Parte 9
–Dios Santo –Taehyung se adentró a la casa, entró sin esperar una invitación. –¿Qué le pasó? –la forma de tratarlo regresó a la normalidad. El no dejaría de ser formal con ese hombre.
–Bonito –Jungkook no podía creer lo que veía, acaso la temperatura que tenía lo estaba haciendo delirar. No entendía como era posible que ese hermoso rubio este en su casa. Se aclaró la garganta para hablar pero una fuerte tos lo invadió y empezó a toser con intensidad. Quería que la tierra se lo trague, todo le parecía demasiado vergonzoso.
–No no no –el rubio acercó su mano al hombro del azabache, fue un movimiento totalmente involuntario pero lo que importaba es que su mano le estaba dando pequeñas palmaditas para que no haga esfuerzos. –Tranquilo –lo miró con preocupación el azabache estaba muy tapado, lo cubría una gran cobija, solo se le podía ver los ojos. –No debería estar levantado.
Jungkook dio un paso para atrás y asintió, sorbiendo la nariz y tosiendo un poco más en el proceso. –Estaba en la cama –habló bajito –pero escuché fuertes golpes en la puerta y salí.
El rubio sintió una gran culpa apoderarse de su ser, el pecho le oprimía por ser tan desconsiderado y hacer que ese pobre chico se levante de su cama por el escandalo que estaba haciendo, además no era muy difícil darse cuenta que el azabache estaba así por su culpa. Seguramente el frio que pasó hace dos noches lo enfermó.
–Perdón –intentó acercarse. Lo veía muy mal. Los recuerdos llegaron a su mente con rapidez. Ese chico le dio su abrigo, sino el que estuviera en esa situación sería él. –Lo mejor será que me retire. Vaya a descansar. No se levante por nada, perdón por venir a su casa y gritar como un loco.
Jungkook solo pudo sonreír, ese hermoso rubio era tan precioso y perfecto en todo momento. Hasta apenado se lo veía increíblemente lindo.
–No te preocupes bonito –volvió a sonreír –sé que teníamos una cita. Te juro que no hubiese querido dejarte plantado pero de verdad no pude dar un solo paso fuera de mi casa. Lo intenté muchas veces pero no pude.
Taehyung sentía que la culpa lo estaba carcomiendo, él se imaginó tantas cosas feas y resulta que ese chico estaba enfermo.
–Ni lo mencione –le sonrió, era la primera vez que Taehyung le regalaba una sonrisa y Jungkook sintió que el corazón empezó a latirle como loco. Jamás había visto una sonrisa tan bella. única y preciosa en forma de cajita. –Vaya a descansar Kookie –siguió hablando, quería irse pero no podía hacerlo sin estar seguro que ese chico se recuperaría. Se sentía muy culpable.
–¿Kookie usted ya fue al médico? le mandó alguna receta. Porque si es así yo puedo ir a comprarla.
–¿Medico? –tosió sin poder evitarlo, llevando su mano a su boca para cuidar de no lanzar sus gérmenes al bello chico. –No me gustan los médicos. Pienso que son mata sanos. Prefiero recuperarme en la comodidad de mi casa. Tampoco creo que tenga nada grave. Solo un simple resfriado.
Taehyung ladeó la cabeza, –pero un simple resfriado se puede convertir en algo serio si no es tratado adecuadamente. Llamaré un médico que es amigo mío. Solo para estar tranquilos.
–No bonito –Jungkook se acercó al rubio para impedir que use su teléfono –de verdad odio a los médicos, esto se me pasará, estoy seguro.
–Pero...
–De verdad estaré bien –se lanzó al sofá, la cabeza le estaba dando vueltas. Jamás se había sentido tan mal.
El rubio se preocupó, se dejó caer en el piso hasta la altura del azabache y rápidamente llevó su mano hasta la frente contraria. Al tocarlo su preocupación se triplicó.
–Dios mío, estas ardiendo. –Taehyung estaba muy preocupado, no podía hacer como si nada y quedarse cruzado de brazos. Volvió a pedirle que lo deje traer un médico pero el azabache se negaba rotundamente.
–Jungkook por favor –el rubio le suplicó, y a pesar que el mencionado se sorprendió mucho al esuchar su nombre no le dijo nada, solo cerró sus ojos y dejó caer su cabeza para atrás.
–No quiero –negaba con la cabeza –odio a los médicos. Los odio.
–Ya no se esfuerce –Taehyung lo tomó de la mano –esta bien si no quiere un médico pero por lo menos déjeme llevarlo a su cama para intentar bajarle esa fiebre. –Sin esperar respuesta el rubio ya tenía a Jungkook parado frente suyo, pero su cuerpo estaba muy débil. –Kookie apóyese en mi y caminemos juntos. Guíeme hacia su habitación.
El azabache asintió, se abrazó del rubio y a pesar de la enfermedad no pudo evitar inhalar el delicioso aroma que el bello chico desprendía. Era tan dulce y cautivador que no pudo desaprovechar la situación y hundir su rostro en el cuello contrario.
Taehyung lo abrazó por la cintura y se dejó llevar escaleras arriba. Al llegar al segundo piso y entrar a una habitación en tonos blancos y negros supo que debía ser la habitación del azabache. Caminaron hacia la cama y suavemente lo ayudó ha acostarse.
Jungkook tenía la cobija abrazada con fuerza. Sentía un frio horrible. Taehyung le quitó suavemente la cobija y lo vio. El azabache tenía su cuerpo totalmente sudado, la camiseta que usaba estaba totalmente pegada a su cuerpo.
–No puede estar así –sin pensarlo se acercó a Jungkook y le quitó la camiseta –déjame quitarle esto. Debe refrescarse, está muy sudado.
El azabache estaba totalmente confundido, de un momento a otro estaba desnudo sin su camiseta. Taehyung pasó saliva al ver el cuerpo que tenía frente a él, los músculos que veía de ese hombre eran de infarto y los tatuajes que tenía en uno de sus brazos simplemente le lucían perfecto. Tomó la camiseta y con mucho cuidado le limpió el sudor que resbalaba por su abdomen.
–Bueno.... –pasó saliva nuevamente, removiéndose en la cama porque empezó a sentir cierta incomodidad –creo que con eso estará mejor, –bajó su vista y vio los pantalones del azabache y a pesar que también deben estar mojados no pensaba quitárselos. Ni loco pensaba hacerlo.
–Iré por agua tibia –se levantó de la cama –le pondré pañitos en la frente y así la fiebre bajará.
Jungkook tenía la vista nublada, pero no podía creer que ese chico tan precioso se preocupe por él, desde que su papá falleció no recuerda a nadie que se haya preocupado por él. –No te molestes –le sonrió –no quiero abusar de tu bondad, de verdad estoy bien –terminó la frase con una fuerte tos que se apoderó de su ser.
–No hable –se acercó nuevamente –y no es molestia, al contrario siento que esto es mi culpa. Si usted está así es por darme su abrigo. Yo le dije que no lo haga –lo miró serio. –Ahora me siento totalmente responsable, por mi culpa subimos a ese lugar y....
–No es tu culpa bonito –habló sin abrir los ojos –además por cuidarte lo volvería hacer mil veces. No me importa las consecuencias.
Taehyung sintió algo muy bonito en su corazón pero no podía describirlo con palabras. –Ya no diga más, iré por el agua –caminó hacia la puerta, pero antes de salir una pequeña idea llegó a su cabeza. Ya que no podía estar tranquilo al ver a ese chico en tan mal estado.
–Jungkook iré a su cocina –habló –si no le gusta los doctores supongo que debe ser por las pastillas, así que le preparé algo que mi abuelita me daba cuando era niño y me enfermaba. Recuerdo que era bendito. Así que iré a preparar la receta, regreso en un momento. –El rubio no esperó una respuesta y salió, bajó al primer piso y torpemente caminó hasta la cocina. La casa era grande y muy linda pero le llamaba mucho la atención que no tenga casi nada dentro, es decir algún cuadro, no había nada de decoración. Solo cosas básicas.
Buscó los ingredientes para la receta y ahí su impresión se hizo más grande. Esa casa estaba vacía. No había nada de comida, ninguna verdura, carne o alguna proteína. Solo estaba sobre una pequeña mesa algunos paquetes de fideos instantáneos, pero nada más que eso. Llevó sus manos a su cabeza y negó varias veces. ¿Cómo era posible que ese azabache no tenga nada?¿acaso no comía? Taehyung no se imaginaba una vida sin su preciosa comida sana pero deliciosa.
Sacudió su cabeza para alejar esos pensamientos. Necesitaba buscar una solución a ese problema. Salir a una tienda era muy arriesgado, él no conocía el sector y podía perderse. Por lo que tomó su celular, pidió un taxi y le mandó a comprar los ingredientes necesarios para su receta. Tiempo después cuando ya tenía los ingredientes entre sus manos empezó a preparar todo. Decidió que le haría dos recetas muy fáciles de preparar pero realmente efectivas para los malestares de resfriado o gripe.
El tiempo pasaba y Bogum estaba por enloquecer de coraje, era la segunda vez que su novio desaparecía en las noches. Entendía las reuniones de trabajo que podía tener y estaba de acuerdo que ante eso no podía hacer nada. Pero era casi la media noche, ¿una reunión no podía demorar tanto o si?
Unas inmensas ganas de ir a buscarlo se apoderaban de él, obligándolo a respirar varias veces para intentar calmarse.
No quería llamarlo, él no era de esos novios que controlan o se sienten dueños de la vida de sus parejas, pero esta situación lo estaba desconcertando y obligándolo a portarse de una manera que no era él.
Contra su voluntad tomó su teléfono y lo llamó, escuchando de inmediato el aviso de que él teléfono estaba apagado, maldijo furioso y lanzó el celular por alguna parte del departamento.
Ahora si Taehyung estaba en problemas, ¿Qué tanto podía estar haciendo para apagar su teléfono? Aunque si lo pensaba detenidamente tenía sentido que él teléfono estuviera apagado ya que en una reunión es lógico apagar el teléfono, pero si lo volvía a pensar no le parecía tan lógico porque Taehyung no era así, él no apaga su teléfono, él solo lo hubiese puesto en silencio pero no lo hubiese apagado.
–¿Y si le pasó algo? –susurró para él mismo, y con esa duda ya no pudo estar tranquilo. Necesitaba saber que su novio estaba bien. Por eso a regañadientes se obligó hacer algo que odiaba pero que era necesario para saber de su bello Tae. Marcó su teléfono nuevamente y esta vez escuchó el sonido de espera. Y sin que pasé mucho tiempo una voz se escuchó del otro lado de la línea.
–Hola.
Bogum ladeo su cabeza al escuchar la voz adormilada de la persona que más odiaba y que sabía el sentimiento era mutuo. –¿Esta Tae contigo? me lo puedes pasar por favor.
Hoseok abrió sus ojos como platos, el sueño que tenía desapareció. De solo escuchar esa voz un inmenso coraje se apoderó de él.
–¿Cómo dices? ¿Acaso piensas que soy su niñero o su guardaespaldas?
–Hobi por favor –habló calmado, solo quería hablar con su novio –Tae tiene el teléfono apagado, si está contigo solo pásamelo.
–Jung Hoseok para ti, Hobi es solo para mis amigos.
Bogum apretó sus puños con fuerza, quería mandarlo al demonio pero no podía hacerlo –Ok Hoseok, por favor si Tae está contigo pásamelo o dile que me llame. Por favor mira la hora y no sé donde está, estoy muy preocupado ¿sigue en la reunión?
–¿Reunión? ¿Cuál reunión?
Bogum abrió sus ojos más de lo normal, sintió que el alma se le quiso salir del cuerpo –¿Cómo que cual? Tae me dijo que estaría en una reunión muy importante con unos inversionistas extranjeros.
–Jungkook llegué con la cura para todos sus males y a parte le hice algo de comer.
El rubio caminó por la habitación, dejó la bandeja de la comida en una mesa que vio y se acercó a la cama, el azabache estaba profundamente dormido, suavemente se acercó y tocó su frente, ese pobre chico seguía ardiendo. Por lo que tomó una tela que encontró y la humedeció con agua tibia. La exprimió y la llevó a su frente, viendo como el mencionado se removía suavemente arrugando sus cejas y formando un puchero en sus labios. Repitió ese proceso varias veces y vio como Jungkook hacía más gestos con su boca.
–Que tierno –el rubio soltó una pequeña maldición y negó varias veces con su cabeza. Debía estar loco para decir algo así. –Jungkook –habló fuerte y caminó en busca de la comida –levántese, debe comer y tomar lo que le preparé.
El azabache se removió un poco más y poco a poco abrió los ojos, encontrándose la imagen más bonita que ha visto en su vida, el rubio lo miraba con una pequeña sonrisa en sus labios y con esos ojos azules llenos de preocupación. –No debiste molestarte bonito.
–Ya le dije que no es molestia –le acercó los pequeños recipientes que tenía entre sus manos –le preparé un consomé de pollo pero antes beba esto por favor, son dos preparados que le ayudaran a recuperarse. Todo es natural, lo hice con mis propias manos.
Jungkook le sonrió ampliamente, sus ojos le brillaban, de verdad ese rubio era el ser más bueno y lindo del mundo. –Gracias bonito, claro que lo beberé, si esas manos lo prepararon estoy seguro que es algo mágico.
–No exagere –sintió un pequeño sonrojo en sus mejillas. –No es nada del otro mundo, el primer preparado tiene naranja con panela y el segundo preparado tiene tomate, miel, mantequilla y unas gotitas de limón. Cuando yo me enfermaba mi abuelita me los daba y de verdad me curaba todo en minutos.
–No lo dudo –intentó sentarse pero falló en el intento, aún seguía muy débil –me lo tomaré gustoso pero debes enseñarme a preparar eso.
–No se esfuerce –asentó las cosas y corrió a sujetarlo sintiendo como su mano tocaba la piel desnuda del azabache y una corriente eléctrica pasaba por todo su cuerpo. –Creo que debo irme –alejó su mano rápidamente –pero por favor beba todo lo que le traje y no se olvide de la sopita.
–No –lo sujetó de la muñeca, su mano no tenía fuerza pero lo apretó como pudo –no te vayas bonito. Quédate conmigo, te necesito.
Hola hola gente linda, Wow les juro que amo esta historia, Aunque en realidad amo todas mis historias. Espero hayan disfrutado de este capitulo tanto como yo lo hice.
Como saben en Instagram les deje una cajita de preguntas porque quiero subir una sola historia cada semana y pues ganó esta.
Así que nos estaremos leyendo toda la semana con esta historia, intentaré subir varios capítulos.
Los quiero cuídense.
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