Resultados
Esta foto me ha brindado la fuerza que necesito. La esperanza es lo último que se pierde y, aunque aún no tengo a mi hijo conmigo, haré todo lo posible por recuperarlo y demostrar mi inocencia. Mientras tanto, me conformo con al menos ver su carita por primera vez.
Enzo vino conmigo a mi habitación. Pensé que solo iba a despedirse de mí y luego marcharse, pero decidió quedarse haciéndome compañía.
—Deberías ir a descansar. Mira la hora que es y mañana trabajas.
—Estoy acostumbrado a dormir poco— tomó mi cepillo en las manos, y peinó mi cabello hacia atrás, desenredándolo despacio—. Eres tú quien debería entregarse a los brazos de Morfeo.
—¿Por qué me tratas como una niña?
—¿Sabes? Sé hacer trenzas...
—¿A qué viene ese comentario?
—Quiero presumir mi conocimiento, pues lo pondré en práctica con los futuros hijos que tenga.
—Entonces, ¿deseas tener hijos?
—Aunque no lo parezca, me gustan mucho los niños. Pienso que cumplo con todos los requisitos para ofrecerle un buen porvenir; proveerle tanto en el ámbito material, como en lo sentimental. Un hijo es una responsabilidad muy grande, de la que estoy dispuesto a asumir si la vida me da la oportunidad.
—Deseo de todo corazón que encuentres a una buena mujer que pueda complementarte y desee tener una familia contigo. Realmente te lo mereces.
—Gracias, florecita— dejó ir mi cabello, y levantó parte de la sábana—. Descansa — salió de la habitación sin decir nada más.
Dije algo malo, ¿cierto?
Enzo
Encontrar a una buena mujer, ¿eh? A buen entendedor pocas palabras bastan.
—¿Dónde está Amelia?
—Está descansando. No la molestes, tía.
—¿Por qué no dijiste que estás viviendo con ella?
—Quería que fuera una sorpresa.
—¿Qué tienes, sobrino? ¿Pasó algo? ¿Te sientes mal?
—No.
—Cuando nos encontramos te veías de buen humor, ahora te ves decaído. ¿Dónde está la energía que te caracteriza?
—¿Qué se hace cuando tu mente no logra ponerse de acuerdo con tu corazón, y este insiste en ir detrás de alguien que no siente nada hacia ti o que simplemente está fuera de tu alcance?
—¿Se lo dijiste? ¿Te rechazó?
—Respóndeme. ¿Qué se hace?
—Creo que he acertado. Rendirse es para débiles, ¿no es eso lo que siempre dices? El corazón de una mujer se gana con hechos, demostraciones, muestras de interés, atención, dedicación, confianza, esfuerzo, y sobre todo, mucha paciencia. No hay mujer que no caiga en los encantos de un hombre seguro de sí mismo, atento, honesto y valiente. Tú posees todas esas características, y muchas más. El que persevera alcanza. Y tú, bomboncito hermoso de titi, no te vas a quedar atrás. Tarde o temprano Amelia va a darse cuenta del gran hombre que eres, solo dale tiempo. Lo mejor que hizo Dios fue un día detrás del otro.
Ella tiene razón. En este juicio no pienso perder sin haber dado la batalla hasta el final. Ese tipo se convertirá en un simple fantasma del pasado. Haré que lo olvide, al final, ella merece algo mejor que esa escoria que la ha tratado tan mal.
Estuve ansioso y en la espera de obtener los resultados de las pruebas de ADN que mandé a tomar, tanto de ese bebé y Dominick, como de Amelia también. Esperaba encontrarme con cualquier cosa, excepto con lo que arrojaron verdaderamente los resultados. El porcentaje en las pruebas salió en cero por ciento. ¿Cómo es eso posible? Si ese bebé no es hijo de Amelia y Dominick, tampoco del difunto viejo, entonces, ¿de quién es? En primer lugar, ¿dónde está el verdadero? ¿Será acaso que ese tipo y su familia están utilizando a ese bebé para lastimar a Amelia?
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