Nota: Aquí no hay existencia de Miraculous, por lo tanto tampoco Ladybug ni Chat Noir. Ni akumas.

Marinette observaba aburrida ese programa de televisión. Su vida era eso, monotonía pura, donde la misma rutina se repetía cada día.

Pero aún así el programa la tenía tan capturada que apenas y se dio cuenta que se le hacía tarde para la escuela ¿Por que eso no le sorprendía?

Salió corriendo de su casa no sin antes de despedirse de Tikki, su pequeña urón a quién amaba por completo. Antes de irse soltó un suspiro.

Su padre siempre le había enseñado a no quejarse de la vida; pero es que de tan repetitiva que era aveces deseaba haber tenido otra, una llena de aventuras, de acción, de drama y romance. Pero no, no era así y lo único que le daba algún tipo de emoción a su vida era aquel ojiverde que la traía como loca con tan solo hablarle, lástima que por sus sesiones de fotos casi no lo veía en la escuela.

Cuando llegó a la clase se encontró con Alya y Nino platicando juntos como casi siempre, y es que desde que se hicieron novios eran inseparables. Y si, sentía celos amistosos por su amiga, quería volver a ser con la que siempre platicaba.

-Escriban una carta.- sentenció la profesora Bustier sacándola de sus pensamientos.- Quiero que se la dirijan a ustedes mismos en unos años, y que ahí plasmen sus sueños y esperanzas para cuando tengan esa edad. No solo eso, también sus temores y debilidades para que cuando la lean, puedan ver cómo han cambiado.- Sabrina ya se había levantado para repartir las hojas blancas.

-Profesora ¿Y como nos asegura usted de que volveremos a leer estas cartas?- preguntó analítico Max.

-Ese es mi secreto.- exclamó suave.- Pero te puedo asegurar que pase lo que pase, ustedes las volverán a leer.

Max saco otra pregunta y junto con la profesora se sumergieron en una discusión de opiniones. La azabache ni siquiera se molestaba en concentrarse en aquella discusión como los demás. Solo se concentraba en que escribir en su carta.

Para la Marinette del futuro.

Espero que sea cual sea la edad que tengas ya hayas puesto tu boutique y que vivas tu día a día lleno de emociones y aventuras...

No sabía que más escribir, solo sabía que no era correcto dejarla tan en blanco. Pero es que eso era todo lo que se le ocurría para su futuro, quizás casarse, pero realmente no es que lo anhelara. Por otro lado, también le faltaban sus debilidades y temores...

Le temo a los gatos, sobretodo los negros. Siento que es en serio lo de la mala suerte.

Escribió, más no se sentía segura de que eso fuera lo que quería decir la maestra. Y es que no sentía que hubiera algo importante que escribir. La verdad, es que ella quería escribirse algo con un valor verdadero, que la dejara reflexionando en el futuro o tan siquiera le causara alegría saber que desde esa edad ya tenía decisión, pero no era así.

Escucho la rechinante puerta abrirse más no volteo a ver. Cuando alzó la mirada vio a todos de pie, lo cual le indicó que tenía que hacer lo mismo.

Era el Director, junto con Adrien y Nathalie, su secretaria.

-Buenos días señorita Bustier ¿Me permite darles un aviso a los chicos?- la pelirroja asintió y en seguida el hombre se puso frente a la clase.- Buenos días estudiantes, como sabrán la escuela François-Dupont es líder de calidad educativa en París por lo cual presentamos interés a todas las oportunidades que se nos presenten para aumentarlo cada vez más. Pues verán...- colocó su mano en el hombro de Adrien, quien por alguna razón no se le veía muy feliz.- El mismísimo diseñador Gabriel Agreste, padre de Adrien, ha decidido invertir en un viaje para esta clase a Los Angeles con la finalidad de que estudien el comportamiento social americano ante las próximas elecciones de su país. El estado de California se ha mostrado en total acuerdo para que vayan prestándoles a quienes acepten unas visas temporales. ¿Por que Gabriel Agreste hace esto? El quiere que el grupo en el que se encuentra su hijo tenga la mejor educación y es por eso que ve la educación práctica mucho mejor que la teórica. Toda la información será dada en los siguientes portafolios que Nathalie Betancourt les entregara.- y sin más, la mujer empezó a repartir.

-Pero ¿Por que a California?- preguntó Rose ansiosa. Antes de que Nathalie o el director le contestara, Max ya había tomado palabra.

-Fácil querida Rose, estas elecciones de Estados Unidos se han hecho muy polémicas debido a que los dos candidatos que hay están discriminando a cierta raza o grupo de personas y al menos solo el 36% de la población que reside en el Estado de California es de ese país, todos los demás son migrantes. Ahí es donde las disputas y peleas pueden verse más notorias.- Rose de todas maneras no entendió.

-Lo que quiere decir Max.- inquirió tranquilo Kim.- Es que ir allá en época de elecciones será como ir a ver Godzilla contra King Kong en medio del centro comercial.- algunos cuantos se rieron por el comentario del chico.

-¿Alguien tiene una duda que le pueda hacer a la Señorita Betancourt o el Joven Agreste?- interrogó Bustier a la clase. Adrien en seguida volteo a ver a la azabache con la esperanza de poderle una pregunta, sin embargo esta se mantenía viendo su hoja.

Como desearía poder hablar con ella. Sumamente linda y tierna, pero por alguna extraña razón está siempre lo evitaba. El ya no quería eso, solo buscaba una oportunidad para hablar con ella...

Solo una...

-Yo tengo una duda para Adrikins.- preguntó Chloe, aquella presumida que siempre estaba detrás de él. El con pocos ánimos asintió, hubiera sido mejor escuchar la voz de ella.- Si voy... ¿Estarías conmigo todo el viaje?- en serio le rogaba a el cielo que las estuviera confundiendo y en realidad Marinette dijera eso. No era así, para su desgracia ni siquiera hablaba con ella.

Se negó a responder la pregunta para continuar con la siguiente. Podía jurar que le respondía preguntas a todos en esa clase menos a ella, la única persona de la que en realidad ansiaba escuchar su voz.

El timbre sonó indicando que era la hora de receso, todos le entregaron su hoja a la maestra. Una hoja que -por el retraso con el que había llegado- Adrien no sabía de que se trataba. Justo cuando intentó cruzar la puerta Bustier lo detuvo.

-Espera Adrien, necesito que me entregues tu hoja. No te puedo dejar salir si no lo haces.- el rubio se quedo viendo cómo su mejor amigo se iba con Alya a comer. No importaba ya, de todas maneras por lo que suponía iba ser otro recreo solo.

Bustier le dio las indicaciones mientras le entregaba la hoja para que escribiera. Tomó su lugar y empezó a escribir.

Pero no podía concentrase...

Veía perdido aquella melena azul que se encontraba a un lado de el, ya que desde que Alya y Nino habían comenzado a salir, la castaña se había cambiado al lugar de Adrien y el quedo junto con su soñada ojiazul. Lástima que a pesar de eso está no le hiciera mucho caso.

Si que era difícil concentrarse tratando de adivinar que era lo que ella estaría poniendo en su carta ¿Soñara en el amor? ¿Habrá puesto su nombre? ¿Lo habrá mencionado tan siquiera una vez? Espera... ¿Por que alcanzaba a leer el nombre Nathanaël? A no, era Nathan ¿Por que escribía Nathan? ¿Acaso era su novio? ¿Porque con el tal Nathan si saldría y con el no? Pfff, de repente recordó que el primer día de clases ella había dicho que el era su abuelo.

Esos instantes se prologaron más. Ella no terminaba su carta porque no sabía que más escribir y el no la terminaba por andar averiguando que era lo que ella escribía.

-Bien chicos.- dijo la Profesora Bustier cansada de esperar a esos dos.- Al parecer usted dos no saben qué hacer de sus vidas aún, así que... ¿Que les parece si en el viaje terminan sus cartas? Solo que por supuesto, tendrán que ser más largas que las de sus compañeros que ya las hicieron.- Marinette a pesar de aún no saber la opinión de sus padres acerca del viaje, asintió. Quería irse a comer.

El por igual, se guardo la hoja y salió.

Ambos tenían una carta que terminar, para cuando vivieran de verdad.

Y el destino era curioso. Parecía querer disfrutar de una nueva historia, o cumplir el deseo de la chica.

Quizás, todos los padres estaban ansiosos de que sus hijos visitarán América.

Era un mar de posibles razones por las que esos chicos terminaron en aquel hotel de mala maña. Pero aún no llego a esa parte de la historia.

Aquella tarde, a todos los alumnos del grupo de Adrien y Marinette les dieron permiso para aquel viaje. Ninguno sin excepción.

Esas semanas los chicos estuvieron comprando ropa, cámaras fotográficas, maletas incluso. Todos estaban emocionados de las aventuras que podrían vivir allá. Incluso la misma Alya se había comprometido a pasar más tiempo con Marinette pues sería su primer viaje juntas.

Nino en Los Angeles se daría vuelo rodeado de tanto director de cine y Dj's famosos.

Todos tenían sus planes. El de Marinette era vivir una aventura llena de emociones, y el de Adrien era conquistar a esa chica que siempre lo evitaba.

La última noche que pasó en París a Marinette le llego un muy mal presentimiento, jamás lo había sentido así. *No confíes en las corazonadas* se repitió durante toda la noche para poder conciliar el sueño.

La mañana siguiente amaneció mejor.

En el aeropuerto todos se despedían de sus seres queridos mientras se subían al avión. Tanta sonrisa, tanta lágrima de felicidad que había en ese momento.

El avión a Los Angeles, California pronto iba a despegar.

¿Quién diría que esa sería la última vez que verían a sus padres?

...
...
...

Hola mis Luckys. Espero que les haya gustado el primer capítulo.

Tranquilos, poco a poco se irá dando el suspenso. Por ahora he puesto un poco de romance y comedia para aligerar el ambiente.

Jazval.