003
La puerta del maletero fue cerrada con mis cosas dentro y me giré, encontrando a mis padres observándome junto a Seolhyun. Llevé las manos a mis bolsillos y me acerqué a ellos. Busan estaba cerca de Daegu, de cierta forma. Me tomaría alrededor de una hora llegar y unos treinta minutos para ir a la casa de mis abuelos. Mi casa. Ese día estaba algo opaco, pero no hacía mal clima, no me pasaría nada en la conducción.
Ahí, pensaba darme un tiempo para pensar, para decidir si quería saber lo que me había sucedido en el accidente, o solo saber qué me ocultaban mis padres y mis propios amigos.
"Promete que vendrás a vernos a menudo" me dice mi madre apretando mis mejillas y yo me siento muy lejano a ello, la siento como una desconocida. ¿Por qué esconderme cosas?
"Lo intentaré" le digo y luego, me despido de mi padre. Por último, decido acercarme a Seolhyun y sostengo sus manos. "Seol... Te quiero mucho" le digo besando su mejilla antes de susurrarle al oído. "He dejado unas cartas para mis padres, quiero que se las des cuando no venga el fin de semana, ¿sí?"
"Vale, yo también te quiero mucho" me dice abrazándome. "Por favor" susurra "ten mucho cuidado... No quiero que nada malo vuelva a pasarte..."
"Tú tranquila, Seol."
Nos alejamos y me retiro, me despido de todos y monto en la camioneta. Introduzco la llave, enciendo el motor y les doy una última sonrisa antes de irme. Me alejo por la carretera y luego me recuerdo que debo mandar un mensaje dentro de cinco minutos avisando que ya estoy en casa de Bogum, cosa que es, claramente, una mentira.
Me sentaba mal mentirles, pero... ¿Qué podía hacer? Hablar con ellos era imposible. Mi madre evitaría a toda costa dejarme ir, escondiéndome todo. Mintiéndome. Engañándome y regañando a mi hermana por querer decirme la verdad.
La carretera estuvo algo llena de tráfico en las primeras calles, sin embargo, una vez fui saliendo de la ciudad, fui adentrándome en la zona más rural, la más libre. Y me encontré conduciendo junto al río Nakdong.
El viento entraba por las ventanas abiertas de la camioneta y continué siguiendo el camino en silencio, hasta encontrar un cruce de tres caminos, yéndome hacia la ciudad Daegu. Pronto estaría entrando y luego, me dirigiría hacia la casa de mis abuelos.
El cartel de Daegu me recibió unos momentos más tarde, y busco los atajos para llegar más pronto. La tarde no ha caído aún, y me acerco a las zonas más rurales de Daegu, en busca del pequeño barrio.
Cuando entro, lo primero que me encuentro son las casas pintorescas y grandes, separadas por enormes patios, y alguna que otra granja. Las calles son de tierra y rocas. Los recuerdos me invaden cuando observo a los niños corriendo felices llevando piscuchas en el cielo, de colores alegres, hechas a mano, quizá por ellos mismos. Luego, están las ancianas y ancianos observándolos, platicando entre ellos, tomando café, té y comiendo dulces. Observan por un momento la camioneta y yo les sonrío, aunque dude que se acuerden de mí, ya han pasado cinco años.
Conduzco por unos cuantos metros más, pasando alrededor de seis casas y llego a la de mis abuelos, con el característico cartel de madera decorado clavado al lado de la puerta: Familia Kim-Choi.
Detengo la camioneta y suspiro. Se siente extraño estar de nuevo aquí. Observo hacia delante, donde las casas continúan y me bajo de la camioneta para abrir el portón y entrar. Una vez abierto, me adentro con la camioneta y vuelvo a cerrar. No quiero ver la casa aún. Conduzco y dejo el auto en el lugar que corresponde.
Alzo la mirada y observo todo, quedo petrificado.. La casa de mis abuelos es muy grande, tiene un espacio en la parte trasera en donde hay un pequeño huerto, en el que ellos plantaban sus propias hortalizas y algunas frutas. Sin embargo, eso debería estar totalmente muerto porque ya nadie estaba ahí. En realidad, todas las plantas deberían estar en mal estado. Han sido cinco años, cinco años de abandono. ¿Por qué las plantas están tan bien cuidadas? ¿Por qué el césped no está alto y los árboles con muchas hojas? ¿Cómo demonios?
Me salgo casi de un salto y observo la puerta de la casa, esperando encontrarla abierta. Alguien debió estar aquí. ¿Un vagabundo? Sujeto la puerta y trato de abrirla, pero no cede. Tomo mis llaves y abro, esperando, de nuevo, encontrar la casa algo arruinada.
Pero no.
Está limpia, está arreglada, todo está en su lugar. No parece que nadie haya querido robarla, pero sí que han vivido en ella. ¿Será que sigue aquí o se ha ido ya? ¿Quién se tomaría el tiempo para estar en una casa ajena y mantener todo en buen estado?
Cierro la puerta y trato de encender una luz, pero descubro que el servicio no está funcionando, por obvias razones. Seguro que ni siquiera el agua llega, así que comencé a meter mis cosas dentro y luego iría a reanudar el servicio. Antes, observo que la zona central de la casa, que es como un pequeño patio, también está cuidado, todas las plantas lindas y vivas. Decido salir al huerto y me encuentro con la enorme sorpresa que no están dando frutos, ni verduras. Quizá esta persona no se sentía con deseos de cultivar sus propios alimentos.
Me quedo mirando un momento, recordando a Seolhyun y a mí observando a mi abuelo cuidando las hortalizas, enseñándonos como cortarlas de manera correcta. Me quedo con la imagen y siento una horrible presión en mi pecho, cuando escucho un cacareo.
Giro, observando el gallinero. Me estás jodiendo.
Me acerco, y encuentro a las gallinas que salen disparadas hacia afuera, seguida por los gallos. Los observo corriendo como locos, cacareando por aquí y por allá, y yo simplemente pierdo la cabeza. ¿Cómo demonios sobrevivían cinco años encerrados en un gallinero?
Me adentro más y, a parte de las plumas, la paja, las heces y un poco de desorden, encuentro a unas gallinas que están incubando y me quedo más boquiabierto de lo normal. ¿Debería ir a la policía? ¿Y qué les digo? Alguien ha entrado en la casa de mis abuelos, no nos han robado nada y de paso ha mantenido las plantas y los animales vivos. Se reirían en mi cara, claro que sí.
Suspiro, y decido volver a casa para subir a la habitación de mis abuelos. Abro la joyería de mi abuela, encontrando todo intacto, aun si hubiesen robado alguna joya, no lo notaría, porque no las recuerdo todas. Me siento en la cama, que está limpia. Es decir, no están lavadas, pero tampoco están demasiado sucias, es como si las hubiesen cambiado. No entiendo nada.
Tuve que hacer muchas vueltas para poder reactivar los servicios públicos de la casa, me tomó tanto tiempo que se me hizo muy noche y decidí pasar a algún restaurante para llevar comida a casa. Me adentré en uno de comida rápida. El lugar estaba lleno por niños, jóvenes y adultos. Nadie se fijó mucho en mi presencia y me dirigí hacia la caja para ordenar.
La cajera anotó mi orden y me da la factura. Me apoyo en la isla de espera y escucho atrás de mí la conversación de los clientes que pidieron después de mí.
"Mira, han encontrado a otro" comenta uno y el otro silva antes de responder.
"Era un narcotraficante" y entonces, capto que están hablando de alguna noticia. Levanto la mirada, hacia la televisión que está anclada en una pared. Ahí, se encuentra la presentadora con un rostro serio explicando un caso. De hoy, específicamente.
En letras blancas, en una franja roja se lee: Otro delincuente asesinado de manera atroz.
Se ven ciertas imágenes detrás de ella, pero censurando el cuerpo. Lo que sí puedo ver es mucha sangre derramada, y como la televisión está en mute, no puedo ver qué es lo que realmente ha pasado. Observo las escenas, y los hombres detrás de mí siguen hablando.
"Ese tipo está loco" escupe el que ha dicho que era un narcotraficante.
"¿Tú crees que sea el mismo?"
"Pues claro" responde, muy seguro. "Sigue cierto modus operandi, lo vi en CSI" explica, orgulloso, como si esos casos fueran reales. "El tipo ese tiene un sumo cuidado en limpiar toda evidencia que pueda arrastrarlo a prisión, pero mira eso" observo la pantalla aún; la escena de la sangre derramada, los paramédicos moviendo el cuerpo.
Sí, es atroz.
Es una habitación, y la sangre es demasiada, está por todas partes. Parece un trabajo sucio y descuidado. Hay una cama y también está llena del líquido rojo. Al parecer, los desmembraron.
"El tipo este siempre los mata sin piedad" prosigue "y lo hace de una manera tan desordenada, que la policía no lo entiende."
"Ya, pero ¿no crees que sea un plan del gobierno no capturarlo?"
"¿De qué hablas, hermano?" escucho una sonrisa y el otro duda en responder, quizá algo avergonzado por su teoría.
"Quiero decir, llevan cinco años buscándolo. Es obvio que es un asesino serial" una pequeña pausa. "Pero solo mata a delincuentes, ¿no crees que es muy extraño que la policía no lo encuentre? Me parece ilógico que no haya huellas ni nada de pruebas. Seguro que no lo cazan porque está ayudando a que esas escorias mueran."
"¿Tú crees que sea un tipo de superhéroe, pero sádico y loco?" cuestiona, y lo escucho reír.
"Su orden, señor" me interrumpe la cajera y yo tomo la bolsa, agradeciendo.
De pronto, pienso en ese asesino serial, que lleva cinco años asesinando con mucha tranquilidad, sin ser capturado. Cinco años en los que la casa estuvo abandonada y todo está en su lugar. Puede sonar ilógico, pero ¿y si se está quedando ahí porque a la policía no le interesa una casa en la que vivían un par de ancianos ya fallecidos?
Sin darme cuenta, dentro de la camioneta, llevé mi mano hacia el anillo, y lo sujeté con fuerza. Traté de calmarme, ¿qué habían dicho? Que solo mataba delincuentes, y yo no era ninguno. En realidad, yo había sido atacado hace cinco años y estuve dos años en coma, ¿no debería tenerme empatía este tipo?
Conduje hacia la casa. Las demás estaban con las luces encendidas, y los farolillos mantenían decorado de manera mágica. Cerré el portón y me giré hacia la casa. Ya no me sentía tan bien. Tan decidido.
Las gallinas y los gallos se acercaron a verme cuando abrí la puerta y recordé que dejé la puerta trasera abierta. Encendí unas velas porque el servicio no se activaría hasta mañana y luego, saqué a las aves para llevarlas al gallinero y meterlos. Dejé todo asegurado y regresé dentro, cerrando con cuidado. Me aseguré de que todas las ventanas estaban cerradas y luego, cuando me giré, escuché un golpe arriba.
"¿Qué demonios?" tomé mi celular y encendí la linterna. Luego, tomé un cuchillo de la cocina y decidí subir. Que la casa estuviera en completa oscuridad. Nada se estaba moviendo, nada se escuchaba, más que puro silencio. Abrí cada puerta, busqué y no encontré nada.
Decidí dormir abajo, esa noche.
Sin embargo, me costó mucho conciliar el sueño, porque sentía mi corazón martillar por el extraño ruido de antes. Cuando el cansancio comenzaba a ganar, sentí una extraña paz, de la nada. Sentía que alguien me había acariciado la frente y me quedé dormido.
Al día siguiente, me levanté muy tarde, a eso de las 10. Tenía hambre, verifiqué antes que los servicios ya estuviesen reactivados y luego, tomé la decisión de trabajar en el huerto y en las gallinas. Con mucho cuidado, abrí el gallinero y todos salieron, excepto las madres. No iban a moverse, así que fui a la tienda más cercana para comprar maíz.
"Oh" dijo la señora luego de verme bien. "¡Pero sí eres Taehyung!" exclama, y yo le sonrío.
La recordaba, era la señora Jun. Una mujer regordeta y alegre. Mis abuelos y yo siempre veníamos a comprar lo necesario aquí. Comenzamos una pequeña plática en la que me dio el pésame por lo de mis abuelos, preguntó por mis padres, por Seolhyun y por mí.
"¿Y te has venido aquí para empezar tu vida de adulto graduado?" me pregunta y yo asiento.
"Sí, porque tampoco quiero separarme de Daegu, ya sabe... Aquí crecí antes de cursar la secundaria en Busan" ella me sonríe. "Así que, quiero dedicarme ahorita en la casa y luego buscar un empleo."
"¿En qué te graduaste?" me pregunta mientras prepara las dos libras de maíz que le he pedido.
"En gastronomía."
"Oh" dice ella. "¿Te acuerdas de esa cafetería? ¿Cake Blue?"
"Ah, sí, sí" respondo. "Está a la vuelta, ¿no?"
"Sí, dicen que están buscando personal. Tal vez encuentres algo" yo le agradezco y antes de irme, me detengo.
"Señora Jun" ella me mira, esperando. "¿Podría hablarme del asesino serial de delincuentes?"
Ella se alisa la falda y se apoya en el mostrador.
"¿Ya escuchaste sobre él? Anteayer recientemente mató a otra persona" yo asiento.
"Ayer fui a buscar comida porque tuve que hacer muchas vueltas y lo vi en un restaurante, la noticia."
"Sí" ella se enrolla las mangas y me mira. "Resulta que hace cinco años, se encontró a un proxeneta asesinado. En su propia casa. Nadie tenía ni la menor idea de lo que él hacía, hasta que la policía, investigando el crimen, descubrieron que el tipo tenía otra identidad y que estaba con una orden de busca y captura" me comenta, yo la escucho, de manera atenta. "Eso fue todo; lo encontraron en su bañera, con el cuello desgarrado y los brazos totalmente destrozados. La escena, Taehyung, era espeluznante; sangre por todas las paredes, la tina con agua tintada por lo mismo, pero..." alza un dedo "ni una sola prueba, ni huella, ni absolutamente nada."
"Ahí... Empezó todo, ¿no?"
"Sí, al principio no se le tomó importancia, porque pasaron un par de semanas, antes de que volviera a suceder. Esta vez, fue alguien de una de las mayores mafias de aquí y así comenzaron, pasaban dos semanas luego de un crimen, y luego había otro. Todos de la misma calaña; delincuentes asesinados de una forma horrible y sin ninguna prueba."
"Y ha seguido hasta ahora."
"Sí, la policía sigue investigando, pero absolutamente nada."
"Ya veo..." asiento. Un momento después, entro a mi casa.
Les doy de comer a las aves, y también compré semillas y abono, así que me dedico a cuidar el huerto, cuando, a la hora del almuerzo, decido robarles unos huevos a las gallinas y prepararme unas tortas. Luego, a eso de las 2, voy al supermercado y compro carne, pan y demás para llenar la alacena, la refrigeradora y otras cosas para el hogar.
He puesto a lavar la ropa y me encuentro tendiéndola afuera mientras las gallinas pasean alrededor. Estoy extendiendo una sábana cuando observo que la ventana de la habitación, que da justamente hacia donde estoy, se abre, con lentitud.
Boqueo y me quedo de piedra.
Entro casi corriendo a la casa, tomo un cuchillo de la cocina y el celular en mano. Subo hacia la habitación de Seolhyun y no hay nada. Reviso todo, y nadie, no hay nadie. ¡Pero yo cerré las ventanas en la noche! Las únicas que abrí son las de la sala, hoy por la mañana, y las de la cocina, de nada más. Ni siquiera de mi habitación porque no he dormido en ella.
Entonces, las gallinas empiezan a gritar, a hacer un alboroto y yo bajo corriendo encontrándolas exaltadas, corriendo como si algo las hubiese asustado. Cuando me ven, parecen calmarse y se van detrás de mí. Yo observo todo, observo la casa.
Y me siento vigilado, pero yo no veo a nadie.
Me quedo con oído atento para escuchar atentamente, pero absolutamente nada.
Tomo alrededor de veinte minutos para calmarme. Subo de nuevo para cerrar las habitaciones de mi hermana, de mis padres y de mis abuelos. Pienso en la mía, pero no lo hago. Llevo de nuevo la mano hacia al anillo y me siento tranquilo.
No sé qué demonios está pasando.
Y saber que hay un asesino serial que no deja huellas ni comete ningún error me pone los vellos de punta. ¿Y si el tipo de verdad estaba aquí? ¿Durmiendo bajo el mismo techo?
"¡Bienvenido a Cake Blue!" me dice una chica en un pantalón de campana negro con decorados dorados y la camisa dorada con diseños rojos y negros. Su cabello negro está atado en una coleta alta y una agradable sonrisa. En el local hay unas gemelas, con el mismo uniforme y otros empleados.
"Hola" saludo. "Uhm... Yo escuché que necesitaban un empleado y quería venir a dejar mi currículum."
Ella alza ambas cejas y me sonríe.
"Sí, sí, puede dejármelo a mí. Habrá una entrevista el lunes, para que usted venga y pueda participar" me explica recibiendo la carpeta. Me mira y me da una mirada dulce. "¿No quiere algo de tomar?"
No quiero volver a casa, así que le digo que sí.
Tomo una torta de chocolate y un café expreso para relajarme. Hay música relajante de jazz en el lugar y pienso que es una puta locura; música jazz en una cafetería con temática china, con postres y bebidas de todo el mundo, en Corea. La gente está ahí, pasándola bien. Veo a la chica que me ha atendido platicar con confianza con varias personas y yo trato de calmarme, y espero que me escojan en el trabajo. Si no, estaré sin dinero y de nada me serviría, tendría que volver a casa y necesitaba las respuestas antes de todo eso.
Alrededor de las cinco, decido volver a casa, en mi camioneta. Bueno, la camioneta que Irene me ha conseguido. He platicado con ellos dos y aun no les he hablado a Jimin, Namjoon y Hoseok, porque no me siento preparado para leer más mentiras.
También me he mensajeado con Seolhyun, le he mandado fotos de la casa, únicamente, no del patio ni de los animales. ¿Cómo le dices a tu hermana que encontraste todo como si alguien la habitara?
Tomé una lata de coca cola del refrigerador y me senté fuera de la casa, observando la ropa ondear suavemente por el viento. El atardecer aún no ha empezado y las aves andan de aquí para allá, picoteando el suelo y otros echados en el suelo.
Por fin logro encontrar paz y me apoyo en la pared estirando las piernas. Una gallina se posa a mi lado, se echa junto a mí y bebo mi lata.
El viento sopla con suavidad y tengo un plan; si logro obtener el trabajo, comenzaré a investigar qué me han escondido mis padres. Si no obtengo el trabajo, entonces, deberé enfocarme en eso.
Ugh, todo es tan complicado y extraño.
Durante el resto de la tarde, no hay ruidos extraños más que el canto de las cigarras, las luciérnagas paseando con suavidad fuera y yo estoy en la cocina, preparando la cena. Me encuentro friendo espárragos y ternera, preparando arroz para llenarme.
Y, siento que alguien me observa, hay una presencia. Me giro, y no hay nadie.
Por seguridad (y paranoia) decidí encender todas las luces, al menos, las de abajo. Y solo he encendido la luz de las escaleras para el segundo piso. Sin embargo, no veo a nadie. Lo siento. Siento que hay alguien, camino fuera de la cocina, asomándome, observando todo. Las ventanas ya están cerradas y solo escucho el suave cacareo de las gallinas que siguen despiertas.
Me acerco a la puerta, asegurándome que todo esté cerrado y sujeto mi anillo, de nuevo.
"Cálmate, Taehyung..." me digo a mí mismo y regreso a la cocina. Como mientras miro un vídeo en mi celular y recuerdo que mañana voy a pedir un servicio de internet ilimitado para poder comunicarme de manera tranquila.
Hoy, duermo en mi cuarto, con las sábanas cambiadas, limpias y frescas. Me quedo en bóxer y en una camiseta. Cierro las puertas, con llave y me adentro a la cama. Decido dejar una pequeña luz y me vuelvo hacia la pared, no a la ventana. Cierro los ojos y trato de dormirme, hasta que, de nuevo, siento que alguien acaricia mi frente y me duermo en el instante.
Y sueño. Sueño con unas manos blancas sujetando las mías, el anillo en mi dedo y uno idéntico en la mano izquierda de esas manos. Escucho que alguien me llama, pero es en el sueño. No hay rostro, solo una melodiosa voz cantando mi nombre.
"Taehyung."
Solo puedo ver las manos, pero siento paz, siento calidad, dulzura, cariño... ¿Quién es?
Dejen sus teorías porfa, jsjsjs
Los amo, abejitas.
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