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Capítulo 42

Alek Schneider.

Direccione mi mano para tomar la botella y llenar mi vaso, pero alejaron la botella de mi alcance y me quitaron el vaso.

—Basta de beber.

—Come. —Akim alejo la botella de mi alcance y Adam dejo un plato de comida frente a mí, era un plato con carne asada, arroz y ensaladas.

—No tengo hambre. —Empuje el plato y los dos con cara de aburrimiento lo volvieron acercar a mí y se sentaron a mi alrededor.

—¿Quieres que te lo de en la boquita? —Akim partió un pedazo de carne con los cubiertos y lo acerco a mi boca con un estúpido ruido de avión, golpee su mano con molestia ensuciándolo de comida. —¡Niño malo! — me palmeteo la mano y regaño como si fuera un crio, no tengo cabeza para sus boberías, malhumorado arrastre el taburete para pararme pero antes de que pudiera sostuvieron mis hombros y frenaron mi silla.

—¿Cuántos días llevas sin comer Alek? —ahora Axel maldita sea.

—¿Tú no tienes una embarazada que cuidar?

—La lista va creciendo, ahora tengo que preocuparme por mi hermano mayor también. —Me palmeo los hombros y esforzándose de más corrió mi silla dejándome pegado a la barra de la cocina.

—Tienes que admitir que nos adoras y amas que nos preocupemos por ti.

—Cuando tenías dos años te cargue y "accidentalmente" te deje caer, ahora accidentalmente te daré un tiro en las pelotas. —Hice el intento de sacar el arma de mi pantalón y Akim chillando me dio otro manotazo.

—¿Me cargabas de pequeño? —Le rodé los ojos al ver su ilusión, pude arrojarlo de cabeza, mi madre me obligó a cargarlo para una estúpida foto, lo solté justo cuando el fotógrafo la tomaba así que en algún lado debe estar esa foto donde Akim llora en el piso y yo sonrió de felicidad.

—Alek llevas días sin comer nada, necesitas alimentarte y descansar antes de que Hela...—Mire a Axel y detuvo su hablar, se sentó a un lado de Akim y arrastro el plato de comida hacía mí, enfatizando el "comer"

—¿Qué quieren? —Les pregunte y se miraron confusos.

—¿Por qué querríamos algo?

—Porque no soy idiota y ustedes se unen solo para irritarme o conseguir alguna estupidez, así que, ¿qué? — Akim abrió su boca ofendido y toco su pecho con dramatismo.

—No queremos nada. —Espetó Adam molesto. Me cruce de brazos y los mire expectante, algo quieren, no soy imbécil.

—Que Hela llegará no quiere decir que le pediré el McLaren para que...

—No somos tan insensibles, que pienses esos de nosotros me duele Alek. —Akim toco su pecho e hizo un puchero resentido, los analicé uno a uno y al ver sus rostro sinceros me sentí extraño.

—Solo nos preocupamos por ti, tienes que comer...

—La verdad es que si queremos algo—Akim puso sus manos en la mesa y me miro con una sonrisa—queremos que comas, te duches y te cambies de ropa, estas horrendo y hueles a basurero, sé un buen hermano mayor, come y haznos el favor de bañarte.

—Me bañe esta mañana.

—Hueles a pañal sucio.

—Eso no es cierto.

—Apestas tanto que quiero vomitar al estar cerca de ti. —Puso cara de asco y negando con la cabeza disimule para olerme, huelo a perfume, ¿de qué mierda está hablando?

—Solo come, quieres. —Axel soltó un suspiro pesado y mire el plato, no puedo comer con ella así.

—Si quieres puedo contarte como ha estado mi día para...

Hundí el tenedor en el arroz para comer y señalar a Akim con un claro "Di una palabra y dejo de comer"

Casi solté un jadeo por la satisfacción, la comida paso por mi boca danzando, ¿hace cuantos días no comía?

