Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 57



Hela Petrov.

Trague sintiendo mi garganta seca y áspera, intente mover mis brazos pero estaban pesados, cerre con fuerza los ojos, para mover mi cabeza hacía el costado, soltando un jadeo aireado, aguantando la respiración para agudizar mis sentidos, el olfato, percepción y oído, aun no podía abrir mis ojos así que la vista la tenía nula, pero mi mente bien activa, siento la presión en mi pecho y la sensación de tener algo clavado en todo el cuerpo, y claro que lo tenía, estire el brazo sintiendo la incomodidad en el pliegue de mi brazo, me centre y sentí el líquido corriendo por mis venas, respire profundamente sintiendo el aroma a encierro y fármacos, escuche con detención y no oía ni un solo ruido, solo el retumbar de una maquina a metros de mí.

Cuando calme el latidos de mi corazón, relaje mis músculos y abrí mis ojos, solo un par de segundos para volver a cerrarlos, esperar otro par de segundos y abrirlos por completo, hice el intento de pararme cuando una negación y presión en mis hombros me mantuvo quieta.

—Tardaste en despertar, estas perdiendo el toque. ——Mire hacia abajo donde Yoan estaba suturándome las heridas en los pies.

—¿Do...donde esta Alek?

—Vaya, si debe ser importante para ti, si es lo primero que preguntar al despertar de la inconciencia.

—¿Dónde está Alek, Yoan? —me senté tirando de mí pie, para que se alejará de mí, ignore la punzada en mi pecho y el dolor en mi cuerpo, mire a mi alrededor y estaba en una habitación, no en la sala, sobre una camilla y con suero pasándome por los brazos, tire la aguja sacándomelas del cuerpo, e intente ponerme de pie, me lo impidió nuevamente.

—Está en la habitación de al lado—me tranquilizo— está estable lo reviso cada media hora, su pulso es estable, su función neurológica es buena, solo falta que despierte...

—¿Cuánto llevo inconsciente?, ¿Qué hora es? —me pregunto con la mirada si podía seguir suturando y yo le asentí, no me pregunto sobre la anestesia, claro está que no la necesito.

—Llevas casi doce horas, te sugiero evites los movimientos bruscos al menos por un tiempo, tuve que hacer una incisión en tus costillas para evacuar la hemorragia y aligerarle el trabajo a tu corazón, alíviamelo a mí y mantente quieta, por una vez hazme caso.

—Quiero ver a Alek.

—Aún no, déjame terminar de...

—Tú no me dirás que hacer...

—Demonios tú no cambias, ¿cierto?, no soy tu enemigo Hela, te lo demostré cuando eras una cría y te lo demostré ahora salvando al... ni siquiera se quien demonios es ese hombre, pero lo salvé, sin dudar ni negarme, no por el arma o miedo a ti, sino porque quise hacerlo, ahora quiero curar tus heridas y que me expliques que demonios pasa.

Lo quede mirando con clara advertencia, pero ni siquiera negó, claro que ni se inmuto con la muerte clavada en mi mirada, ¿Quién lo haría cuando ya convivio con el diablo mismo?

—Oh la mirada de odio, lo entiendo, ¿Es el remplazo de Aitor?

—Idiota—gruñí moviendo mi pierna para que siguiera suturando rápido para poder irme.

—Veo que no, ¿Algún objetivo? —rodé los ojos—Mmmh no lo creo, haré me moría, "Yoan si se muere, me muero con él", ¿Qué diría tu padre al respecto?, oh cierto, "¿Lo que veo en tu rostro es debilidad hija mía?"

—Cierra la boca, no sabes de lo que...

—Ya entiendo lo que pasa—se inclinó hacía mí poniéndome a la defensiva—lo amas—me reí.

—Que estupidez.

—Decías su nombre inconsciente Hela. Yo te traje al mundo, cure tus heridas de pequeña, forme parte de tu crecimiento y nunca te he visto llorar como lo hiciste cuando su corazón dejo de latir, si me lo preguntas y sin ofender la memoria de tu padre, creo que la mayor fortaleza viene del sentir y la mayor valentía viene del admitir, solo un cobarde le teme a la verdad del corazón, me gusta esta versión de ti, la que no teme llorar por la persona que ama.

—No te extrañe ni un poco—balbucee haciéndolo reír.

Me lo quede mirando, he de confesar un poco más de lo debido. Yoan no es un hombre tan mayor, nunca le pregunte su edad porque honestamente no llego a interesarme, pero debe tener la misma edad de mi padre, o quizás más joven, pero de lo que si estoy segura, que no entiendo, que le veía de joven, que lo encontraba tan sexy, nunca me esforcé en coquetearle, sabía que si hubiese tenido interés, me lo hubiese hecho saber y nunca me veré en la necesidad de coquetearle a un hombre, pero de que me volteaba a mirarlo cuando pasaba, lo hacía, claro que sí y disfrutaba la jodida vista.

Doce años atrás, en una casa rodeada de hombres asquerosos como familia, un rostro atractivo era de admirar para toda mujer hormonal.

Yoan es físicamente atractivo, pero más que el físico es su sofisticación e inteligencia, incluso cuando era más joven, me maravillaba escuchándolo hablar, no lo demostraba obviamente pero lo hacía, su conocimiento me enceguecía, más cuando dirigía sus ojos avellana hacía mí, sus pestañas largas, cejas pobladas y sonrisa traviesa, el hijo de puta sí que era atractivo, digo era porque ahora más que irritación no me provoca, en realidad ese periodo de encontrarlo atractivo, me duro hasta los quince, cuando no se metía tanto en lo que hacía y no se comportaba como la versión distorsionada de mi padre.

—Si te soy honesto, tampoco extrañe verte, me retire hace años, quería un poco de paz, pero tenías que aparecer, ¿no?

—¿Quién es el viejo?, no me digas que ahora te dedicas a secuestrar ancianos del asilo para pedir recompensa. —Se puso a reír, repugnándome un poco menos.

—Es mi padre—me susurro cortando la sutura, sus dedos palparon mi pierna y me pidió que las doblara, lo ce, no miro más allá de mis muslos buscando más heridas, ignoró mi desnudez, incluso cuando miraba mi rostro, no se detenía en mis pechos cubiertos por el brasier, solo veía lo justo y necesario.

—No sabía que tenías padre.

—Todos lo tenemos, creó que es biología básica, el esperma del hombre fecunda el ovulo de la mujer creando un...

—Sabes a lo que me refería, que irritante son todos. —Me senté mejor para bajar los pies de la camilla.

—¿Qué piensas hacer ahora?, me gustaría que se quedaran un par de horas más para seguir monitoreando sus heridas.

—Me lo preguntas o exiges, mi respuesta depende de que elijas.

—Diría lo pregunto, pero conociéndote, lo exijo como el medico de tu novio.

—No...no es mi novio. —Balbucee y él sonrió a boca abierta.

—Te traeré ropa, trata de no esforzarte, tu novio está en la pieza continua, es la mía, puedes quedarte con él y descansar todo lo que quieras.

—Que no...

—Si, como sea, ya vuelvo.

Se puso de pie y dio medio giro para salir de la habitación, me puse de pie, sosteniéndome de la pared por el mareo que azoto mi cabeza, espere un poco y camine hasta quedar de pie frente a un espejo, puse mueca de asco al verme, mis piernas cubiertas de sangre, y vendas, mis costillas tenían un apósito, mi cabeza estaba vendada, todo mi cuerpo estaba cubierto de parches y sangre seca, tenía solo la ropa interior puesta, la puerta volvió abrirse y cuando Yoan miro a la camilla y no me encontró reviso la habitación, se detuvo en mi cuerpo y vi como peleaba por no mirar más de lo debido.

—¿Te apetece comer algo?

—Estoy bien, nos quedaremos un día más, para recuperar fuerza y ponerme en contacto para que vengan por nosotros.

—Deberías comer algo, perdiste y donaste mucha sangre, no es sano para tu cuerpo, puedo cocinarte algo si...

—Iré a ver a Alek.

Me gire le quite la ropa de las manos y salí de la habitación para caminar a la puerta siguiente, estire la mano a la manilla deteniéndome, sintiendo mi pulso en cada rincón de mi cuerpo, Yoan dijo que estaba estable, que estaba bien, está bien, me repetí una y otra vez armándome de valor para abrir la puerta entrar y cerrarla a mis espaldas, no lo mire, no aún, comencé a vestirme pasando primero el polerón quejándome al elevar los brazos y terminar por el buzo, una vez lista respire profundamente y me gire a la cama de forme lenta.

Partiendo por las maquinas repartidas por toda la habitación, los cables, el retumbar tranquilo de las máquinas y subiendo por los pies cubiertos con la ropa de cama de Alek, subí lentamente por sus piernas, muslos, abdomen hasta llegar a su pecho donde un apósito enorme cubría la mitad de él, chupones estaban sobre su piel monitoreando sus latidos, subí hasta su rostro y mis labios temblaron conteniendo el llanto, su rostro ya no tenía sangre, pero estaba tan quieto que si no fuera por el movimiento en su pecho diría que está muerto, pero no, está vivo, lo siento respirar, incluso tenía nariceras con oxígeno, respira, su corazón late, la sangre corre por su cuerpo, está vivo, conmigo.

Ahogue un llanto bajando el rostro y camine hacía él con mis pies a la arrastra, me subí a la cama cuidando el tocarlo y lastimarlo y me tendí a su lado mirando su rostro, sus heridas suturadas, las vendas protegiéndolas, sus cejas espesas pero perfiladas, su nariz soltando las respiraciones, sus labios en una línea recta, pálidos, carente de humedad.

—Pensé que—murmuré estirando mi mano a su mejilla sintiendo la calor en su piel invadiendo la yema de mis dedos—pensé que te perdería...

Solté las primeras lágrimas y pasando mi mano por su pecho me aferré a él, respirando sobre su piel, impregnándome de su aroma, de él.

—No puedes hacerlo de nuevo, ¿de acuerdo?, lo diré solo una vez y de forma gentil, pero si me haces llorar nuevamente tomaré tu brazo, dislocaré tu hombro y haré que te metas tu propio brazo por el culo, ¿me sigues? —Apoye mi cabeza sobre su pecho maravillándome con el sonido de su corazón latiendo, cerre mis ojos disfrutando del sonido y antes de que pudiera reprimirlo murmure.

—Ich Liebe dich auch, Alek.

<<También te amo, Alek>>

[...]

Sentía mi cuerpo tan cálido, mi corazón latiendo tan tranquilo y en paz, que no medí la hora, ni donde estábamos, ni el que estaba desarmada, solo pensé en eso cuando sentí que mi cuerpo se movía con debilidad, solo en ese momento pensé en todas las desventajas en las que estábamos y posiblemente sea la primera vez que soy consciente de que soy un blanco fácil, ese pensamiento me hizo abrir los ojos y girar en la cama bajándome de ella, mire a mi costado buscando algo con que defenderme pero al sentir otro ruido, me gire notando que no era un ataque ni nadie intentando matarme, el ruido provenía del hombre en la cama, quejándose.

Mire a mi alrededor, la luna estaba en su cúspide, me preguntó qué hora es, cuando me dormí ya era de noche, ¿acaso solo pestañe un par de minutos?

Bajé la guardia, al igual que mis brazos, di un paso de vuelta a la cama viendo como el rostro de Alek se giraba y sus labios se movían con debilidad, su ceño se contrajo y no sabía cuánto adoraba ver su ceño fruncido hasta que estuve horas sin verlo.

—¿A...Alek? —murmure subiéndome a la cama de rodillas, soltó una respiración aireada y antes de sentir la euforia bombardeando mi cuerpo, vino la rabia y las ganas de darle un puñetazo hasta hacerlo dormir de nuevo—antes de que despiertes diré toda esta mierda ahora, porque una vez abras tus lindos ojos disfrutaré del que estas vivo y no muerto, maldita sea, no soy de hablar sin ironía Alek, ni siquiera sé si hemos hablado más de veinte minutos seguidos sin irnos a follar o comernos la boca, pero no sabes lo jodida que me tienes, y me aterra esta mierda, me aterro ver como tu corazón dejaba de latir y ponerme a pensar que mierda sería de mí sin ti, es por eso que me negué tanto tiempo a sentir, porque no quería depender de nadie y justo ahora estoy dependiendo de ti, y no me lo estás haciendo fácil, no cuando corres hacía mí en medio de bombas y recibes disparos por mí, si te digo lárgate, te largas, porque el que yo muera está bien, me lo merezco, ¿pero tú?, tú no puedes morir, no he pasado meses cuidándote el culo para que mueras ahora por estúpido y pedante. ¿Me escuchas?, soy yo la repartidora de sufrimientos y caos, yo soy la sicaria reconocida por todo el continente, debería estar asesinando que ha eso me dedico no siendo un banco de sangre andante para el idiota que me tiene pendiendo de un hilo. Eres un hijo de puta inconsciente Alek, no puedes venir decir que amas, que estas jodidamente enamorado de mí, para después ir e intentar morirte, sé que amarme debe ser horrible, pero no dices eso para después marcharte sin asumir las...

Deje de hablar al ver como su pecho retumbaba, me alarme acercándome a él, estaba a punto de gritar llamando a Yoan, pero oí su risa rasposa salir su boca, me tensé, mis manos se tensaron y al verlo abrir los ojos, pensé en golpearlo.

—N...no te detengas—balbuceo frunciendo su ceño por la rigidez en sus palabras—por...por favor...

Sus ojos se abrieron y al instante se dirigieron a mí, su brillo, su sonrisa, su semblante, mi garganta ardió y de mera reacción le di un puñetazo en el hombro, soltó un quejido y me alarme pero no lo demostró, solo me lancé a su cuerpo aferrándome a sus hombros escuchando su respiración acelerada, intentando calmar mis lágrimas.

Alek dejo de reír y vi el esfuerzo enorme que hizo para elevar su mano acariciándome la espalda, respiro profundamente subiendo su mano para aferrar mi nuca respirando sobre mi cuello.

—No...fue mi intención asustarte...—Murmuro en mi oído y pelee demonios como pelee por no llorar no de nuevo, ¿¡Qué demonios me pasa!?, porque carajos estoy tan sensible. —No...es horrible Hela, no es para nada horrible...

Lo mire sosteniendo sus mejillas y mi boca se entreabrió, intente soltar las palabras que le dije al Alek inconsciente, pero me aterre.

—Alek yo...yo te...—fruncí los labios, peleando por la necesidad que sentía de gritarle las palabras que mi mente tanto repitió mientras lo veía inconsciente—Yo...—Cerré con fuerza mis ojos, para que él me sonriera y tocará mi mejilla.

—Lo...sé Hela—susurro acariciando mi pómulo— no necesito que lo digas...

—Lo estoy...

—Intentando, lo sé—murmuro, y vi cierto grado de decepción en sus ojos que me hicieron maldecirme por dentro— ya...me lo...compensaras de otra forma, ¿Dónde se...supone que estamos?

Miro a su alrededor sin dejar de acariciar mi rostro y al ver los cuadros antiguos, me miro enarcando una ceja.

—Es una larga...

—Oh veo que ya están despiertos, que bueno, les traje algo de comida.

Yoan entro a la habitación y Alek giro al instante el rostro hacía él, elevo su brazo pasándolo por mis hombros e intento erguirse para protegerme con su cuerpo, sonreí no pude evitarlo, Yoan rodo los ojos dejando una bandeja con comida sobre la mesa.

—¿Debo dar nuevamente el discurso?, no quiero ni les haré daño, así que evita el moverte en exceso, ¿bien?, porque pase varias horas con mis manos en tu tórax salvándote la vida, así que no arruines mi impecable trabajo intentando matarme, porque número uno, no pondría resistencia y me harías un favor, número dos si te abres los puntos de seguro la mujer a tu lado no me deja ni morir tranquilo para que te salve de nuevo, evitémonos el dolor de cabeza innecesario y comportemos.

Alek me miro entre molesto y confuso, me levanto una ceja esperando reacción y yo solo eleve los hombros dejándome caer en la cama.

—¿Y tú quién eres? —Alek le dio una mala mirada, cuando Yoan se acercó a nosotros.

—Soy Yoan, es un gusto, ¿puedo ver? —señalo su pecho y Alek me dio una mirada rápida al igual que Yoan, le asentí con desgano, para que Alek le asintiera a Yoan quien desprendió la venda, me erguí para mirar la extensa cicatriz que bajaba por el pecho de Alek.

—¿Qué demonios?

Balbuceo entre sorprendido y aterrado, me miro exigiendo respuestas pero yo solo podía mirar la cicatriz y encontrarlo incluso más sexy, se me hizo agua la boca, saber que estuvo saboreando la muerte y volvió a mí, que el universo me dejo ser caprichosa devolviéndomelo y dándole la libertad a mi hermano, teniendo a los dos hombres que...a esos dos hombres conmigo.

—Tu corazón dejo de latir, tuve que abrir tu esternón meter mi mano y realizar masaje cardiaco, me disté bastante trabajo, pero de nada.

—No recuerdo habértelo agradecido.

—Ya entiendo porque te gusta, es igual de insolente que tú. —Me miro y yo lo señale en advertencia.

—¿De dónde y cómo se conocen? —Alek intercaló la mirada en nosotros y pareció bastante interesado en saber, incluso ignoro cuando Yoan limpio con un apósito sobre su herida y puntos.

—Bueno yo la traje al mundo—me señalo y vi algo de orgullo en su rostro— suture sus primeras heridas, ya sabes lo normal, raspones de bala a los siete, un par de cortadas, estuve con ella en su primer periodo y en sus cambios de humor, la controle cuando por un chiste malo intento cortarle la lengua a Erlick, en fin, si estas con ella he de suponer que conoces el caos que corre por sus venas, y respondiendo la primera pregunta, su madre me apuñalo en el hombro al despertar media muerta en mi consulta y bueno...dos años después estaba entre sus piernas escuchándola gritar mientras veía esa cabeza—me señalo— salir de su...

—Creó que ya entendió que me conoces de cría, no es necesaria tanta información...

—Oh pero no le conté, la forma en que me mirabas de adolescente, tu periodo hormonal y...

—Si ahora, mis hormonas se entrelazan con mis genes homicidas, así que cállate o te mato.

Lo amenacé con voz ronca, y él sonrió cubriendo la herida de Alek, para ver la de la metralla.

—¿Cómo se supone que te miraba?

—De una forma que termino con su padre dándome un par de amenazas y de pasos unos cuantos golpes también...

—Oh así que de esa manera. —Alek me miro y yo le rodé los ojos a los dos idiotas.

—En mi defensa, tu tenías doce años menos, eras simpático, agradable a la vista y no adolescentes estúpidos ni hormonales como mis hermanos, mi entorno era hermanos, padres y objetivos, eras el único que no encajaba...

—También estaba Aitor...

—Si pero él siempre estuvo atrás de mí y eso no era atractivo. —Le reste importancia sentándome en la cama para tomar un vaso de jugo que Yoan me acercó.

—No sabía que te gustaban los desafíos.

—Los desafíos siempre me han gustado, pero no por eso llamaran mi atención, me gustan las cosas difíciles, como persecuciones, objetivos u oponentes desafiantes, pero no soy de coquetear ni insinuarme sin obtener beneficio alguno, soy consciente de mi apariencia y estoy para que me alaben, no para alabar, así que las miradas era neta curiosidad e intriga.

Los mire a ambos guiñándole un ojo a Alek, para que los rodara chasqueando su lengua en negación.

—Toda una diosa, ¿no? —murmuro con hipocresía Yoan.

—¿Qué hora es? —pregunte mirando por la ventana.

—Casi media noche.

—¿Cuánto se supone que dormí?, no vi la hora cuando...

—Casi un día y medio, estabas tan cansada que no...

—¿Dormí todo un día?

—Sí, ¿Hace cuanto no dormías?, por un segundo creí que habías muerto pero solo estabas absorta en tu sueño...

—Maldita sea, debíamos contactarnos en veinticuatro horas...

—¿No has sabido nada de ellos?, ¿Salieron bien?, ¿Cuántas bajas hubieron?, ¿Airón...él...

—No lo sé—murmuré—quedé en contactarme con Iker en veinticuatro horas, pero asumiendo que llevamos casi cuatro días aquí, ya nos deben haber dado por muertos.

—¿Tienes como comunicarte con ellos?

—Puedo comunicarme, pero necesito un teléfono y una laptop.

Mire a Yoan quien asintió para ir por ellos, me quede unos minutos con mi mirada fija en su dirección, pensando, debatiéndome y cuestionando, ¿Si no llegaron?, ¿Si Noemí no logro salvarlo?, no quiero oírlo, no quiero volver a sentirme así...no lo soportaría...no de nuevo.

—¿Para que necesitas una laptop? —Alek toco mi espalda y supe lo que hacía, distraerme.

—Para desviar las coordenadas de la llamada, y cifrar el código que protege el sistema de mi casa gamma, esa es un poco más...de seguridad—lo miré arrugándole la nariz y me asintió enarcándome una ceja.

—¿Con túneles y esas mierdas raras?

—Claro que no—rodé los ojos—siempre dije que los túneles me parecían algo bastante prehistórico, es una casa normal, con puerta de entrada, cobertizo, estacionamiento, pero...

—Más protegida que tu casa alpha y delta, supongo.

—Más armada, probablemente te guste más que las demás, tiene zona de tiro, gimnasio, para practicar tiro de arco, un jacuzzi—lo mire y él me enarco una ceja— esa casa la diseñe pensando en Calu, siempre le gusto Islandia y pensaba regalársela pero—desvié la mirada dejando que mis palabras se silenciaran, Alek soltó un suspiro pesado y cuando iba a hablar sacudí mi cabeza, cambiando de tema— Ainhoa debe ser la más feliz ahora, Calu también era un nerd de esos de la computación, así que en esa casa abunda la tecnología.

—¿Construiste una casa para cada integrante de tu familia? —Alek me miro la nuca y mis hombros se relajaron en una respiración forzada.

— Mamá era holandesa, así que compré una propiedad frente al lago de Marken, ella solía contarme que los únicos recuerdos buenos que tiene de su infancia sucedieron frente a ese lago, papá era ruso —sonreí — alguna vez te contaré de él y su paso por la Bratva —se me infló el pecho de orgullo al recordar su historia— no he edificado nada aún, solo compre la casa que era de la familia de mi padre...

Me callé en cuanto Yoan llegó con la laptop y el teléfono, me senté mejor en la cama, mientras Alek y Yoan me miraban desde atrás.

—¿Y los demás? —me preguntó Alek con tono curioso.

—Erlick le gustaba el clima cálido, la playa, la arena. Hace un par de años hice un trabajito para la mafia yakuza, me ofrecían una suma millonaria a cambio de deshacerme de una pequeña organización que suponía ser una amenaza para ellos, trabajo fácil, puros principiantes, con el pago compre una isla en el mar Caribe, y llegando a Airón, a él siempre le gustaron las estrellas y las auroras boreales, así que compre un observatorio en Australia, que es donde mejor se pueden apreciar las estrellas...

—¿Y la tuya? —deje de teclear en el computador para mirar por encima de mi hombro a Alek, quien intercalaba su mirada en mí y en Yoan, quien intentaba darle de comer—¿Dónde está tu hogar Hela?

<<Aquí>>Pensé obligándome a sacudir la cabeza.

—Sinceramente no tengo un lugar propio, nací en Holanda, crecí en ucrania y he pasado mi infancia y adolescencia de país en país, siento una atracción por los países nórdicos, pero no tengo un lugar favorito en específico, creó que a todo país que he ido han intentado matarme así que no me he llevado muy buenos recuerdos.

Le regale una sonrisa forzada y tome el teléfono, para conectarlo a la computadora.

—Te gustaría Alemania.

—Conozco Alemania, y entra en la lista de partes donde intentaron matarme— murmure marcando el número de la casa gamma —espero no destruyeran mi casa...

Balbucee y mientras los pitidos del teléfono sonaban, yo teclee sobre el computador, Calu fue el que me enseñó a desviar las comunicaciones en momentos de riesgo o rastreo, me manejo en nivel básico, estas mierdas de tecnología me repugnan, por eso me niego a tener teléfono, te fríen el cerebro.

—Porque no responden—me tensé, la llamada se cortó y lo intenté una vez más. —La línea quedo en silencio y yo oí la respiración tras ella, espere unos segundos y hable. —Soy yo.

—¡Joder! —sentí maldecir a Iker y mi pulso se aceleró—Es Hela. —Aviso y yo transferí la llamada al computador, para que Alek escuchará junto conmigo. —¿Están bien?, dijiste veinticuatro horas, han pasado más de cincuenta, ¿Dónde están? como... ¿Están en las Malvinas?

Alek me miro y yo curvé una sonrisa, si funcionó, creí que mis habilidades computacionales eran asquerosas, parece que no.

—Veo que Ainhoa está disfrutando con su tecnología.

—¿Cómo esta Alek, Hela? —Lutza grito de forma acelerada provocando que rodara los ojos, mire a Alek y él sonrió.

—Todo bien, ¿Ustedes están...—no pudo seguir hablando porque Lutza se puso a llorar sollozando melancolías en alemán—Mamá...

—¡Lo siento bebé!, Es que...Iker dijo que te habían herido y pensé lo peor...

La línea quedo en silencio y Alek me miro esperando a que preguntara, pero...no podía, quería pero las palabras no salían, por temor a la respuesta, a que no fuera lo que esperaba, a que...

—¿Hela? —Noemí hablo y al sentir el temblor en su voz, mi pecho se apretó— Hela tengo que...

—No—negué apretando mi garganta— si me vas a decir que esta...

—Acaba de despertar Hela—la escuche reír y mi corazón se detuvo, el mundo se detuvo escuchando la risa y palabras de Noemí—la bala no daño su función motriz, sus heridas eran tratables, tuve que abrir su pecho perforaron su aorta y casi lo perdemos, pero sobrevivió, está estable, despertó y está preguntando por ti, ¿Qué le...

—Si está vivo...—Mi voz salió en un temblor que hizo callar a Noemí, Alek me dio un apretón en la mano y mi garganta ardió, al contener las lágrimas.

—Lo está Hela, lo está...

Deje que esas palabras recorrieran mi espina, inyectándome en euforia, estuvo así por minutos, hasta que eleve el rostro, respire con profundidad y volví a ser yo.

—¿Todos bien?

—Algunos más heridos que otros, pero, todos bien. —Alek soltó la respiración y yo asentí aunque no pudieran verme.

—Estamos a las afueras de Chernígov, a unos kilómetros del punto de encuentro.

—Iremos por ustedes.

—Les enviaré las coordenadas.

Iker me confirmo y yo corte la llamada, haciéndole llegar a Ainhoa las coordenadas con nuestra ubicación, la habitación estaba en silencio, cerre mis ojos rememorando todo lo que he vivido hasta el momento, maldiciéndome al recordar...

—Mierda, Ricardo...

—¿Ricardo?, ¿Quién es Ricardo? —Alek me miro confundido y yo salí de la cama para caminar al ventanal con mi pierna cojeando, busqué el auto y no lo encontré, demonios. —El dueño del auto, no lo recuerdas pero tuve que noquear a un sujeto para quitarle el auto, iba a matarlo pero me salió de lastimero con que tenía dos hijos, así que lo deje inconsciente y encerrado en el maletero del auto...por casi cuatro días, lo mate y esta vez sí fue sin querer.

Me resigne girándome a Alek para elevarle los hombros, Yoan soltó una risa socarrona y me negó.

—Se llama Rick, y está vivo, resulta que tiene buenos pulmones y lo escuche gritar, lo deje salir, le di comida, charlamos un rato y por un poco de dinero accedió a no ir a la policía.

—¿Y tú le creíste?, ¿Así de estúpido eres?

—Le di un buen incentivo Hela.

—Por buen incentivo supongo que lo amenazaste de muerte...

—Más bien dije que la Diosa de la muerte iría por él y sus hijos, así que, por como casi se mea encima, supongo que se fue lo más lejos posible de la estación de policía.

—Al menos tus años con nosotros te sirvieron de algo. —Me cruce de brazos asintiéndole orgullosa, él me sonrió de lado y sentí algo extraño en el cuerpo, como la necesidad de...abrazarlo...una sensación de hogar, de recuerdos, de mis padres, lo saque de mi mente desviando la mirada.

—Supongo que no tardaran en venir por ustedes, ¿no?

—Supones bien. —Le asentí mirando hacia la ventana, la distancia aérea entre ucrania e Islandia no es tanta, un par de horas a lo mucho.

—Entonces lo prepararé para movilización—señalo a Alek y él le frunció el ceño.

—Iré caminando, así que sácame estas mierdas porque...

—Ignóralo—mire a Yoan— haz lo que tengas que hacer.

—¿Ignóralo? —me reprocho Alek— ¿Crees que un par de heridas me mantendrán quieto?

—Un par de heridas—río con ironía Yoan—Muchacho tenías un pedazo de metralla incrustado en tu cintura, perdiste el bazo, he limpiado más de cinco veces mi piso y sigue saliendo sangre, la ocupe—me señalo— de banco de sangre, casi la deshidrato para que resistieras la operación, para que mencionar de todas las heridas que suture, el que tuve que meter mis manos en tu corazón, y revivirte, puedo seguir, porque me diste más de un problema y cuando perdió la consciencia por el neumotórax —me señalo— tu graciosamente encontraste que era el momento ideal para darme problemas, y crear hemorragias como desquiciado, casi los pierdo a los dos y eso hubiese sido mi primer fracaso en mi carrera medica...

—Bien, como sea, como es que puedes hablar tanto, es irritante. —Alek gruño malhumorado para dejar caer su cabeza sobre la almohada.

—Es su forma de conseguir lo que quiere—mire mal a Yoan— habla y habla hasta cansarte y hacer que aceptes lo que propone, carecíamos de paciencia, y él se encargaba de agotar nuestra dosis diaria cuando quería conseguir algo.

—Me gusta conversar, que seas poco sociable no es problema mío.

Se molesto cruzándose de brazos ofendido, pero sabe perfectamente que tengo razón, puede ser el hombre más callado del mundo si se lo propone, o hablar como si se hubiese metido tres líneas de cocaína y dos energéticas, irritante.

Comenzó a dar vueltas por la habitación, cambiando las maquinas que tenía Alek por unas portátiles, le saco la naricera con oxígeno y Alek se tocó el rostro con molestia, Yoan tenía un maldito hospital en su casa, veía maquinas, ampollas, material, de todo, por todos lados, nos empezó a dar indicaciones e irónicamente las de Alek me las decía a mí, y los cuidados para mis heridas se las decía a Alek, como si supiera que ninguno de los dos se cuida así mismo.

—Yoan—lo llame para que se callara—¿tienes un ecógrafo?

Me quedo mirando un par de segundos, entrecerró sus ojos y con algo de espanto bajo la mirada a mi estómago, el espanto aumento contagiándonos a mí y Alek, que palideció y por poco muere de nuevo.

—¿Estas...

—Que el infierno me salve, no— balbucee—¿Tienes un ecógrafo o no?

—Casi me infarto, si, si tengo un ecógrafo, ¿para qué lo necesitas?

—Bien, me lo llevaré, igual que a ti, así que prepara tu mochilita o que se yo.

—¿Disculpa?

—¿Te importa si me ducho?, para que pregunto, el baño está en esa dirección, ¿verdad? — Señale a la puerta en frente de mí y él me asintió confuso.

—Hela no puedo ir con ustedes, tengo que...

—Yoan no te pregunte si podías, dije que irías, necesito que hagas una consulta, que tus años de experiencia valgan de algo.

—No, lo siento pero no puedo irme, tengo que cuidar a mi padre, ni siquiera...

—Bueno, mete al viejo en un maleta y llévalo también, mientras no hable, ni moleste, no...

—Se llama Nolan, Hela, se más respetuosa con los adultos mayores. Y sigue siendo un no, sigues siendo la misma cría de doce años que jura el mundo funciona a su manera, no sigo tus ordenes, no puedes venir y...

—Por favor, Yoan, toma tus cosas, el ecógrafo, a tu padre y vengan con nosotros, serán un par de días y los traeré de vuelta.

Lo mire, ignorando la mirada de Alek, el "Por favor", los sorprendió a ambos, pero en este momento solo puedo recordar las palabras de Lutza, "La medico en la casa puede atenderse", Noemí no es médico, es una veterinaria que ama leer libros de medicina, confió en ella, y en su habilidad, pero Yoan tiene más experiencia, puede ir atender las heridas de todos, revisarlos, seguir con el tratamiento de Alek, revisar a mi hermano y hacerle la consulta obstetra a Noemí, incluso responder todas las preguntas de Axel, el que venga con nosotros no es una opción, tiene que, y listo.

—¿Tú... dijiste por favor? —le rodé los ojos, Alek murmuro un "Lo hizo", sorprendido, jodidos estúpidos—repítelo y aceptaré.

—Prepara tus cosas, antes de que tome esa fea corbata y te rompa el cuello.

—Ya decía yo que tu cortesía era falsa.

Murmuro desanimado y salió de la habitación, dejándonos solos, sacudí mi cabello sintiendo mi casco adolorido, me miro frente al espejo y de un movimiento me saque el polerón, para palpar los parches y ver como cubrirlos para ducharme sin mojarlos.

—¿Qué te paso en las costillas? —preguntó Alek, vi por el reflejo del espejo como intento sentarse, fracaso con un jadeo de dolor.

—No te muevas—advertí— mi pulmón colapso, supongo que Yoan metió un tubo entre mis costillas para filtrar el aire, otra linda cicatriz.

—¿Y no te duele?, tienes una venda en la nuca, espalda baja, la paleta derecha y en el hombro, ¿no te duele nada?

—Molesta, la sensación es similar a un pinchazo con un fierro caliente, pero el dolor es soportable, me duele más la pierna derecha, supongo que me gane un lindo disparo.

Lo mire por el espejo y él tenía su ceño fruncido, miraba mis heridas y luego las de él.

—Duele—murmuro— me duele todo el jodido cuerpo.

—Vaya, admites tus debilidades. Un grado más de confianza, interesante.

—¿Cómo es que a ti no te duele?, yo recibí el impacto de una metralla, sí, pero me están pasando calmantes y sigue doliendo, tú tienes por lo que veo un disparo en el hombro las costillas rotas, un disparo en el muslo y no sé cuántas heridas, la mitad de tu cuerpo esta morado, tu cabeza rota y dices, ¿no sentir dolor?

—Tengo una tolerancia más alta al dolor de lo normal, supongo que esas son las ventajas de crecer en mi mundo.

—Igual que Airón, ¿no?, estaba en peor condición que Darina y él ni siquiera tembló al caminar hacia ti, supongo que la fuerza va en la sangre...

—Supongo...—Murmure, la puerta volvió abrirse y Alek dirigió la mirada a ella de golpe, Yoan entro como si nada, me miro un par de segundos, segundos suficientes para que Alek lo mirara mal.

—Si te bañaras trata de no arruinar mi gran trabajo—señalo mi pecho y Alek carraspeo en un intento de llamar la atención.

—Esta sin polera, por si no te has dado cuenta...

—Me di cuenta—me miro de pies a cabeza, pensando—te pondré un protector en las vendas para que...

—Ya se lo pondré yo, sal de aquí.

Alek señalo la puerta y Yoan elevo las cejas con asombro, para mirarlo de forma retadora, yo suprimí la sonrisa al ver la reacción de Alek, no pude evitarlo.

—Deja que el hombre haga su trabajo Alek—me encapriche al ver su ceja alzada— aparte no es como si no haya visto nada de esto antes, ¿cierto Yoan?

Le dediqué una mirada seductora y no pude evitar el recorrerlo y sin querer morderme el labio inferior, provocando que el hombre en la cama se alterará e intentará no demostrarlo.

—No es la primera vez que me toca meter mis manos en tu pecho para salvarte así que, se podría decir que... ¡Eh muchacho baja eso!

Alek alcanzo el cuchillo de la fruta e hizo el intento de lanzárselo a Yoan, pero él sabiamente reacciono antes y se lo quito, presionando sus manos en los hombros de Alek manteniéndolo quieto.

—Como le sigas mirando las...

—Voy a detenerte justo ahora—sonrió Yoan moviendo sus manos para intentar calmarlo—soy un hombre de cuarenta y siete años, vivo en una granja en medio de la nada, con mi padre que es un viejo, estoy soltero y tengo como siete gatos, espero saques tus propias conclusiones. —Alek lo miro aún más confundido y en cuanto me reí se giró para mirarme de mala manera.

—No deberías preocuparte por la forma en que me mira, más bien preocúpate por cómo te mira a ti...

Eleve los hombros y Yoan sonrió, gire para meterme al cuarto de baño pero alcance a escuchar el "Aleja tus manos de mí", de Alek y la risita de Yoan.

—Muchacho no te ofendas pero no eres mi tipo, me gustan un poco menos toscos y agresivos.

—Te vi mirándole las tetas a mí no me engañas.

Rodé los ojos cerrando la puerta a mis espaldas, claramente seguí escuchando su pequeña discusión hasta que me saqué la ropa y me metí dentro de la ducha.

[...]

—Papá bolita no puede venir con nosotros...

Yoan correteaba tras el viejo y yo me arrepentí del haber aceptado que viniera, pude haberlo encerrado en una habitación con un platito de agua y comida y llevarme solo a Yoan.

—Está bien, lo entiendo, ¿pero y rulitos?

Yoan maldijo en ucraniano y siguió quitándole los gatos a su padre, no los había visto antes, pero si tiene varios gatos, de diferentes colores pero todos obesos.

Alek estaba a mi lado en la camilla de brazos cruzados e irritado con el mundo, ambos en silencio viendo el espectáculo que Yoan y su padre armaban.

—Papá escucha, iremos en avión, rulitos, ni bolita nos pueden acompañar porque...

—¿Bigotes?

—Que mierda de nombres—se burló Alek— Falta calcetín o copito, ¿no?

—¿Pueden ir? —El papá de Yoan miro a Alek con ilusión y algo en su mirar me dijo que él no estaba del todo cuerdo, en realidad me había dado cuenta desde que inicio a discutir por la ropita de los gatos, pero supongo que ahora me lo confirmo, Alek bufo irritado e hizo el intento de mover la camilla para irse.

—Siéntate, ¿de acuerdo?, ya deben...

Sentimos el motor de un avión retumbar de forma brusca sobre nosotros y vi los árboles moverse con fuerza, incluso comencé a oír como, la casa crujía.

—¿¡Que es ese ruido Yoan!?—su padre grito y casi lo vi salir corriendo, si no fuera porque Yoan lo sostuvo, clame a la paciencia para caminar hacía la puerta—¡No salgas chiquilla el viento te llevara! —me grito y me vi blanqueando los ojos por onceaba vez en los último diez minutos.

Abrí la puerta para ver como Sora aterrizaba a unos metros de la casa dentro del terreno de Yoan, una vez en tierra la compuerta bajo y mi corazón se aceleró al ver que Adam bajaba junto a Iker, Adam tenía un brazo inmóvil y vendas en su cabeza y nariz, pero estaba bien, vivo.

Vi algo parecido a una sonrisa cuando quedo de pie frente a mí y de manera torpe y extraña paso su brazo libre por mis hombros para darme un corto abrazo, el crío me saca cabeza y media, y a decir verdad llega a ser menos incomodo que los brazos irritantes de Akim.

—Tardaron—me aleje de Adam mirando a Iker, quien miraba a su alrededor con la mano tocando su pistola.

—Hubo un par de discusiones para ver quien me acompañaba.

—Supongo que Akim estuvo involucrado.

—Supones bien, ¿De quién es la casa? —me pregunto y en cuanto sintió pasos a mi espalda desenfundo la arma direccionándola por encima de mi cabeza a Yoan, quien soltó un bufido pesado y negó con cansancio.

—La casa es mía, y sería bastante agradable que me saludaran de otro modo, no con armas ni amenazas. —Los señalo y me di cuenta de que Adam también lo apuntaba, aunque no tan directamente como Iker.

—¿Quién es este? —pregunto asqueado Adam.

—¿Este?, ¿Cuántos años tienes niño?, ¿Veinte?, deberías tenerle un poco más de respeto a tus mayores...

Adam me miro con mala cara y dando un paso al lado lo deje pasar, llego directo donde Alek estaba, preguntándole que quien era el viejo y porque metía un gato a la mochila.

—Iker, este es Yoan, vendrá con nosotros...es un...viejo conocido.

—Me insulta lo de viejo y soy más que un conocido, pero en fin, qué más puedo pedir, ¿nos vamos ya? —Se puso de manos en cadera mirando a Iker, quien vestía de un pantalón tipo militar, polera entallada y aun no se dignaba a guardar su arma, Yoan lo recorrió con la mirada y vi un brillo particular en su mirar, negué sacando de mi cabeza esas secuencias de imagen, "Asco" pensé, pero no está mal.

Iker paso por un lado de Yoan y él muy descarado se le quede viendo el trasero, lo juzgue con la mirada y él me elevo los hombros restándole importancia, para mirar la sala, Adam revisaba a Alek y este hacia exactamente lo mismo, Iker miraba su entorno de forma desconfiaba y yo salí del transe al escuchar el grito de Yoan.

—¡Mis hortensias! —me chillo en el oído haciéndome brincar, señalo el patio y el avión estaba sobre sus queridas hortensias.

—No entiendo como pude encontrarte atractivo de cría. —le negué de forma cansada y me encaminé a Alek, para con Iker y Adam lo moviéramos por la sala hasta sacarlo de la casa.

—Podría atarte los pies a la camilla, como para devolvértela.

Adam lo miro de forma burlona y Alek lo ignoro rodando los ojos irritado, parecía un niño cruzándose de brazos en modo berrinche, Yoan traía las maquinas junto a Iker y su padre, quien se despidió de cada mueble de la casa y los gatos antes de salir, cerrar la puerta y claro, despedirse también de la puerta.

Subimos al avión, nos preocupamos en asegurar a Alek, para prepararnos para el vuelo.

—Este avión es muy bonito jovencito. —el padre de Yoan se sentó a un lado de Iker y él casi se infarta al verlo mirando el panel de control.

—¿Jovencito?, ¿Y este quien demonios es Hela?

Se giro para mirarme, pero no llego a mucho porque no sé como pero el padre de Yoan saco una varilla dándole un varillazo en el hombro, Iker dio un brinco y desenfundo el arma, ganándose otro varillazo esta vez en las manos provocando que soltara el arma.

—Primero, cuida tus modales conmigo muchacho, segundo no saques un arma si no piensas ocuparla, te quita autoridad y te hace ver como un arrogante estúpido.

—Qué demonios...

Balbuceo sorprendido Iker sin dejar de ver la varilla que le apuntaba al rostro, lo miraba con clara molestia y amenaza punzante, fui testigo de cómo Iker elevo las manos de forma pacífica, para que el padre de Yoan sonriera y bajara la varilla se volteara, sacara una caja de jugo de su bolso y comenzara a beber de ella de lo más tranquilo, mire a Yoan medio entre pasmada y confundida y él soltó un suspiro sonoroso y negó para seguir acomodando los cables de Alek, todos estaban igual de sorprendidos que yo.

— Iniciaremos despegue —murmuro a la defensiva Iker, mirando de reojo al padre de Yoan, que se acomodó en el asiento para mirar por la ventana.

—El viejo me agrada. —Adam murmuro con su labio curvando en una sonrisa maliciosa y puede que le asintiera, tiene pelotas, de eso estoy segura.

Tres horas después nos estábamos preparando para aterrizar cuando...

—¿Qué es eso? —Adam giro su rostro y yo lo seguí viendo una bola de pelos gris pasar corriendo por debajo de los asientos del avión. —¿Es una rata?

—Oh no puede ser—murmuro Yoan siguiendo nuestra mirada—¿Trajiste a bolita papá?

El viejo se hizo el sordo, obviamente le convenía no escuchar esta vez, Iker aterrizo y Yoan fue por el gato, era una bola de grasa y pelo, ronroneo en cuanto lo tomo, no pase por alto la cara de asco de Alek, era una mezcla de asco y algo de espanto, interesante reacción.

—Papá te dije que no podías traer a bolita...

—Oh bolita, como llegaste aquí...—el padre de Yoan se puso de pie ignorando las palabras de su hijo, le quito al gato besando su cabeza—gato travieso—murmuro en reproche, haciéndose el inocente.

Iker abrió las compuertas con un suspiro sonoroso, murmurando un "No es mi problema, no es mi casa" se bajó cargando un par de bolsos de Yoan y maquinas, claramente apenas las compuertas tocaron el piso escuche grititos eufóricos.

Adam se encargó de bajar a Alek, porque aunque quisiera, mis manos tiemblan débilmente a causa del dolor, Yoan tiro de las máquinas y yo ayude con un par de cables, mientras que su padre bajaba con el gato, mirando maravillado a su alrededor, un viento fresco me pego en la nuca cuando toque tierra firme, mire a mi alrededor absorbiendo el aire, la casa Gamma esta frente al mar, así que es un poco más fresco pero sigue siendo reconfortante y cálido.

Gire para ver la casa y una débil sonrisa apareció en mi rostro, Calu tenía una obsesión por los ventanales, le encantaban, siempre reclamo porque en casa no habían suficientes, le gustaba observar las calles, era una vieja chismosa de primera, así que esta casa en específico esta echa completamente de ventanales, el techo es de vidrio, las paredes, todo, respire profundamente siguiendo con mi camino, viendo a Akim bajar del pórtico con muletas y ambas piernas vendadas.

—¿¡Que te paso!?—chilló al ver a Alek en la camilla, se acercó a él dejando las muletas de lado para abrazarlo, Alek se quejó y por poco empujo a Akim para alejarlo de él, digo por poco ya que se me adelanto Adam—Hermanito creí que habías muerto, te he echado tanto de menos que no te imaginas en el infierno que estoy...

—Akim, los cables—Alek tiro su brazo y Akim reacciono alejándose de la camilla, le estaba tirando los cables y seguro debía dolerle.

—¿Por qué estás en una camilla?, ¿¡Perdiste las piernas!?—Akim chillo aumentando mis ganas por darle un tiro, Alek obviamente le negó pero el muy testarudo no quedo tranquilo hasta que le manoseo las piernas asegurándose de que estaban intactas, toco más de lo debido, debo decir—¿Entonces que tienes, porque... ¿Quiénes son estos?

Se dio cuenta de la presencia de Yoan y su padre y los señalo confundidos, vi por reflejo como el viejo intento sacar la varilla pero Yoan lo detuvo a tiempo, sonriendo de manera forzada.

—Le salve la vida a tu hermano, él es mi padre y...

—¡Un gatito! —Akim sonrió como un crio dando brincos con sus muletas hasta el viejo quien se corrió antes de que pudiera tocar al gato.

—Llevo menos de diez minutos aquí y ya quiero irme—susurre en negación para voltearme y ver en la entrada de la casa a Lutza, Noemí, Axel y Ainhoa, la primera lloraba viendo a Alek, no se acercaron, nos miraron de lejos y lo agradecí, quiero entrar luego, antes de que el viejo se escape al mar y muera.

Akim siguió intentando tomar al gato, mientras que Adam empujaba la camilla de Alek llevándonos adentro.

—Cariño...—Lutza lo abrazo soltando pequeños sollozos y Alek de forma incomoda le acaricio la espalda, fue una ronda de abrazos y palabras reconfortante que duro varios minutos, mientras que yo estaba quieta, en mi lugar, mirando la casa, sintiendo...sintiendo un vacío.

—¿Yoan? —giré al escuchar la voz sorprendida de Noemí, miraba a Yoan y por primera vez lo vi sonreír de forma genuina.

—Mira nada más como estas de grande chiquilla. —se acercó a ella dándole un cálido y fraternal abrazo, que duro varios segundos, llamando la atención de los demás, que al parecer acaban de notar la presencia de esos...un momento, ¿Dónde demonios está el viejo?

—Han sido años sin verte...estas...estas tan...

—¿Viejo? —le enarco una ceja a lo que Noemí negó.

—Cambiado—corrigió.

—Estoy más viejo, no debes camuflarlo.

—Puedo preguntar, ¿Quién eres? —Axel lo miro con desconfianza y Yoan sonrió para mirarme.

—Primera persona que no me apunta con un arma, ni me dice este, es un gusto muchacho, soy Yoan y él es...—se giró y se perturbo al no ver a su padre—¿Dónde demonios...

Cerró con fuerza sus ojos al girarse y mirar por sobre mis hombros, lo hice también, para ver que el viejo salía de la cocina con un tazón de café y se sentaba tranquilamente en mis sofás de felpa, junto con su gato pulgoso.

—Él es Nolan, mi padre—negó avergonzado.

—¿Y porque está aquí? —murmuro Ainhoa dirigiendo su mirada a mí.

—Yoan es médico cirujano, lo traje para que los revisara a todos, —mire a Noemí— no es que dude de tus habilidades, pero necesitas descansar, delegar y dejar que te atiendan, aparte seguirá el tratamiento de Alek y quiero que...

Oí la voz de Aitor y mi pulso se aceleró, precisamente por el nombre que menciono, no me gire, claro que no lo hice, pero si sentí los pasos y los pequeños golpeteos contra el muro, Noemí se giró todos lo hicieron para mirar por sobre mis hombros pero yo estaba congelada.

—Mocoso da media vuelta y...

—¿Hela? — Me tensé, cada musculo de mi cuerpo se tensó, un sudor me recorrió la espalda y mis bellos se erizaron, cerre mis ojos suplicando, "Por favor repite mi nombre", repítelo. —He...Hela...

Murmuro y su voz tan gruesa, ronca y baja hizo dar brincos mi corazón, creí que ya nunca más oiría su voz, que nunca más escucharía mi nombre salir de sus labios, me gire con lentitud, y casi me desmorono al verla, con un pantalón de buzo y una camisa de dormir abierta, con un parche cubriendo la mayor parte de su pecho, lo detalle como él a mí, está más alto, su cabello más largo, tiene cicatrices nuevas, llegue a su rostro, y sus ojos, la copia de los míos, su carita, su respiración, sus latidos, está vivo, vivo.

—Zus—murmuro.

<<Hermana>>

Solté la respiración y de dos pasos quedé de pie frente a él tuve que elevar el rostro para mirarlo a los ojos, detallando con más precisión, cerrando los ojos recordando al niño pequeño, sin tantas cicatrices, sin el sufrimiento, mi mano fue a parar a su mejilla y el calor que sentí invadió mi cuerpo, Airón cerró sus ojitos disfrutando de mi contacto, joder llevaba tanto tiempo sin tocarlo, sin sentirlo, sin sentir realmente que estaba conmigo.

—Ya eres libre hermano.

Sostuve ambas mejillas y murmure mirándolo a los ojos, soltó la respiración de forma pesada y me tiro de los hombros, me estremecí, todo mi cuerpo tembló bajo el suyo, llevaba años sin abrazarlo, sin que pudiera abrazarme, enterró su nariz en mi cabello respirando profundamente y yo ate mis manos a su espalda recordando este momento, dejando que su piel quemara la mía, "Esta conmigo", "No lo perdí todo" me repetía, escuche su latir irregular, su respiración, su aroma.

—Me dijeron que habías muerto, yo...yo te vi morir, creí que eras...

—Volví por ti, pero me hicieron creer que habías muerto, creí que—me alejé de él tocando su rostro sin poder evitarlo, cerciorándome que era real, no un sueño—pude escapar—murmure—perdón por no haber ido por ti antes, cuanto siento...

—No interesa, estas viva—apoyo su frente sobre la mía y susurro en neerlandés— no te disculpes, nada de esto ha sido tu culpa.

Solté una sonrisa triste y él tomo mis mejillas dejando un beso sobre mi frente, miro por sobre mis hombros poniéndose incomodo, lo note, por como tenso sus brazos sobre mi cuerpo.

—¿Quiénes son? —me pregunto sin dejar de mirarlos, note como saltaba a Noemí, Aitor y Yoan, solo miraba a los desconocidos para él.

Akim llego con solo una muleta y con estúpidamente una escopeta en la mano, Airón tiro de mis hombros, poniéndose en frente de mí, sin desviar la mirada de Akim, solté un quejido por el repentino movimiento y la fuerza que tuve que poner en mis pies para no caerme.

—Hela...—Advirtió Airón sin desprender la mirada de Akim, que idiotamente seguía mirando el cañón de la escopeta con el dedo rozando el gatillo, es ahora donde me pregunto, ¿Cómo demonios sigue con vida?

—Relájate...

—Que baje el arma y me relajaré.

Señalo a Akim y al instante todos quienes estaban a la defensiva se giraron para ver a Akim, quien noto la mirada y sonrió mirando a su alrededor.

—¿Dónde está el viejo?, dijo que me dejaría tomar al gato a cambio de un rifle. —Airón giro la cabeza para mirarme con el ceño fruncido en un "¿Y estos idiotas?", solté la respiración de forma pesada y negué.

—Son los Schneider, Airón, ellos son...

—Los que te dieron la libertad, entiendo, ¿los demás?

—Soy Iker Santos—se presentó y Airón elevo las cejas asintiendo— mis hijos, Ainhoa y Xavier.

Airón desvió la mirada a Lutza y ella ya lo estaba mirando con la cabeza ladeada, miraba el rostro de mi hermano poniéndolo tenso, se centró en sus ojos y luego en mí, nos analizó a ambos.

—Es Lutza, la madre de los engendros —hice un círculo con mi dedo señalándolos y ellos me rodaron los ojos, Lutza dio un paso hacía Airón y el retrocedió tomando mi mano para hacerme retroceder de igual manera. —está bien Airón—le susurre—no te lastimaran.

—¿Cuál es? —pregunto de forma tan directa que casi vomito mi corazón, Lutza detuvo su caminar hacía Airón, para entrecerrar los ojos algo confundida, Airón me miro esperando respuesta—Te hice una pregunta Hela.

—Desde cuando tú me exiges a mí.

—¿Lo averiguo por mi cuenta?

—Sería interesante pero...

—¿Cuál de ustedes se acuesta con mi hermana? —Mi boca se abrió con sorpresa y sentí como mis mejillas se calentaban por la vergüenza, Airón los miro y yo vi varias sonrisas burlonas, en específico de Akim, pero ninguno respondió, inteligente y estúpido a la vez, nos deben temer en la misma medida.

—¿Tú no deberías estar en cama?

—Me dejas un segundo más con Aitor y lo asesinaré, creí que Erlick lo había matado, ¿me explicas porque sigue vivo?

—Las cucarachas son duras de matar—le eleve los hombros y evite a toda costa mirar en otra dirección que no fuera mi hermano—por lo que supe tus heridas eran graves, deberías estar en cama y...

—Estuve cuatro días en cama, ya no duele...

—Uno peor que el otro—murmuro Noemí ganando la atención de Airón, quien la miro de pies a cabeza detallándola, como si fuera primera vez que lo hacía, pero supongo lo ha hecho cada que la tiene cerca.

—Sigues metiéndote en líos que no te competen, ¿no aprendes verdad?, supongo que el crío es de alguno de estos, ¿no? —Señalo el vientre de Noemí, para posterior a todos los que nos rodeaban.

—¿Cómo...—Noemí toco su vientre y lo miro confundida—¿Cómo sabes que estoy...?

—Te tocas el abdomen a cada cinco minutos, te he escuchado vomitar, y cada que me revisabas las heridas evitabas mirarme a la cara, ¿Vergüenza o miedo? —le enarco una ceja y yo sonreí sin poder evitarlo, es algo que hacemos sin querer, nos enseñaron a analizar nuestro entorno como una necesidad vital, como respirar.

—Nerviosismo—respondió Noemí bajando la mirada.

—¿Por aceptarlo o decírmelo? —Noemí lo miro y Airón seguía analizándole el rostro, apuesto que espero días para enfrentarla, como yo, sabe y conoce la historia entre ella y Erlick, formo parte de nuestra familia mucho antes de su relación con nuestro hermano, pero lo que tuvieron, fue caótico y desbordante, honestamente nunca creí que la vería con otra persona.

—No lo sé, por ninguna, creó, joder mocoso no intentes perturbar mi mente para hacerme hablar, funcionaba cuando eras un crío ahora...

—¿Quién es?, el del gato, el con cara de disgusto, el asustadillo o el invalido. —ahora si mi sonrisa se ensancho y no pude evitarlo, más bien no quise evitarlo.

—¿El con cara de disgusto? —pregunto Adam ofendido, no tuvo que ni señalarlo Airón para que él solito supiera que hablaban de él.

—Voy por descarte —la miro Airón— el del gato no deja de mirarle el culo a la rubia, así que a menos que te gusten los imbéciles, él no es...

—¿Los imbéciles?, oye ¿Quién demonios...

—El con cara de disgusto, puso mueca de horror al mencionar al crío, así que lo descarto, ahora estoy entre el invalido y el asustadillo, sigo, o me dirás quién es el padre...

—El asustadillo—Noemí movió sus manos con cansancio y Axel la miro con clara traición—Digo Axel—se corrigió sonrojándose.

—Así que Axel—Airón se cruzó de brazos, remarcando cada uno de sus músculos y altura.

—Airón—advirtió Noemí— no lo...

—Sabes Axel, que en mi tiempo en ucrania, escuche cientos de veces tu apellido y la forma en que los asesinarían una vez dieran con ustedes, cada una peor que la otra—lo miro con aburrimiento, me cruce de brazos mirándolo de la misma manera, disfrutando este momento—Eres consciente de ello, ¿no? —Axel no asintió y eso pareció irritar a mi hermano menor que dio un paso al frente poniendo a la defensiva a todos, menos Adam que estaba igual de maravillado que yo— cuando pregunto me gusta que me respondan, Axel...

—Respóndele—Noemí le dio un codazo a Axel obligándolo a reaccionar.

—¿Eh?, digo, sí, si soy consciente de eso, pero...

—Entonces si eres consciente de eso, también lo eres que ese crío llevara tu apellido—señalo a Noemí— por ende es otro nombre en la larga lista de quienes lo quieren muertos.

Noemí le dio de nuevo un codazo y Axel tartamudeo nervioso antes de responder.

—Lo sé, lo sabemos—metió al resto en la conversación, donde Akim le negó en un "Estas solo en esto hermanito"— pero como le dije a Hela, no dejaré que nada le pase a ella ni al bebé, los cuidaremos...

—Si, más te vale cuidarlos bien...

—Eso... ¿Me estas amenazando? —Axel le enarco una ceja cruzándose de brazos y Noemí bajo la cabeza en una negativa, solté un suspiro y vi como de tres pasos Airón quedaba de pie frente a Axel, Adam, Akim e incluso Iker tocaron sus armas y yo les di una advertencia con la mirada.

—Tómalo como quieras, no me interesa. Solo ten en cuenta, que esta mujer es como una hermana para mí, y ya he perdido bastante gente como para añadir un nombre más a la lista. Si está aquí es por ti, no por Hela, así que si algo les pasa, te responsabilizaré a ti.

Axel no le desvió la mirada, incluso cuando sé que quiere hacerlo y así sin notarlo gano un poco de aprobación e interés de Airón.

—Lo repito, no dejaré que nada les pase, y a ella ni a mi hijo. —recalco las palabras con su tono de voz serena y diplomática, Airón lo miro un par de segundos más, asintió y desvió la mirada a Noemí, mirándola de pies a cabeza.

—Era vergüenza —le susurro— no nerviosismo, y a decírmelo. Con Erlick o sin Erlick sigues formando parte de mi familia.

—No es...—Airón ladeo la mirada y ella se calló, desviándola.

—Ahora entiendo, por eso es tu protegido, si es la versión masculina tuya—Akim me señalo, para después mirar a Airón— tú—lo señalo—me agradas.

Airón suspiro de forma pesada y me miro, miro a Akim y luego negó.

—Airón ya déjalo después...

—Oh ya veo—me enarco una ceja, deteniéndose en Adam, lo miro de reojo y cuando sentí que estaría en lo erróneo se giró a Alek que miraba todo de una forma bastante aburrida—Interesante—murmuro, analizándolo.

—Bien es suficiente toda esta mierda de sobre analizar a todo el mundo—me puse en frente de Airón desviando su atención— vuelve a la cama, Yoan revisará tus heridas, Aitor te preparará algo de comer y...

—¿Por qué lo escondes de mí? —se inclinó susurrándome sobre la nariz— no es vergüenza, ni temor, ¿Entonces qué?

—No me analices a mí Airón, si no quieres que juegue con tu mente...

—Así que la Diosa tiene ansiedad— dio un paso hacía mí haciéndome retroceder robándole un suspiro impresionado a media sala— es primera vez que te veo ansiosa Hela, no sé si es bueno o malo.

—Alucinas. —sonrió, alterándome.

—¿Lo hago? —se inclinó y lo desafié con la mirada, sus ojos brillaron aceptando el reto— puede que lo haga, que el nerviosismo en tus palabras y la ansiedad a en tu voz sean secuelas del encierro, pero... ¿Qué pasa con tus manos Hela?

Me tiro la muñeca y sin pensarlo reaccione, tire de mi mano, tomando la suya y cuando la doble, hizo presión contraria, enredando sus piernas con las mías, paso su mano por mi nuca sosteniéndome, evitando el que cayera al piso.

—Tiemblas.

—No me provoques Airón, estas herido, y sabes que yo no sé controlarme. —me chasqueo la lengua con una sonrisa cabrona.

—He estado peor.

Me soltó y antes de que pudiera caer al piso, lo tire de la mano, me hinque callando el dolor de mi cuerpo, y me gire para envolver mi mano por su cuerpo, clavar mi pierna en su rodilla y cuando estaba por tirarlo al piso, me tiro de los hombros con tal fuerza que pase por el suyo cayendo sobre el sofá espantando al viejo, se me corto la respiración, por el dolor en mis músculos, Airón me sonrió con suficiencia y girando en el sofá me puse de pie para quedar frente a él estirando mis manos para ganarme en posición de pelea.

—Aunque es un espectáculo digno de ver, los detendré—Yoan paso por en medio de los que se acercaban a ver, pero Airón no despegaba la mirada de mí y eso me irritaba— se te abrieron los puntos del hombro—me señalo— y tú si no tienes cuidado se te...

—Deja de mirarme así Airón.

—Dime a que le temes entonces. —Ignoramos a Yoan, incluso cuando seguía hablando y mirándonos.

—A nada.

—Basura o gladiador.

Me preguntó obligándome a retroceder, no desvió la mirada de mí, y yo recordé, esas veces donde lo llevaba conmigo, las veces que me acompaño a las peleas callejeras, la forma infantil que tenía de preguntarme, si eran verdaderos oponentes, o unos simples debiluchos, ¿Basura o gladiador?

—Gladiador. —admití, para que al fin, dejará de mirarme así, detesto que lo haga, porque es como verme en un espejo, su mirada caída, ojos atentos, cejas relajadas, pero expresión calculadora, es como si viera dentro de mi alma. —Tengo mi motivo Hela. —me recordó y le rodé los ojos.

—Cumpliré tu capricho después.

—Más te vale.

—Nos explican, ¿Qué pasa? —los dos en sincronía guiamos la mirada a Akim, quien sacudió el gato como si fuera un juguete.

—¿Basura?

—No del todo. —me asintió cruzándose de brazos, note como los miro a todos, excepto a Alek, y él parecía realmente fascinado viéndonos a los dos—¿No tienen nada más que hacer?, ¿informarnos de nada? —hable irritada y parecieron reaccionar.

—Hubieron cientos de bajas, pero aún así Chavdar perdió más que nosotros—informó Iker— nos doblaban en número y aun así salimos victoriosos.

—Chavdar logró huir, no intacto, pero si en una pieza—me informo Ainhoa—salió por tierra, junto a Darina.

—Entonces no salimos victoriosos, no del todo, tenemos a Airón, pero Chavdar sigue vivo, y por su necedad ahora sabe que se aliaron a mí —mire a Iker— ¿Sabes lo que eso significa?

—Lo tenía previsto Hela, mi gente en España esta enterada de la situación, reforzaron la seguridad y...

—No me refería a tu seguridad, me refería a la nuestra. —lo mire mal— si te quedas, seguirás mis reglas, no me interesa, quien eres ni el poder que supones tener, acatas mis ordenes o te jodes.

—No me quedaré mucho tiempo, debo volver a...

—Aun no termino—lo detuvo—puedes quedarte el tiempo que quieras, te lo debo, pero una deuda no quiere decir que seré permisiva. Sin llamadas, pueden rastrearlas y llegar a nosotros, sin ir y venir, pueden seguirte y llegar a nosotros, esto es tanto para ti, como para los hombres que están a tu cargo, preferiría que se deshicieran de toda la tecnología que cargan, pero es una discusión que no me apetece tener, Ainhoa hackeara cada uno de los dispositivos de tus hombres, no me interesa su privacidad, pero no me fio de ellos, cada que hagas una llamada se lo harás saber a ella, quien se encargara de desviar la ubicación satelital, ¿Entendido?—me asintió de mala gana— el día que desees irte, los escoltaremos, supongo que se quedaron sin bombarderos, así que como agradecimiento el B12 es tuyo...

—No me hace falta—me respondió al instante, incluso cuando Xavier abrió tan grandemente sus ojos que casi se le salen— no participe en esto por dinero, te lo debía por...

—No pregunte si te hacía falta, acéptalo y listo.

Me miro con clara molestia, pero no estoy a pie de discutir, él fue el que tuvo todas las bajas, perdió a muchos hombres para que yo recuperara a Airón.

—De acuerdo, pero llegada mi partida, me lleno a Ainhoa— la miro y al instante Akim se giró hacia él.

—¿Qué?, ¿Por...por qué? —pregunto pasmada.

—Tú deber es en España, no aquí, aparte, ellos no te necesitan, ya tienen a Hela y Airón. Tú deber es servir a tu mafia.

Iker sentencio y Ainhoa abrió su boca con ofensa, se giró para mirarme en busca de apoyo y un claro, "Si nos hace falta", pero no me conoce lo suficiente si cree que pelearé sus batallas, le di una mirada significativa, recordándole, "Dos opciones"

—No voy a...

—No está a discusión Ainhoa, cállate y acata las ordenes que...

—No—apretó sus puños girándose a Iker— es mi decisión y decido quedarme.

—¿Quién ha dicho que es decisión tuya? —Iker la miro molesto, mientras Xavier murmuraba un "No aquí" —renegar de tus responsabilidades es igual a desertar, no seas una cría arrogante y caprichosa, no te quedaras por...

—Seré una desertora entonces —elevo sus hombros— no volveré a España Iker, no me interesa ser la tercera al mando, se me fue arrebatado lo que por derecho es mío solamente por tener ovarios. No me necesitas, solo quieres que haga el trabajo sucio por ti, cuando ni siquiera tus hombres me respetan. Me quedo, donde mi opinión si es válida, donde mis conocimientos son aprovechados y donde me dejan decidir—Ainhoa hablo con tanta seguridad que mi corazón dio un latido de orgullo.

—¿Es eso?, ¿Necesitas más atención?, desertas por necesidad de poder, que desa...

—Ainhoa ya decidió Iker—lo frene antes de que soltara estupideces— se queda porque lo desea, y en vez de menospreciar a tu hija, hazle ver a tus hombres que a una mujer con poder se le respeta, no pisotea.

Iker me miro de forma amenazante, no llego a robarme ni un poco de calma, esas miradas las recibo a diario, Airón ladeo la cabeza a mi lado mirando de la misma forma a Iker, si Ainhoa desea quedarse, lo hará, si la obliga a irse, sabrá que por muy agradecida, la decisión de una mujer se respeta.

Fueron los minutos más tensos sentidos a mi alrededor, tensó el ambiente, porque yo ni un poco, pero los demás no pudieron soportarlo, al menos no Yoan, que comenzó a murmurar cosas sobre que llevaría a Alek a una habitación para que estuviera más cómodo a lo que él respondió, "Pensé que me dejarían de decoración"

Noemí señalo los pasillos con la cabeza para que Airón se volviera a su cama, se negó, lo regañe, se volvió a negar, me desafío, pero termino aceptando malhumorado.

Un día, bastante caótico. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro