por mí, ella no duerme, ya te debiste haber dado cuenta de ese detalle, no puedo salir de aquí sin que se dé cuenta.
—Y se puede saber ¿para qué demonios quieres salir?
—Para que Hela consiga dormir—suspiro de forma pesada— nos torturaron de muchas maneras Alek, y aunque mis torturas eran físicas no me dejaron tantos traumas como a Hela, no es mi asunto contarte lo que le hacían, ella debe...
—La drogaban, sé que no puede dormir porque siente que esta nuevamente atada.
—¿Te hablo de eso?
—No del todo—respondí de forma pausada.
—Hacían más que drogarla, y eso es lo que no la deja dormir, no recordar que le hacían la atormenta.
—¿Ellos...ellos la...
—No lo sé—se tensó— cada vez que la drogaban me hacían ir a verla, era su forma de romper su mente, la drogaban tanto que hay cosas que ella no recuerda, lo que pasaba en esa habitación es una de esas cosas, no lo dice pero sé que eso la atormenta, el sentirse débil...
—Vulnerable—susurre y él me asintió—Airón no puedo ayudarte a salir de aquí, Hela hizo mucho por recuperarte, que salgas es arriesgado.
—No debes ayudarme, solo distraerla, se adónde debo ir, saldré mañana por la noche y volveré durante la madrugada del sábado...
—¿Y cómo planeas que la distraiga?, no es estúpida, se dará cuenta que no estas...
—¿Debo decirte yo como distraer a mi hermana? —me dio una mala mirada y yo caí en cuanta lo que me pedía.
—Eso es jugar sucio.
—Ella siempre juega sucio.
—Se entera que fui tu cómplice y me asesina Airón.
—Se enterará igual, no sufras—rodó los ojos sentándose en el césped para mirar el atardecer.
—No interferiré en tus asuntos, y la distraeré porque quiero, no porque me lo pidas.
—Ajá...
—Pero si no llegas antes del amanecer, me cabrearé Airón—advertí—y cabreado puedo ser peor que Hela.
—Vaya, primera amenaza, avanzamos rápido.
—Hablo enserio Airón, Hela te ve como un niño, yo no y no pienso tratarte como uno, si la cagas lo asumes, es estúpido querer salir pero...
—Si eso le dará un poco de calma al tormento de Hela, callaras.
—Me haré el ciego—fruncí el ceño mirándolo, ignorando la mirada de Hela clavada en nosotros— pero si sales, lo harás armado, con localizador y rastreador...
—Ahora me das ordenes, quien lo diría. —se puso de pie dándome la espalda, hice lo mismo, un poco más lento, pero lo hice.
—Hablo en serio Airón, con localizador y rastreador, o no sales. —Me miro por sobre sus hombros y vi ese brillo desafiante en su mirada, la misma de Hela, cuando toma una orden como desafió. —O no sales—recalque.
Me miro de arriba abajo con clara molestia, tan idéntico a su hermana, es estar hablando con ella, dirigió una breve mirada a la ventana y rodó los ojos.
—Bien, gladiador. —Me asintió y se giró para caminar en dirección a la casa, me gane de manos en cadera soltando la respiración y girando el rostro mire el ventanal, Hela ya no estaba, entrecerré mis ojos mirando mejor y cuando me voltee casi doy un grito por la impresión.
—¿De que hablaron? —pregunto Hela tan cerca de mí que me espanto, sus ojos verdes le daban un toque desquiciada que si no fuera porque es jodidamente sexy me aterraría.
—No seas chismosa Hela—la empuje por el hombro para pasar por su lado. Me siguió.
—¿Qué le negaste?, ¿Por qué te miro así?, ¿Te dijo algo?, Airón es algo intuitivo, no...
Me gire no soportaba seguir escuchándola, freno repentinamente y yo agarre sus mejillas para llegar a su boca, se sorprendió por mi actuar, pero no me rechazo, nunca lo hace, paso sus manos por mi cuello apegándose a mí, moviendo sus labios a mi ritmo, tire de su labio pasando mis manos por su cintura aferrándola a mí.
—No me gusta—murmure sobre sus labios—despertar solo Hela.
—No puedo estar quieta, lo sabes.
—Despiértame entonces —bese su labio superior mientras ella sonreía caprichosa.
—Me estas distrayendo, no me gusta.
—A mí no me gusta despertar y no verte al lado. —susurre sobre su oído besando su lóbulo.
—Ya es muy tarde para corregirlo.
—Podemos despertar de nuevo—deslice mis manos por su espalda baja a lo que ella río en voz baja.
—Tú distracción sirvió, pero no creas que dejaré pasar la forma en que te miro.
—Si, como sea, quiero mi despertar juntos.
Baje mis manos tirando de sus piernas para que las atara a mi cintura, me gire caminando con ella atada a mi cuerpo, soltó una risa divertida haciéndome sonreír.
—Oye machote, deberías bajarme, aun no estas bien de las heridas.
—Estas bien así.
Enterré mi boca en su cuello besándola, robándole jadeos aireados, su espalda choco con la puerta de entrada y mi boca contra la suya, nuestras lenguas se enredaron y ella se restregó contra mí, haciéndome gruñir, me enciende enseguida, solo con que me toque o mire, me tiene a sus jodidos pies.
Abrí con torpeza la puerta sin desprender mis labios de los suyos, intente no chocar con nada, pero sus labios no me permitían alejarme, tampoco lo intente, besarla es tan...caótico, digno de una obsesión, frenética y poco sana.
La gire estampándola contra la pared abriendo su jodida chaqueta de un tirón, gimió sobre mis labios tirando de mi polera sacándomela, paso sus manos por mis hombros enredándola en mi nuca pegándome a ella, sin dejar ni un centímetro de separación, baje mi mano por su abdomen desabrochando su pantalón, hice el intente de meterme entre sus piernas cuando encendieron las jodidas luces.
—Que puto asco. —Desviamos la mirada en conjunto para ver la expresión de asco de Aitor. —Follen en su habitación, ¿quieren? —nos miró asqueado y Hela gruño en respuesta, movió sus piernas para que la soltara y no se esforzó en subir el cierre de su chaqueta, camino en dirección a los pasillos en brasier dándole una mala mirada a Aitor. —Es ahora donde la sigues y...
—Ya cállate. —La seguí rodando los ojos, la alcance en los pasillos de las habitaciones tirándola del brazo sosteniendo su nuca y comiéndome su boca, me recibió gustosa, abriendo los labios para mí azotando su lengua con la mía, me tiro hacia ella, pego su pelvis a la mía restregándose mi erección, disfrutando el tenerme así.
—Como vuelvan a...
La puerta a nuestro costado se abrió de golpe y con ella un caos, vi brazos, escuché gritos y reclamos y cuando me di cuenta de que pasaba solté a Hela alejándome de ella, mamá empujaba a Iker fuera de la habitación y él...iba con los putos pantalones a medio subir.
—¿Qué demonios...? —Dejaron de forcejear, más bien mamá dejo de pegarle y se giró para mirarnos, su cabello estaba revuelto, se cubría con una sábana y su rostro era una mezcla entre ira y vergüenza.
—¿Qué significa...
—¡Maldita sea! —Nos cerró la puerta en la cara para posterior escuchar gritos dentro de la habitación, puertas comenzaron a abrirse y a pesar de ver como mis hermanos salían de sus habitación, solo podía mirar la puerta de mi madre, con un escalofrío recorriéndome el cuerpo al imaginar que mierda pasaba dentro de esa habitación, podía seguir escuchando sus gritos y los golpes, tantos que me altere.
—¿Esa es mamá? —pregunto Akim somnoliento—¿Por qué está gritando?, ¿Qué...
No termino de hablar, cuando tire del brazo a Iker dándole un puñetazo junto a un empujón que lo dejo contra la pared.
—¿¡Qué mierda le hiciste!?—le grite en la cara sosteniendo su hombro para darle otro puñetazo al ver su silencio—¿¡Dime qué demonios le hiciste!?
—¡Nada joder! —me empujo y volví hacía él, Hela intento tirarme del brazo pero me solté con brusquedad.
—Dices nada, ¿¡Cuándo esta así por tu culpa!?, ¡Te saco a golpes de su...!
—¡No le hice nada! —me gruño en la cara y vi honestidad en sus palabras—desperté a causa de sus gritos, se alteró, yo no hice ni la obligué a nada Alek, yo...
—Lárgate —tensé mi mandíbula.
—Alek...
—¡Lárgate joder! —lo señale con histeria y ahora si me deje detener por Hela, quien tiro de mi mano hacía ella.
—Iker sal de aquí. —Hela señalo el pasillo e Iker miro a su alrededor, Ainhoa estaba realmente sorprendida y horrorizada en la misma medida y mis hermanos, ellos no entendían o no querían entender que pasaba.
Iker bajo la mirada, desordeno su cabello y se giró para irse, sentía el corazón latiéndome en los oídos, mi respiración estaba tan acelerada que sentía iba a explotar.
—Alek...
—Ahora no—advertí sin mirarlos, miré por sobre mis hombros y Hela lo entendió.
—Vuelvan a sus habitaciones.
—Pero...Mamá, ¿Qué fue...
—Dijo, ahora no, Akim.
Me gire hacia la puerta dejando que Hela se encargara de mis hermanos, mamá ya no gritaba pero escuchaba sus pasos por toda la habitación, con mis manos temblando golpee la puerta esperando una respuesta que no llegó, golpee nuevamente y cuando ya no había nadie más en el pasillo, gire la manilla para entrar y cerrar a mis espaldas.
Mamá caminaba de un lado a otro con las sábanas alrededor de su cuerpo, con su cabello desordenado y lágrimas cayendo.
—Mamá—susurre manteniéndome en mi lugar—mamá...
—Y...yo...é...él...—Toco su rostro soltando sollozos y no soporte verla así, me acerque a ella sosteniendo sus mejillas obligándola a mirarme.
—¿Hizo algo que no querías?, ¿Te obligo a algo?, él...él te hizo algo mamá...
Negó, temblando pero me negó haciéndome soltar la respiración, toco sus labios y lloro como no la había visto llorar nunca, la abrace dejando que sus lágrimas chocaran con mi pecho.
—N...no puedo con esto Alek—me susurro sobre el pecho y la sentí tensarse. —No lo soporto, maldita sea.
Me empujo y corrió para encerrarse en el baño, me cerró la puerta en la cara y la escuche vomitar.
—Mamá—la llame golpeando la puerta con los puños—¡Mamá!
Insistí, estuve minutos insistiendo, no dejo de vomitar por lo que parecieron horas, y cuando se detuvo sentí la ducha, los llantos y golpes, le di su espacio en lo que me fue posible, no dure suficiente antes de intentar tirar la puerta, al segundo intento ella abrió con su cabello atado y vestida, me ignoró, camino hacia la cama tirando la ropa de cama al piso con...con rabia...
—Mamá—la seguí mientras ella no se quedaba quieta ni dejaba de moverse—Mamá joder detente.
La tire del brazo recibiendo una bofetada que me hizo soltarla, mi rostro giro por la fuerza y mi mejilla palpito por la presión, quedamos en silencio, yo sorprendido, ella...arrepentida, se alejó de mí tocando su boca y su cuerpo tembló.
—A...Alek, yo...lo siento...no quería...
—No importa, no fue nada—deje de tocarme la mejilla para mirarla— quieres contarme que pasa—negó— mamá si te hizo algo, dime, dímelo por favor y juro que...
—No me hizo nada—se alteró—es solo que desperté, lo vi y él...él no era tu padre. —Bajo la mirada derramando lagrimas que ahora entiendo no son de vergüenza, es dolor.
—Mamá...
—Cariño déjame sola por favor.
—También lo extraño mamá—me acerque a ella— pero creó que fuiste tú, la que me dijo que debía avanzar.
—Es más difícil de lo que parece...
—¿Quieres hablar de ello?
—No—suspiro—tú no deberías verme así, no está bien, no...
—Mamá ya no soy un niño—me recargue en el mueble mientras ella se sentaba a los pies de la cama mirando los cubres de la cama— y estaba camino a follar cuando saliste, así que me debes la conversación. —Me tiro un cojín avergonzada pero alcance a esquivarlo, con una sonrisa burlona.
—Eres asqueroso.
—Vi a Iker salir medio desnudo de tu habitación, me considero menos asqueroso que eso. —Volvió arrojarme una almohada y esta vez sí me dio en la cara.
—Dios, debí parecer una enferma.
—Si es un idiota tienes derecho a sacarlo a patadas, solo pídelo y es hombre muerto...
—No fue un idiota Alek, es...primer hombre que me trata bien, después de...después de tu padre.
—¿Entonces?, porque la culpa...
—Porque él no es tu padre, nadie será nunca como él...
—Eso es lo bueno de las personas mamá, no todas son iguales, y nadie se igualará a papá, nunca, pero no es sano impedir el sanar.
—No debería ser así, no debí olvidar su recuerdo, no debí ensuciar su última memoria...con...—balbuceo bajando la mirada, haciendo inentendible sus palabras.
—Así que es eso. —me senté a su lado evitando el tocar las sábanas—temes olvidar a papá, crees que estando con otra persona borraras su recuerdo...
—Ya no recuerdo la última vez que bese a tu padre—murmuro derramando lagrimas—cierro los ojos y creo recordarlo, pero sé que no es así, no quiero que su recuerdo sea tan efímero, lo quiero conmigo...
—Él está contigo siempre mamá, y sé que no le gustaría verte así, culpable por avanzar, por intentar sanar, su recuerdo no se irá mientras nos tengas a nosotros, cada vez que nos mires, recordaras a papá, su risa, sus burlas, la forma en que te conocía y sabía lo que sentías sin hablar, eso vive en nosotros, no está mal avanzar porque él no querría vernos estancados.
Pase mi mano sobre sus hombros y ella se recargo en mí, soltando un suspiro pesado analizando mis palabras apreciando el silencio.
—No quería arruinar tú acostón con Hela...
—¿Acostón? —me reí—ya follaré después...
—¡Alek! —me golpeo el abdomen arrepintiéndose en cuanto me queje, me pidió disculpas una y otra vez —ten un poco de pudor, soy tu madre...
—Como si no escucharas la orquesta de gemidos que se arman en las noches, me veo en la obligación de preguntar, supongo que usaste preservativo, porque la irresponsabilidad es de... ¡Mamá! —Me dio otro golpe pero esta vez intencional.
—¿¡Qué clase de preguntas son esas? por Dios!
—Precauciones básicas—le reste importancia, abrazándola para que no pudiera golpearme de nuevo—estaremos bien mamá—murmure dejando un beso en su coronilla.
—¿Tus...tus hermanos?, ellos...
—Si, vieron todo...
—Moriré de vergüenza—susurro escondiendo su rostro en mi pecho.
—Repito que nos escuchas follar a diario, no deberías sentir...Como vuelvas a pegarme me iré...
—¡No hables de esa forma conmigo Alek!, no es follar...es...es... ¿¡Porque estamos hablando de esto!?
—El sexo no es un tabú, no debería avergonzarte hablar de eso—la moleste.
—Que soy tu madre por dios.
—¿Y te crees que no sé cómo me hiciste?, o como hiciste a Akim, Axel, Adam...
—Eres terrible.
Me deje caer en la cama poniendo cara de asco, no están las sábanas pero el asco es el mismo, intente ignorarlo manteniendo mi vista en el techo, me mantuve en silencio, distraje a mamá, ya se relajó, dejo de temblar, y de morderse las uñas, las burlas siempre funcionan, recuerdo que cada que sufría un ataque de ansiedad, papá hacía bromas estúpidas para distraerla y avergonzarla, le tiraba indirectas con doble sentido y funcionaba, siempre funcionaba.
Solté la respiración sumiéndome en mis pensamientos, en los recuerdos de mi hogar, mi familia no era tan diferente a lo que es ahora, quizás éramos más distantes, pero eran igual de irritantes, mimados e infantiles, recuerdo las cenas familiares, las navidades todos juntos, los cumpleaños, las fechas importantes eran sagradas en mi hogar, en especial para mamá, ella amaba hacer regalos y fiestas, aunque siempre asistiéramos solo nosotros, adoraba decorar la casa con carteles estúpidos y regalos por montones, era la que más disfrutaba al vernos abrir los regalos que se esmeraba en hacernos.
—Tercer suspiro, ¿Qué sucede? —La miré y la vi observándome con curiosidad.
—Nada.
—Cuarto suspiro, algo te molesta, ¿Qué es? —Chasquee la lengua, la mire un par de segundos y le puse un cojín en el rostro haciéndola reír. —No solo tú das buenos consejos cariño, dime que tienes...
—Hela esta de cumpleaños este sábado —susurre desviando la mirada para oírla suspirar.
—Así que es por ella.
—Sé que no te agrada, pero tú preguntaste.
—No es que...que no me agrade...
—No mientas mamá, te conozco y honestamente no me interesa, no la conoces, conociste a sus padres y supones que es igual, te dejas llevar por los rumores y con esa perspectiva de ella, tu opinión para mí no es válida.
—Así que tendremos esta conversación.
