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Capítulo 30.

Alek Schneider.

Salí de la habitación desplazándome por los pasillos de la enorme residencia Petrov, me pregunto, ¿Ella sabría que yo descubriría su plan?, no fue tan difícil unir los cabos sueltos, no cuando ya me había traicionado una vez ocultando su verdadera identidad bajo un nombre falso y silueta inofensiva, inofensiva entre comillas, pudo esquivar mis preguntas y mi curiosidad a la perfección, incluso aferrarse tanto a su mascara de "Helena" que lo hizo creíble. Pero ni intentándolo puede ocultar el poder oscuro que la rodea, ese aura catastrófico que se apodera de tu más oscura pesadilla y la convierte realidad.

Si pudiera definir a Hela en una sola palabra seria en;

Destrucción.

Ella lo había recalcado antes y recuerdo la conversación con aquel viejo en un bar en las zonas bajas de Francia, "Su tan sola presencia trae caos, destrucción y muerte", un caos absorbente, aterrador pero hermoso y necesario, es un caos que el mundo necesita para mantener un balance entre lo bueno y la malo.

Su destrucción, como bien dicen los rumores es una mezcla divina entre el cielo y el infierno, un arcángel y un demonio salido de las fosas más profundas del infierno.

Y la muerte, eso es algo que sigue dando vueltas en mi cabeza, recuerdo y analizo los rumores que he oído, me traslado a esa noche donde nos traicionó, la manera en que peleo contra mí por retener y no asesinar, luego cuando desperté en aquella bodega abandonada donde Hela se enfrentó a cinco numerales por si sola y acabó con todos sin siquiera dudarlo, de eso hablan los rumores, de su frialdad y su crueldad, se esmeran en hacerla parecer un monstruo cuando la verdad es que todos lo somos, ella una vez dijo "No asesino a inocentes", si fuera dadora de muerte, ¿Por qué perdonar una vida si para ella supone ser todas iguales?

Hela es una caja blindada que se me hace imposible penetrar, me gusta mantener el control de los que me rodean, saber lo que pasa y llevar las riendas de todo, pero con ella, demonios, no puedo, no sé leerla, creó hacerlo pero cada vez que doy un paso para poder entenderla hace algo que me obliga a retroceder diez más, quizás Aitor si tenía razón después de todo, ella solo me mostró lo que quería que viera, las veces que creí que sus muros se derrumbaban dejándome pasar era solo una ilusión, una gota de esperanza que bajo su gracia me dio para mantenerme contento y saciar mi curiosidad.

Me detuve en medio del pasillo cuanto la puerta de una habitación se abrió de golpe y el cuerpo alto corpulento y agitado de mi hermano salió tastabillando, un zapato se estrelló en la cara de Akim y un "Vete a la mierda hijo de puta" rasgo la garganta de Ainhoa mientras le cerraba la puerta en la cara a mi hermano quien la miraba con la boca abierta.

Akim retrocedió dos pasos sin apoyar por completo la pierna herida, llevamos poco más de diez días aquí, ya es veinte de septiembre y Akim puede caminar sin sentir tanto dolor, solo un poco de molestia, pero gracias al cielo ya no tenemos que cargarlo ni llevarlo al baño, no era consciente de lo mucho que cagaba mi hermano hasta que me toco llevarlo al baño un día entero.

Frunciendo su ceño acomodó su sudadera y siendo un imbécil valiente estiro la mano hacia la manilla de la puerta, rodé los ojos y lo detuve.

——Bien es sabido que cuando una dama te saca a patadas de su habitación gritando que te vayas a la mierda, es porque realmente debes irte a la mierda.

Akim dio un brinco en su lugar girando la cabeza hacía mí, mientras que yo lo observe con mi labio curvándose en una sonrisa burlona y a brazos cruzados.

Desde que llegamos Akim no se ha despegado de la rubia, los escucho discutir a ratos, gritos histéricos que terminan en silencios profundos, no sé si las pelotas de mi hermano volvieron a estar en su lugar, pero agradezco enormemente la distracción que Ainhoa le brinda.

—¿Qué escuchaste exactamente? ——se volvió hacia mí algo preocupado y eso llamo mi atención.

—Suficiente—le enarque una ceja—preguntaría pero me importa bastante poco lo que pase con tu vida.

Le eleve mis hombros dándole un golpe a su ego y gire en mi lugar para bajar las escaleras, es tan fácil provocar a Akim que ni siquiera debo esforzarme, solo debo mostrar desinterés en sus cosas y el correrá como un niño buscando que le pregunte que pasa para el hablar, el típico "No me mires" de los críos que suplican ser tomados en cuenta.

—Bueno tampoco te diría que pasa si me preguntaras.

Bajo a mi siga poniendo muecas de molestia pero sin quejarse por su pierna así que acelere mis pasos rodándole los ojos.

—Que bueno que no preguntaré entonces.

Llegamos al primer piso y entre directo a la sala principal donde Axel y Noemí estaban tendidos en el sofá manoseándose con ferocidad, basto solo que Akim soltará una arcada para que Axel le sacara las manos de los pechos a Noemí y ella abrochara su blusa con rapidez.

—¿No les basta una pieza que tienen que venir a ensuciar los sofás?

—Te estábamos buscando.

Axel ignoro a Akim para mirarme con los labios inflamados y el pelo desordenado abrí mi boca para preguntar el porque me buscaba pero Akim hablo antes.

—Te aseguro que en las tetas de Noemí no estaba.

Toque mi mandíbula callando una sonrisa en cuanto Axel y la castaña le lanzaron dardos con la mirada a Akim quien sonrió dulcemente moviendo sus brazos de un lado a otro.

—¿Y el pequeño desgraciado que nos odia a todos?

—Akim—lo regañe con la mirada y me rodo los ojos.

—Practicando tiro de franco en el tercer piso—me informo Axel dedicando la misma mirada de reproche a Akim.

—¿Para qué me buscabas?

—Aitor me dijo que hoy en la noche nos llevaría al club de desertores.

—¿Y donde se supone que esta él? —no lo he visto desde ayer en la tarde, se supone que salió por un par de cosas para la despensa pero cuando desperté esta mañana vi la despensa llena pero no había rastro de él.

—Aitor salió de madrugada, me dijo que tenía cosas importantes que hacer pero que volvería para llevarnos al club.

—¿Qué cosas?

—No me dijo.

Fruncí ligeramente mi ceño pero asentí, los mire detenidamente un par de segundos y en cuanto Axel me dedicó una mirada significada para luego desviarla a Noemí le rodé los ojos y gire en mi lugar para dirigirme a las escaleras que me llevarían al gimnasio.

—¡Follen en su habitación, sucios! —Akim soltó un chillo y arranco de la almohada que Axel le lanzaba a la cara. —entonces, ¿En que estábamos hermanito?

—En que te irías a dormir.

—Acabo de despertar. —se cruzó de brazos siguiendome escalera abajo por segunda vez.

—Es más de medio día.

—¿Y?, anoche no pude dormir bien.

—Debo suponer que compartiste cama, ¿no?

Le enarque una ceja y entramos al gimnasio, Akim me miro un par de segundos como si estuviera procesando la pregunta que le hice.

—No te diré que paso, así que no insistas.

Se cruzo de brazos y le rodé los ojos, al lado de él me siento un viejo de ochenta años.

Me saque la sudadera quedando con la musculosa negra y el buzo holgado gris que usaba normalmente para entrenar, he disfrutado más de lo que debería de este gimnasio y su zona de tiro, hacía muchísimo no daba en un blanco por entretención y no para sobrevivir.

—Como quieras, pero si vas a quedarte cubre tus manos y comienza a entrenar.

Me envolví las manos con vendas de boxeo para comenzar a darle golpes al saco para calentar mis músculos y empezar con un entrenamiento un poco más agresivo.

Akim me frunció el ceño mirando el saco que estaba a mi lado, miro sus manos y me dio una negativa para caminar a una repisa y tomar una soga para comenzar a saltar.

—¿Puedo hacerte una pregunta? —ni diez segundos duro en silencio.

—No.

—Te la haré de todos modos, ¿Por qué las mujeres que nos rodean son tan raras?

Di un gancho derecho al saco para desviar la mirada a un Akim que daba saltos cortos con la soga y trataba de mantener su rostro sereno a la molestia de su pierna.

—¿Raras en que sentido?

—Tan no lo sé, ¿lunáticas?

—¿Hablas de Ainhoa?

—De Ainhoa, Noemí, de Hela, Dios santísimo—se me tenso la mandíbula, volví al saco.

—¿Por qué me lo preguntas a mí?

—Porque ciertamente eres el más sabio de los cuatro y el señor yo lo sé todo.

—Cállate y sigue saltando.

—Las mujeres con las que he... "estado", son diferentes, tan dulces, frágiles y en cierto modo sumisas, pero esas tres lunáticas son...

—De todo menos frágiles.

—Son agresivas—se molestó—¿Desde cuándo preocuparse es insinuar que son débiles?

—¿Tiene algo que ver con lo que paso allá arriba?

—Le dije que se fuera con Iker, que estaría mejor allá y bueno, creó que no le gusto mi idea.

—¿Se lo ordenaste o lo sugeriste?

—¿Cuál es la diferencia?, de todos modos hubiese terminado de la misma manera.

Se molestó soltando la cuerda, deje de dar golpes al saco y le señale las vendas para que se las pusiera y practicáramos golpes cuerpo a cuerpo.

—La diferencia es que no le das ordenes a una mujer como ella sin arriesgarse a una patada en los huevos—me puse frente a él, alzando mis manos incitándolo a pelear—Ainhoa no es cualquier mujer Akim, no es ni parecida a las mujeres que frecuentabas en Alemania, te recuerdo que es la "princesa" de la mafia española, ordenar y sugerir es algo muy diferente en mujeres como ella.

—Antes no había reaccionado así—farfullo malhumorado para inclinarse esquivando mi golpe, no daba golpes directos ni de ataque, solo de defensa y bloqueo.

—Akim joder, dar ordenes en la cama es totalmente diferente a involucrarte en sus decisiones.

—¡No quiero que este aquí! —detuvo sus golpes dando un paso hacia atrás para mirarme con molestia—lo que paso en Ibiza—trago con fuerza—eso no puede repetirse.

—Se lo dije a Axel y te lo digo a ti, no puedes interferir en sus decisiones.

—¡Es que es una terca de mierda, Alek! —se exaspero— casi muere en Ibiza, ella misma me confeso que nunca había estado tan cerca de la muerte y todo por culpa, todo por culpa mía.

—¿Crees que echándola la mantendrás a salvo?

—¡Si!

—Si ella te dijera que te fueras a resguardar bajo los brazos de papá, ¿Qué pensarías tú?, ¿Qué ella piensa que tú no tienes las pelotas para defenderte?—señalé y su expresión cambio—. Esa, hermano, es la diferencia entre ordenar y sugerir, al ordenarle que se largue le estas insinuando que la crees débil, al sugerir dejas la alternativa abierta para que acepte o la rechace, pero siempre será su decisión Akim, no importa lo mucho que te preocupes o sientas por ella, la decisión siempre será de ella.

—Maldita terca—bufo desordenando su cabello—me recuerda a mamá, esa manía de querer hacer todo ella ignorando los problemas.

Baje la mirada estirando mis dedos, ciertamente Ainhoa no es la única que me recuerda a mi madre, ese empoderamiento y espíritu guerrero en pocas mujeres he tenido el agrado de ver.

—¿Crees que se lleven bien?

—¿Ahora si aceptas que sientes algo por ella?

—¿Qué? —me entrecerró los ojos—¿Por Ainhoa? —le rodé los ojos con una sonrisa burlona—me refería a que si a mamá le caería bien la Diosa de la muerte.

Borré mi sonrisa y tensé mi mandíbula al elevar la mirada para ahora ver como Akim me sonreí con burla.

—¿Por qué deberían llevarse bien?

—Porque es mamá—se cruzo de brazos—y quizás conmigo y Axel no sea tanto, pero contigo—puso una mueca— mamá ya nos ha conocido ligues, pero a ti no, Hela seria la primera.

—¿Por qué crees que se la presentaría?, aparte esa arpía no es nada para mí.

—Ajá —sonrió— me levante con un espíritu de brujo en el cuerpo y algo me dice que eso es mentira y que arderas en tus propias palabras querido hermanito.

—Ya agotaste mi dosis de paciencia, ahora lárgate.

—Hermano es primera vez que hablamos de mujeres, no seas así.

—Primera y última Akim, primera y última.

—Nunca conocí a un ligue tuyo, sabía que los tenías por los rumores de ti en el instituto, pero nunca tuve el privilegio de conocer con exactitud tus gustos. Bueno, supe de Leda—relaje mi expresión—oí que tenían más que una aventura, pero no vi "eso" —hizo comillas—esa pizca de locura que te da el realmente sentir por alguien, nunca hablaste de ella y aunque se rumoreaba su supuesta relación andabas con una y otra, pero desde que conociste a "Helena" en el bar, no has mirado a nadie más, la desesperación que vi en ti cuando la encontraste desangrándose fuera del club fue la misma que sentí cuando Ainhoa se desangraba en mis brazos, puedes engañarnos a nosotros diciendo que no es nada para ti, pero al que no puedes engañar es a ti, desde que se fue no eres tú, pasas inserto en tus pensamientos y aunque no lo digas te preocupas por ella.

—¿A que quieres llegar con todo esto? —lo mire con rostro inexpresivo, aunque sus palabras si hicieron eco en mi interior.

—Papá dijo que ligues tendríamos muchos, pero amor solo uno y que por ella enloqueceríamos como él enloqueció por mamá, a veces me pongo a pensar en eso, en la historia de ellos y me pregunto si papá tenía razón, si en verdad va en nuestra sangre enloquecer al encontrar a nuestra igual.

—No puedes enloquecerte por alguien que no sabe sentir—hable más para mí que para él.

Casi pude oír la risa de mi padre al verme dudando de mis propias palabras y acciones, él me miraría, me rodaría los ojos y se iría sin borrar la sonrisa ni dejar de negar y con eso sin siquiera hablar yo ya sabría que estaba perdido, mi padre siempre gozo de  contar como "atrapo" a mi madre, como domo a esa fiera salvaje, lo contaba con ilusión y amor, mientras que mi madre reclamaba e interrumpía excusando que nunca la "domo" como él decía, claramente nunca lo hizo y eso era lo que a mi padre le gustaba recalcar, "No sabes que es la correcta hasta que incluso encerrado, en ella saboreas la libertad"

—No todos sentimos igual, algunas personas sienten de una manera más caótica.

Me regalo una media sonrisa y sacándose las vendas salió del gimnasio dejándome sumido en mis pensamientos.

Y eso precisamente era Hela; Caos.

Di un par de golpes más al saco, centrando mis pensamientos en ello en mis golpes y no en las palabras de Akim ni el recuerdo de mis padres, no es igual me repetía, papá enloqueció con mamá porque ella fue la primera en decirle que no y mandarlo a la mierda, mi madre fue un reto para él, un juego y el fruto de una obsesión que termino enloqueciéndolo al punto que ocupo todas sus cartas y jugadas en intentar enamorarla, recuerdo un punto de su historia donde nos miraba soltando un suspiro y una negación para decirnos "Me di cuenta que estaba perdido cuando veía a otras mujeres y pensaba solo en ella, fue donde supe que la volvería mi esposa" —Cuando veía a otras y pensaba solo en ella— aquella frase dio vuelta en mi cabeza por lo que parecieron horas, mientras golpeaba el saco, al terminar el entrenamiento, incluso al ducharme, esto es diferente, seguía repitiéndome, estamos en medio de una guerra donde la venganza predomina en cada factor, una guerra donde ella ya decidió que seria su fin.

Se me tensaron las manos al verme frente al espejo, ya estaba vestido y recién duchado en la habitación que irónicamente es de Hela, confieso que me sorprendió más de lo debido acostarme en la cama tomar la almohada y casi amputarme el dedo por el filo de una katana, es una jodida obsesión la que tiene por el filo.

Oí la voz de Aitor en el piso inferior y a los minutos gritó llamándonos para que bajáramos, termine de abotonar mi camisa azul oscuro dejando los primeros botones libres y me encamine hacia la salida, Ainhoa me dedicó una mirada de soslayo mientras bajaba las escaleras, como si supiera que Akim estuvo maldiciéndola un buen rato conmigo en el gimnasio.

Llegamos a la sala donde Aitor estaba apoyado en la barra más serio de lo normal pero con su típica botella de bourbon en las manos.

Axel, Noemí, Akim, Ainhoa y Adam me dedicaron una rápida mirada para volver a Aitor, lo mire y me analizaba de pies a cabeza con una ceja enarcada, ignore las siguientes burlas que soltó respecto a las camisas, que él se vista como un vagabundo es su jodido problema.

—¿Qué pasa?, ¿Por qué nos llamabas? —rompió el silencio Adam cruzándose de brazos.

Aitor lo miro de tal manera que mi ceño se frunció, le dirigí una mirada a Adam y este miraba a Aitor de pies a cabeza enarcándole una ceja, algo me causo extrañeza en esa acción pero preferí no sacar conclusiones que probablemente me revuelvan el estómago.

—Soy portador de malas noticias, queridos.

Forzó una sonrisa y volvió a beber de la botella, lo analice y si se veía más tenso de lo normal, no tenía ese aire sarcástico ni burlón que tanto lo caracteriza, más bien tenía sus hombros tensos y rígidos.

—¿Qué pasa?

—Pasa que la mafia alemana acaba de dar un golpe peligroso.

—Habla claro, Aitor—le reclamó Noemí tocando sus manos con nerviosismo.

—La mafia alemana acaba de darle un golpe de estado al clan Einherjer.

Silencio y caras de confusión fue lo que obtuvo, mis hermanos me miraron en busca de explicaciones pero yo estaba igual, nunca había oído hablar de tal clan.

—¿Qué es el clan Einherjer?

Aitor nos miro a cada uno detallando nuestras caras de confusión y rodo los ojos sentándose en un banquillo en la barra.

—Es uno de los seis clanes. Los clanes —suspiro—están distribuidos por el mundo con el propósito de mantener un orden y un limite entre las mafias, son la parte democrática del bajo mundo. Los Petrov crearon una orden donde los clanes consiguieron voz y voto en los asuntos de las mafias, cada clan protege con garras y sangre sus territorios, cuidando a su gente y sus espacios de las mafias, son organizaciones más pequeñas pero más territoriales y sádicas, en respectivas los clanes se mantienen en una guerra constante contra las mafias y sus barbaridades y los Petrov siempre fueron el medio entre las mafias y los clanes para mantener la paz.

<<La ambición de los lideres de las mafias siempre estuvo puesta en los territorios de los clanes, y fueron los Petrov quienes prohibieron la masacre entre ellos por tierras, establecieron reglas que establecían que quienes se negaban a seguirlas perdían la cabeza, una de esas reglas es que ningún clan puede asociarse ni formar lazos con las mafias, eso se toma como traición y la traición se paga con la extinción del clan, al igual que ninguna mafia puede apoderarse del territorio de un clan, eso se toma como inicio de guerra.

—Y la mafia alemana se tomó el clan Einherjer—susurro Noemí mordiendo sus uñas, no es la única nerviosa, Ainhoa también esta atenta y alerta a las palabras de Aitor como si supiera que lo que se viene es oscuridad absoluta.

—Joder—bufo Ainhoa desordenando su cabello—Heiko ya tiene a Alemania, Polonia, Ámsterdam y los países bajos, ¿Para que querer al clan Einherjer?

—Hela me comento antes de su partida que Chavdar planeaba tomarse Bielorrusia y que los clanes no podrían hacer nada contra él debido a que le tienen miedo, y ahora con el golpe de estado que Heiko le dio al clan Einherjer, Rusia, Bielorrusia, Dinamarca y Helsinki son suyos.

—Esto no terminara bien—se toco las sienes Ainhoa—se volverá una guerra por poder que terminara con todos.

—El movimiento de Heiko fue un golpe directo a Chavdar, él supo de las intenciones del líder ucraniano y se adelantó, la guerra se desatará entre las dos mafias más grandes del mundo y ustedes queridos engendros están en el medio.

Aitor nos miro con una sonrisa forzada y el silencio que se formó a nuestro alrededor fue sepulcral, nos miramos entre nosotros y yo comencé a tachar países en mi mente en los cuales yo no podemos entrar sin morir.

—Lo que nos faltaba—siseo Akim— nos convertimos en trofeos de guerra.

—En declaración de guerra, más bien—corrigió Aitor— Chavdar los quiere vivos para vanagloriarse con sus muertes y Heiko los quiere muertos para quitarle poder a Chavdar, con la jugada maestra de Heiko tomándose los limites ucranianos ahora solo quedan sus cabezas para dar un paso más en esta guerra de poder.

—Pero Chavdar tiene a Hela y a Airón, indirectamente tiene a dos miembros del clan líder.

Aitor señalo a Noemí con un asentimiento claro y luego respiro profundamente desviando la mirada al gran ventanal de la sala el sol era tenue pronto la luna aparecería y nosotros nos moveríamos al club por información sobre Heiko y su necesidad por cazarnos, si bien Aitor lo dijo desea vulnerar a Chavdar, pero para eso pudo querernos de su lado así darle un golpe a su enemigo no dándole las muertes que tanto desea.

—Hela es un factor sorpresa en esta guerra y tendrá que tomar decisiones rápidas y difíciles, si aliarse a Chavdar para proteger a Airón en esta guerra o revivir para el mundo llamar a los clanes y destruir a las mafias.

—Elijará a Airón—solté elevando los hombros.

—Una guerra entre Heiko y Chavdar seria devastadora, si logran apoderarse de todos los clanes tendrán el mundo bajo sus pies y nadie podría detenerlos, esto se volvería una carnicería, y si Hela no actúa rápido, Chavdar ocupará a Airón como chantaje para que Hela consiga que los clanes se unan a él en esta guerra por poder o peor aun podría forzar una alianza reviviendo a Hela como...

Cerró la boca dandome una mirada rápida, la cual tenso mis manos y el aire se volvió más escaso en mis pulmones.

—Como su mujer.

Termine por él y Aitor me asintió.

—Y la pregunta a todo esto es ¿Qué tanto haría Hela por proteger a Airón?, darle los clanes a Chavdar es ponerle una soga en la cabeza a todos, a nosotros, a Iker, a los carteles, incluso a las otras mafias.

—Hela se puede aliar a nosotros—se puso de pie Ainhoa— el movimiento de Heiko ya se ha de saber en todo el mundo y comenzaran las uniones —nos miro recordando nuestra antigua conversación —si se une a la mafia española, tendrá a la italiana bajo su mando también, tenemos conexiones y...

—No lo entiendes—negó Aitor chasqueando su lengua—Hela forma parte del clan Petrov y los clanes...

—Los clanes no pueden aliarse a las mafias—toque mis sienes dando un paso hacia adelante—¿no puede haber una excepción?, Hela podría unirse a Iker y así juntar a los clanes para proteger sus tierras de Heiko y Chavdar.

—Puede intentarlo, pero Iker sigue siendo líder de mafia y los clanes pueden aceptarlo o tomarlo como traición y atentar contra ella, es una decisión difícil, pero lamentablemente debe escoger un lado y atenuarse a las consecuencias de sus decisiones.

—¡Joder! —exclamó Akim desordenando su cabello—¿Y ahora que hacemos?, ¿Nos sentamos a esperar para ver quien llega primero a nosotros, si Heiko o Chavdar?, este puto jueguito por ver quien nos caza primero para desprestigiar al otro no me gusta para nada.

—Debemos esperar a que Hela vuelva y nos diga que hacer.

—¿Qué te hace creer que nos dirá que hacer?, ella solo armará un plan sin decirle nada a nadie y volverá a largarse, o en el mejor de los casos el plan lo arma de camino acá, nos mata a todos y no tendremos que estar en medio de esta guerra.

—No nos matará—sentenció Noemí lanzándome una mirada fúrica.

—Es bastante capaz de hacerlo.

—¡Pero no lo hizo! —se puso de pie enfrentándome— pudo hacerlo el primer día que llego a España y acabar con esta mierda pero decidió buscar alternativas arriesgando la cabeza de su propio hermano por ustedes, basta de verla como una perra sin escrúpulo, porque perra será pero también tiene dudas e inseguridades, estoy hasta la mierda de oír como la señalan de culpable por todo lo que sucede a su alrededor, bastante difícil es para ella cargar con la muerte de su familia y tener que agachar la cabeza ante el hombre que le arruino la vida para poder salvar a la única persona en este mundo que nunca la ha juzgado. Solo por un minuto dejen de verla como la asesina sin escrúpulo y véanla como la mujer que no sabe hacer otra cosa que pelear por sobrevivir, a la mujer que perdió todo y no ha tenido un jodido minuto para derrumbarse, la que lleva un vida fingiendo ser alguien que no es y ahora no sabe como salirse de su personaje, lamento mucho que te traicionara—se dirigió directamente a mí— confiaste en ella y te traicionó, sé que nunca se disculpará por eso aunque desee hacerlo, nunca podrá arrepentirse de sus actos aunque te lastimen, porque ella no sabe como hacerlo, porque nunca nadie se ha disculpado por herirla, traicionarla o lastimarla, nadie se ha detenido a tenderle una mano, no sabe como reaccionar a ello y arranca, pero eso no la hace mala, ni cruel, mucho menos la vuelve la villana de esta historia, ella esta inserta en esta guerra mucho antes de que tu padre muriera y aun así prefirió volver a su cautiverio sin titubear antes de poner en peligro tu cabeza y tú...Ustedes lo único que han hecho desde que descubrieron su verdadera identidad, es señalarla y dudar de todo lo que hace.

—Es ella la que...

No alcancé a terminar de hablar cuando el zumbido de una explosión fuera de la propiedad llamó la atención de absolutamente todos, Aitor se puso de pie y al instante un sinfín de pantallas fueron desplegadas de la muralla y techo mostrando los alrededor de la mansión.

—Violaron el perímetro—Aitor caminó hacía el centro de la sala y todos se pusieron de pie observando las pantallas, todas vacías, se hizo enfoque donde la mina fue activada y no había rastro de sangre o algún cuerpo.

Otra explosión, giramos la mirada a la pantalla que hacía el zoom en la parte trasera de la casa y nada, no había nadie.

—No hay nadie—informo lo que todos veíamos Akim—dijiste que se activan solo con humanos.

—Si —retrocedió—algo anda mal.

Dio media vuelta y al sentir otra explosión por otro lado de la propiedad se me erizo la piel, Aitor subió corriendo las escaleras y subí a su siga si los explosivos solo se activan por humanos, o estamos siendo rodeados o los sistemas de seguridad comenzaron a fallar, subimos al segundo piso y las mismas pantallas que se desplegaban en el primer piso estaban desplegadas al largo de toda la mansión.

Aitor subió a largas zancadas al tercer piso entrando a la zona de seguridad.

—Dijiste que aquí era seguro. Zona blanca y las propiedades de los Petrov son clasificadas.

—Lo son, mierda lo son—balbuceo mirando alrededor de todas las pantallas en la zona de seguridad, mostraban desde los túneles, cada pasillo, habitación y baño de esta casa, todos sus alrededores incluso la zona por donde iniciaba el túnel, todo y estaba completamente vacío.

Aitor comenzó a teclear botones en los mandos y en cuanto se escucho una cuarta explosión las cámaras se apagaron.

—¡Mierda! —gruño Aitor tocando su cabeza, escuchamos los gritos del primer piso diciendo que las pantallas se apagaron y supe al instante que estaba pasando—cortaron la electricidad y los suministros de emergencia, estamos a ciegas.

Otra explosión y Aitor corrió saliendo de la sala de seguridad para dirigirse a la terraza donde hacemos de franco, apenas llegamos mi pulso se aceleró y el sudor frio comenzó a bajar por mi espalda.

—¿Qué tan impenetrable son las paredes de esta casa?

—Lo...lo suficiente.

Asintió pero el titubeo en su voz me hizo tragar con dificultad, tome el rifle para centrarme en la mira, lo que se veía como unos cuentos puntos negros a lo lejos se convirtió en una fila de hombres armados hasta los dientes y con tanques de combate.

Violaron por completo los perímetros de la propiedad y la alarma comenzó a retumbar en cada rincón de la mansión.

Aitor tomo uno binoculares y en cuanto se los puso yo retrocedí dos pasos al ver como los tanques entraban activando los explosivos a su paso despejando el camino.

—Los muros son impenetrables—siseo para él mismo y en cuanto sentí el sonido de las hélices giramos la mirada hacía arriba para notar que eran flanqueados por dos bombardero—Oh mierda.

Retrocedió soltando los binoculares y el primer golpe fue por tierra, desvié la mirada en cuanto oí los gritos abajo, preparaban desde los limites de la propiedad una línea de misiles antitanque que en segundos direccionaron hacía nosotros y el impacto estremeció por completo la casa, oí golpes secos, vidrios quebrandose, e incluso el mismo sonido de la casa destruyéndose lentamente, pero como dijo Aitor las paredes eran impenetrables, pero dudo que eso dure mucho tiempo.

Comenzaron a preparar una segunda ronda de ataque y yo supe en ese instante que la casa no resistiría tanto, le di una mirada rápida a Aitor y sin decir una palabra corrimos escalera abajo, "Al sentir la amenaza la casa se protegerá mejor que ustedes", apenas habíamos bajado dos peldaños cuando sentimos la explosión en la zona de la terraza, los vidrios se rompieron y ya estábamos expuesto, el gas comenzó a desprenderse del piso y soltando maldiciones bajamos la más rápido posible.

Oí pisadas en el tercer piso y al primer grito alemán me advirtió que ya habian penetrado las paredes.

Llegue al segundo piso y recordando donde había visto los dispensadores de armas presione la pared y saque todas las armas que pude, guardando cuchillas y municiones tomando todo lo que estaba a mi alcance, me colgué una metralleta en la espalda y sostuve otra en cuanto oí los pasos bajando las escaleras me dispuse a disparar sin dudar.

Escuche los gritos del primer piso y más vidrios siendo penetrados y quebrados, el gas a mis pies comenzó a esparcirse con mayor rapidez y yo me di cuenta de algo que me dejo pálido, los alemanes que nos atacaban, llevaban protección facial, me di cuenta apenas el primer alemán rodo muerto escalera abajo, los disparos comenzaron a rebotar a mi alrededor y yo me tire hacía un lado, oí el doble de pasos y los disparos comenzaron a llover en el primer piso.

¡Maldita sea!, casa impenetrable mis pelotas.

Me protegí con uno de los pilares y seguí disparando, impidiendo que bajaran tome ambos fusiles y arriesgándome salí del pilar disparando hacía las escaleras, están entrando por la terraza ¡Me cago en todo!, comencé a toser al sentir el gas entrando en mis pulmones y tomando una granada de la despensa, le saque el anillo de seguridad quitándole el casco de protección facial al alemán muerto en el piso para tirar la granada al tercer piso y lanzarme a correr escalera abajo.

Pasaron los segundos y oí la explosión que hizo zarandear la casa, llegue al primer piso y busque a mis hermanos, algunos de los ventanales blindados estaban destruidos y ayudaba a que el gas se disipara, molestaba al respirar pero era tolerable.

Gire en uno de los pasillos donde tuve que rápidamente lanzarme sobre la mesa dándola vuelta para protegerme de los disparos que lanzaron contra mí, conté cada bala y sostuve mis armas, en cuanto los disparos cesaron me arme de valor girando en el piso para ponerme de pie y disparar mientras buscaba con que refugiarme de los disparos, un misil impacto contra el ventanal a mi espalda el cual explotó y la onda expansiva me hizo volar unos cuantos metros estampándome contra la barra, mi cabeza dio un golpe seco en el piso y los sonidos se volvieron un pitido que duro minutos, intente mover mi cuerpo pero cada musculo estaba inserto en el impacto.

Las boquillas de armas se distribuyeron a lo largo de todo mi cuerpo y al centrar por fin mi mirada vi los cascos de protección facial, estaba rodeado.

Vi mi vida, cuando presionaron el gatillo y oí el primer disparo me vi muerto, pero luego vino el segundo y note que elevaron sus armas a un cuerpo que paso por encima de la barra estampando sus pies en el pecho de uno de mis atacantes y en cuanto vi la melena rubia y el aturdimiento en mi cuerpo paso, mis músculos reaccionaron, eleve el arma y disparé a los restantes, Ainhoa peleo cuerpo a cuerpo con dos de los sujetos que intentaban matarme y en cuanto los desalmo acabó con ellos con una precisión increíble, y así Akim quería enviarla a su casa.

—¿Los demás? —me puse de pie sintiendo cada musculo de mi cuerpo adolorido.

—Desaparecieron con la primera explosión,—jadeo presionandose el abdomen y moviendo su brazo con molestia—Noemí subió con Axel apenas subiste con Aitor, pero no puedo encontrar a Adam y a Akim.

Ambos giramos la mirada en cuanto sentimos las pisadas rápidas, el gas letal no sirvió de una mierda al derrumbar todos los ventanales el gas se filtró y ellos iban con cascos de protección, así que no sirvió.

—Los intercomunicadores—tome las armas del piso y señale a Ainhoa para que nos introdujéramos en los pasillos, Aitor mencionó que cada sala tenía un dispensador con intercomunicadores, que en caso de emergencia nos mantendría conectados.

—Estamos rodeados, tenemos que salir de aquí.

Escuchamos los gritos y las ordenes de distribuirse de los alemanas, las pisadas rápidas en el segundo piso y los pasos siguiéndonos, estamos rodeados por tierra y aire, totalmente jodidos.

Doblamos por el pasillo a una de las salas y en cuanto las armas fueron elevadas hacía nosotros me lance contra Ainhoa protegiéndonos contra los pilares, sé estremeció bajo mi cuerpo y yo me preparé para atacar, le entregue una metralleta a Ainhoa y respirando profundamente giramos por ambos lados del pilar para entrar en la sala a lo maldito disparando a diestra y siniestra, nos protegíamos con los muebles, pilares y con lo que pillamos a nuestro paso rodeando a los alemanes en el centro, me quede sin balas y lanzando maldiciones me refugie tras un sofá, Ainhoa seguía disparando pero yo oí los pasos por el pasillo a nuestra espalda, mire a mis costados y a unos metros de mí había un cuerpo alemán tirando en el piso con la metralleta entre sus manos, divise un mueble lo bastante grueso para refugiarme y al cese de los disparos di una vuelta en el piso tomando el arma del cuerpo inerte en el piso y volví a correr para esconderme tras el mueble los disparos resonaron siguiendo mis pasos y solté un gruñido al recibir el roce de una bala en mi muslo derecho, me lance al piso aferrándome al mueble y mire a Ainhoa quien se afirmaba el brazo y se apegaba a un pilar.

Los intercomunicadores están aún lado de la chimenea, lo sé porque Akim me lo dijo en uno de sus paseos por la casa.

Le hice una señal Ainhoa de que yo protegía su espalda de los que se asomaban por la puerta para que ella se encargara de los últimos alemanes en la sala, me asintió inspirando con fuerza y se preparo para el segundo ataque.

Los minutos de silencio fueron largos, pero apenas Ainhoa salió de su escondiste y dio el primer disparó tanto los que nos rodeaban por afuera del pasillo como los que estaban dentro de la sala salieron para dispararnos. Rápidamente me puse en defensa y protegí la espalda de Ainhoa como ella la mía disparando a los que entraban en el pasillo.

Todas las habitaciones de esta jodida casa tienen conexiones entre los pasillos, esta sala tiene tres entradas, por ende tres puntos diferentes de ataque, vigilo los tres pero solo de uno recibo ataque.

Los disparos de Ainhoa cesaron y en cuanto oí el sonido de un dispensador saliendo de la pared, me gire hacía ella me lanzo una granada tome los intercomunicadores y en cuanto le saque el anillo y la lance hacía el pasillo corrí siguiendo a Ainhoa para salir de la sala.

Nos protegimos de la explosión pero no detuvimos nuestros pasos, encontré por el pasillo dispensadores de armas abiertos los que me dieron la oportunidad de cambiar las armas y tomar más municiones, Ainhoa se puso el intercomunicador pasandome uno y lo primera que dijo fue;

—¿¡Dónde demonios estas Akim!?

Fueron minutos de silencio donde no se oía nada a través de los intercomunicadores ni en los pasillos, fuimos sigilosos con los pasos y me di cuenta de que llegamos hasta el extremo final de la casa, los ventanales seguían intactos, el ataque fue por el frente.

Ainhoa siguió insistiendo en susurros para que alguien le contestará y nada.

Los disparos se hicieron oír en el segundo piso y con un chillido el intercomunicador fue activado.

—¿¡Tú no conoces tu lado derecho rubia estúpida!? —Akim, fue un alivio oír su chillona voz retumbar en mi oído y para Ainhoa también ya que relajo sus hombros.

—¿Dónde estás? —pregunte tocando mi oreja.

—Segundo piso, esta casa es un jodido laberinto, con Adam nos separamos y ya no lo encuentro.

—Axel y Noemí estaban arriba.

—No los encuentro.

Chillo Akim y nuevamente oí los disparos.

—¡Tenemos que salir de aquí! —Aitor ese era Aitor. —estoy con Adam en la zona sur del primer piso—es al otro extremo de nosotros—ocupen los túneles.

Su intercomunicador se cortó y los disparos se oyeron al otro extremo de la casa, mi manos se tensaron y en cuanto pensé correr hacía ellos, Ainhoa jalo de mi brazo obligándome agacharme, puso su dedo en la boca en señal de silencio y toco su oído señalando al pasillo aledaño al nuestro, oímos los pasos silenciosos y en cuanto vimos los pies y escuchamos el reclamó en susurro tomamos las armas las elevamos y presionamos el gatillo, un arma apunto directo a nuestras cabeza y maldije por lo bajo al sentir el disparo rozándome el hombro, tuve que desviar mi arma para no atravesarle la cabeza al imbécil de Axel, pero él no pudo desviar el arma para no darme en el brazo.

—¡Hijo de...!

Sisee tocando mi brazo, el disparo llamó la atención y al instante los pasos hacía nosotros se fortalecieron.

—¿Dónde están los demás? —pregunto Axel siguiéndonos, protegiendo a Noemí introduciéndonos en los pasillos.

—Ponte un maldito intercomunicador.

Salimos de la sala al pasillo y fue un terrible error, Axel y Noemí alcanzaron a retroceder pero Ainhoa y yo quedamos en medio de la trinchera, nos cagaron a tiros. Nos lanzamos al piso atravesando la puerta de una sala y los disparos nos siguieron, sentí el ardor por todo mi cuerpo pero lo ignoré para jalar de la polera a Ainhoa quien sostenía su abdomen que aún no sanaba del todo para rápidamente llegar a las escaleras y subir corriendo al segundo piso.

—¡Los túneles! —repitió Aitor—bajadas por el segundo piso y el menos uno.

Recordó y yo rogué para que Axel hubiese encontrado un maldito intercomunicador y haya escuchado.

Mi muslo sangraba más debido al movimiento al igual que mi hombro brazo, abdomen y cabeza encima mis jodidos músculos estaban totalmente molidos.

En cuanto nos dirigimos al pasillo que daba a la conexión de las escaleras que guiaban a los túneles una de las puertas de las habitaciones fue destruida y dos cuerpos salieron eyectados de ella, por el quejido note que uno era Akim, corrimos hacia él al verlo desalmado y cuando llegamos notamos que era más de uno el que lo estaba atacando y el otro, ya estábamos muy cerca para subir las armas y disparar así que nos enfrentamos en una pelea cuerpo a cuerpo.

Ainhoa saco sus cuchillas y con una gracia torpe y bruta lanzo puñetazos con ella, cortando caras y cuello, me encargue de los dos que atacaban a mi hermano, rompiéndole el cuello a uno y enterrándole una daga en el pecho a otro, estire mi mano a Akim quien estaba parándose a penas aferrado al barandal de la escalera pero en cuanto oí el grito de Ainhoa gire mi mirada y dos tipos corrían hacia mí, Akim derribo como pudo a uno pero el segundo me tacleo y ambos perdimos estabilidad, sentí el crujir del barandal de la escalera quebrandose a mi espalda y agarrándolo del cuello ambos giramos en caída libre donde fueron segundos de caída que fueron interminables, sentí el impacto con el crujir de los huesos, acolchone la caída con el cuerpo del alemán, pero cada hueso de mi cuerpo crujió, mi corazón se apretó en mi pecho y mis pulmones escasearon de oxígeno, caí hacia un lado rodando cuesta abajo los últimos peldaños para caer boca arriba soltando tosidos cargados de dolor, con lo que nos costo llegar al segundo piso para ser lanzado de aquel.

—Dime que no estas muerto.

Suplico Akim por el intercomunicador y en cuanto hicieron el intento de bajar por las escaleras lo detuve.

—Salgan...salgan de aquí—sisee tomando todas mis fuerzas para ponerme nuevamente de pie, me quede sin armas y con posibles fracturas en todo mi cuerpo, oí los peldaños retumbar del tercer piso al segundo y nuevamente le exigí a Akim que se largaran, me lanzo maldiciones pero lo hizo junto a Ainhoa.

Aferré mis costillas y a tropiezos me sostuve de las paredes para tocar en busca de los dispensadores.

—¡Necesitamos ayuda! —me oculte en uno de los pilares cerrando con fuerza mis ojos intentando recuperar el aliento—los túneles—disparos callaron la voz de Aitor—¡Estamos rodeados joder!

Di un golpe a palma abierta en la pared sacando el puto dispensador, me calle los dolores, la sangre goteando de mi frente y mis posibles costillas fracturadas, incluso el cojear de mi pierna. Tome las armas que más pude y me introduje en los pasillos sin importarme una mierda, entre en una de las salas atacando a traición a quienes me daban la espalda, disparé con rapidez y agilidad sin fallar un solo tiro y en cuanto se volvieron hacia mí me refugie contra el pilar, callando los quejidos de dolor, mire el espejo que estaba a centímetros de mí y divise los hombres en la sala, gire el arma sin sacar la mirada del espejo y dispare atravesándole el cráneo, el pecho y el hombro a los tipos que intentaban rodearme.

Seguí disparando hasta que aprete el gatillo y no salieron balas, solté maldiciones y oí los pasos venir por el pasillo frente a mí, cerré mis ojos entregándome a mi muerte, mi cuerpo duele, mi cabeza pesa y la sangre que brota de mis extremidades me está volviendo débil y lento.

El cañón de un arma apareció por el pasillo y antes si quiera de poder entrar fue detenido por una lluvia de disparos volví a mirar por el espejo y Axel disparaba desde el otro extremo de la sala.

—Te cubro.

Me hablo por el intercomunicador y yo mordí el interior de mi mejilla para, aún aferrando mis costillas correr a paso torpe hacía él, mis piernas se doblaron y caí al piso, disimulé la caída tomando un arma y volví a ponerme de pie evitando los jadeos, al llegar Axel me jalo de la camisa alejándome de los tiros y las manos que me agarraron fueron más finas y dulces.

—¿Qué demonios te paso?

Noemí desgarro parte de su chaleca con rapidez mientras Axel nos cubría y comenzó a hacer torniquetes improvisados en mi muslo, brazo y miraba mis golpes, por la mueca que puso claramente no estaba para nada bien.

—Caí del segundo piso.

Le dije aireado y me abrió los ojos de par en par con pasmo, castaña estúpida nos están volando el culo con misiles, caer del segundo piso es lo mas normal.

Sin siquiera pedir permiso me levantó la camisa y al ver la mancha morada que se formaba en el lado derecho de mis costillas soltó maldiciones.

—Tenemos que salir de aquí.

Solté un bufido con obviedad, eso intentaba antes de que me lanzaran del segundo piso.

—Tenemos que llegar al otro pasillo.

Axel retrocedió en cuanto los disparos penetraron el pilar y yo por medio segundo vi todo borroso, el aire comenzó a escasearme y antes de que pudiera caer al piso Noemí me sostuve.

—¡Axel tenemos que salir ya!

Noemí me sostuvo con fuerza y Axel soltando maldiciones me tomo del brazo para ayudarme a caminar, mis pasos fueron torpes pero concentre mis respiraciones ignorando el dolor de mi pecho al respirar y trate de mantener mis pies rectos aunque mis pasos fueran lentos, se mantuvieron los dos en silencio aunque por como me miraba Noemí es claro saber lo que piensa, por lo morado en mi pecho, mi pulmón colapso y sufro un neumotórax a tensión, el aire pronto dejará de llegar a mis pulmones y moriré antes de salir de aquí.

Doblamos en el pasillo que gracias a una misericordia divina estaba vacío, estuvimos a medio metro de llegar a las escaleras cuando un disparó perforó el brazo de Axel y lo hizo retroceder para que mierda cante victoria, su cuerpo choco con el mío y fue Noemí quien nos arrastro a ambos entrando en una sala aledaña a la del elevador.

Axel aferro su brazo pero ignorando la sangre tomo el arma y siguió disparando, intente tomar mi arma y ayudarlo pero me fue imposible.

Noemí me aferro contra el pilar y miro a su alrededor balbuceando, "Dispensador, dispensador" como si estuviera invocándolo, su mirada volvió a mis ojos y una ampolleta se prendió en su mirada, me jalo del brazo y con mis pies a la arrastra caminamos hasta el otro extremo de la sala, me dejo allí y antes de que pudiera detenerla, diviso los pasillos y corrió introduciéndose en ellos.

Axel siguió disparando y yo intente ir tras ella pero el aire me fallaba, di dos pasos y volví aferrarme a la pared tocando mi pecho, mis pies perdieron estabilidad y un mareo me golpeó la cabeza arrojándome al piso, me deslice por la pared para que un jadeo en hilo saliera de mi garganta buscando oxígeno, mi pecho se sentía caliente y mis pulmones se esforzaban por conseguir oxígeno.

Sentí pequeños pasos correr hacia mí y en cuanto hice el intento de sacar una cuchilla de mi pantalón Noemí se inclinó a mi lado abriendo mi camisa de nuevo sin permiso, pensé en detenerla pero apenas levanté mis manso estas cayeron sin fuerza.

—Muerde esto, trata de no gritar y perdóname—me metió un paño a la boca y vi como con sus manos temblorosas tomaban una jeringa del porte de su mano, le abrí mis ojos con terror, pero no pude retroceder ya que apenas sus manos frías palparon mi abdomen no me dio tiempo para protestar y enterró la aguja entre mis costillas, sentí la punción tan profunda que mi espalda se arqueo y Noemí tuvo que pelear para mantenerme quieto, saco el tubo de la jeringa y tras brotar unos milímetros de sangre hundió un poco más la aguja y pude sentirlo, el aire pasando por mis pulmones y saliendo por la aguja.

Golpee mi cabeza contra el muro y mi boca se abrió agradecida por el oxígeno.

Noemí me miro directo a la cara y en un gesto amable limpio el recorrido de la sangre de mi cabeza para mirarme directo a los ojos.

—Debía hacerlo para que tus pulmones logren expandirse y nos dé tiempo de huir, no es algo definitivo pero te dará más fuerza, trata de no caer de nuevo de un segundo piso ni recibir golpes en el pecho porque tu pulmón podría colapsar y no tengo material para salvarte.

Susurro cada una de sus palabras sosteniendo la aguja inserta en mi pecho, en cuanto el aire paso libremente por mis pulmones sentí un peso menos pero los demás dolores en mi cuerpo aumentaron.

—¡Mierda! —Axel lanzo el arma al piso y retrocedió girándose a nosotros al ver lo que Noemí me hacia la miro entrecerrando los ojos y ella le sonrió forzadamente.

Noemí me saco la aguja del pecho y fue la misma sensación de cuando entro, con ayuda de Axel me pusieron de pie y ahora con mis pasos más firmes caminamos hacia la sala aledaña la cual estaba vacía.

Axel me sostuvo y Noemí corrió para poner su mano en el muro y abrir el ascensor, el librero se abrió en dos y de ellos se abrieron las puertas, el sonido hizo retumbar el extraño silencio de la casa dando nuestra ubicación exacta, las puertas del elevador se abrieron y los tres subimos en aquel.

Noemí movía sus pies con ansiedad mientras que su mano acariciaba su abdomen y sus labios balbuceaban cosas que no era capaz de descifrar y el jodido ascensor no cerraba nunca las malditas puertas, humo blanco se desprendió del piso igual que la ultima vez que nos subimos en el y cuando los engranes comenzaron a sonar pisadas se hicieron oír frente a nosotros.

Axel me dio una mirada significativa y movió su arma frente a mí, sin balas, saque un revolver que tenía escondido detrás del pantalón y al momento en que lo saque vi como un hombre en solitario entraba a la sala con tal calma y lentitud, se movía como si su cuerpo fuera solo una sombra sin materia, vestía completamente de negro y llevaba la cara tapada con una mascara de protección facial, no se veía absolutamente nada de su piel, me tense por completo al ver como centraba su mirada en nosotros, hecho al aire una granada la cual agarro mientras iba cayendo y no lo vi pero puedo apostar a que sonrió debido a nuestras caras.

Las puertas del elevador comenzaron a cerrarse y en cuanto él saco el anillo de seguridad del explosivo, Axel tiro del brazo de Noemí para protegerla con su cuerpo y aquel sujeto saco la mirada de mí para notar el movimiento a mi lado, su mano cayó sin fuerzas y mientras las puertas del elevador estaban a la nada de cerrarse lanzo la granada hacia nosotros a una velocidad que hasta un tonto sabe que no llegaba, se cerraron los puertas y oí el sonido del metal para luego la explosión que nos zarandeo en el lugar, me aferre a la pared del elevador y mire a mi hermano quien aún aferraba entre sus brazos a Noemí la mirada de la castaña seguía puesta en las puertas, su cuerpo temblando, su ceño fruncido y su boca abierta, estaba total y absolutamente en vuelta en una confusión que comenzaba a torturarme, saco el anillo de la granada a tiempo para lanzárnoslas justo cuando se cerraban las puertas y así moriríamos, pero no lo hizo, espero hasta que las puertas se cerraran lo suficiente  para que ni siquiera su mano alcanzara...

Me dije a mi mismo que seria algo en lo que pensaría y me torturaría luego, por ahora le señale a Axel y Noemí que se refugiaran contra la pared del elevador mediante este iba bajando nos íbamos preparando para lo que estaba abajo, saque otro revolver para dársela a Axel quien se gano frente a Noemí protegiéndola con su cuerpo, apoye mi cuerpo contra la pared y el ascensor se detuvo, cerré con fuerza mis ojos y conté los segundos en los que permanecimos quietos y sin respirar.

Las puertas del elevador se abrieron, elevé el arma y en cuanto sentí el sonido de los seguros de un arma bajando salí para empuñar el arma y prepararme para disparar, pero el gritito de horror y los suspiros de alivio me hicieron bajar el arma.

Akim, Ainhoa, Adam y Aitor tenian sus armas apuntando al elevador pero apenas me vieron soltaron un suspiro bajándolas, mire a mi alrededor mientras salíamos del elevador y era todo un rio de sangre y cuerpos mutilados.

—Pasamos minutos intentando despejar el área —Aitor desordeno su cabello y recogiendo una metralleta del piso volví a sentirme listo para enfrentar otro ataque.

