Capítulo 5
Alek Schneider.
—Puedes dejar de suspirar, comienza a irritarme.
Yo ya estoy irritado.
Akim, Akim siempre era él encargado de irritarnos a todos, y quien ignoró las palabras de Adam y suspiro con mayor ímpetu direccionando su mirada a mi hermano ya irritado. Todos estamos exasperados con los ruidos que hace Akim y con Akim.em general.
Tenían una partida amistosa —De no sé qué mierda— mataron a Akim y ahora no deja de lamentarse y quejarse, no sabe perder, nunca aprendió a perder.
Bueno, no es como si supiéramos manejar del todo bien la derrota, somos competitivos por naturaleza, o ganamos o ganamos es así de sencillo.
—Estoy taaaaaaan aburrido –— reclamo alargando sus palabras, abriendo sus brazos golpeando el mando en las manos de Axel—- me divertía más cuando intentaban matarnos.
Rodé los ojos y evite el asentir, joder no pensé que me aburriría tanto estar sin hacer nada.
-— ¿Es normal extrañar que te disparen?—Akim se giró para mirarme y preferí ignóralo, responderle es darle inicio a ina charla interminable que por muy aburrido que este, prefiero no tener.
—Hace casi dos semanas nos agarraron a tiros y no te vi muy entusiasmado. Es más, parecía que estabas a punto de cagarte encima—se burló Adam, mirando de reojo a un Axel con su ceño fruncido y mirada puesta cien por ciento concentrada en la pantalla frente a ellos.
—Eso no es...
—¡Oye! ¡¿Qué fue lo que hiciste?! –— chillo Axel interrumpiendo a Akim, lanzando el mando hacía el otro lado del sofá.
Adam elevo sus manos en victoria y se estiro en su lugar despreocupado, con una sonrisa altiva.
—¿Cómo?, pero si ibas perdiendo —– Akim señalo la pantalla y miro detenidamente a Adam.
Han jugado más de siete partidas y todas las ha ganado Adam.
—Helena me enseño —– le resto importancia.
— "Helena me enseño" — – Akim imito la voz de Adam en un tono realmente inmaduro ganándose un almohadazo en la cara.
Negue cruzándome de brazos apreciando el espectáculo con desagrado.
Iker salió de España hace aproximadamente tres días y Ainhoa no ha dado noticias favorables, mi madre no ha llegado a Egipto, algo tuvo que pasar en Libia como para que ella se detuviera y eso me tiene bastante tenso y preocupado.
Xavier, —a quien creó juzgue mal—se está haciendo cargo del negocio de su padre en su ausencia, parece disfrutarlo ya que no nos ha honrado con su presencia, a diferencia de cierta sexi arpía de ojos esmeraldas y su amiga la castaña parlanchina, han venido unas dos veces en estos últimos días— ¿He estado preparado para sus visitas repentinas? — en lo absoluto, se les está haciendo un mal habitó, avisarme una vez que ya están en el apartamento.
No me involucro mucho en lo que hacen, Axel parece que está satisfecho con la presencia de la castaña, que a mi parecer deberían cocerle la boca, no deja de hablar, no se calla ni por un segundo, es agradable, sí, al igual que exasperante, en cambio la pelinegra es más silenciosa pero cuando abre —esa tentadora— boca lo único que lanza es veneno, algo... Seductor, a decir verdad.
Adam es el más complacido con Helena se llevan bien, las veces que han venido, Axel se pierde en su habitación con Noemí y Helena se queda en la zona de juegos, pasan horas jugando pegados frente al televisor, esa mujer tiene unos reflejos increíbles y a pesar de que está concentrada en la pantalla y pareciera que no existe nada más a su alrededor, mantiene su ambiente controlado, se da cuenta cuando alguien más invade su alrededor, o percibe las miradas efímeras que le lanzo, no puedo pasar desapercibido con esa arpía, por más que trate de pillarla desconcentrada, siempre me ve venir.
Aunque es algo mutuo, ella tiene un aura pesada, algo a su alrededor que hace resaltar su presencia, puede estar en un lugar atestado de gente, pero sobresale, y no hablo por su apariencia física—aunque su apariencia destaca más que nada—es ella en sí, su naturaleza segura y pecaminosa la hace destacar donde quiera que este, esa mirada caprichosa y narcisista, me tiene cautivado.
Es absoluta y realmente tentadora la maldita.
—¡YA! ¡ALEK AYUDAME! –— me llego un cojín a la cara sacándome del transe.
Lo dejé a un lado y me di cuenta del desastre que había a mi alrededor, la mesa de centro estaba patas arriba, el sofá grande casi salía de la sala y los mandos estaban disparados por todo el lugar.
Adam yacía sentado en posición de indio sobre uno de los sofás individuales, moviendo sus manos alentando la pelea que Axel y Akim tienen.
Akim estaba encima de Axel desatando su furia a almohadazos limpios, contra el rostro de Axel quien no dejaba de chillar pidiendo ayuda.
—¡Muere, muere! –— Akim presiono el cojín contra la cara de Axel y yo suplique al cielo que por favor se morieran los dos.
Termine metiendome.
—Juega limpio —– recrimine lanzándole la almohada a la cara a Akim quien por el impacto cayó hacía atrás, puro dramatismo ni la lance con fuerza.
Axel respiro con exageración, pero no perdió tiempo para invertir posiciones.
—¡Casi me matas! —– chillo envolviendo sus manos en el cuello de Akim.
—Si no fuera por el casi –— Adam suspiro con pesar llamando la atención de los dos primates en el piso.
Axel y Akim se unieron contra Adam, lo jalaron de la polera y este se fue directo al piso, por la posición en que estaba sentado no alcanzo a poner sus pies en el suelo.
Se volvieron una especie de bola mal formada entre manos y pies, Akim le jalo el pelo a Axel.
Axel le mordió el pie a Adam y este último le daba codazos en el abdomen a Akim.
—¡Maduren por favor! –— suplique tirando mi cabeza hacía atrás.
Me tense al oír el cese de sus jadeos, los mire y me miraban con determinación.
Entrecerré mis ojos y negué en advertencia;
—Ni se les...
No alcance, estos jodidos inmaduros de mierda se lanzaron como depredadores a donde estaba yo, el sofá se volcó y caímos al piso, sentí cosas rompiéndose, quejidos suplicantes, malas palabras, risas y uno que otro golpe.
No sé quién mierda es el que salpica baba, pero me tiene como desesperado lanzando golpes para que se alejen de mí, jalaron de mi brazo, mordieron mi pierna, tiraron de mi cabello y babearon mi cara. ¡Putos animales!
—¡Ya basta! –— grite en un tono más agudo de lo esperado.
Akim lloriqueo porque le metieron el dedo al ojo y se volvió una maquina lanzadora de manotazos.
—¡Dejen de morderme! —– zarandee mis pies e intente arrastrarme para salir de ese maldito lio.
—¡Ya, ya tregua! —– Akim elevo sus manos y por fin.
Maldito infeliz era él quien mordisqueaba mi pierna.
Adam le voló la cara de un almohadazo y sonrió complacido;
-— Sí, tregua.
Akim se lanzó con dramatismo hacía atrás y estiro sus brazos, me quede quieto en mi posición, si me muevo estas bestias pueden reaccionar mal.
El pecho de Axel subía y bajaba sin piedad alguna, su cabello estaba humedecido por al parecer saliva, su rostro colorado y sus pupilas dilatadas, —lo repito— cinco años tienen.
Una luz pestañeo encima del sofá grande llamando nuestra atención, el teléfono de Axel estaba sobre este, la luz se disipo un par de segundos para luego dar inicio al timbre de llamada.
Junto a Akim se dieron una mirada retadora y antes si quiera de entender que pasaba Akim hizo el intento de ir por el teléfono, Axel le jalo de los pies lanzándolo al piso, paso por encima de Akim pisándole la espalda baja y la mano para lanzarse al sofá recogiendo su teléfono, el sofá se volcó, con Axel respondiendo la llamada.
—¡Hola! —– hablo entre quejumbroso y entusiasmado—- Eh... nada, solo... veíamos televisión, ¿Por qué?
Akim comenzó a lanzarle cojines desde su lugar mientras que Axel arrancaba con el teléfono en la mano.
Freno sus movimientos y rasco su nuca;
—- Preciosa no creó que podamos...
Apenas dijo esas palabras, fueron tres miradas las que recibí, cerre mis ojos y me senté en el piso, estaba tan cómodo, creí que si no me movía no me notarían.
—No, no tenemos nada que hacer –— siseo mirándome con suplica - —¿Podemos? – modulo.
—¿Qué? – pregunte.
—Noe consiguió pase Vip para un club que inaugurarán en el centro y nos está invitando.
Pase mi vista entre Akim, Axel y Adam quienes me miraban con una pequeña sonrisa, los últimos dos años pasaron por mi mente, cada vez que creíamos estar seguros, terminábamos a punto de morir, adelantándonos a los últimos dos meses, nadie ha intentado matarnos, estamos bajando la guardia, pero han sido pacientes y honestamente, merecen un poco de normalidad, teniendo en cuenta que la última vez que salimos no salió del todo bien pero —no fue por nuestra culpa, bueno no del toda nuestra culpa— lo consideré.
Suspiré con pesadez y me puse de pie, acomodando mi cabello.
—Dile que la pasaremos a buscar.
Confirme y las sonrisas no se hicieron esperar.
—¿A qué hora pasamos por ti? —– pregunto al teléfono.
Planche mi camisa con las manos y direccione mis pasos hacia mi habitación.
—Ordenen la sala —– demande antes de que comenzaran a planear cosas, bufaron, reclamaron y se pusieron a ordenar.
[…]
—¿Una veterinaria?, ¿Es la dirección correcta?
—Sí –— confirmo Axel- —esta es la que me dio-— me mostro su teléfono y si, estamos en el lugar correcto.
Me apoye contra la puerta de la camioneta y metí un cigarrillo en mi boca, analice a mi alrededor y estábamos casi en el centro de la ciudad, ya es bastante tarde, Noemí nos dijo que pasáramos por ella a las once, pero la dirección que nos dio es justo en una clínica veterinaria.
—¿Es una especie de metáfora o algo? –— pregunto Akim entrecerrando sus ojos.
—La llamaré...
Las puertas de la clínica veterinaria se abrieron dejando salir a dos oficiales de policía con un pastor alemán a su delantera.
Axel bajo el teléfono al percatarse de que la castaña sostenía una enfática conversación con uno de los oficiales, quien no tuvo pudor en pasar su mano por la cintura de la chica para besar su mejilla.
Akim soltó una risa burlona y Axel frunció su ceño, —¡Oh por favor! — evitemos el drama hormonal.
—¡Que tengan una bonita noche oficiales! –— canturreo alegra la castaña, sacudiendo su mano en despedida, Axel se cruzó de brazos esperando que la castaña notara su presencia, pero parecía muy a gusto mirándole el trasero a los oficiales mientras estos se iban.
Ambos direccionaron su mirada a nosotros y fue poco sutil la mirada fulminante de Axel hacía el más joven de los oficiales.
—¡Oh, Hola! –— Noemí nos vio y camino hacia nosotros abrazando sus brazos.
Vestía con una bata blanca y su cabello atado, me sorprende verla con anteojos, le da un toque más de inteligencia.
—Sí, Hola —– Axel entrecerró sus ojos, mientras que Noemí, le daba un beso en la mejilla a Akim y Adam, asintió con la cabeza en mi dirección y centro su mirada en Axel, quien seguía analizándola con los ojos entrecerrados.
—No sabía que eras veterinaria — comento Adam al notar el silencio incómodo.
—¡Sí! –— sonrió—- mi padre lo era, así que una vez que se jubiló me hice cargo de la clínica —– señalo a su espalda-— ¿Quieren pasar?
Asentimos para caminar a su siga, Akim golpeo la nuca de Axel y este bufo con pesadez, eso es lo malo de ser quien juega, nunca se es grato ser el juguete.
—Se me hizo tarde, estaba por cerrar, pero el oficial vino con Dennis a una consulta postoperatoria, ¿Podrían esperarme?, debo limpiar un poco y terminar la ficha clínica.
—Sí, tranquila haz lo tuyo —– Axel hablo por primera vez y los ojos de la castaña brillaron.
—¿Quieres acompañarme? —– señalo a la que creó es la sala de operaciones y Axel asintió algo desganado y camino junto a ella.
Estaban por cruzar la recepción, cuando los ladridos se intensificaron en una de las puertas del lugar, sentí quejas, maldiciones y un par de golpes, centre mi mirada en esa puerta y agudice mi oído, siento reclamos, pero no logró formar palabras concretas.
La puerta se abrió y la sala quedo en un total silencio, todas la atención estaba puesta en esa puerta.
Me quede analizándola en silencio, la puerta se cerró a sus espaldas y esta elevo su mirada, estanco el movimiento de sus manos y nos miró con determinación, su rostro estaba serio y parecía furiosa, sus labios en una línea recta, su ceño fruncido, su cabello estaba débilmente desordenado, es primera vez que veo ese lacio cabello, desordenado.
—¡Helena! –— siseo Noemí, esta giro la vista hacía su amiga, y pareció enfurecerse el doble.
—¿Pasa... Pasa algo? —– Akim la analizo de pies a cabeza.
Y sí, esa pregunta esta demás, claro que pasa algo, parece más a la defensiva que de costumbre, tenía sus hombros tensos, al igual que la expresión es como si por primera vez la pilláramos fuera de su zona de confort.
—¿Qué hacen aquí? —sé que se refiere a nosotros, pero su mirada no sale de la castaña.
—Yo...Nosotros...
—Nos invitó a un club que inauguraran, ¿No te invito? –— me cruce de brazos ganándome su atención.
La mire con más detalle, su cabello suelto y largo enmarcaba su rostro definido—estaba sudada—, sus cejas contraídas y sus facciones tensas.
—No –— negó tensionando su mandíbula—- no lo hizo.
La miro y la castaña tembló en su lugar;
— Y...Yo te llame... te llame cientos de ve...
—¿Eso es sangre?, ¿Estas herida? –— Adam dio un paso seguro hacía Helena mirando sus manos y esta pareció notar de que hablaba mi hermano.
Baje mi mirada junto con ella y sus nudillos y dedos estaban manchados de sangre.
—No –—mintió— estoy bien.
—¿Y qué hay con la sangre? -—pregunto Akim.
—¡Helena! –— bufo Noemí caminando hacía su amiga, con una sonrisa del todo forzada— te dije que te lavaras las manos, la sangre no es de ella —– informo sin mirarnos a la cara, tomo las manos de su amiga y la jalo-— llego un perrito atropellado y ella me ayudo atenderlo, salió a ver si encontraba a sus dueños y ni siquiera se lavó las manos.
Negó con una sonrisa y ambas caminaron a la sala de procedimientos—no le creí—, que excusa más patética, se encerraron en aquella sala y los cuatro nos quedamos mirando como si haciéndolo habláramos telepáticamente.
Un "Que raro" estaba escrito en el rostro de mis hermanos, más "Que raro" es "Sospechoso", la sangre parecía fresca, desvié mi mirada a la puerta por donde salió Helena y volví a centrar mi mirada en donde ella y Noemí estaban.
—¿Dónde vas?
Ignore la pregunte de Axel y abrí la puerta por donde apareció Helena, mire a mi alrededor buscando el interruptor y lo encendí, los ladridos no tardaron en hacerse oír, analice todo con mucho detalle, Noemí dijo "Te llame cientos de veces" eso quiere decir que Helena no estaba aquí, ¿Por dónde entro?, no hay una puerta de salida en este lugar es una habitación cerrada sin ventanas.
Esto es extraño, muy extraño.
—¿Qué pasa? —– la voz de Noemí golpeo en mis espaldas, pero seguí analizando todo con mucho detalle—- ¿Alek?
—Así que un perro atropellado.
—Sí –— titubeo algo insegura, que mentira y excusa más patética—- ¿Quieren adoptarlo? –— paso caminando por un lado de mí, encendiendo las luces restantes haciendo más visible el lugar-— debe tener entre uno a dos años —– se paró al final del pasillo y señalo uno de los carriles donde los perros estaban.
Camine hacía donde señalaba y un perrito estaba recostado con parte de su abdomen vendado y una vía con al parecer suero corriéndole por una de sus patas delanteras.
—¿Hace cuánto lo atendieron? –— pregunte sin sacarle la mirada al perro.
—Hace como media hora –— respondió y mis pies se movieron sin pensar, salí de aquella sala sin mirar atrás, miré la sala ignorando las miradas confusas de mis hermanos y al no ver a la dueña de los ojos esmeralda, me dirigí a la sala de operaciones.
—¡Ey! –— la castaña me llamo, pero la ignore solo entre.
—¡Oye! –— Helena chillo algo alterada, pero al igual que su amiga, la ignore. Jalé de su brazo y sostuve sus manos para analizarlas con detalle.
Estaban limpias de sangre, nudillos intactos, piel pálida y delicada, atendieron al animal hace media hora, pero la sangre en sus manos era fresca, si supuestamente salió a buscar a los dueños, ¿por dónde demonios entro?
—No sé si te das cuenta –— Helena jalo de su mano y eleve mi mirada en un intento de llegar a su rostro, me detuve en ese brasier negro de encaje, el cual moldeaba perfectamente aquel par de pechos que aguaron al instante mi boca ¡Maldita sea concéntrate!
—¿Qué le paso a tus manos? —– pregunte en un gruñido intentando concentrarme en su rostro.
—¿Te preocupas por mi cariño? —– sonrió coqueta intentando distraer mi mente, no lo lograra.
Mordió su labio y dio pasos seguros hacía mí, invadiendo mi metro cuadrado, su aroma azoto mi nariz, no lleva algún perfume en particular, es su esencia la inconfundible.
—wie je bent? –— entrecerré mi ojos y centré mi mirada en sus carnosos labios carmesí.
<< ¿Quién eres?>>
—Je wilt er niet achter komen schat –— mordió su labio deslizando su mano por mi pecho, subió su mano lentamente hasta dejarla encima de mi corazón, sintiendo el latir acelerado de este.
<<No quieres averiguarlo, cariño>>
Intento deslizar su mano por mi clavícula, pero se lo impedí, jale fuertemente de su mano atrayéndola hacía mí, su pecho cubierto solo por ese brasier de encaje choco con el mío y la gire bruscamente estrellando su espalda contra la pared, no se quejó, mucho menos intento detenerme cuando aferre mi mano a su garganta obligándola a mirarme fijamente.
Es más la jodida arpía sonrió.
—No confío en ti-— gruñí acercando mi rostro al de ella, pude sentir su respirar airado chocando con mis labios, alterandome el doble.
—¿Debería sentirme intimidada? — sonrió, la maldita aumento su puta sonrisa.
Mi agarre en su garganta se afianzo, mis dedos moldearon su mandíbula y sus pupilas se dilataron, el brillo desafiante en sus ojos aumento y su sonrisa, —maldita sea—, cargada de malicia, puedo sentir su pulso carotideo en mis manos, su corazón esta acelerado, pero no es por miedo, no tiene ni una pizca de miedo, parece complacida.
—¿Intimidada o excitada? —– susurro y me tensé al sentir su pierna restregándose lentamente contra la mía, hizo un puto movimiento hacia arriba rozando mi entrepierna-— creó —– descendió su mano libre por mi abdomen tensionando cada musculo a su paso –— que empapada es la respuesta.
Su mano se estancó en el al inicio de mi pantalón, pero en todo ese maldito camino recorrido no desvió su mirada de mis ojos, en ningún momento cambio la forma en que me miro, ni el deseo representado en sus pupilas, humedeció sus labios y los vi cada vez más cerca.
Volví a gruñir intentando concentrarme.
—Ich werde herausfinden, was du versteckst-— su sonrisa aumento y se inclinó hacia adelante rozando su nariz con la mía.
<<Descubriré lo que escondes>>
—No me lo tomes a mal cariño, pero o cierras la puerta y terminamos con esto, o me dejas ir. No me gusta el exhibicionismo.
Solté un bufido y aferre con mayor esmero su cuerpo a la pared cuando rozo sus labios contra la comisura de los míos.
Helena sonrió desviando su mirada rozando su nariz con la mía para mirar por encima de mi hombro. Y por primera vez en todo este tiempo me di cuenta de las miradas puestas en mí.
Es evidente la puta erección que provoco esta maldita arpía, esta consciente de ello desde que rozo su pierna contra mí, quien vea, está en una clara desventaja, pero al tenerla de frente siento que estoy jugando bajo sus cartas y no me gusta, esa mirada confiada y serena —ella no me gusta— no me da confianza.
Solté su garganta y demoré un par de segundos en alejarme de ella, pero lo hice. La mire de pies a cabeza y rote en mi lugar para salir de aquí, la ida al club se fue a la mierda ya no confío en ninguna.
—Nos va...
Jalo de mi mano antes que pudiera seguir avanzando y con una fuerza agresiva me estrello contra la pared invirtiendo posiciones, aferro su brazo a mi garganta e impidió que pudiera moverme, intente alejarme de ella y de su mirada gélida, pero quede inmóvil en mi lugar al sentir ese particular sabor sobre mis labios, estrecho su cuerpo contra el mío y movió sus labios con experiencia sobre los míos, a quien mierda quiero engañar.
¿Puse resistencia? —Por supuesto que no—, ¿lo intente?— ¿Para qué?— si quiere jugar, que este consiente que las reglas las pongo yo.
Deslice mi mano por su cintura desnuda y la atraje más a mí. Presione mi erección contra su abdomen y la sentí jadear sobre mis labios, su lengua se abrió paso en mi boca inyectando su puto veneno, intente invertir las posiciones, pero recargó su cuerpo contra el mío afianzando su brazo en mi garganta evitando el que pudiera moverme.
Admito que me molestó su aura dominante.
Bajé mis manos agarrando ese culo que desde que lo vi no he dejado de mirar, y la aferre más a mí, no tenía el control de la situación, pero ella tampoco, podrá tenerme inmóvil contra la pared pero el que guia los movimientos de su boca, soy yo.
—Si vas a acorralarme contra la pared me besas o me matas, Maar ren niet als een lafaard ——– gruño lo último alejándose de mí, dejándome con la respiración hecha un lio.
<<Pero no corras como un cobarde>>
La recorrí de la misma forma en que ella me recorría a mí, con la respiración acelerada y con gusto a poco, quiero más, sus labios son tan suaves como lo creí y su boca joder una lengua tan hábil como filosa.
—¿Nos vamos de fiesta o no? —– Helena giro el rostro direccionando su mirada hacia la puerta, donde Axel, Adam, Akim y Noemí nos miraban con clara expresión de asombro, sus bocas estaban entre abiertas y sus rostros confundidos.
Esta termino de ponerse una polera negra de cuello alto, acomodo su cabello e inicio su caminar con total seguridad y desplante. Movió sus caderas en una sincronía descomunal y se abrió paso en medio de todos y se fue como si nada hubiese pasado.
Quedaron viendo su espalda en total silencio para dirigir su mirada en sincronía hacía mí, acomodé el cuello de mi camisa e hice sonar mi cuello para salir de la sala de procedimientos que huele a material estéril.
Evite las miradas de mis hermanos y pase de largo, acomodé disimuladamente mi erección y maldije a la diosa venenosa, pagará por esto.
—¿Nos vamos o qué? -— pregunte mirando por sobre mis hombros.
Asintieron enmudecidos y caminaron a mi siga.
Que inicie el juego querida Arpía.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
Holaaaa chiquitines,
¿Que tal les pareció el capítulo?
El próximo capítulo lo narra Helena y tiene contenido +18 jeje,
Besitooos,
Javi†
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro