
Viaje a Konoha
– ¡ Te he dicho que no y no es no ! – gritaba la pobre Mei al joven Sai, Sai se veía tan tranquilo y eso lo sacaba de quicio a la pobre mujer (( más de lo que estaba))
Aun no era un buen día para ella.
– calmada Mei – trataba de calmarla el representante de Sai, sin éxito, claro esta.
– ¡ No, No, No y No !– seguía gritando la joven Mei acompañada de sus brazos, quienes daban a entender que no saldría de ahí nunca, nunca de los nunca.
– ¿ Qué tiene de malo salir ? – preguntaba inocente Sai .
– ¡ ahora si que se fue mi paciencia ! – la joven trataba de golpear Sai, pero su representante la detuvo antes de tiempo.
– Que alivio – pensaba el representante– sino la hubiera detenido ahora mismo habría funeral de Sai.
– Solo digo, pues ya no he pintado por falta de inspiración, nos vendría bien salir – contestó el joven Sai mirando a una enojada Mei, parecía volcán a punto de explotar de ira.
Más bien ya había explotado, solo faltaba quemar al mal de su vida, que en ese preciso momento era Sai.
– Creo que esta ves Sai tiene razón – contesto el castaño que no soltaba a Mei.
Ésta tuvo que calmarse pues Sai tenia razón, no habían salido en mucho tiempo y ya no había muchas razones para seguir pintando ahí, era momento de buscar en otro lugar la inspiración para pintar hermosos cuadros.
– No hay otra opción – dijo molesta – hay que ir.
Sai le dedico una sonrisa a la cual ahora Mei estaba roja, pero no era de ira.
~ Como es de temperamental esta mujer, pasó de estar enojada a una sonrojada ... ~ pensaba el representante.
– b-bien hagan sus maletas ahora, nos vamos de inmediato antes de que me arrepienta – añadió Mei, Sai y su representante subieron a hacer sus maletas y ella hizo lo mismo.
~ estos chicos de ahora ~ se susurro a sí misma haciendo sus maletas e inconscientemente soltaba una sonrisa de felicidad.
( ... )
– Tres boletos a Konoha por favor, Señor – le decía Mei al señor de los boletos para ir en tren.
– Tome, que tenga un buen viaje– contesto el señor dándole a la señorita los boletos y recibiendo el dinero.
– Gracias – le dedicó una sonrisa y se dirigió con los chicos – aquí están los boletos – Mei les entrego sus boletos, tomaron sus maletas y se dirigieron a su respectivo tren.
– pido la ventana – avisó Sai.
– siempre te toca – dijo Mei un tanto enojada y quitándose del asiento que quedaba cercas de la ventana y se fue a sentar al otro lado de los chicos.
– Jajajajajajajaja – se reía feliz y emocionado el representante de Sai.
– yo también estoy emocionado – pensó Sai.
– Será divertido – decía sarcásticamente la pobre Mei mientras era ahogada entre el asiento en el que estaba y su "compañero" de tren.
Pobre, su día no iba muy bien de nuevo...
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