Siempre escuche que estas instituciones de renombre son imanes para ciertas personas o hasta espíritus, por la historia que contienen dentro de sus paredes y perímetros; por un tiempo me tocó trabajar en la Guardia en atención al público, el público solo entraba por un edificio y se registraba su ingreso, se consultaba en un sistema llamado Gepol, donde se veía si las personas tenían antecedentes policiales, venia todo tipo de gente de diferente carácter, que requerían distintas cosas, desde hacer una denuncia, hasta solicitar hablar con el director de la PDI. Me acuerdo un día que entro una Señora bien arreglada, de unos 65 años, quien se acercó a la ventanilla y me pidió una reunión para hablar con el Director General, le pregunte qué era lo que le aquejaba y si le podía ayudar en algo, me contesto; es complejo el tema, y ,e empezó a narrar que la embajada de Israel y EEUU, se habían comunicado con ella por un asunto terrible, ya que su mama tenia escondidas las aguas servidas y que ella estaba muy afligida porque su mama había muerto y ella no tenía idea de que tenía eso oculto, y que ella había encontrado las aguas servidas, y me dijo imaginase como me siento y lo afligida que estoy, es un tema muy serio y por eso necesito hablar con el Director, para ver que solución me da, imaginase ahora Israel y EEUU me están haciendo responsable a mí por lo que mi mama hizo, luego de toda esa historia que me relato; comprendí que estaba en frente de una persona loca con algún tipo de demencia o como se llame; para tranquilizarla le explique que el Director no podía recibirla en ese momento, pero si podíamos solucionar el tema de otro modo, le comente que podía escribir un carta explicando detalladamente el tema dirigiéndose al Director, y que esa carta me la pasara a mí al día siguiente, y yo se la hacía llegar al Director, se fue conforme con mi respuesta y más tranquila, y desde ese día comprendí que lo mejor era seguirle la corriente a los locarios (locos).

Otro día trabajando en la guardia, aparece una señora de unos 50 años y me dice con la voz entre cortada y casi llorando que venía a dar cuenta de un asesinato, yo trague saliva, y le dije que por favor me diera más detalles para anticipar al oficial de turno, me empezó a relatar que ella estaba en su casa y de un día a otro ella empezó a ver sangre en el piso de su pieza y el comedor, ella limpiaba el piso y la mancha volvía a aparecer, luego de eso sintió que tocaron la puerta, me dijo que era un hombre joven, con la ropa sucia y el pelo desordenado y que tenía algunas marcas en la cara, y que le pidió ayuda, le contó que a él lo habían asesinado y que él era oficial de la PDI, y que estaba enterrado en un lugar cercano a su casa, y le solicito a ella que viniera a las dependencias de la PDI denunciar el hecho, le pregunte si tenía pruebas de lo que me contaba, me decía que no pero todo lo que decía era verdad y me dijo que el detective la visitaba casi todos los días y le pedía ayuda, y le pregunte por el nombre del detective me dijo no lo sé, pero me dijo que ella lo apodo como Pullen de cariño y que al principio no le gusto por que puso cara de enojado pero que al final acepto su apodo y ella sentía que a él le gustaba, le dije nuevamente que sin pruebas no podía ayudarla, y que la denuncia no se podía hacer, sin pruebas sin nombres sin acusar a nadie, me dijo entiendo cuando tenga las pruebas volveré; recuerdo que a los meses volvió, era un día Jueves que justo hubo una protesta de estudiantes en la Alameda, nos dijo buenas tardes como están, justo iba pasando por la protesta de estos jóvenes estudiantes que luchan por sus derechos y les traje un regalito, yo repetía en mi mente "que sea chocolate, que sea chocolate" esta vez estaba muy lejos,; puso encima del mesón un pedazo de concreto con un fierro atravesado, me daba la impresión de que era un pedazo de un poste del alumbrado público, ese era el regalo que nos tenía y nos dijo quise traerles esto era lo que los estudiantes le tiraban a los carabineros y de hecho acabo de pasar donde ellos y les lleve también otro pedacito de esto como regalo; con este sorpresivo regalo me di cuenta otra vez que estaba enfrente de un loco y comprendí que la historia que me había comentado anteriormente, del detective muerto era producto de su locura.

En otra ocasión también trabajando en la guardia se acercó un viejito bien formal, con su maletín, diciendo que quería hablar con el Oficial de turno, le dijimos que tenía que esperar su turno, a lo cual se fue a sentar, el señor tenía toda la apariencia de ser abogado, se sentó, abrió su maletín y empezó a revisar la documentación que tenía, se veía un viejo culto y tenía presencia de ser muy inteligente, de repente grito "BOMBA" tirando los documentos lejos y arrancando, a lo cual todos nos asombramos y luego nos reímos. Seguido de lo anterior, otro día, fue a la guardia a hacer una denuncia una viejita como de unos 80 y tantos de pronto cuando estaba hablando con nosotros mira hacia la nada y empieza a gritar "JUAN QUE ESTAY HACIENDO ACÁ, TE DIJE QUE NO TENIAS QUE VENIR" después empozo a seguir al Juan que en realidad no era nadie, lo retaba y lo echaba; todos los presentes no aguantaban la risa y la viejita también le empezó a echar maldiciones a los que se reían, el guardia la tuvo que echar.

Con estas vivencias me quedo algo claro, las apariencias engañan y mucho y que cuando hacemos nuestra vida cotidiana o vamos caminando en la calle, no sabemos quién es quién, si está loco o cuerdo, y que alguien de muy buena apariencia puede estar rallando la papa.