[...]

Han pasado seis largas semanas, donde he tenido la dicha de ser testigo de cómo la empresa de la familia Jones ha ido decayendo junto a todos ellos. 

Hubo un ligero cambio de planes de último momento. Mi esposo ha manejado este asunto con la debida precaución. Su astucia, perseverancia, maldad y sentido de la justicia, han sido sus armas de doble filo contra esa familia. 

Todo lo que un día usaron en mi contra, es lo mismo que le hemos afilado y regresado. 

La bomba por fin ha detonado y el esfuerzo de mi esposo ha rendido sus frutos. Los últimos momentos en libertad de la Sra. Débora estaban siendo captados en cámaras y televisión nacional, luego de que mi esposo se las hubiera ingeniado para embarrarla con la misma suciedad que me arrojaron encima hace tantos años atrás con los contratos fraudulentos y estafa. Las mismas personas a quienes le pagó, son las mismas que hoy testificaron en su contra. 

El Sr. Omar, amigo del Sr. Victor, testificó también en su contra, luego de que mi esposo lo hubiera convencido de facilitar todas las pruebas que tenía en sus manos. De este modo iba a liberar a su familia de la maldad de esa mujer. Omar facilitó la llamada del padre de Dominick esa misma noche que nos encontraron juntos, donde le daba todas las quejas y decía lo mala mujer que era. 

Incluso la delató su otro hijo, pues fue quien hizo la transacción de depósito en mi cuenta bancaria y falsificó mi firma en ese cheque que supuestamente me había entregado el Sr. Victor. 

El hermano de Dominick se vio implicado también, gracias a que la Sra. Débora pensó que tirándolo al medio, se iba a librar de su estancia en la cárcel, pero todos sus contactos, hasta sus hijos se voltearon con tal de defender su pellejo. Era un nido de serpientes venenosas donde estuve viviendo con Dominick. 

Para nuestra sorpresa, Dominick testificó en contra de su propia madre, luego de que Enzo la incriminó con la desaparición de su propia sobrina, pues alega que la última vez que la vio, ellas habían tenido una diferencia y la Sra. Débora había golpeado a Abigail en el rostro. Era algo que desconocíamos, pero jugó a nuestro favor… y como los muertos no hablan, no hay nada que pueda servirle para demostrar su inocencia. 

Enzo le pagó a una empleada de la empresa de los Jones para que accediera al computador de Débora, donde se transfirieron todas las grabaciones en que Abigail culpaba a la Sra. Débora de haber dado en adopción a mi hijo y que ese plan había sido creado y perpetrado por ella misma. Cada palabra de esa arpía fue un peso más en sus hombros. 

Al sentirse tan arrinconada y vernos ahí sonriendo, sacó sapos y culebras de su boca, algo que la hundió mucho más, pues solo confirmó que Abigail decía la verdad. 

Y es que ahora entiendo su actuar, y es que desconocía sobre las intenciones del Sr. Victor conmigo. Jamás hubiera imaginado que estaba interesado en mí y que los celos de esa mujer podrían llegar a tanto. Lo mismo ocurrió con Abigail. Las dos estaban cortadas con la misma tijera, pero por fortuna, a todas les tocó su merecido. 

Enzo pudo limpiar mi nombre de todas esas alegaciones y falsedades que esa familia inventó en mi contra para refundirme en la cárcel. 

[...]

Y bien dicen que el karma tarde o temprano nos alcanza. Eso sucedió con cada una de las personas que tanto daño me hicieron. 

La Sra. Débora no tenía dinero para pagar un buen abogado, ni siquiera pudo pagar la fianza que le fue puesta. Fue sentenciada a pasar cuarenta y dos años en prisión. El recibimiento que tuvo en la cárcel, fue uno que me hubiera encantado ver, pues Enzo le pagó a varias reclusas para que hicieran de su vida un infierno, justo lo que se merece esa víbora. Podría ser falsa e hipócrita, diciendo que no me alegro de lo que está viviendo, pero estaría mintiendo. 

A Dominick le ha tocado enfrentar su karma; enterarse de la verdad y mi inocencia, ver a su madre tras las rejas sin tener posibilidades de sacarla, ser testigo de cómo todo a su alrededor se cae en miles de pedazos. La empresa en las ruinas, afrontar la quiebra, recibir la espalda del resto de su familia. Le tocará cargar eternamente con la culpa de haber perdido esa familia que algún día quiso tener conmigo y que él mismo destruyó con sus propias manos. Le tocará vivir con la angustia de que jamás podrá acercarse y conocer a su hijo. Después de todo el daño que nos ocasionó, no merece ni que lo mencione. 

Mi hijo ya tiene a su papá; y ese es Enzo, mi adorado y dulce esposo. 

Vivimos nuestra vida como si fuera el último día. Con tanto amor, respeto y unión. 

Por mucho tiempo no me creí merecedora de tanta felicidad. A veces me cuesta tanto asimilar que tengo a mi lado a un hombre tan maravilloso como Enzo. 

Porque cuando todo y todos estaban en mi contra, él siempre confió en mí y en mi inocencia. Porque cuando más sola, desamparada y sin esperanzas estuve, él siempre estuvo ahí para darme su mano y brindarme su hombro sin esperar nada a cambio, me ayudó a crecer y volver a creer en el amor. Porque cuando creí que había conocido lo que era el amor al lado de Dominick, él me enseñó que lo que alguna vez sentí por aquel hombre, no se puede comparar jamás y nunca a ese sentimiento que florece y se fortalece cada vez que lo tengo a él a mi lado. Definitivamente nunca supe lo que era estar enamorada hasta que él entró de nuevo en mi vida para cambiarla por completo. 

Él ha sido mi fuerza, mi apoyo, mi primer y único amor, mi esposo, mi confidente, el mejor hombre y padre que pueda existir sobre la faz de la tierra.

Se ha dedicado fielmente a nosotros, su familia; a nuestro bello ángel y a esta princesa hermosa que viene en camino. Vivo agradecida con la vida y el destino de haberlo puesto en nuestro camino.