—No puedo esperar más tiempo. Se supone que hoy me daré a conocer. Me pregunto cómo saldrá todo. ¿Será algo épico? ¿Algo aburrido y sin gracia? Las dudas me carcomen.

«Tal vez estaría bien que aparezca en ese momento».

—¿A quién veré primero? ¿A un hombre? ¿A una mujer?

«... No, no. Creo que no funcionará. Estaría ignorando eso último».

—¿Qué aventuras me aguardan? ¿Haré el bien? ¿El mal?

«No, esto es muy estúpido. No necesito a nadie nuevo aquí. Me basta con los que ya están».

—¡Oye! ¡Se suponía que hoy sería mi día! ¡¿Qué estás haciendo?!

«Sí, es lo mejor. No encajaría en ninguna parte».

—¡No! ¡No me elimines! ¡Yo...! ¡Yo...! ¡NOOOOOOOOOOOOO!

El hombre se golpeó ligeramente la sien.

—Un personaje así no tendría cabida en ninguna historia.