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Capítulo 41.

Alek Schneider.

Mire el reloj que me indicó que ya había pasado más de media hora, para ser exacto han pasado cuarenta y dos minutos desde que Hela se encerró en su oficina, cuarenta y dos minutos donde todos se han dedicado a ordenar el desastre que causo. Tuvimos que abrir las ventanas porque el humo era asfixiante y el fuego peligro en apagarse dos veces debido al viento. Los muebles y sofás quedaron destruidos ya no hay donde sentarse, todo quedo total y absolutamente destruido.

——Y hasta aquí llegó yo——Aitor bajo sus hombros en un suspiro pesado y analizó la sala medianamente ordenada— fue un gusto conocerlos, ahora me largo.

—¿Te... te irás?, ¿Nos dejaras solos? —— Noemí se bajó del taburete de la barra y dio un paso hacia Aitor deteniéndolo, todos nos giramos para mirarlo, pero él se veía decidido a irse y no pienso pedirle a nadie que se quede, si se quiere ir que se largue no me interesa.

—De todos los presentes soy al que más detesta. No quiero estar presente cuando pierda la cabeza y nos mate, porque sé que empezara su carnicería por mí.

—Así que huyes como un cobarde, quien lo diría. —Adam murmuro agitando débilmente el vaso en sus manos ganándose la atención de Aitor.

—-No es cobardía, es supervivencia, ustedes ya la vieron, ella...

—No des excusas patéticas, si quieres irte, lárgate y ya. —Lo mire con desdén y al ver como abría nuevamente la boca me gire para ignorar sus palabras.

Dije que le daría media hora, pero idiotamente espere unos minutos más para ver si cumplía su palabra y salía para asesinarnos a todos, quizás tenía la ilusión de que lo haría, quería ver si era capaz de hacerlo.

Me metí en el pasillo que conecta a la oficina y con mis pasos firmes pero mi mente dudosa me detuve frente a la oficina, estire mi mano a la manilla y tuve que detener mis movimientos, aprete mi puño y respire con profundidad—no es tu culpa Alek— me lo repetí una y otra vez hasta que comencé a creerlo, hasta que me sentí listo para abrir la puerta.

Di un paso dentro de la oficina y mis ojos recorrieron la habitación, el librero esta destruido en el piso, el escritorio patas arriba, las paredes tienen agujeros y el ventanal esta trizado, todo, todo es un asco lo único que sigue intacto es la licorería, mire con detenimiento el piso y vi las botellas faltantes vacías alrededor del que era el escritorio, centre mi mirada en el frente viendo a la dueña de todo este desastre, Hela estaba recostada en la silla reclinable con su mirada puesta en el ventanal y con una botella de whisky empinada a medio tomar.

Di otro paso encaminándome hacia ella quien dejo de beber pero no se dignó a mirarme, solo recargo su cabeza en la silla que estaba cubierta de sangre, su brazo tiene un torniquete al igual que su pierna y por el relieve en su abdomen asumo que tiene otro torniquete más, ha perdido mucha sangre y no sé qué tan grave son sus heridas si no deja que se la revisen.

—Les dije media hora. —Su voz sonó torpe y rasposa, y aunque no me miro pude ver el resto de su cuerpo y por como sus manos temblaban apuesto que es más que solo debilidad.

—Esperé a que nos asesinaras a todos, pero nunca paso. —Seguí caminando hacia ella y me detuve cuando dejo caer su mano derecha, donde una enorme y fea quemadura resaltaba en su muñeca, su brazo entero esta rojo y por como palpita doy por hecho que debe doler una infinidad.

—Creí que eras más inteligente.

—Creí que eras más fuerte. —Cabrón, así es como me siento, pero aprendí que con Hela no se puede mostrar debilidad, no puedo ir y darle contención si no me acepta, no la puedo obligar a aceptar mi ayuda ya que con mayor razón la rechazará. Con Hela es todo o nada y para su suerte yo no hago las cosas a media, si no acepta que sea su apoyo, tendré que ser su detonante, para que reaccione, sea odiándome o no.

—¿Qué más fuerte quieres que sea Alek? —balbuceó — ¿Qué más guerras debo pelear para solo morir?

—En un principio te dije que no sería quien peleara tus batallas, pero si quien evitaría que las tuvieras, si no quieres seguir, déjame tener el control y evitar que pelees. —suspiró

—Él dijo, "Ahora tengo motivos para salir"—soltó una risa rasposa y perdió su mirada en la botella— ahora entiendo que es de familia no cumplir las promesas. —Inhaló profundamente y elevo los hombros derramando lagrimas frías, volvió a recargarse en la silla y con su mano izquierda siguió bebiendo.

—Deja que Noemí te revise las heridas. Déjame ayudarte Hela.

—No.

—No debes vivir esto sola. No logró dimensionar por lo que estas pasando, pero no tienes por qué encerrarte y sufrirlo sola, no cuando...

—Alek lárgate.

—No vas a llenarme de mentiras para que te odie Hela, no esta vez, habla conmigo, déjame ayudarte.

—Pueden quedarse—se puso de pie con una mueca de dolor y en cuanto dio el primer paso su cuerpo se tambaleo de un lado a otro, tiene ambas piernas heridas y aun así lo ignora para seguir caminando, sea con sus pies a la arrastra o no.

—Terminaras desangrándote. Si no quieres que lo haga Noemí, déjame hacerlo yo, pero no puedes...

—Alek no soy estúpida, conozco mi cuerpo, conozco mis limites—no, no los conoces— pueden quedarse con la casa, hacer lo que quieran con ella pero no me jodas, dame solo un puto día de tranquilidad, un día sin tener que verte la cara, un día sin escucharlos, solo uno. —Señalo con su dedo y en cuanto sus ojos dieron con los míos la preocupación calo mis huesos, sus pómulos estaban hundidos, al igual que sus mejillas, sus ojos irritados y su rostro pálido, nada en su rostro brillaba ni siquiera sus ojos los cuales con suerte podía mantenerlos abiertos, su mano derecha se movía sin fuerza y su pierna izquierda se arrastraba, cuando desvió la mirada yo sacudí mi cabeza para sacar aquella imagen de mi mente.

Hela tomó una nueva botella de whisky e ignorando todo la abrió y se la empino tomándola como agua.

—Te daré un par de horas—sentencie— en un par de horas volveré con Noemí, para que revise y suture tus heridas, después de eso tendrás el tiempo que quieras sin vernos ni saber de nosotros.

—No doy más de la felicidad. —Ironizo con una sonrisa sorna.

Le di una última inspección y...no me gusto para nada su semblante, tiene muchos golpes, muchas heridas abiertas y un corazón que se cae en pedazos.

Hela siempre dijo que ella no sabía sentir y que mala manera de darse cuenta de que si siente, y que...al parecer siente demasiado.

Salí de su oficina en cuanto ella volvió a sentarse con la que era su nueva botella de whisky bebida hasta la mitad, si sigue bebiendo así no terminará nada de bien.

Cerre la puerta a mis espaldas y me recargue en ella soltando un suspiro pesado.

—¿Qué tan mal está? —Mire a mi costado y Adam me miraba apoyado en la pared del pasillo a brazos cruzados.

Bajé la cabeza restregando mis ojos y no supe que responder. Hela va direccionada a tocar fondo y no sé cómo detenerla, no sé cómo llegar a ella, nunca he sabido como consolar a la gente y no sé cómo hacerlo con ella, quiero ser su apoyo, quiero que confié en mi joder, que me necesite como yo a ella, pero...pero eso no pasará.

Adam sostuvo mi hombro y me aleje de la puerta, lo último que quiero es que Hela sepa la manera en que me afecta y lo ocupe para burlarse de mí.

—Ella no me dejará ayudarla. — Nos detuvimos frente al ventanal que daba a la zona de entrenamiento y Adam se apoyó en este para mirarme sin dejar de analizarme ni cambiar su expresión.

