Capítulo único
Querido Don.
Tengo tantas cosas que compartir. Han pasado más de quince años, desde que estuvimos juntos.
Te extraño tanto. Aún recuerdo tu mirada con picardía al beber cerveza, y al bailar... Y después bueno...ya sabes que va después, no tengo que explicar mucho.
Tengo un hijo con tu nombre. Es todo un rebelde, su sonrisa perversa me hace recordarte. Patético ¿no? Ni siquiera pude proteger mi amor, y mucho menos, tuve el valor de luchar por el.
Y todo porque yo tenía que encargarme de la familia. La desdicha de ser el primogénito.
Don. Aún suspiro por tí, cuando hay días lluviosos, o cuando veo el humo de un cigarrillo. Llenaste mi mente de tí en todos los sentidos, y te dejé caer de la cuerda que caminabamos juntos.
Quisiera retroceder en el tiempo para evitar conocerte... Solo así... Creo que te salvaría y vivirías con otro mejor que yo.
Lamento tanto el no verte. El solo ver fotografías plasmando los momentos que pase junto a tí me rompen. Duele bailar solo en esta cuerda floja. Sin poder escapar. Sin saber volar. Sin ti...
Verte por última vez sería un maravilloso regalo de cumpleaños. Si alcachofa, estamos a 4 de junio. Es mi cumpleaños. Mis hijos y esposa han hecho de este día pasable, como los años pasados sin tí. Sin tu presencia todo ha sido tan gris y corriente. Sin alegría. Un ánimo lúgubre y pasable.
En ningún momento pude olvidarme de tu sonrisa, o de como eran las curvas que formaban dicha maravilla que me mostrabas cuando eras feliz a mi lado.
Sigo arrepentido...
No puedo olvidar tu voz, tan suave como la brisa al rozar mi cuerpo, y tan escandalosa como la lluvia torrencial. Mi cuerpo aún recorre las veces que te hice mío, las veces que gritabas mi nombre en aquel momento, tan lascivo y tan fugaz. Imaginar aquello provoca que mi corazón se acelere, y retumbe solo con el sonido de tu placer.
Es irónico el como pude tener dos hijos, ya que al momento de procrearlos solo tu rostro era lo que miraba. Eras mi fantasía, mi musa, eras mi vida. Vida que no pudimos atesorar, vida que no pudimos vivir, ni disfrutar. Vida en la que me arrepiento cada día al haber tomado esta decisión.
La de romperte el corazón y que me odiaras. La de herir lo que más miedo me dió destrozar. No solo acabe con tu cuerpo en el colchón de aquel hotel, también estuvieron implicados los restos de tu alma, esos también sufrieron daños que no pude reponer.
Es triste lo sé, contarte mis penas en estas páginas llenas de verdades que he ocultado por años, pero es que, no puedo con el peso de mi alma queriendo verte, besarte y hacerte mío; y que tu lo quieras tanto como yo. Un anciano de sesenta años que dedicó su vida a su deber como hijo mayor.
“No tienes opciones”
“Es tu deber”
“Debes de hacerlo”
Aquellos pensamientos hicieron que mi mente se distorsionara, y viera algo como lo nuestro, tan puro, tan sencillo. Como algo malo y castigado por la sociedad.
Como deseo verte Don... Cuanto más lo deseo, más difícil es.
Ya estoy viejo y estancado, nada más me quedan los recuerdos de ese hermoso amor que experimente contigo. Nunca fue tarde para enamorarme, pero yo caí rendido a tus pies, y aún continuo en el mismo lugar, mi pequeño juguetón.
Fin.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro