Parte 1.
En la mente del diablo.
¿Que existe allí?
La respuesta es muy sencilla, existimos nosotros.
¿Por qué nosotros?
Porque somos los que nos encargamos de darle gusto a su alma.
¿A qué me refiero?
Es muy sencillo, nosotros nos encargamos de hacer daño, provocar maldad, y no solo unos, sino todos hacemos lo mismo.
¿Por qué lo hacemos?
Por nuestro placer y beneficio, nos encanta humillar a los demás, necesitamos sentirnos fuertes y poderosos para saber que somos alguien, pero para eso causamos mucho mal.
¿Mucho mal, como hacemos eso?
Insultando, agrediendo, criticando y juzgando.
Todos, cualquier persona que esté aquí, siempre hemos cometido esos errores.
Los llamamos errores porque no somos lo suficientemente fuertes para afrontar y decir que nosotros formamos parte de toda esta maldad que habita en cualquier lugar de nuestro mundo.
Los seres humanos solo buscamos una cosa.
Lo único que nos importa es el poder y nuestra satisfacción, sin saber lo que causamos.
Lo único que causamos es muerte, dolor y sufrimiento.
No importa lo que hagamos, siempre y cuando obtengamos lo que buscamos.
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Narra María.
— 6:00 am, despierto por un leve sonido que me lastima mis oídos, es mi celular, está sonando la alarma, es hora de levantarme, hago mis cobijas a un lado, me levanto y coloco mis sandalias en mis pies, me dirijo al baño, abro la regadera, me desvisto, me introduzco al agua, tomo un poco de jabón, comienzo a frotar mi cabello, enseguida lavo mi cuerpo, dejo que el agua recorra cada parte de mi, cierro la llave de la regadera, tomo mi toalla, la enredo envolviendo mi cabello para que esté no gotee, tomo mi bata y tapo mi cuerpo con esta, salgo del baño y me siento frente a mi tocador, comienzo a cepillar mi cabello, lo recojo en una coleta alta, y comienzo a vestirme, me coloco mi ropa interior para después continuar con mi uniforme, cuando estoy lista salgo de mi cuarto y bajo las escaleras — buenos días mamá - buenos días hija, ya está el desayuno — gracias ¿que hiciste? — pregunté algo curiosa, asomandome a la cocina — waffles — me contestó mi madre — ¡Que rico! — dije algo entusiasmada, después de todo son mis favoritos — aquí tienes — mi madre acercó mi plato con mi desayuno, aparte me sirvió un vaso de jugo natural — hoy no voy a poder llevarte a la escuela — me dijo algo preocupada — no te preocupes mamá, yo puedo pedir un taxi he ir sola — sugiero esto tranquilamente — está bien aquí dejo algo de dinero para el taxi — cuando dijo eso, tomó su bolso y un último trago a su baso con jugo, enseguida se dirigió a la puerta — ten cuidado, cuídate — dijo esto saliendo de la casa, yo continué comiendo, cuando terminé levanté mi plato y lo llevé al fregador, comencé a frotarlo para quitar todos los desechos, terminando de lavar estos, tome mi mochila, el dinero que mi madre dejo, y salí de mi casa, cerrando la puerta, saliendo enseguida vi pasar un taxi vacío, era mi día de suerte, no tendría que esperar, levanté mi mano dándole una señal que parara, este paro, enseguida yo subí — ¿a dónde la llevo señorita? — preguntó este cortésmente, aunque tenía un poco de aliento alcohólico — le di la dirección, y este enseguida arrancó, todo el camino fue silencioso, yo solo veo a través de la ventana, cuando sorpresivamente nos desviamos — ¿que sucede porque nos desviamos? — pregunté algo alarmada — este solo respondió — tranquila solo es un atajo — yo me relaje, confiando en él, creía que llegaría más temprano, después de unos minutos llegamos a un callejón algo oscuro, me alarme más pero no dije nada, mi corazón latía fuertemente, sentía como si fuera a salirse del pecho, estaba realmente aterrada no sabía que pasaría, en ese momento mis pensamientos fueron interrumpidos — oye hermosa - dijo esas palabras acercándose a mi — ¡no te me acerques! — dije algo temblorosa — tranquila no quiero lastimarte, solo vamos a jugar un ratito — al escuchar eso, yo abrí la puerta del taxi y salí corriendo, claro no sirvió de nada, a los pocos pasos este me tomo de la cintura — ¿a dónde vas? — ¡SUÉLTAME! ¡AYUDA! — grite en un acto de desesperación — nadie te va a escuchar — me dijo este susurrando en mi oído — ¡AYUDA! — grite nuevamente desesperada, cuando sentí en ese momento una de sus manos sujetar mi boca y con la otra sujetaba mi cintura, trate de sacarme de su agarre, pero mis intentos fueron nulos, en momentos el me llevo al interior del auto, me soltó bruscamente dentro de este, trate de salir y nuevamente pedí ayuda, pero esto ocasiono que el tipo me diera una fuerte bofetada — ¡CÁLLATE! — mis lágrimas comenzaron a salir sin control, en segundos este se deshizo de mis prendas con un fuerte jalón, solo note como este bajo su pantalón, y comenzó a penetrarme bruscamente sin piedad, yo solo gritaba pero nadie me escuchaba, después de varias embestidas, este comenzó a besar mi cuello, deje de gritar mis intentos eran nulos, nadie me escuchaba, y liberarme era imposible, solo cerré mis ojos y mis lágrimas salían sin control.
5:00 pm.
Narra Laura.
— María ya llegué, ¿que comiste? — no escuché ninguna respuesta — ¿María? — pregunté nuevamente esperando escuchar una respuesta de su parte, solo se encontraba un silencio absoluto, subí las escaleras, esperando verla dormir en su cuarto, llegué asta este y toque la puerta — ¿Puedo pasar? — nadie contesto a mi pregunta, así que decidí entrar a su habitación, al entrar no encontré nada, me alarme y baje las escaleras corriendo, busque en toda la casa, no se encontraba nadie, llame a su celular pero nadie respondió, me angustie más, y decidí llamar a una de sus amigas — Camila ¿María se encuentra contigo? — no señora, María no está aquí — ¿No sabes dónde puede estar? — no — ¡¿COMO QUE NO SABES?! ¡¿Después de la escuela a dónde fue?! — señora, María no fue a la escuela — ¡¿QUE DICES?! — si señora, no vino hoy, pensé que estaba enferma — ¡NO TE CREO! — dije eso último colgando el teléfono, llame a la escuela y efectivamente ellos me dijeron que no había asistido, ¿en dónde estás María? me preguntaba para mí misma, tome mis cosas y salí de la casa, levante una denuncia, las autoridades me hicieron un par de preguntas, les dije la última ves que la vi, y que no había asistido a la escuela, ellos me dijeron que la iban a buscar, me quedé un poco más tranquila, así que fui a mi casa y me di una ducha, saliendo del baño, me cambié y salí a buscar, no podía quedarme de brazos cruzados, mis intentos fueron nulos, no encontré nada, regrese a mi casa devastada, estaba desesperada, quería encontrar a mi hija.
3 días después.
— Mi hija no a aparecido, ya son tres días que está desaparecida, las autoridades no han encontrado nada, yo por mi cuenta tampoco he logrado ni siquiera encontrar una pequeña pista, en ese momento escucho sonar mi celular, corro enseguida a contestar, es una llamada de la agente que se encarga del caso de mi hija — bueno, agente Claudia ¿Ha averiguado algo de mi hija? — si señora Laura, ya encontramos a su hija — cuando escuché eso me sentí tranquila, por fin sentía que respiraba, pero eso fue interrumpido por las voz de la agente — lamento informarle que su hija fue encontrada muerta, presenta rastros de violación ¿señora Laura me está escuchado? — al escuchar esas palabras mi mundo se vino abajo, ¿porque mi hija? pensé ¿quien fue? ¿porque lo hicieron? Cientos de preguntas que vinieron a mi mente, parecen insignificantes, pero explican muchas cosas, caí de rodillas devastada, dejando caer el celular de mi mano, mis lágrimas comenzaron a salir sin detenerse, yo solo solté un grito desgarrador — ¡NO MI HIJA NOOOOO!
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