Capítulo 23
Alek Schneider.
Enumeremos los problemas hasta el momento.
Número uno: Nos está cazando la mafia ucraniana.
Número dos: Nos está cazando la mafia alemana.
Número tres: Aún no sabemos dónde demonios esta nuestra madre.
Número cuatro: Nos está cazando la jodida diosa de la muerte.
¿Qué tan jodidos estamos?, sí... me cago en todo.
Número cinco: La castaña está embarazada.
¿Debería mandar todo a la mierda y dejarnos morir?, seria menos agotador y más reconfortante para mí.
Ya no tenemos los rastreadores, ——eso es medianamente bueno— ¿pero de que nos sirve?, Aitor lo dijo, Hela no los necesita, puede llegar a nosotros sin problema, es como un maldito sabueso, apuesto que tiene nuestro aroma impregnado en su nariz o quizás creó una línea amarilla hacia nosotros que solo ella puede ver, vaya a saber el diablo que demonios hace esa jodida loca para cazar a sus objetivos.
—En un par de horas vendrá un auto por nosotros para llevarnos al jet. — Ainhoa me informó sacudiendo su teléfono y por primera vez me di el lujo de mirar mi entorno.
Axel hablaba con Noemí en una esquina de la cocina, recalcó que la castaña calmó hace muy poco su llanto incesable, cosa que me irrito en medidas excesivas.
Adam conversa junto a Akim y Aitor sentados en los taburetes de la barra, a pasos de mí, mientras que Ainhoa intenta unírseles disimuladamente pero Akim le da miraba furibundas, despreciando su cercanía.
Es un idiota al cien por ciento, tiene a la chica a su disposición y se hace el imbécil.
——Bien... y ¿Cuál es el plan de a partir de ahora?, ¿Volver a salamanca y que más?
Me apoye en la barra de la cocina y mire un par de segundos a Adam quien me detallaba junto a los demás esperando un plan. Negué soltando la respiración por la nariz presionándome las sienes.
¿Qué más?, esa es la jodida pregunta que llevo haciendo por horas, ¿Qué hacer después de llegar a Salamanca?, si nos quedamos sería muy predecible, Hela vendrá a nosotros y no pienso esperarla con café y galletitas.
—Lo veremos al llegar. —concluí, se van a la mierda si esperan algo más elaborado de mi parte, con suerte no estoy borracho y desquiciado por tantas mierdas que han sucedido en tan poco tiempo.
—¿Iras con ellos al final? —Desvié mi mirada a Aitor al pensar que me hablaba a mí, pero no, estaba mirando a Noemí.
Decidí no interferir, pero Akim muy a mi sorpresa tuvo un buen punto que señalar, si la castaña se queda, Axel si o si buscará la forma de mantener su comunicación con ella, porta a su engendro, lo hará aunque le corte las manos y oídos, así que existe una mayor posibilidad de que Hela dé con nosotros, así que me abstendré de lanzar mi mierda, solo los mire.
Noemí se ladeo para analizar a Axel quien la detalla en silencio, un silencio que decía absolutamente todo, y bajo mi sorpresa ese silencio tenía oculta una negativa pasiva, como si estuviera dudando de traerla o no, la castaña frunció el ceño mirando mal a mi hermano para mirarme a mí, como si estuviera esperando que respondiera por ella.
—Vendrá con nosotros. —aseguró Akim girándose a Noemí— quiero ser el primero en conocer a mi sobrino, así que, castaña te vienes con nosotros. —la señaló y su labio se curvo en una débil sonrisa que se esforzó por controlar, volvió a mirarme insistiendo en que me negara o hiciera alguna mierda, tranquilamente la analice con recelo, no quiero pensar que se embarazo a propósito o alguna mierda porque no es mi jodido problema, pero no confió en ella y me encargué de hacerlo notar solo con la forma en que la miro.
—Mi oferta aún sigue en pie. —Aitor la señaló poniéndose de pie para caminar al bar dejando la confusión crecer lentamente a nuestro alrededor, los detalle a ambos de forma intercalada y minuciosa notando lo nerviosa que se colocó Noemí mirando a Axel.
—¿Qué oferta? —le preguntó en balbuceos bajos.
—Bueno...él...Aitor...me...
—Le ofrecí quedarse conmigo. —Aitor saco una botella de ginebra del bar y sin vaso comenzó a beber, hablando por Noemí, informándonos a todos de paso de su oferta—Ya que ustedes son los más buscados por las dos mafias más peligrosas del mundo, y una Diosa supuestamente muerta, intuí que una embarazada no les servirá de mucho, así que le ofrecí quedarse conmigo hasta que el bebé nazca.
—¿Por qué haría eso?, —soltó Axel mirando a Aitor con la clara ofensa y molestia desprendiéndose de sus ojos— ¿Crees que no podemos protegerla?
—No, no es que no crea, es que lo sé— ni se inmutó al responder.
—Yo se protegerme sola. —aclaró Noemí dando un paso hacia adelante mirando detenidamente a Aitor, que muy a lo cabrón, le sonrió con sátira.
—Noe...
—No uses ese tono condescendiente conmigo Aitor. —le advirtió—Conviví más de cuatro años con una jodida familia de sicarios todo después de vivir un infierno con quien se suponía me amaba, sufrí agresiones, física y psicológicas, y aun así estoy aquí. Ustedes podrán estar acostumbrados a esas mierdas pero yo nací en una familia donde si decías una grosería te ibas al infierno, ¿Y qué crees?, yo caí en el infierno sin decir malas palabras y Hela fue la que me saco de allí, ¿Crees que me consoló o me dejo llorar?, —le preguntó irónica— me enseñó a curar el dolor como solo ella sabe, peleando y volviéndome más fuerte, así que no te atrevas a subestimarme, porque tú a mí no me conoces realmente, no conoces en lo que me convertí después de soportar toda esa mierda.
Quedamos en silencio donde solo se oía la respiración acelerada de Noemí. Aitor la miraba incrédulo, en realidad todos la mirábamos de la misma manera, menos yo, a decir verdad, me sentí algo complacido, me trajo recuerdos a la primera vez que las vimos en el club, todos esos insultos que soltaba a diestra y siniestra, la forma en la que miraba al imbécil que la insultaba y confundía, después de ese día no volví a ver a esa mujer, entro en una faceta tan tímida y sumisa que creí había sido un shock del momento, pero ahora, la forma en la que mira a Aitor, como su posición se encorvo, me hace creer que quizás ella realmente no nos está mostrando su verdadera cara.
—Noe, —Aitor la miro suavizando su voz— tú lo dijiste, no estas acostumbrada a esto, haber vivido cuatro años con los Petrov no te prepara para enfrentarte a lo que es su mundo,
—No es cierto, sabes...
—La mierda que te hizo vivir no se compara a lo que es realmente su mundo—la detuvo, negándole— no te subestimó, conozco lo fuerte que eres, es solo que quiero qué entiendas que no todos somos iguales y tú nunca podrás ser ni lo más mínimo parecida a Hela o siquiera a mí, no importa que tan entrenada estés, ni cuantas cosas hayas visto. Ellos —nos señaló— han sobrevivido matando, matando a todo el que se interpone en su camino, tú...Noemí dime, ¿tú podrías hacerlo?, ¿Podrías matar a sangre fría a quien se interponga en tu camino? —ella apretó su quijada— irte con ellos es ponerle precio a tu cabeza y eso inevitablemente te convertirá en asesina, claro si es que quieres sobrevivir y no ser una carga o acaso nuevamente, ¿Quieres que alguien pelee por...
—Aitor—la voz de Noemí bajo un tono al advertirle, pero su voz sonó tan fracturada como rota, toco un punto donde hubo dolor.
—Ya no es solo tú vida Noemí—le recordó— y acompañándolos tendrás dos opciones o vives del pasado o te apegas al presente jugando a la suerte para ver cuantos días sobrevives.
El cuerpo de Noemí tembló en su lugar y sus ojos se cristalizaron, Aitor le regalo una sonrisa forzada pero ella negó, tragando grueso.
—Yo...yo no...viviré del...
—Cariño —Axel le susurró acercándola a ella, deteniendo su hablar, cuando yo quería saber, de qué demonios estaban hablando, ¿Vivir del pasado o apegarse a su presente?, ¿Qué cojones significa eso?
Axel la aferro de las mejillas apegándosela al pecho cortando así la conversación que tenían con Aitor, ya que este detallo la espalda de Noemí dándole una negativa que no era más que de decepción, y así sin más se fue.
Los detalle con un sentimiento extraño golpeando el pecho, algo no entiendo e irónicamente ni siquiera sé con certeza que es lo que no entiendo y que sí debería entender, las reacciones de Noemí son extrañas, muy extrañas, y...y no me da confianza, no es de mi agrado para nada, pero algo, una parte muy en lo profundo de mi ser me dice que ella en realidad puede que no sea mala, sino que está perdida, viviendo del pasado anhelando que se asemeje a su presente, si quiera, eso, ¿Tiene algún sentido?
Negué presionándome las sienes viendo como Axel y Noemí desaparecieron por los pasillos, miré brevemente a Adam y viendo la misma confusión en su rostro volví a negar y termino dirigiéndome a mi habitación aún tenemos un par de horas antes de partir y yo tengo que centrarme en la importante de una vez por todas.
[...]
—No creo que esto me ayude mucho a pensar. —balbucee envolviendo la botella de whisky en mi mano derecha con las bragas de encaje negro que no he dejado de venerar.
Tome una honda calada de mi cigarrillo llenando mis pulmones de tabaco, intentando concentrarme, pero no puedo, no puedo concentrarme una mierda viendo ropa de esa arpía por todos lados, —maldita desordenada— voy al baño y veo su ropa interior tirada por todos lados, abro el closet y están su chaqueta y ropas ensangrentada, me recuesto en la cama y huele a ella, tienen razón al decir que se mete en la vida de sus objetivos hasta volverlos locos, es como un veneno que se esparce y esparce hasta acabar con todo.