—Tú tampoco dejarías que ella te ayudará. —No respondí, porque era obvia la respuesta, no la dejaría porque no sabría cómo, me pongo en su lugar y si yo fuera ella no sabría como digerir la impotencia, rabia, culpa y el dolor, me sentiría responsable por la sencilla razón de que yo jure protegerlos incluso dando mi vida y...y no pude hacerlo—La acaban de golpear Alek, ha pasado por mucho y su único pilar fue su hermano, y ahora que no lo tiene se está cayendo a pedazos, deja que toque fondo por un tiempo, que llore y sufra todo lo que quiera, después de todo necesita soltar lo que por años a retenido.

—¿Y la dejo destruirse? — Lo mire con la negativa marcada.

¿Soportaré ver a la mujer que quiero destruirse a sí misma?

Me estoy volviendo loco al saber que dentro de esa oficina se está ahogando en su oscuridad y no puedo hacer nada por ella.

Quiero tener una maldita antorcha e iluminar ese vació que la está absorbiendo, sacarla de la mierda en la que está cayendo, no la puedo ver así, no a ella.

—Deja que lo haga, lo necesita, dale unos días y luego oblígala a aceptar tu ayuda, conversando y pidiendo no lograras nada con ella, necesita que la obligues a estar bien, que...

—Que no me aleje aunque me lo pida. —Balbucee sintiéndome como un crio aceptando los consejos de mi hermano menor, menuda mierda todo esto.

—Solo dale tiempo.

—Se lo daré, una vez Noemí suture sus heridas.

Desordene mi cabello y me arme de valor, tendrá solo un par de horas, solo un par para hundirse en su soledad, una vez Noemí la suture podrá hacer lo que le plazca, llorar, gritar, romper cosas, lo que quiera pero no desangrándose.

[...]

Me encontraba sentado en la mesa de la cocina con mi mirada perdida en el ventanal, he observado como la nieve deja de caer por momentos para ser reemplazada por la lluvia intensa, los vidrios se empañan por el calor de la chimenea y la luna amenaza con salir, deben ser más de las siete de la noche, y no vi presencia del sol en todo el día.

Hela lleva más de seis horas encerrada, no ha salido de esa oficina ni por medio segundo, no ha ido al baño, ni se ha escuchado ruido alguno, me he visto cientos de veces con mi mano sobre la manilla peleando con mi instinto y mis deseos de entrar y arrancarle el dolor, pero en todas me freno al no saber cómo.

Al final Aitor no se fue, se excusó diciendo que esperaría a que la tormenta pasará, pero al final se puso a cocinar concentrándose en ello, Noemí seguía sin apetito pero con Axel obligándola tendría que comer en algún momento.

La cocina olía a carne asada y muy a mi sorpresa no olía mal, es más si no tuviera un nudo en el estómago hasta diría que si aceptaría un plato.

Lo aceptaría, si todo no me oliera a carne quemada.

Akim, Ainhoa, Adam y Noemí estaban sentados alrededor de la mesa, todos con la mirada puesta en un botequín que Noemí armo para tratar las heridas de Hela, el botequín lleva más de media hora en esa misma posición, y por como lo miran no me es difícil saber lo que piensan y en como dudan.

—No es tu obligación hacerlo.

—Axel. —Lo detuve mirándolo de mala manera pero me ignoró susurrándole en el oído a Noemí que podía negarse si quería.

—Debo hacerlo, Hela es mi amiga y ella me necesita.

—Amiga que amenazó con matarte.

—Ella nunca me pondría un dedo encima. —Noemí miro a Axel derramando lagrimas como lleva haciéndolo por horas y no duro ni dos minutos antes que se largará a llorar.—No debería estar pasando por todo esto, ella no es una mala persona, no merece tanto sufrimiento.

Axel le acuno el rostro, atrayéndola a su cuerpo, para abrazarla y así lanzarme miradas significativas, como si sirviera de algo. Justo ahora me importa una mierda lo cruel que pueda ser Hela con ella, no me interesa a cuantos pueda herir de los presentes, lo único que me importa es que sanen sus heridas, al menos las externas.

—La comida estará lista en veinte minutos. —Aitor balbuceo recargándose en la barra de la cocina mirándonos a detalle mientras se secaba las manos con un paño de cocina.

Es hora, me puse de pie dándole una mirada a Axel y él dudoso le susurro a Noemí que debíamos ir, ella no lo dudo al ponerse de pie y tomar el botequín para girarse y caminar hacia mí.

Akim nos siguió aunque le dije que se quedara con Ainhoa, con Axel ya teníamos suficiente, pero no tenía ánimo para esa pelea que no ganaría así que los cuatro nos encaminamos por el pasillo hasta llegar por milésima vez frente a la oficina de Hela.

Noemí dio un paso hacia adelante y golpeo, cuando yo pensaba abrir y entrar sin esforzarme a golpear, fui paciente y espere a que respondiera y nada, como era de esperarse ni siquiera respondió, Noemí iba a golpear de nuevo pero no estoy para sus mierdas, le dije que le daría un par de horas y que volvería, se lo advertí no la estoy pillando desprevenida.

Apenas abrí la puerta los sonidos de vidrio chocando se hicieron oír, miré el piso y botellas vacías estaban a un costado de la puerta, di una vista general sin poder elevar la mirada del piso manchado con sangre y botellas vacías, dirigí al instante la mirada a la licorería encontrándola totalmente vacía, esta mañana habían más de una docena de tragos sellados, ahora todas las botellas estaban vacías en el piso.

Noemí paso caminando delante de mí y cuando fije mi mirada note a Hela, sentada en el piso con su cabeza apoyada en la silla y sus pies estirados en un charco de sangre, no podía ver su rostro ya que estaba espaldas a mí con su mirada fija en el ventanal como la última vez que la vi, con la diferencia de que ahora no está en la silla.

—Hela. —Noemí la llamó, quedando a centímetros de ella.

Algo...no está bien.

No podía sacarle la mirada de encima, su cuerpo, no...no está...su respiración no...es normal.

Mi cuerpo reacciono antes que mi cerebro y di pasos rápidos hacia ella y cuanto más me acercaba más se me aceleraba el corazón al notar la...rigidez en su cuerpo.

Noemí se inclinó para tocar su mano y cuando se giró para verme alarmada yo ya estaba inclinado frente a su cuerpo.

—Hela—la llame sacudiendo su brazo y nada.

Saque el cabello que cubría su rostro y al ver como su piel era de un color casi gris me alarme, la gire por los hombros y cuando la silla se corrió tuve que sostenerla porque su cuerpo cayó sin fuerza hacia atrás, sujete su espalda para que su cabeza y brazos colgaran sin fuerza.

Noemí se acercó a mí palpando su cuello y cuando sus manos y expresión tembló, mi mundo mismo comenzó a desmoronarse.

Me miro pálida y con su cuerpo temblando me negó, sin...pulso.

Mire su pecho y no se movía, acerque mi rostro al suyo para sentir su respiración y nada.

No...no estaba respirando.

Noemí comenzó a dar órdenes y en cuanto todos se movieron, la tome y a pasos rápidos salimos de ese desastre de oficina, ignorando las indicaciones, los llamados, ignorando el jodido mundo camine a pasos rápidos a la habitación que era de ella, suplicándole que no fuera tan maldita como para dejarme.

Abrí la puerta y en cuanto entre Axel y Akim se movieron por la habitación buscando las cosas que Noemí necesitaba, deje a Hela recostada en la cama y Noemí abrió el botequín, saco un fonendoscopio y poniéndoselo en los oídos presiono el pecho de Hela, nos quedamos en silencio, esperando y en cuanto los tiro para con desesperación romper la polera de Hela dio un paso hacia atrás y todos nos detuvimos, yo estanque mi mirada en su pecho golpeado, en los moretones en su abdomen pero en especial en esa herida en sus costillas, tan mal tamponada.

Noemí comenzó a rebuscar cosas en su botequín, sacando alcohol, suero y un bisturí.

—Necesitaré más apósitos. —Me miro y era clara su intención, me quiere lejos, pero no me iría de aquí ni aunque nos estuvieran cagando a tiros. Le negué y ella desvió la mirada a Akim, quien rápidamente asintió y corrió fuera de la habitación. —Esto no será bonito Alek. —Susurro y no espero mi respuesta, porque nada de está mierda lo era.

Termino de romper la polera de Hela, palpo su herida y estirando su piel enterró el bisturí en una línea larga abriendo un par de centímetros más su herida para que la sangre que brotara de aquella incisión como una jodida cascada, manchó las zapatillas de Noemí, salpico en el piso e incluso coágulos llegaron hasta mis pies.

Noemí tomo los apósitos que había traído en el botequín y dejando toda suavidad de lado introdujo un par de ellos dentro de la herida de Hela, con unos separadores se ayudó abrir su carne y yo tuve que girar la mirada para dejar de verla.

¿Cuánto...cuánto tiempo estuvo con esa maldita herida?, ¿Cómo demonios llegó hasta aquí sin desmayarse en el camino?, ella...demonios...su cuerpo...es...es una mancha morada debido a tantos golpes.

Podía oír el sonido de sus manos moviéndose y la sangre gotear contra el piso como si lo estuviera haciendo a milímetros de mis oídos... Y lo único que podía sentir era dolor, su dolor se volvió el mío, podía sentir las manos de Noemí dentro de mi cuerpo, la sentía escarbando en mi pecho, sentía el peso de mis músculos, como mi corazón se apretaba y mis pulmones se forzaban por mantenerme vivo, un sudor frío me recorrió el cuerpo y mis manos temblaron ansiosas.

Camine de un lado a otro y en cuanto Akim llego con más apósitos quedo petrificado en la puerta, Noemí le grito que reaccionara y como ni él ni Axel lo hicieron tuve que quitarle los apósitos para girarme y dárselos yo mismo.

—Noemí. —Hable al no entender que mierda hacía.

—Ahora no.

—¿Tiene pulso?, No veo su pecho moverse. Noemí ella no está respirando.

—Ahora no Alek. —Saco los apósitos cubiertos de sangre y en cuanto metió la mano dentro de la incisión de Hela me grite a mí mismo que me girara, pero no podía moverme.

—¿Qué demonios estas...—Saco la mano soltando un quejido y en cuanto la elevo vi un pedazo de metal, parecido a la punta de una daga entre sus dedos, la dejo encima de un trapo y siguió metiendo apósitos dentro de la herida y cuando la sangre dejo de salir el pecho de Hela...se infló.

Solté el aire reprimido y mis piernas peligraron en doblarse, restregué mis ojos y mire aquel pedazo de acero que Noemí saco del cuerpo de Hela.

—Cuando la apuñalaron —hablo en gruñidos mientras preparaba las suturas— el filo del arma choco con sus costillas, por el margen de la herida tuvieron que haber girado la cuchilla dentro de sus costillas astillando el filo, un pedazo quedo en su cuerpo tampono una hemorragia que creo coágulos, tardamos menos de cinco minutos en encontrarla y un coagulo viaja por su torrente sanguíneo llega al cerebro y muere. —Arrojo con fuerza los apósitos al piso y metiendo unas tijeras por la herida abierta corto las suturas internas, para preparar su material para iniciar a suturar las externas.

—¿Estuvo más de siete horas con una hemorragia?

—Diría que días.

—¿Por qué no despierta? —Akim dio un paso quedando a mi altura y aunque él tenía la mirada puesta en Noemí yo no dejaba de analizar el cuerpo golpeado de Hela, a primera vista se ve bien, solo un poco pálida y descuidada, pero bajo su ropa hay un mapa de golpes, la mitad de su tórax esta morado y con cortes, quizás cuentos días lleva así, cuanto tardo en llegar hasta aquí, cuanto camino, corrió y peleo estando así de herida.

—Su cuerpo entro en shock, si bien la adrenalina ocultaba la gravedad de sus heridas, en cuanto su cuerpo se detuvo, sus músculos se relajaron y el dolor llego de un golpe, tendré que ponerle una vía para...

—Sin agujas. —Sentencie para que Noemí frenara sus suturas y se girara para mirarme con confusión y molestia.

—Esto no es como extirpar un apéndice, mira sus golpes, sus heridas, y la gravedad de su estado. Tenía la punta de un cuchillo enterrada a centímetros de sus pulmones Alek, sentirá mucho dolor, necesitara la morfina, la necesitará aun así les tema a las agujas...

—La última vez que la sedaste sin su permiso, casi asesina a Adam. Revisa y sutura sus heridas, una vez despierte y si el dolor es mucho y aun así se niega a la morfina veremos qué hacer, pero no la pincharas sin su autorización.

Le señale y tensando su mandíbula volvió a suturarla, sin responder ni aceptar mi orden, solo siguió la monotonía de sus movimientos.

—Es descuidada Alek, ella nunca aprendió a quedarse quieta, si piensas por un segundo que estas heridas la mantendrán en cama, es porque no la conoces lo suficiente.

—¿Quieres que la ate a la cama?, ¿Qué la encierre en esta pieza?, ¿Crees que me dejaría ayudarla si voy contra su voluntad?, no haré nada que ella no quiera, respeto su temor a las agujas y su repugnancia a los sedantes, no le haré ese daño.

No después de ver el miedo en sus ojos al creer que le habían inyectado esa mierda, no después de ver cómo era presa del pánico al ver la aguja, no le haré eso a ella, tiene suficiente con toda está mierda.

—Como quieras, pero deberá mantener reposo, la herida en su muslo volvió abrirse y tiene un nuevo disparo en su otra pierna, necesita mantenerse quieta para que las suturas resistan.

—Sutura que del resto me encargo yo. —Respondí irritado y suspiro de la misma manera, comenzó a murmurar cosas inentendibles mientras terminaba de suturar el tórax de Hela para seguir con el corte en su brazo, era extenso y profundo, infeliz hijo de puta actúa gobernado por su miedo, no imagino como debe estar hundiéndose en su mierda al perder a Hela, porque juro que nunca más volverá a ponerle un jodido dedo encima.

—Necesitaré más suturas. —Nuevamente desvió la mirada a Akim, al ver que mis pies estaban anclados a un costado de la cama, analizaba los movimientos de Noemí con cuidado, confió en ella, pero no cuando se trata de Hela, sé que no sería capaz de lastimarla, pero no confió en nadie cuando se trata de ella. —Alek—susurro cerrando con cansancio sus ojos— quiero que me prometas algo. —Miro brevemente por encima de sus hombros detallando a Axel que estaba al otro extremo de la habitación pálido al más no poder y por como Noemí hablaba en susurros he de suponer que no quiere que él escuche. —Que pase lo que pase no la dejarás sola, que la ayudaras aunque ella no quiera, que juntos encontraran a ese hijo de puta y lo mataran. Ella...ella merece vivir y ser feliz Alek, aunque no crea merecerlo.

Sus ojos me analizaron y aunque no asentí el brillo en mi mirada me delato, Noemí lo notó y me asintió con una sonrisa temblorosa, no era necesario confirmarle, esa promesa ya estaba sellada mucho antes de que ella lo insinuará.

Terminó de suturar la herida en su brazo y vendándolo Noemí quedo mirando el corte con sus ojos entrecerrados, no era una herida normal, lo noté en el primer instante en que la vi, era muy prolija para ser en pelea. Tomo bien su brazo analizándolo, no pude concentrarme en la expresión de su rostro ya que mi mirada se fue directo a su muñeca y tuve que soltar los malditos botones del cuello de mi camisa al sentir que el aire me escaseaba, si Hela no mata a ese hijo de perra lo haré yo, oficialmente me canse de esta mierda, no huiré más, ya no más.

Noemí dejo su brazo de lado con delicadeza para continuar con su muñeca donde sus labios temblaron y aunque las lágrimas rodaban por sus mejillas ella limpio la zona con suero, con tal suavidad que sus dedos parecían plumas.

Akim llegó con las suturas que Noemí pidió dejándolas en el botequín para ganarse a un lado de mí y supervisar los movimientos de la castaña.

—Ella...estará bien, ¿Verdad? —Akim balbuceo con su voz temblorosa y...y no supe que responder.

—Si alguno de tus hermanos muriera, ¿Podrías recuperarte? —Noemí respondió por mí, dejándonos sumidos en silencio, porque la respuesta era clara, No.

Termino por poner una crema en la muñeca de Hela para cubrirla con aislante y ponerse de pie para mirar su cuerpo de lejos.

Hela no perdió solo a un hermano, perdió a tres y a sus padres por la mano del mismo hombre, hombre que la torturo, uso, manipulo y extorsiono por más de cinco años, de...de ese infierno no saldrá tan fácilmente.

Noemí me dio una mirada para luego mirar las piernas de Hela, y la entendí, así que les di una rápida mirada a Axel y Akim para que estos dos salieran sin decir nada de la habitación dejándonos solos.

Le ayude a sacarle el pantalón lleno de sangre el cual estaba pegado a su piel, Noemí tuvo que mojarle las piernas con suero para poder sacárselo del todo, la herida del disparo que le propine estaba abierta y de un color oscuro, infectado, claro está.

Su otra pierna tenía un disparo por la zona de la pantorrilla, solo estaba el agujero de entrada, así que por conclusión la bala sigue dentro.

—Tendré que voltearla. —Susurro Noemí y le dio una mirada rápida al cuerpo de Hela, lo único que tenía era unas bragas azules y una polera hecha tiritas que tapaban solo sus senos, e incluso así la polera estaba cubierta de sangre, le asentí pero antes de ayudarla camine hacia la cómoda de la habitación tome una polera holgada que conseguí revisando los closet de las habitaciones y antes de voltearla le termine de sacar lo que quedaba de su polera y una vez puesta la nueva le saque también el sujetador y con ayuda de Noemí la volteamos.

Noemí limpio el borde de la herida aseptizando la zona, recolecto su material y cuando hizo el intento de escarbar dentro de su pierna se detuvo frunciendo su ceño.

Palpo la pierna de Hela, se adecuo a la luz y la analizo por minutos para después mirarme.

—No hay bala. —Balbuceo incrédula para nuevamente observar con detenimiento la herida de Hela, doblo su pierna para revisar nuevamente si no había otro agujero de salida y nada. —Pero...

—Se la saco. — Concluí subiendo para mirar su espalda y recordar sus palabras, "La cicatriz en mi espalda", cerre con fuerza mis ojos para sacar aquella imagen de mi cabeza, de ella siendo azotada por proteger a su hermano, no, no puedo...sacudí mi cabeza y volví a mirar sus manos, sus uñas tenían sangre seca.

—Como...ella... ¿Estando así de herida? —Preguntó más para ella que para mí, y soltando lagrimas dolorosas siguió suturándola. —¿Cómo puedo ayudarla?

—Suturándola...

—Me refiero—me detuvo Noemí cortando la última sutura—¿Cómo puedo ayudarla? —Me miro recalcando sus palabras, buscando una respuesta, como si creyera que la tengo, como si yo supiera como ayudarla y no estuviera igual de atado que ella.

—¿Por qué supones que yo sé cómo? — Termino de vendar su pierna y nuevamente la volteamos para que terminara de suturar su muslo.

—Porque la conoces de una manera diferente, porque si yo intentará ayudarla me alejaría.

—La última vez que intente ayudarla me dejo inconsciente y volvió a Ucrania.

—Tú te arriesgaste y le ofreciste tu ayuda, yo nunca he llegado más lejos del querer, nunca me he atrevido siquiera a intentarlo.

—La ayudaste a secuestrarnos. —Sonrió para negarme.

—Ella me lo pidió, si no lo hubiese hecho, nunca hubiese tenido el valor para ofrecerle mi ayuda y no porque no quiera si no que no sé cómo hacerlo, ni siquiera soy capaz de tomar un arma y defenderme, sé disparar, Calu me enseño hacerlo, pero no puedo, solo...—Respiro tranquilizando sus manos temblorosas—no sé cómo ayudarla.

Sacudió su cabeza y regulando su respiración volvió a su trabajo dándole los últimos puntos al muslo de Hela.

Solté el aire en respuesta, no sé qué decir, no sé qué ideas darle o que decirle que haga, creó que por primera vez iré improvisando en la marcha.

Noemí termino de vendarle el muslo y fue a llenar un recipiente con agua para comenzar a limpiarle el cuerpo. Me quede observándola, los golpes en su abdomen, las cortadas en sus brazos, sus cicatrices, ¿Ese es el precio del poder?, ¿Tanto miedo le tienen?, ¿Tanto deseaban doblegarla?

Di dos pasos hacia ella para quitar el cabello que tenía pegado al rostro y mis dedos se deslizaron por las curvas de su rostro, tiene manchas oscuras bajo sus pómulos, su rostro esta tan pálido que parece sin vida.

Noemí llegó a mi lado y yo aleje mi mano del rostro de Hela, ambos tomamos un par de apósitos humedeciéndolos para comenzar a limpiar su cuerpo en silencio. Noemí limpio sus piernas y yo sus brazos cuidando sus heridas y golpes.

Tuvimos que cambiar varias veces los apósitos, incluso el agua que estaba llena de sangre para poder continuar limpiando su cuerpo.

Pase el apósito húmedo por su abdomen y me aleje al ver el espasmo en su cuerpo, con Noemí la miramos al rostro y vi su ceño contraerse y su cara girarse hacia el lado cubriéndose con el cabello.

Esperamos quietos un par de minutos viendo si despertaba, pero nada, seguimos limpiando y pasé a limpiar su rostro, partí por su cuello el cual tenía polvo y sangre seca mezclada con tierra, tuve que presionar un poco para sacar toda la suciedad y continuar con su rostro.

Pase el apósito húmedo por su mejilla y Hela movió sus labios en un balbuceo insonoro, lo ignore para concentrarme en lo mío, se removió girando el rostro quedando a centímetros del mío, mi mirada se fue a sus labios y a su balbuceo y las palabras golpearon mi mente "Porque no quería perderte a ti también"

¿Me necesitas Hela?, ¿Me necesitas tanto como yo?

Me acomode para seguir limpiando, evocando sus palabras de mí mente y las estupideces de mis pensamientos.

Su cuerpo sufrió un espasmo y su pecho se levantó soltando un jadeo ahogado, con Noemí elevamos las manos y ella dio un paso hacia atrás pero yo no me moví.

Sus puños se apretaron y su rostro se movió de un lado a otro, comenzó a sudar en frio y sus piernas se pusieron rígidas.

—No...no...—Murmuraba mientras que sus manos se tensaban y sus hombros se movían como si estuviera buscando la manera de liberarse.

—Le está doliendo Alek, tenemos que...

—No. —Le negué y antes de que pudiera discutirme deslice mi mano sobre su brazo con delicadeza, sostuve su muñeca sana y arriesgándome a su reacción levante su mano, no es dolor lo que siente, al menos...no físico.

Hice que soltara su puño y entrelace nuestras manos, enseñándole a su mente que no está atada, que está libre, que son solo recuerdos y jodidas pesadillas.

Sus piernas se relajaron y su respiración comenzó a normalizarse y lagrimas vacías comenzaron a rodar por sus mejillas.

Broer...

<<Hermano>>

Balbuceo con su voz temblando, apretándome con fuerza la mano, dejo caer su rostro sin fuerza, sus...dedos dejaron una marca en mi mano, pero perdió la fuerza y se desmayó.

No dijimos nada, solo...continuamos con lo que estábamos haciendo en total silencio, y me encargue de limpiar cada lagrima que corría por sus mejillas.

Noemí reviso por última vez que todas las vendas y suturas estuvieran bien y guardando el instrumental y material sucio en bolsas aparte se alejó de la cama, hice lo mismo, Hela debe descansar y yo pensar en cómo ayudarla, que hacer, quizás si necesitemos más protección, si debería aceptar el resguardo de Iker, Chavdar se volverá loco al perder a Hela, la querrá de vuelta y prefiero comenzar una guerra que no sé si ganaré antes que dejar que se la lleve de nuevo.

Salimos de la habitación en silencio para caminar a la sala de la misma manera.

Aitor estaba sirviéndole comida a los demás y cuando nos vieron no dijeron nada, solo nos miraron en silencio.

Axel arrastro un plato de comida a un costado de él y le señaló a Noemí para que se sentará y comiera, ella dejo las cosas en el piso se lavó las manos y se encamino para sentarse a un lado de Axel. Akim y Adam me miraron con la intención de hacer la misma mierda que Axel pero les negué, no tenga ni una misera gota de hambre.

Me senté en la barra de la cocina para estirarme y tomar un vaso junto a una botella de whisky, espero no sea la última, necesitaré más de estas para soportar lo que se viene. 

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