—No por gusto.
—Tú eres un hombre bueno, tienes tus errores y defectos, pero tu corazón es noble, bueno. No desprecio a Hela, la admiro, pero verla contigo no me agrada, no es para ti, ella es...
—Mis manos no están limpias mamá, hace tiempo ya no soy el hombre que conocías, y no es por ofender, pero tendrás que acostumbrarte porque no pienso alejarme...
—Vaya—me miro asombrada—así de serio.
—Así de jodido me tiene.
—No quiero que rompa tu corazón...
—No soy un crío mamá, no me verás sufrir por una mujer.
—Espero que no cariño—me sonrió de forma forzada para sentarse mejor en la cama para mirarme—Así que esta de cumpleaños el sábado—volvió al tema— ¿Por qué te preocupa?
—¿Cuál fue el primer regalo que te dio papá? —La miré y vi como su mente hacía memoria, lo pensó, se tomó su tiempo y luego sonrió.
—Un test de embarazo —se río, espantándome— todo un romántico.
—Bien, la segunda cosa.
—Un anillo de compromiso, la tercera fuiste tú—toco mi mejilla haciéndome sonreír de manera forzada.
—Fue mala idea preguntar.
—¿No sabes que regalarle? —se sentó mejor en la cama y yo pensé en irme, no debería estar hablando de esto con ella, ni siquiera contarle.
Bufe pesadamente para desordenar mi cabello y mirarla.
—Sé que regalarle, hace tiempo tenía la idea y ya lo tengo, es solo que no sé...si sea suficiente...
—Cariño, viniendo de ti todo es suficiente...
—No lo digas solo porque eres mi madre, Hela tiene autos y lujos por montones, que podría darle yo, que ya no tenga o que no pueda comprarse, es estúpido si quiera que piense en...
—¿Qué pasa contigo? —me miro mal— ¿desde cuándo te cuestionas si eres suficiente o no?
—No es...no es eso, es solo que...
—Alek mira su vida, ¿Crees que alguna vez alguien le haya regalado algo?, cariño la mujer no sabe dormir sin un ojo abierto, puedo apostar a que será la primera vez en su vida que le regalen algo y ella lo apreciara más porque viene de ti. —respire profundamente asintiendo, dejando que sus palabras me tranquilizaran, nunca me he visto en la necesidad de hacer regalos, ¿para qué?, mis hermanos tenían a mis padres, no necesitaban mis detalles, ni siquiera recuerdo la última vez que le regale algo a mi madre—Ahora—me movió por los hombros— dime, ¿Qué le compraste?, y como, en qué momento saliste sin decirnos...
—Tengo mis contactos mamá, y no te diré...
—Oh vamos, ¿Por qué no?, dime que no es un anillo Alek, eres muy joven para...
—Te casaste a los veinte y si mis cálculos no me fallan a mi edad ya tenías tres hijos...
—Eran otros tiempo...
—Oh por supuesto—rodé los ojos poniéndome de pie.
—¿No me dirás que es?
—Nop, hablamos luego mamá...
—¡Alek no me dejes con la curiosidad!
—Nos vemos luego.
Salí de la habitación antes de que pudiera darme con la almohada, iba directo a mi cabeza, jodida puntería, apoye mi espalda contra la puerta cerrando los ojos al ver como los tres idiotas que tengo de hermanos salieron de la habitación de enfrente mirando uno encima de otro.
—¿Mamá está bien? —murmuro Axel. Asentí.
—¿Ella e Iker? —Akim puso cara de asco y yo me estremecí pero asentí. —¿Eso quiere decir que...
—La rubia y tú son hermanastros—Adam lo miro con burla y la cara de espanto de Akim aumento.
—¿Qué somos qué?
—No tengo cabeza para esto, no la molesten, si se siente lista hablara con ustedes, antes no...
—Pe...pero ella...Iker...Ainhoa...
—Es una orden Akim, mantente al margen.
Lo señale y evite el reírme de su cara de pánico, no me cansaré de decir que tiene cinco años, sacudí la cabeza en negación y di media vuelta para ir a la que era mi habitación, me encerré en ella soltando un suspiro pesado, que situación más perturbadora.
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Chiquitineeees, comenzó la cuenta regresiva para el final de "En la mira"
[Voy a llorar cuando termine de publicarla]
Espero disfruten los capítulos que vienes,
Besitos
Javi 🐍
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