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Capítulo 33

Capítulo 33

Hela Petrov.

Aceleré mis pasos con el muslo entumecido por el dolor pero con el coño satisfecho.

Prioridades son prioridades.

Se desató la tormenta en medio de mi cuarto orgasmo y nos valió mierda, porqué sí fueron muchos días sin esto, lo necesitaba, deseaba y anhelaba.

Alek deslizó su mano por mi espalda baja ayudándome a caminar con más rapidez como si así evitáramos estar más empapados de lo que ya estábamos, evite a toda costa el soltar jadeos por el dolor en mi muslo ya que me lo advirtió en reiteradas ocasiones, pero caliente no pienso con coherencia.

Llegamos a las puertas del establo y antes de que Alek pudiera abrir un trueno me saco de mis casillas. Casi se me sale el alma por la nariz, tragándome el gritito por la impresión y me aferrándome al brazo de Alek le enterré las uñas por neta inercia dando un brinco involuntario.

——No me digas que les tienes miedo a las tormentas.

—¿Miedo? —me burle soltándole el brazo volviendo a mis cabales— yo no le tengo miedo a...

Otro trueno partió el maldito cielo junto con un relámpago y dando un segundo brinco, abrí de un maldito golpe la puerta del establo para empujar a Alek y correr a resguardarme bajo techo. Al instante en que entre las seis personas dentro del establo se pusieron de pie y tres de ellas guiaron sus manos a las armas en sus bolsillos, el único que tenía un arma de fuego era Akim. Todos, pero absolutamente todos me miraban con desconfianza incluyendo Aitor y Noemí, pero ninguno llegó a elevar el arma a mi cabeza, al menos eso es algo.

—Anotaré tu miedo irracional a las tormentas en la carpeta que tengo de ti en mi cabeza. —Alek susurro sobre mi oído ganándose a mis espaldas y pareció que todos a mi alrededor tuvieron la autorización para relajarse.

—¿Qué más tienes en esa carpeta? — No saque mi vista del frente pero estábamos lo suficientemente alejados como para que los demás vieran mis labios moverse pero no oírnos. Cortesía de la tormenta.

—Obsesión por las hamburguesas, cuchillos, sangre, jugar sucio y...lo fácil que es hacerte venir con mis dedos. Se me erizo la piel y mi respiración se entrecorto, sentí la humedad crecer en mi zona baja y tuve que mover mis piernas para pasar esa incomodidad. Alek lo noto y soltando una risa ronca sobre mi oído me pellizco el trasero y paso caminando por un lado de mí.

—Tiene un agujero en el muslo, ¿puedes suturarlo? —Alek me señaló mirando a Noemí, diciendo lo obvio y ella le negó forzando una sonrisa.

—No tengo material de sutura, —otra más que habla lo obvio— pero puedo tamponar la herida hasta encontrar algo que me sirva.

—Hazlo.

Noemí asintió encaminándose hacia mí y yo note algo extraño en la mirada de todos, en como esperaron hasta que Alek asintiera con seguridad para alejar sus manos de las armas y relajarse por fin, ¿así se supone que se ve la lealtad?

—La perdonaste, ¿así de fácil?

Akim me señaló con ceño fruncido y mirada molesta puesta en su hermano mayor, Alek me dedicó una mirada perversa mirándome de pies a cabeza y elevo sus hombros restándole importancia.

—Tenemos pocos aliados en esta guerra y a mi pesar, Hela es una aliada poderosa. — Le rodé los ojos y le levante mi dedo del medio, Alek sonrió acariciando su mandíbula y ese gesto termino por empaparme por completa.

—Necesito que te quites el pantalón.

Noemí se hinco frente a mí y yo le di una mirada significativa, mi ropa interior es negra y puedo asegurar que negra, negra ya no está.

—¿Por qué?

—Porque tu ropa esta húmeda y sucia, puedo tamponar la herida pero con esta ropa solo ganaras una infección.

La mire de mala gana y con la mirada de todos en mí, desabroche mi pantalón para bajarlo. Mi chaqueta era corta al igual que mi polera así que dejé parte de mi abdomen a la intemperie, y gracias a la débil luz del establo se vieron las marcas de sus dedos en mi cadera y piernas, al darme cuenta le dirigí una mirada furiosa pero, Alek estaba más concentrado mirando su entorno que viendo sus marcas.

—Niños, ¿acaso nunca vieron a una mujer en bragas? — Me señale y ellos automáticamente desviaron la mirada. Noemí le lanzo una mirada indignada a Axel y el bajo el rostro, Ainhoa le entrecerró los ojos a Akim y el comenzó a hablar con Alek como si nada hubiese pasado.

Con ayuda de Noemí termine de sacar por completo mi pantalón y ella procedió a realizar su trabajo.

—¿De que son las cicatrices en tus muslos? — Desvié la mirada y Aitor tenía su ceño fruncido con su mirada clavada en medio de mis piernas, abrí mi boca para responder pero no pude hacerlo, ni siquiera llamando a mi ingenio, esas cicatrices me acompañaran a la largo de toda mi vida, pero ni un cien años sabre como responder a esa pregunta.

—Mi cara esta arriba Aitor, no entre mis piernas.

Le enarque una ceja con mi voz tensa y Aitor elevo su mirada a mi rostro, me analizó la cara con detenimiento y al llegar a mis ojos, me ladeo la cabeza en lastima, le di una negativa seca y el suspiro desviando la mirada, hice lo mismo que él, para notar que todos tenían su mirada puesta en mí, algunos me analizaban con curiosidad, otros con lastima y Alek, bueno Alek, era ira, dije que sin secretos, pero hay cosas que aunque quiera no puedo contar y lo que vive bajo esa fosa morirá conmigo.

—Quiero saber, cómo es que hacen explotar una casa de máxima seguridad.

Me cruce de brazos y deje que Noemí intruseará en mi muslo sin quejarme ni alejarme.

—Cortesía de Heiko y sus hombres. —Siseo Akim, haciéndome tensar las manos. Ese hijo de puta de Heiko, está acumulando fuego en su infierno.

—¿Tienes idea de como dieron con la casa? —mire a Aitor—¿Salieron en algún momento?, ¿Alguien los vio, siguió?

—No—negó Aitor—no salieron, el único que salía por provisiones era yo.

—¿Te vieron? —me giré hacia él con mi rostro gélido y Aitor dio un paso hacia atrás negando.

—Nadie que pudiera vendernos. —Se apresuró en responder.

—¿Última salida?

—La madrugada antes del ataque—se cruzó de brazos y por cómo me miro supe que algo andaba mal.

—¿Buscabas suministros?

—Tenemos problemas. —¿Otro más maldita sea?

Noemí vendo mi herida con ropa de alguno de los hombres a mi alrededor, ropa que ya estaba seca, la ató a mi muslo con presión tamponando la hemorragia y protegiéndola de las infecciones, para que pudiera subirme mi pantalón, húmedo o no, es el único que tengo.

—¿Más?, acaso que el Heiko irrumpiera en zona blanca, ¿no es suficiente...

—Heiko se apodero del clan Einherjer.

Lo mire de golpe analizando su rostro, viendo si hablaba en broma, pero la maldita seriedad en su rostro me altero, mi respiración se agito y las manos comenzaron a sudarme. Noemí se puso de pie y en cuanto me iba hablar yo elevé mi mano haciéndola callar y pidiendo que se alejará de mí, que me diera espacio antes de explotar.

Baje la mirada perdiéndome en el piso, mientras que mis ojos se movían de un lado a otro y mi mente se volvía loca.

Heiko tiene a un clan e irrumpió en zona blanca arriesgándose a guerra, debe tener más poder del que creemos si se está arriesgando tanto.

¿Cómo dio con el clan?, nadie ni siquiera los demás clanes saben las ubicaciones exactas de los clanes, nadie más que...que mi familia.

Eleve el rostro detallando la cara de Aitor para pasar de inmediato a Noemí, la casa, su ubicación solo la sabía mi familia y Aitor, pero...pero joder.

—¿Tan malo es? — El susurro de Akim me saco del transé y en cuanto desvié la mirada centrándome en sus ojos vi la mirada de...no...todos murieron, yo lo vi, lo revivo cada maldita noche.

—El clan Einherjer fue uno de los primeros clanes en formarse y los más sádicos, —le respondí, sin desviar la mirada de sus ojos—sus tierras eran intocables e impenetrables, y si Heiko se apoderó de ellos es porque tuvo que existir una alianza o un trato de por medio, así que eso es traición y la traición se paga con la extinción del clan.

—¿Los mataras? —Akim balbuceo con una emoción, que provoco que mi labio se curvara de forma peligrosa en una sonrisa cómplice, pero me contuve manteniéndome firme y negué.

—Convocaría a los clanes para tomar una decisión en democracia, pero eso no se podrá a esta altura porque Chavdar tiene a una amazónica bajo su poder.

Aitor bajo sus brazos y Ainhoa dio un paso hacia atrás por la noticia, el clan de las amazonas es un clan conformado por mujeres guerreras, son frías, agiles y astutas, son sombras, y es el clan más antiguo existente, un clan poderoso y grande.

—¿Cómo es que...

—No lo sé—detuve a Aitor mirándolo con molestia— Chavdar comenzó a preguntarme sobre los clanes y no pude mentir al ver a la amazónica en las celdas, si ella habla y da la ubicación de su clan, Chavdar atacará y al tenerlas bajo su control, más Heiko con el clan Einherjer. —Le di una negativa tensando mi cuerpo.

Seria simplemente...

—Caos. —Susurro y yo le asentí es algo vacía aquella definición para lo que realmente sucedería.

—¿Y ahora que se supone que haremos?

—¿Ustedes?, nada. — Me lleve una mala mirada de Alek, pero esa es la verdad, ellos están en medio de la guerra, serán puntos de poder que las mafias requieren, así que más que estorbar no pueden hacer mucho.

—Si llegan a apoderarse de todos los clanes, estaremos muertos, ya no podríamos escapar ni estar "seguros" en ningún país, esto nos concierne tanto a ti como a nosotros.

Akim se cruzo de brazos a la mala y yo me dedique a mirarlo con mi rostro inexpresivo, mire por sobre sus hombros para notar que Adam le asentía para mirarme con la misma seriedad que Alek, solté un bufido pesado y desordene mi cabello.

—Bien. —Eleve mis hombros accediendo por segunda vez en una noche. Akim bajo sus brazos y me miro con confusión, miro a sus hermanos y en realidad todos me miraban así.

—¿Bien qué? —Axel me susurro entrecerrando los ojos, como si estuviera dudando de mis palabras.

—Que le doy la razón a Akim. Esto les concierne tanto a mí como a ustedes, así que adelante, desparramen sus ideas de como solucionarlo. — Los señale y me recargue en un pilar, mirando mis uñas, esperando en silencio a que se dignaran a hablar pero no hacían más que balbucear estupideces.

—Ainhoa dijo que uniéndonos a Iker tendríamos a la mafia española e italiana de nuestro...

—Tienen el apoyo de la mafia italiana y española, pero se quedan sin el apoyo de los clanes y ellos los superan en número, entrenamiento y arsenal. —Contradije.

—Si el clan Einherjer se unió a Heiko, ¿Por qué los demás no se pueden unir a Iker?

—¿Por qué Heiko no se alía con Chavdar? —solté un suspiro pesado mirándolos con sorna— unirse a una organización requiere entregar algo. Si Heiko se crea una alianza con Chavdar ambos se distribuirán el poder, si un clan se une a una mafia no solamente comparten hombres, suministros y entrenamiento si no terrenos, es un dar y recibir.

—Ya pero una alianza en tiempos de guerra es necesaria, para todos...

—Si ha de formarse una alianza los clanes la harán entre ellos, nunca aliándose con una mafia, a menos que sea de manera irreversible.

—Uniones—asintió Adam—Aitor dijo que Chavdar podría intentarlo, ¿no?, forjar una alianza contigo para obtener el poder de los clanes.

Se me revolvió el estomago y mi rostro se tensó desvié la mirada a Aitor y el pareció leer mi expresión ya que dejo caer sus brazos y su boca se entreabrió.

—¿Lo intento? —Susurro y yo baje la mirada evitando su respuesta.

—Formó parte del séptimo clan, —espeté— el clan líder. Una unión entre un integrante de mi familia y las mafias se tomaría como traición y se pagaría de la misma forma, pagamos las mismas reglas, incluso cuando nosotros las creamos. Aliarme, unirme incluso aceptar ayuda de una mafia se toma como traición y eso conllevaría mi muerte.

—Centrémonos en lo que está pasando ahora. —Alek dio un paso al frente y todos giraron su mirada a él, incluso yo. —Heiko atacó zona blanca, bombardeo la casa de seguridad de tu familia, tenía los planos de la casa, de los túneles, todo, incluso las desviaciones, ¿Cómo...cómo pudo obtener todo eso?

Me quede mirándolo sin poder responder a eso, solo lo analice en silencio al igual que él a mí, ¿Cómo obtuvo toda esa información?, lo desconozco, ni siquiera yo tengo los planos completos de esa casa, nunca puse un pie dentro de esa propiedad, sabía de su existencia porque padre nos contó y porque Aitor la supervisaba, pero más allá de eso no.

—No sabes—tocó el puente de su nariz y yo le di un débil asentimiento—¿Alguien más aparte de Aitor y tú familia sabía de la ubicación de la casa?, ¿Arquitectos, diseñadores, constructores, alguien? —Desvié la mirada a Aitor y tras pensarlo un par de segundos volví a negar.

—Cada casa es diferente, —le conté—mis padres tenían muchas propiedades pero incluso con nosotros eran egoístas, yo conocía la ubicación de unas cuantas, Erlick de otras, Calu de las restantes y Airón ignoraba el hecho de que teníamos casas de seguridad, y mis padres se dedican expresamente en asesinar a los diseñadores, arquitectos y obreros apenas terminaban las casas.

—Entonces, ¿Puede existir la posibilidad de que pudieran dejar a alguien con vida que filtrará la información?

—Lo dudo—vacile— y aunque existiera y vendiera la información a las mafias. Es totalmente imposible que Heiko supiera que ustedes utilizarían alguna en algún momento, —los señalé—mi familia murió hace años, ¿Cómo llegar a la conclusión de que llegarían a la casa de seguridad de mi familia, si nosotros ya no estamos vivos?

—Mis padres eran amigos de los tuyos, ¿Puede ser un factor? —Axel me miro dudoso y yo le di una sonrisa curva.

—Éramos sus hijos y ni teniendo su sangre confiaban en nosotros. Dudo mucho que tus padres sepan de la existencia de esas casas, si ni siquiera sabían que nosotros existíamos.

—Entonces...estamos igual que en un principio, sin saber nada, sin tener plan y con las manos atadas. —Akim soltó un suspiro pesado y se dejo caer con dramatismo al piso.

—Deberíamos descansar un poco. —Sugiero Noemí acunando su vientre. —Esperaremos a que la tormenta pase un poco, para buscar ropa limpia, asearnos, curar las heridas y así empezar a planear que hacer, pero...con el cuerpo cansado dudo que logremos mucho.

Nos regalo una sonrisa a labios juntos y dieron un asentimiento con la cabeza para empezar a sentarse en fardos o dejarse caer con un suspiro de alivio, yo por mi lado no le despegue la mirada del vientre a Noemí, es extraño saber que esta formando una vida en medio de este caos, la veo y sigo sin entender como pudo enamorarse de mi hermano, Erlick era tan...tan especial.

Di una rápida mirada a mi entorno, viendo como Akim revisaba las heridas de Ainhoa, tiene la pierna entablillada con una vara, a Akim le sangra el brazo, Adam por lo que vi tiene una bala en el hombro, Axel tiene heridas en todo el cuerpo, al igual que Aitor y Alek, no creo que sea conveniente esperar hasta que la tormenta pase, mire mi muslo y cargue mi pie en el piso, duele, joder duele muchísimo, si no tuviera un umbral de dolor tan alto seguro estaría desmayada en el piso por el dolor, necesito suturas, ellos necesitan analgésicos y material médico.

Di un giro en mi eje con la intención de caminar hacia la salida e ir al pueblo para ver que encuentro pero un cuerpo fornido y alto se interpuso en mi camino, elevé el rostro y Alek me miraba hacia abajo con una ceja enarcada.

— ¿Qué? —Le pregunte entrecerrando mis ojos.

—Lo que planees olvídalo, tienes un agujero en el muslo y te estas desangrando, siéntate y espera a que...

—¿Cómo sabes que planeaba algo? —Me miro con obviedad y yo me puse de manos en cadera exigiendo la respuesta.

—Nos analizaste uno a uno, miraste tu pierna y decidiste ir por suministros tú sola.

—Eso no es...

—¿Dónde ibas entonces?

—¿Desde cuando tengo que rendirte cuentas?

—Desde que te folle en los baños del club, ¿Dónde ibas?

—Hubiese sabido que esa follada te volvía mi dueño, me lo hubiese pensado dos veces.

—Hela. —Insistió y yo le rodé los ojos molesta.

—Todos necesitan atención medica y suturas si voy al pueblo puedo conseguir...

—¿Iras al pueblo con un agujero en el muslo?

—Aún no veo que te disculpes por el disparo.

—Aún no veo que te disculpes por ficharme.

—Buen espectáculo, ¿No?

Eleve mis cejas con burla y él me rodó los ojos molesto, di dos golpecitos en su pecho diciendo un "no me extrañes" y pase caminando por su lado, claramente me detuvo tirando de mi brazo obligando a girarme.

—Hablo en serio Hela, siéntate y espera a que la tormenta pase.

Señaló un fardo de paja a unos centímetros de nosotros y yo lo mire directo a los ojos viendo si me estaba hablando en serio, ¿me lo esta ordenando?, jale de mi brazo y me pare recta frente a él.

—Ainhoa tiene una fractura en el pie que si no se trata correctamente le dejará secuelas. Adam tiene una bala alojada en su hombro y debe doler. Tú tienes heridas que necesitan suturas y gracias a ti yo tengo un disparo en el muslo que a pesar de tener un torniquete no deja de sangrar, de aquí a que pase la tormenta moriré desangrada, así que siéntate, relájate y espera a que vuelva con suministros para que Noemí suture nuestras heridas.

Señale el fardo de paja y los balbuceos a nuestro alrededor se silenciaron, nos volvimos el centro de atención, a Alek se le tensaron los músculos de la quijada y yo me puse firme en mi decisión, ¿Quién demonios se cree para ordenarme quedarme quieta?

—¿Piensas caminar en medio de un bosque en plena tormenta con una pierna sangrando para ir por suministros?

—Es justamente lo que pienso hacer. — Murmuro un "maldita loca" en alemán y yo volví a rodarle los ojos. — Se sobreprotector con quien lo necesite, conmigo no te desgastes.

—Estamos a menos de treinta kilómetros de la que era tu casa de seguridad, la cual ya no existe porque la mafia alemana la destruyó. ¿Crees que en el pueblo no habrán más numerales alemanes buscándonos?, ir sola es exponerte...

—Alek, cariño estoy muerta, ¿lo olvidas?

Soltó un gruñido gutural y antes de que pudiera girarme de nuevo enredo su mano en mi nuca y me jalo hacia él obligándome a ponerme de puntillas para quedar a su altura.

—Todo a la mala, ¿no?, —soltó— espera a que pase la jodida tormenta e iremos todos por...

—Iremos todos, heridos y sin armas, ¿nos ponemos cintitas y nos entregamos a Heiko mejor?

—No juegues con mi paciencia, jodida arpía.

—Necesitan material medico Alek, puedo ir y volver sin ser vista. — Susurre sosteniéndome en su brazo, su mano seguía aferrada a mi nuca y su mirada azulada no se desviaba de la mía.

—Siempre tú, ¿no?

—Estoy muerta para el mundo. —Lo empuje suavemente y él dejo caer su brazo rozándome el hombro, le di la última mirada y mire por sobre sus hombros. ——¿Qué necesitas aparte de suturas?

Le pregunte a Noemí sin mirar a Alek, ella me analizó un par de segundos el rostro y a pesar de que negó miro a los heridos a su alrededor y habló.

—Antibióticos, un bisturí, vendas, analgésicos, una tablilla, en realidad todo lo que puedas traerme.

Tome notas mentales y asentí, también anote en mi mente traer ropa seca, al menos ropas sin manchas de sangre ni agujeros de bala.

Ahora si giré respirando con tranquilidad para no centrar el dolor en mi muslo, intenté dar pasos firmes para no demostrar la cojera, abrí la puerta del establo soltando un bufido pesado.

Aprete el torniquete en mi pierna y mordí mi mejilla para no gritar por el dolor, me quede mucho tiempo quieta y la adrenalina me bajo, el cuerpo se me enfrió y ahora el dolor se asienta con mayor fuerza.

Es mental, me obligo a recordar las palabras de mi padre; "El dolor es mental, si sientes dolor es porque eres débil y no mereces cargar con el apellido Petrov"

Si no cargará con este apellido no padecería tanta mierda, así que simplemente le pondré el pecho a las balas y seguiré llevando en alto el legado de mi sangre.

Entre al pequeño prado que separa el establo del pueblo, concentrándome en el ruido de la lluvia en las gotas corriéndome por el rostro, ignorando mi dolor, en cuanto sentí el crujir de ramas a mi espalda detuve mis pasos erguí mis hombros y me irrité.

—¿Ahora me sigues?

—Aprovecharé tu ida al pueblo para traer armas. —Alek habló a mis espaldas y yo me giré para buscarlo con mi mirada, lo encontré a unos pasos a mi costado, apoyado en un árbol con su mirada fija en mi muslo.

—Con cada paso que das dejas un camino de sangre, atraerás animales.

—Ya atraje a uno. —Lo señale para rodarle los ojos con molestia y seguir caminando.

—No necesito que me cuides Alek, puedo hacerlo...

—Perfectamente sola, si, lo sé, pero necesitamos armas y tú no podrás traer todo sola.

Lo seguí ignorando y aceleré mis pasos con mi pie a la arrastra, lo escuche bufar caminando a mi siga, puedo sentir su mirada puesta en mi nuca y me irrita, nunca en mi vida he necesitado de alguien para solucionar mis problemas, ¿Por qué cree que lo necesitaré en una tarea tan simple como buscar suministros?

Pise el borde de una piedra provocando que mi pie sano se doblara, por reacción cargue mi peso en el pie malo y solté un quejido perdiendo la estabilidad y antes de que pudiera caer al piso las manos de Alek se aferraron a mi cintura sosteniéndome, pego a su pecho a mi espalda jalándome hacia él sosteniéndome con su cuerpo, cerre con fuerza mis ojos y eleve mi pie del piso con mi respiración acelerada, sintiendo la impotencia corriéndome por las venas, he soportado más dolor que un simple disparo, puedo soportar esto y mucho más joder.

Hela concentración.

—No pienso que no puedas protegerte sola o que no eres capaz de conseguir suministros. Ellos no son los únicos que están heridos y débiles, no digo que no lo hagas, digo que no tienes que hacerlo sola.

Deslizó sus manos por mi cintura susurrándome al oído, dando un golpe de calor que me hizo recargar mi cabeza en su pecho y cerrar con fuerza mis ojos soltando suspiros pesados. Alek me sostuvo los minutos que necesite para recuperar mi estabilidad, fue mi soporte sin tastabillar y cuando el dolor se convirtió en algo soportable apoye mi pie en el piso recuperando mi firmeza y manteniendo una respiración tranquila aleje mi espalda de su pecho, sus manos se dejaron caer rozándome los glúteos y yo acomode mi cabello para seguir con mis pasos.

Alek intento pasar su mano por mi cintura en un intento de ayudarme a caminar y yo por reacción me aleje elevando mis manos, lo mire a los ojos y su rostro estaba empapado por la lluvia su cabello negro invadía su frente y el agua corría por sus mejillas, ladeo el rostro en una suplica silenciosa y yo aprete mis puños.

Que jodidamente difícil es aceptar un gesto sincero cuando nunca has recibido uno, me han visto herida, desangrándome a pasos de la muerte y nadie se ha detenido a tenderme una mano, es más se han aprovechado tanto de mi vulnerabilidad que la desconfianza que siento al ver su gesto es genuina e inconsciente, son...son mis mecanismos de defensa.

Bajé la mirada y enterrando mis uñas en las palmas de mis manos seguí caminando dejándolo atrás, nunca he necesitado de nadie y no comenzaré a necesitarlo ahora.

Alek aceleró sus pasos para caminar a mi lado, manteniendo una distancia prudente de mí y se mantuvo en silencio todo el camino. Caminaba a paso lento y a pesar de tener una herida en su muslo no le dificulta el caminar. Sé que camina a este ritmo por mí, para ir a mi paso y estar allí para sostenerme por si flaqueo, para sostenerme, me repetí cerrando débilmente mis ojos.

Mi interior es un caos de sensaciones y emociones que no conozco, miro su mano y mi corazón se acelera, es el miedo a sostener su mano y aceptar que soy débil, demostrar que no soy indestructible, que me estoy cayendo a pedazos, tengo un revoltijo de sentimientos contradictorios, mi mente es un caos, todo lo que me enseñaron, todo lo que he aprendido en mi vida se esta desmoronando frente a mí.

Me detuve al no conseguir respirar con facilidad y Alek se detuvo a mi lado, se giro para mirarme y yo desvié la mirada a mis manos con mi respiración agitada, el dolor, el estar sola, las guerras interminables, el no saber que demonios pasará, la infinitud de preguntas sin respuestas que me vuelan el cerebro, mi cuerpo ya no da más, mi mente se esta desgastando y mi vitalidad cayendo.

Alek dio un paso hacia mí y en cuanto elevo su mano para tocarme el rostro lo detuve, mis dedos tocaron la palma de su mano y sentí como cada grito de auxilio, como cada suplica de muerte fue silenciándose, recorrí su palma con la yema de mis dedos cerrando mis ojos sintiendo la aspereza de sus manos, inhale con profundidad y entrelazando sus dedos con los míos exhale todo el aire retenido, deje caer mi cabeza hacia abajo dejando que un peso saliera de mis hombros, Alek sostuvo mi mano con fuerza dándome una silenciosa palabra de aliento.

Al sentir como mi respiración y latidos se regularizaron eleve mi mirada detallando los ojos de Alek, el azul brillante que me consume, que invade cada rincón de mi mente descontrolando mis sentidos, ese azul irritante que aparece incluso en mis más turbias pesadillas. Con su cabeza me indicó el camino y yo inflando mi pecho le di un asentimiento silencioso para seguir caminando.

Alternaba mi mirada en el camino y en nuestras manos entrelazadas, uno creería que el follar es un acto de sentimientos puros, de deseo, anhelo, placer y lujuria, pero quien diría que sostener su mano en medio de la lluvia desataría tantos demonios en mi interior.

Llegamos al inicio del pueblo y Alek detuvo sus pasos ocultándonos entre los árboles para analizar nuestro entorno. Estamos en medio de la madrugada en un pueblo fantasma, las calles están vacías, todas las luces apagadas y en un silencio aterrador, ni un alma se ve en estas calles.

—¿Ahora dónde? —Alek bajo su mirada hacia mí y yo lo analice un par de segundos para terminar girándome y tirando de su mano aun entrelazada con la mía, mi idea era ocupar el camino del establo hasta aquí para pensar donde irrumpir pero su presencia me distrajo, así que improvisaré, nos metimos por callejones esquivando las avenidas grandes y los bares. —¿Dónde conseguirás los suministros?

—Hay un pequeño consultorio al otro extremo del pueblo, iremos después de conseguir un par de armas. —Le susurre mirándolo por sobre mis hombros y al llegar al cercado de una propiedad, busque la manera de pasarme.

—¿Qué haces? —Tiró de mi cintura y ambos nos inclinamos al ver las luces de un auto, el vehículo doblo por la avenida y al pasar los segundos el ruido del motor dejo de sentirse.

—Ayúdame a pasarme. —Le golpee el hombro y volví a ponerme de pie, tire mi cabello hacía atrás y me agarre al cercado.

—¿Piensas entrar a esa casa así como así?, ¿sin un plan?

—Ya entre hace un par de horas. —Me gire para mirarlo con altanería, perdimos minutos valiosos en esta conversación y me estoy muriendo de frío.

—¿Entraste?, ¿Cómo?, ¿De quien demonios es esta casa?

—Del Caronte, bueno de uno de ellos. —Le reste importancia y volví a girarme eleve mis manos sosteniéndome del cercado y metiendo primero mi pie malo comencé a escalarlo soltando quejidos.

—¿Segura que esta vacía?

—Sí, a menos que el espíritu del Caronte allá venido a terminar su cena, ¡Ayúdame a subir! —solté un chillido bajo cuando tuve que recargar mi peso en mi pie herido para subir el otro y poder sostenerme con mis manos al final de la cerca.

Alek me sostuvo los tobillos y con su impulso logre subir por completo.

—Espérame, no te muevas.

Me señaló y me quede allí recostada en ese pedazo de fierro con un pie dentro de la propiedad y el otro fuera, Alek soltando maldiciones, más bien maldiciéndome escalo con una facilidad envidiable, yo hace un par de horas me pase sin problema, pero gracias a que cierto alemán idiota me disparó en el muslo ahora todo se me dificulta un poco, en un cerrar de ojos ya estaba dentro de la propiedad, sacudió sus manos y me miro enarcándome una ceja.

—Que bien te vez quieta y callada.

—Me veo mejor desnuda y sudada. —Con su ayuda me senté en la baranda y con él enarcándome una ceja se metió entra mis piernas, el cercado debía de medir más de dos metros ya que de mi altura pasaba a Alek, me sostuvo con delicadeza los muslos y me ayudo a bajar.

—Desnuda, quieta y sudada, que mejor combinación.

Deslizó sus manos por mis piernas medida iba bajando y en cuanto mis pies tocaron el piso estanco sus manos en mi cadera, nuestros cuerpos no tenían ni un milímetro de separación y su respiración golpeaba tan directo en mi boca que se me calentó el cuerpo.

—No finjas que no te gusta verme dominándote.

Golpee su pecho con mi palma abierta y me encamine a la parte trasera de la casa, esta fue mi primera parada en mi busca de los Carontes, fue tan divertido verlo palidecer al notar mi presencia, él ha debido de jurar que con mi muerte su vida volvía a ser suya, pero no, muerta o viva, su vida me pertenecía.

Llegamos a la parte trasera de la casa y en cuanto gire la manilla de la puerta la note cerrada, suspire con pesadez y cuando comencé a buscar otro acceso, Alek chasqueo su lengua y de un golpe rompió la pequeña ventana a un costado de la puerta, provocando que mi respiración se entrecortara y mi pulso se acelerara, quito los pedazos de vidrio restantes y pasando su mano quito el cerrojo y abrió la puerta, di un paso y sentí la humedad escocerme la entrepierna.

—¿Entraremos o qué?

Sacudió su mano y dándome una mirada sobrada entro, Sacudí mi cabeza obligándome a reaccionar y entre a su siga, prendimos la luz de la que era la cocina y tuve que morder mi mejilla al ver el tremendo banquete que se había preparado mi Caronte antes de que llegará por él, había pan recién horneado, carne asada, papas gratinadas y una jarra de vino, quizás que demonios iba a celebrar antes de morir.

—¿Irrumpiste en su cena?, que descortés Hela. —Alek me dio una negativa y apretó el pan crujiente entre sus dedos.

—Descortés fue él, que en vez de invitar a una hermosa mujer a cenar la amenazó con un cuchillo. —Señale el cuchillo en el piso y cruzándome de brazos.

—Creí que no eras de aceptar citas. —Caminó alrededor de la mesa con su mirada fija en mí, sus dedos tocaban con simpleza la madera contorneando los bordes de la mesa, era un gesto tan simple que idiotamente me calentó.

—Hago mis excepciones. —Le elevé mis hombros y jugué con su mirada.

—¿Qué tipo de excepciones?

—No me niego a una cita que sé qué terminará en sexo. —Lo mire hacia abajo mordiendo mi labio inferior.

—Es un factor importante en una cita.

—Soy una mujer que sabe lo que quiere. —Di un paso hacía él, quien terminaba de girar alrededor de la mesa para quedar a centímetros de mí.

—¿Y qué es lo que quieres Hela? —Sus palabras Dios...fueron una caricia erótica a mis oído.

Deslicé con pereza mis dedos sobre su pecho fornido y los pase en un camino lento hacia abajo, sin desviar ni un segundo mi mirada de la suya, hice un sonido de satisfacción con mi boca y hablé.

—Ahora me excita la idea de que me subas a esa mesa y me folles. —Mis dedos rozaron el inicio de su pantalón y los ojos de Alek destilaron en un deseo puro, sus manos me acariciaron la cintura y dio un paso más acercándose a mí. —Quiero—susurré inclinándome sobre sus labios—que me llenes Alek. Que te metas entre mis piernas y me hagas venir con tu lengua—deslice mi lengua por el borde de su labio y sus manos se tensaron sobre mi cintura, enrede mis manos en su nuca obligándolo a mirarme a los ojos, para susurrarle sobre la boca—folla a tu mujer, Alek.

Mordí su mandíbula y antes de que pudiera llegar a sus labios tiro de mi pantalón rompiendo el botón y me subió a la mesa arrojando los platos y la comida al piso. En esos segundos que mi cuerpo se demoró en llegar a la mesa, Alek ya me había quitado el pantalón y se metió en medio de mis piernas con sus dedos presionando mi cuello mientras que mi boca se abría soltando jadeos cargados de un deseo que me estaba quemando por dentro.

—Repítelo. —Exigió enterrando sus dedos en mi cuello lo suficiente fuerte como para excitarme y no dañarme.

—Follame. —Le pedí apoyando mis manos en los bordes de la mesa abriéndome más para él, mi bendita humedad se notaba a través de mi ropa interior y el miembro de Alek podía sentirlo y verlo tras la tela de su pantalón, duro, grande y poderoso.

—Hela. —Me advirtió tirando de mi rostro para quedar a centímetros del suyo.

—Cumple los deseos de tu mujer Alek.

Deslicé mi lengua por el contorno de su boca y soltando un gruñido se apego a mí para atacar mi boca, enredo sus manos en mi cabello presionándome contra su cuerpo con necesidad, mientras que su lengua hizo una guerra con la mía quemando cada centímetro de mi cuerpo. Pasé mis manos por alrededor de su cuello frotándome contra él, necesitando de su contacto, mordí su labio introduciendo mi lengua a su boca envolviéndonos en una contienda. Tiré de mi cadera chocando mi intimidad expuesta contra su miembro duro y cubierto por su ropa, gimiendo sobre sus labios y frotándome contra él.

Bajo el cierre de mi chaqueta sacándola de un tirón para con necesidad tirar de mi polera y romper los tirantes de mi brasier liberando mis senos a la mala, metiéndose uno a la boca, mordiéndolo, succionándolo y pasándole la lengua con posesividad y agresividad.

Jadee tirando la cabeza hacía atrás entregándole cada centímetro de mi cuerpo. Presionó mis hombros y jalando de mis piernas me hizo recostarme en la mesa, dirigió su boca a mi otro seno dándole la misma atención mientras que al otro le daba apretones con su mano y pellizcaba el pezón, mi espalda se arqueaba con cada caricia de su lengua a mi pezón duro y sensible. Bajo su mano por mi abdomen y en cuanto eleve la cadera dio un tirón a mis bragas rompiéndolas, gemí por el ardor en mi intimidad y arquee mi espalda en cuanto de un movimiento elevo mis piernas y deslizó su lengua por encima de mis pliegues jugando con mi humedad.

—Mi propio banquete. —Murmuro dando una respirada profunda entre mis piernas. —Así deseo tenerte siempre Hela, húmeda, abierta y lista para mí.

Abrí mi boca pero antes de que pudiera responderle hundió su boca entre mis pliegues, su lengua dio directo en ese manojo de nervios que me hizo gemir arqueando la espalda, eleve las manos aferrándome a los bordes de la mesa y mantuve mis piernas abiertas.

Alek me agarró de los muslos y su boca hizo lo que quiso conmigo, succionó, lamió y mordió mi clítoris provocándome espasmos. Cada que sus dientes agarraban ese pequeño monte de nervios mi cuerpo se convulsionaba de placer en la mesa, sus dedos arrastraron mis fluidos hacia mi entraba y de un empellón introdujo dos dedos en mí.

Curvo sus dedos en mi interior y comenzó a moverlos mientras que su lengua no daba tregua, su boca se centro cien por ciento en aquel monte hinchado y sensible el cual me hacia virar los ojos cada que su lengua daba azotes contra él.

Metió un tercer dedo y yo enredé mis manos en su cabello presionándolo más contra mí, gemí como una desesperada su nombre, mis jadeos retumbaron en cada centímetro de esta casa y el recordar que me esta follando con sus dedos sobre la mesa de un muerto me excitó el doble.

Me mantuvo quieta presionando mi abdomen bajo y dándole un tirón suave con sus dientes a mi clítoris yo grité llegando al orgasmo, sufrí espasmos sobre la mesa, pero no se detuvo, sus dedos siguieron penetrándome y su lengua succionó cada fluido que salía de mi cuerpo, saco sus dedos de mi interior intercambiándolos con su lengua, recorriendo con ella cada centímetro de mi intimidad sin desperdiciar ningún fluido.

Mi respiración ya no daba más de lo aceleraba que estaba, mi pecho subía y bajaba por mi respiración defectuosa, el sudor descendía por mi frente y me sentía ardiendo, el dolor, frio incluso el hambre se fueron directamente a la mierda, todo mi ser estaba siendo bombardeada por esta sensación.

—Deliciosa. —Alek se saboreó los labios inflamados y con el dorso de su mano limpio el exceso de mis fluidos de la comisura de su boca con una elegancia que me hizo empapar de nuevo.

—¿Satisfecha? — Me apoyé en la mesa con los codos y le asentí sin aliento, Alek me dedicó una sonrisa curva y comenzó a desabrochar su pantalón sin dejar de mirarme. —Yo sigo hambriento Hela.

Bajo su pantalón junto a su bóxer para con una mano bombear su falo erecto e hinchado, liquido preseminal goteaba del glande haciéndome agua la boca. Me senté en la mesa acercándome al borde y me abrí de piernas dispuesta a recibirlo.

—Tócate. —Me ordenó y no dude cuando con mis dedos abrí mis pliegues llegando directo a mi clítoris hinchado, abrí mi boca soltando jadeos pero no despegue mi mirada de Alek, quien bombeaba su miembro con sus ojos clavados en mis dedos. —Mete un dedo.

Me abrí más de piernas enseñándole como introducía un dedo en mi interior gimiendo su nombre. Antes de que lo ordenará introduje un segundo dedo, metiendo dos dedos en mi boca humedeciéndolos para comenzar a masturbarme.

Alek fue un espectador excepcional de todo lo que hacía mientras que su mano aceleraba el ritmo junto a la mía. Yo miraba como su miembro se hinchaba, como su mano se lubricaba con sus fluidos y deseaba intercambiar su mano con mi boca, mientras que él no desviaba la mirada de mi intimidad, guiaba con voz ronca mis movimientos y me exigía ir más rápido, cuando mi cabeza cayó hacia atrás y mis piernas comenzaron a temblar, su mandíbula se tenso y tirando de mis piernas intercambio mis dedos por su miembro, se hundió en mi de una estocada llegando a mi orgasmo y a su liberación, pero no se detuve. Se movió dentro de mí con una necesidad agonizante, una y otra vez, su esencia me lleno, su liquido se escurrió entre mis piernas y junto a sus gruñidos siguió embistiéndome con desesperación.

Tiró de mi cintura dejándome al borde de la mesa, sostuvo mis muslos y atando mis manos por alrededor de su cuello se martillo dentro de mí, mis senos se movían de arriba abajo, mis piernas se lastimaban contra el borde de la mesa, pero mi boca no soltaba más que gemidos desesperados, posee mi frente sobre la suya y mis gemidos se mezclaron con sus gruñidos. Chocamos nuestras miradas y Alek jalándome de la nuca me embistió con más fuerza, su pelvis chocaba con la mía y el sonido de nuestra húmeda chapoteando entre nosotros era una melodía excitante.

Me hizo mirarlo directo a los ojos y sin tocar mis labios hizo más que besarme la boca, sin saberlo en esa casa, sobre esa mesa Alek beso un pedazo de mi alma. 










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Holaaa, recuerden seguirme en mi ig nuevo :) _Jaaviipb_

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