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Anhelo

—Ustedes vayan a disfrutar de su luna de miel. Ambos necesitan estar solos y sin interrupciones. Mini Enzo se quedará con sus cuatro abuelos. Estará más que protegido con nosotros. Aprovechen la oportunidad. Espero recibir buenas noticias en unas cuantas semanas — me hizo un guiño, dejándome con la palabra en la boca. 

—Buenas noticias, ¿eh? — soltó Enzo—. No le hagas caso a mi tía, ya sabes lo loca que está. En ese aspecto puedes estar tranquila. 

¿En ese aspecto puedo estar tranquila? En  cierto modo, ese tema le incómoda. ¿Será que esta noche tomará sus precauciones conmigo como la otra noche?

Digo, creo que nuestra relación está en su mejor momento. Ahora estamos casados, es totalmente normal que hagamos estas cosas. Bueno, no sé tampoco si es prematuro pensar en otra responsabilidad. Debemos cuidar de nuestro hijo que de por sí es una grandísima responsabilidad, como también trabajar juntos como pareja. Pero en el fondo, anhelo experimentar esa etapa tan hermosa que me fue arrebatada por estar detrás de las rejas injustamente. Aunque tengo a mi hijo conmigo, me siento incompleta. 

Siempre quise experimentar lo que era ver nacer a mi hijo, tenerlo en mis brazos, verlo crecer día tras día, estar en todo momento a su lado, me había ilusionado tanto con ello. Fueron nueve meses creciendo en mi vientre, sintiendo sus patadas, ilusionada y ansiando su llegada, habiéndome preparado en todos los aspectos para recibirlo y que, de pronto, me condenaran a no verlo, a no escucharlo, a no tenerlo. 

¿Será que estoy siendo egoísta anhelando tal cosa en estos momentos? 

—¿Amelia? ¿Qué tienes? 

—Nada. Vayamos a despedirnos de nuestro hijo. 

Me duele apartarme de él, y más cuando estuve tanto tiempo sin tenerlo conmigo, lo que me tranquiliza es que solo será por una noche, porque ya mañana regresaremos a la casa. Es una petición que le hice a Enzo. Podemos continuar nuestra luna de miel y extenderla por un tiempo indefinido, en casa o allá, tendremos tiempo de más para estar juntos. 

Nuestro destino era el hotel que visitamos hace varios meses atrás. La única diferencia es que la habitación lucía decorada para la ocasión; se nota que eligió todo meticulosamente. Fui yo quien le propuse que vinieramos de nuevo. En aquella ocasión no tuvimos oportunidad de disfrutar debidamente, ya que la relación, o más bien amistad, entre Enzo y yo estaba atravesando un mal momento. Ahora las cosas son distintas; estamos aquí solos, pero no como amigos, sino como marido y mujer, a poco tiempo de convertirnos en uno solo.

—Te he notado pensativa desde que mi tía hizo ese comentario— dejó las dos maletas a un lado de la cama —. Te conozco lo suficiente como para saber que no te agradó en lo absoluto, aunque no sé descifrar si es preocupación, inquietud o molestia. 

—¿Qué piensas tú de ese comentario? 

—Amelia, habíamos hablado sobre esto una vez, ¿lo olvidas? 

—Sí, pero cuando hablamos sobre ello, nuestra relación no se había formalizado como ahora. De hecho, ni siquiera habíamos hecho planes de casarnos. Si vamos a estar juntos hasta el final de nuestros días, como prometimos hace varias horas allá en el altar, yo necesito saber lo que piensas sobre esto. 

—¿Lo que pienso sobre qué? ¿Sobre tener un hijo contigo? ¿Y no lo tenemos? Amelia, yo no quiero que te sientas presionada por mi tía. Simplemente ignora lo que dijo. Estoy consciente de que este no es el momento para pensar en esas cosas. Desde que comenzamos a salir lo he tenido claro. Como bien dijiste, tendremos una vida entera para tomar una decisión así, no hay necesidad de hacer nada a la ligera por caprichos ajenos. Has pasado por mucho y en este momento existen otras prioridades, y lo primordial es sacar adelante a nuestro hijo y dedicarle todo nuestro amor y tiempo. Por mi parte, estoy satisfecho y feliz con tener esta familia que siempre quise y con la mujer que he amado desde siempre. 

—Me temo que no me estoy dejando entender, Enzo. ¿Y qué pasa si yo sí quiero? ¿Qué pasa si soy yo quien realmente quiere esto contigo? ¿Sería mucho pedir? ¿Sería egoísta, inoportuno o indebido de mi parte?

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