Los mire uno a uno y no había parte de sus cuerpos que no estuvieran manchadas con sangre, rostros heridos y heridas visibles, pero nada de riesgo vital, solo necesitarían uno que otro punto para sanar del todo.

—¿Cómo es que dieron con nosotros?

—Ni idea, pero tenemos que salir antes de que vuelvan a reagruparse.

Me quede de pie estático centrando mi respiración y mandando el dolor de mis músculos a la mierda, necesito concentrarme.

Aitor daba ordenes, Noemí se encargaba de revisar las heridas de todos y yo tenía a Axel frente a mí sacudiendo su mano dándome aire, fueron instantes en los que solo oí pitidos y escasos balbuceos el palpitar de mi corazón era lo único que podía oír claramente y no me dejaba pensar, los cuerpos mutilados y ensangrentados en el piso no me dejaban razonar ni idear un plan, me desconcertaban.

—Andando tenemos que...

Sostuve del brazo a Axel y mi cuerpo perdió estabilidad caí arrodillado al piso llamando la atención de todos, ¡Joder!, golpee mi pecho en busca de aire y lo tenía, maldita sea el aire si entraba en mis pulmones solo que no lograba respirar, Adam se arrodilló frente a mí sosteniendo mi rostro su boca se movía y no era capaz de entender qué demonios decía.

Noemí intento tirarme de los brazos para ver mi abdomen pero alejé sus brazos como las manos de Adam de mi cara, retrocedí y la presión en mi pecho salió eyectada por mi boca en un vomito incesante entre bilis y sangre negra, todos bajaron las armas y dieron un paso hacia atrás mientras que yo sentía que se me destapaba el pecho.

Fueron minutos de silencio puro donde mis tosidos eran lo único que podía oír, mis tímpanos se destaparon, mi olfato se agudizo y por fin podía ver todo con más claridad, respire profundamente soltando jadeos aireados y eleve mi mirada analizando mi entorno.

Akim abrió su boca pero yo moví mi mano haciéndolo callar, solo un segundo más de silencio, solo uno.

—Son...—toque mi pecho y calle mis palabras para volver a respirar profundamente y mantenerme en calma—son diez kilómetros para llegar a la primera desviación.

Los mire poniéndome de pie con ayuda de Axel, mi respiración lentamente vuelve a la normalidad y los dolores aunque son fuertes, son menores ya no siento la presión en el pecho que no me dejaba respirar.

—Es un túnel recto, si salimos ahora estaremos descubiertos.

—Si nos quedamos aquí moriremos. —Aitor dio un paso hacia mí señalándome con su arma, tenía el rostro ensangrentado y de su brazo brotaba la sangre.

—Moriremos si nos metemos en esos túneles sin un plan.

Señale el túnel sintiendo mi corazón acelerarse, veía de todo en sus rostro pero menos miedo, no, claro que no, cada uno de ellos estaba aferrado a su vida que al más mínimo sentir de miedo lo espantaban.

—Localizadores—susurre mirando los cuerpos en el piso—tomen las armas, los chalecos y registren los cuerpos deben tener una forma de comunicarse o de localizarse.

No esperaron más indicaciones cuando todos se arrojaron al piso para empezar a remover los cuerpos, mire con atención a mi alrededor contando quince cuerpos, entran por grupos, eran dos bombarderos, y alrededor de siete tanques que ayudaron a desactivar el campo minado, el primer grupo entro por aire y eran quince, segundo por aire y tercero por tierra, fue cuando desactivaron completamente el campo minado y pudieron entrar.

—Alek —gire en mi lugar y en un extremo de la que antes era una pulcra sala blanca estaba Adam arrodillado en el piso con una especie de tableta en la mano.

Acelere mis pasos hacia él y se lo arrebate de las manos.

—Es un plano de la propiedad—Aitor se ganó a mi lado mirando la Tablet que yo sostenía, tiene razón es un plano completo con respecto a las habitaciones, salas y puntos frágiles.

Con mis dedos temblorosos moví el plano hasta quedar en la parte de los túneles.

—Estamos aquí—señale un punto en el plano—marcaron la ruta de destino, pero los cruces los ignoraron, desconocen el destino de los desvíos.

Mire a Aitor pero él seguía mirando el plano con su ceño fruncido, puedo asegurar que se hace las mismas jodidas preguntas que yo, ni siquiera él sabe con certeza el camino a los túneles y ellos tienen un maldito plano de la casa.

—Esto no esta bien—susurro para desviar la mirada del mapa a mi cara.

Amplie la imaginen y active los rastreadores, mi respiración se entrecorto y un sudor frío bajo por mi nuca.

—¿Qué...son los puntos verdes? —Akim señaló la pantalla y yo le di una mirada a Aitor sin decir más comenzó a preparar sus armas y yo a maquinear un maldito plan.

—Son ellos, tenemos menos de cinco minutos.

Respondí girando el plano, estamos jodidamente rodeados.

—Ainhoa, Iker me contó que sabes de informática, ¿Existe una manera de cortar el suministro de energía del ascensor sin cortar la de los túneles? —me miro y miro el ascensor.

—Puedo desactivar el lector digital así sellar las puertas.

—Hazlo—se colgó la metralleta al hombro y corrió para empezar a mover sus manos—Adam sella esa puerta —señale las escaleras—usa todo lo que puedas pero que no se pueda entrar.

Asintió y corrió, volví a mirar el plano y los puntos verdes cada vez se acercaban más a nosotros, tenemos una clara ventaja al saber su posición más me vale usarla a mi favor.

— Tu plan.

Aitor me paso un chaleco antibalas y aferro su arma.

Adam en cosa de minutos ya tenía sellada la puerta que daba a las escaleras y Ainhoa había cortado el suministro de energía del elevador, la trasera la teníamos cubierta, solo el frontis estaba descubierto.

Di ordenes armando la estrategia lo mejor posible, tenemos pocos recursos y no pienso hacer mal uso de ellos agarrándonos a tiros.

Miré el plano y en cuanto Aitor abrió su boca lo detuve, estábamos divididos en dos grupos, Axel, Noemí y Aitor junto a mí al lado izquierdo de la entrada al túnel, Akim Ainhoa y Adam en el lado derecho, en cuanto los puntos verdes en el localizador estaban a metros de nosotros, moví mi mano indicando, cerré el puño y cierres de seguridad de las granadas cayeron al piso, Ainhoa, Adam y Aitor lanzaron las granadas dentro del túnel y escuche los gritos ordenando que se alejaran, fueron tres explosiones seguidas que nos dejaron segundos aturdidos, fue el pitido el que duro minutos, la polvareda se extendió y yo grite indicando que era el momento.

Elevamos las armas y nos introdujimos al túnel, eran demasiados, teníamos desventaja  numérica y en armas pero ocuparía todas mis jodidas ventajas para salir victoriosos de esto, nos esparcimos por el ancho del túnel asesinando a los que se ponían de pie y elevaban las armas contra nosotros despejando el área.

Fueron minutos donde los disparos y las peleas no cesaron, pero salimos del humo y el olor a sangre quemada. Patee vísceras, extremidades y cuerpos inertes en el piso para salir de ese encierro de humo y polvo.

Nos alejamos menos de dos kilómetros y volví a mirar el plano.

—Estamos a más de ocho kilómetros de la desviación—hicieron un circulo alrededor de la Tablet y yo les señalice donde estábamos— el siguiente grupo acaba de pasar el primer desvío. Están a cinco kilómetros de donde tenemos que llegar, empiecen a correr y recen para que lleguemos antes que ellos.

Sisee y cargando el arma comenzamos a correr, son ocho kilómetros bajo un túnel con el aire encerrado y escaso, estamos heridos, cansados y con la sangre brotando de nuestras heridas abiertas, nos quedamos sin granadas y no tenemos suficientes balas, pero rendidos jamás.

Todos tenemos heridas evidentes, Akim tiene golpes en el rostro, cortadas en sus brazos y abdomen, Ainhoa un disparo en su muslo que le entorpecía correr pero lo hacia de todos modos, callando sus dolores, Adam tenía un disparo en el hombro donde Noemí se había encargado de frenar la hemorragia, ella se había encargado de curarnos a todos en los que nos dio el tiempo, pero aun así eran solo medidas rápidas y las heridas aun estabas visibles, el único que tenía la bala dentro del cuerpo era Adam, los demás solo recibieron heridas superficiales, pero seguían perdiendo sangre y dolía, joder como dolía.

—Cinco kilómetros—informe mirando por sobre mis hombros corriendo con el plano en mis manos, el siguiente grupo estaba a menos de dos kilómetros de la desviación, joder que no llegamos.

Solté la pila de maldiciones y les grite que se apuraran, soltaron jadeos, gritos por dolor y suplicas al cielo para que les dieran la fuerza para seguir corriendo, que le recen a quien quiera, pero que corran maldición.

Grite que quedaban solo dos kilómetros y elevaron sus armas, es un túnel recto sin pilares para resguardarse y más les vale estar atentos a cualquier movimiento, mire el plano un kilómetro estábamos frente al enemigo.

Quedamos a metros de la desviación cuando la lluvia de balas nos hizo frenar y aferrarnos a las paredes, nuestra única protección era un jodido chaleco antibala y su poca iluminación hacia nosotros, cada uno se volvió parte del jodido muro intentando esquivar los disparos, los cuales cesaron y luego vino el tintineo de un metal golpeando contra el piso arrastrándose hacia nosotros, la granada quedo en medio de nosotros y antes siquiera de poder gritar que se tiraran al suelo, Ainhoa soltó un grito corriendo hacia el explosivo para de una patada arrojarlo al otro lado del túnel, explotó en medio de los dos y Ainhoa salió disparada hacia atrás.

Sucedió todo en cámara lenta, Akim gritando el nombre de Ainhoa, Noemí corriendo hacia ella, Aitor, Adam, Axel y yo flanqueándolos protegiendo el cuerpo inmóvil de Ainhoa en el piso, armándonos de un valor ancestral nos alejamos de las paredes elevamos las armas y nos introdujimos hacia el centro de la explosión, todo era humo y polvo pero con las armas en alto comenzamos a disparar a todo lo que se movía, vi una silueta aparecer por mi costado y antes de que pudiera desviar el arma me golpearon las manos desalmándome en segundos, recibe un culetazo en la sien que me dejo aturdido lo suficiente para que me diera dos puñetazos seguidos en el estómago y pómulo, me iba a dar un segundo culetazo en el rostro cuando reaccione esquivando su brazo dándole un rodillazo en las partes bajas, jalando de sus hombros para enterrar mi rodilla en su pecho, con mi codo golpee tres veces seguidas su espina y en cuanto retrocedió tome su nuca estampándola contra la pared.

La luz led de un arma subió por mis piernas instalándose en mi pecho, pensé en arrojarme al piso tomar el arma del alemán muerto y cubrirme con su cuerpo pero antes de que pudiera hacerlo los disparos lanzados desde mi espalda me susurraron en los oídos dejándome helado, por favor que no sea Akim, por favor que no sea...

Una bala me rozo el hombro penetrándome la carne, soltó un maldito quejido y me gire para ver que si era el imbécil de Akim, me grito un lo siento y yo maldije tomando el arma del piso para seguir despejando el túnel.

—¡Te dije que practicaras tus jodidos tiros!

Le reclamé y corrí hacia él quien junto a Noemí sostenían a Ainhoa.

—Si no tuviera que sostener a una rubia estúpida mientras disparó mis tiros serian perfectos.

Tiro del brazo a Noemí para dejarla a mis espaldas quitándole el puesto, pase el brazo de Ainhoa sobre mis hombros y con Akim la llevamos a la desviación del túnel.

—¡Está despejado!

Aitor grito y los siete tomamos la primera desviación que encontramos, sepa Dios a donde nos llevará esta jodida mierda.

—El siguiente grupo esta a menos de dos kilómetros, debemos apurarnos.

Informe para posterior guardar el localizador entre el chaleco antibalas.

—Rubia estúpida.

Akim no se canso de insultar a Ainhoa, quien con suerte podía respirar, su cabeza sangraba estaba llena de polvo y posiblemente su pierna este fracturada, su muslo sangra y la herida en su abdomen volvió abrirse.

—¿Por qué no te acostaste sobre la granada mejor?, ¡Desquiciada de mierda!

—No es buen momento para perder la cabeza Akim.

Lo regañe y acelere mis pasos con Ainhoa quejándose por el dolor.

—Necesitamos llevarla a un hospital.

Noemí venía a mi siga, mientras que los demás nos flanqueaban las espaldas.

—¿Dónde demonios lleva este túnel Aitor?

Adam le gritó y yo comencé a sentir el aire puro golpear en mi nariz, Ainhoa pareció sentirlo también ya que respiro de forma aireada y pesada.

—Conociendo a los Petrov, a una chocolatería no es.

—¿¡Está casa es de los Petrov!? —Akim gritó exageradamente fuerte y yo evite rodar mis ojos, bastante problemas tengo ahora como para tener que sentarme y explicarle lo que esta sucediendo.

—Espero no sea una...

Detuve mis pasos en seco al sentir el sonido de agua cayendo.

—Cascada.

Nos paramos en fila a algunos metros de lo que era una cascada, la salida de la desviación estaba cubierta de agua y por el sonido he de suponer que la caída es larga, deje a Ainhoa con Akim y a pasos inseguros me acerque al término del túnel, el agua salpicó mis ropas cubierta de sangre pero me interesaba mirar hacia abajo, el desvío del túnel daba hasta lo que era una montaña, estábamos dentro de una jodida montaña en caída libre de una cascada.

—Son a lo menos quince metros—susurro Aitor a mi lado—no sabemos la profundidad del rio abajo, podemos encontrarnos con puras piedras y morir al impactar.

—No podemos devolvernos.

Sisee mirando el localizadores, el grupo que nos pisaba los talones se dividió en ambas desviaciones.

—Podemos morir al caer—Aitor me miro desesperándose y yo volví a mirar hacia abajo, caíamos a un rio no puedo adivinar si es profundo o no, si caeremos sobre jodidas piedras o nos comerán benditos cocodrilos, pero es esto o morir a tiros.

—Tenemos que saltar.

—¿¡Que!?, no—negó Akim—no con Ainhoa así, Alek, no podemos...

—No tenemos balas, estamos todos heridos, si nos quedamos es darles nuestra vida en bandeja de plata, tenemos que saltar.

—Alek, Noemí...

Axel sostuvo la mano de Noemí y ella acaricio su abdomen, mis puños se cerraron y volví a mirar el localizador, se estaban acercando realmente rápido, joder piensa, piensa.

—No tengo otro plan. —ladee el rostro abatido y mire a las dos mujeres entre nosotros, Ainhoa estaba semiinconsciente y Noemí embarazada, si saltamos tenemos la mínima oportunidad para sobrevivir, ¿pero ellas?, ¿El bebé?

—Lo...lo haré.

Desvié la mirada a Ainhoa y esta con suerte podía elevar la cabeza su cabello rubio estaba rojizo debido a la sangre.

—No, no lo harás, encontraremos otra manera de...

—No hay otra manera—Ainhoa miro a Akim y este le sostuvo con firmeza la cintura—no me mires así—tosió—no pienso morir aquí.

Mire el localizador y ya estaban a menos de un kilómetro de nosotros, Axel se arrodilló frente a Noemí y la abrazo aferrando su rostro al abdomen de la castaña, sé perfectamente que esto no es mi jodida culpa, pero no sé porque siento que si mueren será un peso en mi consciencia, estoy sin planes, sin estrategias y al borde de la muerte.

—¿Cuánto es de caída? —Adam se ganó a mi lado y en cuanto abrí la boca me negó—no me digas prefiero no saber—dio brincos soltando bufidos—de todas las fobias en el mundo tenía que tenerle miedo a las alturas, joder.

Oímos las rápidas pisadas a nuestra espalda y Akim tomo en brazos a Ainhoa, Axel sostuvo con firmeza de la mano a Noemí y tras darnos unas rápidas miradas que podrían ser fácilmente las últimas llegaron la lluvia de disparos.

—Si no sobrevivimos a la caída, nos vemos en el infierno engendros.

Aitor nos dio un asentimiento con una sonrisa curva cargada de pánico y en cuanto las balas comenzaron a estrellarse contra el piso bajo nuestros pies el primero en saltar fue Aitor, Noemí y Axel dieron un grito y los siguieron, mire a Akim y tras decirle las mil maneras en que mataría a Ainhoa si se atrevía a morir salto y cuando iba a saltar, Adam entrelazo su mano a la mía cerro sus ojos y se me aceleró el puto corazón, todo lo que he hecho es para mantenerlos a salvo, sin pensar en sus miedos y en el que pasara en el futuro, solo que ahora debo mantenerlos con vida, pienso en el día a día no en el futuro, pero si quiero que tengan uno, Axel con Noemí y su hijo, Akim con Ainhoa y la extraña relación que tienen, Adam tiene que vivir, joder, disfrutar de su libertad, conocer la vida y lo que es ser feliz, no podemos morir ahora, no sin haber disfrutado como corresponde esta jodida vida, no sin haber vengada a nuestro padre.

Aprete con fuerza la mano de mi hermano y saltamos al vacío, dejando los disparos atrás y respirando todo el aire puro que fuimos capaces de absorber hasta que la caída cesó en un golpe duro y seco, dejándome sin oxígeno. 

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