Era un día como cualquier otro, en la oficina ingresando documentación al sistema con el que trabajábamos, en mi escritorio ponía el teclado del computador alejado para alcanzar a poner la documentación y poder leerla más fácilmente además me ayudaba a tener una buena postura y apoyar los brazos, luego de un rato el jefe salió de la oficina a dar sus rondas matutinas, también el señor Costa había salido hace un rato y mi compañera había ido a la peluquería que estaba dentro del mismo subterráneo, estaba solo, para mí no era problema ya que así avanzaba más rápido, justo había terminado el papeleo y archive toda la documentación al fin, y tenía un lápiz grafito encima del escritorio el cual solo lo veía de reojo cuando me doy cuenta que se empieza a mover solo, giro unos 5 centímetros de la nada, yo como siempre un poco incrédulo trataba de buscar una respuesta lógica a lo sucedido, pero no la encontré, bueno dije hay que seguir trabajando. Empecé a revisar el correo, siempre llegaba documentación, y ésta no fue la excepción, había un correo de la Prefectura que nos regia a nosotros, la Prefectura Centro Norte, en la cual me designaban para remplazar a una Asistente administrativo que estaría de vacaciones de la Prefectura Centro Norte, a contar de la próxima semana, asustado, pero ansioso acepte el reto, bueno no tenía otra opción.

Mi primer día allí, me recibieron de buena manera y me enseñaron el tejemaneje del asunto, estaba Andrea que era la asistente más antigua, quien me apadrino, se podría decir, ella y todos lo de las oficinas salían a cierta hora de la tarde y bajaban al estacionamiento a fumar, me invitaban pero como no fumo, me quedaba trabajando o atento por si alguien iba, antes de irse, Andrea me dijo "No te asustes si sientes ruidos o abren la puerta, es nuestro compañero del lado" a lo cual yo me reí tomándolo como una broma; con los días de estar allí escuchaba como comentaban de los ruidos y también de la historia del compañero del lado, me dijeron que era un inspector joven de una veinte y tantos años de edad, que se había suicidado, por el hecho de que habían descubierto que tenía que ver con trata de menores de edad y además requerir de sus servicios, el no aguanto esa presión y prefirió quitarse la vida; y bueno contaban que siempre el entraba a sus oficinas y ellos siempre le hablaban, además de él que lo recordaban de una estatura mediana, decían que entraba otro espíritu que era más alto que no sabían quien era en realidad, pero que lo recibían de buena manera, y que incluso a veces hacían funcionar la impresora, en ningún momento pensé que me iba a pasar a mí, y uno de esos días en la tarde, me volví a quedar solo, y de repente siento que una ráfaga de viento abre la puerta de entrada despacio y luego se empieza a cerrar, luego siento un leve infrasonido de pasos en el piso de alfombra, intente atribuirlo al viento que se había filtrado de no sé dónde, pero luego siento pasos y movimiento en la oficina del jefe que estaba a unos metros de donde estaba, pensé que se había tranquilizado todo, cuando siento que se enciende la música en el escritorio del lado donde trabajaba Andrea, empezó a sonar una canción de la fallecida cantante Chilena Soraya, no me sé bien el nombre de la canción, pero la letra era algo así " casi se me escapa la fe, casi se me escapa el amor, se me escapa toda la fuerza para luchar un día más" con eso me asuste y me sentí oprimido y perturbado por algún espíritu que rondaba luego del miedo empiezo a sentir que se acercan a mí no se veía nada solo sentía la presencia de cosas, cerré los ojos aterrado sentado en mi escritorio, cuando no sabía que pasaría golpean la puerta y entra un oficial de otro departamento a preguntarme algo que ya no recuerdo, fue mi salvación, luego de eso llegó Andrea y los demás, les conté lo sucedido, ellos sin pensarlo dos veces creyeron todo lo que les conté, luego de dos semanas de reemplazo pude volver a la Sección Seguridad del Cuartel General.