—Pero no acabaras conmigo —sonreí con molestia elevando el whisky y sus bragas con el — no soy uno más de tus jodidos objetivos, soy un Schneider y mi mente no es tan débil, puta arpía.
Ingerí lo restante del whisky y dejando la botella de lado tome sus bragas impregnadas por su olor, me tente en olerlas como un desquiciado, pero seguir haciéndolo solo sería llenarme más con su veneno y no le voy a dar en el puto gusto.
Cuando creí perder la pelea, la puerta fue golpeada y fue un respiro de aire fresco, baje mi mano y sin desprender la mirada de aquellas bragas de encaje negras espere pacientemente que la persona que estuviera golpeando se aburriera y se fuera a la mierda.
Golpearon otra vez.
—¿Qué?
Tire mi cabeza hacia atrás apoyándola en la pared de la habitación, pase de estar cómodamente recostado en la cama a estar en el piso con unas bragas en la mano y una botella de whisky, quien diría qué el suelo es más cómodo para pensar.
La puerta se abrió lentamente lo que me hizo descartar al instante que fuera Akim, él no se molestaría en golpear ni abrir con decencia, solo abriría de un portazo entraría metiendo buya y se lanzaría en mi cama sin importarle una mierda nada, Adam por el contrario no hubiese entrado si golpea y nadie responde su paciencia no le permite volver a golpear así que si no hay respuestas simplemente se larga, entonces mi última opción es Axel, pero cuando la puerta se abrió un poco lo descarté nuevamente, él no entraría sin permiso, podría estar horas esperando fuera de mi puerta si sabe a ciencia cierta que estoy aquí y que aun así no le autorice el pasar.
Es increíble que no pueda estar ni un bendito segundo en paz y tranquilidad, hubiese preferido ver a Akim asomarse por esa bendita puerta, no el rostro de esa jodida castaña.
—¿Puedo pasar? —no seas cabrón, no seas cabrón.
—Ya estas adentro. —me limite a decir.
Apagué el cigarrillo y volví a empinarme la botella de whisky mientras que Noemí entraba cerrando la puerta a sus espaldas, me analizo un par de segundos y al ver que la ignoraba soltó un suspiro pesado y camino por la habitación sentándose en la cama frente a mí.
La mire analizando su postura, su seguridad era mínima, a pesar de que entro por voluntad propia ni siquiera me miraba, no miraba nada más que sus manos con un nerviosismo que me decía claramente que se estaba debatiendo en sí debería hablar o no.
La deje ahogarse en su nerviosismo, no dije palabra alguna solo esperé pacientemente a que hablara y así pasamos lo que parecieron minutos en silencio, yo bebiendo, ella mirando sus manos temblorosas calmando su respiración, paso de ser incomodo a molesto, me gusta el silencio, claro, cuando sé es con personas que me agradan o solo.
Me estaba aburriendo de compartir su mismo oxigeno la iba a mandar a la mierda, pero ella habló primero desconcertándome.
—Lo siento. —balbuceo.—No me había disculpado contigo por haberlos traicionado, yo, lo siento mucho Alek, no...
—No —mi cuerpo se tensó—no tienes que disculparte...
—Sí, si tengo, lo que hice estuvo mal pero...
—No—le negué—tú no tienes que disculparte conmigo Noemí, tú no me...
Debes nada.
Debes joder.
¿A caso la otra si me debía algo?
¿Lealtad?, ¿Confianza?
Me puse a negar irónico y mis manos me temblaron por otro cigarrillo pero con la embarazada aquí no puedo fumar.
—¿Por qué no te...
—No sé qué hacer —me detuvo apenas intente sacarla, elevando el rostro para centrarse en mis ojos. —Se que no te agrado y si fuera por ti me tendrías a mil metros de distancia, pero eres la persona más honesta e inteligente que conozco y...
—A mi hermano no le gustará oír eso. —inflando mi ego no ganará mi confianza, pero sus halagos son bienvenidos.
—Su honestidad es diferente a la tuya, tú me odias no te detendrás a pensar si me lastimas o no al decir las cosas solo lo harás como en realidad son.
Ya sé a dónde va con esto.
—Si es sobre venir con nosotros o quedarte con Aitor, no me interesa ni me incumbe.
—Alek...
—Es tú decisión Noemí, no me agradas, desconfío de ti y sí por mí estarías a más de mil metros de mí, pero a muy a mi pesar es un Schneider el que tienes en el vientre y mi sobrino así que si decides venir con nosotros tendré que protegerte, al menos hasta que el niño nazca y si decides quedarte es lo mismo hablaré con Iker para que te mantenga segura, claramente aquí estarás más segura que con nosotros y aliviarías lo desagradable que es verte. Pero nuevamente, muy a mi pesar nadie más que tú puede decidir que quieres hacer es tú vida y la de tu hijo.
—Creí que prohibirías que los acompañará.
—¿Y que saco? —pregunte irónico— si lo prohíbo Axel hará un berrinche y no tengo cabeza para eso.
—Yo no sé qué...
—Noemí ese es tu problema, no el mío, ahora lárgate o...
—Es que yo ya hui una vez. —me detuvo, con su voz tan aguda como fracturada.
Se largó a llorar.
¿Por qué demonios llora tanto?
Si Axel entra y la ve así probablemente me tenga que aguantar su mala cara, quise decir algo pero lloro con más esmeró, que fastidio.
Comenzó a soltar hipidos en medio de su llantos y se veía horrenda con toda su cara roja y labios temblorosos, ni siquiera entiendo porque demonios está llorando.
—Déjate de llorar—le ordene pero lloró con más ganas.
—No...no puedo...yo....
—¿Cómo no vas a poder dejar de llorar?, es cosa dé...
—¡Estoy embarazada animal, mis hormonas están desquiciadas y no me dejan parar de llorar! —me lanzó un grito junto con una mirada mortífera que me hizo elevar las cejas con sorpresa—¡Sé que me odias, pero no lloro a propósito! —reclamó— no es mí...no quiero...
—Sí, sí, como sea—rodé los ojos y me puse de pie, para sentarme junto a ella en la cama manteniendo una distancia bastante prudente para así estirar mi mano y palmearle la espalda consolando su llanto o alguna mierda.
Apenas le palmee la espalda soltó un llanto más exagerado y se giro la muy salvaje aferrándose a mi pecho, apanicándome, ¿Qué demonios cree que hace?
—Me estás...
—Antes...antes de que muriera —sollozo enterrando su cabeza en mi pecho, haciéndolo retumbar por las vibraciones de sus llantos en gritos—Antes de que Erlick muriera —lo admito, llamo mi atención y freno mi intención de empujarla, en vez de eso solo la aleje de mi pecho para poder escuchar mejor lo que decía—discutimos, él desconfiaba de Calu y de mí, creía que pasaba algo entre...joder era un idiota—negó— yo le grite le dije cosas muy feas, cosas de las que me arrepentí, él también me hirió, me tildo de cobarde, y yo le di en el gusto y corrí como la cobarde que él decía que era. Me devolví a España a donde creí que tendría una mejor vida pero al pasar los días, Erlick comenzó a buscarme y yo estaba molesta con él, quería ser orgullosa por primera vez y no ceder tan rápido ante él, me arrepentía tanto de haber dicho las cosas que dije, de haberle mentido, de no haber peleado quizás un poco más por él, de no haber tenido el coraje de pelear como el peleo por mí, sentía tanta culpa, rabia y tristeza que no quise verlo, no quise hablar con él porque no sabía si volvería a reconstruirme o si me destruiría como siempre, pero cuando aclaré mi mente, cuando...cuando me decidí por él, cuando perdí el miedo y deje la cobardía de lado, él...él...él ya había muerto y no...no había nada que pudiera hacer para...para recuperarlo...
Volvió a llorar y ahora con un poco menos de incomodidad deja que se aferrara a mí, relaje mi postura e incluso di un par de caricias a su cabello hasta que se volvió incomodo y me detuve, o más bien hasta que termine de procesar y comprender el dolor que había entre sus lágrimas y llantos, la forma en la que llora, tiembla y sufre al recordarlo, según Hela y Aitor, los Petrov no saben sentir, solo se obsesionan, pero ¿Cómo ella pudo amar tanto a un hombre que nunca sintió?, he visto decenas de veces como la gente a mi alrededor sufre por un amor unilateral, pero las lágrimas y el dolor de Noemí no fue por un amor no correspondido, al contrario, es...demonios Axel, siempre es lo mismo con él.
—No quiero...no quiero ser la cobarde que pierde a quien quiere por segunda vez, yo no quiero huir y perder a Axel como perdí a Erlick, no puedo Alek, yo no lo soportaría...
Pero si quiere ser la cobarde que está con un hombre mientras que su corazón sufre por otro, joder vaya hipocresía.
—¿Hablaste de esto con mi hermano? —aleje mi torso de su cuerpo, para que se alejara de una vez por todas. Negó limpiándose las lágrimas.
—Ni siquiera con Hela, en ese entonces cuando le dije que me volvía a España, ella no me detuvo, me dejo ir y dijo que me tomara mi tiempo, que tenía que estar lejos de él para pensar. Y...y Axel, yo le he hablado sobre los Petrov, respondido sus preguntas, pero esto es...es diferente, son errores que...que no quiero cometer con él.
Bajo la mirada pero algo no deja de martillarse en mi pecho.
Hela lo sabía, ellos siempre supieron que la mafia ucraniana los atacaría y mandaron a Noemí a casa, la hicieron creer que era su decisión, manipularon todo para que Noemí creyera que se iba porque así lo quería, no porque ellos lo decidieron así, sin pensar en como le cagarían la vida, que...demonios ni siquiera puedo intentar odiarlos cuando haría exactamente lo mismo.
—Noemí tú no me agradas. —termine por decir, hastiado de está mierda.
—¡Eso ya lo sé! —lloró empujándome de los hombros alejándome de ella, cuando fue ella quien se me acerco.
—Déjame terminar —le reclamé— no me agradas, pero tampoco quiero que mueras, —no podría lidiar con Axel si algo así sucediera— no puedo decir que Aitor no tenga razón, porque la tiene, y no, no es por subestimarte, creo que eres más de lo que demuestras y sobrevivirás a lo que sea, pero irnos de España significa exponernos a muchos peligros.
—No quiero dejarlo Alek.
Creer o no creer, e ahí el dilema, quien diría que Axel nuevamente vivirá la misma mierda por cuarta vez pero con otro hermano y encima uno que está muerto.
—Bien. —termine por decir cansado— Ven con nosotros y no hagas que me sienta decepcionado de ti. Debes tener claro que lo único que me obliga a remotamente protegerte es el Schneider que tienes en el vientre —la señale —eso y el saber de qué si pierdes al bebé tendré que escuchar los lloriqueos de Axel y para eso no tengo cabeza.
Asintió soltando una sonrisa entre divertida y cansada y así sin más se seco las lagrimas liberando la respiración de forma pesada.
—De acuerdo. —balbuceo, mirando con sus mejillas teñidas de rojo al igual que toda su cara.
—Ahora lávate la cara antes de salir, porque si Axel te ve así de horrenda vendrá a molestarme y me duele la cabeza.
La empuje por el hombro sacándola de la cama señalándole el baño, con una sonrisa más grande y divertida se dirigió al baño deteniéndose al lado de la botella de whisky y las bragas negras.
—No digas nada. —le advertí al ver su miradita burlona.
—No lo iba hacer.
Entro al baño disimulando la risa ahogada con un tosido, bruja.
Me recargue en mis codos y me quede mirando la botella de whisky, pensando en esto, en cada minúsculo detalle de información que recojo de ella y su sangre, llegue a una débil conclusión y que ellos después de todo si tenían corazón.
—Ahora sí.
Noemí se gano frente a mi y por mi mueca borro su sonrisa tocando sus mejillas, no hubo mucho cambio, sigue roja y tiene los ojos pequeños e irritados, la única diferencia en su rostro es que ahora está húmedo.
Antes de que pudiera decirle algo la puerta fue golpeada, la campana me salvo de tener que seguir soportando esta rara comodidad e incomodidad, indique que pasaran y así lo hicieron, más bien lo hizo, porque solo entro Adam y a la primera que vio fue a Noemí, la detallo apenas unos segundos y me lanzo una mirada juzgona que ignore, yo no hice nada.
—¿Qué quieres? —le pregunte ahuyentando su silencio y mostrándole que me importaba una mierda su mirada juzgona.
—Ya nos vienen a recoger, —me informó dándome una negativa corta—deberíamos planear que demonios haremos al llegar a Salamanca. Te esperamos en la sala.
Me dio una última mirada despectiva y tras mirar a Noemí retrocedió saliendo de la habitación. Mientras que yo, me quede mirando sorprendido la puerta, que dejo abierta, "Te esperamos en la sala" vaya manera de darle ordenes a su hermano mayor, tiene pelotas el crio.
Soltando una maldición cansada me puse de pie y salí de la habitación, con el cansancio golpeándome la mente, me gustaría dormir una semana corrida sin temer a que nos traiciones o nos vuelen las pelotas, pero claramente eso no se puede.
Llegué a la sala, ignorando los jadeos y quejas en murmullos que mis hermanos soltaban, simplemente los detalle notando que aparte de mis hermanos y la rubia no había nadie más, faltaba un miserable más.
—¿Y Aitor? —pregunte al aire.
—Llego nueva mercancía a la isla, Aitor se encarga de ella, así que se despidió y dijo—Ainhoa desvío la mirada de la laptop a Noemí —que si decidías quedarte, lo esperaras aquí y el vendría por ti.
Dio la respectiva información y volvió su mirada a la laptop mientras que yo mire a Noemí quien rasco su brazo con nerviosismo, recibiendo la mirada curiosa de Axel, tal parece que él ya sabía donde se encontraba su mujer, ya que no hubieron cuestionarios por su ausencia ni por sus ojos irritador simplemente la miraba expectante a su respuesta.
Negué desviándome de ese drama recorriendo la sala con la mirada las pocas cosas que traíamos ya están listas para llegar, tomar y largarnos, detuve la mirada en el ascensor y algo me hizo quedarme más tiempo de lo debido analizándolo, analizando las luces más bien, es elevador privado, se pide autorización para subir acaso...
—¿En cuanto nos vamos? —Pregunte sin desviar la mirada del ascensor, la luz de funcionamiento esta prendido, ¿Ya vienen por nosotros o...
Acaba de llegar el avión a la isla, así que vienen en...
Las puertas del elevador se abrieron y se me paralizo el cuerpo al sentir el golpeteo de un metal contra el piso, desvié la mirada al ruido y un tubo que identifique al segundo como una granada cegadora rodo hasta quedar en medio de la sala, vi a Axel correr hacia nosotros y cuando reaccione jale a Noemí lanzándonos por encima del sofá, protegí su caída, cubrí su cara y vino la explosión en cosa de segundos.
La explosión nos arrojó metros de donde estábamos, mi cuerpo se estampo contra la barra de la cocina cortándome la jodida respiración con los golpes posteriores de los vidrios y cosas cayendo de la barra.
El ruido del estallido nos invadió y todo el sonido que se había silenciado estallo, pitidos, gritos, estallidos de vidrios absolutamente todo se amplifico.
Intenté abrir mis ojos pero fue como si mil cámaras me enfocaran con el flash prendido, quise moverme pero me sentía aturdido y desorientado.
Se me acelero la respiración y con mis latidos a cien, comencé a moverme en un intento de ponerme de pie, sacudí mi cabeza restregando mis ojos, el brillo desapareció y solo quedo la vista nublada por la maldita granada de humo que habían lanzado.
Disparos.
Esos...me cago en todo.
Al abrir nuevamente mis ojos vi todo con una mayor claridad, vi las personas extras, con armas disparando a cada ser que se moviera dentro del piso.
Miré a mi alrededor buscando a mis hermanos, viendo a Akim y Adam en diferentes puntos del piso defendiéndose como podían de quienes nos atacaban, llegué al extremo del lugar donde Axel estaba acuclillado en el piso tocando el rostro de Noemí, quien estaba totalmente aturdida, vi de reojo un sujeto vestido de negro con una metralleta en la mano direccionándola a Axel quien estaba de espaldas.
Solté su nombre en un grito de advertencia y vi la reacción de mi alrededor, todos reaccionaron menos Axel que estaba perdido mirando a Noemí intentando calmarla. Me aferre al piso y con mi respiración al mil y mis sentidos recién volviendo a su normalidad me puse de pie y corrí en su dirección, pase por encima de la mesa y al verme venir digirió el arma hacia mí alejando su tiro de la cabeza de Axel, por suerte fui más rápido que él y me lance encima esquivando el arma y apretando el gatillo rompiendo vidrios, perforando las paredes y haciendo mierda mis oídos.
Forcejeo conmigo, pero me mantuve firme y doblando la fuerza presione el arma a su garganta cortándole la respiración, vi movimiento a mi costado y noqueando al hombre con la culata del arma, lo gire llevándose las balas que iban para mí, por un costado de su brazo sangrante tome el arma y dispare a quien me apuntaba a la cabeza.
Cayó al suelo, tome el arma, y se la lance a Axel.
—¡Sácala de aquí! —Le grite poniéndome nuevamente de pie, divise a Akim peleando espalda con espalda junto a Ainhoa y a Adam intentado librarse de quien lo atacaba con cuchillas, conté alrededor de diez sujetos vestidos completamente de negro incluyendo los pasamontañas.
Axel tomo el arma y disparo librando a Adam llamando la puta atención, tome una botella del piso partiéndola en la cabeza de quien se acercaba a mí, retrocedió por inercia y enterré lo que quedaba de la botella en su cuello, le quite la beretta de las manos y ocupándolo como escudo cubrí a Axel y Noemí.
—¡Por las escaleras! — le indique con mi cabeza las escaleras de emergencia y en cuanto corrieron hacia ella, Adam les protegió la espalda.
—¡Mierda, no, no! —gire mi cabeza de forma automática y eleve el arma lanzado disparos a lo maldito, seguí apretando el gatillo aunque no salieran balas y con el arma en la mano, corrí hacia Akim, quien estaba en el piso con una mano sosteniendo el hombro ensangrentado de Ainhoa y con la otra disparando.
¡De donde mierda siguen saliendo!
Me apuntaron, dispararon, pero las balas no me llegaron a mí, al sentir los cuerpos caer desvié mi mirada y odio admitir que sentí alivio al ver a Aitor con un arma en las manos protegiéndonos la espalda.
Llegué a donde Akim estaba y dándole una revisada rápida lo vi herido.
—¡Pierde la conciencia y te dejo aquí por inútil! —golpeo con desespero la mejilla de Ainhoa quien tenía un orificio en el hombro y al parecer abdomen y para suerte seguía semiconsciente.
—¡Alek!
Gire la cabeza y vi a un tipo corriendo hacia mí y en cuanto tome el arma se me lanzo encima haciéndome girar forcejee con su mano para que no me enterrara la puta cuchilla en el cuello y arriesgándome deje de forcejear sentí el metal rasgando mi cuello y aprete el gatillo hasta que me canse.
Los disparos cesaron y mi respiración intento volver a su ritmo normal, siento la sangre escurrir por mi cuello y hombro pero la ignore.
Me saque a la escoria de encima, y con mi arma lista para disparar mire a mi alrededor, todo estaba despejado y manchado con sangre.
—¡¿ALEK ESTAS BIEN?! —Akim grito sin dejar de presionar las heridas de Ainhoa, y como pude le asentí encaminándome hacia él.
Aitor reviso y se encargó de dejar a todos muertos asegurándose de que ningún hijo de puta se levantara y volviera a cagarnos a tiros.
Me arrodille frente a mi hermano, ignorando el dolor que sentí en todo mi cuerpo, solo me enfoque en mirar a Akim.
—Estás herido—balbuceo viendo su cabeza, y piernas, ambas sangraban.
—¡No lo sé! —chillo alterado—le dispararon me distraje y creó que me hirieron, ¡Fue por su puta culpa!
Volvió a sacudir el cuerpo de Ainhoa, quien perdía mucha sangre y estaba al borde de la inconciencia, no sabía si la sangre que los rodeaba era de Akim, Ainhoa, de los muertos a su alrededor o de todos.
—Te...te protegí —Ainhoa se quejó tosiendo sangre— imbécil.
Intento mover su brazo para alejar las manos de Akim, pero soltando gemidos por el dolor más sangre broto de sus heridas.
—¡No te muevas lunática! —Akim le grito presionando su hombro y abdomen, se esta preocupando tanto por Ainhoa que ignora sus propias heridas, su cabeza sangra, la sangre le escurre por el rostro y ni siquiera lo siente, no se que tan grave en su herida en la pierna porque intente sacarle Ainhoa de encima pero no la suelta, ni siquiera puedo ver si tiene partido el cráneo o tajeada la cara, no puedo revisarlo porque no me deja tocarlo y no deja de hablar, no deja de balbucear el nombre de Ainhoa.
—Akim. —me ignoró.
—No puedes morirte, —sacudió a Ainhoa—y no porque no quiera, sino porque... ¡Porque no puedes hacerlo! —comenzó a maldecirla.
—Tenemos que salir de aquí. —Aitor se acercó a nosotros guardándose unas dagas en sus bototos mirando su entorno con recelo.
—Akim tenemos que irnos. —hice sonar mi cuello tragando el jadeo por el dolor en mi hombro y cuerpo, creó maldita sea que tengo el hombro dislocado.
—Ella...ella no...
—No morirá, no la dejaremos morir, pero tienes que soltarla Akim. —le pedí intentando quitarle a Ainhoa, no me lo permitió.
Negó y mi pecho se aprieto, al ver como se aferraba a ella, la sangre que escurría por su rostro se mezclaba con sus lágrimas, mientras que la abrazaba apanicado, primera vez que veo miedo, pero miedo sincero en sus ojos, miedo que aumento al ver como la cabeza de Ainhoa cayó hacia atrás sin fuerza.
—¿Ru...rubia?, rubia... ¡No, Ainhoa, no, no, no!, ¡Abre tus malditos ojos rubia! —grito golpeando las mejillas de la rubia. Sacudiéndole el rostro, zarandeándola de los hombros, ella no los abrió, pero respiraba, venía el movimiento en su pecho, pero la forma en la que está perdiendo sangre y el color de su piel me dice que no seguirá respirando si no nos movemos rápido.
Mire a Aitor dándole un asentimiento rápido y a pesar de los golpes de Akim se la quitamos de encima, Aitor se la llevo y Akim intento ir a su siga, pero su jodida pierna no lo permitió, tiene una herida de bala en su muslo, de entrada pero no de salida, su cabeza está rota, y encima está pálido y tiembla, tuve que atajarlo cuando se puso de pie y casi se cae por poco y termine de romperse la cabeza.
—¡Tiene pulso! —grito Aitor—es débil pero tiene, ¡Tenemos que irnos ya! — aferro mejor a la rubia a su cuerpo y se dirigió a las escaleras de emergencia, jale de la polera a Akim y a pesar del dolor en mi maldito hombro deje que se recargara en mí y así sacarlo de una maldita vez de aquí.
—Tenías que salir herido justo tú, ¿No? —le reclame, no podía ser Adam joder, que pesa menos.
—Y...yo me distraje...Alek...no lo vi y...y...Ainhoa ella...no...
—Estará bien hermano, los dos, estarán bien...
—¡No...no conoce su puta derecha la rubia de...! —su cuerpo se desvaneció apenas unos segundos por el jodido grito histérico que soltó y casi rodamos escalera abajo si no lo hubiese atajado con mi cuerpo, me aferre a la baranda con mi brazo dislocado y el maldito dolor me hizo delirar.
—Desmáyate ahora hijo de puta y te bajaré rodando—le advertí el gruñidos coleros, sacudiendo su cuerpo.
Asintió, pero su cuerpo siguió temblando, me reacomode mirándole las piernas, su pierna derecha es la que va dejando un camino de sangre, mientras que la izquierda tiene solo heridas menores como cortes, nada que provoque una hemorragia.
—A...Alek...no...
—Ya casi llegamos Akim, solo resiste un poco más. —le pedí, maldiciendo internamente al ver las escaleras y saber que estamos en el último piso y que aún faltan como siete o más pisos por bajar y Akim con suerte podía mantenerse apoyado a mí, prácticamente lo estaba arrastrando escalera abajo porque no tenía fuerza ni para sostenerse del barandal.
Bajamos como pudimos, pero la adrenalina comenzó a bajar y el dolor no tardo en llegarle, al igual que a mí, la sangre sigue escurriendo de mi cuello, siento mi pecho mojado y mi hombro punzante, pero no puedo soltarlo aunque me tiemblen las manos, aunque me tiemble el bendito cuerpo.
Seguimos bajando y en cuanto se me doblaron las piernas nos apoyamos en la pared estancando mis pasos, sentí rápidas pisadas subir las escaleras y protegiendo a mi hermano me preparé para pelear y nuevamente mi alivio fue inminente al ver a Aitor subiendo hasta nosotros.
—¿Por qué cojones se demoran tanto? —nos reclamó subiendo a zancadas y pensé en matarlo, espera que vuele el hijo de puta.
Me dio una mirada rápida y se gano al costado de Akim, para cargarlo quitando parte del peso que me dejo respirar nuevamente.
—Eran...eran ale...alemanes. —Akim balbuceo con su voz a la arrastra y apenas lo mire intrigado su cabeza cayó hacía adelante y fue peso muerto, con Aitor bajamos a zancadas para no perder el equilibrio para sostenerlo bien.
—Qué coño tiene Heiko contra ustedes. — murmuro Aitor ganándose mi negativa, supiera que coño pasa no estaría en esta maldita situación. — Atacaron a los santos, —me trague la maldición— hicieron estallar el jet en el que se irían y asesinaron a los hombres de Iker.
Ataque directo a la mafia española, está mierda se está saliendo de control, ya no es solo Chavdar contra nosotros, ahora Heiko irrumpe en territorio español, asesinando a la gente de Iker sin temor a las represalias solo por nuestras cabezas, esto es más que la simple muerte de un primogénito, algo más grande se está tejiendo frente a nuestras narices y no logró descifrarlo.
Llegamos al primer piso gracias a los Dioses y en cuanto pensé que saldríamos por la recepción, Aitor doblo metiéndose en los pasillos de descarga, bajamos otra escalera y salimos al subterráneo donde un todoterreno nos esperaba.
Axel y Adam estaban afuera de la camioneta con armas en sus manos vigilando a su alrededor apenas nos vieron corrieron hacia nosotros ayudando a Akim, Axel ocupo mi lugar y Adam se encargo de verme, toco mi hombro y casi le parto la cara.
—¿Cómo está la rubia? — Le pregunte mientras él seguía viendo mi hombro que como creía si esta dislocado y por la sangre creo si pudieron dispararme, rozarme o apuñalarme, un sinfín de alternativas.
—Noemí la esta atendiendo, le herida del hombro tiene entrada y salida, la del abdomen. —Negó —Noemí cree que se alojo en su musculo abdominal, pero necesita ir a un hospital, ahora.
Se hizo a un lado enfatizando el apuro vigilando mi caminar para ver si necesitaba ayuda.
Aitor y Axel subieron a Akim recostándolo en los asientos y Noemí lo reviso al instante, partiendo por la herida en su cabeza para bajar a su pierna.
Adam termino de subir cerraron la puerta y yo lo hice también del lado del copiloto, Aitor no espero segundo alguno y arranco.
—Les volaron el culo, ¿no? —nos diviso negando con su rostro pálido mientras salía del subterráneo agarrando velocidad.
—Eran alemanes —repetí lo que Akim dijo recibiendo el paño que Adam me ofrecía para presionarlo en mi cuello.
—Tenían la marca de la mafia alemana en sus cuellos, ¿A que primogénito alemán mataron ahora?
Aitor se metió por las calles de Ibiza a máxima velocidad, esquivando autos y metiéndose por pasajes son más de las diez de la noche y las calles a mi sorpresa están casi vacías.
—¿Dónde vamos? —le pregunte sintiendo que mi cuerpo lentamente perdía cada gramo de fuerza.
—Por el momento a mi casa, Iker me informó que la salida del jet era clasificada, nadie sabía de su paradero exceptuando a Iker y Xavier, y aun así dieron con ustedes, justo ahora están cazando ratas y no puede venir por ustedes —me miro de reojo— lamento informarte que España ya no es seguro para ustedes.
—¿Y que lugar lo es? —arroje el paño al piso y toque mis sienes con molestia, ¿Dónde mierda no nos quieren muertos?, ¡¿Dónde coño es seguro para nosotros?!
—¡Tenemos que ir a un hospital!, ¡Ahora! —grito Noemí entrando en pánico — no puedo atenderlos a los dos aquí.
—No podemos —le negó Aitor— tengo material quirúrgico en mi casa y puedo conseguir todo lo que necesites, pero no los llevare a un hospital.
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