Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Encuentro

—Demuéstrame que lo que dices es cierto, y te creeré. Te daré tres horas para que me consigas una muestra de cabello; tanto de padre como de hijo. También quiero una foto.

—¿Y tú crees que algo como eso podré conseguirlo fácilmente? Mi abuelo está muerto.

—No me importa lo que tengas que hacer. En tres horas vas a regresar con lo que te pedí. De no hacerlo, me temo que estarás en boca de todos y llevando por lo alto el apellido, es solo que no de la forma que esperas. Quítenle la ropa.

—¿Qué? ¿Por qué?

—Solo voy a asegurarme de que no intentes jugar sucio, o estas fotos y videos que te tomaré, le darán la vuelta al mundo. Tus padres pondrán el grito en el cielo, y hasta probablemente te deshereden. Imagínate, tener una hija participando en una orgía debe ser una deshonra para la familia.

Amelia

Llegué a la casa desde las cinco de la tarde, pero ya son más de las once de la noche y aún Enzo no ha llegado. Por lo regular siempre llega antes de las ocho. La preocupación no me ha dejado dormir. Sé que él tiene una vida, sus responsabilidades, obligaciones, necesidades y su trabajo le limita en muchos aspectos, pero dadas las circunstancias de todo lo que ha pasado recientemente, no puedo evitar preocuparme.

—¿Se le ofrece algo, señora?

—¿No sabe dónde puede estar Enzo? Olvidé preguntarle su número de teléfono.

Vi a la tía de Enzo entrar a la casa con unas maletas, hace muchos años que no la veía. No ha cambiado su forma extravagante y llamativa de vestir y maquillarse. Su cabello castaño y con ondas cae a la altura de sus hombros. Con todas las cirugías a las que se somete, su piel luce estirada y sin arrugas. Sus ojos se centraron en mí tan pronto me vio. No puedo creer que sigue intacta a como la recuerdo. Ella también pareció reconocerme, si automáticamente soltó las maletas y se acercó.

—¿Amelia? ¡Qué sorpresa volver a verte! Por el amor de Dios, no has cambiado nada — tomó mis dos manos, atrayéndome hacia su cuerpo y apretándome tan fuerte que creí que me sacaría las tripas.

—Que emoción volver a verte, tía. Hace muchos años no te veía — traté de liberarme de su fuerte agarre, y sonreí con los dientes de atrás—. Te ves muy hermosa y joven. ¿Y mi tío?

Hablando del Rey de Roma, y él que se asoma por la puerta en compañía de Enzo, trayendo consigo otra maleta. Su sonrisa de oreja a oreja delató sus intenciones de abrazarme también, es solo que esta vez decidí hacerlo yo, antes de que entre los dos me hicieran escupir un pulmón.

—Este infeliz no nos contó que estaban viviendo juntos. Espero no me salgan con la sorpresa de que se casaron a nuestras espaldas y ya tuvieron hijos porque me voy a molestar.

—Sí, estamos viviendo juntos, pero no tenemos ese tipo de relación que te estás haciendo en la cabeza, tía — le dije.

—Y, ¿entonces?

—Pónganse cómodos— les dijo, antes de mirar a la empleada—. Sra. Antonia, llévalos a su habitación, por favor — le pidió Enzo. 

—Enseguida. Vengan por aquí— la empleada se los llevó consigo.

—Que bueno que llegaste.

—¿Mi florecita me extrañó?

—Pensé que te había ocurrido algo.

—No te preocupes por mí. Sé cuidarme — sacó de su bolsillo una foto y me la extendió.

—¿Y esto?

Había un bebé cubierto en una sábana azúl cielo, con sus ojos cerrados, al igual que sus pequeños puños a ambos lados de sus mejillas. Su piel era blanca y sus labios rozados. Tiene poco pelo y luce tan sereno.

—¿Ese es mi bebé?

—Sí.

Mi corazón se sintió como si lo estrujaran en mi pecho. No solo es el dolor de no tenerlo conmigo y saber que estoy perdiéndome los mejores años de su vida, sino porque ni siquiera puedo reconocerlo, porque jamás tuve el privilegio de ver su rostro angelical hasta ahora. Las lágrimas se asomaron al borde de mis ojos.

—¿Cómo lo conseguiste?

—Eso no es importante. Guárdala bien, es la única que pude conseguir.

—Gracias.

—Tranquila— su fuerte abrazo me reconfortó—. Pronto lo tendrás contigo, te lo prometo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro