Capítulo 52
Akim Schneider.
Tome el fusil de asalto viendo si el cargador estaba completo, calibrándolo y apuntando a nadie en específico, me gire para ver a través de la ventana visualizando a objetivos a distancia, hombres de Iker, apunte a sus cabezas y baje el arma antes de cometer una estupidez, junte cargadores, con mis manos sudando.
Rubia estúpida, ella y su habilidad informática terminaran volviéndome loco, ¿nadie más puede hackear el sistema de una mafia?, ¿acaso nadie más sabe hacerlo?
Mire el escritorio lleno de armas, granadas y cargadores, estaremos bien, me repetía, una y otra vez, no dudo de sus habilidades ni las mías, pero si nos ponemos en peligro no sé si reaccione como una persona coherente, no si su vida está en jodido peligro, no si tiene una puta fascinación por ser la jodido heroína, rubia estúpida.
———Sabía que estarías aquí. —Di un brinco dejando el arma en el escritorio para girarme a la puerta y ver a mamá entrando a la oficina de Hela, con una media sonrisa y abrazos cruzados, mire las armas y pensé en excusarme diciendo que eran de Alek, que yo no tomaría esas cosas cargadas por el diablo, pero a quien quiero engañar, si con ella practicaba tiro a los doce.
—¿Me buscabas mami? —Le sonreí como un niño y ella me arrugo la nariz con dulzura acelerándome el pulso, después de dos años, por fin puedo despilfarrar ternura sin ser juzgado.
—Tus hermanos siguen planeando el ataque y tú estás aquí, ¿Quieres hablar conmigo de lo que sientes? —Camino hacia mí tomando un arma de la mesa, para centrarse en la mira y en su peso.
—No sé a qué te refieres, solo estoy comprobando que esta todo bien...
—Alek ya se aseguró de eso cariño, estas aquí porque no quieres estar allí afuera, ¿puedo preguntar que pasa entre tú y Ainhoa?
—¿Pasar algo? —me hice el desentendido— no pasa nada entre la rubia y yo, no sé porque crees eso...
—Porque soy tú madre cariño y te conozco.
—No pasa nada entre...
—Se te olvida que te parí, crie y moldeé, ¿cierto?, he sido testigo del desfile de mujeres que han pasado por tu vida y a ninguna le has tomado tanta importancia como a Ainhoa, o es que el que aún no te acostaras con ella hace la diferencia...
—¡Mamá! —me ruborice mirando hacia otro lado.
—¿Ahora te avergüenza?, Porque no sentías este pudor a los dieciocho cuando oía el escándalo en tu habitación a las tres de la mañana.
—Era un adolescente hormonal, no puedes juzgarme por eso cuando todos lo hicimos en su momento.
—No te juzgo, solo espero hayas usado preservativos, no como los irresponsables de tus hermanos. —Me atore con mi saliva, soltando tosidos dramáticos.
—¿Me darás una charla sobre responsabilidad sexual?
—¿Debería dártela?
—Nop—sonreí.
—Ainhoa es...es linda, siempre supe que caerías ante una mujer con carácter...
—¿Caer?, mamá no he caído por nadie...
—La necedad de tu padre—negó sonriendo— en algún momento iba a suceder, sé que te aterra lo que sientes, pero en algún momento caerías por alguien.
—Creo que estas malinterpretando las cosas mamá, si la aprecio, como aprecio a mis hermanos, a Noemí e incluso a Hela, pero ella es tan... tan...
—Estúpida—me imitó— y tú por lo que veo eres un hijo de puta, ¿no? —me enarco una ceja en reproche—no tienes que fingir conmigo cariño, es primera vez que te veo decidido por algo, por alguien, como la miras, como te preocupas por ella, ¿crees que soy ciega?, lo note desde el momento en que me la presentaste, a diferencia del pasado, donde tus mujeres salían a escondidas de la casa, sin zapatos y vestidas a medias, me agrada, debo confesarlo, necesitas a alguien que te centre y creó que Ainhoa es esa mujer.
—¡Es desquiciada mamá!, no la viste en Ibiza, ni en Suecia, es...es lunática, altanera, me desquicia su irresponsabilidad y poco amor a la vida.
—Akim tú eres igual, te recuerdo las veces que estuviste a punto de morir en Alemania por tus "Momentos de libertad" las veces que fui a sacar de la estación de policía por tus desfachatez, te molesta verlo en ella porque te preocupa perderla cuando aún no eres capaz de admitir lo que sientes.
—Y yo creyendo que Alek sabía todo. —Le rodé los ojos molesto y ella me sonrió sentándose frente al escritorio para mirarme detenidamente.
—Y yo creyendo que siempre serías mi bebé. —Me miro con una sonrisa triste y yo desvié la mirada a la ventana, respirando con profundidad.
—Creí que Adam era tu bebé.
—Los cuatro son mis bebes.
—Pero admites que a mí me quieres más. —Me senté frente a ella curvándole una sonrisa a lo que negó con dulzura.
—Los amo por igual...
—Mientes—la señale— nos amas, somos tus hijos, pero si tienes a tus favoritos, como Alek y Adam.
—Es diferente, Alek es mi primer hijo, fue mi primer amor después de tu padre, lo amo, como los amo a todos, pero él se llevó todos mis primeros errores de mamá, pero eso no quiere decir que lo ame por encima de ustedes, tu fuiste mi segundo amor, Axel el tercero y Adam el cuarto, no logras imaginar como mi corazón alcanza para amarlos a todos de manera desmedida.
—Sigo creyendo que ustedes tenían sus preferidos, papá sobre todo, su preferido era Alek y no puedes negármelo.
—¿En serio crees eso?
—No lo creó, lo sé.
—Cuando seas padre te darás cuenta de lo equivocado que estas, Alek fue el primogénito de ambos, tu padre estaba fascinado y asustado en la misma medida, sí, eran más cercanos, no porque fuera el preferido de tu padre, fue porque Alek siempre quiso aprender y ser más como él, no puedes esperar que tu padre llegará a ti para enseñarte lo que le gustaba, cuando tu fascinación era sembrar caos, no solo les mostraba su amor, malcriándolos o consintiéndolos, debía corregirlos y educarlos, y cuando seas padre notaras lo difícil que es, más cuando tus hijos se esmeran en hacer todo lo que le prohíbes.
—No sería tan estricto mamá...—Soltó una risa, para negarme con ternura.
—Cariño si eres aprensivo con Ainhoa que dices no ser nada ni sentir nada por ella, imagínate al tener un niño con tu sangre, que sea tuyo, te darás cuenta de que el ser estricto será la mejor manera que tendrás de protegerlo del mundo, lo verás con Axel cuando nazca su hijo, no habrá nada que no sea capaz de hacer por ese niño.
—El mini castañito viene en un pésimo momento al mundo.
—No puedo estar más de acuerdo contigo.
—Pero... Será amado, mi primer sobrino, ¿puedes creerlo?, Axel y sus pe...será padre primero que todos. —Contuve mencionar los de sus pelotas deformes, es un tema que no tocaré delante de mamá.
—Mi primer nieto, es irreal, creí que Alek sería el...bueno no todo es como creemos.
—Espero Dios nos salve de ver a Alek como padre, ¿te imaginas?, si ahora es un dolor de culo imagínatelo de padre.
—Akim— me reprocho mirándome con severidad— no hables así de tu hermano.
—¡Digo la verdad mamá!, aparte si tuviera un hijo con Hela, pobre del niño, con su madre que es la jodida Diosa de la muerte, y su padre un alemán con delirios de Dios controlador y posesivo, pobre criaturita. —Mamá no paso por alto la cara de disgusto, se acomodó mejor en la silla y miro a la ventana, la quede mirando un par de segundos, enarcando mi ceja, ¿no le agrada la Diosa?
—Alek y Hela, ellos...
—Ni ellos lo saben—eleve los hombros— sabes, ella nos traiciono, Alek la dejo entrar en su vida y Hela en ese entonces Helena, nos drogó, secuestro y nos dio de intercambio a Chavdar para recuperar a su hermano.
—¿Qué hizo qué? —Se altero y yo moví mis manos tranquilizándola.
—Bueno, no nos entregó del todo, nos dejó dagas para que pudiéramos liberarnos y huir, incluso nos puso rastreadores para que Noemí llegará por nosotros y nos pusiera a salvo, ella es...es rara, pero no mala, bueno no del todo, dejando de lado quien es, que hace para sobrevivir y su fascinación por el sufrir ajeno, ella es buena...a su manera.
—Conocí a sus padre cariño y sé de primera mano que en su sangre no puedo confiar, ella puede tenerles estima, pero si el día de mañana se ve beneficiada con sus muertes no dudará...
—Te recomiendo no digas eso frente a Alek, mamá—la detuve—desde un principio se vio beneficiada por nuestras muertes, Chavdar le pidió nuestras cabezas a cambio de la libertad de su hermano y ella decidió mantenerlos a salvo, no sé si es su obstinación por llevar la contra y no seguir ordenes, o por lo que a su retorcida manera siente por Alek, pero ha perdido y dado más que nosotros, creó que mereces darle el beneficio de la duda.
—Como mujer me agrada y la admiro, es una leyenda y yo mejor que nadie sabe admirar la valentía y coraje de una mujer, pero como madre, es diferente...Siempre querré lo mejor para ustedes, y una mujer con el mundo de enemigo no es lo que quiero para Alek.
—Pero es justo lo que Alek necesita—me incline hacía ella— necesita a alguien capaz de desafiarlo y retarlo a superarse, ¿crees que otra mujer podría lidiar con el carácter de Alek sin patearle las pelotas? —me dio una mala mirada pero seguí hablando— necesita a alguien con su misma alma luchadora, alguien que lo iguale, que lo desquicie, Hela pelea por su hermano con la misma intensidad que Alek pelea por nosotros, y puede no agradarte para él, pero lo que importa es que él la quiera mamá y lo hace, lo vimos destruyéndose cuando Hela estaba en ese agujero negro donde no veía otra salida que la muerte, y si te preocupa que Hela no sienta lo mismo por él, ponle un arma en la cabeza a Alek y se testigo de cómo Hela intercambia posiciones por él, si eso no es querer, entonces no sé qué lo es.
Le eleve los hombros y ella me miro entre confusa y asombrada, soltó la respiración en un asentimiento dudoso.
—¿En qué momento creciste tanto?
—Me da a ratos mis momentos de madures.
—Ich vermisse sie so sehr...
<<Los extrañe tanto>>
Susurro haciendo una mueca con sus ojitos aguados, le hice un puchero consentido y estiré mi mano hacía ella.
—Y nosotros a ti mami. —Me sonrió y apenas abrió su boca la puerta fue abierta.
—¿Por qué demonios caminas así? — Desviamos la mirada al ver como Hela entraba a la oficina con su ceño cargado de molestia y con Aitor a su siga, ambos se detuvieron al notar nuestra presencia y no pase por alto la cara de incomodidad de Hela, y no era por nosotros ni Aitor, como calibraba su peso me informa que se debe a otra cosa.
—¿Mi oficina ahora es sala comunitaria o qué demonios? —Dio un paso caminando de forma extraña le enarque una ceja y me dio una advertencia con los ojos.
—¿Te duele algo cuñadita?
—Acércate y te haré la misma pregunta. —Me enseño el puño y yo sonreí mirando a mamá quien la miraba con desgano.
—Usted debe ser la madre de Adam, ¿no? —Aitor dio un paso hacía el frente mirando a mamá y yo le heche una mala mirada.
—Y la de Axel, Alek y mía.
—Es un gusto conocerla señora Schneider, soy Aitor. —Mamá le asintió en saludo con una sonrisa honesta y se giró para mirar a Hela, quien me analizaba con la ceja enarcada.
—Creí que estarías con Ainhoa. —Hablo con burla y yo le rodé los ojos, rubia estúpida.
—¿Y Alek cuñadita?
—Deja lo busco—se tocó los bolsillos del pantalón y chaqueta— no espera, aquí no está.
—Tú caminar me dice que lo encontraré de buen humor. — Me puse de pie, colocándola nerviosa con mi comentario, le dio una rápida mirada a mi madre, para ver como sus pómulos se tornaban algo carmesís que incluso eso es capaz de controlar.
—Ainhoa iba camino a ver a Noemí, algo sobre quitarse el yeso alcance a oír, por si te interesa saber...
—Rubia estúpida...—La maldije y me encaminé a la puerta. —¿Te traigo una almohada?, pareces algo...
Me lanzo un golpe a puño que con un chillido logre esquivar y salí de la oficina con una sonrisa, a los segundos salió mamá y Aitor junto a Hela entraron cerrando la puerta, enarque una ceja con curiosidad pero problema mío no es...
Llegue a la sala recorriéndola y dicho y hecho, Alek de buen humor, estaba conversando con Axel con una...una media sonrisa y sus ojos brillando, deja a la arpía sin caminar y es su mejor jodido día.
—¿Ainhoa? —Pregunte llamando su atención me dieron una mirada rápida para hablar.
—En la habitación con Noemí, dijo que no la...
—Hela se encerró en su oficina con Aitor—mire a Alek señalando la oficina— de manera amistosa y para nada sospechoso, solo caminaba de forma rara, ¿se lesiono el pie? — Le enarque una ceja a Alek y su sonrisa macabra se ensancho, masajeo su mandíbula, ganando la atención de Axel y de algunos hombres de Iker.
—Ya me encargaré después, ¿Preparado para esta noche?
—Obviamente.
—Genial, el avión estará listo en un par de horas, Hela ya ingreso las coordenadas, prepárense.
Le di un asentimiento para dejarlo seguir conversando con Axel y giré para subir las escaleras llegando a la habitación de Noemí la abrí ganando chillos en reclamos que me hicieron cerrar de nuevo la puerta.
—¡Esta ocupado animal! —Ainhoa grito y yo rodé los ojos, cuanto daría por decir, ya te he visto desnuda, claro está que más allá de masturbarla no he llegado, rubia estúpida.
—Podrían cerrar con pestillo o poner un calcetín rojo en la puerta como la gente normal, ¿no creen?
—Puedes pasar Akim...
—¡No! —Ainhoa chilló pero me centre en las ordenes de Noemí.
—¿Qué demonios crees que haces?
—Fue Hela, ¿Verdad?, puta chismosa. —Se quejo cruzándose de brazos mientras que Noemí preparaba material para hacer la estupidez que claro ella solamente sería capaz de hacer.
—¿Te sacaras el yeso?
—No es de tu incumbencia.
—Bien, chicos—nos miró Noemí— he pasado muchas tensiones en este embarazo. Tengo el vómito atorado en la garganta y aunque no lo crean tengo hambre, mucha jodida hambre, no quiero irritarme ni estresarme de más y lo haré si se ponen a discutir como dos críos. Ainhoa quiere sacarse el yeso, ya le comente las consecuencias de hacerlo pero aun así quieres seguir con esto, la pierna dejo de dolerle y por lo que puedo apreciar no está inflamada, lleva poco más de dos semanas con el yeso, si bien no es suficiente para fortalecer el hueso, si se lo cuida como corresponde y aplicamos una buena técnica puede estar sin el yeso sin correr riesgos de una nueva fractura, ahora, si quieren meterse por el culo todo lo que les he dicho, avísenme, me voy a comer y les doy su tiempo para gritarse.
Movió sus manos mirándonos con reproche a lo que me cruce de brazos mirándola mal.
—No es necesario que nos retes, no tenemos cinco años.
—Son insoportables—se quejó cansada.
—Hazlo, estaré bien sin el yeso.
—Rubia estúpida...
—¡Akim ya te advertí!
—No te alteres mujer, le hará mal al castaño en tu vientre, quítaselo, ya. —Le reste importancia caminando hacía ellas para sentarme a un lado de Ainhoa en la cama.
Noemí tomo unas tijeras largas y gruesas en la mesita aun lado de la cama y se encamino a Ainhoa quien tenía la pierna sobre una silla.
—Cortaré el yeso, evita hacer movimientos repentinos hasta que la revise por completo, ¿de acuerdo? — Le asintió y comenzó a cortar el yeso desde la punta de sus dedos del pie, Ainhoa dio un brinco por el contacto y por inercia presiono mi mano, me dio un revolcón el estómago por repentina osadía, pero más que entrelazar su mano no hice.
—¿Lista para esta noche? —Le hable distrayendo su atención a mí.
—Algo ansiosa, pero segura de mi trabajo.
—¿Tienes todo listo?, Alek dijo que el avión estaría listo en un par de horas.
—Todo listo, ¿nervioso?
—No por mí. —Di un débil apretón en su mano, a lo que ella me sonrió con sinceridad, soltó un suspiro pesado y recargo su cabeza en mi hombro, Noemí intercalaba su mirada en nosotros y en su trabajo con una sonrisa que con un par de comentarios me encargaría de borrar.
Corto el yeso hasta la rodilla y le chille en protesta a la rubia cuando movió sus dedos, Noemí dijo sin mover un solo musculo o se fracturaría entera, yo la oí.
—¿Duele?
—No—le negó a Noemí— siento un peso menos.
—Si eras mitad momia, claro que debes sentir un peso menos.
—Idiota. —Sonrió pegándome con su hombro en el pecho.
—Oye ahora que no te duele, ni estas con el yeso podríamos...—Chillé cuando me dio un codazo en el estómago abriéndome los ojos con escándalo. —¿¡Que te pasa!? —Reclame con mi voz aguda, debido al jodido golpe que me dejo sin aire.
—¿¡Qué demonios ibas a proponerme pervertido!?
—¿¡Pervertido!? —la mire y al ver como se ruborizaba y como tragaba con dificultad procese las palabras la situación y reí— me refería a que podríamos entrenar juntos para fortalecer tu pierna, pero me gusta como piensas rubia. —Me incline hacía ella y volvió a exclamar con asombro mirando a Noemí que ahora estaba incomoda, los escucho follar con mi hermano, que se joda con su incomodidad, aquí nadie respeta a nadie.
Noemí termino de cortar el yeso para que cayera al piso con un sonido hueco, mire la pierna de Ainhoa y a comparación con la otra estaba mucho más delgada y pálida, Noemí comenzó a examinarla estremeciendo a la rubia, quien respondió en negativa a cada pregunta de Noemí.
—Bien, te ayudaré a ponerte de pie, ¿de acuerdo?
Noemí se enderezo y le estiro el brazo a Ainhoa, pero la intercambie, si la rubia se cae prefiero que Noemí no ocupe su fuerza, sostuve de los codos a Ainhoa ayudándola a su ritmo a ponerse de pie, se demoró una jodida eternidad, tembló, tastabillo y soltó débiles jadeos, pero lo logro, posiciono ambos pies en el piso y ahora Noemí se arrodillo a la altura de su pierna para palparla, ninguno le puso mayor atención, ya que captaba toda la atención de Ainhoa.
—Sobre tu pensamiento. —le sonreí.
—Cállate. —Me incline hacía ella murmurándole en el oído.
—Feliz cumplo cada fantasía de tu mente. —Roce mis labios contra su lóbulo estremeciéndola.
—¿Dolió? —Noemí pregunto desde el piso provocándole un infarto a la rubia, que si no hubiese sido por mí se cae de culo.
—N...no, no duele.
—Bien—se puso de pie—vendaré tu pierna con cintas de presión, debes evitar sobre esforzar tu pierna o dolerá, te dejaré analgésicos en caso del que dolor sea mucho, pero tu pierna se ve bien, obviamente unas semanas más con el yeso seria lo recomendable, pero en esta situación, no puedo pedir más, iré por la cinta, ya vuelvo.
Noemí tomo los pedazos de yeso del piso y se encamino a la salida de forma rápida, me quede mirando la pierna de Ainhoa y ella hizo lo mismo.
—Podrías no mirarme tanto—pidió— es incómodo.
—Oh ahora mi mirada le incomoda a su alteza.
—Han sido más de dos semanas con yeso, no es precisamente la imagen que quiero que veas.
Intento esconder su pierna y yo le rodé los ojos inclinándome a la altura de su pierna, por lógica estaba semidesnuda su parte baja solo tapada con una braga que feliz rompería con los dientes, pero no es momento de distracciones.
Deslice mis manos por su pierna estremeciéndola.
—Akim—advirtió.
—Tu pierna de pollo me parece lo más sexy que existe. —Se río dándome un golpe en la cabeza, deje un beso casto en su rodilla y me hinque mejor sosteniéndola por delante y detrás.
—¿Puedes flexionar la pierna?
—Creo que sí. —Murmuro y comenzó a intentarlo de forma lenta y temblorosa, se aferraba a mis hombros haciendo movimientos lentos, la flexiono y se quedó así unos segundos, mientras que yo masajeaba su muslo intentando soltar sus músculos agarrotados.
—Bien, despacio.
La incite a volver a su posición y así estuvimos por lo que parecieron diez minutos, la ayude a dar sus primeros pasos ganándome golpes por mis celebraciones infantiles.
—Que estes sin yeso, no quiere decir que puedes correr, saltar, o hacer cualquier estupidez que te ponga en riesgo, ¿lo entiendes verdad?
—¿De verdad te preocupas por mí Akim?
—Ofende que me lo preguntes si quiera, sabes que sí lo hago.
—Es que no te entiendo, sabes, me odias, no te agrado, o te preocupas por mí, no entiendo la distorsión de relación que tenemos.
—¿Te agrado?
—Claro que no, eres irritante. — Se molesto robándome una sonrisa ofendida.
—¿Te preocupas por mí?
—Por supuesto.
—Yo no soy el único complicado en esta distorsionada relación, déjame odiarte rubia estúpida sin ser juzgado.
—Deja de llamarme rubia estúpida.
—¿Te digo pelirroja?, es que el rubio de tu pelo me confunde, quizás soy daltónico y eres morocha.
—Imbécil. —Mordí mi labio direccionando la mirada a los suyos, sintiéndome hambriento de repente, los humedeció de esa jodida manera que me haría voltearla jalarle el pelo y follarla como un desquiciado.
—Deja de hacer eso si quieres que respete tu estado de invalides Ainhoa. —Susurre deslizando mis manos por su cintura para apegarla a mí, soltó un suspiro de sorpresa sosteniéndose de mis hombros.
—¿Hacer qué, Akim? — Volvió a humedecer sus labios y en cuanto solté la primera exclamación me incliné a su boca siendo detenido por la puerta abriéndose y el chillido de Noemí.
—¡Si están desnudos no entraré! —Odie a mi cuñada, la jodidamente odie, y me odie por no poner seguro o el puto calcetín rojo, Ainhoa sonrió diciéndole a Noemí que pasará y con mi ayuda a reclamos la ayude a sentarse nuevamente en la cama.
—Alek te está llamando, dice que deben aclarar los últimos puntos de la misión.
—¿Sigue de buen humor?
—Ya no—suspiro con pesadez— Iker se encargó de abrumarlo y ahora esta con su genio habitual.
—Genial...—Murmure y me encamine a la puerta, dándole una advertencia a Ainhoa que como la pille haciendo algo estúpido la amarraré a un silla.
[...]
—Que sí Alek. — Reclame caminando al avión, había mucha gente moviéndose de un lado a otro gritando ordenes, cargaron el avión con el McLaren, ¿cómo demonios hicieron para meter semejante bestia en Sora? no tengo idea, pero entro y yo soy un quince por ciento más feliz, si no fuera por Alek, y su jodida obsesión por mantener bajo control todo.
—No llamen la jodida atención de nadie, sin disparos, sin muertes, trata de no arruinar esto Akim, ni de morir, porque si mueres, juro que voy a...
—¡Alek que no soy un crio! —Reclame y desordene mi cabello para desviar la mirada y notar que Hela me miraba de la misma manera que Alek.
—Los intercomunicadores no cubren tanta distancia, estaremos en contacto dentro del avión, fuera del perderemos comunicación y estarán solos, sin ojos en el cielo ni nadie que los respalde, serán ustedes dentro de un bosque lleno de miras ucranianas que tienen una sola orden y es asesinar a quien cruce el perímetro, no puedo darles mayor información, porque estuve de rehén, no de invitada y no sé cómo funciona su exterior, infíltrense en la señal, pongan el video, y huyan, vuelven los dos y se acabó, ¿entendido?
—Que sí. —Hable con cansancio tirando la cabeza hacía atrás.
—Akim—me reprocho Alek.
—Lo tengo, tengo todo claro se los aseguro, saldrá todo bien, ¿de acuerdo? —Levante mis pulgares y ellos se dieron una rápida mirada para que Hela tocara sus sienes con frustración.
—Sobrevive y te regalo el McLaren. —Me señalo y volví a tomarle interés a la conversación.
—¿Me lo regalaras? —Señale al avión y me asintió con seguridad.—Quiero el senna—exigí— y el Elva.
—Confórmate con el GT, o vuelve, has el trabajo sucio que no quiero hacer y eres libre de elegir.
—Vuelvo, me quedo con el GT y escojo el Senna y me prestas el Elva. —Hela me señalo en advertencia y Alek detuvo sus pasos estirando el brazo.
—No presiones Akim.
—Hecho. —Gruño Hela empujado la mano de Alek para quedar frente a mí, es casi veinte centímetros más baja y me aterra su mirada y ella en sí. —No fallen y el GT es tuyo, hace mi trabajo sucio y el Senna es tuyo, sin reclamar ni quejarse, al más mínimo reclamo que escuche de tu boca, te quedas sin GT y sin senna, ¿estamos?
—¿Puedo abrazarte para cerrar el trato?
—Tócame y te asesino. —La ignore, tire de su hombro arriesgándome y la abrace con fuerza inspirando de su aroma a hiervas, sentí algo clavándome las costillas y en cuanto me aleje centímetros la daga de Hela subió presionándose a mi cuello.
—Tienes exactamente tres segundos para soltarme antes de que te degollé Akim, uno...—La agarre de las mejillas plantándole un beso sonoroso en la frente y la empuje hacía Alek antes de que me asesinará, se limpió con asco y sus ojos pasaron de ser verde esmeralda a un verde profundo cargado de ira y ganas asesinas.
—Súbete al avión Akim—Alek tiro del brazo a Hela quien ya no tenía una, sino dos dagas en la mano apuntando hacia mí—¡Ahora Akim! —Me exigió y yo retrocedí sonriéndole con burla a Hela.
—¡Recuerda que no puedes caminar bien aún cuñadita!
—¡Voy a matarte Akim! —Debería tomar más enserio las amenazas de un sicaria apodada la Diosa de la muerte pero, ñee, la sicaria se folla a mi hermano, eso me debe dar alguna ventaja si quiera.
Me subí al avión escapando de las amenazas de Hela y de forma rápida aprete el botón para cerrar la compuerta con un "cierra rápido, rápido"
Lo último que vi del exterior fue a Hela señalado su cuello en señal de muerte, soy hombre muerto, un futuro muerto con tres McLaren a su poder.
—Adivinen que...—me gire para notar como Aitor me miraba a brazos cruzados y clara molestia, mire la cabina y —¿y la rubia?
—La dejaste abajo Akim. —Me señalo la puerta y yo golpeé mi frente en castigo, que idiota, aprete nuevamente el botón pero esta vez para abrir la puerta, mientras iba bajando vi a la figura de Ainhoa parada de brazos en cadera con un maletín y mirada reprochadora.
—Creí que estabas arriba. —Le sonreí y ella me fulmino para negar y comenzar a subir con la ayuda de una muleta, camine hacía ella para ayudarla pero amenazo con darme con la muleta en la cabeza así que fui sabio y me aleje, mire hacía el frente notando como Alek me negaba con desilusión y un "Ya está muerto" en el rostro. Hela estaba de brazos cruzados mirándome con una sonrisa siniestra, la señale gritándole que era su culpa y me levanto el dedo del medio, la compuerta comenzó a subir conmigo aun en ella, casi me voy de espaldas por el repentino movimiento.
—¿¡Que te pasa desquiciada!? —Le chillé a Ainhoa pero me ignoro sentándose en el lado del copiloto, Aitor encendió el avión y esta vez iba sin piloto automático.
—Vamos en modo furtivo, Sora no nos acompañara esta noche, así que "Atención a todos los pasajeros, se les recomienda tomar asiento, abrochar sus cinturones y prepararse para el despegue"
—Moriremos antes de llegar a ucrania. —Me senté en una de las butacas amarrándome cinco cinturones a la vez. —Rubia, ¿te pusiste el cinturón?
—Que sí. —Respondió molesta, pero no me quede tranquilo hasta que se puso otro.
—El despegue, será en tres, dos...—El avión se sacudió y por poco pensé que nos habíamos estrellado sin siquiera elevarnos, pero no, agarro velocidad esquivando árboles y se elevó dejando atrás la casa de seguridad de Hela, a mis hermanos, a mamá, a mi familia.
—Les puedo contar algo...
—No si no es vital para la misión.
—Aburrida. Hela me regalo el McLaren GT, Senna y Elva.
—¿Qué? —Aitor se giró asombrado hacía mí y yo le asentí frenético.
—Ella solita vino a mí y me dijo, cuñadito te los regalo porque eres mi favorito.
—¿Qué te pidió a cambio? —Aitor me enarco una ceja, maniobrando, ganando altura.
—¿Porque debería pedirme algo?
—Porque es Hela, y si no le beneficia, no lo hace, ¿Qué te pidió a cambio de los autos?
—Hacer su trabajo sucio, pero...—Aitor se rio de forma dramática.
—Estas muerto.
—Es solo un trabajo...
—Es el trabajo sucio de la diosa de la muerte, todo su trabajo es sucio Akim, pero que precisamente te encargará realizar un trabajo que para ella es sucio, es...muerte asegurada.
—Pero... ¿Qué trabajo es sucio para ella?
—No sé, ni quiero saberlo, fue muy agradable conocerte Akim.
—Pero...pero...
—Akim, ignóralo, esta celoso porque ni siendo su ex le regalo un auto, ahora podrían callarse los dos que estoy trabajando.
—Al fin alguien sensata.
—¡Santo Dios! —Aitor grito en exclamación ladeando el avión ganándose un grito por parte de los dos, la risa de Axel retumbo en los parlantes del avión poniéndome de los nervios.
—¿Qué demonios?
—Dije que mientras estén en el avión estaríamos comunicados, olvide mencionar que no fuera su tema de conversación ya que estaría escuchando. —La voz aburrida de Hela resonó a mi alrededor envolviéndome en pánico.
—Cuñada, que trabajo sucio me harás hacer.
—Uno que no me apetece hacer a mí.
—Hela...
—Cállate y céntrate en tu trabajo, están a menos de dos horas de ucrania, dejen trabajar a Ainhoa y de fastidiarme.
—Ya pero...
—Avísenme cuando lleguen a Ucrania o si murieron. —Escuche como la comunicación se cortó y balbucee el nombre de Hela, me ignoró, obviamente.
Ciento quince minutos después, Aitor comenzó a planear para aterrizar, fue...mucho mejor que la primera vez, sin tantos golpes ni gritos asesinos.
Ainhoa no ha dejado de teclear cosas sobre su laptop, de abrir sistemas, cerrarlos, maldecir, sufrir de ataques histéricos donde se ha visto a segundos de lanzar la laptop a la mierda.
La computadora me robo la atención de la rubia.
—Estamos fuera de las limites ucranianos, en un punto ciego, Hela configuro el GPS del McLaren para llevarlos directo a una zona segura a una distancia de dos kilómetros, tendremos comunicadores en caso de que todo se vaya a la mierda y necesiten ayuda.
—Ayuda de un solo hombre, genial. —Ironice moviéndome hacía él McLaren mientras que Aitor bajaba las compuertas. Ainhoa se subió al coche al lado del copiloto.
—No se distraigan, sean sigilosos y en caso de llamar la atención, huyan, el McLaren tiene rastreador satelital al igual que los intercomunicadores, yo y los demás podemos rastrearlos y llegar a ustedes en caso de emergencia. —Le asentí entrando al coche para encenderlo y girarme a ver a la rubia que estaba más que concentrada en el computador.
—Buena suerte. —Aitor golpeo la puerta de mi lado y yo puse en retroceso el auto para salir a un pequeño prado, no había rastro de sol, solo una luna enorme e intensa, prendí el GPS introduciéndome en las antiguas calles de un pueblo fantasma de Ucrania.
Aitor nos dejó a casi noventa y siete kilómetros de distancia de la base ucraniana, vi el tablero de la velocidad, pasando cambio presionando el acelerador, en una hora más o menos estaríamos llegando al destino.
Los primeros treinta minutos de viaje fueron sencillos, yo encendía la radio, Ainhoa la apagaba quejándose de que quería silencio, bajaba el vidrio, se quejaba porque se volaba su cabello, tamborileaba los dedos sobre el volante, me llamaba irritante hiperactivo, al final que nada de lo que hacía le agradaba.
—Puedo preguntar porque tu genio esta tan del mierda, ¿o eso también te molesta? —La mire de reojo, girando en una curva, pero notar como el GPS aumentaba la pantalla indicándome que bajara la velocidad.
—Estoy nerviosa Akim, no quiero fallarle a Hela, quiero demostrarle que como ella, soy capaz de hacer muchas más cosas que ser solo la princesa de un mafia.
—Eres capaz de hacer más que solo portar un absurdo título.
—Eso no lo cree Hela, o mi padre, ya viste a Darina, ella...ella es como yo, la princesa de una mafia y no es nada...yo no...
—Rubia no te compares con ella, Darina es escoria a tu lado, tu no necesitas que nadie pelee tus peleas y eres mucho más inteligente y luchadora que muchos soldados que conozco, no necesitas obtener la aprobación de nadie más que no sea la tuya. —Nos introduje a un bosque y al notar que estábamos a unos kilómetros, baje la velocidad, apague las luces y todo se volvió más silencioso.
—Gracias—murmuro bajando la mirada a la laptop—por creer en mí desde un principio.
Sonreí sin poder evitarlo y esquivando árboles, y ramas que pudieran llamar la atención, me detuve cuando el GPS lo indicó que ya estábamos a dos kilómetros del punto de destino, me giré para mirar a Ainhoa y ella se había atado sus rulos en un moño alto y comenzó a teclear cosas con todos sus dedos, la pantalla de su computador estaba en negro y las letras blancas aparecían formando códigos, mordía su labio concentrándose.
Tome un arma de la parte trasera y me dedique a vigilar nuestro alrededor, estábamos entre unos árboles escondidos, el McLaren es negro opaco, se camufla con la oscuridad y eso nos da un punto a favor, desvié la mirada al notar luz y note que estábamos a unos kilómetros de una calle, un auto subió por la cuesta directo al monasterio.
Comencé a oír movimiento por los alrededores del coche y me empezaron a sudar las manos.
—¿Va todo bien? —Casi se me sale un jodido tiro por la impresión, Aitor me grito en el oído por el intercomunicador infartándome.
—Todo en orden. —Murmure cuando mi corazón volvía a su sitio.
—Entre al sistema—murmuro Ainhoa soltando un suspiro pesado— necesito hackearlo para...—Se quedo en silencio y su ceño se frunció comenzó a teclear con mayor velocidad ganando mi atención.
—¿Qué pasa? —Pregunto Aitor en mi oído y pude oír la voz lejana de Hela a través de los parlantes de Sora.
—No tengo idea...
—¡Maldita sea!, me saco—Ainhoa comenzó a gruñir y se remeció dentro del auto, invirtiendo posiciones, se sentó en el piso dejando el computador en el asiento para concentrarse netamente en eso—el sistema me saco, está más protegido de lo que creí...joder...joder...—Comenzó a reclamar y a desesperarse, su pobre computador se llevó todos los golpes y malas palabras, mire a mi alrededor inspeccionando y todo se veía tranquilo.
—Ainhoa cálmate, tenemos tiempo.
—Tardaré más de dos horas descifrando otra programa para entrar por su servidor y hackear los sistemas, no tenemos ese jodido tiempo, tengo que...—Se giró y miro hacía el frente.—Necesito estar más cerca Akim...
—¡Estas demente!
—Ainhoa eso no era parte del plan. —Reclamó Aitor y escuche claramente como Hela grito, "No se desvíen del plan", pero la rubia nos pasó a todos por el culo, cerró su laptop, tomó un arma y antes de que pudiera tirarla del brazo se bajó del coche, la seguí cerrando con suavidad sin hacer ruido y me aferre al arma.
—Vuelve al jodido coche Ainhoa. —Murmure controlando el volumen de mi voz, la desquiciada iba saltando con su muleta y su laptop apoyándose a los árboles, intentando no hacer ruido.
—Necesito acercarme un poco...—Al ver el destello de luz a su costado la tire del brazo aferre mi mano a su boca y nos escondí detrás de un árbol, la luz paso por un costado de nosotros y yo cerre con fuerza mis ojos tomando mi arma preparándome para lo peor, Ainhoa me recorría con los ojos bien abiertos, nos quedamos extáticos, escuchando la voz de Aitor exigiendo respuestas, pero no movimos un jodido musculo hasta que escuchamos los pasos alejándose.
—Tenemos que volver al coche Ainhoa. —Le susurre sobre los labios y me negó.
—Tengo solo una oportunidad, confía en mí. —Cerré con fuerza los ojos y me recargue sobre ella presionando mi frente sobre la suya, aprisionándola contra el árbol, se quedó quieta, me dejo meditarlo, y termine por alejarme de ella, asentirle, mirar a mi alrededor, elevar el arma y decirle que se incline.
—Como me hagas entrar a esa jodida base, me pondré como loco. —Le heche un vistazo y ambos comenzamos a caminar en dirección contraria a la luz.
—La sala de subastas está en esa dirección, tiene conexión a través de un tubo con el exterior, escape por allí, debe tener el doble de vigilancia, no se acerquen. —Hela nos indicó con su voz robotizada por la distancia, le di una mirada a la rubia, y claramente es justo lo que hará, ir en esa dirección, caminábamos a unos pasos de distancia, ella iba por delante con el arma y su laptop, yo a sus espaldas, protegiendo su alrededor y listo para disparar a lo primero que se mueva.
El monasterio se hizo cada vez más grande y cuando estábamos por detenernos, la rubia terca tropezó con una rama, sentí pasos direccionados a nosotros y tirando de su brazo evite que se cayera del todo, pero el ruido de las ramas quebrandose y su quejido por dolor llamo la jodida atención.
Nos oculte detrás de un árbol, y mire rápidamente a mi alrededor, vi tres o cuatro linternas apuntar en diferentes direcciones para detallar en un extremo, lo que parecía ser un desnivel en el piso con salida a una superficie rocosa con un agujero en el centro, parecía ser una especie de cueva, escondite ideal.
Como sea una jodida trampa me cortaré las pelotas.
Sentí pasos a nuestro costado y dándole una indicación a Ainhoa le pedí que se inclinará, tire mi arma hacía atrás y apenas visualice el primer pie a centímetros de mí, tire de su mano, envolví su cuello para tapar su boca apegando su espalda a mi pecho, dio golpes con su arma y antes de que pudiera dar el primer tiro que nos expondría, Ainhoa lo desarmo, lo asfixie hasta que dejo de pelear y se desmayó y no me detuve hasta que su pecho dejo de inflarse en oxígeno, lo deje caer al piso de forma silenciosa, y sacando su intercomunicador, lo pose sobre mi oído.
—Franco derecho, información. —Jodida mierda, mire los árboles tomando del brazo Ainhoa para que se inclinará.
—Despejado.
—Oí ruidos al lado suroeste de tu ubicación. —Tire de los hombros a la rubia ocultando su cabeza bajo mis brazos intentando camuflar las luces luminosas de su jodido cabello, mal momento para ser oxigenada.
—Francotiradores, no te muevas. —Le susurre en el oído, provocando que se quedara completamente quieta, estuvimos así por minutos, hasta que bajaron la guardia.
—Tenemos que volver al jodido auto, Ainhoa.
—Necesito esconderme, desde aquí puedo entrar al servicio sin problema...
—Rubia estúpida. —La maldije y mire a mi alrededor contando la copa de los árboles y algún perímetro que de buena visual para ser de franco, note a tres en las copas de los árboles, rodeando nuestra posición pero sin notarnos aún, lo bueno de ser hijo de traficante de armas, es que desde pequeño le encontré fascinación a ellas y a sus diferentes maneras de emplear y el tiro de franco siempre ha sido mi favorito, puedo visualizar los mejores sectores para obtener una mejor visual en segundos y eso me ayuda ahora que invertí las posiciones.
—Ves eso—señale la cueva—tendremos que llegar hasta allí, hay tres francos que fácilmente podría vernos y matarnos, tendrás que seguir cada una de mis ordenes rubia.
—De acuerdo. —Me asintió dejando la muleta a un lado, para meter su laptop dentro del polerón, hacerse un moño rápido y tapar su cabello con su capucha, se preparó para mis indicaciones y tirando mi arma hacía atrás me puse en cuclillas en el piso, señalizando hacía el frente a los arbustos.
Ainhoa respiro profundamente y poniendo una mueca de dolor me imito, en tres zancadas ya estaba detrás de los matorrales, Ainhoa dio el primer paso en cuclillas y se tastabillo callando el quejido.
—Díganme que jodidos demonio pasa. —Aitor hablo en mi oído y desee sacar el intercomunicador y lanzarlo a la mierda, le estire mi mano a la rubia y apenas la sostuvo la jale hacía mí tirando de su pierna para proteger el impacto y su dolor.
—Te duele aun puta mentirosa. —La regañe y me bufo en respuesta, rebusco en sus bolsillo y saco la pastilla que Noemí le entrego en caso de que el dolor sea en extremo, la trago sin agua y sin detenerse a pensar.
Miro por un costado de los arbustos y señalizándole le mostré donde estaban los franco para que tuviera mayor precaución.
—No esta tan lejos, podemos llegar.
—Podemos, la pregunta es si será sin llamar la atención. —Ainhoa comenzó a masajear su pierna dándole calor e inflando su pecho me miro.
—¿Confías en mí?
—¿Tengo otra jodida opción? —La mire, me sonrió y mordiendo su labio tomo una piedra del piso y poniéndose débilmente de pie, la arrojo a metros de nosotros en dirección contraria a la cueva, en cuanto los franco direccionaron su mirada al golpe, Ainhoa me dio un golpe en el brazo y ambos corrimos en dirección opuesta, nos escondimos tras un árbol y recuperamos la respiración.
—¿Qué fue eso?, ¿Skart?
—Sin movimiento, todo controlado. —Murmuro una voz ronca por el intercomunicador, y mire hacia arriba, donde un franco estaba sobre nuestras cabezas, aprisione a Ainhoa a mí señalándole con mi cabeza, siguió mi mirada apretando sus puños.
Lo mire con atención y me di cuenta que se estaba quedando jodidamente dormido, deje a Ainhoa en el piso y poniéndome en sentido contrario a los franco que si estaban despiertos, comencé a subir el árbol controlando mis ruidos y pisadas en falso, me apoye a una rama, me colgué de otra y llegando a la aledaña a la de él, lo tome de la solapa estampando la culata de mi arma en su cabeza, se tambaleo y aplicando presión lo mantuve inmóvil, saque una cuchilla de mi chaqueta y pasando la banda de su arma por su cuello lo mantuve estático para enterrar el puñal hasta el fondo en su yugular, boqueo mientras que la sangre corría por su cuello y torso manchando mis manos, hice una especie de amarra con su arma al tronco y banda para dejarlo estático cuidando el que se cayera llamando la atención, mire a Ainhoa y le indique que corriera al árbol siguiente en cuanto me asegure que no hubiera nadie notándola ni por aire ni tierra, lo hizo y yo mantuve mi arma en alto mirando a los franco.
—La subasta inicio. —El murmuro ucraniano llamó mi atención en el intercomunicador, y claro que ellos también querían participar en esa bestialidad, comencé a escuchar voces de un animador tras el comunicador anunciando el inicio de la subasta y su cantidad de artificios a la venta esta noche.
Que hijos de puta.
Me baje del árbol en cuanto Ainhoa estaba a un costado de la cueva, le hice señas con mis manos indicándole que me esperara, pero claro que no lo hizo, jodida terca de mierda.
Me incliné apoyándome en el árbol, y cerrando los ojos clame a mis dioses por paciencia, pase mi arma hacía mi espalda con la banda y corriendo en cuclillas me acerque a Ainhoa, seguía escuchando la descripción de las niñas a quien subastaban, iniciaron con lo mejor según descripción del animador, una virgen, de doce años, se me revolvió el jodido cuerpo al escuchar como gritaban cifras millonarias exigiendo la pureza de una niña que fácilmente podría ser la hija de cualquiera de esos mal nacidos.
Oí ruidos y pasos arrastrados dentro de la cueva e ignorando los francos distraídos corrí hacía aquella me arrastre por la pared hasta que perdí el muro y entre, por una cortina de enredaderas, lo único que veía era la luz de la laptop en el piso de Ainhoa, que gracias a eso vi que la rubia inmovilizaba a un ucraniano en el piso, tapándole la boca y ahorcándolo con sus pies mientras que intentaba desarmarlo, me encamine a ella y tomando la cuchilla me incline para apuñalarlo en la nuca, Ainhoa soltó el aire libero sus pies y se recostó encima del ucraniano muerto respirando con profundidad.
—Gracias.
—Estúpida.
—Retiro mi agradecimiento. —Murmuro poniéndose de pie nuevamente, saqué la linterna del ucraniano muerto alumbrando la cueva, dándome cuenta de que era un jodido túnel, lo recorrí notando que si tenía iluminación la que claramente estaba apagada.
—Tienes veinte minutos Ainhoa. —Le advertí y cuando me giré ella tenía la laptop sobre la espalda del ucraniano muerto y comenzaba a teclear concentrándose en eso.
Me dividí en dos vigilando la entrada y la extensión del túnel.
—¡Akim respóndeme joder! —Di un brinco al olvidar a Aitor.
—Ainhoa necesitaba estar más cerca, estamos en una especie de cueva...—Oí la exclamación de Hela tras Sora para posterior comenzar a hablar de manera rápida.
—¡No es una jodida cueva! —grito— la mafia ucraniana utiliza túneles para movilizarse, están en un maldito túnel con conexión directa a la base ucraniana, ¡Salgan de ahí!
Mire a Ainhoa y claro que ella ignoro el grito histérico de Hela, incluso cuando tenía el intercomunicador metido en la oreja.
—Ainhoa...
—Entre—sonrió soltando un suspiro aliviado— estoy dentro, tardaré quince minutos en descifrar el programa, hackear el sistema y manejarlo a mi antojo, solo eso necesito...
Apretó su oído para murmurar sin dejar de teclear ni abrir pestañas, podía oír los reclamos de Iker tras Sora, de Alek, incluso de Aitor pero la voz que me interesaba estaba en silencio, Ainhoa parecía esperar confirmación incluso para respirar como yo.
—Tienes quince minutos Ainhoa. —Hela, solo a ella necesitábamos oír para comenzar a movernos, camine hasta la entrada del túnel vigilando mi entorno, distribuía mi atención en el exterior, en el interior del túnel y en Ainhoa, quien murmuraba palabras inentendibles y tecleaba a gran velocidad.
Conecto su laptop a un disco duro y sus dedos pasaron a ser flashes, no terminaba de presionar el botón cuando ya presionaba otro, esa habilidad con las manos sería interesante ponerla aprueba.
—Oleg—di un maldito brinco al sentir la voz retumbar por las paredes rocosas del túnel, eleve el arma preparándome para atacar cuando— Oleg, informe de tu ubicación—mire al ucraniano muerto en el piso y vi el destello de la radio en su pantalón, sonó una interferencia y posterior la misma voz exigiendo su ubicación, ahora mismo su ubicación exacta es en el infierno. —Oleg el señor requiere tu presencia en la subasta...
¡Mierda!
Mire al imbécil para mirar a Ainhoa, quien seguía con el computador encima de la espalda del muerto, ningún respeto esta mujer.
—Ainhoa daté prisa...—Le exigí revisando mi cargador lleno, pero la ansiedad me grito que lo revisará de nuevo.
—Voy lo más rápido que puedo Akim...—Gruño, acomodándose para alzar sus manos y desprender su talento.
—Oleg, ¿me escuchas?, solicito información de tu ubicación.
¡Joderrrr!
Mire el cuerpo, pensé en responder, pero ni siquiera sé cómo demonios suena la voz del imbécil para imitarla, podría hablar como un pito, o ser mudo el hijo de puta.
Sentí un pequeño pitido que fue suficiente para alterarme los nervios, Ainhoa se alejó del cuerpo del ahora Oleg para que girara su cuerpo con mi pie y ver la luz verde brillando desde su pecho, me metí en su chaqueta tomando un...
—Mierda—tome la cuchilla con velocidad intentando desactivar esta jodida mierda— es un puto localizador Ainhoa date prisa. —Abrí el localizador cortando los cables, para que la luz dejará de brillar y el pitido de sonar, pero ya era jodidamente tarde, ya saben dónde estamos.
—Es todo, nos vamos...
—Lo tengo...lo tengo...—La pantalla de Ainhoa se ilumino dejando ver sus ojos azules dilatados por el éxtasis.
Comenzó a balbucear presionando su oreja, indicándole a Hela que la fase b de su plan daba su inicio, mire por sobre la laptop de Ainhoa, viendo lo que veía ella, que era nada más que la reproducción de la grabación en vivo de la subasta, donde una cría de no más de seis años desfilaba semidesnuda, tirada por unas cadenas y con su ropa rasgada, hijos de puta.
—Una vez interfiera en la señal y reproduzca el video, tendremos exactamente diez minutos antes de que me saque por completo, y veinte para que encuentren mi servidor y lleguen a nosotros, veinte minutos para ponerte en contacto Hela, espero tus órdenes.
Ainhoa comenzó a respirar de forma acelerada con el dedo sobre el botón de enter, como si después de apretar tantas mierdas, codificar tanto códigos, solo tuviera que apretar enter para desatar el infierno.
—Hazlo. —Ainhoa presionó el botón y al ver como su pantalla se cambiaba por la grabación distorsionada de la ucraniana colgada de manos desde una habitación roñosa, como su rostro estaba lleno de sangre y Hela aparecía en su máximo esplendor, con unas pinzas y cables con corriente...
—Salgamos de aquí...—Ainhoa dejo la laptop en medio del túnel, y yo saque de mi chaqueta la pequeña caja negra con la cinta roja, regalo de Hela para el líder ucraniano, la deje aun lado de la laptop y cuando me voltee tire a Ainhoa del brazo aferrándonos a los muros rocosos.
—¿Oleg? —Sentí pasos y murmuros preguntando de dónde venía esa jodida luz y por el intercomunicador ucraniano comencé a oír el caos dentro de la base, gritando que se habían infiltrado en la base.
Cubrí a Ainhoa con mis brazos y al sentir más de una pisada le di una mirada, me asintió, mordió el mango de la daga e inclinándose, me dio el movimiento perfecto, para girarme tirar de los hombros al ucraniano que iba en dirección a la laptop girarlo dejando que Ainhoa pasara debajo de sus piernas, irguiéndose de golpe enterrando la daga por su nuca, para con la misma velocidad girarse y atacar al segundo ucraniano que venía siguiéndolo.
Al ver como el ucraniano intento inmovilizar a Ainhoa desestabilizándola con dos puñetazos seguidos, me lance contra él, fue como si en pelea nos complementáramos, incluso cuando la rubia es más ágil que yo.
Gire su brazo dislocando su hombro, dirigí dos puñetazos a su garganta y cuando estaba por acabarlo, la rubia hace un movimiento con su mano abriéndole el cuello, cayó en un golpe seco al piso, y al girarme hacía ella vi movimiento a su espalda y de forma rápida e irracional, desenfunde el arma, la eleve y disparé...
La sangre le salpico en el cabello a Ainhoa y el tipo que le apuntaba a la cabeza cayó muerto al piso, dejando que el sonido del disparo retumbara en cada kilómetro a la redonda.
—Corre. —Tome el fusil de asalto y con Ainhoa a mi siga iniciamos nuestra huida, no alcanzamos a poner un pie fuera del túnel cuando nos topamos con dos ucranianos listos para matarnos, mandamos a la mierda el sin disparos ni muerte, el jodido fusil tenía silenciador, pero no la puta beretta, actúe por jodido impulso.
Lance un golpe con la culata destrozándole la nariz y con la ansiedad a flor de piel, lance el primer tiro destrozándole el cráneo, ya saben dónde estamos, ya todo se fue a la mierda. De movimientos rápidos dirigí el arma a las copas y de dos tiros me deshice de dos franco, sus cuerpos cayeron inertes al piso y los gritos tras el intercomunicador comenzaban a marearme, escuchaba a Alek, Aitor, Iker y a mamá gritarme del lado derecho y a los ucranianos gritar que habían infiltrados en los bosques.
Al girarme a Ainhoa vi que la rubia estaba en el piso sentada a horcadas sobre el ucraniano clavando su cuchilla en la frente de aquel y a la vez peleando por recuperarla.
Oí ramas quebrandose de manera rápida a mi lado sur y tirando del brazo a Ainhoa la obligue a resignarse en perder su jodida cuchilla para que corriéramos, tomo su fusil y nos dividimos estratégicamente ella flanqueando en tierra y yo en aire, derribe a tres franco más que se direccionaban a nosotros, pero no fui lo suficientemente rápido con el tercero que tuve que lanzarme sobre Ainhoa para esquivar el tiro que iba hacía ella.
Soltó un quejido doloroso y sus manos se fueron directo a su pierna.
—Rubia, ponte de pie y corre. —La tire del polerón obligándola a ponerse de pie y con mis manos tensas la empuje protegiendo su espalda. —¡Tenemos jodidos problemas! —Murmure en chillidos sobre el intercomunicador para oír los gritos de Alek.
—¿¡Qué demonios te dije Akim!? —Me reclamó y yo seguí corriendo junto a Ainhoa, quien cojeaba y se quejaba en la misma medida, nos escondíamos tras árboles, derribábamos francos, peleamos cuerpo a cuerpo mientras nos camuflábamos con la noche.
—Lleguen al McLaren y salgan lo más rápido posible de esos bosques. —Hela era la voz centrada mientras que todos los demás estaban a la nada de explotar, me asome por un árbol viendo que el camino hacía el McLaren estaba con franco tiradores y con alrededor de cinco ucranianos divididos, mire a Ainhoa y ella acariciaba su pierna.
—Rubia estúpida—la maldije dando un golpe seco en la corteza del árbol para tirarla hacía mí y comerme su jodida boca, fui brusco, agresivo y necesitado, la bese con intensidad, metí mi lengua en su boca impactando con anhelo, tardó en reaccionar, pero lo hizo de forma grata, siguió el ritmo de mi beso con la adrenalina a mil —haremos lo siguiente—me aleje de ella cerrando mis ojos— los distraeré, tú corre hacía el McLaren y sal de aquí, te daré...
—No digas estupideces. —Se molesto y ambos nos inclinamos al sentir movimiento a nuestro alrededor, estábamos escondidos entre árboles y matorrales.
—Hay francotiradores en todos lados y ucranianos bloqueando el camino hacía el McLaren, te despejaré el camino, correré en esa dirección—señale hacía el otro extremo de nosotros— y correrás al coche, no importa que escuches Ainhoa llega al jodido coche y sal del bosque...
—Akim no...—Le tembló su voz y me negó apretando mi chaqueta con sus puños, maldita sea rubia estúpida.
—Prometiste que dejarías de hacer cosas estúpidas por intentar salvarme el culo, hazme caso ahora Ainhoa, y...
—Podemos deshacernos de ellos juntos Akim, no tienes que...
—Ainhoa me desharé de los franco, te despejaré el camino, pero tienes que correr...
—No me hagas esto por...—Apretando los puños le di una última mirada y me aleje de ella gire en el árbol eleve el arma lanzando tres disparos seguidos, le di a dos francos y falle a uno, que fue el que grito mi ubicación, Ainhoa comenzó a llorar mi nombre y antes de que pudiera hacer algo estúpido me gire y comencé a correr.
Salté arbustos, pase por debajo de ramas, y de milagro esquive las jodidas balas que impactaban en el piso y en los troncos de árboles, pero no me detuve, me ladee sin disminuir la velocidad de mis pasos y dispare a los que me seguían sin protección, mire en dirección a Ainhoa y ella ya no estaba donde la deje.
Más te vale no morir rubia estúpida.
Sentí el ardor en el roce de un disparo en mi hombro el que me hizo ladearme y chocar con un árbol, caí al piso y no me di tiempo de quejas, me puse de pie, eleve el arma, pero fue demasiado tarde, recibí un culatazo en la nariz que me hizo retroceder, me hicieron soltar el arma y tastabillando me lanzo un segundo culetazo que me giro el rostro para que un segundo me lanzara un puñetazo en la nariz que me dejo viendo borroso.
Sacudí mi cabeza recuperando los putos sentidos y al ver como el de mi izquierda elevaba el arma, me incline justo cuando soltó los disparos hiriendo al de mi derecha, saque la cuchilla de mi pantalón clavándosela en el abdomen rajando hacía arriba, tome mi arma del piso, disparando a los que se acercaban a mí, y despejando un poco el camino, gire para seguir corriendo.
Sentía los ruidos a máximo volumen, disparos, gritos, pasos, explosiones, de todo, mientras más corría más se intensificaban los ruidos, me esmere en salir del puto bosque de alguna jodida manera, pero mientras más corría más arboles aparecían, jodido bosque de mierda interminable.
Una mano con una cuchilla en ella apareció en mi campo visual la que me hizo frenar resbalando mis pies sobre el piso barroso, caí al suelo y se me lanzo un cuerpo encima, lanzo cortes a mi cara y garganta, pero los esquivaba de manera rápida, enterró su rodilla en mis costillas distrayéndome por el dolor, tiro un golpe directo a mi rostro con la cuchilla y por mera reacción la bloquee con mi mano.
Sentí la hoja atravesarme la carne y vi el filo salir por mi palma, solté un jodido gruñido en dolor, al sentir mi sangre gotearme en el rostro, eleve mi pelvis, atando mis piernas a su cuello y de manera rápida lo tire hacía atrás estampando su cabeza contra una piedra, quedo aturdido, me dio tiempo para ponerme de pie, saque la cuchilla enterrada en mi palma y la lance clavándosela en la cabeza.
Mire a mi alrededor, viendo las linternas direccionándose hacía mí y en cuanto alumbraron mi rostro, me tire al suelo para que resonaran la lluvia de disparos contra la corteza de los árboles.
Me saque los dos intercomunicadores, ignorando la voz de mis hermanos y los gritos ucranianos, los deje a un costado de mí esperando que los disparos cesaran e intentando controlar el dolor punzante en todo mi cuerpo. La mano me palpita, el hombro me escuece y siento dolor en cada musculo de mi cuerpo.
Me aferré a la corteza del árbol que ha recibido todos los disparos por mí, agarrándole algo de cariño, como que me quedaría a vivir a tu lado "Pensé", pero eso no sería conveniente para mí.
Eleve la mirada al ver nuevos destellos de luces, esta vez frente a mí, ¡Maldita sea! Jodido bosque, ¿acaso estos hijos de puta son elfos o que mierda?, ¿se reproducen con los árboles?
Me arrastre por el piso haciendo un látigo con mi cuerpo para correr en sentido contrario, donde me vi frenando en seco al ver el sensor rojo de las miras recorriendo el piso, mire a los árboles y franco tiradores, me gire para correr en dirección contraria y las linternas.
Mierda, me recorrían linternas e infrarrojos, estúpidamente eleve las manos, viendo la posibilidad que tenía de arrancar, mi lado derecho tiene francotiradores, podía correr en aquella dirección e intentar estar fuera de sus miras, pero no sé dónde demonios están...
Estoy totalmente jodidos, escuche cargadores caer al piso y una orden silenciosa, desactivaron los seguros y cuando resonó el primer disparo, escuche un grito, un motor rugir y un destello de luz viniendo en mi dirección a una velocidad mortífera...
El McLaren apareció entre unos árboles, atropelló a unos cuantos y derribo uno que otro arbusto, las yantas derraparon cuando freno y la puerta del copiloto se abrió.
—¡Súbete! —Me grito y no sé si fue lo sexy que se ve manejando como desquiciada esa máquina o si los disparos chocando a mis pies, pero corrí hacía ella lanzándome dentro del coche, no ponía mi trasero en el asiento cuando ya había apretado a fondo el acelerador. —¡Eres un hijo de puta Akim!
Ainhoa grito y al girarme para verla, tenía su mejilla abierta y sus ojos atestados en lagrima, sus manos temblaban sobre el volante, pero maniobraba esquivando arboles como una jodida profesional.
—Ya está conmigo—informó a Ainhoa y yo olvidé por completo que me deshice del intercomunicador—¡En eso estamos por un demonio! —Ainhoa golpeo el volante del coche y yo gire en mi asiento al sentir los disparos.
Vi el final del bosque, y Ainhoa aceleró esquivando los árboles, apenas habíamos salido a pavimentos cuando tuve que tirarme encima del volante para girarlo de golpe a la izquierda, una camioneta negra nos impactó por el costado desestabilizando a Ainhoa.
—¡ACELERA! —Le grite y ella grito en respuesta, paso cambio y vi como tensó su pierna presionando a fondo el acelerador, los disparos comenzaron a abollar el auto, explotar los vidrios y a desesperar a Ainhoa quien comenzó a zigzaguear.
Baje el vidrio, tome el arma y sacando la mitad de mi cuerpo comencé a disparar centrándome en el conductor, jodida mierda en la que nos metimos.
—¡Deja de gritarme Alek!, ¿¡Donde mierda esta tu intercomunicador!? —Ainhoa me grito y yo casi me caigo del coche cuando giro en una curva a doscientos por hora.
—¡Dile a Hela que ya no quiero el GT! —Grite al ver como estos hijos de puta volvían el McLaren un puto colador.
Le di al conductor y perdieron el control del coche, giro con brusquedad siendo impactado por un segundo auto, el choque los hizo girar y posterior vino la explosión, Ainhoa me tiro de la polera y un pedazo del coche arranco el espejo de mi puerta.
Dos camionetas rebasaron a la que estaba en llamas y no pasamos cinco minutos sin disparos que siguieron volándonos el culo.
—Debemos perderlos—bufe mirando mi cargador, vació.
—Eso intento.
—¡Vamos en un camino recto!
—¿¡Qué demonios quieres que haga!?, ¿¡que con un chasquido cree más rutas!? ¡Así es el jodido camino! — Soltó un grito cuando una bala rozo la cabecera de su asiento, me gire y tenían una jodida metralleta direccionada a nosotros, Ainhoa comenzó a zigzaguear, pero más que marearme no hacía, me tire hacía atrás y con el fusil termine de sacar el vidrio trasero, sufrí viendo el McLaren.
Mire dentro de nuestros bolsos con armamento buscando alguna mierda de utilidad, y maldije a Alek por darnos armas de corto alcance y letalidad estándar, como desearía tener un lanza cohete.
Ainhoa bajo su vidrio y con una mano en el volante comenzó a disparar, mire el bidón de gasolina en un rincón del coche y me espante, podemos explotar, ¿Quién demonios pone...
—Ainhoa...Tienes que agarrar más velocidad. —Le exigí y me incliné desocupando los cargadores dejando las balas sobre el bolso, comencé a abrir una por una para meter la pólvora dentro del bidón de gasolina, estamos arriba de una jodida bomba...
—¡Akim nos están volando el jodido culo! —Ainhoa chilló y yo acelere mis movimiento intercambiándolos por disparos rápidos y torpes...
Metí pólvora suficiente dentro del bidón y mirando hacia la calle noté que a unos kilómetros venía una intersección.
—Rubia más te vale no chocar. — Suplique y al estar cada vez más cerca y con Ainhoa preparándose para el volantazo, disminuyendo la velocidad, lance el bidón por altura tome el arma me centre en la mira ignorando los disparos impactando a mi alrededor y cuando iba llegando al piso disparé, apenas la bala hizo contacto con el bidón, una onda expansiva hizo que las llantas traseras se elevaran y Ainhoa se estrellara de forma colateral contra la acera, no saco el pie del acelerador y yo quede hipnotizado por la vista, fuego, explosiones, caos, y así el señor Müller dijo que era un asco en química, aquí tiene Müller de mierda.
Rodé en el piso de improvisto cuando Ainhoa giro de golpe metiéndose en pequeños pasadizos, ya no nos seguían, claro está que se están calcinando en su mierda, pero Ainhoa no bajaba la velocidad.
—Ya no nos siguen Ainhoa...
—Lo sé...—Chillé y vi la tensión en sus manos cuando en vez de disminuir velocidad la aumentando, estrellándose contra basureros y maniobrando para no chocar con las casas, salió de nuevo a una ruta y grito...—¡Perdimos los frenos!
Me pase hacía delante y vi el pie de Ainhoa presionado a fondo en el freno, de forma estúpida y arriesgada puse el freno de mano y nada, ¡Maldita sea!, Ainhoa comenzó a chillar y yo quería hacer lo mismo, estoy entrando en jodida desesperación y sus gritos de "Vamos a morir" me alteran.
—¡Vamos a morir estrellados como unos huevos!
—¡Cállate!
—¡Voy a doscientos noventa y sin frenos! —Mire su velocidad e iba aumentando, ¡Joder! Mire a Ainhoa, su pierna y el puente que se nos acercaba, maldita sea, maldita sea.
—Tenemos que saltar.
—¡Y la desquiciada soy yo!
—¡Ahora Ainhoa! —Le gire el volante y el auto derrapo rompió las barreras de protección del puente y abriendo las puertas saltamos del coche, rodé por el prado cuesta abajo sin frenar, oí los gritos de Ainhoa y al menos eso me dice que esta jodidamente viva.
Escuche el golpe del auto cayendo al vació y mi cuerpo estampándose contra una murras, frenaron mi jodida caída, solté la respiración y tarde minutos en que mi mente dejará de girar y en controlar mis ganar de vomitar, abrí los ojos, mire mi cuerpo para ver si estaba intacto, y note que mi pierna estaba colgando al vacío, me espante y apenas me moví, espinas se enterraron en mis brazos.
Escuche a Ainhoa quejarse e ignorando que mi piel se abría a causa de las espinas gire en mi posición dejando que las murras rasgaran mi ropa, me puse de pie, perdiendo el equilibrio cayendo al piso, respire golpeando mi pecho, para elevar la mirada y ver a Ainhoa tirada en medio de un prado de pastizal y flores, ella cae en medio de las flores y yo de las espinas, vaya favoritismo tiene el universo.
—¿Morimos? —Ainhoa tenía sus ojos cerrados cuando llegue con una respiración cansada a su lado.
—Aún no...
—Voy a...voy a...—grito poniéndose de pie, para que de improviso volarme el rostro de un puñetazo que me hizo tropezar— ¡Voy a matarte hijo de puta! —me tiro otro puñetazo que con suerte esquive, le solté un "Cálmate mujer" que termino por enojarla más—¿¡Que me calme!?, ¡Pudiste morir animal!, ¡Me dejaste sola!, tu corriste y todos fueron tras de ti, joder, creí que, ¡Creí que te perdería bestia insensible!
Me golpeo de los hombros y yo intente sostener sus manos, pero me queje al recordar que mi linda manito izquierda fue apuñalada.
—¡Deja de gritar!
—¿¡Porque demonios hiciste eso!?, ¿Eh?, ¿¡Porque tenías que ser la jodida distracción!?
—¡Porque no íbamos a llegar los dos al auto!, eras tú o yo Ainhoa, y prefiero morir a tener que perderte...—Me voló el rostro de una cachetada y soltó sollozos desordenando su cabello la mire entre impactado y acelerado.
—¿¡Y qué pasa conmigo egoísta de mierda!? —lloró— ¿¡Qué crees que sentiré al perderte hijo de puta!?, ¡Yo también prefiero morir antes de...!
Antes de que me lanzará otro jodido puñetazo enrede mis manos en su nuca y la atraje hacia mí, me importo una mierda donde estábamos, en que jodido país estamos y quien lo gobierna, ni las heridas, ni que probablemente nos estén buscando, a la mierda todo, con mi boca pegada a la suya saque su polerón con agresividad, para con desesperación comenzar a desabrochar su pantalón, me saco la chaqueta con la misma ansiedad que yo, la lanzo al suelo y cuando saco mi polera, baje su pantalón y me lance contra ella arrojándonos al piso, ato sus piernas a mi cadera y termine por sacarlo por completo, para dejar su boca y bajar a sus pechos, con la desesperación no me medí y rompí su brasier abriéndolo del centro, gimió extasiada y yo tuve mi banquete con sus senos, succione el derecho magreando el izquierdo con mis manos sintiendo la erección aumentar al cien, elevaba sus caderas restregándose contra mi abdomen, alterándome los nervios.
Deje mordiscos por el contorno de sus pechos, succione la piel de su clavícula. Tenía manos y boca en todas las partes de su cuerpo.
—Voy a follarte Ainhoa—jadee bajando mis manos por su abdomen— y no me interesará ser rodeado de ucranianos, no pararé hasta que me sacie de ti. — Metí dos dedos entre sus pliegues sintiéndola húmeda, perfectamente lubricada, se me hizo agua la boca y sentí un vacío en el estómago, hambre, eso tenía, jodida hambre deseando alimentarme de ella.
—Joder...—Gimió cuando centre mis dos dedos en su clítoris, me baje el pantalón repitiéndome que ya la haría venir con mi lengua luego, ya no aguanto un segundo más sin estar dentro de ella, tire su braga a un lado y subiendo a su altura, recargue mi peso a su costado y tomando su pierna di el primer y jodido empellón que me hizo blanquear los ojos, Ainhoa grito en gemidos y yo la sentí tan jodidamente estrecha que fue tocar un pedazo de cielo.
—Dime que si te cuidas, por favor...
—Tengo el implante...—Tomé sus piernas colocándomelas en las caderas e hincándome en el piso comencé a penetrarla como un jodido animal, su pelvis estaba elevada a mi altura y su boca no daba más en gemidos y me importo un mierda estar al aire libre, soñé con este momento por semanas, y no pueden ser unas circunstancias más horribles pero placenteras a la vez. —Va...vas a...a matarme animal.
Ainhoa chilló apretando sus senos y eso no era más que un dardo de lujuria inyectado en mi sistema, presione su abdomen bajo dando empellones bruscos introduciéndome por completo, sentía su carne abrirse y moldearse a mi tamaño y ritmo, contorneaba las caderas buscando más, exigiendo más.
Me tiro de los hombros ataco mi boca y comenzó a mover su pelvis en círculos dejando que acelerara mis embestidas mientras me comía su boca, baje mi mano a su clítoris masturbándola, tragándome sus gemidos, mordió mi labio, tiro mi pelo y atándose a mi cintura me giro para que diera el primer sentón que me hizo tirar la cabeza hacía atrás y enterrar mis dedos en su cadera.
Se aferro a mis hombros y como una puta diosa comenzó a dar sentones rápidos y duros, su culo chocaba con mis muslos y el sonido tan exquisito de sus fluidos chapotear contra mi miembro no hacía más que ponerme incluso más duro.
Comenzó a gemir de manera más aireada, su entrada se contrajo y en vez de bajar las revoluciones al saborear su orgasmo comenzó a montarme con más ansias, sin detenerse a tomar aire, cerró con fuerza sus ojos brincando sobre mi polla como una bestia, me tenía al borde de la locura, me temblaban las piernas y sentía escalofrió en los brazos, al sentir que me llevaba al límite de lo humano.
Se inclinó hacía mí metiendo su lengua en mi boca y yo moldeando sus nalgas las abrí elevando la pelvis dándole más profundidad para que de tres sentones se corriera gimiendo sobre mi boca, me trague sus gemidos, tomándola de los hombros girándola nuevamente, seguía disfrutando su orgasmo, convulsionando con la agresividad que seguía proporcionándole a las embestidas que le daba, no me detuve de penetrarla sin medida hasta que mi espalda se encorvo y jadee soltando el primer chorro de liberación, me moví en su interior bajando la intensidad, vaciándome por completo, seguía gimiendo, sus piernas temblaban, y yo alucine, sintiendo como si este fuera el primer y mejor polvo de mi jodida existencia, sintiendo mi corazón latir al máximo, mi cerebro dando mil giros en mi cráneo y en cuanto su mirada azulada se posó en la mía, sonreí dejándome caer.
—Estoy jodidamente enamorado de ti, rubia estúpida.
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