INTRODUCCIÓN
Desde el cielo iluminado adornado con una redonda luna llena, hasta el húmedo césped del profundo bosque, era una gélida noche en un mundo llamado Gwyndolin. Bajo las estrellas tintineantes corrían un par de seres cubiertos por unas oscuras vestimentas que les proporcionaban camuflaje en el paisaje nocturno.
Su cabello, piel y ropa estaban empapados por la terrible tormenta que los azotó inesperadamente en las tinieblas. Sosteniendo en sus brazos cada uno cargaba a un preciado bebé. La mujer nombrada Nerea Amadeus acarició el fino, pero escaso cabello rizado de la pequeña mientras se echaba a llorar desesperada, quedándose atrás. El hombre cuyo nombre era denominado como Skender Groks, disminuye la velocidad para volver a por ella en lo que a su vez el niño lagrimeaba. Tras sus espaldas, estaban siendo perseguidos por seres siniestros, que buscaban desobedecer los tratados de aquel mundo.
Con el corazón apesadumbrado continuaron su camino a través de la frondosidad de los árboles. Con la misión en mente, desafiaron el viento y la lluvia para seguir adelante.
Un rayo cayó del cielo e iluminó sus rostros, mostrando lo angustiados que estaban. Habían llegado a su destino, pero aquellos que se mantenían inconformes eran dominados por la codicia eran capaces de sobrepasar sus límites y se acercaban casi tocando sus talones, aquel más fuerte les lideraba.
El hombre deja al niño en brazos de ella para enfrentarse al enemigo, no sin antes acariciar la cabeza de ambas criaturas y besar la frente de su compañera. Ella, por el contrario, se hizo cargo de ambos bebés y los cubrió con la manta que los envolvía, caminó a través del portal, pero antes de hacerlo, echó una última mirada y sus ojos se encontraron con los del elfo, quien en un suspiro triste se despide con una sonrisa.
-Sálvalos.
La ninfa asintió guardando sus sentimientos reales para poder devolverle el gesto. Y él lanzó su poder contra el jefe, apuntando directo a su rostro. El brillo se hizo grande frente a ella, estando del otro lado se mantenía un poco más tranquila. La calma no era el sentimiento dominante en aquel momento, sin embargo, poder darle un espacio era más que suficiente.
Justo al lado de unas viejas estanterías, debajo de un añejado sótano colocó a los dos gemelos sobre la madera fría y crujiente.
-Este es el único modo.
Concentró sus manos e hizo su mayor esfuerzo por formar un halo entre ellas. Los ojos de la pequeña brillaban con ternura reflejando el poder de la ninfa en sus pupilas y así se olvidó de llorar. Por otro lado, su compañero gritaba más fuerte.
Su poder estaba absorbiendo de los bebés una energía azul que bailaba por el aire, aquella se había convertido ahora en dos libros. Se detuvieron en el aire hábilmente de forma delicada levitando hasta el estante. Un título particular se registró en las portadas como si la tinta fuera el fuego del mismísimo Hades.
Del otro lado del portal un viento triste atravesó.
Nerea pudo sentirlo. Significaba que lo había perdido. Ella lanzó un beso hacia un brillo que viajaba sin rumbo a su alrededor, y fue entonces cuando los libros comenzaron a grabar palabras en sus hojas en blanco. Las lágrimas rodaron suavemente por su rostro, pequeñas gotas que se perdían en la comisura de sus labios, los cuales se forzaban a esbozar una sonrisa antes de dejar a los niños allí.
Después de todo, esto es lo mejor para la paz de su mundo.
¿Verdad?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro