Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 19.

Hela Petrov

——Tenía un plan, todo calculado y pensado para que no fuera a fallar, los entregaba a Chavdar y liberaban a mi hermano, era así de sencillo.

—Que hija de puta — desvié mi mirada centrándome en Akim quien negaba a brazos cruzados y mandíbula tensa—- todo este tiempo con nosotros estuviste analizándonos, esperando a que bajáramos la guardia y poder entregarnos...

Solté un suspiro pesado y ahora fui yo la que negué.

—¿Aún no lo entiendes? — le pregunte-— ustedes nunca han sido un problema para mí, confieso que mi intención no era involucrarme con ustedes, ni llegar a conocerlos, si espere todo este tiempo para actuar no fue porque los estaba analizando, si hubiese querido al día que pisaron España los hubiese capturado.

Akim rodó los ojos irónico —-Paciencia, paciencia—- los mire uno a uno y la mirada que más sentía era la de Adam, sus ojitos cristalinos y dolidos.

Había una mirada que ignoraba por sobre las demás, una que no dejaba de analizarme con expresión seria y desconfiada, Alek, su mirada erizaba mi piel y acelera mi corazón, me he negado demasiado tiempo a sentir, porque conozco mi destino y en ninguno termino feliz ni enamorada en todos muero dispuesta a cometer mi venganza.

Y este no será diferente.

—Si tu plan era entregarnos, ¿Por qué dejarnos cuchillas? –— mire a Adam y este dio un paso hacía mí.

Solté la respiración desviando la mirada a Noemí, que se preparaba para revisar mis heridas.

—¿Anestesia local? – le negué.

—Tenía un plan. – volví a centrarme en Adam— Cuando se me informó que estaban en Francia no me fue difícil rastrearlos a España, fue un movimiento bastante predecible conociendo el pasado entre Iker y Chavdar, los seguí por cada una de las ciudades que viajaron, conocía a su padre y fue agradable ponerles un rostro a sus nombres...

—Los asuntos pendientes que tenías en España, ¿Éramos nosotros? – Alek me miro y yo lo analicé un par de segundos, sentí el temblor de mi labio y tuve que desviar mi mirada, le asentí a Noemí, quien se ganó a mis espaldas y con suma delicadeza comenzó a suturar, solté un débil quejido por el dolor, pero decidí ignorarlo.

—Eran parte dé —le respondí cerrando débilmente mis ojos— antes de encontrarnos en el club mis objetivos eran otros, la muerte de Damyan sigue siendo una confusión para mí, minutos antes de que muriera yo estaba con él, los había dejado a él y Darina en su habitación, fui a ver a mi hermano y en ese lapso de tiempo Damyan murió, nadie fue testigo de su muerte incluso cuando guardias resguardaban su puerta, fue Darina quien dijo que ustedes lo habían asesinado, nadie los vio, pero ninguno desmintió a la consentida de Velichko. —solté la respiración tragándome el dolor en mi hombro para mirarlos— Por la culpa de ustedes mi hermano estuvo a punto de morir, yo me encargaba de vigilar a los hijos de Chavdar y su muerte casi provoca la de mí hermano...

—Nosotros no lo matamos —– se justificó Akim-— ni siquiera sabemos cómo fue que murió ni donde...

—Esas no fueron las palabras de Darina, ella dijo que Alek y Adam estaban involucrados en la muerte de Damyan...

—Hija de puta —– Alek desordeno su cabello y todas las miradas se fueron a él.

—¿Tienes algo que ver con su muerte? – le pregunte girándome hacía él.

—Eso deberías saberlo tú, ¿No?, eres quien nos caza.

—Darina dijo que ustedes mantenían una relación a escondidas y como su hermano se oponía lo asesinaron...

—Puta mentirosa –— desvié mi mirada a Adam y este no daba más por la colera.

—¿Te acostabas con la hija de Chavdar? – Akim miro a Alek quien soltó una sonrisa irónica.

—Sí, después de estar todo el día haciendo negociaciones me iba a la casa de Chavdar para follarme a su hija.

—¿Cómo los conocía?, para señalarlos con exactitud ella debía conocerlos, fue ella quien los señalo como culpables, culpable en la muerte de Damyan...

—Fue mi culpa –— gire mi mirada a Adam, notando su mirada, llena de culpa y vergüenza— Darina nos conocía por mí.

—Adam – reprendió Alek.

—¿Te follabas a la hija de Chavdar?, ¡¿En qué jodido momento?! —– Akim lo señalo y yo entendí todo con su sola mirada.

—No asesinamos a Damyan – Adam me miro y confirmo mis dudas, tenía mis dudas con respecto a la palabra de Darina y Adam me las acaba de confirmar como ciertas.

Lo sabía...joder lo intuí desde un principio, conocía a Damyan, y...conociendo a Adam, hice conexiones, pero de intuirlo a que sea cierto es un paso largo que dar.

—¿Qué fue lo que paso, Adam? —exigió saber Akim—- ¿Damyan te alejo de Darina y te molestaste?, ¿Te gano la jodida calentura?, ¡¿Qué hiciste?!

—¡Que no hice nada! –— se exaspero dirigiendo la mirada a Akim-— yo no asesine a Damyan, ni yo, ni Alek, Darina mintió.

—¿Perdiste el control y lo asesinaste?, ¡Nos inculparon y murió nuestro padre!

—¡Yo no lo mate, yo lo quería joder! –— le grito desordenando su cabello y Akim retrocedió boquiabierto.

Axel, Akim y Noemí lo miraban con clara sorpresa mientras que Alek desviaba su mirada, claro él ya lo sabía, intente decir algo, pero las palabras no salían, solo me quedo mirar las lágrimas que rodaban por la mejilla de Adam.

—Yo no lo mate – repitió – nunca lo hubiese hecho.

—¿Tú y Damyan?

—Sí – le respondió seguro Adam.

—¿Eres...

Adam no asintió, pero por la forma en que desvió la mirada no había nada que decir, Akim soltó una sonrisa irónica rompiendo el silencio que se creaba a nuestro alrededor.

—¡Tú estupidez nos condenó a todos! – exploto, alterándome el pulso—- ¡Por tu jodida culpa nuestro padre murió! – Akim le dio un puñetazo certero a Adam y la colera se hizo de mis manos. —¡Por tu maldita...!

Ignore el hecho de que Noemí seguía suturando mi hombro y me moví jalando del brazo a Akim deteniéndolo antes de que golpeara nuevamente a Adam y lo gire con brusquedad, dándole dos puñetazos seguidos en la cara y para cuando retrocedió por el impacto le di una patada en el estómago, arrastrando mis pies pegándole en los tobillos lanzándolo al piso.

—En tu vida le vuelves a poner un dedo encima —– le enterré mi rodilla en el pecho y lo señale con mis manos temblando por la ira-— ¿Lo entiendes? — pregunte abofeteando su cara—- no fue culpa de Adam que tú padre muriera, y lo sabes, jodido estúpido. Tíldame a mí de lo que quieras, lánzame la mierda que quieras, pero a mí —me señale— si yo no seré la receptora de la mierda que lances al abrir la boca mejor mantenla cerrada, si no quieres que te la rompa.

Hice un poco más de presión en su pecho y volví a ponerme de pie.

Me gire con el pulso taladrándome en los oído y dirigí mis pasos y mirada hacía Adam, quien sostenía su mandíbula con la mirada agacha, me detuve frente a él, tome su rostro entre mis manos y al ver sus lágrimas lo jale hacía mí.

Odio el jodido contacto físico, pero cuanto me hubiese gustado hacer esto las veces que golpeaban a mi hermano, poder defenderlo y abrazarlo al ver su impotencia.

Con él...hice por fin lo que anhelé por años hacer con Airón.

Sostuve su nuca y lo hice mirarme a los ojos.

—Yo...yo no lo mate.

—Te creó —– le respondí limpiando sus lágrimas-— prometo que averiguaré quien lo hizo y lo haré pagar por esto, ¿De acuerdo? –— lo volví abrazar y este oculto su rostro en la curva de mi cuello, sentí sus lágrimas humedeciendo mi hombro, pero no me importo.

Era eso, joder, eso era lo que no entendía de Adam, los culparon por la muerte del hombre que amaba y encima asesinaron a su padre y les pusieron precio a sus cabezas, carga con la culpa de la muerte de su padre y encima con la perdida de quien amaba, es...joder es un niño, es...es como Airón, cargan con las culpas de otros sin merecerlo ni quererlo.

—Al morir Damyan – me separe de Adam dándole su espacio para recomponerse, girándome hacía sus hermanos—muchos de los hombres de Chavdar huyeron, algunos fueron retenidos y torturados, pero otros lograron huir y se establecieron en la península, mientras los seguía capture a varios, los torture para poder sacarles información sobre esa noche, pero ninguno dijo nada, nada coherente antes de morir. Y ahora el que Heiko los quiera muertos me complica las cosas, tenía un plan antes de que todo se fuera a la mierda.

<<La droga que les dimos estaba predispuesta a durar un par de horas, una vez los hombres de Chavdar vinieran por ustedes, mi hermano seria liberado y yo recluida otra vez, ese era el trato, pero hubo un cambió de último momento, les pusimos rastreadores y les di menos cantidad de droga para que durara menos de lo que debía, sabía que Adam y Alek serían los primeros en reaccionar por eso los até de diferente maneras y les deje los cuchillos, tenía calculado que cuando el efecto pasará ustedes ya estarían siendo dirigidos hacia Chavdar y mi hermano ya seria libre. Una vez ustedes se liberarán y huyeran Noemí activaría los rastreadores llegando a ustedes y los podría a salvo junto a Airón, yo volvería a ucrania y terminaría por fin con esta mierda asesinando a Chavdar.

<<Pero como estamos todos acá sumidos en nuestra mierda se darán cuenta que mi grandioso plan se fue a la mierda, así que – respire profundamente elevando mis hombros con resignación.

—¿Qué?

—Dame un segundo –— señale a Axel —– estoy pensando.

A estas alturas los informantes de Chavdar ya le deben a ver informado sobre los cuerpos de la mafia alemana y que no me encontraba en el lugar, tengo una semana para volver sin levantar sospechas, supondrá que estoy herida o que sigo cazándolos, pero con las manos vacías no puedo llegar, ¡Joder!

—Bien – los mire—- Noemí dales sus teléfonos y armas, ¿tienes el auto?

—Lo deje a unas cuadras de aquí.

—Genial, ¿Los vieron entrar? –— mire a los hermanos y estos me analizaban con el ceño fruncido.

—No – respondió un malhumorado Akim.

—Necesitamos una distracción, ¿Crees que puedas incendiar el auto y conseguir otro? – mire a Noemí y esta frunció su ceño sin entender nada.

—¿Distracción?, ¿Incendiar el auto?, ¿Que planeas? –— Axel me miro confundido y note que todos me miraba igual, que nadie tenga imaginación, por Dios.

—Andorra era el punto de encuentro para entregárselos a los numerales de Chavdar, como no me encontraron en el punto de encuentro lo más probable es que estén cerca, necesito disparos y fuego para llamar su atención y así huir sin ser vistos, así que Noemí dales sus teléfonos y armas, Alek llama a Iker y dile que nos espere en Madrid, esto será divertido.

[...]

Volví a sentir quejas en el asiento trasero y yo rodé nuevamente los ojos, termine de suturar mi herida con el espejo retrovisor y corte el hilo para girarme y ver como Noemí lloriqueaba por la quemadura en su pierna.

—Te dije incendia el auto, no incéndiate con él.

—¡Me puse nerviosa! –— chillo tirando su cabeza hacía atrás, Adam le ponía ungüento a la quemadura.

Luego de aquel maravilloso espectáculo robamos un auto con los vidrios templados y no fue tan difícil salir de la ciudad, vigile la zona y nadie nos vio salir, tardamos horas en llegar a Madrid y ahora esperamos que vengan por nosotros, es mi último recurso y pienso usarlo.

—¿Qué es lo que en verdad planeas? —– viré mi mirada y Alek me analizaba con claro fastidio, no me había dirigido la palabra en todo el viaje, pero lo notaba analizándome y sinceramente es del que más temo, me sabe leer mejor que nadie y eso es una clara desventaja para mí.

—Me queda un objetivo pendiente que fue más inteligente y se resguardo bajo los santos a él no puedo llegar, no sin ayuda.

—Bien, llegas a él, ¿y luego qué?, ¿nos drogas para entregarnos de nuevo?, ¿Qué te hace creer que tu falla no acabo con la vida de tu hermano?

—¿Tú te rendirías? – lo mire inexpresiva.

—No, así que hazte a la idea que esta vez te asesino antes de que vuelvas a ponernos en peligro.

—Que hostil – ironicé-— creí que la hostil en nuestra relación era yo.

—¿Se le llama relación follarse a una cualquiera? –— me miro de pies a cabeza y admito que se me apretó la garganta.

—No lo sé, Liebe, tú dímelo — le sonríe con sátira recordándole sus palabras.

<<Amor>>

En cuanto vi las camionetas negras de los santos me baje del auto y Alek quien no me ha perdido de vista se bajó a mi siga, estaba dispuesta a saber que me odiaba, claramente lo sabría estando a kilómetros de él y sin verlo, pero sentir su mirada recelosa y desconfiada en mí, molesta, más cuando antes me miraba con deseo y veneración.

—¿Qué les paso?, se ven fatal –— el mismo debilucho del club abrió la puerta de la camioneta y miro uno a uno a los hermanos, quienes le dedicaron miradas furibundas.

—¿Iker? –— pregunto Alek subiéndose a la camioneta.

—En Salamanca –— nos subimos todos y en cuanto cerraron la puerta la mirada de desconcierto del rubio aumento—- yo te conozco – me señalo y entrecerró los ojos, miro a Noemí y sus ojos se abrieron a tope—- ¡Oh si las recuerdo!

Alek golpeo el asiento del conductor indicando que acelerara y el vehículo se puso en marcha. No estamos tan lejos de Salamanca, pero es más seguro ser transportador por los Santos, más si la mafia alemana esta tras los Schneider.

—Así que dime –— se inclinó hacia mi—- tú estás con Alek, ¿No?

Este rubio no se parece en lo más mínimo a su padre.

—Xavier, cierra la boca-— se molestó Alek.

—Oh vamos no seas amargado, ¿Lo están verdad?

—Claro —– sonreí con falsa emoción para obtener la mirada molesta de Alek.

—¡Lo sabía! –— se emocionó –— su extraño y amargo humor cambio ya decía yo que una pelinegra era la razón.

—Si es que es taaan lindo, que ¿Cómo resistirse a sus encantos? — suspire enamorada y el que él rubio sonriera victorioso irritaba más a Alek.

—Eres muy linda para él –— me sonrió coqueto y aquí vamos-— su mal genio terminará lastimándote.

—¿Dices que lo deje?, no creo que mi corazón pueda soportar estar lejos de él—- toque mi pecho con un puchero triste y el rubio negó forzando una sonrisa.

—Eres muy dulce para un hombre como él, estarías mejor conmigo-— puso una mano en mi hombro y pensé en rompérsela.

—¿Tú crees? – se inclinó hacía mí y en cuanto hizo el intento de abrazarme Alek reacciono empujándolo por los hombros y señalándolo con ira.

No pude evitar sonreír victoriosa y en cuanto me vio se enfureció el doble.

—Vaya reacción por una cualquiera-— me cruce de brazos recargándome en el asiento, Alek seguía fulminando a Xavier, pero yo estaba conforme.

Pasaron los minutos en donde oí los lloriqueos y lamentaciones de Noemí contándole como pasaron las cosas a Axel y suplicando su perdón y me pregunté si debía hacer lo mismo, ¿Debía disculparme con Alek?, ¿Qué tipo de relación teníamos?, no sé si lo que teníamos era una relación, solo follabamos, aunque despertar con sus brazos abrazando mi cintura me gustaba más de lo correspondido, las caricias y besos espontáneos en la cama, ducha, pasillos si aceleraban mi corazón, una de las razones por las que cambie mi plan fue porque no sé si hubiese soportado presenciar como Chavdar lo mataba, no sin intentar detenerlo y eso solo hubiese terminado con la vida de todos.

Llegamos a Salamanca específicamente al edificio principal de los Santos, golpetee mis dedos y a pesar de la confusión y preguntas de Xavier bajamos del auto dirigiéndonos al edificio.

—¿No deberían esperar aquí? —– pregunto refiriéndose a mí y a Noemí.

—¿No podemos ir con ustedes? —– pregunte con falsa inocencia.

—No me malinterpretes preciosa puedes ir donde quieras, pero no sé si esto sea adecuado para ustedes —– nos regaló una sonrisa compasiva y evite el rodar los ojos.

Definitivamente no se parece en nada a Iker.

Entramos al ascensor ignorando de forma sepulcral a Xavier, quede delante de Alek, en la posición perfecta donde podía sentir el calor de su cuerpo a mis espaldas y nunca creí que diría esto, pero extraño su contacto, en otra circunstancias abría jalado de mi cintura aferrándome hacía él y yo sin imaginarlo hubiese saboreado un poco de felicidad.

Retrocedí un paso intentando tocarlo, pero en cuanto las puertas se abrieron todos salieron obligándome a salir, el único que seguía dándome miradas iracundas era Akim quien no roba ni un poco de mi calma, su labio está roto y el pómulo inflado, que me bese los pies por no haberle roto la nariz, ¿Quién demonios se cree?, juzgando a su hermano como si fuera un santo.

Xavier golpeo la puerta de Iker, pero no estoy para formalidades, lo jalé del brazo y entre ignorando las miradas de todos, apenas lo hice tres guardias direccionaron su mirada a mí, pero la que me interesaba estaba sentado tras su escritorio.

Apenas enfoco su vista en mí su semblante emblanqueció y se puso de pie arrastrando la silla hacía atrás.

Entre a su oficina analizando todo a mi alrededor para notar a una chica rubia quien también se puso de pie y me miraba con ceño fruncido y cierta molestia, por la similitud no es difícil reconocer a una Santos.

—Iker —– lo mire inclinando mi cabeza en un saludo.

—Esto es una jodida broma –— renegó sin desviar su mirada de mí.

—Les dije que era mala idea que subieran, pero no quisieron oírme—- se excusó Xavier y seguí ignorándolo, Iker camino hacia mí embelesado y yo elevé mi mirada para analizarlo.

Mi padre me hablo muchas veces de él y solo lo vi en persona una vez hace casi ocho años, mi primera vez en España fue a causa de los Santos. Iker esta tal y como lo recuerdo.

—Tú estabas muerta —– me miro de pies a cabeza.

—Un segundo, ¿La conoces? –— Xavier lo señalo y antes de que la rubia en la sala abriera la boca Iker se arrodillo ante mí inclinando su cabeza.

Bien, confieso que no me esperaba esta reacción.

—Creí que nunca volvería estar frente a un Petrov —– tomo mis manos y el respeto en su tono de voz me puso de los nervios.

Pude ver como Xavier abría su boca con total asombro y oí el ruido del acero tintineando en el piso y en cuanto gire mi rostro, la rubia había dejado caer un par de cuchillas para dirigir sus manos a la boca callando la sorpresa, vaya si cada que dijera mi nombre reaccionaran así y no intentaran matarme sería realmente agradable.

—T...Tú e...eres...

—Hela Petrov, sí —– asentí alejando mis manos de Iker, para dejar la incomodidad-— necesito de tu ayuda – lo mire y no tardo ni medio segundo en asentir para ponerse de pie.

—La tendrás, solo dime como es que estas viva, todos creen que los Petrov están muertos, que Chavdar los mato.

—Lo hizo – respondí tensa, decirlo en voz alta sigue incomodando-— todos están muertos, menos Airón y yo.

—¿Airón?

—Mi hermano menor –— le informe.

—¿Cómo es que sobrevivieron?

—Je wilt het niet weten –— sisee con desagrado.

<<No quieres saberlo>>

—¿Eres Hela Petrov? —– había abierto mi boca para hablar, pero una voz un poco irritante me interrumpió viré mi mirada y la rubia me señalaba dando pasos hacía mí-— ¿Cómo es que?, ¿Tú la conocías? – miro a Iker-— ¿La conocías y nunca me dijiste?

—Ella salvo a tu madre –— me señalo con una sonrisa agradecida y yo fruncí mi ceño, nunca nadie aparte de Noemí me había mirada así.

¿Tú...

—Sí, de nada, por cierto – le asentí restándole importancia—- tampoco es como si sirviera de mucho...

—La trajiste con nosotros —– me miro Iker—- nos diste la opción de poder despedirnos de ella, les diste una oportunidad de despedir a su madre te estaré siempre agradecido.

Asentí moviendo mis hombros, es incómodo oír el agradecimiento casi siempre suplican por piedad, nunca me agradecen por lo que hago, bueno quien lo haría cuando lo estas matando sería extraño que te agradecieran con cada tortura dada.

Aunque si alguien me mata si lo agradecería.

—Necesito información sobre un hombre —– le pedí ignorando las palabras de agradecimiento de la rubia-— sé que tienes refugiados ucranianos y me interesa saber su ubicación.

—¿Puedo preguntar para que los necesitas?

—Es mi regalo para Chavdar –— eleve mis hombros restándole importancia—-tiene información que necesito y la que me servirá para compensar mi falla.

—¿Tu falla? – pregunto incrédulo.

—En entregarlos –— señale con mi cabeza a los hermanos y su expresión se volvió confusa los miro uno a uno y termino volviéndose seria.

—¿Los entregaras?

—Era mi intención, pero la mafia alemana se metió en mi camino arruinando mis planes, el hombre que resguardas puede decirme porque Heiko los quiere muertos –— me cruce de brazos y este retrocedió dos pasos para mirarme con determinación.

—Los Schneider están bajo mi protección y por muy agradecido que este contigo, di una promesa de protección.

—Genial – asentí — no me interesa. Son ellos a cambio de mi hermano y mientras no encuentre otra forma de liberar a Airón ellos seguirán siendo mi opción viable, está en tus manos darme la información que quiero para darle más tiempo a los Schneider.

—Podemos ayudarte, puedo darte la protección que necesites y dispondrás de mi gente.

—Agradezco la oferta, pero vincularme con ustedes le pone una soga en el cuello a mi hermano, una vez él este libre tomaré tu palabra, pero para que lo protejas a él.

—¿Qué pasará contigo? – pregunto con su ceño fruncido.

Le dedique una sonrisa forzada junto con una mirada significativa que lo hizo girar su rostro para no mirarme.

—El hombre que busco se llama Ruslan.

—Está en Ibiza – se cruzó de brazos para recargarse en su escritorio-— bajo la protección de mi mejor mercenario, avisaré que irán por ellos.

—Mientras menos gente sepa de mi existencia es mejor. Evita el hablar de mí –— pedí mirando a Iker quien asintió con los labios apretados, apuesto lo que sea a que ya tenía planeado a quien llamar y decirle adivina a quien vi hoy.

—Preparare un avión, saldrán en un par de horas.

Informó y asentí, indicó que podíamos pasar a asearnos y la verdad en que lo agradecí mi herida ya no sangra, pero la siento caliente y me duele posiblemente un punto allá quedado mal puesto y necesite cortarlo.

Salimos de la oficina y con Noemí seguimos los pasos de los Schneider quienes se han mantenido en un silencio profundo.

—¿Qué planeas hacer? – me pregunto en un susurro Noemí.

—Aún no estoy muy segura.

La verdad es que voy a ciegas, siempre me ha gustado improvisar, pero no cuando la vida de quien amo está en peligro. Sé que Chavdar no lo matará, no es su estilo él me capturara y hará que presencie su muerte, aparte que si lo mata pierde su poder sobre mí, pero si llego con las manos vacías ni mi mayores encantos apaciguaran su ira y ahora me sirve dominado no enfurecido, si lo mato una mafia entera se vendrá contra mí y no me interesa morir, pero moriría en paz sabiendo que mi hermano por fin es libre.

Entramos en una especie de suite y los primeros en desaparecer fueron Akim, Axel y Noemí.

—¿Dónde? —– giré mi mirada al introducirme en la sala y me centre en Alek quien servía whisky en un vaso—- ¿Dónde me pusiste el rastreador? —– pregunto sin siquiera mirarme.

—¿Seré muy toxica si no quiero que te lo saques? –— me acerque hacía él y en cuanto hice el intento de tomar la botella la alejo de mi metiéndola en el frigobar.

—Pudiste decírmelo, sabes –— desvió la mirada-— decirme desde un principio quien eras, quizás te hubiera ayudado.

—No es cierto, nunca hubieses arriesgado la vida por tus hermanos por una cualquiera.

—Ahora ya es tarde para saberlo —– ingirió por completo su trago para estrellar el vaso en la barra y desaparecer de mi vista, me senté en el taburete y masajeé mis hombros.

¿Alguna vez se me paso por la mente decirle quién era?, la verdad es que sí, específicamente cuando me vi recostada sobre su pecho, cuando me sentí segura y cálida entre sus brazos, pensé hablar, pero eso solo hubiese arruinado mis planes, Alek nunca me hubiese ayudado, él no expondría a sus hermanos así por mí, yo no lo haría, no podría.

—Gracias, Helena, Hela —– corrigió Adam acercándose a mí-— gracias por salvarnos incluso recibiendo un disparo por nosotros.

Mi labio se curvo en un intento de sonrisa la cual reprimí, me miraba con sus ojitos sinceros y rostro agradecido, mis manos temblaron con ganas de deslizarse por su mejilla.

—Yo los puse en esa posición, Adam, no deberías agradecerme, deberías estar odiándome como los demás.

—Lo hiciste por tu hermano —– ladeo su rostro-— no te odio porque yo hubiese hecho lo mismo y te agradezco porque a pesar de que tus intenciones era entregarnos nos diste opción para liberarnos y huir, no planeabas matarnos y cuando lo intentaron nos defendiste, Alek se siente traicionado ahora, pero él tampoco te odia.

Me regalo una cálida sonrisa y se giró para dirigirse a los pasillos que daban a las habitaciones me quedé mirándolo y pensé en Airón, espero lleguen a conocerse en algún momento, Adam tiene la humanidad que a Airón le hace falta.

[...]

Al instante en que me baje del auto respire llenando mis pulmones de aire puro, hice sonar mi cuello y vi como todos se bajaban del todo terreno para dirigir sus pasos al mejor hotel de la isla.

Iker se encargó de todo, avión privado, hotel cinco estrellas, guardias y lo más importante me dio la ubicación exacta para encontrar a su mejor mercenario quien me guiará a Ruslan.

Ay Ruslan como me divertiré contigo.

—Tenemos un par de horas para descansar – Ainhoa nos guio por los pasillos del hotel dirigiéndonos a los elevadores—- ¿Necesitas que pida un médico?

Las puertas del elevador se cerraron frente a mí y note la mirada de Ainhoa puesta en mi hombro, la analice un par de segundos y negué, en la suite del hotel en Salamanca pude asearme un poco, partes de mi cuerpo tomaban un color violáceo, mi espalda y abdomen duelen cada que respiro, pero el dolor es parte de mi diario vivir y ya saqué el punto que tenía tirante mi piel.

—Deberías verte el hombro – aconsejo Adam-— no se veía nada de bien.

—Estoy bien – respondí haciendo círculos con mi hombro para que viera que no perdería el brazo en un futuro, lo moví conteniendo el gesto de malestar.

Las puertas del elevador se abrieron y el primero en salir fue Alek, siseando maldiciones en alemán, Jodida terca alcance a oír y no sé porque, pero eso me hizo ladear una sonrisa.

Llegamos directo a la suite del hotel, la cual cubría todo el último piso, era incluso más grande que el piso de los Schneider en Salamanca.

Axel y Akim se lanzaron en los sofás de la sala, Noemí se fue con Ainhoa a la cocina y Alek junto a Adam se fueron directo a las habitaciones.

—¿Pedimos comida? – sugirió Noemí desde la cocina recibiendo respuestas positivas al instante.

¿Tú que quieres Hela? —– mire a Ainhoa sin entender porque cada vez que pronuncia mi nombre lo dice con cierta euforia.

—Nada —– le sonreí forzada y camine hacía ella —– me encerraré en una habitación tomaré una larga ducha junto a una botella del mejor whisky que allá en ese bar—señalé el bar—, así que no me molesten.

Me recargue en la barra de la cocina mordiendo el interior de mi mejilla para callar el dolor en mi cuerpo y espere pacientemente a que se dignaran a entregarme el whisky.

Ainhoa reaccionó de forma tardía señalándome con su dedo de forma afirmativa para girarse hacía el bar husmeando entre los licores.

—Un Macallan de doce años – deslizo la botella sellada y en perfecto estado hacía mi —- corre por cuenta de los Santos.

Me regalo una sonrisa, pero la ignore centrando mi mirada en el whisky mientras que lentamente mis ojos perdían la felicidad y me sumía en el recuerdo, oí la voz de Noemí llamándome y en cuanto eleve mi mirada noté su expresión compasiva mientras me curvaba una sonrisa, trague seco y volví a mi rostro inexpresivo y frio, no necesito la compasión de nadie.

Tome la botella y me gire caminando por los pasillos de las habitaciones, habían más de cinco, pero solo dos estaban con las puerta cerrada, así que supuse que en alguna estaría Alek, y aunque sé que tenemos una conversación pendiente justo ahora no tengo la energía para activar mi lado sarcástico.

Termine entrando en una vacía para cerrar la puerta y apoyar mi espalda en esta, mire la botella en mis manos y una punzada oprimió mi pecho.

Mi whisky favorito es el Johnnie Walker Blue Label, me ha gustado desde siempre, pero este whisky en especial era el favorito de mi hermano Calu, mi clon favorito. Él y Erlick eran gemelos, unas jodidas copias, con la única diferencia de que Calu tenía los ojos de diferente color, sus ojos eran pardos, pero su ojo derecho tenía destellos esmeralda, era como si una pequeña parte de su ojo fuera color esmeralda, según nos decía mamá es que nació con heterocromía, lo cual no se aburría de presumir, Airón y yo sacamos los ojos de nuestra Padre, un color esmeralda brillante mientras que Erlick el color de nuestro madre, pardos grisáceos.

Abrí la botella del whisky y el aroma no tardo en invadir mi nariz, cerre brevemente mis ojos tirando mi cabeza hacía atrás y eleve la botella.

Porque lo diferente gusta más – sisee mirando a la nada trayendo del recuerdo las palabras de Calu.

Empine la botella y deja que el alcohol bajara el nudo que se formaba en mi garganta, ahora, en momentos así, cuando recuerdo a mis hermanos no puedo no pensar en los Schneider y siempre me pregunto, si mis hermanos estuvieran vivos, ¿Se llevarían bien con los Schneider?, nosotros fuimos criados de manera muy diferentes, ellos crecieron con amor y disciplina, nosotros solo tuvimos la disciplina, ellos tenían un techo, comida en la mesa y una madre amorosa, a nosotros nos enseñaron a sobrevivir en precarias condiciones, tenía cinco años cuando pase mi primera noche durmiendo en medio de un bosque, donde tuve que buscar la manera de sobrevivir a las bajas temperaturas y a los animales que me acechaban, aprendí desde muy pequeña a cazar incluso mis propios alimentos, ¿Siendo tan diferentes podemos convivir?

Solté un suspiro pesado y me introduje en la habitación, me pare frente a un espejo de cuerpo completo y mire mi reflejo en este.

Mi piel sin color, las ojeras violáceas marcadas bajo mis ojos, mi pómulo inflamado, el corte en mi ceja y labio, el brillo en mis ojos es lo único que le da vida a mi rostro.

¿Cuándo perdí el sentido de la vida después de las muertes de mis padres o al vivir todas esas torturas?

¿Desde cuándo permito verme tan demacrada?

Siempre he sido tan vanidosa y preocupada por mi aspecto y ahora...demonios perdí la necesidad de cuidar mi apariencia.

Deje la botella sobre la repisa y baje el cierre de mi chaqueta, sigo con la misma polera la cual tiene el orificio de entrada y salida de la bala.

Que idiota fui, reaccione por impulso y no con coherencia, vi como apuntaba directo a Alek y por un segundo creí que moriría, ni siquiera pensé en lo que estaba haciendo solo sabía que debía impedir que lo lastimaran.

No lo pensé, no pensé en que iba a resultar herida, no me importo el dolor, mierda, que nunca me ha importado de todo el dolor, desde niña aprendí a tolerar el dolor con la frente en alto, pero lo dije, siempre fui una persona vanidosa, detesto las marcas en la piel, y ahora...estoy llena de cicatrices, pase más de veinte años cuidando que mi piel no fuera herida a tal punto de que dejaran marcas, ¿Para qué?, para pasar cinco años en una jodida fosa donde no hacían más que torturarme abriéndome la piel, dejando marcas que me acompañaran hasta el final de mis días.

Deje la chaqueta caer al piso y mi mueca por el dolor fue inevitable, si me duele, me duele todo el puto cuerpo, recibí más golpes de los que planee y fueron más sucios de lo que creí, como pude saque mi polera frunciendo mi ceño al ver las marcas que anteriormente no se notaban tanto, ahora ya abarcaban casi todo mi abdomen, siendo claramente más notorias.

Hijos de puta.

Lo sabía, —Imbéciles cobardes— eleve mi brazo izquierdo y mire mis costillas, cuando me dispararon y Alek pudo huir me puse rápidamente de pie estaba aturdida pero no idiota y sabía que iría tras ellos y no podía permitirlo, me enfrente contra el imbécil que me disparó y logre quitarle el arma pero no me di cuenta de sus manos, tenía puestas manoplas de acero, sus golpes fueron directo a mi hombro, abdomen y costillas, tengo hematomas marcados con el diseño de las manoplas en las costillas, por eso el dolor para respirar, no me sorprendería saber que me fracturo una o más costilla.

Solté la respiración de forma pesada bajando mi brazo en una negativa seca, me duele pero puedo vivir con esto.

Si caes ante el dolor no eres digna de ser un Petrov

¿Qué tan digna soy de cargar con el apellido Petrov, Andriy?

Chasquee la lengua, detallándome el cuerpo, congelándome al sentir un escalofrío recorriéndome la espina junto con un suspiro pesado que me hizo elevar la mirada centrándome en el reflejo del espejo mucho antes de que abriera la boca.

—Estás de maravilla, ¿No? —Alek...él...estaba en la habitación, recargado en el marco de la puerta a brazos cruzados. No...no lo sentí abrir la puerta, ¿Cómo...cómo no sentí que abrió la puerta?

Notó que lo estaba mirando con el ceño fruncido y termino por entrar cerrando a sus espaldas.

—No es nada – le reste importancia, esforzándome por parecer desinteresada a su mirada.

—Sí, claro–— balbuceo irónico caminando hacia mí, pillándome de sorpresa, sus pasos no se sienten, no retumban ante el eco, quise girar la cabeza y mirar sus pies para ver la forma en la que estaba caminando pero me sorprendió el doble al tomarme del codo.

—¿Qué...? — quede a medio hablar, cuando me hizo quedar de lado para señalar mi espalda, mostrándome los moretones entre negros y morados regados por todas partes, me trague la impresión y seguí con mi indiferencia —No duelen. —me apresure en decir.

—Seguro— asintió soltándome para retroceder y sentarse en la cama.

—¿Cómo esta tu abdomen? –— le pregunté al ver la mueca de dolor que se forzó en no demostrar pero yo noté.

—¿Me preguntas como esta mi abdomen estando así de herida?, ¿Segura que no te golpearon la cabeza? —Me señaló sarcástico y lo ignore, manteniéndome inexpresiva me acerque a él. Adam me dijo que estaba herido y muy en el fondo puede que si me preocupe un poco.

Me detuve frente a él, inclinándome un poco, intentando controlar mis expresiones fáciles por el dolor y...la cercanía, con mis manos temblorosas saque su camisa del pantalón y la eleve dejando ver el apósito manchado con sangre que cubría parte de su abdomen, le detalle el rostro en advertencia apenas intento alejarse, me hinque sobre mis talones y quite con cuidado el apósito dejando ver un feo y profundo corte del cual se desprendían unas pequeñas gotas de sangre.

—Necesitaras puntos – murmure en reproche, de seguro ya lo sabía y la terca soy yo-— le diré a Noemí que te revise para que no se infecte. —avise elevando mi mirada notando que ya me estaba analizando con su ceño fruncido.

No desvié la mirada, a pesar de que sentía que esos ojos azules me estaban abduciendo quien sabe dónde, el paraíso, tal vez, quizás al...

—¿Me quieres muerto o no? – pregunto empujando mis manos para bajar su camisa, solté una jadeo mandando el paraíso de sus ojos a la mierda.

—Muerto no me sirves de nada – solté mirándolo con obviedad.

—Cierto, —sonrió con sátira y me odie, maldita sea como se me puede acelerar el pulso por una simple sonrisa— Chavdar nos quiere vivos—- asintió condescendiente y termine por ponerme de pie dispuesta a encerrarme en el baño, si respondo será con ironía y él me la devolverá y no terminaremos hasta que alguno de los dos eleve la voz y terminemos peleando, y no tengo ganas de pelear, no ahora, no con él.

Di medio giro, pero Alek sostuvo mi mano, soltó la respiración de manera pesada y me obligo a girarme de forma lenta, puse resistencia, pero no tanta, una parte de mí quería que me gritara, increpara o alguna mierda, quería saber que me odiaba, para dejar de sentir su cercanía, voz y contacto tan cálidos, quería...no lo sé, saber que me odia para volver a ser indiferente.

Apenas quede frente a él, me sostuvo de la cintura, acelerándome el maldito pulso al sentir sus frías manos sobre mi piel caliente, abrió sus piernas y me dejo entre ellas, así sin más.

Me centre atentamente en cada movimiento que daba y en cuanto me acerco más a él mi respiración se aceleró de forma abrupta e hice el intento de alejarme, claro no sirvió de mucho porque no es como que quiera hacerlo y tampoco me dejo hacerlo.

Recargo su mejilla con suavidad por debajo de mi pecho y se quedó en total silencio, cerro sus ojos y acomodó mejor su cara en mi abdomen, su pelo roza mis senos cubiertos por la tela del brasier y sus frías manos no sueltan mi cintura y aunque no hable y el ambiente entre los dos sea tosco, no me siento para nada incomoda, no tengo tiempo de sentir incomodad, cuando lo único que hago es centrarme en controlar mi pulso para que no pueda sentir lo agitado que está mi corazón.

—Dijiste Intente detenerlo –— balbuceo en un suspiro sobre mi abdomen y subió sus manos por mi espalda, aferrándome más a él— ¿pudiste ver a mi padre antes de morir?

Se me cortó un poco la respiración, honestamente de todas las preguntas que creí podría hacerme y de las cuales estaba lista para responder el ninguno momento imagine que me preguntaría algo como esto.

Esto...es algo que sí puedo responderle con sinceridad.

—Si – solté y sin saber el porqué, mis manos subieron solas para acariciar y abrazar su nuca, permitiéndome el sentir cómoda con su cercanía y tacto.

—¿Cómo fue? —murmuro.

—¿Qué quieres saber en específico?

—¿Sufrió? –— sus manos palparon mi espalda y su frente se apoyó en mi abdomen ocultando su rostro.

—No – le negué sentí la sonrisa triste formándose en su rostro.

—No me mientas, Hela. —mi...mi corazón se aceleró al oírlo decir mi nombre con tanta claridad y familiaridad, fue tan raro escucharlo decirme Helena por tanto tiempo, aunque disfrute más de lo debido ser Helena, el ser "Normal" por un tiempo no estuvo mal, pero...el oír su voz pronunciar mi nombre es...demonios estremece mi piel.

—No miento— le aseguré acomodando mi garganta para disimular el temblor—- yo...no pude hacer nada por él, —le conté— no estaba en condiciones para poder defenderlo y si lo hubiese estado, no había nada que yo pudiera hacer. —se me apretó la garganta— Chavdar... me permitió estar a solas con él, me dio "el privilegio" de ver al asesino de mi familia antes de que lo ejecutaran, —curve una sonrisa irónica— puedes no creerme pero pensé en mil formas de cómo ayudarlo, de lograr que escapará, pero no había forma, no había forma viva de sacarlo de allí y aun así, yo... yo me arriesgue mucho para no dejar que sufriera. Conozco de primera mano las torturas de Chavdar, la clase de sádico que es y lo que hace para...—La voz me tembló y me vi en la obligación de detener mi hablar.

Cerre con fuerza mis ojos desviando los recuerdos de mi mente, centrándome en ser la maquina fría que siempre he sido.

—¿Qué hiciste? – las manos de Alek se deslizaron por mi espalda balbuceándome con tranquilidad como si tocándome o hablándome pudiera sacarme de ese oscuro lugar en el que había caído e irónicamente, una parte de mí vio un poquito de esa luz.

—Lo drogué – solté el aire reprimido en mis pulmones, deteniendo las caricias de Alek, quien se alejó de mi abdomen para detallarme el rostro asegurándose que era sincera—- la escopolamina es muy efectiva a la hora de dormir tu cuerpo sin perder en totalidad la consciencia, en altas cantidades tu cerebro se desconecta de tu cuerpo y dejas de sentir dolor, lo...lo drogué lo suficiente para que no sintiera nada, para que no...

Alek jalo nuevamente de mi cintura atando sus manos en mi espalda, deteniendo mi hablar, dejandome con las manos suspendidas en el aire al sentir su abrazo, cálido, suave y agradecido, su respiración se aceleró y sentía el palpitar de su corazón golpear contra mi pelvis.

Solo así, cuando ya no tenía su mirada detallándome el rostro, pude desviar mi mirada centrándome en tragarme ese nudo en mi garganta para dejar de sentir ese maldito ardor que hacía temblar mi fuerza.

—Lamento mucho lo de tu familia – murmuro y ese nudo hizo arder mis ojos, no pude resistir más y puse mis manos en sus hombros alejándolo de mí para girarme dándole la espalda.

Hela, recuerda maldita sea, no se llora, ni se lamente en pie de guerra.

Tome una bocanada profunda de aire y me limpie rápidamente debajo de los ojos, encontrando esa débil presencia de agua.

—No te lamentes, no fue tu culpa –— endurecí mi voz y dirigí mis pasos hacia la botella de whisky que dejé en la repisa.

—No sabía que mi padre los había...

—Tú padre hizo lo que todo padre haría, proteger a sus hijos – lo detuve tomando un trago de Whisky quemando ese jodido nudo, repitiéndome mentalmente quien cojones era, los malditos con mi sangre no tienen la habilidad de llorar ni sentir— tuvimos opción, ¿Sabes?, —me gire hacía él recargándome en la repisa mirándolo con desinterés— Dedrick nos traiciono diciéndole a Chavdar nuestra ubicación, pero él nos avisó lo que había hecho, nos dio la opción de huir...

—Pero no lo hicieron.

—No –— forcé una sonrisa-— si lo hacíamos Chavdar lo vería como traición e igualmente ustedes y sus padres morirían-— eleve mis hombros—- aparte éramos una familia de arrogantes, siempre cazadores, nunca las presas, si íbamos a morir lo haríamos peleando, no huyendo.

—Nos protegieron, incluso cuando mi padre los traicionó...

—Fue un hijo de puta, sí. Pero era una gran persona, nuestros padres fueron amigos desde mucho antes de que naciéramos, —informe, lo que parecía no saber ya que me miro sorprendido— mi padre protegía a Dedrick, mi madre a Lutza y en un futuro yo debía protegerte a ti –— le sonreí con arrogancia y él frunció su ceño—- tú serias el sucesor de Dedrick por ende, quien nos daría las mejores armas a cambio de protección...

—Si...no creo que sea necesario que me protejas.

—Oh claro, hace un par de horas no parecía molestarte, cuando me enfrentaba a cinco mercenarios alemanes solo por ti. —Su sonrisa burlona se estancó perdiendo el brillo en sus ojos, me diviso un par de segundos, pero la forma en la que lo hizo, me llevo a perder toda pizca de diversión, me sentí avergonzada y ni siquiera entendía por qué.

—Tenías un plan, ¿Por qué lo cambiaste a último momento? —balbuceo recorriéndome el rostro.

Abrí mi boca para responder a ello, pero la cerré sin saber que decir en específico, fue por Noemí, pensé en decir, pero no soy la madre teresa como para hacer obras de caridad.

—No asesino inocentes — Termine por decir, convenciéndome que era la mejor respuesta que podía dar.

—No somos inocentes. —Señaló.

—Nadie lo es –— le reste importancia-— pero en estas circunstancias lo son, no están involucrados directamente con la muerte de Damyan.

—Pudiste evitarte las molestias y entregarnos, lo dijiste, no somos un impedimento para ti, ¿Por qué no hacerlo?, entiendo lo de querer saber que paso realmente, pero al no obtener respuestas, ¿no pensaste solo en entregarnos para liberar a tu hermano?

Lo mire entrecerrando mis ojos permitiendo el que me analizara con una fijeza que me quemaba la piel, entiendo lo que hace, ve mis reacciones faciales y mi postura corporal para ver en que miento o en que no, es...astuto.

—¿Qué quieres que te diga? —- le pregunte—- lo hice por Noemí, le pedí específicamente que no se involucrara sentimentalmente con ustedes y fue lo primero que hizo, arruinando...

—Y tú como la Diosa de la caridad, cambiaste de opinión solo por ella —– asintió incrédulo, dándome una inyección de diversión en mi sistema que me obligue en controlar, no soy la madre Teresa–— tenía entendido que eras una Diosa de la muerte, no de buenas acciones.

—Si quieres que admita que cambie de idea por razones personales, estas muy equivocado –— acomode mi garganta, cruzándome de brazos reafirmando mi postura—– por mí ahora mismo te pongo un moño y te mando por correo a ucrania.

Negó con una sonrisa ladina y yo curve mis labios para bajar la mirada.

¿Esto significa que estamos bien?, ¿Qué ya se le paso el odio y resentimiento?, ¿Qué no tengo que...

—La próxima vez que pienses drogarme, atarme y secuestrarme para entregarme a la persona que me quiere muerto, serias tan amable de avisarme, las sorpresas como esas no me agradan–— forzó una sonrisa, al igual que yo, entonces no estamos bien.

—Es más divertido cuando no lo ven venir. —murmure inocente.

—Hablo en serio —–me miro serio y rodé los ojos-— no puedo juzgarte, aunque quiera asesinarte tampoco puedo hacerlo porque entiendo tus razones y no sabes cómo jode entender que lo hiciste para proteger a tu hermano. Es lo que llevo haciendo desde que nuestro padre murió, podemos trabajar juntos. —me señaló, dando negativas cargadas de molestia— Pudiste decírmelo Hela, me hubiese evitado el dolor de cabeza y la jodida rabia...

—Tenía un plan...

—Si lo tenías, pero si me lo decías te hubiera ayudado.

—No mientas –—sonreí sarcástica— Alek no hubieses puesto en peligro a tus hermanos por el mío, probablemente hubiera recibido un tiro siquiera por proponerlo...

—Soy racional, Hela. Si te hubiese ayudado...

—¿En serio?, ¿Expondrías a tus hermanos por una aparecida?, —lo encare— Alek, si te lo decía mis probabilidades de completar mi plan con éxito serian...

—No eres una jodida aparecida –— reclamo interrumpiéndome— y si me lo hubieses contado, si me hubieses contado todo desde un principio si te hubiese ayudado, porque sé, demonios sé mejor que nadie lo que es sentir impotencia por no poder proteger a los que amas, habríamos armado un plan mejor, uno donde tú no tengas que volver con ese hijo de puta y te quedes aquí, con nosotros...

—¿Incluso arriesgando a tus hermanos?

—Incluso así —– acepto sin desviar su mirada de mi rostro demostrándome la sinceridad que corría en su mirar— ¿Por qué cambiaste de plan Hela?

Lo miré directo a los ojos y al ver como ese azul intenso me detallaba no supe que demonios decir, me temblaron las manos y sentí un elefante dando botes en mi estómago, abrí mi boca para hablar, pero el golpeteo en la puerta me hizo cerrar nuevamente la boca.

La puerta se abrió y yo desvié mi mirada saliendo de ese hipnótico azul.

—Oh lo siento –— se disculpó Noemí al vernos-— te traía comida, pero mejor me...

—Dale la comida —– Alek me señalo con la cabeza y ahora eran dos jodidos elefantes.

Noemí contuvo una sonrisa y con idiotez camino hacía mi entregándome una bolsa de papel, mirándome cómplice. Recorrió mi cuerpo y su sonrisa y complicidad se fueron a la mierda pasando a la preocupación absoluta, cosa que no me interesaba tener de su parte así que la distraje.

—Necesita una sutura-—señale a Alek y Noemí lo mire al instante detallándolo para fruncir el ceño y volver a mirarme con pasmo.

—¿Lo apuñalaste? – balbuceo aterrorizada

—No – la mire mal—- ¿Por qué haría...

—No sería la primera vez que haces algo así—– se defendió restándole importancia—– iré por las suturas. —murmuro devolviendo por donde mismo entro dejándonos solos de nuevo.

—¿No sería la primera vez? —– pregunto Alek, ganando mi atención— ¿Qué tanto cuidado debo tener contigo?

Sonreí.

—Soy una sicaria apodada la Diosa de la muerte, —le recordé— ¿Cuánto cuidado crees que debes tener?

—Y yo creyendo que no sabías disparar —– se lanzó hacía atrás en la cama tapando sus ojos con su brazo de forma forzada.

—Y tú hablando mal de mí en alemán jurando que no entendía una mierda —– me cruce de brazos y Alek se incorporó de golpe tragándose el jadeo por dolor para señalarme molesto.

—Siempre supiste como hablar alemán y me hiciste enseñarte palabras...

—Eres un buen profesor – le sonreí de forma inocente acercándome lentamente a él divertida.

Apenas quede a su alcance no perdió ni un bendito segundo y me jalo del brazo medianamente sano y me lanzó a la cama, mis jadeos de dolor fueron silenciados abruptamente cuando quedo encima de mi con su mirada puesta en mis ojos.

¿Ya estamos bien?

—¿Era parte de tu plan fingir que no nos entendías? —¿Por qué su cercanía se siente tan...tan bien?

Le negué perdiéndome en ese azul.

—Cuando presumes tus habilidades, informas tus debilidades. —balbucee recorriendo su rostro.

—¿Cuántos idiomas hablas? —cada vez estaba más cerca de mí.

—¿Cuántos hablas tú? –— me hice la inocente cediendo al pedir de mi cuerpo, para pasar mis manos por sus hombros atándolos en su cuello.

—Eres una caja de sorpresas, ¿No? —curvo una sonrisa divertida bajando la mirada a mi boca, detallando la sonrisita inocente que se había instalado en mi rostro.

—Una bonita —–le arrugue mi nariz sintiendo que el pulso me martillaba en los oídos, al ver como su rostro estaba cada vez más cerca del mío, si...si me besa es porque estamos bien, ¿no?

Su nariz rozó con la mía y apenas, demonios apenas deslizaba mis manos por su nuca para jalarlo hacía mí y dejarme sentir el sabor de su boca, la maldita puerta se abrió y con ella vino un gritito de sorpresa, maldita sea.

—Oh...Y...yo lo siento...no sabía que... que ustedes estaban...—– giramos la cabeza, viendo a la rubia pasar de la palidez al sonrojo máximo de un solo segundo.

La divise, entrecerrando mis ojos con molestia, parece una mujer poderosa, ¿Por qué cojones actúa como una cría?

—¿Qué quieres? – pregunte irritada al ver como Alek se alejaba, sin besarme.

—Noemí me paso esto, dijo que te los trajera, no pensé...no sabía que ustedes...eran...no...

Me puse de pie y su mirada me recorrió poniéndose aún más roja, me acerque a ella y por poco veo como su corazón rebota en su pecho, recibí la caja con suturas y me la quede mirando inexpresiva, no dijo nada, no hizo nada, solo me miro reprimiendo una sonrisa.

—Gracias, Ainhoa —–Alek habló a mis espaldas haciendo reaccionar a la rubia que hizo una "O" grande con su boca, asintiendo para tambalear un poco al girarse e irse. Cerre la puerta con algo de confusión y mire a Alek quien me enarcaba una ceja.

—¿Qué le pasa? —– le pregunte señalando la puerta, mientras caminaba hacia él.

—Te admira – le resto importancia.

—¿Y a mí por qué? –— lo empujé por los hombros para que quedará recostado en la cama y me puse a revisar las suturas.

—Cree que gracias a ti las mujeres tomaron más poder en las mafias.

Quede con mis manos a medio subir su camisa y lo mire entrecerrando mis ojos en un "¿Lo dices en serio?", Alek asintió leyendo mi expresión y yo ladee mi cabeza terminando de subir su camisa.

—Si fuera así, Iker no le daría el mando a Xavier y Ainhoa no lo aceptaría tan fácil – balbucee lo obvio limpiando mis manos con alcohol para ponerme un par de guantes.

—¿Sabes lo que haces?, —me detuvo apenas terminaba de limpiar bien su herida para tomar la aguja— que en ti se vean bien las cicatrices, no quiere decir que en mí se...

—¿Crees que se me ven bien las cicatrices? —– me senté en la cama y no pude evitar mirarlo con sorpresa, yo las detesto, desde muy pequeña aprendí a cuidar mi piel, las marcas no me gustan, pero desde las torturas mi cuerpo se ha llenado de cicatrices donde cada una es un recuerdo peor que la otra y no hay día que no me odie al verme al espejo y ver...ver esas jodidas marcas.

—Dudo que algo pueda hacerte ver mal —– elevo sus hombros sin importancia y en cuanto sonreí se dio cuenta de sus palabras y frunció su ceño –— que no se te suba a la cabeza –— me advirtió.

—Tarde—negué sin borrar mi sonrisa, controlando mis latidos para no sonrojarme—¿Con anestesia o eres machote? —le pregunté divertida.

—Solo hazlo antes de que me arre...—- clave la aguja en su piel y me lanzo dardos con la mirada cortando su hablar soltando un jadeo adolorido, hice el intento de tomar la anestesia local, pero me detuvo sacudiendo la mano para que solo lo hiciera.

Reprimí la sonrisa y seguí suturando, notando como apretaba los puños y mandíbula cada que la aguja perforaba su piel, duele, más si no estas acostumbrado, pero no se mueve en lo absoluto.

—¡Maldita sea! —— exclamó cerrando sus ojos-— en el auto lo hacías ver tan natural...

—¿Seguro que no quieres la anestesia? —me trague la sonrisa burlona viéndolo negar lanzándome miradas molestas y altivas.

—Cállate y sigue cociendo. 





~~~~~~~~~~~~~~~

Espero disfrutaran el capítulo chiquitines.

Que tengan un buen inicio de semana,

Besitos,

Javi †
.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro