Vacío
—Eso no es posible, tú me dijiste que ella lo sedujo. ¿Por qué ahora cambias la versión?
—No lo entenderías. Tenía que salvar a mi familia. Ahora mismo los estoy poniendo en riesgo con haber regresado y no podría perdonarme si por mi culpa les sucede algo.
—¿Es ella quien te está amenazando y te está obligando a defenderla? ¡Responde!
—No. Ella no tiene nada que ver conmigo.
“Tu papá me pidió que cubriera el puesto de su asistente, al menos mientras consigue a alguien capacitado”.
“¿Quién mejor que mi mujer para ese puesto?”
“¿No te molesta?”
“¿Por qué me va a molestar?”
“Porque tendré que hacer algunos ajustes en mi trabajo”.
“No te preocupes. Haz lo que tengas que hacer. Estoy seguro de que Sonia comprenderá y esperará por ti”.
—Digamos que te creo con respecto a que ella no me mintió en esto, pero sí lo hizo con nuestro bebé. Me hizo creer que el bebé que estaba esperando era mío y resultó que no tenía ningún vínculo sanguíneo conmigo.
—Esto que te diré es peligroso, pero no puede salir de tu boca o estarías condenando a mi familia. Fue tu mamá quien me sentenció. Esa mujer es un arpía. Tú eres su hijo consentido, a ti no te haría nada, pero sí a quienes estén a tu alrededor. Desconocía eso de tu bebé, pero no dudes que toda esa patraña la haya inventado ella con intenciones de separarlos. Si lo hizo con tu padre, ¿qué te hace creer que no lo haría con ella? Por eso lo mejor que puedes hacer es irte, proteger a esa mujer y a tu bebé.
“Tu mamá no está de acuerdo en nuestra relación, Dominick. Todo el tiempo vivimos en discordia. No podemos seguir así. No puedo más. Sé que es tu mamá, que la amas, la respetas y quieres estar cerca de ella por su enfermedad, y realmente no quisiera ponerte en una situación tan difícil como esta, pero creo que es tiempo de que decidas al lado de quién vas a estar; si seguirás bajo las faldas de tu mamá o harás lo posible para que lo nuestro funcione. No te estoy pidiendo que dejes de verla, pero, por favor, vamos a mudarnos a otra parte mientras terminan nuestra casa”.
“Sé que es difícil, pero entiéndela, el doctor dijo que había que tenerle paciencia. Para tu tranquilidad y la mía, nos iremos. Necesito que te mantengas tranquila. Todo lo que te afecta a ti, también afecta a nuestro hijo. Agilizaremos la construcción de nuestra nueva casa, quiero que todo esté preparado para cuando nuestro bebé nazca. Quiero que tenga bien decorado su cuarto y pueda disfrutar de la comodidad de su dulce hogar”.
No sé ni qué pensar. Yo necesito averiguar más al respecto. Tengo que llegar a la raíz de esto o no podré estar tranquilo.
—¿Tienes pruebas de lo que dices?
—Tengo grabada una llamada telefónica suya, aunque no da muchos detalles, él se escuchaba muy angustiado, enojado y presionado. Fue el día que supuestamente iba a visitar a tu novia, y donde la bomba explotó.
“De todos los hombres con los que pudiste engañarme, ¿por qué precisamente con mi papá?”
“Yo… no hice nada con tu papá, te lo juro. Yo me quedé dormida y desperté allí. Tienes que confiar en mí, jamás te mentiría”.
Quise creerle, juro por Dios que quise hacerlo, pero los resultados arrojaron que ella sí tuvo intimidad esa noche con mi papá. Yo mismo esperé esos resultados en la clínica, rezándole a Dios que ella estuviera diciendo la verdad y que, a pesar de que ambos se encontraban desnudos, lo de ellos no había llegado a mayores. Incluso estaba dispuesto a perdonarla, pero la confianza se iba viendo afectada poco a poco.
Todo la apuntaba a ella y cuando quise guardar un rayo de esperanza de que todo iba a solucionarse, mi padre se quitó la vida, dejando evidencia contundente donde muestra el supuesto complot, acuerdo y planes que tenían entre ellos. Cuando la bomba explotó y quise enfrentarla, antes de que la misma policía interviniera, ella tenía preparada las maletas y estaba con pasaje en mano. El que nada debe, nada teme. Seguido a eso, fue un golpe de estado enterarme que el bebé que esperaba con ella y con tanta ilusión, ni siquiera era mío.
La visión del futuro perfecto y de ensueño al lado de la mujer que tanto amaba y de mi primer bebé, se desvaneció frente a mis ojos y no pude hacer nada.
Teniendo a ese ángel en mis brazos, supe que no podía desprenderme de él. Me encariñé de esos ojitos que me buscaban, de ese pequeño que necesitaba de mí, como yo de él. Ese bebé no tenía la culpa de todo lo que ella me hizo. Pensé que podría protegerlo, que estaría a salvo conmigo y no en los brazos de ella, pero me equivoqué. No pude proteger su sonrisa. La casa se siente tan vacía y deprimente.
Ni siquiera yo mismo puedo perdonarme todo lo que he hecho, aún más el hecho de seguir amando a una mujer que tanto daño me hizo. Pero ¿cómo se lo explico a este dolor que siento en mi pecho? ¿Cómo le explico eso a este corazón que no se deja llevar por la razón, sino por lo que siente?
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