—Esta rico, ¿Verdad? — Aitor hablo a mi espalda y lo ignore para comer más rápido y largarme, para buscar tranquilidad en otro lado.

—No estaba tan bueno, no te creas tanto. —Akim lo miro con desdén y se cruzó de brazo para ignorarlo con más condescendencia.

—¿Y porque te repetiste? —Adam le enarco una ceja y Akim lo miro como si le estuviera disparando a traición.

—Porque no iba a dejar que se desperdiciara.

—Ya.

—¿Revisaste cómo te lo ordene? —Deje los cubiertos de lado para mirar a Aitor por sobre mis hombros me asintió y caminó sentándose a un lado de Adam provocando que Akim le pelará los dientes.

—Revise tres kilómetros a la redonda y nada, o nadie la siguió o los mato a todos antes de llegar aquí.

—¿Revisaste bien?, no pareces ser tan eficiente. —la voz de Akim era un desprecio más claro que el agua.

—Tengo un título en seguridad privada, soy un rastreador certificado y encima mercenario, ¿y dices que no soy eficiente?

—Ósea eres un sabueso homicida...

—¿Cuál es tu problema conmigo?

—Sabes perfectamente cuál es mi problema contigo.

—Si a mí no me interesan sus conflictos de críos así que me largo. —Empujé el plato desganado y me puse de pie, en cuanto me gire me pille a Noemí que venía con su botequín caminando hacia nosotros.

—Iré a ver a Hela, ¿Me...

—¡Oigan! —Todos giramos la mirada al pasillo al oír el grito de Ainhoa, volvió a llamarnos y el primero en correr hacia ella fue Akim, lo seguí y la vi parada frente a la habitación donde Hela estaba, la puerta estaba abierta. —Tenemos un jodido problema.

Llegue a su lado y señaló la puerta, entre a la habitación para verla vacía.

¡Vacía, joder!

Mire a mi alrededor esperando no encontrarla inconsciente en el piso o algo peor, entre al baño, al closet y nada, me fije en las ventanas y estaban cerradas.

—Revisen la casa, ¡Ahora! —Los señalé y todos incluyendo a Ainhoa comenzaron a correr, la vine a ver hace menos de una hora y estaba profundamente dormida y quieta, desde que Noemí la suturo han pasado dos días y estuvo esos dos malditos días inconscientes, donde tanto yo como Noemí la veníamos a ver cada una hora para revisar su estado y sus heridas.

¿En qué jodido momento se puso de pie? Y ¡¿Cómo?!, maldita sea, si cayó en la inconsciencia sin la necesidad de sedarla.

Recorrí los pasillos entrando a las habitaciones, revisando los baños, los closet, debajo de las camas, todo donde se pudiera haber metido, por la puerta principal no salió, todos estábamos al principio de la casa y nadie la vio ni sintió salir.

Las ventanas están selladas por el frio, no puedo abrirlas ni usando fuerza, menos podrá ella con la magnitud de sus heridas.

—¡Alek! —Akim me llamo y corriendo me direccione al otro pasillo para verlo sosteniendo la polera que anteriormente le había puesto a Hela, se la quite y desvié la mirada a la puerta frente a nosotros, es la entrada alterna a la bodega.

—Mierda.

Balbuceé y me introduje en la habitación, para correr un mueble, buscar el digitalizador, identificarme y poner la clave, las puertas se abrieron y al ver una de las vendas que Noemí le puso a Hela en el piso corrí escalera abajo, las luces estaban prendidas, jodida arpía, más le vale no haberse ido, no de nuevo.

Llegue a la bodega y mire a mi alrededor, el avión está aquí, pero Hela no está por ningún lado.

—El McLaren. —Akim susurro a mi lado y direccione mi mirada a donde debería estar el McLaren, pero no estaba.

—Se llevo el McLaren. —Aitor llego corriendo para frenar a pasos de nosotros murmurando lo obvio, desordene mi cabello mirando detenidamente a mi alrededor, ¿en qué momento?, ¿Cómo?, ¿¡Por qué!?

Axel, Noemí e incluso Ainhoa llegaron a la bodega repitiendo las mismas palabras que Aitor.

"No está el McLaren"

—Akim, Aitor, al Audi, ahora, los demás quédense y si Hela llega no permitan que se vuelva a ir.

Akim y Aitor no esperaron para encaminarse al Audi, ignoré sus caras de felicidad. Akim se subió primero y comenzaron a pelear por como acomodarse ya que el auto es solo para dos personas, al final terminaron acomodándose cuando les advertí que un solo reclamo y los dejaba fuera.

Me subí en el asiento del piloto y en cuanto lo encendí el panel se encendió informándome que los puertas se abrirían, en menos de cinco minutos una rampa se armó frente a nosotros y el techo de la bodega se abrió la nieve comenzó a caer e ignorando los reclamos de los dos imbéciles a mi lado, pase cambio y aprete el acelerados, el sonido del motor fue complacedor, y la velocidad que agarro en segundos nos dejó a los tres pegados a los asientos, subimos la rampa y salimos al exterior, donde no tarde en visualizar en el piso las llantas del McLaren que lentamente eran cubiertas por la nieve y comencé a seguirlas acelerando.

—¿Cómo es que no la oímos salir? —Akim se inclinó en el asiento para ir señalándome el camino que yo veía a la perfección.

No me preocupa el cómo no la oímos, me preocupa cómo se subió a ese coche y camino estando así de herida, y peor, ¿Dónde demonios piensa ir?

Perdí el rastro de las llantas al llegar a la carretera, pero por instinto doble a mi derecha y aprete el acelerador, controle la velocidad estando sobre nieve suelta, no pienso chocar esta belleza siendo primera vez que la monto.

Tuve que frenar en seco al ver una desviación y notar las llantas de un vehículo marcadas en el piso, retrocedí gire el volante y doble en aquella dirección tomando una ruta directa al pueblo.

Daba golpes en el volante con mis dedos ansioso. Maldita sea Hela, como te pille desangrándote en el piso me harás atarte a la jodida cama, pase horas viéndote, esperando a que despertaras para poder hablar contigo, para hacer que me escucharas y me alejo menos de una hora para asearme y comer y tomas tu oportunidad para despertar y largarte sin siquiera avisarme.

Al llegar al pueblo tuve que bajar la velocidad, era más de medianoche, pero un sábado y los clubes y bares están llenísimos.

—¡Por allá! — Akim paso por encima de mí para señalar por mi ventana, gire la mirada y allá estaba el precioso McLaren Senna negro, mal estacionado fuera de un club, idiotas se sacaban foto frente al auto y yo suplique porque Hela no estuviera dentro de ese club en su jodido estado.

Gire en aquella dirección estacionándome detrás del McLaren, ahora los imbéciles se acercaron al Audi para admirar el coche, es un pueblo retro, supongo que no están acostumbrados a ver estos coches.

—Tremenda máquina.

—Ráyalo y eres hombre muerto. —Me baje acomodando mi chaqueta con Aitor y Akim a mi siga quienes dejaron las rencillas de lado para bajar serios y superiores.

Revisé el McLaren y al no verla dentro del auto maldije y...

—¿Buscan a la dueña del coche? —Giramos la mirada y al ver a un guardia del club con su ojo morado supuse al instante quien había sido la causante.

—¿Está adentro?

—La lunática no quiso hacer la fila, estaciono mal el auto y lleva alrededor de una hora dentro, podrían...

Lo empuje del hombro y entre, me grito que tenía que hacer la fila pero se va a la mierda, entre al club donde la genta bailaba, gritaba, fumaba y follaban a despensas de todos, mire a mi alrededor buscando a la pelinegra y mi mirada se centró en una tarima en el medio del lugar donde una pelinegra embutida en un vestido negro bailaba moviendo sus caderas recibiendo el dinero que los hombres le lanzaban y empinándose una botella de ginebra.

En cosa de segundos se me subió la sangre a la cabeza y de todas las escenas que pude crear en mi cabeza, nunca imaginé verla como una jodida stripper.

Su pantorrilla y su muslo seguían vendados al igual que su muñeca, la herida en su brazo estaba al descubierto pero no le interesaba, solo se movía al ritmo de la música bebiendo sin detenerse.

—Esto no es bueno. —Murmuro Aitor, y claro, me cago en todo que esto no es para nada bueno.

Al ver cómo le manoseaban las piernas, me encamine hacia ella con mis jodidos pies rompiendo el piso, la música parecía ser disparos a mis oídos y mis ojos no salían de las manos que la tocaban, ella arrojo la botella al público que la miraba encantados y caminando por la tarima subiéndose arriba de las mesas, alejándose de mí, tuve que seguirla en todo ese jodido recorrido, mientras caminaba descalza arriba de las mesas, los hombres se inclinaban para ver debajo de su vestido y no le importaba, salto hacia la barra para caminar sobre ella e inclinándose se arrastró a gatas por una botella nueva.

—¿Qué demonios crees que haces? —Llegue hacia ella con la vena punzante en mi cuello, Hela era el maldito espectáculo, todos, tanto hombres y mujeres la miraban y alababan por su jodido show.

—¡Ey! —Me saludo con una sonrisa que no me dijo nada bueno. —¿Cómo me encontraste?, ¿Corriste en la nieve solo por mí?, que lindo eres. —Me señaló recostándose en la barra y tuve que sacudir mi cabeza para entender qué demonios pasaba, arrastro sus palabras, sus ojos estaban achinados y sus mejillas sonrojadas, ¿ella...ella está...

—¿Estás ebria? —Pregunte incrédulo, cayendo más en el pasmo al escucharla reír.

Noemí dijo que nunca se había emborrachado y ella misma recalco que conocía sus límites, yo la vi hacer esas estúpida competencia con Akim donde ni siquiera se mareo.

—Te vez molesto, toma un trago te hará bien. —Dejo caer el ron de la botella a sus labios mojando su rostro incluso su cabello y soltó un grito eufórico y en cuanto intente tomar su brazo se alejó y se puso de pie sobre la barra. —¡Oigan amigos! —grito mirando a su alrededor todos la miraron incluso bajaron la música— un brindis por el machote aquí presente, porque él y sus hermanos asesinaron a mi familia.

Elevo su botella y al instante todas las sonrisas se apagaron, la música se detuvo y las miradas llegaron a mí, pero me importaron una mierda, solo podía verla a ella tambaleándose y riéndose.

—Hela...

—¡Yo invito la siguiente ronda! —Grito eufórica y bebió directo de la botella los gritos emocionados se hicieron oír cortando el silencio incomodo que se había formado comenzaron a beber y Hela a bailar al ritmo de la música.

—Nunca la había visto ebria. —Balbuceo sorprendido Aitor a mi espalda.

—Tenemos que sacarla de aquí. —Ordene tenso y me encamine hacia ella, se había sentado sobre la barra y estaba conversando alegremente con el barman quien le miraba el escote y llenaba el vaso. —Hela salgamos de aquí. —Me gane a sus espaldas y me ignoro, tome su brazo llamando la atención del tipo con el que coqueteaba.

—Está ocupada, ¿no lo ves? —El imbécil me empujo por los hombros y antes de que pudiera devolverle el golpe Hela se volteó mirándome con mala cara.

—Alek estoy en medio de algo, podrías...

Sacudió su mano pidiéndome que me largara y volvió a girarse, sacudió su cabello y deslizó su mano por el pecho del imbécil, él se le acerco, le acaricio las piernas y yo perdí la cordura, di la vuelta por la barra le tome la mano que tenía entre las piernas de Hela y la gire lanzándole dos puñetazos directos a la nariz, con la colera nublándome la vista, tome sus dedos y los rompí, jadeo preso del dolor cayendo arrodillado al piso, lo tome de la polera para seguir golpeándolo hasta la mierda de que se creyeran con la puta autoridad de aprovecharse de sus momentos de debilidad, pero los gritos eufóricos de la gente me hicieron girar la mirada y la maldita de Hela ya ni siquiera estaba cerca.

Lo deje caer al piso y me gire para buscarla y encontrarla nuevamente en aquella tarima pero esta vez con sus manos en un maldito tubo de pool dance.

Camine hacia ella metiéndome entre el tumulto de gente, ganándome miradas de odio y uno que otro golpe pero no me intereso.

Cada musculo se me tensó al ver como bajaba los tirantes de su vestido, como lo haga perderé la maldita cabeza y los mataré a todos.

Jugo con el final de su vestido restregándose contra el tubo y en cuanto se volteó, comenzó a subir su vestido enseñando sus piernas largas y esbeltas, llegó al inicio de su culo y como un animal me subí en la tarima saque el arma y dispare a los focos del escenario dejándolo a oscuras, oí los gritos, la música se apagó y tirándola del me incline y me la puse sobre el hombro.

—Se acabo el show nos vamos. —Me baje de la tarima en cuanto las luces de todo el club se encendieron.

—¡Me está secuestrando! —grito con verdadero pánico y todos se giraron hacía mí—¡Ayuda por favor! —Comenzaron a gritarme que la soltara incluso los guardias se acercaron a mí, pero Akim y Aitor me respaldaron sacando sus armas y apuntando a los que se me acercaban. —¡Va a descuartizarme! —gritaba con sus palabras a la arrastra y me daba golpes débiles, estuviera en sus sentidos fácilmente me noquearía—¡Pero primero a violarme! —chilló.

—Cierra la boca. —Le di una nalgada y ella grito histérica.

—¡No me toques, no soy una chica fácil! —Comenzó a patalear y acelere mis pasos para por fin salir del club, todos se nos quedaron viendo y se preocuparon al oír los gritos de Hela, diciendo que los tres íbamos a violarla, me estoy volviendo loco porque todos vieron sus piernas y dejaría que alguien más la tocará. —Alek...—susurro con debilidad y yo frene en seco mis pasos— no...no...me estoy sintiendo bien.

Su voz se apagó y en cuanto dejo de moverse la baje dejándola apoyada en el McLaren, tome su rostro y en cuanto sonrió elevo su rodilla dándome un golpe directo en la entrepierna, me empujo mandándome arrodillado al piso y grito elevando las manos.

—¡Que siga la fiesta! —Se alejo dando brinquitos, y ninguno de los dos imbéciles con los que andaba fueron tras de ella solo me miraban con una mueca de dolor y presionándose la jodida entrepierna como si les hubiese volado las pelotas a ellos. Di un golpe al McLaren y Akim chilló pero lo ignoré y me puse de pie conteniendo mi dolor para seguir a la maldita arpía.

—Hija de puta. —La maldije tirándola de la mano y la volví a cargar, volvió a gritar me dio golpes en la espalda y pateo el abdomen pero me importo una mierda.

—Váyanse. — Les lance las llaves del Audi a Akim, suficiente atención tenemos con el show de Hela como para seguir llamándola con los autos de lujo.

—¿Por qué tú en el McLaren? —Le di una mirada de advertencia y sin decir nada más se fue al Audi, dejé a Hela a un lado de la puerta del copiloto y la sostuve de las manos cuando intento largarse, me mantuve atento a sus piernas, como me de otra patada, dejaré de ser suave con ella y me alteraré.

—Las llaves.

—Eres un jodido aguafiestas, estaba a punto de follarme al barman.

—Dame las putas llaves del auto, Hela.

—No seas un tacaño y déjame divertirme, me lo quiero follar. —Me golpeo el pecho y con brusquedad la tire de la mano para dejarla quieta y comencé a revisarla, su vestido no tenía bolsillos pero no sería tan estúpida como para dejarse las llaves.

—¡Deja de ultrajar mi cuerpo, ya no estamos juntos! — Se comenzó a sacudir gritando desesperada y cuando la sostuve por la espalda sentí el bulto por un costado de sus senos.

Metí la mano dentro de su vestido y la hija de puta andaba sin brasier.

—¿Y así te ibas a sacar el vestido?, exhibicionista de mierda.

—¡Es mi cuerpo! —Tome las llaves y me empujo. —¡Puedo mostrarlo si quiero! —Me dio un puñetazo directo en la nariz y mi cerebro dio vueltas, me enterró los dedos en los ojos y soltando un chillido paso corriendo por un lado mío. —¡Machista opresor!

Me grito y cuando me gire con los ojos nublados y la nariz adolorida la vi tomando la punta de su vestido, corrí hacia ella y en cuanto se lo subió me puse frente a ella tirando sus manos me saque la chaqueta y la pase sobre sus hombros con molestia, los hombres a mis espaldas comenzaron a gritarme que la dejará y Hela no dejo de lanzarme golpes, subí el cierre de mi chaqueta dejándole los brazos dentro como en una camisa de fuerza y la gire, empujándola al McLaren.

—No soy tu mujer Alek, déjame tranquila.

—Lo eres, eres mi jodida mujer.

—¡Hijo de puta posesivo!

—Borracha eres incluso más insoportable.

—¡Te odio!

—Ódiame dentro del coche. —Abrí la puerta del copiloto y la empuje para que se subiera, se aferró al auto estancando sus pies al piso y yo suplique paciencia para no aniquilarla.

Seguí empujándola pero parecía clavada al piso, maldiciéndola la tome por los pies metiéndola a la fuerza al auto, cerré la puerta con fuerza callando sus gritos y cuando iba a subirme la maldita le puso seguro, me toque los bolsillos del pantalón y en cuanto la vi estaba sonriendo, su mano salía por debajo de la chaqueta enseñándome las llaves.

—¡Hela abre el puto coche! —Negó con la cabeza y comenzó a reír como una niña—¡Que abras la puta puerta! —Di un golpe seco a la puerta y su sonrisa se borró me señalo en advertencia y yo la mire desafiante, ¿quiere jugar la hija de puta? —¡Como quieras!, jodida terca de mierda. —Me aleje del McLaren para tomar un pedazo de madera que había en el piso, lo mire y en la punta habían un par de clavos, se los mostré a Hela y ella se puso recta en su asiento. —Ábreme.

Le ordene.

—¡No sigo tus ordenes! —Me grito inclinándose en su asiento y con el dolor de mi alma pase los clavos por encima de la pintura del McLaren. —¡Voy a matarte hijo de puta!

Me grito sacudiéndose dentro del auto y yo tuve que alejarme no podía seguir oyendo como el auto chirriaba a causa de los clavos.

—Voy a romper la ventana si no me abres.

—No te atreverías. —Me desafió y agarre distancia con el trazo de madera para dirigirme a la ventana. —¡NOOO!

Gritó y las luces del auto parpadearon, saco los seguros de la puerta y antes de que se arrepintiera arroje la madera al piso y abrí justo cuando ella volvió a cerrar las puertas, me subí al auto soltando malditas maldiciones, éramos el jodido espectáculo del club, todos estaban afuera mirándonos.

Una vez dentro del coche empezó la segundo pelea, aprete el botón para hacer andar el coche pero se bloqueó, Hela soltó una risa y yo maldije una y otra vez, las jodidas llaves.

—Dame las llaves.

—Rayaste mi auto.

—Me pateaste las pelotas.

—Me dejaste sin follar.

—Me diste un puñetazo en la nariz.

—¡Me disparaste en el muslo!

—¡Me drogaste, secuestraste y vendiste a mi enemigo!

—Te vuelvo jodidamente loco, ¿no?

—Me tienes jodido Hela.

Le admití y su labio se curvo en una sonrisa, sus mejillas seguían sonrojadas y está a tal grado de ebriedad que dudo mucho mañana recuerde que mierda está pasando.

—Me folle a un tipo apenas llegue. —Aumento su sonrisa sátira apenas vio cómo se tensaron mis músculos.

—Bien por ti, las llaves.

—El mejor orgasmo de mi vida.

—Dame las putas llaves Hela.

—Él si supo complacerme...

Di un golpe al volante y la tire de la chaqueta para buscar las llaves, peleo con mis manos, me dio golpes, arañazos incluso me pellizco pero me importo una mierda, le quite las llaves a la mala para desbloquear el coche y encenderlo, di la primera acelerada importándome una mierda la gente a nuestro alrededor, algunos se lanzaron al piso y pase por encima de los pies de otros, Hela soltó un grito emocionado y yo aprete fondo para bajar el vidrio en busca de aire.

—Jodido posesivo.

—Lunática.

—Eres un celoso, ¿Por qué demonios me seguiste?

—Porque estas herida, desangrada y se me dio la jodida gana.

—Estas obsesionado conmigo.

—Cierra la boca.

—Me quieres por mi poder igual como el hijo de puta de Chavdar. —Di un frenazo que provoco que las llantas traseras se elevaran, Hela se fue hacia adelante donde con suerte pudo afirmarse y yo casi rompo el puto volante por la ira.

—No me compares con ese hijo de puta.

—Me mantienes a tu lado solo porque te soy útil.

—Te mantengo a mi lado porque te quiero, joder, ¿acaso no lo ves?

—¡Pero yo no te quiero a ti!

—Mientes.

—¡Nunca podría quererte Alek!

—Sigues mintiendo.

—No eres nada para mí.

—¡Deja de mentir! —Di un golpe al volante y me giré para verla, con sus labios temblorosos, sus ojos húmedos y mirada dolorosa. —No...no quiero quererte Alek. —Susurro y las lágrimas que derramo me dolieron, fueron dardos que se clavaron en mi pecho.—Y no quiero que me quieras. Yo...yo no puedo seguir con esto, quiero irme.

—Ya es tarde Hela, no puedo dejar de hacerlo. —Le negué calmando mi respiración.

—No...no te haré eso. No voy a quererte Alek, yo soy muerte, todo lo que quiero, Airón...

—Hela lo que le paso a Airón no es tu...

—Tengo que bajar. —Susurro y comenzó a respirar con dificultad, intento abrir la puerta pero las tenía bloqueadas.—Alek, abre las puertas.

Las lágrimas caían por su rostro el cual estaba sonrojado y soltaba sollozos ahogados como si los estuviera reprimiendo para que no salieran mientras golpeaba las puertas forcejeando, para poder huir de esto, de su sentir, de...de su corazón sufriente.

—No puedes reprimir tu dolor Hela, tú no eres la culpable de nada, déjame...

—¡Abre la puta puerta Alek! —Le comenzó a pegar al vidrio y en cuanto la herida en su brazo comenzó a sangrar tuve que desbloquear las puertas. Hela la abrió y no dio ni dos pasos cuando cayó al piso arrodillada golpeando su pecho en busca de oxígeno, rompió el cuello de su vestido, abriendo más su escote y se sacó mi chaqueta, respirando con dificultad, me baje para seguirla, escuchándola dar gritos furiosos mientras limpiaba sus lágrimas.

—¿Por qué te es tan difícil entenderlo? —Me grito sin mirarme, solo se tiraba el cabello maldiciéndose por llorar, por no poder controlarse.

—¿Entender que Hela?, ¿Qué te asusta sentir cosas por mí?

—¡No siento nada por ti!

—¿Entonces porque no quieres perderme? —Quede de pie a su lado y como no me respondió me arrodille sobre el frio pavimento, sostuve su cara, en donde sus ojos se movían de un lado a otro. —No puedes ahogar tus penas en alcohol, no puedes esconderte o alejarte de mí esperando que no vaya a buscarte. Airón murió, pero no fue tú culpa, tú lo protegiste, tuviste la oportunidad de no volver y aun así volviste por él una y otra vez, diste todo de ti por protegerlo, que muriera no fue tu culpa, Hela no fue...

Soltó un sollozo desgarrador y se deslizó por mis brazos ocultando su rostro en mi pecho, llorando, dejándome ser su soporte, la abrace aferrándola a mí y me senté en el piso para sostenerla con fuerza y dejar que soltara todas las lágrimas que quería, que me usará como depósito de lágrimas todo lo que quisiera, yo...yo siempre iba a estar aquí para ella, para...contenerla.

—Airón...él...murió... —Recargue mi mentón en su cabeza apretándola a mí con fuerza, queriendo quitar cada particular de dolor de su cuerpo, quitarle todo el sufrimiento, suplicándole a una fuerza superior a mí que tomará todo ese dolor que estaba en su cuerpo y me lo diera a mí, yo podría manejarlo, yo lo soportaría por ella, cargaría con su agonía por el resto de la vida con tal de que no sufriera un solo segundo más—No sé...no sé cómo vivir sin él.

—El dolor...pasará Hela, solo déjalo salir.

—Ya no me queda nada. —Su voz se quebró y sus manos hicieron un puño mi camisa, sentí mi pecho tan húmedo debido a sus lágrimas y no me importo no podía importarme menos.

—Aunque no lo quieras, me tienes y me tendrás siempre.

—No—me negó con firmeza— estoy sola, yo...yo me iré, no...no...quiero estar cerca...

—No estas, ni estarás más sola Hela, déjame estar para ti...

—No lo entiendes, —negó cegada —mataron a mis padres y hermanos por mí, amaba a Airón y lo mataron por mi culpa, lo utilizaron por años para doblegarme con su dolor, no quiero...

La hice callar sosteniendo sus mejillas para mirarla a la cara, no quiere sentir por el miedo a que la historia se repita.

—La muerte de tus padres no es tú culpa. Tú no pediste ser la obsesión de un psicópata. La muerte de tus hermanos no es tú culpa. La muerte de Airón no es tú culpa Hela, y lo que nos pase a nosotros no es ni será tú culpa. —Me negó soltando lágrimas y yo apoye mi frente sobre la suya respirando su mismo aire.

—Perdóname—susurro acariciando mi mejilla con torpeza— te...te...prometo que me esforcé mucho para no...quererte. No...quiero arruinarte a ti también...

La calle presionando mis labios sobre los suyos, quitándole esas jodidas palabras, no arruina nada, ella no me arruinaría ni aunque lo intentará.

—Deja de esforzarte, no me arruinaras Hela, tú nunca lo harías.

—Se...se...lo...comieron las hienas... Alek... —Soltó un jadeo desolador y volví abrazarla, apesta a alcohol y aun así su mente no lo olvida, escondió su rostro en la curva de mi cuello, llorando, contándome lo que sucedió en ucrania, como Chavdar asesino a su hermano, como el hijo de puta la arruino, me contó sobre el tatuaje que su hermano tenía por ella, como vio que las hienas lo desgarraban, como escapo, a quien vio, me contó todo con su voz rasposa y con el llanto destrozando su voz y yo la contuvo durante minutos, escuchándola, abrazándola entregándole una parte de mí que nunca le había entregado a nadie, siendo...lo que necesitaba, un refugio, un lugar seguro cuando el de ella se caía a pedazos. 

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