Capítulo 50.
Hela Petrov.
La daga se me resbalo de las manos al igual que el cuerpo sangrante de Darina, cayó de espaldas y mis piernas dieron torpes pasos hacia atrás, la sala completa se sumió en un silencio que me dificultaba incluso el respirar.
¿Dijo...dijo que...
Vi movimiento a mi alrededor, oí voces, gritos, miraba mis manso cubiertas de sangre, la daga en el piso, la garganta abierta de Darina y...y...
¡Maldita sea!
Me tire al piso arrodillada frente a ella y girándola presione su cuello parando la puta hemorragia.
—¡Ve por Noemí! —Ordene sin saber a quién en específico, pero como nadie se movía grite con el doble de desesperación, mis manos comenzaron a temblar, todo mi jodido cuerpo reaccionaba en shock, dijo...
Ella dijo...
Él...
Ella dijo que él...
Está vivo...
¿Se refería a...no...yo lo ví...ella...
——Hela...—Alek se inclinó a mi lado y como no hice esfuerzo de mirarlo siguió hablándome. —Murió, Darina ya...
—La perra no muere hasta que yo se lo permita. —Lo miré y con mis labios temblorosos corrí mi dedo sintiendo la debilidad en su pulso carotideo, hija de puta más le vale no morir.
Alek soltó maldiciones y tomando un apósito de la mesa intercambio mis manos para que yo de forma hábil tamponará la herida en sus costillas.
Hija de puta, hija de puta.
Me desesperé al no sentir los pasos bajando la escalera, al ver que la vida de esa perra se me iba, me vi en una realidad donde la duda de si mi hermano seguía con vida me carcomía desde adentro y eso...eso me aterro, no sé qué dije, no sé qué ordenes lance, pero por la expresión en la cara de Alek sé que no le di pie para discusión.
Aitor camino hacia nosotros y ayudando a Alek ambos la tomaron presionando sus heridas mientras que yo corría escalera arriba gritando, llamando a Noemí, quien venía bajando de las habitaciones con Adam tirándola del brazo, al verme, cubierta de sangre se espantó pero no le di tiempo de reaccionar, tiré al piso todas las cosas que estaban en la mesa para que Alek y Aitor colocaran a Darina sobre la mesa.
—Esta hija de puta no puede morir. —Sentencie mirando a Noemí, quien miro a Darina para luego mirarme a mí y la herida mortal en su cuello. —¡No puede morir Noemí!
Le grite y reaccionó. Corrió hacia Darina, mientras que Akim llegaba a su siga con un botequín lleno de instrumental médico, en cuanto Alek dejo de hacer presión en su cuello la sangre salpico el piso, camine de forma incesante de un lado a otro, mientras que Noemí tomaba el control de la situación, grito indicaciones, pidió material médico y fue como si tuviera seis manos en vez de dos, intente ayudar, intente reaccionar, pero mi mente no dejaba de dar disparos con sus palabras, está vivo, está vivo, me repetía mientras que lapsos de momentos me azotaban, las hienas, su brazo, su tatuaje, su...su cuerpo...
Está vivo...
Me gire para mirar a Darina y notar que Adam se volvió el ayudante de Noemí, ella se encargaba de parar la hemorragia de su cuello, mientras le daba indicaciones de cómo proceder a Adam para parar la hemorragia en sus costillas, la herida fue limpia, no toque órganos, solo...solo... Noemí se desconcentraba indicándole a Adam y en mi desesperación cruce la sala hacía la chimenea prendida, tome una botella de la barra, la regué encima de un fierro plano para meterlo dentro del fuego ardiente.
La sala era un caos, Axel gritando que Noemí no debía esforzarse tanto, Alek intentando calmarlo mientras vigilaba mis movimientos, Noemí gritando que necesitaba ayuda, Adam intentando parar las hemorragias, Akim corriendo de un lado a otro buscando material médico junto a Ainhoa, y yo...yo...dejando que la tormenta de mi caos me consumiera.
—¡No puedo suturarla, la hemorragia no cede! —Adam se colapsó y Noemí chilló en desesperación, tire de mi cabello y sacando el fierro en rojo vivo de la chimenea camine hacia ellos empuje a Adam y con un grito en advertencia de Noemí lo presione contra las costillas de Darina, no pasaron ni diez segundos cuando el aroma a carne quemada pego en mi nariz, la hemorragia comenzó a ceder y yo deje caer el fierro a mis pies controlando la respiración acelerada, mire a Noemí y al ver como sus ojos me gritaban que ya no había nada más que hacer solté las primeras lágrimas.
—Di...Dijo que...estaba vivo. — Susurre ganando un silencio rotundo a mi alrededor, Noemí me analizo el rostro notando la caída silenciosa de mis lágrimas, su vista se nublo, sacudió su cabeza y movió sus manos con más rapidez, dando indicaciones, miro a Darina, volvió a palpar sus muñecas en busca de pulso y todos notamos algo...ella...ya no respiraba.
—No está respirando. —Susurro lo obvio alterándome.
—Noemí. —Mi voz tembló. Me ignoró.
—Bisturí. —Estiro su mano hacía Akim quien sin dudarlo se lo entrego, cuando tiro la cabeza de Darina hacía atrás enterrándola encima de la tráquea supe lo que hacía, Akim le chillo que debía revivirla no re-asesinarla, pero lo ignoramos. —Cánula.
Estiro nuevamente la mano hacía Akim, pero este tenía su entrecejo fruncido mirando el material médico absorto sin saber que mierda pasarle, pensé en empujarlo y hacerlo yo, pero Aitor reaccionó antes pasándole la cánula a Noemí quien en cosa de segundos la inserto en la tráquea de Darina, pasaron segundos que parecieron minutos cuando vi el movimiento en su pecho, Noemí tiro su cabeza hacía atrás y sus manos comenzaron a temblar, me miro y al ver el alivio en su rostro mis piernas perdieron fuerza.
Caí de un golpe seco al piso, mi mano se fue a mi pecho al sentir la presión en mi corazón, Noemí comenzó a llamarme, pero no podía dejar de mirar el piso cubierto en sangre, necesito que despierte, tiene que despertar, debe repetir lo que...debe...
Una presión cálida se instaló en mis mejillas y cuando elevé el rostro vi el azul zafiro en los ojos de Alek detallándome el rostro con precisión, deslizo sus pulgares por mis mejillas limpiando el recorrido de mis lágrimas, movió sus labios pero no lo oí, solo podía respirar de manera agitada con mis manos apretada en mi pecho.
Alek coloco su mano encima de la mía mirándome a los ojos, transmitiéndome su tranquilidad, no abrió más su boca, solo hacía gestos poco notorias, incitándome a respirar, movía sus hombros cuando inhalaba y los relajaba al exhalar incitándome hacer lo mismo, y lo hice, claro que lo hice, me concentre en sus respiraciones, imitándolas, para que lentamente mi corazón volviera a su ritmo natural, no me di cuenta, no se quien se acercó si yo, él o ambos, pero cuando reaccione, note que nuestras frentes estaban juntas, que su mano sostenía la mía y que compartíamos la misma respiración.
Deje que esos minutos de paz y silencio se volverían horas, que me consumieran y me transportaran.
[...]
Siete horas han pasado.
Siete jodidas horas donde no he despegado mi mirada de su cuerpo nauseabundo, su aspecto no ha mejorado—dudo que lo haga— pero el movimiento en su pecho me da tranquilidad, la habilidad de Noemí es increíble, ya se lo agradeceré luego, regalándole un Maserati o alguna mierda.
Mi pie daba incesantes golpes contra el piso uno tras otro sin detenerse.
Darina seguía encima de la mesa con una vía en su brazo y unos cables con oxígeno en su nariz, cuando Noemí estabilizó su cuello confirmo que no alcance a tocar sus cuerdas vocales y que sería capaz de respirar y hablar por sí misma, al pasar las horas le saco el tubo del cuello colocándole una mascarilla de oxígeno que ahora paso a naricera, he esperado pacientemente a que despierte, pero cada minuto que pasa la incertidumbre de si dijo la verdad me carcome.
Airón está vivo y mientras yo tengo a Darina, tengo la llave de su libertad.
Noemí se acercó a pasos lentos a mí pero no la mire, no podía dejar de mirar el cuerpo de Darina esperando a que reaccionará.
—Lo que dijiste, lo que dijo, sobre Airón, ¿Es...es verdad? —Enterré mis uñas a mis palmas y no respondí, no sabía que responder.
—¿Por qué no despierta?
—Perdió mucha sangre y estuviste dos días torturándola sin descanso, su cuerpo necesita recuperar esa energía, puede que en horas o en días, no sabría darte tiempo exacto.
—Tiene que ser ya.
—Aunque despierte, no cortaste sus cuerdas vocales pero estuviste cerca, puede que ni siquiera sea capaz de hablar bien en días.
—No necesito que hable, solo que asienta o niegue a mis preguntas.
—Tendrás que esperar a que despierte y pueda...
—Esperar y una mierda. —Camine hacía ella deteniéndome en el botequín sobre la mesa, mire los frasco, tome la jeringa y rompí la ampolla de adrenalina.
—¡Hela no...! —Muy tarde, no alcanzo a terminar su advertencia cuando agarre impulso para enterrar la aguja en el pecho de Darina, empuje el embolo hacía el fondo inyectando cada gota de adrenalina, conté los segundos exactos y fueron siete, siete segundos tardo en brincar encima de la mesa, su cuerpo se levantó y si el grito de Noemí no había llamado la atención los jadeos asfixiantes de Darina sí.
—¿¡Qué demonios!? — Aitor se detuve a metros de mí igual que todos, Darina abrió de golpe sus ojos, sus manos se elevaron de forma torpe para sostener su cuello, su rostro se contrajo preso del dolor pero no me importo le di un par de minutos para volver a la realidad, estuvo con falta de oxígeno por varios minutos lo único que me falta es que su cerebro se hubiese terminado de freír y la dejará media estúpida.
—Darina—la llame pero no dejaba de soltar jadeos aireado, enterré mis dedos entorno a sus mejillas girándole el rostro para que me mirara—fue demasiado descanso, la muerte te rechazo y te trajo de nuevo ante mí, ahora dime, ¿Airón está vivo?
Se me quedo analizando el rostro con los ojos abiertos de par en par, podía oírme de eso estaba segura, incluso sé que su habilidad cognitiva no estaba deterioraba porque vi cierto brillo juguetón en sus ojos que no tengo tiempo de tolerar.
—Si crees que has visto lo peor de mí estas equivocada, puedo ser aún más sádica cuando no me dan lo que quiero, así que responde, ¿Airón está vivo? — Abrió su boca y cuando su voz salió hecha un jadeo inentendible su ceño se frunció toco su garganta y cuando intento moverse se quejó, me lanzó dardos con la mirada y la ignore rodándole los ojos. —Patética hasta para sobrevivir a un corte en la garganta, ¿puedes mover la cabeza o es que eres inútil hasta para eso? —Rodo los ojos. —Airón...—Sonrió calentándome la sangre, tire de su mano alcanzando el bisturí, me gritaron una advertencia y girándome para hacerlos callar con mi mirada estire la palma de Darina sobre la mesa, se tensó. —Métodos de torturas arcaicos y muy utilizados, pero efectivos a mí respecta, veamos, tienes —mire sus manos— diez intentos para negarte a responder, doce contando tus ojos, ¿comenzamos? —enterré el bisturí en su dedo anular hasta tocar el hueso se sacudió en su lugar pero lo ignore— Airón—de forma estúpida volvió a sonreír y soltando una exclamación dolorosa de mi boca corte su dedo de un movimiento, no podía gritar por su garganta, pero el gemido de dolor fue similar a un grito agónico— te quedan once, ¿Airón está vivo?
Apretó sus labios y cuando abrió su boca corte su dedo índice.
—Deberías hacerle caso a los rumores que se dicen de mí, más los que especifican que carezco de paciencia, puedes darme la información que pido y ahorrarte el seguir perdiendo tus dedos, te darás cuenta de que soy un ser sumamente caritativo cuando me lo propongo, volveré a preguntar Darina, ¿Airón está vivo? —La mire mientras que ella me analizaba el rostro, no movió un solo musculo, solo sus ojos se movían de un lado a otro, su labio tintineo en una sonrisa y yo solté un suspiro cansado. —Bien, como sea—le reste importancia elevando los hombros, me puse de pie y su sonrisa se borró— puedo conseguir de otra manera esa información, secuestraré a algún guardia o numeral, que sé yo, de lo único que puedes estar segura es que no tardaré ni dos días en saber si mi hermano esta con vida e ir por él, no como los dos días que llevas siendo torturada y tu papi no ha siquiera asomado la cabeza para buscarte —la mire haciendo un puchero lastimado y se remeció con rabia, chasquee la lengua y me gire a la barra para tomar una botella de whisky sellada y un vaso.
<< ¿Vez la diferencia?, tú padre se resignó a perderte porque sabe que contra mí no puede pelear, en cambió yo no me esconderé para llegar a Airón, porque me importa una mierda tu padre y tu mafia, a eso se le llama tener ovarios—señale mi pelvis y serví un vaso lleno de whisky— así que salud, por la hija de puta muda sobre la mesa—me gire para ver a los demás mientras sonreía dirigiendo mis pasos hacía Darina— y al cobarde de su padre que no tuvo las pelotas de matarme. —Respire sobre el trago e hice la acción de beber pero haciendo un sonido con la boca deje caer el contenido sobre el cuerpo de Darina se espantó por el movimiento repentino y yo ensanchando una sonrisa ladee la cabeza mirándola con confusión. —Oh—sacudí la botella dejando caer el vaso—y salud—ladeé la botella dejando caer todo su contenido por alrededor del cuerpo de Darina— para que ardas gratamente en el infierno, perra.
Solté la botella a su lado tomando un mechero de la mesa, lo encendí y el rostro de pánico de Darina fue suculento, jugué con el mechero en mis dedos haciendo como si lo soltara para que la incertidumbre la comiera viva.
—He oído que el morir incinerado es la muerte más lenta y dolorosa existente, ¿me harías el favor de describir lo que sientes cuando el fuego te vaya consumiendo?, muero de curiosidad. —Darina comenzó a negar frenética, mientras que lentamente acercaba el mechero al inicio de la mesa. —¿Qué pasa?, ¿Quieres cooperar? —asintió— oh tranquila no te esfuerces, es más interesante ver como ardes...
Se sentó de golpe sosteniendo mi mano para comenzar a asentir de manera frenética, ignoro el dolor de su cuello e incluso el de sus costillas, solo asintió dejándome helada, complemente helada, deje caer el mechero a un costado de mí para dar dos pasos hacia atrás.
—¿Airón está vivo? —Aitor pregunto mirando con fijeza a Darina quien asintió sin sacar la mirada de mí, sus ojos me gritaron, "Lo está, está vivo"—Hela, él...
Cerré con fuerza mis ojos y dirigiendo mis pasos bruscos hacia Darina la tire de la polera con la misma brutalidad que mi puño impactaba contra su rostro, di dos puñetazos seguidos dejándola caer inconsciente a la mesa, las respiraciones de asombro resonaron y yo me gire para que analizaran mi rostro, mis ojos se movían de un lado a otro, mientras que mi mente comenzaba a trabajar al mil por hora.
—Ainhoa—no la mire, pero note como se tensaba— espero que tus habilidades informáticas sean tan buenas como presumes, necesito mandar un mensaje a Ucrania. —Me asintió y respirando con profundidad eleve el rostro para centrarme en Alek, aunque mis siguientes palabras no fueran destinadas a él. —Aitor encadénala, cuando despierte asegúrate de que no haga nada estúpido, la necesito viva.
—¿Y ahora que haremos?
—Recuperar a Airón—Alek habló por mí acelerando abruptamente el latir de mi corazón— Akim ponte en contacto con Iker, dale nuestras coordenadas y dile que la Diosa requiere cobrar su favor, que...
—Que lo quiero en menos de un día aquí—continue. Dijo cada palabra con su mirada severa puesta en mí, retándome a contradecirlo, pero al contrario, por Airón soy capaz de aceptar órdenes.
Comenzaron a moverse a mi alrededor pero había algo en la mirada de Alek que me parecía a desafió dio una rápida mirada al pasillo que conectaba con las habitaciones y antes de que hiciera cualquier otro movimiento direccione mis pasos hacia aquel, introduciéndome con determinación a los pasillos para posterior a mi habitación deje la puerta abierta, no paso ni dos segundos cuando la puerta se cerró a mis espaldas, quedamos en silencio, podía oír su respiración a mis espaldas y sentir como me quemaba su mirada, sabía, sabía perfectamente el discurso que su mente estaba preparando y antes de que pudiera decírmelo hable.
—Lo sé—baje la cabeza—se lo que dirás y...—me gire para mirarlo— he pasado mi vida inserta en la negatividad, nunca espero que nada bueno pase porque soy consciente que no lo merezco, pero me aferraré a esto Alek, me aferraré a la posibilidad de que mi hermano sigue vivo, por una vez en mi jodida vida llamaré a la positividad, Airón—me tembló la voz— después de todo el dolor que sentí, después de las ganas que aún me consumen de morir, él...él...
—Está vivo Hela—dio un paso hacía mí y yo sentí como si sus palabras fueran aire fresco para mí, el retumbar en mi corazón anhelaba que esas palabras salieran de su boca, como si necesitará oírlo de su voz para confirmarlo— Airón esta...
Al sentir las lágrimas quemándome las mejillas no lo resistí más y de cuatro largos pasos llegue a él, me amarre a su cuello y lo tire hacía mí, reaccionó de forma automáticamente tirando de mi cintura a su cuerpo recibiendo mis labios, lo bese con anhelo, con euforia...con las emociones brotando por cada poro de mi cuerpo, Alek dio pasos hacía mí obligándome a retroceder y de un rápido movimiento tiro de mi cintura di un brinco atando mis piernas a su cadera, para con fervor comerme su boca.
Se dejo caer a la cama conmigo encima y aun con las lágrimas corriendo por mis mejillas comencé a sacarle la ropa, comenzando por su chaqueta, deslizo sus manos por el interior de mi polera tirándola hacia arriba, eleve los brazos dejando que sacara mi polera y en cuanto mi cabello cayó a un costado de mi rostro Alek me sostuvo de las mejillas mirándome con adoración, analizo mi rostro, deslizo su pulgar limpiando mis lágrimas y con suavidad tiro de mi para atrapar mis labios fue...no sé cómo demonios describir la tormenta de sensaciones que desato en mi interior.
Confusión, deseo, anhelo, ansiedad, curiosidad, am... fruncí mi ceño al sentir el revoloteo en mi abdomen, el calor en mi pecho y el cosquilleo en mis manos, presione sus hombros obligándolo a recostarse en la cama y cuando sus manos recorrieron mis curvas con delicadeza, termine por sentir como si algo en mí hiciera erupción, tome su rostro entre mis manos quedándome quieta encima de él, para analizar su rostro, sus facciones, su cabello alborotado, sus labios inflamados, su respiración agitada, las pequeñas líneas de expresión instaladas a un costado de sus ojos causadas por la interminable irritación, sus...sus ojos, tan vacíos y expresivos a la vez, como gritaban lo que su boca aun tardaba en decir, me centre en ellos, en ese azul hipnótico que me ha sacado del mismo averno para darme a probar un poco de cielo.
Bajé mis manos por su cuello con suaves caricias, por su pecho, sus brazos, sus manos, su torso, lo recorrí hasta donde más podía disfrutando del roce de su piel.
Sus manos recorrieron mi cintura desnuda presionando mi espalda baja hice caso omiso a su petición y me recosté sobre su pecho, mi nariz rozo la suya y deje que el azul de su mirar me consumiría, que me atrapara, deslice mis dedos por el contorno de su quijada para con mi pulgar rozar su labio inferior bajando la mirada a ellos, sintiendo una necesidad que nunca antes había sentido, presione mis labios contra los suyos, sin el mismo deseo punzante que siempre nos atraía, por primera vez en mi vida me vi besando de forma lenta, pausada, delicada y sensitiva, me vi besando con sentimientos.
Sus labios me recibieron de forma calidad, era un choque de labios suaves, memorables, como si tuviéramos una eternidad para besarnos sin que nada pudiera detenernos o interrumpirnos, me deje caer recostando mi pecho sobre el suyo y con mis manos aun sosteniendo sus mejillas me desconecte de mi cuerpo dejando que todo fluyera a su ritmo.
Su mano subió por mi espalda recorriendo mi piel, con lentitud desabrocho el broche de mi sostén para seguir recorriendo el largo de mi espalda sin interrupciones, se detuve en mi nuca enredo su mano en mi cabello apegando más nuestras bocas, su lengua rozo con la mía aturdiendo mi razón, fue como si por primera vez lo estuviera besando de verdad, no era más que un roce de labios, calor y sonidos asfixiantes, apretó su mano a mi cintura y en cuanto sentí la dureza de su miembro en mi entrepierna mi cuerpo ardió estremeciéndome, quería que esto, esta primera experiencia de sentir para mí durara más, pero no puedo negar mi naturaleza lujuriosa y agresiva, quiero disfrutar de esto, de él, de este momento, de las sensaciones, ser capaz de conservar esto en mi memoria.
Alek soltando un suspiro sobre mis labios metió su pierna entre las mías girándome para quedar entre ellas encima de mí y fue él, el que me beso ahora, de una forma un poco más...más a mi manera.
Su mano se deshizo de mi brasier y sus labios abandonaron mi boca con una débil caricia a mi lengua, bajo sus besos a la curva de mi cuello para dejar pequeños y débiles mordisco que mi cuerpo exigía fueran más agresivos, sus manos moldearon mis senos y mi espalda se arqueo. Deslizó su lengua por entremedio de ellos deteniéndose en el izquierdo, lo contorneo con su lengua para succionar la punta de carne que me hizo elevar la pelvis suplicando por más, lo succionó tornando un poco más la agresividad que tanto me gusta, su mano magreo mi seno derecho dándole atención y metiéndolo en la boca continúo bajando.
Dejo débiles mordiscos en mi cintura para con delicadeza besar el sutil vendaje sobre la aun doliente herida en mis costillas, sus manos se deslizaron por mis piernas, pasando por mis muslos llegando a mis rodillas, iba bajando con lentitud dejando besos con su boca y caricias con sus manos, bajo el cierre de la bota deshaciéndose de ambas, beso el inicio de mi cadera para desabrochar el pantalón, comenzó a bajarlo y eleve la cadera para facilitarle el trabajo, libere un pie para que terminará por tirarlo lanzándolo al suelo, dejo las bragas y aunque la espera me está consumiendo la ansiedad me mata.
—Me tienes completamente jodido Hela—murmuro dejando besos en su camino de subida por mis piernas se estancó en medio de mi entrepierna soltando la respiración en un aire tibio que erizo mi piel— he estado deseando esto por días. —Deslizo sus labios por el contorno de mi ropa interior cortándome la jodida respiración. —Siempre estoy deseoso de ti.
Dudo mucho que fuera a mí a la que le estaba hablando, más bien a una parte de mí, se encargó de confirmar mi pensamiento al deslizar la lengua por encima de mi braga, tuve que tirar la cabeza hacia atrás por la puta sensación, abrí más mis piernas, suplicando que me diera jodida atención.
Soltó una sonrisa curva y deslizando sus dedos por encima de las bragas haciéndome soltar una bocanada de aire por la sensación, ya no podía abrir más mis piernas para él, para que hiciera lo que quisiera conmigo, dio una mirada por mi monte de venus y comenzó a subir con lentitud, mi abdomen, costillas, senos, todo, me recorrió como quien observa una obra de arte
—Ich bin vor dir auf die knie gefallen, Hela.
<<Caí de rodillas ante ti, Hela>>
Soltó palabras roncas para darme lo que tanto suplicaba mi mirada, corrió la braga y fue el calor de su boca la que hizo que soltará el primer gemido, deslizo su lengua por alrededor de aquel monte de carne que hacía temblar mis piernas, y cuando su boca succiono alrededor de él, me estremecí aferrándome a la cama, Alek le dio toda su jodida atención a ese punto perfecto, lo succiono, lamio y beso con devoción.
Apoye mis codos en la cama levantando mi tronco superior, sus dientes tiraron con suavidad y por espasmo mis piernas intentaron cerrarse, no me lo permitió, es más las abrió incluso más para él, su mano derecha sostenía mi pierna obligándome a mantenerlas separadas, y su mano izquierda abría más mis pliegues para él, para llegar más hondo, para lamer cada centímetro de mí.
Paso mis piernas por sus hombros y se sacio con su festín, soltaba jadeos aireados calentándome la piel mientras que yo era un mar de gemidos ahogados, hizo una especie de rastrillo con sus dedos juntando los fluidos de mi cuerpo en mi entrada, para de un empellón introducir dos dedos con un chapoteo de mis fluidos, arquee la espalda moviendo mis caderas pidiendo más, necesitando más y claro que respondió a mis suplicas, él siempre responde a ellas.
Curvo sus dedos en mi interior soltando gruñidos ahogados, sus dedos iniciaron un gancho tocando un punto en mi interior que me hizo virar los ojos y sentir como si estuviera ardiendo en vida, metió un tercer dedo acelerando sus embestidas y lamidas, llamando a mi orgasmo, poniéndome al límite, mordía, succionaba y penetraba sin descanso, con alevosía, hizo círculos con su lengua sobre mi clítoris y ya no di más, cada músculo de mi cuerpo se tensó, mordía mi labio para calmar ese torbellino de emociones que se esparcía con rapidez por mi cuerpo, pero curvo sus dedos, succiono mi clítoris rasgando con los dientes y gemí en gritos ahogados sintiendo como el calor se centraba en una parte de mí, ¿Se detuvo?, claro que no, lamio con incluso más fascinación, cada fluido que salía de mí Alek lo lamia, hasta dejarme convulsionando de placer sobre la cama, saco sus dedos de mi interior y alejo su boca de mí, limpio con el dorso de su mano el contorno de sus labios, pasando la lengua por los mismos saboreando hasta la última gota, subió la mirada por mi cuerpo y en cuanto llego a mis ojos, se activó ese deseo animal en mí, por sentirlo, por montarlo, por...
Lo mire con adoración, estaba hincado en la cama, entre mis piernas, con su torso desnudo y con su pantalón asfixiando la parte que más me gusta de su cuerpo, podía ver, sentir e incluso saborear su dura y prominente erección, mi interior lo desea y mi boca lo anhela, me saboree los labios con su imagen, subiendo el camino de mis ojos a su rostro, notando como sus pupilas no daban más de dilatadas, como el azul se volvía incluso más oscuro, potente, deseoso.
Me senté en la cama hincándome a su altura, mis senos rozaron con su pecho y solo una distancia prudente nos separaba, deslice mis manos por su abdomen llegando al botón de su pantalón, me gusta esto, ir lento, sensitivo, disfrutar de su toque, las emocione que me hace sentir, son...caóticas, se está introduciendo cada vez más en mi infierno, dejando que mi caos lo consuma, volviéndose parte de él y en cierto modo, gobernando mi infierno, es un pelea constante con mi sentir y razón, un tire y afloja de permitirle gobernar lo que siempre ha sido mío, permitirle incendiar un corazón que siempre ha sido de hielo.
Baje el cierre de su pantalón sin sacarle la mirada de los ojos, sin dejar de gritarle lo que mi boca no era capaz de admitir, lo que nunca sería capaz de admitir.
Baje su pantalón y cuando tire la tira de su bóxer me detuvo sosteniendo mi muñeca, mire su rostro con confusión, pero mi pulso se aceleró, al ver como el brillo en sus ojos se intensificaban, su boca se entreabrió pero sus labios temblaron con dudas, sus dedos se enroscaron en mi muñeca y lo vi, vi las palabras que peleaba por decir, la confirmación de su mirada, la necesidad en su tacto.
—Te amo, Hela.
Silencio, caos, tormento, bombardeos, disparos, explosiones, fue todo, todo se intensifico dentro de mí, de mi mente, los bellos en mi piel se erizaron, un sudor frio corrió por mi nuca sintiendo, procesando y asimilando sus palabras a una lentitud irritante, me lo dijeron sus labios, ojos y tacto, todo en él me grito mi sentencia, me grito que estaba jodidamente perdida.
Alek no desvió la mirada de mis ojos, como si supiera que la respuesta está en ellos, no en mis palabras, no en mis gestos, solo en mi mirar, abrió la boca pero no lo deje emitir palabra, ate mis manos a su cuello y estampe mi boca contra la suya en deseo, con un deseo latente que no me dejaba pensar.
La lentitud paso a ser explosiva e irremediable, paso a consumirme en un tormento de fuego que arraso con todo a su paso, con mi razonamiento y sentir, lo convirtió en ceniza para resurgir de una mejor manera, lo gire arrojándolo de espaldas a la cama, me subí a horcadas encima de él y no soporte estar más de cinco segundos alejada de su boca me lance como un imán encima de él, me restregué sobre su erección haciéndolo reaccionar, reaccionar por fin a mi momento lascivo, sus manos dieron un estrellón en mi trasero restregándome con más necesidad sobre su erección aun cubierta por su ropa interior, baje mis manos para deshacerme por fin de esa prenda sobrante liberando su miembro, el cual se levantó cual astil.
Baje el camino de mis besos a su cuello, mordiendo y tirando su piel con alevosía, sintiéndolo en cada parte de mí, levante mis caderas y con mi mano acomode su miembro a mi entrada, lo presione con lentitud robándole jadeos mientras que mi mano se deslizaba de arriba, abajo por su falo.
—Repítelo. —Exigí succionando la piel de su cuello, sostuve su mandíbula con mis manos, subiendo por su cuello hasta dejar mordiscos por su quijada, Alek intento empujar mis caderas hacia abajo, la presión lo mata pero me mantuve firme, elevé el rostro para mirarlo a los ojos, exigiendo oír de nuevo esas jodidas palabras.
—Hela...—Advirtió y yo me dejé caer a penas unos centímetros por su longitud, mordí el interior de mis mejillas para no gemir por la sensación de su miembro abriendo mi carne.
—Quiero oírlo de nuevo. Alek....
—Te amo He...Joder...— Me deje caer por completo metiendo hasta el último centímetro de su miembro en mí, me volví jodidamente loca y posesiva, aferre mis manos a su pecho y di brincos encima de él como una desquiciada, sin importar el pequeño dolor que sentía en mi entrepierna por la abrupta intromisión, sin importa la incomodidad en mis heridas aun dolientes, sin importar una jodida mierda, repetía sus palabras una y otra vez volviéndome loca, siento que el jodido ego no me deja pensar, que me estoy ahogando con mi narcisismo, tire mi cabeza hacía atrás acelerando mis subidas y bajadas por su falo, chocando mi cuerpo contra el suyo, dejando que los sonidos me estremecieran, nuestros cuerpos, el chapoteo de fluidos, sus jadeos, mis gemidos.
"Te amo", se repetía una y otra vez, haciendo que acelerara cada jodido movimiento de mi cuerpo, que fuera al límite y lo pusiera al límite, mi infierno se desato, se volvió en caos, mis demonios iniciaron su cacería y el fuego eterno se avivo irradiando cada parte de mí con su calor.
Alek aferro mis caderas elevándose a mi ritmo soltando gruñidos, enterró sus dedos en mi piel cerrando los ojos tirando su cabeza hacía atrás, lo estoy volviendo jodidamente loco como él a mí.
Perdí fuerza en mis brincos por el estremecimiento en mi piel comencé a flaquear, incluso cuando sentía la fuerza de tres mil caballos, Alek se sentó en la cama soltando maldiciones moviéndome con intensidad abría mis glúteos buscando más profundidad, abriéndome para recibirlo por completo y lo hacía, joder lo hacía.
Succionó la piel de mi cuello y yo tire su cabello amarrándome a sus hombros lo hice mirarme en cuanto sentí que estaba a punto de estallar, lo mire a los ojos dejando que moviera mi cuerpo a su antojo que me usara para buscar su propio placer, que se vertiera en mí las veces que se le diera la puta gana, soy suya y él es jodidamente mío, sus ojos gritaron lo que su boca no ha dejado de decir y dando dos sentadas profundas y bruscas sobre su miembro le di la jodida bienvenida con trombos y desfile a mi jodido y puto infierno.
———————
Capítulo emotivo, ¿No les parece?
Las esperanzas vuelven a aparecer frente a Hela, y un nuevo sentimiento se desbloquea en su caos, ¿Que podría salir mal?
Espero les gustará el capítulo,
Besitos
Javi 🐍
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