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Capítulo 28

Aitor Byner.

Me deje caer en la cama expulsando el humo por mi nariz, perdiéndome en aquel color grisáceo que se desvanecía en el aire, impregnándose en las paredes de un color tan oscuro como mi alma.

¡Es sofocante, maldición!

Le di otra calada a mi cigarrillo y me enfoque en mi entorno, todo tan negro, tan pulcro, lo único blanco es el techo y ni eso porque es de un gris perla que me da fastidio, tomaría un tarro de pintura y pintaría cada pared de esta jodida casa con tonos flúor o brillantes para darle algo de vida.

Casa de seguridad mis pelotas, parece cárcel, aquí no vendría a refugiarme para estar sereno o encontrarme conmigo mismo, necesito más color y un poco más de alegría para esa mierda.

Sin ofender el diseño pintoresco de Inha pero a esta mierda le falta vida.

Volví a sentarme en la cama y camine en dirección al ventanal, me pregunto, ¿De quien demonios seria esta habitación?, por más que toque las paredes no se desprende nada que me de un indicio de quien era, solo las mismas armas, diría habitación de invitados, pero ni de coña los Petrov serian tan hospitalarios para tener una habitación para sus invitados, primero porque no tendrían invitados y segundo si los tuvieran lo más seguro que seria su nuevo juguetito.

<<La habitación de Airón probablemente, tan sútil y a la vez espeluznante >>

Esta fue la última casa de segura que construyeron antes de morir, la que menos utilizaron y en la que más participe, tenía que venir a supervisar los detalles y dar instrucciones por eso sé la función de cada sala de esta casa, pero el lugar específico donde se encuentran las armas y uso de protección facial, solo lo sabían ellos, es más ni siquiera estoy seguro que los hermanos lo sepan, Andriy e Inha, eran tan...complicados, dejemos en que eran complicados, ponerme a definir a un sicario de profesión y una ladrona que se enamoró de un sicario y termino siguiendo los pasos de su esposo, eso si es una tarea imposible.

No es...muy diferente a mi historia, con la diferencia de que yo ya iba encaminado a ser un mercenario cuando me enamoré de la Diosa de la muerte.

Hablando de la reina.

Hace siete días Hela se fue, ya estamos a diez de septiembre y aún no tengo señales de ella, fue arriesgado volver sin tener la certeza de poder salir otra vez, pero ella siempre ha sido así, desde que la conozco siempre es todo o nada.

Siempre supe que lo que sentía por mi no era amor, como dije con Hela es todo o nada, ella no hace las cosas a media, o te quiere o no lo hace y punto, creí que yo podía ser ese intermedio, esa persona que lograría descongelar su frió corazón y cambiar su perspectiva de lo que es el "amor", fue solo una ilusión. Yo me enamoré de la mujer fría, tosca, posesiva, inteligente y cruel, me enamore de la Diosa, era un sueño el creer que ella llegaría a sentir lo mismo por mí.

No sintió más que lastima.

Camine por lo largo de la habitación y me dispuse a salir de ella, cerré la puerta a mis espaldas y camine a paso tranquilo por el segundo piso de la casa, llegamos ayer y fue un verdadero caos, los Schneider son un matiz totalmente diferente a los Petrov, no entiendo como Hela siendo como es pudo convivir con ellos sin volverse loca, son un caos bastante... divertido.

Escuche hasta la madrugada los gritos histéricos de Akim, reclamando que cada que tocaba la pared salían cosas y estaba a la nada de darse un tiro. Me da curiosidad conocer más a fondo a los hermanos, físicamente tienen similitudes pero no pueden ser más diferentes.

Baje rápidamente las escaleras, llegando a la sala principal donde Adam estaba sentado sobre la mesa de centro con su mirada fija en la leña ardiente en la chimenea.

Diferencia número uno, si fuera Akim de seguro estaría picando la leña con un fierro y no se detendría hasta quemarse y armar un drama del porte de china.

—¿Los demás? ——pregunte dirigiendo al bar.

Adam no giró su mirada ni se inmuto por mi presencia, siguió tal cual estaba, en la misma posición y concentración importándole una mierda todo.

—Alek en el gimnasio, los demás en las habitaciones, creó—respondió seco.

Lo quede mirando con mis ojos entrecerrados mientras servía bourbon en un vaso, dando lentos pasos hacia mi costado pude analizarlo mejor.

Lindo perfil se gasta el crío, me apoye en la barra para mirarlo con más descaro, de gustos no hay nada escrito, aunque sí mí debilidad son las mujeres, pero mi instinto curioso me prohíbe centrarme en un solo género.

Abrí mi boca para lanzarle mis indirectas cuando sentí risas en la escalera, con mi vaso en la mano caminé hacia ella y vi como Axel venía jugueteando con Noemí quien bajaba con una sonrisa estúpida las escaleras, Axel le jalo la cintura y cuando iba a jalarla de los muslos, Noemí se giro chocando su mirada conmigo, borro su sonrisa y me señalo de forma acusadora.

—Aitor tenemos que...

—No puedo ahora, estoy ocupado.

Le señale con mi dedo y desviando mis pasos gire por la sala para alejarme lo más posible de la castaña y sus quejas, no es idiota y por más que le diga que la jodida casa es mía no deja de cuestionar mi alcance monetario, me ofende, me ofende muchísimo que crea no pueda darme estos gustos, claramente no puedo pero me ofende que lo insinué.

Llegue a las escaleras que me dirigen al piso menos uno y baje rápidamente para llegar al maravilloso gimnasio, Akim y Axel son muy fáciles de leer y bastante predecibles, de Adam me encargaré de leerlo con tiempo, pero Alek es alguien con el que zaceara mi curiosidad.

Me apoye en una de las maquinas de ejercicio y lo quede mirando detenidamente, golpeaba un saco como si estuviera visualizando a su peor enemigo, me da un poco de gracia imaginar que sus golpes van direccionados a cierta dulzura de ojos verdes.

Me intriga saber que clase de relación tienen esos dos, no son tan diferentes después de todo, ambos están protegiendo a sus familia y harían lo que sea para mantenerlos a salvo. Pero salvar a Airón conlleva la muerte de los Schneider. Hela ya se desvió una vez y claramente no fue por la relación de Noemí y Axel, ¿Fue por Alek?, intentar descifrar como piensa, es como desactivar una bomba con los ojos vendados, ¿Será igual de difícil descifrar como piensa Alek?

—Es mejor practicar los golpes con alguien que te los pueda devolver, ¿no crees?

Me saqué la sudadera arrojándola al piso para quedar solo con una polera y pantalón de buzo, di pasos adentrándome a la zona de entrenamiento donde el piso era acolchado. Alek siguió dándole golpes al saco, más directos y profundizados.

—Pasó.

—Oh vamos—insistí—una pelea digna por el amor de la Diosa, ¿Qué opinas?

Abrí mis brazos incitándolo a pelear y detuvo sus golpes con uno seco que hizo eco en todo el piso, freno sus movimientos con el puño hundido en el saco y giro su mirada a mí.

Hizo sonar su cuello para dejar el saco de lado y direccionar sus pasos hacia mí, no fue tan difícil convencerlo después de todo, tomé las vendas de boxeo de la repisa y cubrí mis manos mientras que Alek me analizaba de pies a cabeza con rostro serio y molesto.

—Seria más interesante si fuera a muerte, sería más épico—ironice moviendo mis manos para dar dos pasos y quedar a una distancia prudente de él.

—¿Quién dice que no lo es?

Lanzo el primer golpe que me hizo borrar la sonrisa y esquivarlo lo más rápido posible, el sonido de su golpe cortando el aire resonó en mis tímpanos, que descargue su frustración en el saco mejor.

Rotamos las posiciones y golpe que le lanzaba los esquivaba como si de una maquina se tratara, dio un zurdazo el cual esquive, le di una patada lateral a sus costillas lo que lo hizo retroceder tire dos puñetazos seguidos impactando el segundo en su pómulo, soltó un bufido ronco y sus ojos destellaron en ira, bien...el engendro se enojó.

Hizo como si fuera a lanzarme un puñetazo con su mano derecha pero me aplico un gancho izquierdo que me desencajo la quijada.

¡Me mordí la jodida lengua!

Me hizo retroceder sintiendo el gusto metálico de mi sangre en la boca.

Di dos pasos hacia atrás y jalo de mi polera estampado su rodilla en mi estomago me incliné y cuando iba a dar un segundo rodillazo me erguí de golpe, golpeando su quijada con mi cabeza, volví rápidamente a mis sentido lanzándole puñetazos.

La advertencia de Hela me la paso por las pelotas, esto se volvió personal.

Mi puño se estrello directo en su nariz la cual no tardo en sangrar y mientras retrocedía aproveche para escupir la sangre que tenía en la boca. No siento la lengua <<Creó que escupí un pedazo de ella>> pero a la mierda. Me dispuse a preparar mis siguientes golpes cuando como un huracán cargado de ira se lanzo contra mí.

No supe como bloquear ni defender, era puñetazo tras puñetazo, abdomen, pecho, cara, garganta, su puño se enterró en mi pecho y mi respiración se dificulto retrocedí en busca de espacio y cuando vi su puño direccionándose a mi cara a mil kilómetros por hora ladee mi cuerpo su brazo paso de largo y lo tome como ventaja.

Tome su brazo con ambas manos y haciendo presión inversa lo jale girándolo hacia atrás, el cuerpo de Alek por inercia se acerco a mí y yo clave mi puño en su garganta y nariz dificultad su respirar y visión.

—Vaya agradecimiento a quien te abrió las puertas de su casa.

Con una patada a sus costillas lo mande al piso para por fin respirar con profundidad y dificultad.

—No tengo nada que agradecerte.

Hizo un barrido con sus pies lanzándome al piso, mi cabeza se estrelló contra este y escuche un pitido por breves segundos.

Sinceramente hace mucho no recibía tantos golpes en tan poco tiempo y con tanta técnica, la última pelea épica que tuve — sin contar la paliza de Hela—fue con Airón, puto mocoso, con trece años me partió el culo.

—Quiero saber porque Heiko nos quiere muertos.

Habló pero no se movió de su lugar, seguía con la respiración acelerada y estirado en el piso con sus manos desparramadas.

—Pídemelo por favor y te ayudo.

—No te estoy pidiendo una mierda.

—Con ese carácter tampoco aceptaría ayudarte.

Hizo el intento de levantarse pero fui más rápido pase mis piernas por su abdomen y de un giro rápido tome su mano lo voltee dejándolo con la cara pegada al piso y sus manos atadas a la espalda, enterré mi rodilla en el medio de la espalda cortándole la respiración.

—Tienes buenas técnicas pero te falta la experiencia.

Me jacte presionando su nuca al piso, soltó una risa ronca y con una respiración pausada giro su muñeca desprendiéndose de mi agarre mientras al mismo tiempo corría su rostro provocando que mi mano pasara de largo y perdiera estabilidad con su mano ahora libre jalo de la mía levanto su cadera impulsándome hacia el frente caí en seco al piso con mi mano hacía atrás y mis pies chuecos.

—Presumes mucho lo que careces.

Se me burló en la cara soltándome el brazo para ponerse de pie y mirarme desde lo alto con ironía.

—No te creas tanto, no eres un enemigo para mí.

Me senté en el piso acomodando mis extremidades. Alek me rodó los ojos caminando hacia su botella con agua.

Me lo quede mirando de mala manera le di buenos golpes quizás no tantos como él, pero su nariz sangra al igual que su labio y su pómulo ya que esta inflamado, "Si veo solo un rasguño" rezaré a los dioses para que no llegue ahora o tendré que arrancar de la casa de seguridad porque yo no es segura.

—La estas ayudando, ¿Verdad? —me pregunto sacándome de los planes de escape de mi cabeza.

—¿A quién? —me miro obvio—¿A Hela? —asintió—¿Por qué crees eso?

—Porque no soy imbécil, la quieres y harás lo que sea para caerle en gracia de nuevo.

—No la quiero—miento si lo hago, pero siempre digno.

—Claro.

—¿Te recuerdo dónde estás?

—Hela no nos quiere muertos, nos necesita con vida para recuperar a su hermano y tú solo nos brindas ayuda para que ella pueda cumplir su objetivo y dudo mucho que esta casa sea tuya.

—Y seguiremos con la misma mierda—está igual que Noemí—no seré alguien de renombre como los Petrov, pero trabajaba para y con ellos, tengo recursos y puedo darme estos lujos, así que no sé porque cuestionar tanto si esta casa es...

—Tengo la pieza con bar propio y está lleno de Johnnie Walker y el dispensador de armas solo tiene dagas, cuchillas y debajo de la almohada encontré una katana, repito no soy imbécil. —se seco el sudor—Si quieres seguir fingiendo que tienes los medios para tener estos lujos adelante, pero sé que esta casa en realidad es de los Petrov y que Hela te ordenó que nos trajeras aquí como si fuera tu idea y hospitalidad.

—Creas todo un escenario en tu cabeza y no cabe la posibilidad de que construyera una habitación con sus gustos.

—No—negó seguro—no me fio de ti y mucho menos de ella, tiene motivos y razones validas para querernos muertos y eso ya la vuelve un peligro para mí. Por el momento callaré y aceptaré el quedarnos aquí. Con Akim herido no podemos hacer mucho. Es insultante que intenten hacerme imbécil con un plan tan mediocre.

—Los demás se lo creyeron—le enarque una ceja.

—Los demás no conocen a Hela.

—¿Oh y tú sí? —sonreí con sátira y espere su respuesta.

—Sí—respondió seguro.

—No te confíes, es imposible conocerla, viví con ella...

—Por años, sí—me increpo—entiendo la diferencia entre Hela y la Diosa, aunque me parece estúpido creer que son diferentes personas cuando es lo mismo. Puedes conocerla de años, incluso desde que era una niña pero no la conoces realmente porque te dejas influenciar por los rumores que dicen de ella, crees que por ser la jodida Diosa de la muerte no se cae a pedazos como todo mortal y no es así. La conozco más que tú porque me importan una mierda los rumores de ella.

—¿Crees que los rumores son mentira?, cada uno de los rumores que corren de ella son ciertos, incluso peores.

—Sé que los rumores son reales, lo entiendo y me vale mierda, me di el tiempo de observarla y analizarla, por más que aparente ser indestructible, no lo es, la conozco porque conozco la desesperación que siente, quiere proteger a su hermano con la misma intensidad que yo protejo a los míos y lo protegerá cueste lo que cueste, sea traicionándonos, mintiéndonos incluso matándonos, podrá engañar a todo el mundo, pero no a mí.

—¿Siempre sospechaste de sus planes?

Me puse de pie para quedar a su altura y mirarlo con confusión, sigo procesando todo lo que acaba de soltar, el plan de Hela era impecable, por el odio que me tiene es lógico que crean que no la ayudaría, menos que ella me pediría ayuda a mí en algo—ayuda que claramente no pidió— pero la historia que invente fue convincente, ¿no?, si incluso Noemí pareció creerla.

—No siempre, cuando se fue dijo cosas que se quedaron dando vueltas en mi cabeza y me hicieron pensar en exceso. Luego el ataque y tú repentina ayuda cuando no te concierne en nada que nos lastimen o alguna mierda, nos ayudaste, ofreciste tu casa y dejaste la idea al aire de venir a Suecia, fue bastante predecible el movimiento, en España estábamos seguros de Chavdar pero no de Heiko, así que debíamos huir, pensaba usar conexiones marítimas pero ¿Eso ella ya lo sabía no? —no espero mi respuesta y negó con una sonrisa curva—. Luego el que la casa estuviera tan a la deriva y protegida, no está hecha con la intención de proteger a un solo hombre por una novia psicótica, es para una familia con más de un enemigo, sumando todo eso con la habilidad de Hela de meterse en tu mente y conocer tus movimientos no me fue difícil saber sus intenciones.

—Y aun así aceptaste venir.

—¿A una casa de seguridad con ubicación clasificada, con mecanismos de defensa diseñados por una familia de sicarios?, tendría que ser imbécil para no aceptar la protección que está casa nos da, Akim esta herido y mientras no sane está casa es nuestra mejor opción, aprovecharé el magnifico plan de Hela y conseguiré las respuestas que quiero, supongo que eso ella ya lo sabía, no por algo mencionaste que Suecia era zona blanca y los desertores residían aquí.

—Que sepas que no acepte ayudarla, me amenazo y ordeno.

—Diría, pudo decírmelo, pero claro está que no lo iba hacer.

Elevo sus hombros restándole importancia y yo lo mire entrecerrando mis ojos, sigo algo aturdido, ninguno de los otros tres siquiera sospecha que esta casa no es mía, pero Alek, no duro ni una semana sin descubrir cada parte del plan de la Diosa.

—Le gusta manejar las cosas a su antojo.

—No. Toda su vida ha hecho las cosas sola y salido adelante por su cuenta así que esta convencida de que no necesita ayuda.

Curve una sonrisa y desvié la mirada, es ahora donde recuerdo las palabras de Erlick cuando vino por mí.

Si bien mi historia fue convincente diciendo que Calu me llamo advirtiéndome de que Erlick venía por mí fue real, nunca huí, ¿Para que hacerlo? sí de todas formas iba a encontrarme y en cierto modo sabía que él no iba a matarme, su rivalidad con Hela no lo hubiese dejado darle el placer de verme muerto.

Recuerdo que ese día después de la llamada de Calu me fui a un bar, me sentía herido, —corazón roto le dicen— mi idea era intoxicarme y esperar a que mi vida llegará a su fin, pero a mi quinta ronda Erlick llegó, se sentó a mi lado y comenzó a beber junto conmigo en total silencio, la tensión era palpable pero no era incómodo, cada uno sabía que roll jugaba en esa situación y parecíamos conformes con ello.

Al acabar la botella, Erlick dejo el arma en la mes, me miro y me dijo;

Ya sabes a lo que vine, ¿no?—le asentí girándome hacia él para verlo directo a la cara, sin achicarme ni titubear— ¿No huyes?, ¿tan poco aprecio le tienes a tu vida?— eleve los hombros restándole importancia a la situación.

Si Hela me quiere muerto, no tengo otra alternativa, ¿o sí?

Pregunte y con su semblante serio tomo el arma para ponerla entre ceja y ceja, recuerdo que el frio del cañón erizo mi piel, pero aun así no temblé ni me aleje afronte mi destino con la frente en alto.

No vale la pena, ¿sabes?, eres capaz de morir por ella, pero ella no es capaz de perdonar una insignificancia como esa. Hela nunca te quiso Aitor, fuiste solo su juguete, te uso y tú la dejaste.

—¿Si no me quiere porque no esta ella en tu lugar? —la sonrisa que curvo me dio a entender lo estúpido que estaba siendo.

Porque para ella no vales la pena.

Eso tú no lo sabes, su forma de querer es algo...

Tú no conoces su forma de querer, porque de conocerla no estarías en esta situación. Estamos dañados Aitor, totalmente jodidos, pero sé que no le importas, ni te quiere porque de hacerlo se notaría ya que por muy dañados que estemos si logras ganarte su corazón el infierno es tuyo.

Al estar en esta situación, me doy cuenta de que las palabras de Erlick toman sentido, ellos después de todo si sabían querer, pero al igual que sus padres se enamoran una vez en la vida y su amor es infernal, desatan el caos, la destrucción y la muerte por cada jodido latido de su corazón.

—Las cosas que te dijo el día que se fue...

—No me interesa seguir hablando de ella, Aitor.

—Eran mentira.

Le dije de igual manera, aunque no quisiera oírme.

—Lo de Noemí, lo de la esposa de Iker, incluso lo de la hija de Ruslan, todo lo que te dijo fue para...

—Para que la odiara—respondió con una sonrisa crédula—¿Qué no la odio suficiente ya?

Siseo y tomando sus cosas se dispuso a caminar hacia las escaleras, me quede mirando a la nada un par de segundos reprimiendo el lio de sentimientos que tengo en el pecho.

—Hay un bar de desertores en una zona muerta de Suecia, los llevaré, pero tendrán que esperarme un par de días, acabamos de llegar y debo asegurarme de que sea totalmente seguro.

Alek me miro y después de meditarlo un par de segundos asintió subiendo a paso calmado las escaleras.

Solté un suspiro pesado y desordené mi cabello para de paso limpiar la sangre seca de mis labios y nariz.

Hela se ha dado muchas complicaciones para algo que para ella es sencillo de hacer, perseguir, cazar y torturar, eso para ella es su diario vivir, pero los esta protegiendo aunque eso provoque caos, destrucción y muerte, solo me pregunto hasta que punto esta dispuesta a llegar y que tan terca será para darse cuenta de que en realidad si sabe sentir.

Subí las escaleras llegando al primer piso y no me detuve a mirar ni hablar con nadie subí directo a mi habitación, necesito una puta ducha y un analgésico para el jodido dolor muscular.

Entre a la habitación cerré la puerta a mis espaldas y apenas saqué mi polera la puerta se abrió de par en par, me gire con el corazón en la boca y oí el portazo que dio Noemí al cerrar la puerta, me señalo y yo tire mi cabeza hacía atrás sin ganas.

—Me sacaré el pantalón y me importará una mierda que me mires.

Le advertir jugando con el elástico del buzo.

—Deja de mentirme jodido mentiroso.

Me señalo con su ceño fruncido y clara histeria en el rostro, me baje el pantalón quedándome en ropa interior y ella soltó un chillido para girarse y darme la espalda.

—Te lo advertí.

—Aitor esta casa no es tuya.

Me reclamó sin mirarme, le lance mi pantalón a la espalda solo para molestarla y sin un poco de vergüenza me saque también la ropa interior quedando desnudo a su merced.

—Esto se podría poner interesante si te olvidas de que tienes de novio a un alemán.

Le lance también la ropa interior y al verla volvió a chillar en protesta.

—¡Aitor no me jodas y vístete!

Caminé desnudo por la habitación y cogí una toalla de la repisa para atarla a mi cintura.

—Me bañaré así que lo que quieras decirme, me lo dices en la ducha.

—¡Aitor! —reclamó golpeando el piso con sus pies, solté un bufido pesado y me senté en la cama para dejarme caer y tapar mis ojos con mi brazo.

—Ya habla.

Se giro y al verme con toalla camino hacía mí, la vi por un espacio entre mi brazo y estaba roja como un tomate, toco su abdomen y camino de un lado a otro.

Después de aquella conversación con Erlick en el bar, bebimos un par de copas más sin tocar nuevamente el tema de Hela y al llegar la media noche se puso de pie sostuvo mi hombro y dijo; "Cuídala por mí" No sé si fueron las copas demás que lo hicieron decirme esas palabras, pero no las entendí, no hasta que al pasar los días me llego la noticia de que todos habían muerto.

Fue en ese entonces que entendí que se refería a Noemí, que cuidará de su castaña y lo hice, ella no me vio, según Erlick yo estaba muerto y debía ser así incluso para Noemí, era más seguro que ella no supiera que estaba vivo.

Al morir los Petrov pase años en las sombras, no llevaba su sangre, pero trabajaba para ellos y conocía la forma en que se movían, si el que se corriera el rumor de que Erlick me mato me ayudo a bajar mi perfil y pasar desapercibido, aunque eso no quiere decir que no me mantuve oculto por años, pero si cumplí su pequeño encargo, protegí a su castaña, la cuide desde lejos por años, vi como lloraba por las noches, como la mujer llena de luz que conocí se apagaba lentamente y se convertía en alguien que no era capaz de reconocer.

Quise intervenir, entrar de nuevo en su vida y darle algo de apoyo, pero no podía hacerlo, la muerte de Erlick debía superarla por si sola, y lo hizo, lentamente fue recuperando su vida, creando su rutina donde el atender la clínica veterinaria se volvió su distracción.

Dos años después de su muerte llegue donde Iker y el cuidar de Noemí se volvía más difícil, le dedique menos tiempo, hasta que llegue a Ibiza y ella conoció a un alemán y se embarazo, jodida estúpida, el espíritu de Erlick vendrá a dispararme mientras duerma.

—Esta casa no es tuya Aitor. —me pateo el pie obligándome a sentarme.

—Si lo es—le rodé los ojos molesto.

—Tú no tienes los medios para tener tantos lujos.

—Noemí te aprecio, pero por la cosa que tienes en el vientre sal de aquí antes de que me hagas enojar.

—¡No es una cosa, es un bebé! —se quejo acunando su vientre inexistente, sigue igual de delgada. — Quiero que me digas la verdad Aitor, no soy idiota y sé de primera mano que tú no tienes los medios para tener esta casa.

—¡Que es mía! —le reclame estresado—trabajaba por el diez por ciento de sus encomiendas, si tengo los medios para...

—¡Eres adicto a los juegos de azar! —me señalo desordenando su cabello—cada que tenías dinero ibas con Calu a los casinos y llegabas sin dinero, ¡Yo tenía que prestarte plata, Aitor!

—Bueno, pero no siempre perdía, con mis ganancias me...

—Fui a ver la herida de Ainhoa me recargué en la pared y salió un maldito dispensador de dulces, ¿sabes quien era un adicto a los chocolates y gomitas?, ¡Calu!

—Eso es una simple coincidencia, no es para...

—En el dispensador de armas de la pieza que esta ocupando Adam hay todo tipo de explosivos, ¿te recuerdo quien amaba esas mierdas?

—Son dos simples coinci...

—¡En la de Alek los dispensadores tienen dagas!

—¡Si está bien, es de los Petrov!, maldita mata ilusiones, no tengo los medios para tener semejante casa, ¿eres feliz?, ¿Eh?, ya mataste mi ilusión, espero estes contenta ahora.

—¿Por qué estamos aquí?, ¿Es plan de Hela?, ¿Por qué no me dijo nada de esto?

—¡Que se yo!, quizás no quería que le arruinaras el plan, como arruinaste mi ilusión.

Me cruce de brazos y la mire de lado indignado, es una envidiosa, solo porque ella no tiene los medios...oh si los tiene, Erlick cierto.

—¿Te conto su plan?, ella... ¿Te lo contó a ti y no a mí?

Dejo de caminar estancando sus pasos y centrando su mirada de desilusión en sus manos, en cuanto vi sus ojos cristalizándose me preocupé.

—Noe me contó porque la seguí, no te lo dijo porque lo planeo a última hora...

—Ella no planea nada a la rápida, menos cosas así, no confía en mí, es eso.

—Oh vamos, armaron tremendo plan juntas, claro que confía en ti.

—¡Lo arruine! —chillo y las lágrimas bajaron por sus mejillas, me puse de pie, jale de su brazo y la aferre a mí, la vi tantas veces llorar de lejos y moría por hacer esta mierda—ella confió en mí y en el ultimo paso de su plan yo me quebré.

—Es normal, Noe, tu no tienes la frialdad de Hela, no querías lastimar a Axel.

—¡Pero ella ahora no confía en mí!

—Te recuerdo que en mí menos, me quería muerto, quiere muerto en realidad.

—¿Su plan era traernos aquí?, ¿Para qué?, ¿Piensa volver por nosotros?

—Para protección y no sé, lo único que me dijo, más bien ordeno fue traerlos hacía acá. Te confieso que no se mucho de su plan, solo que yo conozco a la perfección esta casa y le servía así que fui su nueva ficha en el tablero.

—Tengo miedo Aitor—susurro y se abrazo a mí—de que todo esto salgo mal de perder a Hela, de perder a Axel, yo no lo soportaría, no de nuevo, después de...después de él...

—Tenemos que hablar sobre Erlick, Noe...

—Aún no le digo a Hela que estoy embarazada, ¿y si se molesta conmigo?, me advirtió que no me encariñara con ellos porque puede que no sobrevivan y no quería que sufriera de nuevo, pero ya me encariñe y no quiero...no quiero que...

—Cálmate—la sujete de los hombros alejándola de mí—sigues haciendo la misma mierda de preocuparte en exceso, crear escenarios fatalistas en tu mente y creer que eso pasará, Hela no se enojará contigo por embarazarte ni por encariñarte, no lo hizo cuando te quebraste en medio de su plan y no lo hará ahora, ¿entendido? —asintió limpiando sus lágrimas—ahora tenemos que hablar de Erlick.

—No—negó—no quiero oír nada de lo que me tengas que decir.

Intente hablar pero volvió a negar dando pasos hacia atrás, llevo días intentando hablar con ella, no fue hasta hace más de  dos años que recibí una carta, carta que venía de puño y letra de Erlick la cual fue escrita antes de que el muriera, la carta iba dirigida a mí pero era para Noemí, al leerla no perdí tiempo, tome el primer avión y salí de Ibiza para ir a salamanca, pero al llegar vi a Noemí reconstruyéndose volviendo a ser la mujer que era y sabía que esa carta solo terminaría por romperla por completo, y no podía hacerle eso, no a ella.

—Noemí quieras o no tendrás que escucharme—sostuve con fuerza sus hombros manteniéndola firme en su lugar—antes de que Erlick muriera lo vi en un bar, él iba a matarme por encargo de Hela, pero no lo hizo, yo no hui como te había dicho lo espere y él llego a mí, bebimos, hablamos y al llegar la media noche él me dijo "Cuídala por mí", —negó derramando lágrimas.

—Aitor no por favor—suplico en un hilo de voz.

—Ellos ya sabian lo que iba a pasar, sea lo que sea que haya pasado entre ustedes por lo cual tomaste la decisión de irte de ucrania, fue planeado, Noe, Erlick lo hizo para protegerte.

—No—lloró y negando con su cabeza sus piernas perdieron estabilidad cayendo al piso, la ataje antes de que pudiera tocar por completo el piso y me incliné con ella, quien no dejaba de negar y suplicar que dejará de hablar, pero es ahora o nunca.

—Él te amó, Noemí, y te alejó porqué no soportaba la idea de arriesgarte por su culpa, me pidió que te cuidara y lo hice por años, desde las sombras me encargue de cuidar tus pasos, cuando comencé a trabajar para Iker tu ya estabas con la clínica y lentamente volvías a la vida, al pasar dos años de la muerte de Erlick me llegó una carta.

—No me hagas esto por favor.

Susurro tocando su pecho y mi garganta se apretó al verla llorar con tanto desgarre y dolor.

—La carta era de Erlick me llego a mi pero es para ti Noe, no pude dártela en ese entonces porque estabas recuperándote, fortaleciéndote y reconstruyéndote desde cero, dártela era romperte una vez más y no podía hacerlo si no iba a estar allí para ti para ser tu soporte, Erlick te dejo todo lo que...

—No—negó y dándome un empujón por los hombros se puso de pie, para negar una y otra vez—es suficiente Aitor, no pienso seguir escuchándote.

—Erlick te dejo todo lo que tenía, Noemí.

Se detuvo con su mano puesta en la manilla.

—Me encargue de ir transfiriendo sus fondos a tu cuenta bancaria, lo he hecho durante años, no te lo dije antes porque semanas atrás yo estaba muerto para ti y así debía ser, Erlick dejo todo a tu nombre...

—¡¿Por qué?! —grito girándose hacia mi hecha un mar de lágrimas—¡¿Por qué ahora?!, ¿Por qué demonios decírmelo ahora?, no quiero, no necesito nada de él, ¡No quiero saberlo joder!

—¡Porque eras la dueña de su jodido infierno! —se arrastro por la puerta dejándose caer hasta el suelo, escondió su cara entre sus piernas y lloró, lo hizo con la misma intensidad que la primera vez.

—¿Por que me alejo? me hizo odiarlo—sollozo tocando su pecho—yo lo odie, joder, ¿Por qué?

No termino de hablar cuando la consumió el llanto, con mi garganta irritada y mi pecho apretado camine hacía ella para sentarme a su lado y atraer su cuerpo hacía mí, refugiándola entre mis brazos.

—¿Por qué me hizo esto, Aitor?, me destruyó.

—Porque te amaba, Noemí.

—No, eso no era amor, él me consumió, me rompió en pedazos.

—La forma en que te quiso fue caótica, y ese es un amor que nunca más volverás a encontrar uno donde ambos ardieron y se quemaron en una misma sintonía, quedaste en pedazos porque el fuego de Erlick se apago y te toco quemarte sola, eres una mujer fuerte Noemí, superaste la partida de Erlick y superaras todo lo que venga en el camino.

—Yo quiero a Axel, Aitor, lo quiero demasiado, me quiere de una manera tan diferente, de una forma que me da seguridad, con él no siento miedo, pero cada que recuerdo a Erlick sigue doliendo.

—El recuerdo nos perseguirá para siempre, Noe, pero el dolor disminuirá con el tiempo.

Acaricie su mejilla hasta que sus lágrimas dejaron de salir, su respiración seguía acelerada pero al menos ya no lloraba con la misma intensidad.

—No la quiero—miro sus manos— no quiero su carta ni su dinero.

—Noe es una decisión difícil, acepta la carta y...

—No—respiro profundamente—aceptar su carta es reabrir una herida que he pasado años suturando, aceptar su dinero es seguir necesitando de él y ya no lo necesito, pase años, llorando, sufriendo y ahogándome en agonía, no sabes las veces en las que desee morir para volver a su lado, las veces en que implore tener cinco minutos más con él, no quiero seguir necesitando de él, de su amor tóxico y posesivo, quiero un amor lindo, tierno, quiero querer a alguien sin el miedo a que su caos me destruya, quiero querer a Axel sin el fantasma de Erlick siguiéndome, así que no Aitor, no quiero su carta ni su dinero, has como si nunca recibiste esa carta y déjame con el recuerdo del Erlick que me grito a la cara que era una cobarde y que nunca podría amarme de la manera en que yo lo hacía.

Se puso de pie para acto seguido pararme yo también, Noemí respiro profundamente y limpiando sus mejillas se acomodo la ropa y borro cada rastro de lágrimas, sus ojos siguen igual de irritados e inflamados, pero eleve su mentón y me miro totalmente decidida.

—Si esa es tu decisión.

—La es—respondió segura de si misma y no pude no sonreír, la jale por los hombros y la aferre a mí.

Ellos son así, su manera de querer es caótica, Hela no me quiso, pero yo me enamore tanto de su caos que terminó consumiéndome, a Noemí la consumió el caos de Erlick, porqué así es con ellos, o lo das todo y esperas a ser correspondidos o vives con la duda del si ¿y si lo hubiese intentado?, la mujer fuerte, segura y poderosa en la que se construyó, a punta de suturas y lágrimas, es la que tomo el caos de Erlick y lo volvió suyo.

—Estoy muy orgulloso de ti, Noe—deje un beso casto en su frente y acune su rostro en mis manos.

—Te extrañe demasiado, Aitor.

Me regalo una sonrisa sincera y yo volví abrazarla, podré insinuármele de vez en cuando, molestarla, incluso ser cruel con ella, pero la quiero, Noemí es una de las pocas personas que a pesar de insultarla, tratarla mal, incluso de herirla ella te mirará te dará una sonrisa y te dirá, "No pasa nada, todos tenemos un mal día", es una jodida luz en medio de tanta tormenta y la quiero, la considero mi familia.

—Aitor.

—¿Eh? —apoye mi mentón en su cabeza y respire profundamente, es grato esto, poder consolarla por fin, después de tantos años deseando abrazarla y ser su soporte.

—La toalla, Aitor, se cayó, esto paso de ser tierno a perturbador en segundos.

Me aleje de ella sintiendo el aire fresco en mi trasero y note la toalla a mis pies, Noemí me miro a la cara con una sonrisa a labios juntos y su rostro teñido de rojo.

—Yo no...

—No digas nada—negó dándose la vuelta para caminar hacia la puerta—pasan los años y sigues igual de pervertido.

—¡No fue mi intención!

Me sacudió la mano restándole importancia y yo me gane de manos en cadera y baje la mirada, bueno ella se lo pierde de todas formas. 

————

Aitor bebé te amo, si no es con Hela que sea conmigo <3

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