El convenio.
Sacó la red del río y vació sobre el bote que llevaba los míseros peces que logro sacar, solo dos valían la pena ya casi era medio día y decidió regresar a su casa como siempre no era la gran pesca pero cuando menos le serviría para comer ese día.
Llegó a su cuchitril con desgana, preparó los peces y los llevó al mercado para venderlos, como siempre algo muy dentro de él se quejaba y maldecía la vida que le había tocado vivir.
Después de un gran rato logró vender los 5 peces que llevó a un precio bastante ridículo regresó a su casa almorzó y se acostó a dormir, pero ese día decidió que desde la noche saldría a pescar aunque el amanecer lo encontrará en su faena.
Descansó toda la tarde pero al oscurecer preparó su caña y todo; cuando empezó a entrar lo más profundo de la noche salió hacia la laguna donde al llegar subió a su bote y con mucho cuidado navegó hacia el centro de ella, era tan inmensa ya que era la desembocadura de varios ríos algunos pequeños pero al final varios.
La noche estaba completamente oscura no se veía ni siquiera una rendija de la luna, después de unas horas sin haber podido pescar nada empezó a proferir a gritos su mísera vida y en un momento de esos volteó hacia el cielo y se refirió a la luna diciéndole:
-ni siquiera tú me podías acompañar esta noche por eso estoy gastando lo poco que me queda en el quinqué.
De pronto la noche comenzó a oscurecerse todavía más ya no se veía ni siquiera las siluetas de los árboles a lo lejos, un aire frío y denso empezó a sentirse; no sabía exactamente lo que estaba pasando debido a la negrura que lo envolvía y de pronto muy a lo lejos vio un pequeño brillo al principio sólo era uno pero después se fue haciendo otro, aquellas dos chispas luminosas parecían ojos que centellaron y lo hicieron caer en un trance muy grande, no sabia si soñaba o estaba despierto solo se sentía flotando como si hubiese caído de la barca al agua pero sin hundirse o tal vez pendía del aire.
Muy a lo lejos escucho un retumbar una voz que le decía palabras muy extrañas, no las entendía pero poco a poco se fueron acercando y aclarando, por fin entendió lo que le decían.
- ¿deseas ser poderoso?
- ¿deseas ser adinerado?
-¿deseas tener muchas mujeres?
-¿deseas otro tipo de vida?
Su mente era una maraña de ideas, por un lado pensaba que se había desmayado, golpeado con la barca y caído al agua, pero no sentía ahogarse y si, solo fuera cierto; había escuchado de seres mitológicos y mágicos en los bosques que regalaban dones a los desafortunados y quien más desventurado si no él.
Si solo le estuviesen ofreciendo lo que siempre quiso, por que desperdiciar esa maravillosa oportunidad, respiro y trato de relajarse, como estaba todo su cuerpo petrificado se comunico con sus pensamientos y le pregunto a aquella voz rara quien era, se escucho una sonrisa contenida y sólo se limitó a decirle que no importaba qué o quién era, solo quería ayudarle pero no le daría mucho tiempo para esa oportunidad.
-¿deseas tener muchas cosas o no?
Hizo un suspiro grande el pescador y sin pensar más le respondió, al grado de salir su repuesta sola de la boca antes de seguirla pensando.
-!Sí!
Fue raro ya que a pesar que su cuerpo estaba rígido sus labios lograron moverse para profesar aquella palabra, al igual que su suerte su cerebro no era muy prolífero y con tanta emoción ni siquiera pensó que algo debía estar mal, que algún truco debía haber pero era tanta su desesperación por cambiar de vida que no le tomo importancia, es decir quien te ofrece tantas cosas a cambio de nada pero ya estaba hecho.
Aquella voz le informó que para hablar sobre los términos del contrato, debía venir en la próxima luna nueva al llegar a la orilla del lago desnudarse y nadar hasta el centro y hundirse lo más que pudiese, durante el máximo tiempo posible como decirlo más directo suicidarse.
De pronto estaba tirado en la barca y lo despertaron los primeros rayos del sol que daban a su cara, recordó ciertas partes de lo sucedido la noche anterior, pero pensó que era un sueño debido a su mala alimentación y estilo de vida, por lo que se retiro a su casa un poco molesto por la perdida de tiempo.
Intentó dormir pero un recuerdo vago de la noche anterior lo perturbaba, cuando empezaba a dormirse de repente volvía aquella voz que le decía no olvides nuestra cita te daré todo lo que deseas y más, parecía como si la cama o el catrejo que usaba para dormir le hiciera daño como si estuviese lleno de bichos que no le dejaran dormir.
Por más que intentó no pudo conciliar el sueño, se repetía la escena una y otra vez no lo dejaba en paz, tenía que saber si aquello podría ser real o ya dejarlo en el olvido, así paso la mayor parte de las noches con ese desvelo e incertidumbre si lo sucedido había sido real o no, por suerte el paso de los días no se detenían y la fecha programada se acercaba cada vez más, no sabia exactamente que sentimiento le embargaba o más bien a decir verdad debía ser en plural el primero era curiosidad, el segundo ansiedad los siguientes, estrés, miedo, felicidad, etc.
Lo peor de todo era que no tenia familia, parientes o amigos con quien compartir la información por lo que debía pasar el proceso sólo, lo que acentuaba cada vez más sus emociones, frustraciones y la decisión enfocada solo a su desesperante situación.
Y por fin las tan ansiada noche llego como toda noche con secretos y conjuros, estaba rara una niebla espesa y lúgubre aviso el preámbulo de algo fatídico algo que no sería para bien de nadie, cualquiera que fuera cumplía su cometido ya que todos se resguardaban en sus casas con miedo mientras exclamaban oraciones de protección como si supiesen las situaciones venideras.
Pero por su parte el pescador preparaba sus redes ante la mirada atónita de todos, ¿quién podría salir a pescar con estas condiciones? estaba loco seguro y con mirada de desaprobación todos pasaban de largo el camino frente a su casa, esa noche la aldea quedo vacía a buena hora las tabernas y hasta los borrachejos tirados en las calles desaprecieron, solo el incauto pescador siguió su camino iba tan absorto en sus pensamientos y los planes que tenía para su nueva vida, saboreaba ya todo lo que creía que tendría gracias a su convenio
Llego a la orilla del lago como acordaron, se despojó de todo lo que llevaba encima no perdía nada con probar suerte, al final si era solo una jugarreta de alguien ¿qué podría perder? sus garras que solo servirían para limpiar pisos o que se burlaran de él, na había nada que perder pero y si solo fuera cierto...
Obtendría lo soñado desde su infancia en el orfelinato, todo lo que vio se esos señores que les llevaban migajas o desechos a regalar y que siempre lo habían tratado como piltrafa humana, ahora estaba todo por cambiar.
Al llegar al centro del lago se hundió como si tuviese piedras amarradas a los tobillos soltó todo el aire que pudo y se dejo llevar por el momento, si perdía la vida en el intento seria ganancia, sintió como las últimas porciones de aire abandonaban su ser y de nuevo sintió caer en trance sólo que esta vez fue otra voz la que le hablo una voz tan hermosa como tenebrosa rara mezcla pero muy excitante.
Le dijo lo siguiente:
- Has aceptado mi acuerdo te daré la última oportunidad de retractarte pero si sigues te daré todo lo que te prometí solo...
.
.
Hay unos pequeños favores que necesito, para empezar debes venir la siguiente noche de luna nueva, aparecerá una mujer, tal vez hayas oído hablar de ella, es una bruja que vive con su madre en lo profundo del bosque, sólo la debes enamorar y te informaré que fecha para que puedas embarazarla es muy importante que sigas las fechas que te avisaré con mi emisaria, ella vigilará que sigas al pie de la letra las indicaciones, recuerda tendrás todo pero seras de mi propiedad y bajo ninguna situación podrás contar lo que aquí sucedió ¡a nadie, nunca! es sencillo y ella es una bruja estará bien no dañarás a nadie que valga la pena es una ¡BRUJA!, y ni se te ocurra traicionarme por que tu castigo sera peor que la muerte, ahora para pactar debes soltar el último aliento como aceptación del convenio.
Por un momento casi nada al igial que la velocidad de la luz un flaseo nadamas, aquel individuo pensó miles de cosas pues como aseveran todos en los últimos minutos de tu vida pasa todo pero para él que no había tenido nada fue eso, nada, y sobre la destinataria del convenio que podría importarle, pues nadie había hecho nada nunca por él, además era una bruja y por lo poco que había escuchado era muy poderosa, así que ¿qué podría ser lo peor que le pasará? Todo era perfecto...
Soltó el último soplo de vida y como si al momento de salir los restantes átomos de aire con ellos entrelazados fue expulsada la palabra acepto.
El convenio estaba totalmente aceptado...
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